Regalo de Navidad
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 15 de Enero del 2019.
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Juston pagan por pecadores… mentiras
Autora: Marambra
- Quiubo pues mijito a levantarse, mire ya la hora que es, todo el día durmiendo – entró Sandra al cuarto de su hijo mayor como sargento de guerra, fue directo a jalarle la cobija
- Maaa hoy es navidad, dejé dormir – se quejó él sacudiéndose en la cama
- Que ma, ni que ocho cuartos, parece ya
Dijo abriendo las ventanas, al chico no le quedó de otra que
pararse y meterse a la ducha, Sandy fue a la sala y encontró a su hija echada
en los sillones de la sala riéndose mientras chateaba.
Muy
bonito, muy bonito ¿no? – Se paró en frente
de ella con las manos en las caderas – cuélgueme ese
aparato, eso no es pa hacer visitas – agregó,
pero Paola estaba enchufada en una conversación con su chico – ¡Oiga!,
le estoy hablando muchachita – la tomo del brazo sacudiéndola
fuertemente haciendo que la sardina reaccionara en un instante – No se me va
a hacer la loca con la lavada de la loza
¡Mami
no, usted ya me va a poner a hacer oficio noo aahj!
No
refunfe, bien sabe que le corresponde limpiar – le recordó mirando la hoja que tenía pegada en la
nevera, todos absolutamente todos tenían un día
destinado para cada tarea doméstica
¡Ay,
qué fastidio, ahj! – contesto pero a
regañadientes fue a hacer lo que le pidieron
Brian salió sin
despedirse a hablar un asuntico
con Xavier que estaba parado en la
tienda cerca de su casa.
- Mamita – se acercó Mauro a su madre justo después de terminar el último bocado de su desayuno – ¿Será que puedo pedirle un favor?
- ¿Qué necesita pues? – contesto mirándola con cara de fastidio, “pero si es el primero que te pido”, pensó el chico
- Quería invitar a mi novia a pasar un rato aquí – le dijo y Sandra no le puso problemas
- Bueno ya, pero se portará bien – advirtió
- Listo mami, muchas gracias te amo – le dio un beso a su señora madre al tiempo que entra Brian a la casa solo a tomar agua y comerse un sándwich del día anterior que estaba en la nevera, pero cuando iba dispuesto a salir nuevamente su madre lo detuvo
- ¿Para dónde cree que va el señor? – preguntó seria, vicioso la miro haciéndose el sorprendido, pero le respondió
- Voy a salir con un parcero – es que había recibido una cordial invitación por whatssap
- Ah, ¿pero es que usted piensa que esta casa es hotel para entrar y salir cuando se le da la gana?, me hace el favor y no me sale más – dijo tajante
- Mami que es Navidad – dijo azotando ambos pies en el piso –¡Usted nunca me deja ir a ningún lado, ahj!
- Cálmese que no es para tanto ¿Para dónde es que va y con quién?
- Es que Anderson me invito al Poblado; al centro comercial Santa Fe, vamos con sus abuelos – nada más mencionar el nombre de ese niño y su madre se estaba arrepintiendo de soltarlo
- Ay mijo yo soy tan intranquila cuando usted sale con ese muchacho, ¡Él es marihuanero!
- ¿Cuál marihuanero mamá?
- Sí Brian, él y los otros amiguitos con los que usted anda son todos marihuaneros – pero termino cediendo – Mire yo lo voy a dejar ir – dijo tras meditar que debía ser justa con todos sus hijos, además Brian se había portado muy juicioso en las últimas semanas – Pero antes llámeme ahí a los abuelos de ese muchacho que primero quiero hablar con ellos
- ¿Pero mamá para qué?
- Marque el número haber y me lo pasa enseguida, hágale pues – lo sacudió al ver que el chico no paraba bolas, al final hizo lo que le pidió su señora madre y está converso con ellos; efectivamente era tal como su hijo mayor le había contado, al menos no estaba mintiendo está vez
- Entonces que… ¿ya me puedo ir?
- ¿A qué horas piensa regresar?
