Tonino
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 1 de Agosto del 2016
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Capítulo 9
Bajo la lupa
Autora: Marambra
Son las tres de la mañana y acabo de despertarme,
esto de interrumpir mi sueño a media noche se ha hecho muy común desde la
llegada de Ian a casa y de eso hace como 3 meses ya, pero hoy el pequeño es
inocente de toda la culpa de despertar a su achacoso abuelo a semejante hora,
es que el muy pícaro sabe que estoy jubilado y no tengo nada mejor que hacer
que amarlo, jajaja; pero bueno me estoy saliendo del tema, hoy no fue Ian, fue
Oliver, mi primogénito me ha llamado asustado y preocupado, está en el hospital
con una de mis princesitas, la más pequeña se han puesto mal e ingresara a
quirófano en una hora, aparentemente es una apendicitis.
Tonino ya está listo para
salir, menos mal mañana es jueves y es feriado, es semana santa y como este mes
le toca ir por las tardes, desde hoy el no tiene trabajo hasta el lunes y mi
nuera Lena se reincorporara al trabajo en una semana más, así que todos
podremos cuidar a la pequeña Yannik mientras esta en el hospital, somos una
gran familia que se colabora mutuamente y desde que se eliminaron los muros
internos y tenemos un patio grande en común, pues no hay manera de sentirse
solo y lo mejor, no necesito salir por la puerta principal para ver a mis nenas
o ella vengan a visitar al más chiquitito de casa.
- Vaya a dormir – le oigo decir a Tonino a mi nieto que ahora mismo está en brazos de su madre regalándome un enorme bostezo de puro aburrimiento y una mirada tan inocente con esos ojos inmensos que se gasta llenos de luz – que es eso de estar despierto a esta hora, ¡tan tarde! – le dice mientras le besa la nariz, en un remedo de regaño que suena gracioso – los niños buenos duermen a esta hora – si, ahí va el padre llamando la atención del pequeño pitufo como si le entendiera despertándolo más aún mirándome fijamente, ya aprendió a reconocerme, sabe que soy su mecedor oficial de la tarde jejej – ¡oh! Papá… ahí estas, ¿estás listo para la batalla? – me pregunta Tonino distraído cogiendo las llaves de la movilidad y dando un penúltimo beso al rey de la casa… digo penúltimo porque él nunca termina de darle el último beso
- Sí, estoy listo… – le contesto esa vez muy seguro
… Bueno ¡Ahora! estoy
listo… después de tantos años; y me quede pensando en esa pregunta, de alguna
manera aquellas palabras dichas por Tonino me hicieron recordar a mi difunta
esposa Sephora cuando alguna vez teníamos dificultades con los muchachos, en
realidad más con Oliver que con Anja y mucho más cuando ella enfermo tan
malamente y no era de extrañar, entre la enfermedad, la edad, las hormonas y la
rebeldía Oliver a veces se comportaba como un pequeño tirano y yo tenía que
hacer algo para frenar esas embestidas y era Sephora la que me esperaba
dividida entre el enfado y la pena para hacer frente a mi hijo y muchas veces
cuando el enojo era mayúsculo y yo estaba decidido a darle un escarmiento a
Oliver, ella atajaba mi mano y me obligaba a guardar reposo por así decirlo
para que me calme y después de muchas horas a veces volvía a soltarme al vacío
con una pregunta muy inusual y difícil de contestar.
- ¿Estás listo para la batalla? – me preguntaba suavemente haciendo dos cosas, depositando un beso en mi boca y poniendo su mano cálida y pequeña sobre el hombro regalándome un apretón de ánimo y advertencia, como diciendo “ve… hay que solucionar esto, pero no te olvides que es nuestro pequeño” y yo… bueno tras un suspiro de resignación solía dejar lo que estaba haciendo y me incorporaba con pesar contestando
- No, no lo estoy pero que le vamos a hacer…
Es que yo sinceramente
nunca estaba preparado para enfrentar a mis hijos cuando se portaban mal… y
ahora después de tantos años, con hijos adultos y padres a la vez, creo que
ningún padre está lo suficientemente preparado para nada de lo que ellos traen
a manos llenas, menos para los
arrebatos, los sustos, los enfados, las penas y los miedos que a uno le dan los
hijos en una vuelta de suspiro tenga la edad que tengan, como le sucede ahora
mismo a mi Oliver o le sucedió hace unos días a Tonino que no sabía qué hacer
cuando le dio fiebre por primera vez al bebé; particularmente a mí me temblaban
las rodillas cuando mi mujer me anunciaba que mi hijo estaba enfermo o se había
lastimado, pero esos miedos fueron pasando para dar paso a otro tipo de temor…
el tener que sacar del fondo al padre serio que disciplina y corrige, uuuf, la
veces que habré sentido un nudo en el estómago ya de estrés, ya de enojo
anticipado cuando mi mujer anunciaba que Oliver necesitaba un escarmiento.
Para mí particularmente
tener que reprender a mi pequeño era una tarea engorrosa y pesada porque
siempre terminaba con la tristeza como invitada sentada en mi mesa, devorando
mi pan y posando sus huesudas y escuálidas manos en los hombros de mis hijos y
digo de mis hijos porque si bien Anja era dócil y muy madura, no dejaba de
sufrir por Oliver cuando este se metía en problemas, y cuando Tonino llego con
el paso del tiempo en la misma fila
estaba Oliver, unas veces con el coraje de no poder hacer nada para retenerme y
otras porque acababa de ser reprendido, sea como sea, esa tristeza
terminaba aplastando a mis hijos dentro suyo, apretando su corazón en un
asfixiado gemido, exprimiendo sus ojos con lágrimas celestes y robando de sus
voces algunas letras cuando hablaban tímidamente…. y ¡a mí!, a mi me obligaba a
bajar la comisura de los labios en una mueca similar a su invertida sonrisa;
pero bueno era lo que se tenía que hacer, claro que cuando estuvo Sephora con
vida era más fácil, ella allanaba el camino de la confrontación pese a ser la
acusadora oficial, es que ella tenía su toque en esos asuntos tan delicados…
era como si supiera el momento exacto de cuando mi hijo estaba preparado para
oír mis razones o cuando yo tenía en la boca más el amor que el enfado en mis
palabras lo que hacía más llevadero el asunto del por lo que él antes, el
durante y el después del mismo no eran lo mismo, el antes y el después podían
variar enormemente según su intervención y el durante siempre era doloroso y
casi siempre invariable, y digo casi siempre porque algunas veces el dolor no
se media necesariamente por la fuerza de la paliza su duración o su método sino
por la privación de algo y todo por la magia de mi compañera de lucha, mi
Sephora.
