Mi familia, mi vida: Cap. 7; Autor Mark

Mi familia, mi vida

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 25 de Junio del 2018.

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Capítulo 7

Autor: Mark

Derek no había dejado de pensar en todo lo ocurrido, las palabras de Axl aún resonaban en su cabeza “Le va a pegar como antes me pegaban a mí”. Después de esa confesión le costó mucho calmar al pequeño, Derek no tenía idea de lo que aún provocaba en Axl el recuerdo del maltrato de su abuela y el marido de esta. Había confiado en la psicóloga, cuando le dio el alta al niño hacia 2 años le había asegurado que Axl había superado todos sus traumas, pero ahora se daba cuenta que no era así.

Con un Axl más calmado y en brazos, llegó a la cocina y como era de esperar, el llanto del pequeño fue la interrogante de todos ¿qué había pasado?, Danielle enfureció pensando que lo había castigado y le reclamó, pero antes de que pudiera defenderse Richard intervino para que Danielle se calmara y sacó a los chicos de la cocina, inclusive a Axl. No quería que escucharan lo que tenía que decirles a sus padres.

Derek no lo dejó hablar, les contó lo que Axl le había confesado y que ese era el motivo de que el niño estuviera tan alterado. Danielle quedó sin palabras, igual que él, creía que Axl había superado todos sus miedos. Quiso abrazarlo pero él no correspondió y no porque no quisiera sino porque simplemente no podía dejar de pensar que un pequeño de la edad de su hijo era maltratado por su propia madre.

Pasó el día encerrado en el estudio pensando en una solución, sus padres se marcharon poco antes de la cena, luego de convencer a Jimmy de recibir la inyección, o mejor dicho, de obligarlo a recibirla. A la hora de dormir una nueva discusión se apoderó de la pareja, no se ponían de acuerdo sobre cómo abordar el tema del amigo de sus hijos. Ninguno quería que el niño continuara pasando más ultrajes, pero tampoco podían hacerse cargo del pequeño, ya tenían 3 hijos y cada uno daba sus problemas. Habían hablado de no tener más hijos, aunque eso provocaba mucho más que una pequeña discusión, porque uno sí quería pero el otro no.

Al día siguiente en la oficina sus pensamientos seguían enfocados en buscar la mejor solución, le había prometido a Axl que ayudaría a Ronnie, pero no tenía idea de cuál era el primer paso que debía dar, sabía muy poco acerca del chico, solo que se llamaba Ronnie, era rubio y debía tener unos 12 años para que el viejo Morris lo confundiera con uno de sus hijos. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó que lo llamaban.

• ¡Derek! – Gritó la mujer por tercera vez para llamar su atención, él reaccionó como si despertara de un sueño, se sentía aturdido y no tenía idea de lo que la mujer le había dicho – No me escuchaste ¿Verdad? – Derek negó con la cabeza – El comisionado está aquí – Seguía sin entender –  Para hablar del caso Moyes
• Claro… Encárgate tú – Como si lo hubieran iluminado Derek supo enseguida qué debía hacer para ayudar a Ronnie, lo primero era encontrarlo y solo sabía de dos lugares donde el niño pasaba tiempo, la escuela y el supermercado – Tengo que salir – La dejó encargada del caso, no le dijo lo que tenía pensado hacer y aunque la mujer estaba renuente, accedió para ayudar a su amigo y jefe, pensando en un posible ascenso
• ¡¿Qué?! ¡No! Derek no puedes… el Comisionado...
• Encárgate tú
• No, yo no...
• Claro que puedes, sabes todo acerca del caso, lo mismo que le diré yo puedes decírselo tú – La mujer estaba renuente a aceptar semejante responsabilidad
• Juli, piensa en el ascenso… Teniente Fannigan, se escucha bien ¿cierto? – Le guiño un ojo y le regalo una sonrisa, sabia por donde atacar
• No me hagas esto
• Necesito salir, es de vida o muerte
• ¿Justo ahora?
• Justo ahora – Juli lo pensó un poco antes de responder, pero no podía fallarle a su jefe y amigo
• Está bien, pero me debes una del tamaño de Rusia
• Mucho más grande si todo sale como espero – Le dio un beso en la mejilla y salió de la oficina, la mujer dejó caer los hombros y respiró profundo, luego se encaminó a la oficina donde esperaban el Comisionado de la policía y el Capitán del departamento, tenía que dar la cara por Derek

