Seres Mágicos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 02 de Marzo del 2017
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Capitulo 13
El mejor consejo viene de un Alma
Segunda parte
Autora: Mary C
Llego la noche
que tanto había
esperado, era el último sábado del mes, esa noche iba a presentar a Bony al resto de mi familia, ese día los cuatro
estaban jugando algo pesado pero sin lastimarse, eran juegos de toda su vida,
por lo general así se llevan, no solían
pelear y si lo hacían era Alex que se
liaba con los tres más grandes casi siempre en son de juego que se pasaba un
poco por ser varones; recuerdo que en solo dos ocasiones Sebastián le había
pegado al menor, pero pegado con fuerza y este fuera de chismoso conmigo para
informarme de lo que su hermano le había hecho, la primera vez me enoje porque
Alex llego llorando acusando a Sebastián y
lloraba tanto que creí que le
había dado un mal golpe, aquel entonces Alex tenía 7 años y Sebastián estaba en
el cuarto con Marcos y Abel que también lloraba mucho, yo recién acababa de
llegar cansado del trabajo y Sebastián era el que me ayudaba a cuidarles pero
ese día parecía que en vez de ayudar me ponía mayor peso encima… se que está
mal decir eso, porque finalmente yo soy el padre y yo soy quien debe cuidarlos
no él, pero bueno asi son las cosas por aquí desde que enviude…
- Tobías: ¿le pegaste a tu hermano? Sebastián – pregunte medio enojado
- Sebastián: si – me respondió también enfadado
- Tobías: ¿por qué? – quise saber, es que su respuesta me pareció muy agria – ¿también le pegaste a Abel? – lo casi acuse cuando vi que Abel lloraba en sus brazos
- Abel: buaaa Alex me pateo y me mordió buaaaa.
- Alex: no es cierto papi, no es cierto – dijo casi gritando y aun con llanto pero este era ahora con una pisca de miedo
- Tobías: ¿dónde te mordió?
- Abel: aquí aaggmmgg – y me mostro su mano con las huellas dentales del más chico – y aquí me pateo – y se levando el pantalón dejando ver un moretón
- Alex: yo no fui, yo no fui papi… él tiene la culpa, él me dijo tonto – vaya escusa, pero que podía hacer, a su edad ese es todo un insulto
- Tobías: ¿lo golpeaste? – pregunte dirigiendo mi mirada a Sebastián y el frunció el ceño, ahora lo sé estaba molesto por mi suspicacia
- Sebastián: le di cinco nalgas no más que eso
- Alex: no papi, yo no fui – se cubrió el trasero, y el pequeño no alcanzo a correr porque ya le había pescado de la oreja – buuaaaa
- Tobías: no quiero que vuelvas a morder a tus hermanos Alex – recomendé y me senté en la esquina de la cama y bajándole el short y el calzoncillo le di de nalgadas, no era como quería empezar mi noche con ellos, pero bueno – pas pas pas pass pas paas pas pas pas PAS PAS pas pas pas PAS PAS
- Alex: buaaa aaawuaaa buaaaaa aayyy el tuvo la culpaaa buaaa – gritaba como si lo estuviera matando
- Tobías: ¡ya está bueno de tu mal comportamiento Alex!, no puedes estar haciendo eso – y continúe con el castigo – pas pas pas pass pas paas pas pas pas PAS PAS pas
- Alex: aay aaagg buaaa aaawuaaa buaaaa aaaayy… Sebas también me pego buaaa – siguió acusando a su hermano seguro pensando en la injusticia de mis actos
- Tobías: aquí te me vas a quedar hasta que yo te diga – lo deje frente a la pared sobándose el trasero
Regrese a ver a los demás chicos, Marcos solo movía
la cabeza viendo al menor no con burla pero como si dijera que ya era
hora, Sebastián aun tenia abrazado a
Abel.
- Tobías: ven hijo, ¿te duele? – le pregunte mirando la mordida, realmente le había mordido feo – Ya, ya te voy a poner algo en tu manita ¿si?, pero ya no llores hijo – Abel puso sus brazos en mi cuello así que lo levante cargándolo para llevarlo al baño a limpiarle la cara…..
Eso solo había sido un año atrás, Sebastián me
ayuda mucho con sus hermanos aquel entonces, él los cuidaba cuando yo estaba
trabajando, era el que jugaba, los regañaba o los consolaba cuando yo no estaba
como si fuera un mini padre para ellos, y aun así jugaba como cualquier hermano
mayor.
