Tonino: Cap. 8; Autora Marambra

Tonino

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 11 de Julio del 2016

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Capítulo 8

Una paliza donde más duele

Autora: Marambra

Tonino había venido a buscarme a mi alcoba, me había distraído recodando un evento del pasado de mi familia muy concreto y me puse a buscar aquel pequeño puñal que en un impulso se lo devolví, total Tonino ya es un adulto, está casado y es flamante padre, pero ahora que lo pienso, creo que era mejor guardar aquello para otra ocasión, total mi nieto no se quedara pequeñito toda la vida, crecerá y como toda travesura y curiosidad desarrollada con los años, características propias de la naturaleza humana pudiera encontrarlo y hacerse daño a sí mismo…

• Toma Tonino, esto es tuyo – recuerdo que le dije a mi hijo y mi hijo me miro desconcertado, él había venido a buscarme a mi dormitorio cuando tarde mucho en regresar al suyo para darle mi acostumbrado beso al pequeño nuevo dueño de mi corazón, mi nieto… ¡ay!, Dios santo, con los años creo que me estoy volviendo un viejo chocho y sentimental, pero es que tendrían que estar en mis calzados para saber lo que siento, ese pequeñin de apenas 4 días de vida me tiene con las rodillas de gelatina jeje… no puedo dejar de contemplarlo e imaginar que detalles suyos habrán sido visibles en su padre a su misma edad… ¿el arco agudo de sus cejas?, ¿su nariz de pepita?, ¿su ceño fruncido?, ¿el puchero que hace?, ¿su mirada profunda?... y de todos estos detalles, ¿cuáles eran comunes a sus abuelos biológicos?, en fin
• ¡Vaya! – me contesto Tonino contemplando el pequeño puñal en su mano, mirándolo largo rato – creí que esto se había perdido papá – agrego mirándome y volviendo a ver aquel objeto en su palma extendida – ¡WOOOW!... qué pequeño que es  ¿no?… – comento y a mí también me lo parecía, supongo que aquel entonces desde la perspectiva del miedo, incluso a mí me pareció un objeto inmenso, sin embargo ahora fuera del temor, del estrés y del mal trago, la vi en su dimensión real, y tenía que darle la razón a Tonino, era una pequeña daga que apenas media 10 cm y se perdía en su palma.
• Bueno si, ahora parece pequeño pero aquel entonces no solo tú lo veías grande, yo también lo veía así – conteste cogiendo de nuevo el puñal que me devolvió prestándole especial atención a la sorpresa que mis palabras produjeron en mi hijo, supongo que no se imagino una respuesta como esa de mi parte, pero vamos, debería digo yo, soy su padre – ¿no quieres tenerlo contigo? – le pregunte curioso evaluando el pequeño objeto en mis manos – era de tu padre – asegure
• NO, no quiero tenerlo conmigo… me da miedo papá – me confesó y eso me causo sorpresa – y en cuando a mi padre biológico… uff… ¿qué quieres que te diga?, es solo eso, yo ni siquiera lo recuerdo – dijo dándome un abrazo tierno y apretado al mismo tiempo – tu eres mi único papá, mi viejito lindo – aseguro, agregando ya no más – además otra gran razón para no tener esa cosa conmigo, es que por culpa de ella me pegaste estando enfermito – dijo frotándose los dedos como si ahora mismo le doliera – y no quisiera que lo vuelvas a hacer jajajajjaj – agrego riendo del chistecito aquel, bueno, es que es una sugerencia graciosa debo admitirlo, ya me imagino poniendo a Tonino en mis rodillas a esta edad para darle una paliza… termino con las rodillas fracturas mínimo jeje
• Bueno, lo tuve que hacer porque tú te pusiste esa cosa en el cuello – agregue cambiando la voz, puede que hayan pasado años, pero ahora me doy cuenta que esa imagen me perseguirá siempre y siempre sentiré lo mismo, angustia y enojo
• Si lo recuerdo – dijo Tonino tocándose la yugular izquierda, como acariciándose, recordando el pasado – solo que no sé porque – contesto pensativo – solo recuerdo lo que me dijo Oliver después – suspiro
• ¿Y te acuerdas que te dijo? – pregunte algo ansioso ante la gran oportunidad que tenia para averiguar si lo que me dijo Oliver coincidía con los recuerdos de Tonino
• Sabes papá – me dijo con cariño poniendo su mano sobre mi hombro mientras caminábamos hacia su dormitorio desde donde se oía los gorgoteos infantiles que me daban a entender que mi nieto estaba despierto – en su momento no lo entendí muy bien, pero lo sentí – confesó – creo me dijo que no me acerque a ti… o algo por el estilo… estaba celoso o eso supongo

E instintivamente lo abrace… lo abrace con la misma fuerza con la que abrace a mi Oliver esa misma noche y como lo abrace a él tras el incidente con Oliver justo en el dormitorio una hora después de todo.