Derek llegó a la Escuela Municipal, antes de entrar estuvo largo rato mirando a los niños jugar en el patio, había niños de todas las razas y todas las edades, pero un común denominador, eran niños de escasos recursos y eso se notaba en sus ropas y su lenguaje. Entró y se dirigió a la oficina principal, sin perder tiempo se presentó ante la secretaria como policía y la mujer sin esperar lo hizo pasar con el director, un hombre bajo, delgado y con una calva que apenas iniciaba, este le tendió la mano, no era la primera vez que la policía visitaba la escuela, en los últimos meses cada vez eran más frecuentes esas visitas pero se sorprendió cuando Derek le dijo el motivo de su visita.

• ¿Tiene idea de cuantos Ronnies rubios hay en esta escuela? – Preguntó el hombre entre el asombro y el enfado
• No, y usted tampoco lo sabe. Puede ser uno, cinco, veinte, doscientos, da igual, necesito encontrar al niño
• Pero… es que si al menos me diera su apellido
• Ya le dije que lo único que sé del chico es que se llama Ronnie, tiene doce años y es rubio… y necesito encontrarlo cuanto antes, es urgente
• ¿Se trata de algún delito?
• Sí – Respondió sin vacilar

El director llamó a su secretaria y cuando le contó a la mujer que necesitaba encontrar a un niño llamado Ronnie con las características que Derek le había dicho la mujer no dudó en responder.

• Tiene que tratarse de Ronald Terra, el niño de quinto grado al que siempre llamamos a su madre porque falta constantemente… Es el único que encaja con ese perfil, los otros dos están en secundaria – Explico la mujer revisando sus registros
• Claro… Terra, su madre es…
• Es él, lo sé – Afirmó Derek con una sonrisa por el primer triunfo
• Por favor, Molly, traiga al niño...
• Hoy no vino. Interrumpió la mujer.
• Entonces dele todos los datos que el Teniente necesita – Dijo el director mientras Derek se levantaba de su asiento –  Espero que ese niño no se haya metido en graves problemas, aquí no pasó de una simple broma escondiendo algunas cosas
• No se preocupe, estoy seguro que todo se solucionará para bien – Estrechando su mano, una vez que tuvo la información, buscó a su amiga y trabajadora social, le habló del caso del pequeño y aunque no podía asegurar que el niño era maltratado, tampoco dudaba de la palabra de su hijo, por eso prefirió ir preparado, con algunos colegas oficiales, la trabajadora social, un psicólogo y su padre, como apoyo moral

En una corta visita todos pudieron constatar que el niño en efecto era maltratado, tenía un moretón en el ojo derecho, alegaba que se lo había hecho mientras jugaba en el patio, pero además tenía otros hematomas más antiguos en la espalda y algunas marcas del cinturón en sus piernas, por lo que en un procedimiento que despertó la furia de la mujer y el llanto del niño, que no quería que lo separaran de su madre, Derek ayudó al psicólogo a detener al pequeño que pretendía aferrarse a su madre, pero recibió un mordisco y estuvo a punto de soltarle una buena nalgada. La mujer no paraba de gritar y vociferar que ella era inocente y que el niño se merecía todas las palizas que recibía.

La escena no fue agradable, ver a la mujer forcejeando con los oficiales intentando evitar que la metieran en la patrulla policial ypor otro lado el niño queriendo zafarse de otros dos oficiales, que se encargaron de él luego del mordisco que le diera a Derek, mientras la trabajadora social y el psicólogo le explicaban lo que estaba pasando. El pequeño solo quería que no lo separaran de su madre. Derek no podía entender que el niño quisiera seguir al lado de esa mujer, pero la pequeña mente de Ronnie solo pensaba que lo estaban separando de la única mujer que había querido y que había cuidado de él.