- Tobías: con cuidado no se vayan a lastimar, Sebastián – recomendé mirando lo que hacia
- Sebastián: no le estoy haciendo nada – dijo entretenido sin voltear a verme
- Tobías: estas sentado arriba de él – le dijo con una voz baja, no era un regaño
- Abel: si y estas pesado – dijo en un susurro
- Sebastián: ellos dijeron que me podían derribar yo le compruebo que no pueden – y se rió
- Alex: eres un tramposo… ya desamárrame… papá desamárrame – empezó a quejarse, al final me senté y me puse a desamarrar sus manos que estaban con la cinta de un zapato
- Tobías: no les estés amarando hijo, menos con las cintas de los zapatos – le dije mirando a Sebas
- Marcos: peor, con los tuyos jejeje – dijo mientras se desamarraba con la ayuda de sus dientes también estaba atado de manos pero con la cinta
- Tobías: ¡Sebastián! – le dije al ver mis zapatos del trabajo en la sala sin las agujetas
- Sebastián: se me termino la cinta… eran los más fáciles de sacar…
Ese fue un buen día a pesar de los berrinches, era
un día común en mi casa, los cuatro se llevan muy bien todos tenían sus
momentos y sus arranques.
Dos meses más pasaron y con ellos mis problemas
aumentaron no solo con Sebastián también con Marcos que se me había enfermado y
lo tuve en el hospital por cuatro días y me hiciera un berrinche cuando Bony le
fuera a ver… ¿cómo no me di cuenta?, yo estaba actuando mal, los estaba
obligando a algo que no debería.
- Marcos: no la quiero aquí que se vaya papá – decía enojado desde su cama
- Tobías: no seas grosero solo ha venido a verte – le reproche mirándole serio – mira te trajo esto – le dije mostrándole un peluche a lo que se ofendió, que estúpido, como puedo pensar en que eso lo haría feliz, queriendo sobornarlo como a un bebe chico
- Marcos: ¡no soy un bebe!, que se vaya.
- Tobías: no seas grosero hijo, ¡compórtate! que no porque estés malito te salvas de unas nalgadas – le dije con paciencia y la voz tranquila
Con la amenaza se quedó calladito por un rato, pero
mucho mas enojado, claro lo estaba retando por culpa de ella, aun así agradecí
su silencio hasta que fue una enfermera la que le estaba tomando la temperatura
cada cierto tiempo y el hiciera un drama por dos motivos porque no quería que
le tomaran la temperatura porque no era precisamente por la boca y porque
estaba Bony presente. Apenas lo voltee
para que tomaran la lectura él se puso a forcejear quitándose
el suero que tenía en su brazo derramando todo por el piso y
lastimándose un poco, se lo tendrían que volver a colocar, la
enfermera le puso una vendita no hubo que hacer mas no fue mucho, pero tendrían que ponerle el suero en la otra
mano. Le pedí a Bony que saliera un rato porque si bien las anteriores veces
Marcos no se había dejado tomar la temperatura tampoco había hecho tanto
escándalo.
- Tobías: Ya quietecito – le dije apenas salió Bony del cuarto y jalándole para poderlo dejar en mi pierna, le di tres palmadas algo fuertes – PASSS, PASS, PASSS
- Marcos: buaaaaaggg-
Me lo puse en las piernas atrapando sus pies un
poco y le levante la bata hasta que la enfermera termino
con una
lectura de 38.5, él no se sentía muy caliente pero en el hospital tenían
aires acondicionados así que era una de las razones por aquella forma de tomar
la lectura, ya que los dos primeros días había estado con fiebre y si bien
bajaba no era por completo y volvía a regresar, sollozaba mucho así que solo lo
senté en mis piernas y lo abrase para tranquilizarlo.
- Tobías: ya, hijo, ya está, no pasó nada fue un momentito de nada, ya, ya no llores – lo abrace en lo que la enfermera terminaba de volver acomodar la vía en otra vena sosteniéndole su cabeza con mi mano para que no pudiera ver el procedimiento
Me quede media hora hasta que se quedó dormido y
salí pensando que Bony ya se habría ido a su casa pero estaba en la sala de
espera.
- Tobías: perdón – me disculpe de ella cuando en realidad el ofendido era mi hijo, pero a veces uno actúa al calor de los sentimientos errados
- Bony: no te preocupes, ¿cómo está el niño?
- Tobías: tenía algo de fiebre así que le dieron medicamento y ya se ha dormido
- Bony: pobrecito, espero que se mejore pronto
Hablamos un rato y regrese al cuarto a cuidar a
Marcos que aun dormía, era temprano y por la tarde fueron sus hermanos a verle
en compañía de Clara mi hermana, que me estaba ayudando a cuidar a Marcos
cuando yo estaba en el trabajo.
