Père Fouettard
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 25 de Diciembre del 2017.
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Querubines
Querubines
De: Marambra
Para: Mary C.
Para: Mary C.
- Mis alitas mis aliiiitas buaaaa – lloraba Christopher totalmente asustado y dolorido, buscando con la mirada a sus padres sin lograr verlos, lo que hizo que llorara peor y se haga una bolita temerosa pensando que sus padres lo habían olvidado sin saber que ellos lo estaban buscando con frenético interés – BUAAAAA MIS ALIIIIITAS – volvió a llorar mucho más fuerte y más asustado pensando en lo que aquello implicaba, se quedo sin alitas, alguien vino y se las había quitado, alguien que no conocía, alguien que lo había visto….
Jack y Suzanne estaban como locos buscando de un lado a otro
a su pequeño querubín, Christopher había desaparecido en el parque de
diversiones a donde lo llevaron por ser víspera de navidad, había estado
esperando este día con tanta ilusión que no había hora que no hablaba hasta por
los codos de las cosas que haría en el, sobre todo porque a la aventura se iban
a unir sus primos Rafael y Miguel a los que no veía por dos años porque vivían
en otro estado.
La jornada había empezado con un niño exaltado de alegría
y había transcurrido según lo planeado hasta la hora del almuerzo sin mayor
inconveniente como cualquier día en un parque de diversiones, los niños iban de
aquí para allá entre los toboganes, los sombreros voladores, las tazas
giratorias, el túnel del terror incluso y aunque los adultos estaban cansados
no podían quejarse, era un único día en que los chicos mandaban por así decirlo
y no veían la hora de poder sentarse en el restaurante y disfrutar no solo de
llenar sus estómagos sino también dar un descanso a sus malogrados pies de
tanto andar; menos mal Bryan y Amelia, los padres de Rafael y Miguel como era
tradición se estaban ocupando de aquello… del almuerzo del día y como iban a
celebrarlo dentro del parque había hecho reservaciones en uno de los locales
que acostumbraban a air año tras año y nada fuera eso sino que hicieron
preparar un menú especial para los niños en conmemoración a la navidad y claro
aquello incluía un delicioso pastel de chocolate no solo por los niños sino
porque el abuelo George iba a unirse a los festejos de fin de año después de
muchos años, en realidad desde la muerte de su hijo menor Oscar cuando un
demonio se hizo pasar por un mortal en apuros y le robo sus alas para ascender
en la escala demoniaca.
Claro que aquella era una historia que nunca salía a la
luz de no ser estrictamente necesario, George apenas había superado la muerte
de su pequeño ángel pero no así Alelí la abuela que por la pena se fue
consumiendo perdiendo día a día sus hermosas plumas blancas y con ello sus
dones hasta que un mal día termino con la osamenta de sus alas al aire
cayéndose hueso a hueso hasta morir y de no ser por el nacimiento de
Christopher quien sabe lo que hubiera pasado con George, su último nieto había
nacido con los dones de sus dos seres más queridos, la capacidad de quitar la
tristeza con solo mirarte igual que Alelí y la confianza extrema al punto de la
temeridad de Oscar, para ambos no existía la maldad, no existía el lado oscuro
solo una sombra a la que le faltaba un poquito de luz y fue justamente esa
temeridad la que metió a Christopher en problemas según su abuelo.
- ¡CHRISTOPHEEEER!.... ¡CHRISTOPHER! – gritaban todos de un lado a otro e incluso se oyó el nombre del pequeño por los parlantes, asustados Jack y Suzanne habían acudido al punto de información mas cercana alarmando de la desaparición del pequeño ocasionando alerta en el parque cerrándose todas las puertas de entrada y salida y la publicación de su rostro en la pantallas de todo el parque incluido en las puertas de los baños
Ni siquiera habían podido sentarse en el restaurante
cuando se dieron cuenta que el pequeño no estaba en ninguna parte, Rafael y
Miguel regresaron de los columpios, el primer niño de 9 años con Steve y Miguel
de 10 con Allan y ninguno se percato de su propio hermano porque ambos
volvieron por separado y con casi 15 minutos de diferencia porque Miguel quería
ir al baño y Allan creyó que Steve se fue con Christopher y Rafael al restaurante,
mientras Streve pensó que Allan se llevo a Christopher y Miguel a los baños, la
cosa es que ninguno de ellos, ni los adultos ni los más pequeños supieron que
paso con Christopher, prácticamente se lo había tragado el parque asustando a
toda la familia y alarmando al personal de seguridad.