Para cuando regresó a su casa, ya eran más de las 6 de la tarde, sus pequeños veían la televisión tan entretenidos que ninguno se percató de su presencia. Les dio un beso a ambos en la mejilla mientras usaba los apelativos que tenía para cada uno, Axl no solo evadió el beso sino que también lo hizo a un lado bruscamente. Pensó que tal vez el chico estaba enojado porque Danielle lo hubiese castigado. Fue a la cocina y encontró a su mujer preparando la cena, la abrazó por detrás y le dio un beso en el cuello, luego la giró para saludarla con un largo y apasionado beso en la boca. Danielle quiso corresponder al gesto y halagarlo, pero lo vio tan abatido que ni siquiera quiso preguntar cómo le había ido, ya lo sabía.

• Sé lo que pasó, Richard estuvo aquí hace un rato
• Agradezco no ser trabajador social, no podría pasar por eso una y otra vez – Danielle lo abrazó más fuerte y susurró en su oído
• Esta noche te daré un masaje que no olvidarás nunca – Derek levantó una ceja y dibujó una media sonrisa
• Eso suena prometedor – Axl entró y se quedó mirándolos enojado, pero no dijo nada – ¿Qué pasa piojito? ¿Por qué esa cara? – Axl no respondió, sacó una lata de jugo del refrigerador, lo cerró de un portazo y salió de la cocina. Derek iba a reprenderlo pero Danielle lo detuvo con un apretón en su brazo – ¿Qué le pasa?
• No sé, pero está así desde hace rato, insoportable –  Justo en ese momento los gritos provenientes del salón se escucharon, los dos niños estaban peleando por el control de la televisión y el programa que cada uno quería ver –  Mejor vas tú, si voy yo le daré dos nalgadas más
• Ah, entonces sí lo castigaste – Danielle asintió y Derek se llevó la mano al rostro y se llenó de paciencia antes de salir de la cocina

Cuando llegó al salón tuvo que separarlos, estaban peleándose por ver quién de los dos se quedaba con el control remoto.

• ¿Qué sucede? – Preguntó al mismo tiempo que tomaba el control remoto de las manos de los niños y lo ponía en alto
• Estaba viendo Troll Hunters y Axl lo quitó para poner su estúpido documental
• No es un documental ¡Idiota!
• ¡Sin pelear!
• Es Planet Earth
• Es lo mismo – Axl quiso saltarle encima a Jimmy pero Derek lo detuvo
• Dije, sin pelear… ¿Ya hicieron sus deberes?
• Sí – Respondió Jimmy automáticamente
• ¿Y tú? – Le preguntó a Axl
• Sí – Contesto evadiendo la mirada
• Traigan sus cuadernos, quiero verlos
• Papá, están arriba – Se quejó Jimmy dejándose caer en el sofá
• Si no terminaron sus deberes, no habrá televisión

Ambos niños fueron por sus cuadernos y Derek los revisó, Jimmy tenía una nota de la maestra, el chico se levantaba mucho para hablar mientras ella daba la clase y eso distraía al resto del grupo. Cuando Derek la señaló, Jimmy se defendió.

• Solo fue una vez, lo juro
• No jures nada, mejor no lo hagas más ¿Está bien? – El pequeño asintió, Derek comenzó a revisar los cuadernos de Axl, y se dio cuenta que algunos estaban a medio terminar y otros ni siquiera los había empezado. Con una paciencia que no sentía le dijo lo más calmado que pudo – No verás televisión hasta que hagas tus deberes, ve a terminarlos – El pequeño le arrebató los cuadernos de las manos y se fue furioso al comedor

Derek respiró profundo, su hijo estaba comprando todos los números para ganarse una paliza antes de dormir. En varias ocasiones Axl buscó pelearse con Jimmy y Hardy, pero del mismo modo Derek lo regañó varias veces, el niño gruñía un poco y se retiraba para unos minutos después volver a empezar.