- Sebastián: pues tu que te piensas… ¿quedarte a vivir aquí? – le dijo a su hermano en un intento de que sonría
- Marcos: no, no quiero estar aquí – dijo enojado
- Sebastián: ¿y te dejan ver la tele por lo menos?
- Marcos: si, pero no hay nada bueno – se quejo
- Abel: te trajimos un video juego pero no le digas a nadie porque se supone que no teníamos permiso de traerlo – le informo con una sonrisa cómplice – Alex el juego – le pidió al menor
- Sebastián: yo lo tengo – y bueno, solo que medo mover la cabeza, les estaba viendo por el rellano de la puerta y ellos ni enterados
- Marcos: qué asco ¿porque lo traías ahí? – le dijo cuándo su hermano se sacó el juego de dentro del pantalón, traía pantalón suelto que si bien no estaba a media nalga como muchos solían usar tampoco estaba en su lugar
- Sebastián: ¡¡que!! No tenía que entrar con él, ¿que no entendiste?
- Tobías: si se los prohibieron es por algo – murmure
- Alex: Sebastián lo trajo – dijo señalando a su hermano como diciendo yo no fui, no estaba de acuerdo
- Sebastián: chismoso – respondió – además no pasa nada si juega un rato
- Tobías: un rato, pero no se puede quedar con él, tiene que estar descansando no jugando, además traías dolor de cabeza – le dije mirando a Marcos que prefirió no opinar
- Marcos: mmm
- Tobías: solo un rato… toma, pero me lo das cuando te lo pida
- Marcos: bueno – dijo de mala gana
El cuarto día por fin me le dieron de alta a Marcos
y me lo pude llevar a la casa pero le
seguía dando medicamentos, dos veces había ido Bony a verle pero Marcos no la
quería cercas y se enojaba cuando ella
estaba, así que no se quedaba mucho rato y yo no me podía quedar un rato
hablando con ella porque Marco me hablaba diciendo que quería algo o que le dolía esto o aquello, sabía que eran
celos…. quería mi atención solo para él,
no que se la diera a alguien más, menos a una mujer que no era su mamá.
También tuve problemas fuertes con Sebastián que se
había enterado que le pediría matrimonio a Bony y se puso como fiera, había aventado el anillo que comprara para
ella y no solo eso, dos días después cuando ella estuvo en casa no tuvo reparo
alguno en llamarla un montón de malos adjetivos, desde mentirosa y rastrera a puta, zorra
interesada, le grito a la cara que solo buscaba dinero, que solo era una puta cualquiera… cosa que me
hiciera hervir la sangre y le castigara
ya era la quinta vez que le castigada
por ser grosero con ella, las anteriores veces por decir alguna palabra o dar
una mala cara, pero ese día se pasó y por mucho. Ella solo se limitó a
mirarlo incomoda, nunca enfadada, ni nada, solo le veía enojo pero no decía nada. Le pedí que saliera con los más chicos a dar
una vuelta, nunca los castigaba en frente de alguien más mucho menos frente a
ella.
Con ella fuera del camino me lleve a Sebastián a rastras a su cuarto y le castigue con la correa del pantalón,
estaba tan enojado ese día, porque yo había hechos planes, iba a pedirle
matrimonio el fin de semana, mis padres
ya lo sabía y mis dos hermanos Clara y Daniel con los que pensábamos hacer una
reunión por el compromiso a finales de mes, planes que no los iba a cambiar
solo por un tonto desdén, por un berrinche de celos y palabras sin sentido de
un mocoso agresivo; recuerdo que le grite mucho, lo regañe con duras palabras y
le di una soberana paliza, me excedí y pague mis frustraciones en él… ese fue
otro de mis grandes errores, no me calme, no preste atención a nada que no sea
mi enojo y mi vergüenza, porque si, me avergoncé de su comportamiento y sus
malas palabras me dedique a gritar y a
castigarle sin enterarme que lastimaba a mi hijo… mis planes se tendría que
aplazar por algún tiempo.
