El recuerdo
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 10 de Julio del 2017
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Capítulo 4
El monstruo
Autora: Chany
Tengo miedo de que me lo
quite…
Siete
palabras que en ese momento dieron vuelta mi mundo. Aún recuerdo la sensación
de desasosiego que me invadió en aquel momento y luego la rabia, la violencia y
la confusión se apoderaron de mi al entender que esas palabras confirmaban mis
peores temores. Al menos algo de lo que me había dicho Ricardo era verdad.
No
sé si pensé o solo actúe, pero me puse el pantalón de algodón sin importarme la
remera o la ropa interior y salí disparado de detrás de las cortinas. Iba
masticando mi bronca en clara posición de ataque y si no le hice daño a mi
padre no fue porque no lo pretendiera, sino porque mi fuerza era insignificante
para sus bazos de mole y me pudo contener mientras yo gritaba y daba patadas
sin poder ver más allá de las lágrimas.
- ¡ME MENTISTE! MENTIROSO… MENTIROSO – no estoy seguro de cuanto le grité ni de si alguno de mis golpes llegó a destino. Mucho menos sé cuánto tiempo estuve hasta que me cansé y se acabó mi voz, pero termine llorando en sus brazos molesto porque quería odiarlo pero no podía y si lo odiaba no tenía nadie más – mmmhhh – aunque ya no quería llorar un gemido escapaba de mi garganta y salía por mi nariz haciendo inútil mi esfuerzo por cerrar los labios
- Vamos a hablar hijo – habló recién cuando yo ya no podía dar más guerra. Todavía me sorprende su autocontrol después de mis ataques pero supongo que algo culpable se sentía
- ¡¡NO!! NO Vamos a hablar – dije tapándome las orejas de manera infantil para no escuchar nada – no tenemos nada de qué hablar porque ¡no somos nada!
- ¡Jonathan! – gritó mi tía gritando mi verdadero nombre y no el apodo de Jhonny como la gente me conocía, pero yo estaba más allá de cualquier reclamo
- Tranquila Mile – le dijo papá intercediendo por mi – vamos a hablar hijo– me dijo sacando mis manos de las orejas con sus manos
- Ya No me digas ¡hijo! – le dije con rabia – ya sé que no soy tu hijo – le dije deseando que él diga que era mentira pero eso no paso. En cambio el solo demostró estar herido porque aquellas palabras eran verdad
- Aun que no sea el biológico aún soy tu padre y lo sabes Jonathan – ¿saber, lo que se?, saberlo no sabía pero no puedo negar que por más enojado que estuviera no podía borrar de un plumazo todo lo que él significaba para mí. Además me apuntó con su dedo en el rostro con una mirada que por un momento me quitó las ganas de replicar, hasta de hablar siquiera – ahora antes de hablar quiero escuchar que fue lo que pasó
Y
el momento de la verdad había llegado. Quise mostrarme enojado y exigir primero
las respuestas pero por un segundo tuve sensatez. Algo me decía que mejor
manejará las cosas civilizadamente o iba a terminar cobrando, porque mi papá
traía una cara de perro que me hacía recordar lo ocurrido hace una semana y el
trasero se me fruncía involuntariamente. Así que opté por lo más conveniente y
neutral que tenía a mano y me solté de papá para refugiarme en Mila.
- Necesitamos saber que pasó – me dijo Milacon un abrazo maternal al que sólo pude responder bajando la cabeza y tragando grueso. No me quedaba otra que responder
- El domingo pasado lo encontré afuera del club y me regaló una play por mi cumpleaños – empecé a explicar para que entendieran el resto pero no pensé en que sólo me estaba descubriendo
- Dijiste que no habías hablado con él el domingo – gruñó mi papá y yo me asuste, recién me daba cuenta de lo idiota que había sido en decir eso en vez de inventar algo así que me puse tras la tía por las dudas
- Si vas a alterarte no vas a conseguir que ¡hable! – le reclamo Mila y mi papá resoplo como toro pero me hablo más tranquilo
- ¿Qué paso el domingo? – me animó a seguir pero yo ya no quería hablar más – quiero escuchar cómo me mentiste – dijo con sarcasmo haciéndome enojar
- Yo podría pedir lo mismo ¿no?– le conteste creyendo tontamente que lo iba a intimidar o algo y entonces se enojó
- No te pases de pícaro porque te corto la estupidez enseguida – me amenazó, porque por más humor con el que me lo tome, eso fue una amenaza y lo peor incluyó una muestra gratis
- Auuuu– grité cuando me tiró de la oreja. No fue fuerte pero no estaba preparado. Al menos eso era un castigo conocido por mí. Aunque para que me haga eso es que ya estaba muy cabreado
- Bueno basta! – reclamó Mile y me apartó para que esté lejos de papá y prácticamente me sentó en una silla – vamos a hablar como personas civilizadas – dijo y le hizo un gesto a papá para que se siente. Y yo por mi parte reviví a un poco el dolor al sentarme – ¿cómo que te dio un regalo? – pregunto mi tía y yo solté toda la historia sin respirar y tratando de evitar los mayores detalles porque no quería que sepan que me había caído bien ese día.