Desgraciadamente cuando ya
tuve a Tonino en mi poder, ya no contaba con mi contrabalanza que equilibraba
mis emociones, aquella fuerza que me mantenía como un imán con los pies fijos
en la tierra y que impedía perderme en el huracán de mis disgustos, o que
muchas veces fue mi muro de contención en el que estrellaba sin miedo mis
angustias o mis enojos… me hizo mucha falta Sephora en todos los sentidos y
mucho más cuando Tonino llego a casa, menos mal había aprendido a mantenerme y
a serenarme, pero bueno, no es que antes de ella yo pierda los estribos y sea
látigo en mano arreando a mis hijos como bestias, no, no era el caso, pero
estoy seguro que de no ser por ella quizás mi torpeza debilitara los lazos que
había creado con mis niños y que trenzaba recién con el menor de ellos.
Así que sí, me quede
pensando en esa pregunta que me formulara Tonino y de alguna manera debo
admitir, su voz y sus palabras me recordaron a Sephora y a la primera paliza
oficial que le di a Tonino como hijo mío legalmente adoptado; había pasado
mucho tiempo desde que le diera alguno que otro azote desde que viviera en
casa, tiempo también que paso para Oliver en esos menesteres… justo antes de
las navidades pasadas, para aquel entonces Tonino había sanado su heridas
todas… bueno las físicas, que las del alma llevarían tiempo, su tiempo; y como
toda herida quedaron cicatrices en la piel, algunas imperceptibles desde muy
cerca, otras como la que tenia bajo la axila la podrías ver desde lejos, de su
neumonía no había rastro, había pegado un pequeño estirón y aumento de peso… y
durante ese tiempo, siete meses me dedique a pulirlo, jeje, se lo que están
pensando, por lo menos los que entienden la jerga del lugar y para los que no,
pues que les digo, en esta parte del planeta pulir a un hijo significa
castigarlo, pero no fue mi caso, yo me dedique a pulir el brillante que tenía
entre manos, frotando su superficie sucia y terrosa para ver la luz que
escondía en su interior como un hábil joyero que taza una piedra preciosa,
esperanzado y casi saboreando lo que tomo su tiempo en llegar: un hijo que me
lleno de orgullo y felicidad pese a las pequeñas imperfecciones de su talle.
Pero no fue cosa mía
solamente, en la tarea se involucraron sus hermanos obviamente más Anja que
Oliver y mi hermana con su incondicional apoyo, para aquel entonces ella no
dudo en venirse a casa a pasar el
invierno y la primavera aprovechando su año sabático y de alguna forma lleno el
vacio que dejo mi esposa, se ocupo de la casa y de los niños y puso toda su
paciencia en Tonino, yo sabía lo que tenía que hacer, pero no sabía por dónde
empezar y ella encajo ahí, ella elaboro un plan y lo primero tras asegurarnos de mejorar su salud el
siguiente paso fue su escolarización y debo decir con todo el pesar y el dolor
del mundo que mi niño llevaba tres grados por debajo de lo que le correspondía
y lo supinos apenas Laura contacto con el director del colegio al que acudían
mis hijos mayores, el buen hombre enterado de la situación de Tonino, no dudo
en tomar una evaluación de sus conocimientos, para ello nos había citado al
colegio un día X, me dijo que no era necesario que Tonino repase nada, porque el
afán era saber hasta donde él había aprendido.
Así que quedamos para un
viernes por la tarde cuando no había nadie en el colegio, Tonino recuerdo que
se metió al carro algo aprehensivo después del almuerzo cuando respondí con
toda sinceridad a sus preguntas, interrogantes que nacieron a raíz del recado
que Oliver me dio en el almuerzo…
- Papi – dijo Oliver sin dejar de cortar la comida mientras yo sostenía las manos de Tonino enseñándole a usar los cubiertos adecuadamente, había tenido grandes progresos desde que llegara
- ¿Si Oliver? – pregunte moviendo mis manos junto a las de Tonino cortando el trozo de carne que tenía delante – eso hijo, así se hace, ¿vez que es solo practicar? – murmure con una sonrisa dirigida a Tonino que feliz llevo el alimento a la boca, era casi una semana que había logrado comer sin hacer volar sea la comida o sea el tenedor
- El señor Müller dice que puede atender a Tonino esta tarde en el colegio – recuerdo que Tonino se atoro ante aquello y empezó a toser
- ¿A qué hora? – pregunte distraído con la tos de Tonino a quien ayude a pasar el mal trago con unos golpecitos en la espalda
- A las tres de la tarde papá – contesto Oliver sin decir nada más, porque intuía que no era su tarea responde a eso
- ¿Quién es el señor Müller? – pregunto Tonino bebiendo agua con ansias
- Tranquilo Tonino vas a volver a atorarte sino – le respondí quitándole el vaso esperando que se seque la boca
- ¿Pero quién es? – insistió algo enojado, es más me dedico una mirada burda – tu dijiste que ya no iríamos a ningún médico ni loquero – me recordó que aquella había sido mi contra promesa a la suya de comer lo que se le pone en la mesa y acosarse temprano y hacer caso a lo que se le decía
- No es ningún médico ni loquero hijo – respondo creyendo que aquello era suficiente, quizás ese fue mi error, mis evasivas solo aumentaron sus ansias
- Ya, pero ¿quién es? – insistió sin volver a alzar el cubierto
- Es el director del colegio de Oliver y Anja – respondí
- ¿Y para quiere verme? – pregunto confundido y realmente interesado, no se estaba burlando ni queriéndose hacer el desentendido, el realmente no comprendía aquello
- Hoy darás un examen sobre tus conocimientos Tonino para ver cuánto has aprendido en el colegio – respondí… ahora con los años que llevo encima debo admitir que no fue mi mejor respuesta, nunca debí decir aquello, quizás hubiese sido mejor decir: cuanto te han enseñado, porque al decir cuando has aprendido ponía en duda su capacidad y eso sumado al hecho de que no piso el colegio en dos años, pues imagínense la inseguridad que acababa de crearle innecesariamente a mi niño
- Pero yo no quiero – agrego empujando el plato suavemente al centro de la mesa sin haber comido ni la mitad
- No es lo que tú quieres hijo, es lo que se tiene que hacer
Bruto, bruto, bruto de mí,
debí preguntarle porque no quería, pero mi poco tacto no dio pie a nada, por
eso digo que de haber estado Sephora, ella hubiese adivinado lo que le sucedía
a Tonino, ella hubiera dado con el corazón del problema y nos hubiéramos
ahorrado tantos líos.