A la hora de la cena, el ambiente no había mejorado, los dos más pequeños se pelearon pateándose debajo de la mesa, estaban sacando a Danielle de sus casillas y Derek estaba a punto de perder la paciencia. Axl apenas si había tocado la comida, se había dedicado a moverla con el tenedor y Derek no aguantó más.

• Axl, ya te lo dije, come tranquilo y deja a Jimmy
• Yo no le estoy haciendo nada
• ¡Au! – Jimmy se quejó cuando recibió otra patada debajo de la mesa
• ¡Axl!
• ¡¿Qué?!
• Si tengo que decírtelo otra vez, irá acompañado de varias nalgadas, no te voy a pasar ninguna más… Deja a Jimmy tranquilo
• Yo no hice nada
• Come y deja de molestar a Jimmy – Intervino Danielle intentando que el pequeño entrara en razón
• ¡Maricón! – Murmuró para que solo Jimmy escuchara pero todos en la mesa habían escuchado y Derek estalló
• ¡Axl!
• ¿Qué? – No podía creer el descaro del niño
• Estate quieto – Repitió su padre con paciencia, pero fue peor
• ¡No! – Gritó levantándose de golpe
• ¡Obedece!
• ¡No! No quiero
• Axl hazle caso a tu padre – Danielle no quería que Derek lo castigara. Sabía que por el camino que llevaba el pequeño recibiría la paliza allí misma, delante de todos
• No voy a hacerle caso ¡Es un mentiroso!
• ¿De qué estás hablando? – Derek no entendía a qué se refería el pequeño
• Que eres un mentiroso ¡Un maldito mentiroso! – Todos se quedaron callados por unos segundos, Derek sabía que el menor de sus hijos era mal hablado pero jamás le había dicho algo así y no entendía qué le pasaba, Hardy, que estaba al lado de Axl le susurró
• Ax, cállate ¿Acaso eres suicida? – Derek se acercó al pequeño y lo tomó por el codo, quería encaminarlo hacia las escaleras pero el pequeño logró zafarse del agarre
• ¡Suéltame!
• PLAF PLAF – Y dos nalgadas, nada suaves, cayeron en su trasero – Ve a tu habitación ahora mismo
• ¡Vete a la mierda! – Hardy y Jimmy abrieron sus ojos, no podían creer que Axl se hubiera atrevido a responderle de esa manera a su padre, Danielle tampoco podía creer que su pequeño fuera capaz de decir semejante grosería
• PLAF PLAF PLAF – Tres nuevas nalgadas cayeron en el traserito del niño, tan fuertes que le sacaron dos lágrimas silenciosas, Axl no quería llorar delante de sus hermanos –  Espérame en mi habitación – Axl se quedó mirándolo por unos segundos, parecía un desafío entre padre e hijo – Que hagas caso ¡Carajo! PLAF – Y le dio otra nalgada mucho más fuerte que rompió las barreras del pequeño
• Buuuuaaaaaaaaaaa – Axl miró a Danielle buscando ayuda pero ella a pesar de querer intervenir y consolarlo sabía que no era el momento y que Derek tenía toda la razón en castigarlo fuerte, así que el niño se dirigió a las escaleras aun llorando
• ¡Más vale que te encuentre en mi habitación y no en la tuya! – Gritó Derek para que Axl lo escuchara y fue a la cocina.
• Mamá, va a matarlo – Murmuró Hardy preocupado por el futuro del trasero de su hermanito
• Terminen de comer, yo iré a hablar con su padre – Y siguió a Derek – Cálmate – Le dijo cuando entró en la cocina
• ¿Pero, qué le pasa? – Se sentía frustrado
• No sé, tendrás que averiguarlo – Derek se llevó las manos al rostro y Danielle las cubrió con las de ella – Recuerda que es nuestro niño – Aun sin abrir los ojos asintió

Encontró a su pequeño hijo sentado al borde de la cama, estaba llorando sentidamente. Se miraron por un buen rato, hasta que sin decir una sola palabra, Derek comenzó a quitarse el cinturón, Axl abrió mucho los ojos y se encogió en el sitio donde estaba.