- ¿Y dónde está Christopher? – pregunto Jack con el ceño fruncido cuando todos entraron al restaurante y empezaron a contarlos para darles tu pase y el pequeño no había por ningún lado – ¿Allan? – y dirigió la mirada y la pregunta a su segundo hijo creyendo que él lo trajo – ¿dónde está tu hermano? – le pregunto y Allan frunció el ceño molesto, ¿cómo que donde está tu hermanito?... Christopher se vino con Steve, se suponía que tenía que verlo él mientras él llevaba a Miguel al baño
- ¡Yo que sé! – respondió fastidiado, no había tenido un solo minuto de descanso desde que entraran a ese estúpido parque, año tras año era lo mismo, no podía hacer nada antes por ser chico y ahora porque tenía que cuidar a tres mocosos – ¿por qué no le preguntas a Steve? – agrego enojado, por culpa de los tres enanos no había podido entrar a la montaña rusa porque como enseñados los tres se pegaron a sus pantalones y Steve no había movido un dedo por ayudarlo, limitándose a levantar los hombros como diciendo: no se qué hacer, ellos quieres estar contigo y su padre y ninguno de los adultos presentes hizo algo al respecto pese a su petición
- Porque te lo estoy preguntando a ti – espeto Jack jalándole la oreja a vista y paciencia de todos, no le gustaba que su hijo le responda de esa manera delante de la gente… corrección, de su familia, sentía que lo hacía quedar como un tonto que no sabía educar a sus hijos, así que cometió ese gran error – Christopher estaba contigo, ¡ERA TU RESPONSABILIDAD! – le grito empezando a alarmarse y Allan enrojeció violentamente de vergüenza, su padre acababa de tirarle de las orejas y lo estaba gritando delante de todos no solo de su familia sino de cientos de extraños que no dudaron en darse la vuelta y murmurar sin dejar de mirarlo… pero esas mismas miradas como en todo buen adolescente hicieron que su vergüenza se vuelva coraje y se atrevió a contestarle
- NO – grito soltándose del agarre de su padre – no es mi responsabilidad, ÉL NO ES MI HIJO, es mi hermano y por culpa de él y de Steve no pude ni montarme a un solo juego en toda la tonta mañana – dijo al final vencido por las lágrimas y dejo todas sus entradas en la mano de su padre quien se sintió fatal, fijándose en sus fichas, hasta ellos como adultos habían entrado a mas de cinco juegos y su hijo por lo visto ni siquiera saco sus fichas del bolsillo
- ¡Allan! – grito al verlo correr como un poseso con dirección a los baños
- NO QUIERO HABLAR CONTIGO – respondió ahora sí sin importarle quien lo vea y a quien golpee a su paso, estaba enojado
- ¡Deja! – dijo Suzanne cuando vio a Jack correr hacía el baño – yo hablo con él, tu busca a Christopher… búscalo y encuéntralo por favor – agrego con la tensión obvia en la voz
Estaba asustada por la desaparición de su hijo pues ella
como todos habían dando por supuesto que
Allan estaba con él y a decir verdad ninguno de ellos se preocupo por los
menores dejando la tarea al adolescente imbuidos por la charla y la emoción de
verse libres de estar cuidando a los niños… gravísimo error, Allan tenía razón,
los niños no eran sus hijos ni su responsabilidad… ¿en qué cabeza entraba la
idea de que él tenía que cuidar de su pequeño ángel?, esa era su tarea y la de
su marido como era su tarea buscarlo, pero no podía hacer eso, en vez de buscar
a su hijito, tenía que lidiar con su temperamental chiquillo porque cuando se
ofuscaba Allan se olvidaba de todo y dejaba ver sus alas y su aurea a
cualquiera, todo un peligro claro.