Cuando
termine papá se refregaba los ojos con el pulgar y el anular pero en vez de
matarme preguntó lo que quería saber.
- ¿Y hoy que pasó? – empecé a contar, quería que mi papá sepa que Ricardo era peligroso, no recuerdo bien en que pensaba en aquel momento. Estaba enojado con papá pero lo necesitaba más cerca que nunca. Por suerte él se dio cuenta y en cuanto se me aguaron los ojos se sentó a mi lado para que le cuente
- Fui esta mañana a su casa – dije lo obvio pero por algún lado debía empezar – empezamos bien pero después se enojó conmigo – recuerdo que cuando le contaba aún seguía afectado, así que debió ser fácil para papá ver el miedo que yo tenía – Empezó a gritarme y yo le dije que no lo haga, que no era mi padre y entonces se sacó el cinturón – hasta el día de hoy recuerdo aquello.
Ricardo
se sacó el cinturón con una mano, pero yo salí corriendo antes que él me agarre
y comenzó la carrera más desesperante de toda mi vida. Las puertas estaban
cerradas con llave y aunque la casa era enorme después de romper un par de
cosas y de casi sufrir un infarto por la sobrecarga de nervios él me alcanzó.
- No debiste correr – dijo haciéndome dar escalofríos, estaba muy enojado
- Sueltemee – grité porque me levantó de los brazo con una de sus manos
Habíamos
llegado hasta el pie de la escalera y él aprovechó para subir un pie al segundo
escalón y me dejó colgando de su rodilla derecha. Jamás tuve tanto miedo. Me
iba a pegar y me podía caer.
- Hiciste un desastre mocoso – me reclamó y el degenerado intento sacarme el pantalón! – se nota que no te enseñaron a comportarte – y me dio un chirlo en la mano para que suelte mi ropa y el pueda lograr su objetivo – PLAF
- ¡AUUU! – me quejé pero no iba a soltar por nada mi única protección. Ya tenía la experiencia de mi visita a las rodillas de papá
- Bueno…yo no tengo apuro – dijo como si estuviéramos tomando el té – puedo esperar a que sueltes el pantalón – dijo pero no espero un carajo – PLAFF
- AUUU NOOOO – pero no lo solté
- PLAF PLAF PLAF – me dio una en la mano y dos en el trasero
- AAAGGGGG – y ya no aguanté, por instinto quité la mano – Auuu – tuve que agarrarme de su pierna para estabilizarme y no caer, entonces aprovecho para quitarme el pantalón. Al menos él no me quitó la ropa interior como había hecho mi padre la semana anterior, pero no por eso dolió menos
- Zas zas Zas ZAS – soltó con fuerza. Jamás me habían pegado así y dolía mucho y grité a cada golpe pero no paró. Siguió haciéndome aullar y perder la noción de tiempo
- Ahhhhhahhhhh auuuu – intenté taparme con las manos sin pensar en que me caería de cara, me dolía tanto que no podía pensar en eso – auuuu!! – por un momento me balancee hacia adelante y luego hacia atrás hasta que él me agarró y de paso quitó mis manos para sujetar las en mi espalda
- Zas zas – llegaron dos mas y grité esperando un milagro
- AUUU ahh AUXILIOOO – pero con una casa tan grande dudaba que se escuchara más allá de las paredes. A falta de manos intenté poner los pies pero yo no era tan flexible así que no sirvió de nada. No llegué ni a estorbarle – no me pegue maaas AUUU
- Zas zas – Comencé a balancearme para que me suelte y logre resbalarme en el peor momento porque las últimas dos dieron de lleno en mi espalda – zas ZAS
- AAAAAAAAAAHHH! – aullé con todas mis fuerzas porque encima al resbalarme se me había arremangada la remera dejando la piel de mi espalda expuesta. Fue horrible, quemaba y podía sentir exactamente donde me había pegado. Solo pude zapatear mientras me temblaban las rodillas y se me aflojaban los mocos
- ¡MIERDA! – gritó Ricardo subiéndome a su rodilla de nuevo – mira lo que haces mocoso – me reclamó como si yo me hubiera pegado sólo con el cinturón y lanzó el pedazo de cuero con bronca tirando un florero azul en el camino – PLAF PLAF PLAF cuando te castigue te quedas quieto – me dijo y yo pensé que eso no lo haría jamás, él era un idiota al pensar eso – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – siguió con la mano pero a esas alturas a mí me daba lo mismo porque todo me quemaba
- AAGGGGG ya nooo – le pedí y por fin paró
Hasta
el día de hoy nunca supe cuántos cintarazos me dio…
- Me pegó muy fuerte – confesé al final de mi historia sintiendo que me quedaba corto con la descripción pero lo que más me pesaba ahora era otra cosa – entonces me dijo que que – eso fue más difícil de decir – snif.
