jueves, 9 de marzo de 2017

Mi drama en pocos pasos: Cap. 17; Autora Marambra

Mi drama en pocos pasos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 09 de Marzo del 2017. 
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Capitulo diecisiete
Mal de amores
Autora: Marambra


  • ¡Oh, pedacito! – dijo mi tío


Pero yo seguí llorando sin parar, ahora que lo pienso era como si alguien hubieran abierto las compuertas de mis ojos averiando el sistema de cierre de los mismos de tal manera que mis lágrimas se derramaban sin que nadie pueda controlar el flujo, pero no era nada de eso, era simplemente la pena que me acudía y me invadía al punto del desespero y mi alma decidió que era hora de drenar… creo que esa fue la peor noche de mi vida, aun recuerdo lo mal que me sentía, en realidad me sentía como un moribundo y pese a que mi tío Petre me acuno no pude calmarme hasta mucho tiempo después, llegue incluso a desesperarlo porque el llanto me acudió con un ataque de hijo y ya me dolía el vientre por lo que él se vio obligado a llamar a mamá, cosa que no me gusto ni tantito porque mi madre quería abrazarme, tocarme, mimarme y aunque eran cosas que yo quise y ansié que hiciera desde que papá murió ahora no podía aceptarlas porque desde mi punto de vista, desde la profunda herida que llevaba dentro de mis sentimientos, esas acciones no nacieron por la voluntad natural del amor materno sino por la presión de la situación.

Para mí, mi madre estaba obligada por las circunstancias a ser amable y cariñosa conmigo… pero bueno los años o mejor dicho tío Petre me haría entender que aquello no era cierto, que mi madre me amaba de verdad y con la misma profundidad que amaba a ama a mi hermano menor, que solo fue mi confusión infantil la que hacía que yo creyera fervientemente otra cosa; en resumen mi estado total de enajenación mental y emocional distorsionó la realidad y yo creí sinceramente que mi madre dejo de amarme para amar a mi hermano… obviamente ahora no creo que haya madres así, aunque algunas malas lenguas dicen que existen, yo no lo sé, prefiero pensar que como a mí me ocurrió, aquello no sea más que el producto de la imaginación confusa de algún niño que se siente desamparado o celoso, ustedes saben, el no saber ver las señas, las pautas adecuadas para entender el lenguaje del amor, porque el amor es como un idioma que todos conocen, pocos lo hablan y escasos lo entienden… y yo era un burrito total en el tema por mi corta edad.

¿No recuerdo mucho de aquella noche saben?, solo que me dio fiebre sin razón alguna, a partir de ahí mi salud fue decayendo paulatinamente a pasos abismales, ahora en tono de broma mi abuela dice que enferme de fiebre emocional, mi madre dice que el psicólogo dijo que tenía depresión y mi tío Petre me dijo y aun me repite que lo que yo tenía no era otra cosa que un gran gran gran mal de amores…. ¡sí señor!, que me enferme de amor, ustedes se reirán porque seguro como muchos asocia aquello con el amor de pareja, el embobamiento por otra persona sea del sexo opuesto o del mismo sexo ahora que está en boga eso de ser gay, como sea amor de pareja con fines placenteros, lo que todos llaman: enamoramiento; pero si uno lo piensa detalladamente, lo medita y analiza desde la fría perspectiva de lo irónico llega a la conclusión que detrás de aquella frase tan trillada que apunta al amor de dos como una  broma hay algo más profundo y real, y papi Petre tenía razón.

Exacto, lo que están pensando: papi Petre, porque después de que yo enfermara tan malamente mi tiito paso a la categoría de papá para mi, solo que de una forma poco habitual y papá Petre era sabio en decir aquello, él tenía razón yo estaba enfermo… muy enfermo pero de amor, porque simple y llanamente me faltaba el amor de quienes me dieron la vida, mis padres… uno por defecto y el otro por desgracia y desde que mi papito muriera yo había ido dando tumbos rodando cuesta abajo sin nadie que me ponga un freno y fue difícil para mí asumir todo aquello, fue ir de catástrofe en catástrofe, sumando decepciones y dolor a cual más pesado porque yo no sabía cómo lidiar con aquello, no sabía cómo hacer frente a la ausencia de mi papuchi tras su muerte, una muerte que no solo me había arrebatado su compañía, sino su amor, quizás algunos piensen que por ser niño uno no lo nota, pero no es así, y lo más triste es que los adultos piensan que porque uno es niño y no se queja o pregunta, no siente que algo malo paso o lo peor que te mientan como me mintieron a mí la primera vez que pregunte donde estaba mi papi, que porque no llegaba a casa como siempre o porque lloraba mamá y si para un adulto es difícil afrontar la muerte de un ser amado imagínense eso en un niño, mas cuando todo su mundo se basa en la presencia exclusiva de dos personas como lo fue en mi caso, mamá y papá.