- No sé
- No sé no ¡porque tenemos problemas! Dígame una hora fija
- A las diez…
- Ay no, entonces coja la maleta y de una vez se va…
- Pero si las diez son temprano.
- No señor ¡A LAS OCHO! ¡A las ocho está aquí! No 8:05 ni 8:15 porque ¡ME VUELVO LOCA! – Brian rodo los ojos, su mamá y sus shows, pensó, pero no dijo nada, de hacerlo no solo no salía a ninguna parte, estaba seguro que algún azote se llevaba por llevarle la contraria
- Bueno está bien pues
- Y ¡que no me vaya a tocar llamarlo! – dijo seria mirándolo mala
- Bueno, bendición – lo que sea por salir
- Dios lo Bendiga
Dijo ella y el muchacho se retiró, y ya no mas se puso
sobre su hija.
- Mijita ya terminó ahí
- Si mami, ya está todo limpio, como a vos te gusta – dijo saliendo de la cocina sonriente – Mamá – murmuro luego
- ¿Qué paso ahora?
- ¿Puede Pablo Emilio venir hoy? – a ella no le gustaba para nada ese muchachito, pero como era navidad y le iba a permitir que lo viera por lo menos media hora
- Puede venir, pero a las cinco que se vaya para su casa, usted sabe que a su papá ese muchacho no le cae bien, así que mejor evitemos problemas
- Listo mamita, será como vos digás…
- Bueno mi amor, voy a salir un ratico, allí tienen huevo, arepas, juguito, si les da hambre, se sirven y dejan todo organizado. Ah… se me portan bien
- Listo mamita, gracias
- Chao pues
Se marchó y en veinte minutos apareció Mía Valentina, saludando emocionada a su
amiga y cuñada.
- Cómo estás de bonita amiga
- Vos también estás una chimba cuñada – dijo la menor de las Cardona al lado de Mauro
- Bueno pues, la casa es de ustedes, yo estoy esperando a mi novio – dijo con una sonrisa pícara
- ¿Consiguió novio? Cuente a ver quién es el afortunado
- Pues quien más parce, el lindo de Pablito
- ¡Tan chévere! Ese niño es todo bacán – bueno eso era lo que aparentaba frente a las demás personas
- Amor vamos a mi cuarto pues – dijo Mauro a su chica, quería cortar la conversación de una, ¡que mamera cuando se ponían a hablar las mujeres, eh!
- ¡Mauri, pero dejá el afán home, ah! – El peladito frunció el ceño al ver que Mia Valentina seguía en lo mismo – Hermana cuidálo porque todas las viejas son detrás de él, imagináte que el otro día…
En lo que hablaban llegó el susodicho, Paolita corrió
abrir la puerta, lo hizo pasar a la sala y empezó a tratarle como un rey, Mauro
se sintió incomodo, el géminis era su amigo o al menos eso era lo que él
pensaba, pero tampoco le gustaba ver a su hermana tan embobada así. Finalmente
se metió a la habitación que compartía con sus hermanos para tener más
privacidad con su invitada mientras en la sala de la casa estaban romanceando
los otros dos tortolos.
- ¿Papi querés comer alguito? – preguntó ella amablemente
- Claro hermosa…
- Bueno pues, te voy a calentar unas arepitas y hacerte un chocolatico caliente – anunció
- Gracias amor – como la nena estaba entretenida, el jovencito aprovechó la oportunidad y sigilosamente se metió en el cuarto de los señores Piedrahita, inmediatamente cogió el marrano de cerámica que estaba encima de la estantería, como era de esos que tienen tapón en el parte de abajo, se lo quitó y sacó todos los ahorros de la familia, luego los metió dentro de su mochila, eran al menos cinco millones de pesos para cualquier imprevisto que los padres de los chicos habían guardado en los últimos años
Aunque estuvieron separados anteriormente, Alexander no
dejaba de mandarle el veinte por ciento de lo que ganaba en su taller a la
madre de sus tres hijos. Doble Cara, como también era conocido por los pelados
de la cuadra colocó la alcancía en su
lugar y regreso como si nada a comerse lo que le habían preparado.