Como sea, aquella tarde
lleve a Antonio al colegio y debo agregar que fue llevarlo como se lleva un
cordero al matadero, Tonino no dijo ni una sola palabra en todo el camino y se
limito a pegar su cara al vidrio mirando afuera, no quiso en ningún momento
hacer contacto visual con mi persona, quizás debí regresar y hablar de esto con
él, pero el consejo de los psicólogos fueron que cuando más pronto se reintegre
a una vida normal sería mejor, el tenía que aprender a tener amigos y a volver
a confiar en sus congéneres y en otros adultos que no sean parte de la familia
y esos lazos solo se darían en el colegio… pero no lo hice, lleve a Tonino al
colegio obligado porque no le di opción a nada.
Recuerdo que apenas él
aseguro que no tenía más hambre yo deje de comer y me apure en arreglarlo y
salir lo mas antes posible, pasamos por una librería y compre algunos
cuadernos, unos lápices y material para su uso creo que más por perder el
tiempo que por otra cosa, e incluso
pasamos por el área de uniformes escolares y mentalmente estuve viendo
algunas opciones para él, al final llegamos al cole y el pobre no tuvo más
opción que entrar a la dirección donde después de las presentaciones, el señor
Müller no quiso que yo estuviera presente y me invito a salir del aula y
regresar en dos horas, ahora que lo pienso quizás fue un periodo aterrador para
él… como sea pero, rindió el famoso examen.
- Bueno Señor Küffer – me dijo mirándome por encima de sus anteojos como solo lo hacen los hombres mayores sin levantar el rostro de lo que tienen en la mesa, ahora que lo pienso se parecía a Geppetto, el examen había terminado sin mayor inconveniente y el lunes a primera hora estaba en su oficina junto con mi hermana decidiendo el futuro de mi hijo – la situación de Antonio es “delicada” – me anuncio como un médico que me dice que el estado de un familiar es crítico, que hay que prepararse para lo peor y empezar a poner en orden las cosas para evitar conflictos futuros – será imposible para él cursar el grado que debería por su edad – me dijo y mi corazón se hizo un puñete de pena – desgraciadamente sus conocimientos corresponden a un niño tres grados por debajo… lamentablemente las personas que lo retiraron del orfanato le han perjudicado enormemente – agrego a sabiendas ya de cómo era la historia de Tonino, es que de alguna manera yo sentía que debía buscar la empatía con los profesores del establecimiento al que quería que Tonino ingrese y eso solo se conseguiría diciendo la verdad, la vida que le toco a Tonino
- ¿Y qué nos sugiere entonces? – pregunto mi hermana al ver seguramente mi cara de asombro, porque yo para cuando escuche esa respuesta ya había imaginado a mi niño sentado en una clases para pequeños de 8 a 9 años, el curso básico cuando ya le correspondía el inicio de la secundaria o en medio de adultos en un aula especial para escolarizar a mayores de edad que por lo general eran extranjeros en busca de oportunidades y tenían a la fuerza que inscribirse a cursos para aprender el idioma sobre todo
- Mire, estuve revisando el examen – e hizo una pausa antes de continuar extendiéndonos las hojas que tenía en sus manos – no ha respondido nada – agrego y aquello pues saltaba a la vista, lo único que Tonino escribió fue su nombre y lleno de errores, joder mi hijo no sabía ni escribir siquiera su nombre correctamente – como vera, no escribió nada y no quiso hacer ningún esfuerzo – y eso me hundió en el asiento, ¿qué podía decir a todo eso? – sin embargo sus respuesta son sorprendentes – agrego – y debo decirles que es un niño inteligente que incluso sin saber se las arreglo para entender y dilucidar lo que le pregunte, respondiendo muchas cosas con una lógica increíble – nos dijo y yo me quede como un estúpido porque no entendí ni carajos de lo que me decía ese hombre
- ¿Cómo dice?, no lo entiendo – demande – sino escribió absolutamente nada
- Mire, le explico – dijo el profesor – yo cuando vi que Antonio dejo su lápiz en la mesa sin responder a nada, decidí conversar con él invitándole a tomar un té con masitas, lo que hizo que se relaje y entonces empecé a conversar de cosas triviales y meter preguntas que aparentemente son de conocimiento general, pero son las preguntas que tiene escritas, y él respondió bastante bien a la mayoría de ellas, digamos que al 60 % – claro 60 % es desalentador, pero considerando que Tonino no había asistido al cole por dos años, pues era un milagro – su mente es brillante y estoy seguro que puede aprender rápidamente si le entregamos las armas que necesita y le damos el apoyo que requiere – esas eran muy buenas noticias, muy buenas – lo malo es que Tonino se niega a escribir y leer en voz alta y eso nos perjudica enormemente porque después de entrar en confianza, lo anime a escribir algo y esto es lo que escribió – y nos mostro una hoja con una redacción que hubiera jurado era de un niño de primer año, con unas letras que parecían huevos bailando de lo enormes que eran – pero les diré desde ya que escribir esa oración llevo 15 minutos, en ese estado él no puede tomar el curso inmediato… ni siquiera el previo, él debe vencer dos cursos por delante, además lo exige la ley – y ahí se apago la chispa de esperanza que tenia dentro mío