Para mí, la muerte de papá fue como mutilar mi alma, llegue a creer que alguien sin nombre y sin cara vino y se robo mi corazón haciendo un enorme agujero en el pecho por donde se podía ver lo que estaba detrás o delante de mi cuerpo y que se llevo mi corazón cortando mi carne sin anestesia causando un enorme dolor… a veces cerraba mis ojos e imaginaba mi pecho como un muro bombardeado que arrastraba de un lado a otro el hueco producido por una ojiva y que el monstruo que me hizo eso, no conforme con dejar ese agujero sin rellenar, se aseguró de que me duela todo el tiempo para que yo siga llorando porque él era así de malo y se reía de mi lágrimas, se hacia la burla y disfrutaba con mi pena; creo que ese tiempo no distaba mucho de ser como esas tristes personas a las que les amputan una parte de su cuerpo, como una mano o un pie y siguen sintiendo la presencia del miembro fantasma en su cuerpo a tal punto de dolerles y nadie les cree porque el resto jura que todo está en su cabeza y los medican, lo malo que en mi caso no había remedio de ninguna clase que aplaque ese dolor, no había placebo alguno, vitamina inyección, capsula, parche prótesis o injerto que disminuya mi tristeza porque para empezar yo nunca dije que me dolía, se suponía que eso lo tenía que saber mamá para curarme.
Es que cuando el amor se enferma se cura solo con amor y ese remedio bendito que estaba en las manos de mi madre nunca se me fue dado, y mi amor enfermito se fue amargando al punto de ser tan amargo como el extracto de las hiedras venenosas envenenadome, estaba tirado en cama comatoso, empezando a marchitarse, a podrirse al punto de darme fiebre como una infección real, causándome un sinfín de síntomas físicos que obligaron a mi gente a llevarme al médico.

Recuerdo que después de llorar y darme fiebre me dormí apretado al pecho de mi tío, no se a qué hora me acostó en mi cama, solo se que desperté al lado de mi madre que estaba sentada con mi hermano en brazos, entonces comprendí algo más cruel todavía, yo estaba siendo privado del amor de mi hermano o ustedes que creían, ¿que porque era bebé no sabía amar?, pues se equivocan que los bebés igual que los adultos saben amar y querer a su manera, pero fuera de esos dos detalles, quedaba el hecho  de que el amor que yo tenía dentro mío no estaba siendo bien utilizado, no salía de mí, y se estaba quemando y quemándome, pudriendo provocando una y otra vez fiebre.

Aquel día me volvió  dar fiebre alta y no tenía ni hambre ni sed, solo sueño, no tenía ganas de hablar con nadie ni jugar y como ese estado se fue haciendo crónico y encima se sumaron síntomas más confusos mamá me llevo al médico, es que yo no sentía la mitad de mi cuerpo, todo el lado derecho se murió a la sensación, mi lengua dejo de sentir los sabores en toda la mitad anterior, no veía de un ojo y deje de hablar, todos en casa se alarmaron, incluso mi demoniaca abuelita Lenuta se puso a llorar al pie de mi cama y mi tía Rahela dejo de decirme pequeño diablillo, mamá empezó a cuidarme y a mimarme como antes de que papá muriera y aunque hizo todo lo que yo quise desde la muerte de mi papá, ahora no me servía de nada porque como les dije el remedio llego demasiado tarde, tampoco quería nada del resto, sus mimos, sus besos, sus regalos estuvieron muchísimo tiempo envueltos en mi mesa del cole sin abrir, mis juguetitos guardados tristes sin que yo quiera jugar mas con ellos, con los únicos que cruzaba palabras fueron con mi tío  Petre, Flash y Daniel, pero con Daniel solo cuando me dijo que me regalaba a su papá…


Anda enano – me dijo como siempre con su voz de gruñón sosteniéndola cuchara de budín que me hiciera mi abuelita Lenuta, un budín de plátano delicioso abre la boca, no me hagas renegar – dijo impaciente

Y yo me puse a llorar en silencio tirando en cama abrazado de la foto de mi papuchi, aquel día él se quedo irremediablemente a mi cargo para mala suerte suya, porque no había nadie, mi hermano se puso mal, y mi madre tuvo que dejarme para llevarlo al hospital y con eso mi abandono fue más grande, no sé qué paso, no sé qué ocurrió pero Daniel a ese día a diferencia de las otras veces se armo de paciencia y no se hizo la burla o me dejo solito como solía hacerlo, quizás es lo que papa Petre dice, que aun en los seres menos intuitivos, en algún momento la luz los ilumina, yo no vi ninguna luz pero de que algo le paso a Daniel, si le paso, porque me jalo del brazo suavecito y me quito la foto de papá pero no con brusquedad, yo recuerdo haber fruncido el ceño y esconder mi cara en la almohada tapando además mis ojos con mis manos por si acaso Daniel me quite eso mas, pero el solo se quedo callado largo rato y finalmente me dijo murmurando al oído.