Tras aquello, me salí enojado del cuarto de mi
hijo dejando encerrado a Sebas, sin
percatarme de cómo estaba él, es mas no sabía si estaba llorando o no, estaba
más concentrado en mi enojo que no preste atención a nada. Bony como se lo pedí
había salido de la casa con los tres más chicos, cuando les encontré estaban en
el parque, Marcos estaba enojado pues les había dicho que fueran con Bony en lo
que yo trataba con Sebas, estaba en un rincón con una cara de pocos amigos, Abel
solo estaba sentado viendo al piso y Alex solo me volteo a ver si seguía
enojado con algo de molestia pues mi idea era llevarlos a comer a todos para
que lo pasaran bien, darles como un soborno para que las cosas se
tranquilizaran pero a Sebastián no le agrado la idea, como si fuera fácil
convencer a un adolecente con una simple comida, pero era un paso, era lo que yo creí, tal vez después llevarlos
al cine ya que había una película que él quería ver, pero por todos sus tontos
arranques se había cancelado todo
ya que ni Alex quiso salir pues sus hermanos no iban a ir, era como una lealtad al más grande, además
que Marcos no tragaba a Bony él tenía más presente el recuerdo de su madre.
Deje un rato a los niños sentados en unos juegos en
lo que hablaba con Bony, le pedí perdón por el comportamiento de mi hijo, a lo
que ella me contesto que así eran los jóvenes que tal vez nunca la aceptaría o
tal vez sí, pero que tendría que darle tiempo y no obligarlo a nada, aun ella
tuviera razón una cosa era obligarlo a respetar a las personas y otra a que
la vieran como su madre, mi intención era que fuera mi esposa, una compañera en la vida, de
igual forma no les había dicho a mis hijos que le llamaran madre o mamá si no
lo querían, eso era si les nacía de corazón, lo único que quería era respeto y
Sebastián se había pasado la frontera como si no existiera.
Nos quedamos hablando un rato y me fui a dejarla a
su casa llevando a los niños conmigo y pasando a comprar comida, camine un rato sin rumbo fijo o bueno en
realidad distraído, ya que estaba solo con los niños de mi mano, necesitaba
calmarme y distraerme un poco, ordenar
mis ideas, pero no podía aplazar el momento, llegamos a casa después de dos horas de haber salido de
ahí, nosotros ya habíamos comido, no era
la cena que había planeado pero ya estábamos de regreso, deje una bolsa de
comida en la mesa y me senté como una hora pensado en lo que le diría a
Sebastián, finalmente con un discurso mas o menos elaborado subí al cuarto de
mi hijo, había dejado la puerta con
llave, mierda ahora que lo pienso, fui un estúpido al hacer aquello y perderme
tanto tiempo, no me puse a pensar siquiera en que necesite ir al baño, en fin,
apenas abrí e ingrese y lo vi moverse bajo las sabanas.., ahora lo sé,
procuraba esconderse de mi.
- Tobías: Sebastián necesitamos hablar, anda párate – le dije serio pero sin gritar
Pero él no me contesto solo le oí llorar un poco y
moverse, en realidad se acurruco, yo seguía molesto pero necesitaba hablar con
él ya había tenido suficiente de sus majaderías hacia una mujer que ni culpa tenia de nada, me
acerque y trate de levantarle, mis movimientos fueron un poco bruscos pues no
estaba precisamente feliz, pero su reacción apenas le toque fue la que me
sorprendió, pues apenas tire de él un poco, se jalo y se dejó caer al suelo
usando la cama como si fuera un escudo,
estaba asustado pidiéndome que no le pegara.
- Tobías: no te voy a castigar, Sebas – le dije rodeando la cama para acercarme a él pero el solo se arrincono entre lo que pillo a su lado y la pared, jalo incluso la silla y la puso entre él y yo gimiendo como si se le fuera a salir el pecho
- Sebastián: agggs aggs niiiff nifff ppporr por fff favor ya noo, ya noo ya noo
- Tobías: no te voy a hace nada – trate de agarrarle para páralo pero solo puso sus manos sobre la cara como si se estuviera cubriendo, en ese momento el cuerpo me tembló porque lo que estaba viendo, no era un berrinche, era miedo, miedo de mi, pavor de mi persona, ¿Qué hice? – hijo, déjame verte ¿sí?
- Sebastián: no me peques… no me pegues, no me pegues, no me pegues no me pegues no me pegues – era lo único que repetía con los ojos vacios como platos, mirándome sin verme y sentí un nudo dentro de mi
- Tobías: shuuuu, shuu hijo, hijo por favor – le dije abriendo mis brazos como si quisiera abrazarlo – necesito ver si te hice daño – tuve la osadía de decir, era obvio que lo había lastimado y mucho y esa herida iba mas allá del dolor provocado por la paliza, hice algo peor, rompí su confianza en mí, solo que no lo vi ese momento porque fue un cojudo, esa es la palabra, fue una mierda – no te voy a castigar – agregue pero ¿acaso había otra forma de castigar aparte de lo que ya estaba haciendo?, estaba lastimando a mi hijo y ciego no me di cuenta de eso – ¡cálmate si! – dije elevando la voz y cogiendo su mano, no por gritarle enojado sino para que salga de ese trance pero y Sebastián empezó a gritar como loco y se orino encima
- Sebastián: NO ME PEGUES, NO ME PEEGUES – se quedo parado y la orina se escurrió bajo sus pies
No podía hacer nada, me dio temor de que si forzaba
le pasara algo, así que hable a mi hermana que era quien solía ir ayudarme con
los chicos debes en cuando, ella fue la que pudo hacer que Sebas se parara de
ese rincón al que volvió apenas cerré la puerta.