- ¿Allan? – golpeo con los nudillos la puertas de uno de los baños, por puro milagro logró ver a donde entraba y sus sollozos la condujeron a donde estaba y aun cuando era un baño de varones, ella entro, tenía que sacar a su hijo de allí, menos mal quien estaba en el baño era un hombre bastante mayor que lo había visto al niño entrar corriendo al baño y cerrar la puerta y cuando vio a la mujer supo que era su madre y se despidió de ella con una sonrisa y un: suerte con eso
- ¡Déjame en paz! – respondió quizás seguro por tener la puerta del servicio delante suyo y trabada desde adentro
- Allan hijo por favor – rogo su madre – no hagas las cosas más difíciles – le dijo con voz suave y conciliadora
- ¿Qué yo hago las cosas más difíciles? – se quejo y soltó un horrible sollozo
- No es lo que quiero decir Allan y tienes razón, Christopher es nuestra responsabilidad, pero ahora está perdido, todos creímos que estaba contigo – dijo queriendo explicarse pero Allan no lo dejo
- Pues no está, le dije a Steve que iba a llevar a Miguel al baño y que lo lleve él – le respondió aun sin abrir la puerta y Suzanne frunció el ceño, Steve seguro no lo oyó o se distrajo… como sea fue un error de todos no cerciorarse, y eso la hizo sentir peor, su hijito estaba perdido por el descuido de ellos, por delegar una tarea tan difícil a dos adolescentes
- No te estoy culpando hijo – dijo en vez, si quiera lograr que Allan colabore tenía que disculparse y darle la razón
- Pero lo hizo papá y ¡no es justo! – respondió sonándose la nariz con un pedazo de papel higiénico que había en el baño – siempre es lo mismo
- Lo sé, lo sé hijo y tu padre lo sabe ahora – Suzanne estaba tan tensa que sentía un fuego dentro de su pecho, pero tenía que calmarse y lograr la ayuda de Allan – ha sido nuestro error, pero necesitamos tu ayuda – continuo con voz suave apoyando su cabeza en la puerta empezando a sollozar presa de la tensión y del miedo – si te das cuenta, tu hermano solo tiene 8 años y está perdido en 10 hectáreas de terreno con miles de personas que pueden hacerle daño, por favor necesito que me ayudes a buscarlo, no es hora de estar enojado hijo – termino y la puerta se abrió recibiendo un gran abrazo de Allan, ambos lo necesitaban
- Lo siento, pero me dio rabia lo que hizo papá
- Hablaremos luego de eso amor, ahora por favor, ayúdame a encontrar a tu hermano, quizás hizo algo y se está escondiendo y nos bloquea – agrego preocupada porque no podía percibirlo
Allan le dio un nuevo beso a su madre y ambos salieron
del baño dándose instrucciones de donde encontrarse y en cuanto tiempo,
activando sus teléfonos para llamarse si lo encontraban, pero pese a sus
esfuerzos no hubo resultados y ya paso una hora en la que los sentimientos
empezaron a cambiar en cada uno de ellos, sobre todo en Jack quien inicialmente
enojado con Allan, luego avergonzado volvió a enojarse con Steve para luego
pasar ese enojo a Christopher repitiéndose mentalmente que tenía 8 años y sabia
que no debía separarse de sus hermanos, pero con el paso de los minutos su
preocupación empezaba convertirse en alarma porque al igual que sabía que no
debía separarse de ellos o de sus hermanos, también sabía que de ocurrir algo
como esto, se apersone a un guardia o encuentre el punto de información más
cercano y de sus señas para que ellos lo busquen y nada de eso había sucedido y
el altavoz seguía repitiendo su nombre y sus características instando a la
gente a dar información sobre el pequeño o llevarlo a informaciones.
En eso llego George al restaurante encontrándose con Jack
quien se quedo en el lugar por si acaso Christopher venga directamente a
buscarlos, total conocía el lugar.
- ¿Qué es lo que pasa?... ¿qué ha ocurrido? – pregunto George al ver a toda su familia alborotada, acababa de llegar se suponía que iba a darles la gran sorpresa a sus nietos cuando estén por almorzar, sin embargo era él el sorprendido – ¡Jack hijo!... ¿qué paso? – se acerco a su hijo apenas lo vio y lo que vio no le gusto, Jack estaba descontrolado con un aurea roja primero del enojo que traía contra sus hijos mayores y luego un aurea azul de la pena y del miedo
- MI HIJO, MI HIJITO – contesto abrazando a su padre apenas lo vio, sintiéndose pequeño, frágil y culpable como cuando era joven y hacía algo malo – lo he perdiiiido, mi bebé se perdió no puedo derectaaarlo, no logro conectar con él y ya paso una hora y aun no hay – se amargo cambiando su aura de un color a otro tratando de buscarlo, de sentirlo pero no había nada y eso solo podía significar una cosa… que su bebé estaba muerto y como si de una sacudida se tratara sus plumas empezaron a caer ante los ojos de todos incluso de los humanos que empezaron a ver el cielo para ver de dónde venían aquellas plumas pues George se vio obligado a armar una pequeña ventisca para distraer el asunto, su hijo estaba perdiendo el control y eso no era bueno porque si no controlaba sus emociones sus alas se harían visibles a cualquiera, ángel, demonio o humano
- ¡Cómo ocurrió eso! – pregunto George entre el asombro y la preocupación sin pararse a pensar en lo que a él le había ocurrido fracción de segundos antes… es que el tiempo humano y el tiempo ángel no eran lo mismo, podían sentirse horas cuando apenas eran segundos o minutos
- Estaban los más pequeños con Allan….