Aquella noche después de castigarlo recuerdo haberlo alzado tras su rechazo y lo consolé como mejor podía, me costó lo mío hacerlo porque no quería saber nada de mí, pero al final logre calmarlo y lo acosté y me quede con él a su lado hasta que se durmió, recuerdo que con una mano acaricie su pelo y su escuálida espalda contando una y otra vez el relieve de sus huesitos, impresionado de lo magro que era y de tan pequeños que se me hacían los nudos de su espalda y como casi podía ver a través de su piel sus omóplatos, mientras  iba contándome lo que hacía en las calles, como armaban los grupos, quien los sorteaba, como se distribuían las ganancias, quien los entrenaba, quien los sacaba del orfelinato, como se los llevaban sin que nadie se dé cuenta y cosas como esa que bien me valdrían para adelantar la investigación.

Pero seguí en mi tarea haciendo preguntas puntuales en voz baja, pero sin hacer pausa alguna con mis manos para que se relaje mientras que él contemplaba los dedos de mi otra mano, imagino que comparándola porque no dejaba de mirar mis dedos y tocaba con afán mis uñas mirando las suyas que ya habían empezado a brotar rosaditas y aun blandas; y seguimos así hasta que empezó a bostezar y cerrar sus ojos, quise salir de la alcoba pero no me dejo y me quede con él acariciando suavemente su cabecita pelada, se sentía tan suave con esa textura extraña que tiene el pelo rapado empezando a nacer y le daba a su piel un tinte verdoso que me recordó sin querer a las aceitunas, porque como dije su pelo era oscuro, mucho más que el mío y el de mis hijos hasta que por fin dejo libre mis dedos, y fue cuando me puse a pensar en lo que había visto… a mi hijo Oliver saliendo de mi alcoba acabadito de castigar a Tonino y en lo que Tonino me contesto cuando le pregunte que le había dicho Oliver: que los hombres no se chivaban y que la káiser bier con el jarabe para la tos daban diarrea.

Una interesante perspectiva de la filosofía callejera, medite en su momento, pero hasta cierto punto cierta; imagino que el famoso Gato solía aleccionar a los muchachitos del nido más que para defenderse del mundo, para evitar el contacto de los mismos con el mundo exterior de cuyo intercambio puedan surgir situaciones que intervengan con los intereses personales e intereses comunitarios con la “causa común” (el robo), evitando así la posibilidad de una fuga o de pedir ayuda de parte de la pandilla de pequeños delincuentes de mano sucia, jejeje es que dejaban huellas a diestra y siniestra algunas tan bien dibujadas por que las tenían llenas de grasa o caramelo, pero nadie podía hacer nada, eran huellas que aunque se podían procesar no se tenía registro alguno en el departamento policial por dos razones, ninguno de ellos tenía antecedentes porque todos ellos eran niños y segundo por mucho robo que existiera al ser menores de 13 años, la ley los protegía.

En fin, a los pocos minutos llegaron mi hermana y mis hijos, ella se los había llevado al cine y de paso a comprar chocolate para preparar la mañana de navidad, faltaba tan pocos días para el evento y sinceramente esperaba que Tonino recupere fuerzas para ese momento, aunque no tenía dudas de que así seria, total, llevaba apenas dos días de alta y ya había hecho su maleta para fugarse, así que no creo que no estuviera mejor para navidad, iba a ir a dormirme ya, recuerdo que el sueño me vencía para cuando ellos regresaron pero no podía dejar aquel asunto sin tratar, tenía que hablar con Oliver así que lo seguí a su alcoba.