  • ¿Hechas de meno a tu papa no enano? – y yo solo asentí con la cabeza, no tenia voz para responder aquello, no podía y como buen llorón que era aquel entonces me puse a llorar mas, ese entonces no hablaba a nadie que no fuera tío Petre o Flash – ¿cómo era él? – me pregunto y yo solo lo mire con mis ojos tristes sin responder, ¿que podía decir?, no tenía idea de cómo era mi papá, era mi papá nada más, era grande, el más grande del mundo, era dulce más que un chocolate, era divertido más que un juguete, era calientito más que una colcha, era suavecito más que mi almohadita de plumas, era valiente más que Batman o Superman, ¿que mas podía ser mi papá?, pero no pude decirle nada y solo me encogí sobre mis hombros, entonces él me ayudo, se sentó a mi lado y me abrazo y dijo – apuesto que es como mi papá – y yo abrí mis ojos curioso por esa acertada descripción, mi papa era como tío Petre, me quería como el quería a Daniel, y yo quería tener un papá, ¿quien mejor que él para ser mi papaito?, no podía ser mi papuchi porque no tenia su cara, sus manos ni su olor, pero tenia una linda sonrisa y se preocupaba por mi, ademas hizo un pacto de sangre con mi papuchi lindo ¿verdad?, eso tenia que significar algo – estoy seguro de eso – dijo Daniel ajeno a mis pensamientos – ellos hicieron un pacto de sangre ¡sabias eso? – me pregunto, pero no espero que le responda, yo sabía de eso por el tío – se han vuelto hermanos, por eso apuesto a que tu papá es como el mío, por eso mi papa te quiere mucho, seguro como te quiso tu papa ¿verdad?  agrego como tanteando el terreno y yo lo mire y le dije que si apenas moviendo mi cabeza, estaba tan débil, tan débil que respirar dolía el pecho – pues haremos un trato un enano – me dijo moviéndome un poco con su abrazo como para que yo despierte de mi letargo – te voy a regalar a mi papá, no prestar, te lo voy a regalar – y yo eleve la vista abriendo mis ojos como platos, ¿se podía regalar a un padre?, ¿eso era posible? y de pronto la idea me entusiasmo, tanto como para dar tumbos, solo que nunca se dieron a causa de mi debilidad, mi mal de amores realmente estaba fulminándome – te gusta la idea?, ¿de que mi papá sea tu papá?
  • Si – dije tímidamente y Daniel esbozo la más grande sonrisa que vi en su cara jamás, tiempo después de entere que todos temían a que yo me muriera, quizás por eso el me regalaba a su papá
  • Trato hecho entonces – dijo él poniendo su puño para que yo choque con el mío – pero con una condición – murmuro sin darme tiempo a decir nada – la que me hables, me cuentes que te pasa ¿si?, así le podre decir a papa lo que te sucede cuando él este en el trabajo y hacemos que te sanes más rápido ¿Qué me dices?
  • Yaaaa – respondí y me puse a llorar de nuevo, pero esta vez abrazándolo


Ya no estaban tan solito, ahora tenía un hermano mayor que me cuidaría como yo tendría que estar haciendo con mi hermanito y entonces me di cuenta de algo, yo era un mal hermano, seguro papá no estaría orgulloso de mi y una nueva herida se abrió en mi corazón.




4 comentarios:

  1. Quisiera decir algo mas que "me encanto" pero marambra nose como expresarlo. Esta historia es hermosa, dulce tierna y triste. Siento que lo que me enamora de esta historia es el estilo, siempre me inspira ternura como escribes desde el punto de vista de ese bello niño.

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  2. Que encanto, que adoración de historia amo ese tio ;) que es todo amor, y me encanta ese niño tan dulce, tan tierno tan hermoso T.T no tardes tanto con esta historia.

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  3. Me encanto el Capi que tierno no tendría que tener tanta confusión mi pobre bebé pasar por algo ta doloroso que es perder a su papá y la mamá que quieres que te diga no tendría que habérselo dicho el tío tendría que haber estado a su lado para saber lo que le pasaba para llegar a ese punto un niño no quita a otro bueno ya nos enteraremos de más en el próximo no tardes encanto
    Un besote TERRY

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  4. Aaaww que lindo fue el primo!!
    Le regaló a su papá!!
    Eso me dio mucha ternura!!

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