Empezó a explicarle Jack a su padre quien puso en marcha un plan para buscar a su nieto
convocando al ejercito de ángeles de la guardia que venían al parque no a divertirse
precisamente sino a resguardar a los niños, para que los ayuden a buscar a su
nieto, cuando de pronto fue interrumpido por un chiquillo de unos 16 años que
venía cargando a Christopher quien no paraba de llorar, y cuando Jack lo vio el
resto del mundo quedo paralizado y no era figurativo, era real, George detuvo
el tiempo y las personas quedaron paralizadas en el espacio, estando así podrían
tratar aquel asunto sin testigos
- CHRISTOPHER – grito Jack entre el enfado, la alegría y el miedo arrebatando al pequeño de los brazos de aquel muchacho que venía enojado con el ceño fruncido – ¿dónde estuviste jovencito? – pregunto cambiando el timbre de voz de la emoción a la irritación tras examinarlo superficialmente, aparentemente todo estaba en su lugar – ¿dónde estabas? – repitió la pregunta sacudiéndolo un poco, llevado por su enojo renovado
- Estaba jugando cuando… – respondió, pero Jack no le dejo terminar su historia, estaba tan enfadado que no se lo pensó dos veces y coloco al pequeño sobre su regazo y bajándole el pantaloncillo empezó a castigarlo más bien llevado por sus emociones que por la lógica, pero no era para menos, estuvo una hora en tiempo de los mortales buscándolo una hora muerto de miedo de que algo le pudo haber pasado a su querubín
- ¡¿JUGANDO?! – grito soltando el primer manotazo de todos sobre la lampiña piel – PLAAAF ¡JUGANDO! ¿Mientras nosotros te buscábamos como loco? – pregunto sin esperar respuesta y sin perder el tiempo en mas nada
- Jack espera – le pidió su padre mirando fijamente a su nieto, estudiando sus facciones
- No, no voy a esperar – contesto irritado empezando a repartir manotazos en el trasero de su pequeño ángel – plaf plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF
- BUAAA deeeja paaaapi deeeeja – rogaba Christopher llevando sus manitos atrás, cosa que claro no freno para nada a su padre quien sin mayor dificultad atrapo las manos de su pequeño y las agarro en la espalda – mis aliiiiitas – decía en medio de la conmoción mientras su padre seguía en su tarea
- ¡¿Pero qué hace?!... ¡IDIOTA DEEEEJE! – grito el adolescente que lo había traído indignado con lo que veía, pero claro, Jack no entendía razones
- Plaf plaf plaf plaf – seguía repartiendo manotazos haciendo que el pobre de Christopher llore de verdad hasta que salió a la luz su gran héroe
- ¡TOOOONTO! – se oyó de pronto una voz muy aguda de un niño pequeño de unos 4 años más o menos que sin miedo a nada se lanzo al ataque – TOMA ESTO – y lo siguiente que Jack sintió fue una fuerte patada en la espinilla a la que siguieron otras lo que automáticamente hizo que soltara a Chris para frotarse la pantorrilla
- Nuriel ¡deja! – lo atajo el adolescente que alzo de inmediato al pequeño para abrazarlo y protegerlo, pero el pequeñito no quiso y en cambio se fue a abrazar a Chris asustado de lo que lloraba y llorando con él, acusando a los adultos y soltando todo tipo de cosas en su mini repertorio de insultos
- NO, ellos son malvados, son tontos y feos y burros, y este tiene cara de pepino – le dijo a Jack y al acabarse ahí sus según él horribles palabras, envalentonado como estaba le saco la lengua y le hizo gestos de desprecio con los ojos, cerrándolos fuerte arrugando su nariz, pero sin descuidar de besar a Chris que seguía llorando abrumado, acababa de pasar el peor susto de su vida y su padre lo castigaba sin razón