• Oliver – le dije tras tocar su puerta, aun cuando estaba entreabierta; mi hijo no tenía la costumbre de cerrar su puerta ni para cambiarse, aquel hábito lo adquirió cuando Tonino se vino a vivir, bueno al día siguiente de aquello – ¿puedo pasar hijo? – pregunte mirando desde la rendija lo que hacía, estaba parado de espaldas desnudo de la cintura para abajo, acababa de sacarse el pantalón y se estaba poniendo el pijama para dormir, desde niño odiaba todo aquello que apretara a la hora de ir a la cama, es más no le gustaban ni los pañales
• Claro papá – agrego sentándose de golpe mientras subía la ropa apurado, recuerdo que ingrese de inmediato y cerré la misma tras mío pegando la llave por dentro porque no quería interrupciones de ninguna clase, esto llamo la atención de Oliver porque se quedo mirándome fijamente con los ojos asustados
• Bueno Oliver – le dije cogiendo la silla de su escritorio y colocándola al revés, es que necesitaba el respaldo de la misma para apoyar mis brazos mientras conversaba, iba a tener con Oliver una charla informal sobre algunas cosas que necesitaba estén claras entre todos con relación a Tonino, pero antes necesitaba saber la verdad – quiero saber que le dijiste a Tonino hace un momento, antes de que salgan con tu tía al cine – pregunte directamente, soy un policía, así que por lo general me gusta ir al grano, pero en casa es diferente, procuro que mis hijos tengan confianza de contarme los hechos antes de que esos hechos se vuelvan problemas, pero Oliver imagino que por la presencia de Tonino en casa yo cambie mi actitud y se puso en una postura muy peculiar la defensiva – agresiva al mismo tiempo
• Yo no le dije nada – contesto mirándome muy enojado, con una rabia que nació ese mismo instante, frunciendo levemente el ceño centellando la mirada
• Mira Oliver – le dije sentándome a horcajadas sobre la silla que puse en medio y como que, apoye mis brazos cruzados sobre el respaldo mirándolo fijamente y procurando sonar lo más calmado posible, total fui en plan charla, no en plan pelea – yo te vi salir de mi dormitorio después de castigar a Tonino – dije dejando en claro el momento – así que por favor no te atrevas a negarlo – agregue y Oliver me contesto enfadado dándome la espalda en una postura totalmente agresiva
• Si lo sabes para que me preguntas – juro que aquello me tomo por sorpresa, Oli no suele ser agresivo
• Porque quiero saber que le dijiste – conteste – no te pregunte si entraste o no… sino que le dijiste – volví a preguntar y Oliver se sulfuro como nunca, pocas veces mi hijo se enfada pero desde que supo que Tonino venia a casa como que se dispararon todos los pedos mentales en su haber adolescente – y no te atrevas a mentirme porque…
• PORQUE SEGURO QUE ESE PUTO CHIVATO YA SE HA CHIVADO CONTIGO EL MUY MIERDA – y salió rajando de la alcoba, fue la primera vez que no pude ser ágil, primero porque me quede de piedra ante las palabras tan groseras de mi hijo, vamos tampoco creía que fuera un santo y no soltara alguna pachotada estando entre amigos, pero que me las grite a mí, eso me dejo en shock, yo no hablo malas palabras y mi pequeño me salió boca suelta, segundo porque me pegue un tropezón en la alfombra que casi me voy de cara de no ser porque me agarre de la silla donde mi hijo colgó su ropa, logrando salir y darle alcance justo cuando entro a mi alcoba de nuevo y se tiro como paracaidista sobre Tonino gritándote – ERES UN BOCÓN, RATA RASTRERA NO ESTAS NI UN DÍA Y YA TE FUISTE CON CHISMES – eso me llamo poderosamente la atención, porque mi hijo podía haber dicho cualquier disparate o negarse en redondo y a mí no me hubiera quedado más que ofrecerle el beneficio de la duda porque Tonino nunca dijo exactamente lo que Oliver hablo y tras eso le pego un manotazo en todo el costado a Tonino sin querer sobre el absceso y fue cuando vi negro, juro por mis creencias que así fue, mire negro, todo negro…. en menos de 24 horas mi hijo había dado un giro de 180 grados
• Auuu agggggg – gimió Tonino poniéndose rojo tocándose el costado, la mano de Oliver llego a su herida, porque ese rato el estaba con los brazos suspendidos dormitando con la tele prendida y la puerta abierta que no se percato de la presencia de Oliver hasta que lo golpeo; pero en ningún momento se quejo o lloro, se aguanto las lágrimas… imagino que las duras circunstancias que rodearon su niñez acostumbrado a los golpes, sin alguien que lo consuele o quizás el hecho de la amenaza a un dolor mayor de quejarse hizo que se ponga en una actitud a la defensiva, fue la primera vez que vi a Tonino aturdido y confundido además, porque su primer impulso fue responder el golpe, pero imagino que el verme entrar lo freno
• RATA RASTRERA – gruño Oliver y le pego un escupitajo que me dejo con la boca abierta y fue basta lo cogí del cuello de su polera y de un tirón lo baje la ropa de dormir hasta las rodillas tras sentarme en mi cama poniendo a Oliver sobre mi regazo – SUELTA SUEEEELTA TRAIDOR, PUTO TRAIDOR – me grito mientras lo volcaba boca abajo
• PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf PLAF plaf plaf PLAF PLAF plaff plaaf plaaf PLLAAFF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf – y esa fue mi respuesta no iba a decir nada hasta romper el cascaron, cosa que costo