- O sea, que él debe pasar clases obligadamente con niños más pequeños – le dije alzando la hoja que Tonino había escrito, fijándome en un detalle que no tome en cuenta hasta mucho después, Tonino tenía una memoria fotográfica bastante buena, había dibujado casi a la perfección la misma hoja que yo arrancara de la maceta de Anja para explicarle las partes de la misma, él había estado hojeando un libro de su hermana y ella le haba puesto unos videos tutoriales por el internet, y el vino a mí con un montón de preguntas que decidí responder con algo más práctico y ahora una semana después, lo aprendido estaba plasmado en un buen dibujo en manos del director
- No necesariamente – dijo el profesor – como sabe, este examen supuestamente llevo dos horas, pero no fue así, el y yo conversamos de lo que le gusta y me fue respondiendo preguntas de historia, de ciencias de religión incluso con bastante lógica, pero lo hizo porque fueron preguntas que el considero parte de una charla informal, tiene base, entiende y aunque no lo crea le gusta la lectura…– dijo y yo quede un poco asombrado de aquello
- ¿La lectura? – pregunto mi hermana – pues disculpe que dude, pero Tonino está más interesado en los comic que en otra cosa
- Lectura es lectura señora mía y en Tonino tenemos que fomentarla no importa cómo – dijo el profesor – lo importante es que le guste o hacerle gustar – agrego y en eso intervino el psicólogo del colegio
- Yo lo encontré leyendo a media voz en una pausa que hice para ver exactamente que hacía, deletrea y repite las palabras como recordando, como un niño pequeño, en eso debemos ayudarlo, en eso y en escribir
- Eso será realmente difícil – dijo mi hermana con la voz desalentadora – es que a él le gusta mirar solo los dibujos como a los niños pequeños, no mira nada más
- Eso es lo que parece, pero realmente lee, mentalmente lo hace – dijo el psicólogo que hasta ese momento no había dicho nada importante – y eso se debe a que se quedo estancado en esa etapa del aprendizaje – explico – él debe ganar habilidades y desarrollar destrezas como todos los niños de su edad y eso solo se lograra cuando asista a clases en conjunto con los de más niños
- Ya pero el problema es que con las habilidades de ahora no puede, el no puede ingresar al curso que le corresponde sin vencer debidamente el básico – comento el director, y yo lo entendía no se podía saltar cursos por saltar
- Pero usted mismo acaba de decir que no sería buena idea que curse el 4 grado de primaria – dije yo, confundido hasta las patas
- Buscaremos una solución, yo hablare con los maestros de los dos grados y ver qué es lo que se debe hacer y tras eso tomaremos una decisión que no lo perjudique y no cause estrés en él… – dijo el director del establecimiento
Nada más lejos de la
verdad, Tonino fue cambiando de a poco y no precisamente para bien, todo el
avance que tuvimos en casa con él esos tres meses que tomó tener el alta
completa tanto física como psicológicamente se fueron al diablo, Tonino de
estar alegre y feliz paso a estar todo el tiempo irritado, molesto con mi
hermana y conmigo sobretodo, empezó a alejarse de mí y se encerraba horas en su
dormitorio y no me permitía entrar, tanto así que decidí quitarle la chapa a su
dormitorio uuuf, aun recuerdo aquel incidente como si fuera ayer, porque tras
el berrinche armado al que tuve que terminar con una buena paliza por mal
hablado, él se puso en huelga de hambre y no fue cosa de solo aquel día, sino
que repitió historia al día siguiente y los siguientes que vinieron, incluso
tuve que forzarlo a comer bajo amenaza de inyecciones… fue horrible; el
simplemente no quería comer e incluso me dijo que quería volver al hogar de
menores, eso realmente me dejo asustado y pensando; ¡VAYA! que me rompí la
cabeza pensando en qué diablos estaba yo fallando, esos cambios de humor
obviamente me obligaron a retornar con el psicólogo cuyas visita no ayudo en
nada, mas por el contrario empeoro la situación, porque yo decidí hacer caso al
consejo de un profesional que a mi instinto.
- ¿Qué estás haciendo se puede saber?
Recuerdo que me pregunto
con un tono de voz totalmente desconocido para mí, pero que con el tiempo se
haría habitual, bueno el tiempo que estuvimos en pie de guerra por el asunto
del colegio, es que tras la reunión prometida, se quedo con la lamentable
decisión de que Tonino debía bajar dos grados y pasar clases con niños de 10
años, un golpe duro para su pequeño orgullo y yo le entendía, Tonino estaba
entrando a la adolescencia y no se sentía para nada identificado con niños de
esa edad y por consejo del psicólogo, se había determinado que su ingreso sea
en la brevedad posible, y eso sería en una semana más, apenas concluya el
seminario taller de los maestros motivo por el cual se suspendieron actividades
en el establecimiento por dos semanas, dos semanas que a mi pobre hijo lo tenía
sobre ascuas, porque se había negado a asistir al cole y me amenazo varias
veces con huir de clases, nunca con huir de casa, cosa rara, pero que yo al
final desistí de hablar y entre en el plano autoritario de: TU haces lo que se
te ordena y punto, producto del cansancio de tener que lidiar cada mañana con
aquello.
