Covid - 19: Libertad 1º parte (Hugo); Autora Terry

Covid – 19

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 15 de Mayo del 2020. 

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Libertad

Primera parte

Autora: Terry

• Aaa uuu – gritaba  Hugo

Su papá lo llevaba de la oreja, había pasado casi dos meses desde que empezara esa pandemia mundial y la población tenía que estar encerrada a cal y canto sin poder salir, obviamente para todos los más jóvenes de la casa fue un suplicio sobre todo para Hugo que a veces se ponía a llorar como si fuera un niño chiquito frustrando a su padre pero no por enojo sino porque le dolía no poder hacer más para contentarlo, es que Rafael entendía muy bien las emociones de Hugo más de lo que su hijo creía, por eso en vez de enfadarse cuando Huguito no disimulaba su mal humor intentaba mimarlo y explicarle las cosas una y otra vez, siempre dispuesto a volver a hacerlo hasta que entienda que tenían que estar en casa, que ese virus no era ningún juego, que por una imprudencia y salir podía costarle la vida y así casi a diario por esos dos meses.

Pero no hizo solo eso, sino que trato de estar a su lado el mayor tiempo posible con él, y para mejorar su ánimo se metían en la cocina preparaban postres o tartas y todo lo que el chico quisiera con tal de tener la mente de Hugo distraída; pero por fin el gobierno decretó que los más jóvenes de la casa podían salir una hora al día hacer deporte o jugar, aunque aún no podían hacer uso de los parques o sentarse en las bancas públicas y mucho menos reunirse con los amigos; Hugo más animado con la idea de salir por lo menos una hora, llevaba toda la buena intención de cumplir con las normas, porque Rafael ya había advertido que si no cumplía cada una de las reglas no volvería a salir, y él no quería que eso pasará ya había tenido suficiente de estar encerrado hasta su vejez.

Pero cuando algo tiene que pasar no importan las intenciones solo sucederá y Huguito no era inmune al destino… él iba tan tranquilo con sus cascos puestos escuchando música cuando alguien le tocó el hombro por detrás, frunció el ceño un poco molesto pero cuando dio la vuelta se encontró con sus nuevos amigos: los gemelos Hansen y obvio se alegró inmensamente de verlos; antes del confinamiento los gemelos junto a sus abuelos habían viajado a España a pasar unas cortas vacaciones pero les pilló la cuarentena dos días antes de abandonar el país, menos mal en la casa que alquilaban siempre que Rubén viajaba con su esposa.

Rubén y Rafael eran amigos en su juventud y aunque no se veían a menudo no perdieron contacto y en este viaje se volvieron a encontrar porque Rafael tenía la solución para la reforma que Rubén quería hacer en su hacienda, y fue en ese viaje donde Hugo y los gemelos hicieron grandes migas en el poco tiempo que pudieron compartir ante de la cuarentena.

• ¿Qué hacéis vosotros aquí? ¡Cabrones! – les dijo con una gran alegría por verse dándose un abrazo sin importarle ni mucho menos las medidas de seguridad.
• Que va ser, nos pilló aquí la cuarentena – le dijo Iván dándole un golpe en el brazo de Hugo
• Y tú dónde vas – le preguntó Alexander con una gran sonrisa de un millón de dólares.
• A dar un paseo ya que no se puede hacer otra cosa, por lo menos podemos salir una hora – Y Lex los miro a los dos con los ojos cargados de picardía.
• Aún nos queda más de media hora, porque no compramos unas coca colas y unas patatas para picar y pasamos lo que nos queda del tiempo sentados en el césped y poniéndonos al día – a los otros dos les pareció muy buena idea pero estaban dudosos de hacerlo, ambos padres les dieron muchas recomendaciones antes de salir y no querían terminar con el trasero en llamas
• No se Lex, el papá se entera y nos cocina el trasero, últimamente está corto de paciencia, recuerda que ayer incendiemos el microondas y nos salvamos por un milagro – Lex rodo los ojos mirando a su hermano siempre tan diplomático, pareciera que tuviera un palo metido por el culo.
• ¡OOHH!... ¡vamos!, sabe Dios cuando nos volveremos a ver, ¡no seas marica! – y le golpeo el brazo – llevamos encerrados dos meses, ¿no crees que nos merecemos un pequeño relax? – Hugo también pensaba como Alexander, fue mucho tiempo encerrados.
• Es verdad Iván, no vamos hacer nada malo solo pasar un rato juntos – Hugo se sumó a la opción y al final convencieron a Iván, y como lo planearon compraron los refrescos y las papas fritas, se sentaron en el césped del parque sin importarle saltarse los precintos policiales, tampoco estaban en el radio permitido de un kilómetro que es lo que podían alejarse de sus viviendas.

El tiempo paso volando, concentrados en su charla y gastándose bromas entre sí, ninguno de los tres se dió cuenta que ya había pasado más de dos horas fuera de sus casas. Mientras que Rubén echaba cólera por la boca porque sabía que sus diablos ya habían hecho de las suyas, Rafael estaba con el corazón en un puño porque su pequeño no había vuelto a casa.