- ¿Qué te dijo? – me alentó la tía mientras papá me abrazaba
- Me dio que era mi padre y quetu eres sólo mi hermano… que tú me robaste – solté todo alejándome un poco de papá. Necesitaba verlo a los ojos y si él negaba todo yo le iba a creer. Pero eso no pasó.
- No te robé – fue todo lo que dijo, nada más
- Entonces ¿de verdad él es mi papá? – pregunté dolido. Mi vida era una mentira y ya no me enojaba sino que me dolía
- Es tu progenitor – quiso aclarar acunándome el rostro con las manos
- ES LO ¡¡¡MISMO!!! – reclame y me puse a llorar sin saber que sentir. No solo mi cabeza era un lio sino mi corazón – me mentiste tan too – solloce y papá volvió a apretar me en su pecho
- Las cosas son más complicadas que eso – me dijo y cuando yo iba a exigir una explicación más completa de la que Ricardo me había dado antes de que yo me escape, la puerta sonó
- Yo voy – dijo Milena supongo que pensaba despachar al visitante porque no era momento para hacer sociales.
Yo
estaba de frente a la puerta por lo que apenas abrió pude ver quién era.
Ricardo había tenido la desfachatez de ir a casa. En ese momento me quede
paralizado y seguro mi cara era de espanto por lo que papá se giró a ver y
reaccionó de inmediato.
- Todavía tiene cara para venir a mi casa – dijo y se levantó para ir a la puerta e intento golpear a su padre.
Fui
tan rápido que en ese momento no supe que pasó. Solo cerré los ojos un segundo
y cuando los abrí mi papá estaba contra la pared y el viejo lo tenía en una
llave estilo policías en acción. Pegué un grito no muy masculino y corrí a
aferrarme a mi tía, no corrí mucho porque mi casa entera tenía treinta metros
cuadrados y yo estaba a la mitad.
- Creo que debemos hablar como personas civilizadas – dijo Ricardo calmado mientras papá trataba de soltarse en vano – así que te voy a soltar.
- Si me sueltas te voy a partir la cara – me daba miedo pero reconozco que estaba deseando que papá hiciera eso
- Sabes que se pelear, pero no voy a pelear con mi hijo –respondió él y yo me acojone pensando en cómo había podido conmigo sin esfuerzo. No quería que dañe a mi padre – hoy pasó algo en mi casa y hay que hablar
- Hoy ¡lo golpeaste! – papá intentó zafarse de la llave en vano otra vez. Mila y yo estábamos demasiado asustados como para acercarnos, creo que más ella que yo – mi hijo está lleno de moretones en todo el cuerpo por tu culpa
Entonces
Ricardo lo giró agarrándolo sólo por los hombros y me miró a mi muy enojado y
después a mi papá.
- Es mi hijo – gruñó y entonces papá lo apartó – y todos esos golpes se los hizo el solo por malcriado
- ¡Claro! – respondió papá con sarcasmo – seguro MI HIJO – resaltó esas palabras – te quitó el cinturón para marcarse sólo y de paso se llenó de moretones los brazos y piernas.
Entonces Ricardo decidió contar con pelos y señas todo lo que sucedió esa mañana cuando yo fui a su casa.
Chany mi corazón esta roto, como ese cruel y malvado hombre puede ser el padre de ambos, y ser tan fiero y rudo y tan malvado, ruin es la palabra, llevarse la boca con la palabra padre el muy canalla.
ResponderEliminarPero una cosa me dejo super picada, ¿que fue a contar Ricardo?, que justificativo quiere presentar para decir que el chico se merecía tal salvajada?. por favor es es repugnante, jajajja
Pero esto lo hace sabroso y espero que pronto nos deleites con un nuevo capitulo.
Marambra
Yo le voy a dar el beneficio de la duda a ese hombre porque creo que ya tienes un patrón al escribir. Primero demonizas a alguien y después lo humanizas mostrando todas las facetas que al fin y al cabo Lo hacen un humano imperfecto. Quiero ver como sigue esto y si mi teoría es correcta jaja
ResponderEliminarMuy lindo capitulo, me encanta pero ya quisiera saber toda la historia detrás de de todo esto.
ResponderEliminarChany espero que pronto este el proximo capitulo. Cuídate
Mary
Losabia....lo sabía pero también quiero saber qué pasó no tardes
ResponderEliminarUn beso
Chany te has mal acostumbrado a dejarnos con las ganas de saber más, pero lo bueno es que este no es el final
ResponderEliminarGinebra
Que triste, ya quiero saber que paso aunque no creo que exista algun justificativo para lo que hizo, por algo sus otros hijos se alejaron de él.
ResponderEliminarErina
Chanyyyy ahora si ya no hay más!! así que ahora si te voy a ir a chingar al grupo jajajaja
ResponderEliminarWaooo ya necesito saber bien que fue lo que pasó en casa de Ricardo!!!
Así que amiga felicidades por esta historia que te quedó increíble como todo lo que escribes!!!
LO SABIA!!! LO SABIA LOA SABIA!!!!
ResponderEliminarVIEJO CTM ESO NO ES CASTIGO ES MALTRATO}!!!
GRRR