• Aaauuuu ayyy TTIIIIA TIIIIAAAA – chillaba y mi hermana que vio y oyó lo que hizo Oliver simplemente cerró la puerta tras suyo y se llevo a mi hija a dar un paseo por la cuadra, pese a que el frio calaba y estaba nevando, se fueron a tomar chocolate caliente – auuu AUUU SUUEELTA, SUEELTAME, NO TIEEE  AUUU NO TIENES DEREEECHO – grito y yo apreté la nalguiza, ya le haría entender cuanto derecho tenía él de golpear a Tonino
• Y TU NO TIENES DERECHO DE GOLPEAR A ANTONIO PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf PLAF plaf plaf PLAF PLAF PLLAAFF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf – me concentre en la curva de ambas nalgas, olvidándome por completo de Tonino que para eso se había subido a la cama y tapado la cabeza
• CLARO DEFIÉNDELO…. AHORA ES TU NUEVO HIJITO…. ESA BASURA – dijo  Oliver y empezó a retorcerse y a golpearme con los puños en las piernas y fue cuando lo hice parar, el tenía que entender que estaba errado
• Discúlpate Oliver – le dije sujetándolo del brazo mientras el intentaba no solo pararse sino cubrirse, tiñéndose mucho más rojo, imagino porque acababa de darse cuenta que aquello no fue privado, yo tampoco me había percatado de eso hasta mucho después cuando se dio la oportunidad y él me lo hizo notar
• MIERDA QUE ME DISCULPE – dijo mucho más bravo todavía cruzándose de brazos y girándose para retarme con la mirada y su nueva actitud – QUE APARTE DE LADRÓN ES UN SOPLÓN DE CUIDADO – grito y Tonino que se había destapado la cabeza, cambio de expresión y sus ojos se nublaron pero no de dolor sino de enojo y era obvio que se trago sus palabras por alguna razón
• He dicho que te disculpes Oliver – volví a insistir empujándolo un poquito hacia donde estaba Tonino, aunque luego me di cuenta que no era buena idea hacer aquello, Tonino se mostro no solo aprensivo sino que podía disparar una nueva rebelión y no de uno sino de dos, porque no creía que Tonino se fuera a quedar callado más tiempo ante los insultos de Oliver, vamos que entendía lo que le estaba diciendo y la saña que ponía
• Y YO HE DICHO QUE NO VOY A DISCULPARME DE UNA SABANDIJA DE MIER – y ahí quedo, lo agarre de la nuca y lo conduje a mi baño sin cerrar la puerta y saque una pastilla de jabón y se la encaje en la boca tras mojarla y le hice sostener aquello mientras lo volví a reprender con el cepillo de mi difunta esposa
• ¡SUFICIENTE! – fue lo único que dije mientras caminábamos hacia el baño
• Nooo papá, nooo por favooor, noooo – se puso a llorar cuando vio lo que iba a hacer, pues acababa de bajarle la ropa y apoyarlo sobre el lavamanos dispuesto a encajar el jabón picante en su boca
• Te dije un montón de veces…  – dije abriendo la pastilla de jabón verde – abre la boca – ordene apretando sus mejillas porque las había cerrado fuertemente hasta que lo logre –… un montón de veces que no me gusta que digas palab… – volví a hacer una pausa porque acababa de morderme
• Agaaraaaa noo, nooo – decía Oliver empujando con la lengua el jabón, pero yo estaba preparado para eso
• CRAAAPPP – sonó su trasero como un balazo resultado del eco de las baldosas del baño, acababa de soltar un cepillazo de esos dejando un óvalo rojo sobre su glúteo derecho  – ABRE LA BOCA, ASÍ COMO LA ABRES PARA INSULTAR, LA VAS A ABRIR PARA LIMPIARTE LA MIERDA QUE TIENES EN LA LENGUA – sí, me contagio el mal habito
• WOOOUUU AAAAHHH AGGGGS AGGS – la abrió sí, y le puse el jabón y le vino arcadas, pero aun así no le permití expulsarlo, porque use mi infalible método de coacción policial, lo amenace con quedarnos toda la  noche con eso
• NI SE TE OCURRA ESCUPIR OLIVER – le dije mientras lo puse en mis rodillas – QUE VOY A DARTE UNA PALIZA CON EL CINTURÓN SI ESO SUCEDE Y VOLVEREMOS A EMPEZAR CON EL CEPILLO – agregue y dio resultado, atrinchere sus piernas bajo la mía en una llave maestra y agarre sus manos en su espalda mientras yo me acomode en el borde de la tina que me parecía mas cómodo que el inodoro y ahí sí, le di una buena paliza
• Craappp craaapp crap crap CRAP CRAP – aquel ruido que producía el cepillo parecía pequeños cohetes reventado a lo lejos, dejando en la piel de mi hijo su roja picadura formando pequeños circulitos mas rojos que el resto
• Mmmggg mmggg – Oliven no hablaba, pero era obvio que se quejaba con la boca llena del jabón que amortiguaban las palabras, era difícil entenderlo porque era un todo de mocos y saliva y llanto, y enojo y frustración cargada
• CRAAP CRAP crapp craap CRAAP CRRAAPPP – pero yo no iba a cesar, Oliver tenía que aprender a no decir malas palabras y a dejar de ver a Tonino como un enemigo
• Agggg AGGGSS AHGHH – empezó a quejarse más alto y a tratar de escapar, era obvio que estaba llegando a un punto de no retorno
• Crap crapp crrap craappp craap crap – deje caer esas en las flexuras y fue suficiente para que Oliver se rinda
• AAHHHH PAPAAAA COFSS COOFSS – acababa de tirar el jabón de la boca importándole poco la amenaza  – NO MÁÁÁS, LO SIEENTO NO VOY A VOLVER A DECIR DISPARAATES BUAAA
• CRAPP CRAAAP CRAAP CRAAPP CRAAP CRAAP – pero yo iba a ir un poquito más allá por si propio bien – craap crap CRAP CRAP CRAP CRAP
• PERDOOON, PEERDDOOON, BUAAA BUUAAA AGGG AGGG NO LO ODIO, PERO NO QUIERO QUE NO ME AMES