- Diana: ¿Qué mierda has hecho? – fue lo primero que me dijo mi hermana apenas termino con Sebastiano, ella se llevó a Sebas al baño, lo baño y le puso compresas frías en su piel y algunos pomadas, había lastimado a mi hijo
- Tobías: ¿Por qué? – quise saber asustado, mi hermana no suele ser malhablada y nunca se enoja conmigo, pero ahora parecía que quería soltarme un revés en la cara
- Diana: Eres un idiota lo Sabés? – murmuro mirándome fijamente, con los ojos como flamas del enojo que llevaba – Se te paso la mano y por mucho Tobías pero que mierda tenías en esa cabeza, sé que su lenguaje no es el mejor pero tampoco tenían que llegar a esos extremos – me dijo pues ella ya sabía del gran vocabulario de Sebas y de que era grosero
Yo me dedique a explicar lo que había pasado y ella
me oyó pacientemente, pero igual eso no me daba excusa para sobrepasarme como
lo había hecho, y lo sé porque Diana no cambio en nada su expresión, mas al
contrario enduro su mirada.
- Tobías: se que no tengo excusa alguna – concluí sentado en la cocina a donde nos fuimos ambos
- Diana: Exactamente – me dijo enfadada – no tienes excusa, no HAY excusa – repitió
- Tobías: ¡Diana! – dije igual parándome sorprendido
- Diana: es que no puedo creer lo que has hecho, ¡no te reconozco! – aseguro y yo no podía dejarla ir así y la ataje abrazándola, más que por ella por mí, necesitaba su apoyo no su reproche, estaba tan confundido y avergonzando – no te reconozco Tobías, no en esa paliza, y menos en esos moretones – murmuró y ahí supe con certeza que se me había ido la mano… que si bien Sebastián se cruzo mil fronteras con los insultos yo hice lo mismo o peor porque lastime a mi hijo, que si bien fueron marcas que se quitaron en algunos días era algo que yo jamás hubiera hecho… era lo que siempre pensé que jamás haría sobrepasarme en un castigo pues nunca acostumbre a pegarles fuerte o dar más de unas cuantas nalgadas o en el caso de Sebas más de 10 cintos en el trasero.
Tarde dos semanas para que mi Sebastián pudiera
verme a la cara sin tenerme miedo, dos
más para que él me hablara como antes y
un mes más para que las cosas siguieran
con si nada, él seguía sin aprobar mi
relación pero una cosa era que salga con una mujer y otra el matrimonio, por eso aplace lo mas que pude
el decirles a mis hijos mis intenciones, porque estaba claro que siempre y
cuando no mencionara a Bony mi vida era normal con esos niños, más de una vez
me puse a pensar en dejar todo por la estabilidad de mis hijos, desde que
presentara a Bony con mis hijos y de que mi hermana se marchara enojada conmigo
con esa palabras tan duras que me calaran, pensé en eso muchas veces pero luego
la balanza se inclinaba a favor de lo que mis padres y mis hermanos venían
diciéndome … que yo tenía que rehacer mi vida, que mis hijos no vivirían conmigo
para siempre, que una mujer en casa podía ayudar mucho pues Marcos era muy
enfermizo y una ayuda extra no estaba de más, que Bony era una buena mujer, era
atenta y trataba de ayudarme, que los niños tenían que empezar a entender que
ellos eran los hijos y no al revés, que tenía que ir con calma con los dos más
grandes para no cometer el mismo error, además Bony ya se había ganado a los
dos más chicos, en fin un montón de cosas a favor de seguir con mis planes, yo
quería a Bony de verdad que la amaba y esperaba que con el tiempo fuera una
buena madre para mis hijos.