- Cuida tu tono Tonino – advertí mientras retiraba la chapa con un destornillador concentrado en esa tarea, pensando que con eso bastaría, pero ¡qué demonios!, no era Oliver; Tonino no entendía aun los comandos de conductas de sus hermanos y era lógico porque Oliver y Anja tenían toda su vida viviendo conmigo y fueron aprendiendo mi lenguaje, mis modos, mis gestos como yo los suyos, a tal punto que podíamos anticipar un evento, pero no era lo mismo con Tonino… él se había criado sin patrones de nada, al azar, como una hierba de campo por lo cual sus reacciones en ocasiones eran erráticas por completo – además te lo advertí – le recordé sin dejar de hacer lo mío mirando de reojo como apretaba los puños – te dije anoche que si volvías a cerrarme la puerta en las narices y no dejarme pasar, yo iba a quitarte las chapas – Antonio y yo nos enfrascamos en una discusión que termino muy mal y todo a raíz de la tonta compra del uniforme escolar, ya habían llegado nuevas tallas y quería ir a reservar el suyo y fue motivo de una pelea casi a uñas y dientes y no pudimos realizar el viaje a la tienda, porque Tonino se encerró en el cuarto pero antes me aventó la puerta en la cara
- NO CUIDO NAAADA – me grito – ¿POR QUE ESTAS HACIENDO ESO A MI PUERTA? ¡RESPOOONDE! – bueno, el que considere que era su puerta era interesante y buen síntoma, significaba que por fin había aceptado su nueva realidad: que era parte de la familia y no estaba cuidando sus pasos como si caminara sobre cascarones de cristal, como ocurrió tras el encontrón con Oliver que le valió una paliza a mi hijo con el cepillo de madera y delante de Tonino, pero al mismo tiempo me gritaba que Tonino no me tenia respeto y no me veía como una figura de autoridad sino como a un igual con el que luchar
- No grites Tonino – dije guardándome los tornillos en la mano, recuerdo que no quería pelear más con él, había decidido que no mencionaría nada mas del asunto y que directamente llevaría un pantalón vaquero y mediría con eso la talla
- ¡O QUÉ! MARIZONAZO… QUÉ – recuerdo que se paró de donde estaba (el armario a donde se metió) como un gallito que estrena espolones, y elevo los hombros en claro signo de provocación, realmente estaba empezando a sacar lo peor de sí y no tenía idea de porque, ¿el cole no podía ser tan malo verdad?
- Te vas a la cama sin cenar – amenace y fue una amenaza tonta porque esa noche mi hermana había cocinado su plato favorito, espaguetis, Tonino había estado pidiendo comer eso desde hace mucho tiempo pero a causa de su anemia la mayoría de los platos eran elaborados con verduras abundantes y alimentos ricos en hierro como carne huevo o leche y por fin ahora podíamos consentirlo con lo que él quisiera
- Para la mierda que cocina esa puta – murmuro entre dientes y luego pego la carrera a donde sea que para colmo fue mi dormitorio
- ¡TONIIINO! – dijo mi hermana sorprendida quien acababa de subir trayendo dos vasos de jugo de frutas y oyó lo que dijo y ambos entendimos la razón…
Tonino dijo aquello porque vio a Laura acercarse a nosotros, lo que me dio a entender que no fue un arrebato del momento sino que lo hizo a sabiendas con la firme intención de dañar y yo estalle, fue basta… para mí fue suficiente, había estado murmurando toda la semana entre dientes disparates muy coloridos, cosecha de los viñedos callejeros, que se los había ido pasando tratando de entender que era lo que le molestaba, pero ser grosero de esa forma tan flagrante no era de mi agrado así que en dos zancadas estuve tras suyo y logre poner mi pie en el umbral bloqueando el cierre de la misma, recuerdo que puse mis manos en el borde la puerta para apartarlo y entrar y él me golpeo los dedos con un martillo.
¿Se lo pueden imaginar?,
Tonino cuando quería podía ser un verdadero salvaje, producto de la vida y
milagros de la calle, maldije en voz baja por el dolor experimentado, no iba a
decir un disparate delante suyo cuando era lo que quería corregir, como sea
logre abrir la puerta y lo cogí del cuello de su pulóver, el mismo que mi
hermana había tejido con tanto amor para él y que le quedaba bastante bien, pues
aquel color tan simpático que mi hermana insistía era turquesa oscuro en mi
lógica masculina era simplemente un azul claro; en fin lo había cogido del
cuello de aquel tejido y sin pensando dos veces lo puse boca abajo sobre mis
rodillas sujetando su cintura metiendo mano a la bragueta con el otro, mi
intención era clara, iba a darle un escarmiento. No recuerdo bien los detalles,
solo sé que en algún punto logre bajarle el pantalón y los calzoncillos volaron
junto con los “leopardos” como decía él a esa cosa que tenia medias
kilométricas con ropa interior incorporada que algunos llaman leotardos, otros
panty medias y aquí medias calzón, y le di por primera vez una buena paliza que
nada tenía que ver con los ocasionales
palmetazos ganados de vez en cuando por alguna mala actitud suya a manera de
advertencia, esta era una paliza en toda regla.