- Bebe, me tengo que ir – terminado de devorar todo, ya no tenía interés en estar en esa casa
- Tan pronto, yo no quiero que te vayás – se le pegó como chicle, ¡qué chimbada aguantar a está empalagosa, ehhh!, pensó él, pues solo fue a robar la plata, la que le hacía falta para viajar a Panamá con otro de sus compinches
- Te prometo que mañana vuelvo, preciosa – trato de incorporarse, pero ella no se le quitaba de encima
- ¡¿Qué significa esto home?! – llego el padre y jaló a su pequeña del brazo, ellos no se percataron de su presencia antes porque la puerta quedo abierta
- Papi no es lo que vos pensás… Pablo vino a verme solamente, no estamos haciendo nada malo
- Tengo que hablar con usted señorita – comunicó intentando tranquilizarse – ¿Dónde están tus hermanos? – Como cambió de tema, el chico aprovecho para intentar escabullirse, pero el señor Piedrahita no se lo permitió – Un momentico jovencito, usted de acá no se me mueve.
- Me tengo que ir…
- No, no va para ninguna parte, ya le dije
- ¿Por qué no?
- Porque con usted también voy a hablar ahorita, así que se me queda quietico dónde estaba. Paola… ¿Dónde están Brian y Mauricio?
- Mamá le dio permiso a Brian para salir con Anderson y su familia al Poblado creo… y Mauro está en el cuarto con Mia
- ¿Qué, que? ¡Culicagado este! Cuantas veces le hemos dicho que las visitas son acá en la sala – Aquello lo sacó de lugar, ¿pero qué miércoles les pasaba a estos mocosos?, ya iba el otro siguiendo los pasos del mayor, sin más se fue de una a la pieza, tocando con fuerza la puerta varias veces, Mauro nervioso se paró de la cama y corrió a abrirle a su padre
- ¿Qué sucede papá?
- Mauricio Alexander, hágame el favor – fue interrumpido
- Papi que no estamos haciendo nada malo, no seás mal pensado home
- Mauricio ¿Yo a ustedes que les dije? Ah, pero como lo que yo les digo les entra por una oreja y les sale por la otra, es ese el ejemplo que usted le da a su hermana mire – la cantaleta siguió un buen rato, el muchacho apenado de que Mia estuviera escuchado cada palabra y ella pues en las mismas; era toda nerviosa roja la cara
Mientras los cuatro sardinos estaban ya en la sala, el señor Piedrahita decidió ir
hasta su cuarto a buscar ropa, iba a ducharse para luego descansar, pero sintió
la necesidad de tomar prestados cien mil Luquitas, escribiéndole un mensaje
desde su móvil
a su esposa informándole primero sus intenciones, ella
por supuesto no le puso peros.
- ¡Esto, esto no puede ser! – exclamó desconcertado una vez abrió el marrano y se dio cuenta que no había ningún peso en el mismo, se enfadó hartísimo que no pudo evitar reclamarle a sus hijos de una – ¡Sandra Paola y Mauricio Alexander! ¿Quién tomó el dinero que su madre y yo teníamos acá? – pregunto con mucho enojo en la voz, asustando a los presentes, mostrándoles la alcancía
- ¿De qué estás hablando?, yo no tome nada – eso si sorprendió al jovencito
- Yo tampoco, lo juro – Paola era un manojo de nervios, lo mismo Mia que estaba a su lado, mientras el cínico de Pablo Emilio se mantenía impasible
- Miren si no me dicen ya mismo quien cogió el dinero, juro por mi vida que me limpio el mugre en ustedes – dijo poniendo el cerdito en la mesa que tenía al lado y se sacó la correa
- No papá esperáte pues, que todo debe tener una explicación – los mellizos estaban tan asustados que salieron corriendo hacia la calle como alma que lleva el diablo y su padre detrás de ellos.
Mia preocupadísima
salió también mientras el menor de los Montoya era muerto de risa,
hablando en voz alta que todos en la familia Piedrahita eran unos completos
pendejos, pero para su desgracia alguien lo pillo y aunque casi siempre se
salía con la suya el pequeño psicópata, la rata asquerosa, el maldito pirobo
como lo llamaba Brian la mayor parte del tiempo. La madre de los chicos fue más
inteligente y decidió llamar a John Jairo que se encontraba de vacaciones el
mes de diciembre para pasar el fin de año junto a su mujer, hijos y padres que eran los que
estaban al cuidado de Cocinero y Doble Cara.