Obviamente mi familia se dio cuenta que los chicos
no toleraban a Bony, así que mis padres y mis hermanos hablaron con los dos mayores, no de buenas
escucharon y entendieron un poco, pero aun ese poco no funciona mucho con
Sebas, sus insultos siguieron cuando
estaba o mencionaba a Bony, si bien no le volví a poner un dedo encima, porque
me prometí ser más paciente y actuar diferente y nunca actuar mientras estuviera enojado, trate de usar otra forma de castigarle, cambie
mi trato con él cuándo era grosero que no era en todo momento pero si se
traía un humor de perros, cuando insultaba o se ponía grosero lo ignoraba por
completo y solo cuando se decidía a habla como se debía le contestaba y
seguíamos como si nada pasara.
Y como era de suponer, apenas mencione lo del
matrimonio a Sebas, este recrudeció sus ataques e insultos, pero fiel a mi
palabra no dije nada, ignore por completo a mi hijo en esos momentos donde ni
el mismo se soportaba, hasta el día que hice publico mi compromiso con Bony en
una reunión en un pequeño local rentado, a la que asistieron mi familia y los
padres de Bony, reunión que no les pareció los dos mayores de mi hijos… fue tan agotador pero con Marcos podía
lidiar, pero no con Sebastián… iban a ser tres largos meses para convencerlo
hasta que se celebre la boda, tal vez llegar a que por lo menos la tratara como
a una persona.
- Tobías: si vas a seguir con esa boca mejor te quedas porque lo único que te vas a ganar va a ser que te castigue en frente de todos, así que te lo piensas – fue la única advertencia que le di, si bien no le había castigado en un tiempo de casi dos meses tampoco le dejaría lanzar insulto públicamente frente a las demás personas en la fiesta de compromiso
- Sebastián: pues no pienso ir – dijo enojado y se retiró a su cuarto
Solo respire profundo viendo cómo se iba enojado y
como se estampaba la puerta de la recamara, eso fue el lunes por la tarde. El
martes por la tarde se soltó un buen aguacero, yo me quede en casa rogando para
que el mal tiempo termine pronto y no arruine el día de la reunión porque era
al aire libre, los tres más chicos estaban jugando en una de las recamara y
Sebastián estaba fuera en casa de un amigo, llegó ya tarde todo empapado con la
ropa pegada al cuerpo y escurriendo agua.
- Tobías: ¿porque no me llamaste para ir por ti? – le dije apenas lo vi entrar, vamos que si bien estaba molesto con él no dejaba de preocuparme mi hijo
- Sebastián: porque seguro estabas más ocupado con tu compromiso – me respondió sin mirarme – además no estábamos en la casa de Lucas cuando se soltó el agua – agrego dejándome de piedra – … aag se alcanzó a mojar el libro – protesto sin importarle lo que le dije, es mas ni siquiera se volteo a verme
- Tobías: ve a darte un baño… – y no alcance a decir antes de que te resfríes porque estornudo tres veces seguidas
- Sebastián: aaaggg – empezó a renegar y se fue a su cuarto
Estuvo toda la noche malo por lo que me lo pase
entrando y saliendo de su cuarto para ver cómo estaba o si la fiebre subía, el
miércoles no fue a clases por lo mismo, una gripe fuerte por lo que el
miércoles en la noche termine llevándole al médico, le dieron medicamento para
la casa con la recomendación de guardar cama, nada del otro mundo, estaba pendiente de él, llevando la comida o
preparando algo especial para que comiera estaba de malas en ratos pero aun así
podía hablar con el aun su actitud a
veces me sacara de quicio, el anuncio
del matrimonio no le agradaba pero aun Bony no iría a vivir a casa no aun, sino hasta que el matrimonio se formalizara
por completo que sería un unos tres meses tal vez un poco más solo esperaba que
fuera tiempo necesario para que Sebas y Marcos apartaran sus miedos y
molestias. Quería que Bony se fuera integrando, no les forzaba en nada ni a que
le hablaran o que fueran los mejores amigos solo que pudieran conocerla, tal
vez si lo hicieran ella les podría caer bien y llevarse bien como los dos más
pequeños, lo único que les pedía era que no fueran insolentes. Bony también
estaba tratando de ayudar iba cuando yo llegaba a casa y me ayudaba con la
comida o me ayudaba a ordenar, daba el
toque femenino que a esta casa le faltaba, le gustaba hornear para los pequeños
por lo que ellos felices, pero aún me faltaban los dos mayores. Sebas no bajaba
para nada de sus cuarto si ella estay era yo el que le subía la comida para que
no se quedara sin comer, solo le preguntaba si ya se había tomado el medicamento
a lo que él contestaba que si o que lo haría en un rato.
Así fue el resto de la semana hasta el sábado, el
día del anuncio del compromiso, aquella mañana habíamos salido muy temprano
solo deje comida preparada para que comiera Sebas, pasando a su cuarto antes de irme diciéndole
que comiera y se tomara el medicamento.
