viernes, 18 de agosto de 2017

Amor sin barreras: Cap. 17; Autora Marambra

Amor sin barreras

Amor sin barreras: Cap. 16; Autora Marambra

Amor sin barreras

Ficcion: El partido de la historia; Autora Musse

Ficción

Un nuevo horizonte: Cap. 1 ; Autora Terry

Un nuevo horizonte

Un nuevo Horizonte; Autora Terry

Un nuevo horizonte

Sangre Flamenca: Cap 9; Autora Terry

Sangre flamenca

El amor hace a una familia, 2º Temporada: Cap. 4; Autor Adán

El amor hace a una familia

viernes, 4 de agosto de 2017

Mis Gemelos: Cap. 277; Autora Marambra

Mis Gemelos

Pena escondida: Cap. 11 Final; Autora Terry

Pena escondida

Una perfecta familia: Cap. 33; Autora Terry

Una perfecta familia

El recuerdo: Cap. 6; Autora Chany

El recuerdo

El amor hace a una familia, 2º Temporada: Cap. 1; Autor Adán

El amor hace a una familia

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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 4 de Agosto del 2017.
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Segunda temporada
Capitulo 1
Autor:Adán

Corría el 1976, habían pasado 6 años desde los conflicto políticos en México, los padres de Juan habían fallecido; Piccarda conservaba su buena salud y a sus casi 60 años seguía tan activa como de costumbre.
Shadow y Jocelyn si bien no se casaron, vivían felices juntos, llegando a tener 2 hijos más además de Martin: Alexandra nacida en julio de 1971 y Andrés nacido en marzo de 1973. Star y Mark pues seguían como siempre cuidando a sus hijos e inmersos en su trabajo como de costumbre.
Juan y Lucia siguieron trabajando en las mismas empresas en las que consiguieron empleo en 1971, habían ascendido en sus cargos en relación a su esfuerzo y capacidad, y criaban a sus hijos bajo el mismo amor de siempre, habían construido un segundo habilitando los dormitorios de los niños en esa planta, quedando la habitación principal en la planta baja por Cat, que recién empezaba a dormir sola, fuera de eso la única cosa que cambio, es que Juan se dio cuenta que cuanto más grandes eran los chicos, mayores problemas habían en casa y si no se ponía firme en sus reglas, pues harían lo que quisiera, así que impuso la ley del castigo y todos su hijos, pero como era de suponer el que más tiempo pasaba sobre las rodillas de su padre llorando era Adán, a pesar de Juan solía consentirlo mucho por ser su único hijo varón.

Sábado 12 de junio de 1976
 Ciudad de México, México

  • Hola mi niña – saluda Lucia a Cat que está dibujando, tiene 6 años recién cumplidos y en septiembre empezaría la primaria, era una cálida tarde y deseaba pasar el resto del día con su familia, acababa de cumplir su turno en la empresa
  • Hola mami  
  • ¿Dónde está tu padre? – pregunta Lucia

Pero antes de que su hija pueda responder escucha un grito que viene de arriba, es Adán; suspira y mueve la cabeza, supone que Juan está con él castigándolo, ¿que habrá pasado ahora?, es que para ser el único varón valía por 10 juntos, quizás por eso no tuvo más niños, solo niñas pensó Lucia subiendo las escaleras.

  • Ya, Juan es suficiente – interviene ella un poco enojada al ver las nalgas de Adán rojas, liberando a su hijo del castigo, cosa que el niño aprovecha de inmediato y se pone atrás de ella como su segura salvadora, bueno es que la verdad era Juan el que se encargaba de los castigos, Lucia solo lo hacía a veces y nunca lo hizo con Adán
  • ¡Claro para ti es fácil venir y liberarlo cuando no viste estás calificaciones! – contesta Juan enojado, tan enojado que ni la saluda, en vez de eso le pasa la libreta de calificaciones a su mujer  y claro al igual que Juan, Lucia se lleva un disgusto
  • ¿Y estás calificaciones? – pregunta ella girándose para mirar a su hijo

Y la misma pregunta le había hecho su padre al pequeño después de lavar los platos, habían terminado de almorzar y Adán fue a mostrarle sus calificaciones provocándole una indigestión del disgusto a su padre.