- Deja Ian por favor, no lo hagas – me pidió mi hermana parada en el umbral de la puerta viendo el panorama – solo es un muchacho y estaba enojado – lo justifico ella, yo también había justificado su reacción, pero de ahí a que insulte como lo hizo: no; yo había reprendido a Oliver con el cepillo y le había lavado la boca con jabón por mal hablado y Tonino no iba a ser menos, yo simplemente no podía ni debía hacer ni crear diferencias entre ambos, no ahora que Tonino se consideraba parte de la familia aun peleando de vez en cuando con Oliver
- Sal de aquí Laura ¡por favor! – agregue tirando de la ropa hasta los pies, dejando el tostado traserito de mi hijo al aire, se notaba que había subido de peso, pues en aquel momento que la ropa se desprendió de su piel y al verse descubierto de esa manera el apretó las nalgas instintivamente y la grasita subcutánea de sus glúteos formaron pequeños hoyuelos en su superficie, como las nalguitas de un bebé
- Por favor poli, por favor – me rogo en un mar de mocos ya y lágrimas, el estrés lo acababa de superar como a mí y como a todos en casa, y Tonino se dio cuenta de ello – deja que me disculpe de ella – dijo en un arranque de consciencia, de esto estoy seguro porque solo bastaba verlo para saber que estaba compungido, pero como dije no le iba a pasar esto – poliiii pooooli POOOLII POOOOLI – me volvió a decir poli y eso me molesto, apenas una semana antes de que vayamos al colegio, Tonino había empezado a llamarme papá más frecuentemente y delante del resto, sin temor como antes y sin embargo ahora, me llamaba poli por no decirme papá y eso tenía una razón, estaba enojado conmigo y no de ahora, ya antes de este incidente, prácticamente desde el día del colegio, él no hablaba conmigo como antes, sino que: o respondía por obligación o hablaba por necesidad, pero sin ningún respeto por delante, como si fuera de su edad o sea un amigo o un conocido de tiempo – DEJA QUE ME DISCUUULPE, ME VOY A DISCULPAAR – luchaba por volver a subirse la ropa a como dé lugar, escurriéndose sobre mis rodillas
- Quieeeto – dije sin gritar volviendo a acomodarlo, pero el logro subir los leotardos sin subir el calzoncillo en un intento de protección – deja Tonino, ¡deeeja! – ordene pero era en vano, no hacía caso así que seguí en lo mío, sujete su mano y empecé a golpear su trasero medio vestido
- Plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – y él se dio cuenta de una cosa, que había empezado desde un inicio a dar de nalgadas fuertes
- Auuu auu nooo, nooo DEJA QUE ME DISCULPE – volvió a gritar y a forcejear metiendo los dedos de la mano atrapada como sea sobre el trasero, apenas logrando cubrir un pedacito de piel
- Lo harás Antonio, porque en esta casa no se insulta a las persona que te quieren – agregue y continúe sin utilizar nada que no sea mi mano y aun así hice un mal trabajo, y digo mal trabajo porque el trasero de Tonino estuvo rojo por 3 días y dibujo algunos perfiles de mis dedos en la superficie de su piel de color verdoso en algunos lugares; no me estaba desquitando si es lo que piensan, solo era lo que tenía que hacer – plaf plaf PLAF PLAF plaf PLAF plaff plaf PLAF PLAF plaf plafff plaaf PLAAF PLAAFF PLAAF plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF
- BUAAAA, YAAA AUUU NO LO HAGO DE NUEVO POOOLI, NO LO HAGO DE NUEEEVO BUAAA BUAAA – lloraba Tonino agarrándose de mi pierna y pataleando como un corderito que queda atrapado entre las ramas y no sabe como soltarse
- Plaaafff plafff PLAAFF, PLAF PLAF – lo reconozco desde casi un inicio le di bastante fuerte, quizás era porque en mi fuero interior tenia arraigadas algunas costumbres de mi padre que se me grabaron igual que ahora yo grababa a Tonino… con una paliza – LO SE, NO LO HARÁS DE NUEVO… PLAF plaf plaf Plaf plaf PLAF PLAF PLAF pllaaf plafff
- Buaa BUAAA YAA YAAA AUU… PERDOOON TIIIIA, PEEERDOOON… no lo vueelvo a hacer no lo hago más buaaa buuuaaa – lloraba y yo lo puso de pie entre mis piernas, recuerdo que se quedo medio bailando porque sus rodillas parecían de gelatina, pero no le permití tocarse pues apenas llevo las manos atrás en un intento de frotarse y cubrirse yo cogí sus muñecas por delante y empecé a hablar
- Escúchame Antonio – demande su atención y espere unos minutitos que se calme – no sé lo que te está pasando, pero nada justifica que insultes a la gente – lo reprendí – y de un tiempo a la fecha no haces más que murmuras disparates dentro de tu boca y tratarnos de mala manera, pero eso se acaba ahora – agregue – ¿entendido?