- Sebastián: no tengo cinco años papá – dijo molesto-
- Tobías: no quiero que salgas entendido?
- Sebastián: sí, sí.
- Tobías: el teléfono del lugar está en el refrigerador.
- Sebastián: ya – me dijo casi gritando era un adolecente al que no quería que le dieran ordenes – me duele la cabeza, ya vete
Solo di las últimas recomendaciones y salí de casa
para arreglar el pequeño salón donde anuncie públicamente la fecha del
casamiento, asistieron unos cuantos amigos cercanos y la familia a excepción de Sebastián que no
fue, él se quedó en casa no quería
formar parte de eso y no le obligue pensando en que era mejor dejar a la
fierecilla tranquila, no forzar nada para no empeorar las cosas y dejar que las
cosas siguieran su curso, la verdad es que no quería un espectáculo en medio
compromiso con tanta gente a mi alrededor, así que Sebastián se quedo solo en
casa porque me lleve a los más chicos, en realidad los obligue; con Abel y Alex
fue fácil, entre dulces y juegos se la pasaron bien al igual que Marcos que si
bien no estaba de buenas estaba disfrutando las golosinas y no tuve muchas
quejas de ellos, a exención de una cuando Marcos les puso mala cara blanqueando
los ojos a los padres de Bony y lanzando algunos insultos que gracias a dios no
fueron del calibre de los de Sebastián, cuando los padres de ella preguntaron
si “esos niños serias sus hijos”, menos mal mi madre fuera la que se diera
cuenta de lo que paso y discretamente se llevo a Marco a un lado para darle un
pequeño sermón ahorrándome una escena en una fecha importante para mi…
¡vaya!, las cosas importantes…
Era tarde ya, casi noche, nos habíamos perdido todo
el día y no había visto a mi hijo desde la mañana; la reunión seguía en su curso,
no recuerdo que paso, creo que falto algo de bebida o nos antojamos algo
especifico y fue por eso que fui con Daniel y Heriberto por unas botellas a la
casa; fue cuando vi todo tan espectral, la casa estaba a oscuras cuando
llegamos, las luces sin prender, la comida que dejara estaba intacta, todo
estaba tal cual salimos de casa salvo algunas cositas fuera de lugar… como un
libro tirado en el piso, una copa rota en la cocina con agua derramada, fruncí
el ceño pero no pensé en nada mas…
- Daniel: y eso – pregunto mi primo al ver la comida sobre la mesa, él sabía que Sebastián estaba en casa enojado, pero enojado o no tendría hambre en algún momento, pero mi hijo no había comido
- Tobías: este chico seguro ni bajo a comer – respondió un poco malhumorado – o eso o se salió a algún parte, por eso esta todo oscuro – murmure pensando en esa posibilidad y pensar que se había salido de la casa así que fui a su cuarto…
Prendí la luz seguro de no encontrarlo en casa,
pero estaba ahí, lo vi acostado tapado con unas sábanas, supuse que dormía… y
si, estaba dormido, mi hijo dormía, pero dormía el sueño de la eternidad; ese
fue el peor error que cometiera, no le llame para saber cómo estaba, él estaba
enfermo por la lluvia de días antes, con fiebre, le deje en la mañana en su
cuarto no se veía mal parecía que ya estaba mejorando pero aún tenía esa
tosecita que lo fastidiaba y el dolor de cabeza.
Antes de irme no le pregunte como se sentía, sabía
que le dolía la cabeza pero casi siempre era un dolor pasajero él era el
más sano de todos mis hijos, no se suponía que fuera a empeorar por
un resfriado… mi hijo se había muerto
mientras yo festejaba un compromiso que nunca acepto, lo deje por una fiesta,
¿qué clase de monstruo era? no podía con mi vida y mis constantes fracasos, no
recordaba mucho mas de cómo fue la tonta fiesta, era como si todo se borrara en
mi mente quedando un solo recuerdo grabado para siempre… la frialdad de la
muerte, de ese día solo recuerdo que
apenas tocarlo lo sentí frio, mi niño llevaba varias horas muerto, ¡muerto!;
llore como nunca en mi vida, lo saque de
la cama y llore con él en los brazos, tirado en el piso a donde me fui a
desvanecer, fue lo más difícil… recuerdo alcanzar a escuchar a mi hermano
tratando de hablarme mientras Heriberto llamaba a alguien, que trataron de
quitarme a mi hijo de mis manos pues tenían que llevarse el cuerpo y que yo me
aferre a él, no sé cómo me lo arrebataron pero lo hicieron… no recuerdo mucho
más de ese día o de los días siguientes, ni siquiera del entierro, solo que me
estuve retirado de mis tres hijos porque yo me derrumbe. El peso de mi culpa
era tan grande que no podía respirar, yo no estuve con él en ese día.