• No papi, con eso buuuaaaa – Derek no dijo nada, dobló el cinturón en dos y se acercó al pequeño, que trató de huir por encima de la cama, dejándole la mejor posición para el castigo
• ZAS – soltó el primer correazo que dio justo en las nalguitas del pequeño, la tela del pantalón deportivo era tan fina que no lo protegía de nada
• Ay ayayayayyyy buuuuuaaaaaaa te odiooooo buuuuaaaaa – Derek lo agarró por un brazo para evitar que saltara la cama
• ZAS – El segundo cayó en las piernas
• Ay ay ayyyyy buuuaaaa –  Logró alejarlo de la cama pero Axl se tiró al suelo donde pensaba que podía escapar del cinturón
• ZAS – El tercer correazo cayó nuevamente en medio de las nalgas que Axl apretaba intentando aliviar el dolor
• Mamiiiiiii yaaaaa... buuuaaaa ya papi yaaaaa buuuuaaaaa
• ZAS ZAS – El cuarto y el quinto los dio seguidos, el primero golpeó el muslo izquierdo del niño y el último en la flexura de las nalgas
• Buuuuaaaaa yaaaa papiiiiiyaaaaa, yo me porto bieeeeeen – Derek dejó caer el cinturón y levantó al pequeño del suelo, comenzó a sobarlo donde sabía que había caído el cinturón, Axl se aferró al abrazo
• Háblame, piojito, dime ¿Por qué tuve que castigarte así? ¿Por qué tuviste que ser tan grosero?
• Buuuuaaaa me ment… mentiste – Se sentó en la cama y sentó a Axl en sus piernas
• A ver, explícame ¿Cómo que te mentí? ¿En qué?
• Me prometiste que snif snif que ayudarías a Ronnie y snif escuché al abuelo cuando le dijo a mamá snif que se lo habían llevado a una casa de acogida buuuaaa – Derek por fin entendió lo que le pasaba a su enano, Axl había estado en una casa de acogida luego de salir del hospital y pocos días antes de ir a vivir con ellos. Era un lugar impersonal, entre 10 y 20 chicos de diferentes edades viviendo en la misma casa, compartiendo con personas que jamás habían visto y sin saber qué sería de ellos en el futuro, entendía que su niño estuviera preocupado por su amiguito
• A ver piojito, no te mentí, voy a ayudarlo, estoy ayudándolo, de hecho… Había que separarlo de esa mujer, ella le estaba haciendo daño
• Pero snif es su mama snif – La mente aun infantil de Axl no entendía cómo una madre podía hacerle daño a su hijo, Derek no quiso sacarlo de su error y trató de explicarse lo mejor posible
• A veces los padres creen que están corrigiendo a sus hijos, pero… en ocasiones se exceden con los castigos – No quería mencionar la palabra maltrato ni abuso para no despertar más recuerdos en el pequeño – ¿Entiendes? –  Axl asintió y se abrazó más
• No te odio, papi… te quiero mucho – Derek apretó más el abrazo, esas palabras lo derretían, y aunque mal hablado, Axl era el más mimoso de los tres y lo demostraba siempre – Menos cuando me pegas – Derek se separó un poco y le preguntó mirándolo
• ¿Sabes por qué te castigué?
• Porque dije muchas groserías y me porte mal – Respondió el pequeño bajando la cabeza
• Nunca más vuelvas a decirme todas esas cosas y mucho menos a mandarme a la mierda – Las últimas palabras las dijo muy serio, tanto que Axl no se atrevió a levantar la cabeza – ¿Entendido? – El niño asintió –  Bien, ahora a cenar, que no has comido nada – Se levantó con el niño en brazos, Axl no quería separarse de su padre
• Papi, pero si lo vas a ayudar ¿Verdad?
• Lo prometí ¿No? Haré todo lo que esté en mis manos para ayudarlo y sacarlo de esa casa de acogida lo antes posible
• ¿Eso quiere decir que vendrá a vivir con nosotros? – El niño tenía una gran sonrisa

La pregunta descolocó a Derek, no era en lo que pensaba cuando le dijo eso a su hijo, sin embargo, no podía borrarle la sonrisa, no después de haberle arrancado tantas lágrimas.