- Qué pena con ustedes, pero le aseguro doña Sandra que esto no se va a quedar así, voy a enseñarle a ese culicagado a respetar lo ajeno – aseguró el señor echando chispitas por las orejas al terminar de escuchar todo lo que le dijo la señora – No lo deje irse – le pidió
- No se preocupe – se despidió y colgó, cuando el jovencito se quedó serio, Sandra entro como si nada y lo saludo
- Que más papito…
- Hola Sandy ¿Cómo te va? – Encima la tuteaba el descarado, pensó la señora
- Muy bien gracias, mijo ¿dónde está Paolita que no la veo…?
- Salió por ahí junto con Mauro, es que Sandy no te imaginas… Tu marido se puso como loco, que disque le robaron una plata, hasta los vecinos salieron de sus casas por el escándalo que solito formo y pues según él, está segurísimo que fueron tus hijos, una pena la verdad, jamás pensé que tus hijos tuvieran ese vicio tan maluco, pero no te preocupes que amo a tu niña tal cual es, soy tolerante con las personas – contesto todo sobrador, provocaba voltearle el mascadero por cínico y mentiroso – Bueno pues, ahora si me retiro – se iba a levantar del asiento para marcharse pero Sandra se lo impidió
- Usted no va para ningún lado – Le dijo Sandra muy seria, en ese momento venía Alex con ambos muchachos cogidos por los brazos
- Me esperan en mi cuarto, ya saben cómo tienen que hacerlo. Voy enseguida – anunció, los niños no paraban de llorar
- No es necesario, cálmenseme niños, ya encontré al ratero – Alex la miro confundida lo mismo los chicos que tenían los ojos rojos
Sandy señalo al delincuente e inmediatamente apareció el
señor Montoya en el umbral de la puerta como llamado con el pensamiento y
obligó a su hijo menor a sacar el dinero que tenía escondido en su morral, este
lo hizo. Alexander y Sandra contaron la plata, John Jairo preguntó si estaba
correcta la cantidad, ellos asintieron, el señor le indicó a su hijo que se disculpara,
pero en lugar de eso Jairo se despatarro.
- NO HICE NADA, NO HICE NADA, VÁYANSE A LA MIERDA ¡DESGRACIADOS! – maldijo, insultó y gritó como demente dando a relucir su otra faceta, su padre le dio una fuerte palmada en la boca y a rastras lo metió al auto
- Niños lamento como me puse – Alexander se disculpó sinceramente con sus hijos, definitivamente tenía que seguir en el programa de mejoramiento personal, aun no controlaba sus emociones del todo
Hasta eso Pablito llego a casa y su padre a rastras lo
saco del auto y lo envió a su habitación y al Géminis no le quedo otra que
obedecer, ya estaba fea la cosa para él.
- ¡Pantalones y calzoncillos bajados! – dijo John Jairo esperando que el mocoso cooperara por la buena
- No, no lo haré porque no hice nada – siguió con lo mismo, su padre cansado de tanta pendejada, con una sola mano apretó con fuerza las muñecas, y con la que tenía libre le quitó bruscamente toda la ropa, luego lo inclinó en el brazo del sofá
- Te quedás quieto ahí, porque como te movás será peor para vos – declaró abriendo el armario de par en par y sacó una larga y flexible vara, el peladito al enterarse que iba a ser castigado con aquella cosa, es echó a temblar y un sudor frio recorrió desde la nuca hasta la espalda baja, pero no dijo nada, su padre era demasiado severo, si alguien se atrevía a rechistar, era claro que se complicaban más las cosas – Prepara tu culo, porque te voy a dar hasta que la vara se rompa – agregó cortando el aire dos veces seguidas para susto del chiquillo, que apretó los cachetes con anticipación como preparándose para lo que le venía encima – RWAS
- ¡AY HIJUEPUTA! – Exclamó para sí y apenas habían comenzado, por lo visto su padre no tendría clemencia alguna, iba a darle duro tal como prometió
- RWAS, RWAS – descargó dos más con la misma intensidad que el primero, ahora tenía tres líneas dibujadas, ¡Que buen regalo de Navidad estaba recibiendo su trasero!