• ¡Alex! voy a salir a buscar a tu hermano – le gritó desde el pie de la escalera, Alex bajó rápidamente
• ¿No ha vuelto el enano? – pregunto extrañado pero no preocupado como estaba su papá.
• No… y ya estoy bastante preocupado, lleva dos horas fuera y no contesta el teléfono.
• Se habrá entretenido, ¿te acompaño? – se ofreció Alex para calmar a Rafael
• No, porque no podremos estar los tres en el mismo coche cuando lo encuentre, mejor quédate en casa y no salgas – Alex rodó los ojos – y no me pongas los ojos en blanco que con un hijo perdido ya tengo suficiente
• ¡No tengo cinco putos años! – Alex le gritó a su padre, estaba harto que siempre le tratará como si fuera un niño chiquito.
• Cuida tu tono Alex, que tengas la edad que tengas sigo siendo tu papá – le dijo molesto, apuntando con el dedo índice, y si más cogió las llaves y salió en busca de su otro polluelo.

Estuvo dando vueltas en un radio de un kilómetro de su casa pero no encontró ni rastro de Hugo, bajó del coche y busco a pie pero no tuvo ninguna suerte, decidió de ir más lejos a la zona de un parque al que Hugo solía ir, dejo la movilidad aun lado y prefirió caminar mirando de un lado a otro en busca de su hijo, pero vio de todo menos a su Hugo, al final encamino sus pasos al parque que estaba precintado, cruzándose con gente que trotaba en círculos alrededor de dicha área, al final decidió hacer lo mismo, dar una vuelta entera pero esta vez mirando por dentro del parque donde por fin pudo ver que había tres jóvenes cerca de la fuente cuando uno de ellos se giró reconoció a Hugo, así que cruzó las cintas policiales caminando rápidamente donde estaban los tres jóvenes cogiendo a su hijo del brazo zarandeado un poco brusco.

• ¡¿Pero estáis loco?! – Hugo se quedó sin palabras al ver que era su papá y lo único que pudo pronunciar con un hilito de voz fue…
• Papiiiii – Rafael respiró varias veces para poder calmarse 
• Nada de papi, ¡camina! – ordenó sin soltarlo del brazo
• Tio – dijeron los gemelos con sus voces a coro, en ese momento Rafael se dio cuenta de que eran los hijos de su amigo, sabía que estaban en la ciudad, porque se habían comunicado por teléfono.
• Pero ustedes ¡que tienen en la cabeza!, ¡sabe Rubén que estáis aquí? – Iván negó con la cabeza.

Rafael saco el móvil para llamar a su amigo, no podía dejar a esos mocosos ahí y tampoco podía llevarlos por la prohibición vehicular, al final aguardaron hasta que Rubén vino por sus hijos y tras unas breves palabras e intercambio de información cada cual monto su vehículo (Rubén con un permiso especial debido a que eran gemelos) y se encaminaron con dirección a sus casas y todo en medio de una tereada descomunal.

• ¡Baja del coche Hugo! – le dijo Rafael por tercera vez cuando había estacionado el coche frente a la casa
• Deja que te explique – Hugo al ver lo molesto que estaba su papá quiso resguardarse dentro del vehículo
• He dicho que bajes – repitió Rafael cansado ya abriendo la puerta, Hugo al ver las intenciones de su papá por atraparlo quiso ir al otro lado del conductor pero Rafael lo atrapó por el tobillo tirando de él para darle alcance, lo cogió de una oreja y lo llevo a casa a punta de nalgada, el no estaba para explicaciones – que cosa no entiendes, te dije que bajes plas plas plas de coche PLAS PLAS no escuchas nada, ni siquiera lo que te dije antes de salir.
• Auuuuu ya – intentaba soltarse del agarre de su papá.
• ¡Sube a tu cuarto! –  le ordeno cuando ya entraron a la casa y Hugo corrió escaleras arriba.

Alex con tanto ruido salió de la cocina cuando justo Rafael se quitó el cinturón, no era difícil adivinar el porqué.

• ¡Papa! – Rafael se detuvo para mirar a su hijo
• No intentes abogar por él, que tu hermano se saltó todos los protocolos de la salida, primero se fue a dos kilómetros de la casa y segundo se le ocurrió hacer un camping, se saltó el precinto del parque con los hijos de Rubén… los gemelos – Alex aunque mucho quería abogar por su hermano se dio cuenta que no podía hacer mucho, pero al menos iba a intentar que no fuera con el cinturón.
• Bueno papá, no te digo que lo ha hecho bien, pero entiéndelo, es chico tiene catorce años, ha estado dos meses encerrado, se ha encontrado con sus amigos y no ha pesado en las consecuencias.
• ¿Me estás diciendo que no lo castigue? – Alex se mordió el labio algo nervioso
• No, solo que… no porque le pegues con el cinturón lo va a entender mejor – Rafael suspiro y se dio cuenta que siempre había sido muy duro con sus hijos mayores, por eso siempre antes de que castigará a Hugo salían en su defensa.
• Está bien, pero se merecía el cinturón – declaro acercándose a Álex y le dio un abrazo susurrando al oído – ojala pudiera echar el tiempo atrás, y no ser tan duro como fui con vosotros

Después le dio un beso en la mejilla y subió escaleras arriba para acabar con el tema con su hijo menor.