  • ¿Y estás calificaciones? – preguntó Juan enojado mirando la pesadilla de todo padre, una calificación en rojo, un solo aprobado decente con 9 y los demás ni siquiera llegaban a 8; Juan estaba muy enojado, la verdad es que Adán no es que no fuera bueno para los estudios como sus hermanas sino que era flojo y lo único que hacia como todo niño de los 70 era jugar en la calle con sus amigos
  • Papá lo siento – contesto él con voz de pajarito mirando le suelo, de pronto el chicle colado en el piso de la cocina, era una obra de arte
  • Aquí dice tu señorita que te la pasas ¡jugando! – le dice enojando leyendo las anotaciones del cole, jalando a Adán delante suyo, eso solo significaba una cosa, que papá iba  a castigarlo
  • Papi noooo – ruega y cuando su padre lo agarro del pantalón,  Adán salto como un conejo asustado y subió corriendo a su cuarto con su padre detrás murmurando: Mocoso carajo
  • ¡Sal de ahí!… no te escondas – le ordenó su papá cuando vio a Adán meterse bajo la cama, menos mal fue más rápido y cogió un pie en el camino y evito que se esconda del todo, cogido así no fue difícil sacarlo
  • NOOO; NOOO PAPAA, NOO – y siempre era el mismo panorama, Juan decidió terminar con aquello antes de volverse sordo, es que Adán tenía una potencia tremenda en la voz cuando chillaba, de no ser por los años que corrían y era costumbre oír a los chicos llorar de vez en cuando, cualquiera diría que lo estaban matando
  • Plas Plas plas plas PLAS  ¡Esto para que aprendas a sacar buenas calificaciones! – Juan elevo la voz sobre el grito de su hijo Plas plas PLAS plas plas ¡Esto para que dejes de jugar en clases PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS  
  • BUAAAAAAAAAA – y como de costumbre Adán lloro un mar

Es que esta vez papá le dio un poco más de lo habitual, por lo general solo le daba 10 nalgadas pero esta vez merecía de verdad una llamada de atención mayor,  y fue cuando llego Traviesa…

  • ¿Y estás calificaciones? – repitió Lucia mirando mala a Adán, de verdad que el chico estaba como cabra loca, no había día que la maestra le llame para quejarse – ¿Cómo se te ocurre reprobar? – y Adán lloro con mas sentimientos, fue cuando entro su hermana Cinthya a la que Adán llamaba Diablita, mientras Juan prefirió no seguir ahí y enfadarse más, ahora le tocaba a mamá ser la mala
  • Ya mamá, está asustado y papá ya le pego – dijo Diablita, poniendo al enano tras suyo, Diablita era la que más lo mimaba quizás porque era el único que la veía como una diosa a parte del chico que la estaba enamorando, con  16 años ya era un poco más alta que su madre e iba a pasar a segundo de preparatoria – si no ha reprobando el curso – dijo mirando la libreta de su hermano
  • Mamá, la señorita me dijo que puedo dar un nuevo examen – dijo Adán saliendo de su escondite mirándola con ojos de cervatillo
  • Pues necesitara un milagro – murmuro Kasaki mirando curiosa la nota de Adán y Lucia frunció el ceño
  • ¡Callate metiche! – Cinthia le dio un codazo a su hermana
  • No, hija, tiene razón necesitara un milagro, si me dan ganas de agarrar mi cuchara de palo – lo amenazo y Adán se encogió apretando la cintura de su hermana, escondiendo su cara
  • Ya mamá no le riñas mas, está llorando mucho – volvió a defenderlo besando a su hermano en la cabeza – yo voy a ayudarle con su examen – prometió sonriéndole a Adán, el milagro que necesitaba al parecer estaba ahí cuidándolo  
  • Bueno hija… pero que aprenda – responde Lucia saliendo de la alcoba de Adán para buscar a su marido, que como siempre tras castigar a su hijo se tiraba a su cama lamentándose

Y como era de esperarse, Cinthia empezó de inmediato con su labor de tutora, no le molestaba enseñar a su hermano porque le gustaban las matemáticas y Adán ponía atención porque su hermana le enseñaba jugando, ojala fuera así su profesora de mate, pensaba Adán
En eso, sonó el teléfono que como era de esperar era para mamá y como de costumbre era la vecina más antigua del barrio, una señora que se creía tener el derecho de meterse en la vida de Sancho y Pancho, y esta vez le toco a Cinthia bailar en la boca de aquella hábil mujer intrigante, menos mal su madre era cauta y prefería preguntar primero antes de contarle el chisme fresco a su marido, no vaya a ser que Juan termine dando una paliza a sus hijas, ya estaban jovencitas y no estaban para esos trotes.