- Ya hijo, ya no llores ya paso – le dijo al final Jack queriendo acercarse a Christopher al verlo llorar así, es que no era normal y recién se daba cuenta que quizás algo le paso a su hijo y el no le pregunto – ven conmigo – le pidió como favor al ver que retrocedía – ven con papá – agrego acercándose a él
- No te acerques a él o te desplumo como al plumero de mamá… ¡ASÍ! – grito el pequeñín a último minuto jalándole una pluma a Jack, lo que sorprendió a todos, ese pequeño humano podía verlos, y Jack se asusto de aquello pero trato de guardar la calma y calmar a la mini bomba de tiempo
- No voy a hacerle nada, soy su papá – le dijo tratando de convencerlo, estaba más que claro que para llegar a Chris tenía que pasar por encima de aquel niño
- ¡MENTIROOOOOSO! UN PAPI NO HACE ESO, BUAAAAAAA – se largo a llorar – MI PAPITO NO HARÍA ESO BUAAAAAAA QUIERO A MI PAPAAA, QUIERO QUE VENGA MI PAPAAA BUAAA BUAAAA – y como por arte de magia soltó a Chris para abrazarse al jovencito que estaba a su lado quien sin pensarlo dos veces alzo a su hermanito con los ojos aguados
- Shhuuuu shhuuu Nuriel no llores, ya hemos hablado de eso – le repetía el niño arrullándolo, dándose la vuelta para que no lo vean como estaba afectado con todo, e increíblemente Christopher se abrazo a él, fue cuando Jack vio la espalda de su hijo con una mancha que parecía sangre… sus alas no estaban, alguien se las había arrancado
- ¿Qué paso?... ¿Quién te hizo esto? – pregunto Jack alzando a su hijo asustadísimo
- Ese hombre malvado le quito sus alitas BUAAAA – lloro u pequeño defensor acusando a George – él le hizo eso, yo me caí en la fuente y Christopher me saco de allí y este ¡malvado! – dijo con bastante animo acercándose a George a patearle, una mala costumbre que tenía el pequeño – le quito las alitas y Chris se cayó de espaaaaldas en los cactus BUAAA – volvió a llorar cuando George lo alzo para mirarlo mejor
- No me patees – le advirtió con el ceño fruncido, no por el enojo que no era eso sino queriendo saber porque un humano podía verlos cuando el resto estaba paralizado en el tiempo
- NO LO TOQUE – advirtió su hermano armado de un palo, lo iba a golpear de ser necesario – saque sus sucias manos de mi hermano – repitió cuando vio que no le hacía caso
- ¡Calma! No va a hacerle daño – hablo Jack al ver que el chico no soltaría el palo por nada
- ¡Cómo lo sabe! Si le hizo eso mismo a su hijo, este hombre es un ladrón de alas, o algo peor, es un… ES UN DEMONIO – grito a último minuto dándose cuenta de lo que eso implicaba para todos, que estaban en peligro – AUXILIO, AUXILIO – empezó a convocar a todos los ángeles mostrando por fin sus alas y Jack y George los sabían, porque empezó a manar una brillante luz azul de su cuerpo, la señal de miedo, el chico estaba muerto de miedo, sabía que los demonios podían disfrazarse de humanos y lastimarlos y hasta ahora no tuvo esa desgracia en su camino
- ¡CALMA NIÑO! No soy un demonio soy el abuelo de Christopher – trato de calmarlo sintiendo que un gran batir de alas se acercaban a ellos alertados por el brillo del muchacho
- Y ¿por qué le sacaste sus alas entonces? – quiso saber Jack enojado con aquello, eso era increíble, ¿como su padre pudo hacerle esa maldad a su pequeño hijo que asustado se apretaba a su pecho?