Y lo solté y lo abrace contra mi pecho dejando que termine de llorar ahí, el simplemente se aferro a mi cuerpo como una enredadera estrangulándome, mi hijo estaba tan necesitado de afecto como lo estaba Tonino, y yo tenía tanto amor para darles a ambos, solo que él no era capaz de verlo, estaba celoso.

• Pajarito – le dije al oído como un secreto, igual que cuando era un niño y buscaba un mimo – nunca dejare de amarte mi pequeño – le susurre abrazándolo fuertemente y meciéndolo de pie, de haber tenido la edad o el peso de Tonino, no hubiera dudado en alzarlo en brazos y acunarlo, pero Oliver era grande ya, casi de mi altura, además era difícil maniobrar en un baño tan pequeño y lleno de cosa que le gustaban a mi mujer
• ¿Y si lo haces?, ¿si me cambias? – agrego en un susurro – mamá a muerto… ya no esta mmmggg agggs aggss – y lloro mucho mas sentidamente – y tú la has olvidado tan pronto – me acuso – sino ¿porque traerías a ESE niño a casa? – en su mente y en su miedo aquel acto filantrópico de amor al prójimo y al desamparado parecían confundir a mi hijo hasta llegar a creer que había cambiado el amor que tenia por mi esposa por un niño, eso era hasta insultante, pero no podía decirle aquello a Oliver, el no estaba pensando con claridad – te has olvidado de ella y ahora me cambias, me cambias – aseguro – ¿por qué? – me pregunto con miedo, con pena incluso
• ¿Crees que te he cambiado? – le pregunte sujetando su rostro entre mis manos pero él se quedo callado – las personas son únicas e irremplazables Oliver – le dije limpiando sus ojos con mis dedos mientras él se quitaba el moco de la nariz con el dorso de su mano – y un hijo, una esposa, una madre lo es más – le asegure – no tienes nada que temer hijo… nada, Antonio no es tu enemigo – le asegure – es un niño lleno de heridas físicas y emocionales Oliver, es un niño maltratado, ¿quieres ver lo que le han hecho? – pregunte y Oliver asintió con la cabeza