- AHHHHHH Papaaa – no pudo evitar gritar y se movió de su posición como si quisiera levantarse y salir huyendo
- Quieto carajo RWAS, RWAS, RWAS, RWAS, RWAS – puso una mano en su espalda para evitar cualquier intento de escape y marcó cinco seguidas está vez en las flexuras
- AU, AUUUU YAAA POR… POR FAVORRR – se quejó el muchacho, pero su padre no se inmuto, aplicando cinco más en el mismo sitio sin dejar de reñirlo duramente
- RWAS, rwas, rwas, RWAS, rwas – se le hacía irresistible soportar el dolor, el sentadero, le dolía, le escocia y ardía cada vez más
- AGGSS, AGGSSS MMMMGGGG ME…. ME DUELEEEE NO MÁS POR DIOSSS – Imploró el sinvergüenza, acordándose del Todopoderoso, pero aquello no le sirvió en estos instantes, el diablo se apodero de John Jairo, que al parecer tenía severas intenciones de despellejarle la piel o al menos esa era la impresión que el menor de los Montoya tenía cada que un nuevo varazo besaba sus carnes
- RWAS, RWAS, RWAS, RWAS, RWAS, RWAS – esos seis cruzaron el culo en forma de equis y no había cuando el tormento acabara
- AHHHHHHH, AHHHHHHHHHHHH
El sardino no paraba de lamentarse, con la cara llena de
mocos y lágrimas, moviendo su cadera lado a lado intentando huir de los
fuetazos, pero era imposible, pero cuando pensó que moriría, el milagro se
obro, su padre partió la vara en dos y salió
de la habitación no sin antes advertirle que de enterarse de una más como esa partiría
la vara pero en su culo y no en su mano.
- Pobre Pablito seguro su papá lo mató, hubiera sido mejor que no dijeras nada mamita – mencionó Paola con pesar pensando en su novio
- Estás loca hermanita, ese bobo casi nos arruina la Navidad – reclamó Mauricio
- A ese muchacho no lo quiero más en esta casa – dijo tajante Sandra, era la excusa perfecta para deshacerse de es vago – así que mijita olvídese que fue su novio
- Pero mamá…
- Nada de mamá, más te vale que hagás caso, si no ya sabés lo que te puede pasar – amenazó
- Su mamá tiene razón – dijo papá
- Están tocando la puerta – Mauro, su padre fue a abrir
- ¿Qué son estás las horas de llegar? – dijo mirando el reloj
- Pa es que bueno me encontré con Ariadna y fuimos a cine y pues… pues la peli se acabó por ahí como a las ocho y media…
- Yo le dije que estuviera aquí a las ocho – le regaño su madre
- Sí, pero ya les dije que
- Tranquilo pues, entre – habló de nuevo Alexander
- Bueno, pero no me vayan a pegar
- Que entre de una vez – dijeron ambos, el chico entro y apenas paso cerca de sus progenitores, estos le soltaron cada uno, una sonora nalgada
- Oigan pero porqué…
- Pa que haga caso la próxima vez
- Pero si solo me retrase hora y media, ah
- No venga pues con excusas, que igual llego tarde
- Lo siento – dijo sinceramente sus padres apretaron las mandíbulas para no perder la seriedad, últimamente el primogénito estaba lo más de juicioso, estaban felices con eso
- Brian ¿sabés la última? – De una, Mauricio fue con el chisme, tenía que vomitar aquello sí o sí
- Cuente pues – sonrió curioso, sabía que era algo bueno por los gestos de su hermanito
- El papá del géminis vino todo bravo, lo regaño en frente de nosotros y…
A medida que avanzaba la historia una sonrisa de
satisfacción se dibujó en su rostro, sus papás lo reprendieron, pero en el
fondo estaba contentísimo porque por culpa de ese falso siempre quedaba metido
en los peores líos y él salía ileso, además era una rata de lo peor, aun así
aquella rata tenia quien lo amara tal cual era… su abuela.