- Es que nop nooop nop quiero ir aaa cooolee – hablaba entre sollozos, gimiendo
- Pero eso NO te da derecho a insultar a tu tía, ella es tu tía y es una persona mayor que merece respeto, sobre todo por el amor que te tiene – agregue tocando su corazón, Tonino es y siempre fue muy agradecido con el cariño que se le da
- Nooo – respondió compungido mirando el piso – Pero de veeeerdaad poli – me dijo de nuevo – no quiero ir al cole
- Pues lo siento mucho jovencito, pero eso no se discute, tu harás lo que se te indique e ir al cole a aprender es una de esa cosas – indique, si, un poco o quizás demasiado autoritario, pero ya venía siendo una cantaleta de nunca acabar esto, ya que las veces que le pregunte la razón en ocasiones pasadas él se negó a hablar de aquello por lo que lo considere un capricho suyo
- Poli de mierda – murmuro
- PLAF PLAF PLAF ES PAPÁ ANTONIO, PAPÁ… NO POLI DE MIERDA, NI POLI SOLO, NI POLI OTRA COSA – pero él aun no lo había captado – ahora vamos a terminar con esto de una vez por todas – agregue y fue cuando le baje de nuevo los leotardos azules que mi hermana le comprara para que este abrigado cuando salga al jardín a jugar con nieve
- NOOOO POOOOLI, POOOOOLI NOOO POR FAVOOOR – volvió a gritar cuando se vio de nuevo boca abajo sobre mi rodilla y esta vez sin protección alguna, aunque no creo que esa cosa haya hecho mucha diferencia de verdad
- Plaf plaf plaf PAPA, es papá… SOY TU PAPA – declare en medio de las nalgadas
- BUAAAAA PERO YO NO QUIIIEEEROOOO – volvió a llorar apenas atrape su mano en la espalda, no sé si ese no quiero era, no quiero una paliza, no quiero que seas mi padre, no quiero ir cole, como sea no lo sabré nunca a menos que ahora se lo pregunte, lo que no garantiza que me responda a estas alturas, porque quizás Tonino ya borro todo aquello de su mente; lo que sí sé con total seguridad, es que yo asumí que ese NO QUIERO se refería a la paliza que le iba a dar, por eso mi respuesta…
- Lo siento mucho jovencito, pero como decía mi padre, las cosas se hacen una sola vez y bien – indique terminando de bajar el leotardo aquel y empujando el cuerpo de Tonino un poco más abajo para tener el área de castigo despejada – … y como él, yo no dejo las tareas a medias ni mal hechas, porque no me gusta repetir, así que haremos esto como debe ser para no hablar más del asunto – declare una última vez antes de entregarme de lleno a la paliza, que no fue tanta, solo que para Tonino era el fin del mundo porque ya tenía el trasero rojo de la previa – plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf PLAF plaf plaf Plaf plaf PLAF PLAF PLAF pllaaf plafff PLAF plaf plaf Plaf plaf PLAF PLAF PLAF pllaaf plafff – y me concentre como en Oliver solía hacerlo en la base de los glúteos
- BUAAAAOWW OWWW AAWWWW AYY AY
Obviamente Tonino lloro a mares pero les juro que no le di más fuerte de lo que ya lo había hecho ni más de las que había recibido, su llanto en parte era parte de su frustración, de su enojo y de su falta de habilidades para confiar en mí al 100 %, tras aquello se quedo en mi rodilla llorando sangre por así decirlo y había llevado sus dos manos atrás para frotarse y pellizcarse las nalgas sin ningún pudor tratando de eliminar seguro la picadura que aun sentía, tras aquello lo ayude a incorporarse y él rápidamente se subió la ropa, dejando en el camino el calzoncillo.
- Ya Tonino – volví a decir con voz suave y conciliadora apurado en ayudarlo a vestirse y abrazarlo, solo que Tonino me rechazo dándome un manotazo en la mano, y se quedo mirándome fijamente entre asustado y decidido a pelear si era necesario y yo no queriendo hacer un mar en un charco decidió darle una tregua esperando que la tome – bueno hijo, si esa es tu actitud te quedas aquí hasta que se te pase la rabieta o caso contrario te quedas sin cenar – le dije – así que bajas cuando estés listo – pero nunca bajo, esperemos como media hora para que venga desde que lo llame, así que decidí que alguien vaya a ver – Anja llama a Tonino por favor, dile que la cena está servida – le dije a mi hija y ella subió de inmediato y bajo al poco rato con cara de circunstancias
- No quiere venir – me dijo simplemente sin darme más detalles
- ¿Está despierto o ya se acostó? – le pregunte, empezando a enfadarme de nuevo
- Esta despierto – respondió sin entrar en polémica… creí que todo terminaría para la hora de la cena y que luego de aquello me lo llevaría a mi dormitorio y charlaríamos de sus miedos, pero no fue así, tuve que ir yo y lo encontré sentado en el piso llorando
- Baja a cenar Tonino y deja de llorar hijo, por favor – le pedí, acercándome a él con intención de abrazarlo, pero el volvió a rechazarme
- NOO, no quiero ir, no quiero naaaada – sollozo y volvió a darme un golpe, en fin… a Tonino no podía quitarle algunas malas costumbres de la noche a la mañana
- Pues lo siento mucho por ti Antonio, pero tu bajas a cenar con la familia – agregue y lo cogí del brazo y lo lleve a la mesa, y fue cuando se declaro en huelga de hambre, no probo bocado alguno, ni hizo el intento de comer pese a que yo le pique el espagueti, si, si se lo que están pensando que acabo de cometer un crimen contra la culinaria italiana, pero créanme, con un niño que apenas está aprendiendo a coger un cubierto, comer espaguetis era llover salsa en la ropa y él por aquel entonces no estaba para protocolos de etiqueta, estaba enrabietado, frustrado enojado – come Tonino – le pedí procurando no sonar áspero, pero creo que no tuve mucho éxito
- No voy a comer – respondió pegando su espalda al respaldo de la mesa y cruzando sus brazos sobre su pecho, llorando como una magdalena, acababa de arruinarnos la cena a todos, pero creo que fui yo en realidad él que arruino todo
- Déjalo Ian, deja que se vaya si no quiere, ya bajara cuando tenga hambre – hablo mi hermana – ve a mirar la tele mi bonito – si algo hay en mi hermana que es de incalculable valor, es su corazón, ahí estaba ella mimando a Tonino pese al tremendo insulto dado y eso que no se había ni disculpado de ella por el incidente, yo no se lo había exigido porque simplemente me olvide en el momento que se negó a bajar a cenar – voy a guardarte el plato en el microondas corazón – agrego y Tonino se paro, pero yo estaba en un estado de no retorno
- No, él se queda a comer – indique y Tonino se volvió a sentar y fue cuando cargue el cubierto de comida y se lo acerque a la boca, pero Tonino la cerro herméticamente – abre la boca Antonio – ordene pero nada y así estuvimos como 15 minutos, todos habían terminado e incluso querían retirarse pero ninguno lo hizo, no sé si era porque temían que lo vuelva a castigar o querían ver quien ganaba en la contienda, como sea, se quedaron ahí de testigos viendo llorar a Tonino durante toda la cena, al final yo sin haber probado bocado y enfadado lo cogí del brazo con algo de torpeza y lo lleve de nuevo a mi recámara, no iba a dejarlo en su alcoba, no cuando ya no tenía puerta, el podía salirse a media noche y no quería eso por nada del mundo – ¿NO quieres cenar?, pues bien no hay cena para ti, ahora camine, a la cama PLAF – calce un buen manotazo en el trasero delante de todos y Tonino quiso correr a la puerta como lo había previsto, pero yo lo alce sobre mi hombro y aun cuando me golpeaba la espalda gritando no le hice caso y me fui con él así cargado hasta mi cuarto, esa noche definitivamente el pequeño diablillo dormiría conmigo no por placer sino por castigo, estaba dicho
- BÁJAME SUÉLTAME – chillaba – ME QUIERO IIIIRR SUELTAMEEE, SUÉLTAME POLI, SUELTA GRRRRA
- SI ANTONIO, IRAS A LA CAMA – grite sobre sus gritos sintiendo ese aguijón en el corazón cuando volvió a decirme poli, ¿qué era eso?, ¿iba a llamarme sobrenombres cada que se enojara conmigo?