- Yo vi sus alas expuestas a todos – respondió…
El había entrado al parque como otro mortal mas, era un día
libre para él, el no tenía que cuidar a nadie en particular ni niño humano ni
niño ángel y cuando estuvo por llegar al restaurante, diviso las alas de
Christopher y supuso que se trataba de
algún ángel de la guardia novato que se olvido de lo principal, de no hacerse
notar, de no mostrar sus alas y su error era válido, porque nunca reconoció a
Nuriel como un ángel por una razón poderosa, Nuriel había perdido una de sus
alas el día en que su padre murió, él y su hermano habían sido dados como
regalo a una pareja de humanos, sus padres eran humanos, unos humanos que habían
vivido a lo largo de los años muchas tristezas y en el cielo quisieron
compensarlos con dos hijos, Tomy que nació siendo un niño común y corriente y
Nuriel que era un ángel de verdad, en el cielo se decidió que cuando Nuriel
cumpla 10 años su santo protector los visitaría y hablaría con el niño y con
sus padres, desgraciadamente hace unos meses atrás sufrieron un accidente en el
cual Tomy luego de sacar a su padre y su
hermano de la movilidad pidiendo auxilio al servicio de emergencias salvo la
vida de una niña indefensa a riesgo de perder su propia vida, pero su padre murió
pese a sus esfuerzos y cuando eso paso, Nuriel de la tristeza perdió una de sus
alas e iba a morir de pena, fue cuando se decidió que Tomy sea su ángel guardián
y como el chico se desempeño muy bien, le confiaron la primera tarea de ángel guardián
de otro niño, en eso estaba cuando Nuriel que siempre lo acompañaba se cayó a
una fuente de agua y Christopher simplemente lo ayudo a salir de ella, dejando
ver sus alas porque en su corazón supo que Nuriel era uno de los suyos, aun sin
mostrar su única alita blanca, por eso su abuelo pensó que era un descuido y se
acerco a él sin siquiera verle a la cara y arranco sus alitas guardándolas en
una botella de cristal en su bolsillo para entregársela al jefe de los ángeles antes
de ir a almorzar, solo que nunca pensó que a quien le quito las alitas era a su
propio nieto quien muerto de miedo perdió el equilibrio y se cayó sobre un
cactus haciéndose una herida en su espalda, llorando desconsolado cuando se dio
cuenta que alguien le robo sus alas, fue cuando Tomy pidió permiso para cuidar
del niño y de su hermanito que no quería desprenderse de su nuevo amigo…
- Lo siento campeón – le dijo a su nieto devolviéndole sus alitas – no me di cuenta que eras tú – dijo con sinceridad limpiándole los mocos – ¿me perdonas? – se disculpo pero antes de que diga algo Nuriel hablo
- Solo si nos compras un helado gigante de chicle, ¿verdad socio? – y puso su mini puño al aire para que Chris responda
- Excacto – respondió chocando su puño al pequeño mientras su madre que había llegado a mitad de todo alertada por otros ángeles le daba un beso en la mejilla
Y todos estallaron en carcajadas emanando una hermosa luz
blanca, todo estaba bien, todos estaban felices y juntos como debió ser antes
del incidente y como estarían para la cena de navidad.
Pequeñas alitas es un relato que me gusta mucho de
todos los que has escrito, espero te guste este homenaje a tu esfuerzo.
Marambra
El abuelo tendrá que comprar el helado mas grande que pueda pagar, porque le hizo pasar un muy mal rato al peque haciéndole pensar que le robaron sus alitas.
ResponderEliminarErina
Que bonito relato, me imagine todo increíblemente, no me acordaba de este relato y volví a leer lo de Mary y ambos me gustan muchísimo.
ResponderEliminarGinebra
Pobre Christopher, el susto que se dio por nada, y encima lo castigan que mal de verdad.
ResponderEliminarla recompensa tiene que ser triple.
Olivia
Jaja interesante ver a mi pequeño niño alada le fue vien fue al parque de diversiones que bueno :)
ResponderEliminarme alegro que mi historia te gustara y que hicieras algo de ellos.
MAryc
Ya no recordaba esta historia y me encantó leer de ellos!!
ResponderEliminarAunque que malos padres se vieron!!
Pobre chico me dio mucha pena que no se pudiera divertir por tener que cuidar a sus hermanos!!
Que bueno que le haya respondido a su padre que se merecía que le dijeran cual era su trabajo!!
Pero me encantaron los pequeñitos!! Que sea mega gigante ese helado!!
Joooo no se vale el castigo asi como asi!!!!
ResponderEliminarexijo raciondovle o trple de helado para ese pobre pequeñito