- Ya mi amor, ya mi niño, no llore más – decía la abuela consolándolo
- Abuelita mi papá… mi papá no me quiere
- No es eso cariño, solo está molesto por tu actitud; vos te portaste muy mal, robaste y eso no está bien, pero tu papá te ama pequeño
- Mijo, siento haber tenido que castigarte tan fuerte, estaba muy enojado y no me dejaste más opciones – dijo John entrando a la pieza de su sardino
- Lo siento papá no lo volveré hacer más. Lo prometo – dijo abrazándose a su progenitor – pero no me odiés
- No te odio bobito, además ya no estoy enojado – aseguró, eso sí le dejo en claro un último mensaje – espero que te portés serio y no se te ocurra nunca más hacer algo como eso porque dónde te pille, te doy la muenda una semana ¿Entendés?
- Sí señor
- Bueno descansá, mañana será otro día – le acarició la cabeza, salió junto con su madre hasta la sala para hablar con su padre haber que consejos le daba para meter en vereda a ese mocoso
Jairo sabía que su buen comportamiento solo iba a durar
mientras tuviera la cola quemada, apenas se le aclara iba a seguir siendo un
dolor de cabeza. Su esposa también
estaba tan nerviosa con todo, lo mismo
Andrea Fernanda hermana mayor de los chicos, nunca se imaginaron algo así del
más pequeño de la familia, pero bueno tal vez su actuar era responsabilidad de
los padres que no se ocupaban de esos muchachos por andar viajando todo el
tiempo centrados en sus trabajos, los abuelos nunca crían igual que los padres.
A Ryan Anderson
todavía le latía el corazón, solo
recordar como su padre castigó a su hermano, que bueno que él andaba juiciosito
las últimas semanas, ni pensar como le iría a él, si su cucho
se entera de sus enredos, tragó saliva y se metió a la cama a dormir.
- ¡Tan sapa la Sandra! Esta es la peor pela que he recibido en mi vida y encima un veinticinco de diciembre
Manifestó con la voz quebrada, lleno de resentimiento e
intento sobarse el rabo para aliviarse, pero aquello solo empero las cosas, así
que decidió quitarse los calzoncillos que cargaba echándose en la cama boca
abajo a esperar el año nuevo…
La paliza fue mas que justa, robar descaradamente no es bueno, jjjj
ResponderEliminarFue justo jajajaj
Marambra
Que cara la de ese chico y encima la tinta de Paola todavía colgadura de el
ResponderEliminarTerry
Hola chicas gracias por sus comentarios y que les digo el géminis es complicado el personaje como todo lo que creo, no estaba en la lista de azotados, pero pues mi musa se puso loca y me dijo que le avisara al progenitor de este descarado que lo ponga en su sitio por delincuente jajaja. Este como es lo mandan al patíbulo de una, aunque sigue siendo spanking femenino como que los chicos se llevaron el protagonismo en diciembre, y sí Terry esa Paola está más embobada jejeje bueno nos vemos en la comedia.
ResponderEliminarQue personaje el tal Geminis, pero se merecia la paliza, como va a robar en casa ajena, creo que le salio barato porque de ser otro el ofendido lo denunciaba en la policia.
ResponderEliminarMuy buen relato Nicole, siempre con tu estilo único, ante me chocaba pero ahora su picante tiene gusto.
Ginebra
Jejeje no hubiera sido mala idea que lo metieran preso, chocaba quizás porque los personajes son agresivos algunos y usan un lenguaje subido de tono, pero lo he suavizado bastante jajaja gracias por leer.
EliminarMe siento satisfecha por el castigo, se lo merecia.
ResponderEliminarSOfi
Pues claro, no se podía librar está vez. jajaja.
EliminarWaaoo ya era hora que les tocara a los chicos y ya van cayendo uno por uno jajaja
ResponderEliminarAmiga me encanta seguir encontrando capis tuyos tan divertidos como todo lo que escribes!!!