- TE DIJE QUE ME SUELTES – chillo dándome un buen golpe en la espalda con sus puños – SUÉLTAME TE HE DICHO POLI DE MIERDA – vamos, no podía pretender que unas pocas palmadas le quiten la mala costumbre, pero por algo se empezaba
- ES PAPÁ PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
- BUAAAAA
- PAPÁ, ANTONIO, PAPÁ PLAF PLAF PLAF
Dije soltando unos duros manotazos en el trasero, mientras lo tenía sujeto de las piernas estando tirado el sobre mi hombro como un saco de patatas, pensando en que mañana sería otro día y tendría tiempo para hablar con mi hijo una vez que se calmara y se pasara con el sueño su mal humor.
…¡Tremenda
equivocación!…
No nos puedes dejar en ascuas, continua please!!!
ResponderEliminarCrimen culinario jajaja!.
ResponderEliminarAhora si dicho esto desmenusemos el comentario.
Como siempre feliz de leer más aún después de que nos dejarás en ayunas de Tonino, cada día me gusta más la historia si eso es posible y cada día disfrutó más ver ese camino cuesta arriba que recorrió esta familia para llega a disfrutar de la dicha, que a pesar de las sircunstacias como las de salud que atraviesa la hija de Oliver, dicha en el sentido de saber que aún y sobre todo en la adversidad se van a apoyar.
Cosa difícil la cruzada por la escuela y sobre todo el lidiar con la batalla cuando ya no se tienen fuerzas y herramientas pero se sabe que es lo correcto, herramientas digo porque por más cariño de padre que tiene el poli, sobrellevar la actitud de Tonino no es nada para lo que lo hayan preparado y no es nada parecido a lidiar con los niños propios sólo por la diferencia en el pasado que no compartieron. La verdad que un capi que me removió el sentimiento.
Me encanta la mirada de Ian sobre su pasado, sabiendo que talvez pudo hacer las cosas diferentes y aceptando aquellos errores que como padre pudo cometer pero al mismo tiempo sin lamentos ni reproches como quien sabe que dio lo mejor que pudo dar en su momento porque más aya de estar como muchos entre la espada y la pared, entre lo que dicen los "profesionales" con sus recetas para criar niños y lo que dice el instinto paterno, él sabe y es cociente que tomo las deciciones con todo el amor infinito que se puede tener por un hijo.
Excelente capítulo y me uno al reclamo, no nos puedes dejar en ascuas
¡Que divertido leer este capítulo!
ResponderEliminar...si ,es verdad que el camino a el amor y unión familiar estuvo lleno de "dulce y agraz",para Ián y sus niños,pero reconozco Marambra que a pesar de lo triste de la situación,el proceder de Tonino me hace reír,...¿será que tengo un cruel corazón?,como sea para mi justificación puedo decir que al tener la certeza de que Antonio es un hombre pleno y feliz,me despierta la simpatía y la diversión los enfrentamientos con su poli,jjjjuajuaj ...ese "Poli de mierda"murmurado me hizo saltar la risa jjjj,si hasta entiendo la frustración del pobrecito crío,ya que en un caso como el de él,la única forma de descargar un poco el miedo o la rabia o taaaantas otras cosas que uno siente cuando es niño y nos da la sensación de que nos asfixia es utilizar un lenguaje un tanto soez y ¡tanto mejor si va directamente dirigido a los papás o mayores quienes provocan la molestia!
Ya te había contado cuanto me agrada este tipo de remembranza que hace Ián para contarnos su historia,me gusta lo que logra,me interesa saber todo y cada uno de los altibajos que tuvieron que sortear para llegar al presente.
He quedado igual que las chicas aquí arriba con todo el "nervio expuesto"por saber que se viene ...también me gustaría saber como han tomado los mellizos la paliza de su hermanito,ya me puedo imaginar a la pobre Anja y...me pregunto si Oli se sentirá igual de envidioso de Tonino en este momento??
¡¡jjjj,como ves querida Marambra leerte ha sido y sigue siendo una verdadera alegría!!
Keny
Marambrita..
ResponderEliminarPor fin te encuentro... Cuando vi que ya no publicabas en el otro blog pense que ya volveria a disfrutar nada tuyo y aqui me pillo esta joya.
Acabo de leer a este nuevo niño tuyo de principio a fin y me sorprendí por tu plasticidad al cambiar de estilo.
Es que nunca antes publicaste un relato en primera persona y ahora me he deleitado tanto con esta historia llena de emocion.
Estare esperando que pronto actualices
Mientras tanto un abrazo inmenso
Lara
Marambra disfruté mucho este capi!!!
ResponderEliminarTe quedó muy bien!!...