Y fue cuando ambos automáticamente giramos a mirar al dormitorio y caminamos hasta ahí una vez que Oliver se arreglo la ropa y ambos vimos lo mismo y puedo asegurar que él se quedo tan sorprendido como yo, Tonino se había tapado la cabeza nuevamente y aun cuando lo descubrimos, el se negó a abrir los ojos y destapar sus oídos, había logrado hacer ambas cosas con las manos mientras lloraba en silencio, Tonino estaba asustado, encogido en la cama, con la herida del drenaje sangrando un poco, pero eso no era por el golpe que le dio Oliver, era el drenaje, solo que mi hijo creyó que lo hizo él.

• Lo siento, lo siento tanto – dijo Oliver con los ojos rojos y la voz pastosa de tener la nariz tapada producto de la lloradera, e instintivamente levanto la camisa de Tonino mirando horrorizado el gran moretón que su pequeño hermano tenía en un costado – yo… yo no hice eso… YO NO LE DI TAN FUERTE PAPÁ – retrocedió asustado
• Lo sé Oliver, sé que no fuiste tú – le dije poniendo un brazo sobre su hombro jalando suavemente a Tonino para que se acerque – abre los ojos Tonino, no voy a hacerte nada ni Oliver tampoco – declare – no va a insultarte nunca más, ¿verdad hijo? – pregunte y Oli se quedo callado mientras Tonino abrió los ojos poco a poco
• ¿De cómo lo sabes? – pregunto aprensivo
• Porque él ahora sabe que no debe hacerlo – conteste yo ante el silencio de Oliver – este muchachote es Tonino – le dije a mi hijo mirándolo a los ojos – soy su tutor legal – agregue a propósito para que ambos sepan que estaba a cargo – y pienso adoptarlo – y luego mire a Tonino, no necesitaba que Oliver diga nada – y el es Oliver, Antonio, es mi hijo mayor, tiene muchas cosas…
• Yo no quiero nada de él – declaro Tonino de pronto enojado bajándose de la cama y esquivándonos – es como el Gato, solo que más enano ¡nada más! – dijo furioso
• OYE – dijo Oliver alterándose, y puse un dedo sobre su boca para que no dijera nada y con mucho cuidado atraje a Tonino a mí, para ese instante mi hijo se había sentado en la cama lo mismo que yo y puse a Tonino entre mis rodillas abiertas como para atraparlo si quisiera huir, estaba muy arisco
• No Tonino, mi hijo no es como el Gato – le dije horrorizado de aquella comparación, y esperaba que Oliver entendiera en parte para que no fuera violento en sus reacciones
• ¿Quién es el Gato? – pregunto Oliver frunciendo el ceño ante la curiosidad de ser comparado con un animal o un tipejo de esos de la calle
• Es el tipo que me arranco las uñas con una tenaza – dijo Tonino empezando a llorar mostrándole sus uñas – y me revolcó a patadas en el piso y me puso un cinturón en el cuello para matarme

Dijo Tonino quitándose la ropa y Oliver abrió la boca del susto ante la idea de que alguien haga eso con un niño, ante el hecho de mirar las heridas en el cuerpo de ese mismo niño, pero sobre todo por ser comparado con un matón de tamaño calibre.

Tonino acababa de darle a mi hijo, algo en que pensar…

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