Dos semas después de su muerte yo estaba en su
cuarto revisando todas sus cosas, tocaba todas sus pertenencias como si
fuera lo más valioso del mundo y lo era
para mí, y me quedaba llorando por horas tocando sus cosas porque era la única
forma de tenerlo, así encontré en una libreta las claves de sus contraseñas para entrar a su cuenta de
chat y entré a ella, estuve sentado por mucho tiempo viendo vacio la pantalla,
luego algunas fotos e imágenes, empecé a leer algunas conversaciones con sus
amigos de cosas de chicos, pero entre todas una llamo mi atención y me
entretuvo por mucho rato… era una plática sobre Bony y como Sebastián hablaba
tan mal de ella.
Recorrí la conversación curioso de saber que
despertaba el odio que le tenía y descubrí que aquello no era reciente, llevaba
meses, incluso mucho antes de que yo me
involucre con ella, y fue cuando entendí
porque la odiaba tanto, él la conocía antes de que yo la llevara a casa… fue
por decirlo así su primera amor, incluso tenía una foto de ella la cual le
había mandado a su amigo, supe en esa conversación que no solo fue su primer
amor sino también su primera vez y también su primera decepción, mencionaba a
alguien más, un dichoso con el que ella había estado tenido sexo y no era yo,
yo era el tonto que no había querido sentarme a escuchar a mi hijo, es mas ni
siquiera le pregunte, fue entonces que entendí sus palabras, fui el único
idiota que no comprendió que con quien
estaba no era una perita en miel, fue que entendí que lo único que quería hacer
mi hijo era protegerme de alguna forma, fue que comprendí que era un imbécil,
fue el momento en que pensé que la vida no valía nada, que mis tres hijos que a
un me quedaban estarían mejor sin mí.
En ese momento que salí de ahí como un autómata y
me encerré en mi recamara y saque un arma que tenía escondida por si algún día
alguien trataba de meterse a mi casa, me senté y dirigí el arma a mi cabeza,
iba a suicidarme ¿para qué vivir con lo que acababa de enterarme?, había
lastimado a mi hijo y en pocas palabras lo había matado por no cuidar de él,
por estar pendiente de una mujer ue no valía nada, lo mejor era desaparecer y
ya no vivir este suplicio, y cuando por fin encañone el arma desviándola de mi
cien a la boca, lo pude escuchar.
- Sebastián: no hagas eso, ¿estás loco o qué? – me dijo mi hijo materializándose frente mío, poniendo su mano fría sobre la mía que ardía
- Tobías: ¡¡¡ mmm !!!
- Sebastián: así no vas a solucionar nada sabes – dijo sentándose en mi regazo – y mis hermanos ¿qué?... ¿los vas a dejar ahora sin un padre?, no puedes hacer eso papá, no puedes
Cerré los ojos avergonzado pero cuando regrese la
mirada ya no estaba, mi niño desapareció
de mi falda, tome el arma y la deje en su lugar, volví a cerrar los ojos
llorando como un niño, fue la última vez que llore, repitiéndome lo mismo,
tengo tres niños que dependen de mí…
Sebastián tenía razón ¡yo! no los podía dejar.
Aclarando que los primeros capítulos no estarán Los Guias pues la historia se esta contando de otra perspectiva. Y los chicos Saul, Nicolas y los de mas Guias irán apareciendo en la cuanto o quinta parte, pues son lo que están involucrados en gran parte en todo esto.
ResponderEliminarEspero les Guste.
claro que nos va a gustar a mi me encanta... es mas ya tengo la piel de gallina con todo lo que he leido y estoy deseando saber el resto.
ResponderEliminarGracias Mary tu siempre tan atenta con nosotros y regalándonos tan buen talento
Triste, triste, triste muuuuuuuuuuuuuuuuy triste.
ResponderEliminarMe ha dolido el corazón de leerlo, es muy emotivo, lleno de dolor, y siento que ese dolor asfixia, debe ser horrible vivir un situación como esta en la vida real.
Mary me hiciste sufrir.
Mary no sabes como odié en este capi a Tobías en la forma que castigó a Sebastián!!
ResponderEliminarY si recuerdo que cuando lo leí hace un mes me hiciste llorar!!
Este capítulo super intenso no me esperaba que el Sebastian muriera que suerte que logro detener a su padre para que no hiciera esa locura....
ResponderEliminarNota: odio a bony
Andrea