  • Hija ¿Podemos hablar un momento? – le pidió a Diablita en una pausa que hizo con Adán y bajo a la cocina por fruta
  • Si mamá ¿qué pasa? – pregunta Cinthia apoyándose en el mesón
  • Bueno hija ya estás creciendo y las adolescentes a tu edad empiezan a hacer cosas – dijo Lucia medio nerviosa
  • Eso ya lo sabemos pero ¿puedes ser más específica? – Diablita frunció el ceño, y recordó la llamada de teléfono, seguro era doña Consuelito, la chismosa del barrio haciendo su labor  
  • Pues que te vieron ayer abrazándote con otro, sentados en el suelo en el parque y estaban muy juntos – y Lucia se puso seria, esto era mejor que ni se entere Juan
  • ¡Ah! como es la gente, seguro fue doña Consuelo – dice frunciendo la nariz – y no me estaba abrazando con otro, era Manuel, el hermano de Lourdes así que no pienses mal que no era mi novio como para que pienses lo que creo que estés pensando… Con Nicolás termine hace 1 año ya – responde Cinthia sentándose
  • Entonces peor si no es tu novio hija – le dice Lucia alarmada pensando en lo que serian luego las murmuraciones – lo hemos hablado y lo principal para hacer eso es la madurez – agregó incomoda del tema, prefiriendo mirar el patio desde la ventana cruzada de brazos
  • Que no hice nada malo, era su cumpleaños y le di un abrazo por su santo, nada mas – contesta molesta con las insinuaciones de su vecina y de su madre – además cuando pierda mi virginidad va a ser con el amor de mi vida y después de acabar mis estudios universitarios, además mami tú te casaste joven, ¿cuántos años tenías? ¿18 19? –  Lucia se queda callada unos segundos poniéndose muy roja
  • El tema no soy yo hija, estamos hablamos de ti y lo que yo haya hecho con tu padre no te incumbe – le dice sintiendo el calor de sus mejillas, nunca le diría a su hija que perdió su virginidad antes de casarse, y eso solo fue porque nunca tuvo dudas de que Juan era el amor de su vida
  • Jjajjajj Bueno mamá – se ríe con descaro ella – no necesitas decirme nada, tu cara esta mas roja que un farol – le dice dándole un beso y un abrazo a su madre
  • Anda ya, antes de que saque mi cuchara de palo

Agrega Lucia a manera de falsa amenaza, y Cinthia se retira a medios brincos a ver cómo está la tarea de su hermano.

  • ¿Cómo es posible que no sepas sumar ni restar aun con 2 dígitos? – le pregunta al cabo de un rato, viendo el desastre que hizo su hermano, arrancando la hoja, que borrando quedaría arrugada y su padre se enojaría
  • Si te vas a poner así mejor ni me ayudes – tuvo el descaro de contestar Adán hecho el ofendido, parándose del escritorio dispuesto a irse y Cinthia lo ataja del brazo mirándolo fijamente
  • Mira niño, conmigo no te vengas a hacer el resentido que yo soy la que te defiende siempre de papá cuando te pone en su regazo – le dijo y Adán le miro sorprendido, eso era cierto
  • Pero es que has arrancado mi hoja y es mucho – reclamo mirando la tarea rota
  • Bueno entonces, lo voy a colar y yo le diré a la mamá que no quieres rehacer la tarea, que traiga su cuchara de palo – le dijo e hizo el amague de llamar a su madre y el pobre de Adán la agarro del brazo rogando
  • No, no ya me siento a hacer – dijo con un puchero gracioso

Y pues nada, su hermana, volvió a copiar la muestra de los ejercicios  enseñándole como hacerlos correctamente y lo dejo para que termine, volviendo a la sala a atender una llamada de su amiga, en eso Juan y Lucia están poniendo la mesa para tomar la merienda juntos, y como era de esperarse todas las chicas bajaron a sentarse en el comedor menos Adán.

  • ¿Adán no vendrá? – pregunta Juan tomando café
  • Está haciendo unos problemas que le escribí – responde  Lucia, haciéndole a su hermano una torta de jamón, su favorita
  • ¿Crees que aprenda? – pregunta papá pensando en su hijo, tenia pena que no sea aplicado como sus hijas
  • La verdad se ha concentrado muy bien hasta ahora creo que si pone de su parte le ira muy bien – le responde su hija con una sonrisa, ella quería mucho a su hermano – ten fe papá, está en buenas manos – le dice refiriéndose a ella
  • Tienes razón hija, está en buenas manos


Sonríe su padre, besando la cabeza de su princesa, ella era la más aplicada de sus hijas y no tenia duda en que sería una excelente profesional cuando termine la Universidad, era su orgullo privado.


Lazos de amistad: Cap. 5; Autora Mary C.

Lazos de amistad