Mis Gemelos: Cap. 235; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 01 de Agosto del 2016

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Capítulo 235

Quien le hizo chichiu a mi hirpita

Autora: Marambra

• Auuu, auuu ¡yaaa! Dueele – Illien estaba haciendo un soberano esfuerzo por no llorar delante de las enfermeras en el centro asistencial en donde estaba, mientras el médico lavaba la herida con un cepillo para quitar toda la arena y los vidrios rotos que tenía en las manos, ya había sido demasiado malo tener que ser el evento central de todo cuando Lorenzo decidió tomar el asunto entre manos y no dudo ni un momento en reprender a Illien delante del médico y las enfermeras y algunos pacientes… el muchacho se había caído por escapar…
• Ya hijo, ya, pa que te ponés a hacer burreras también pue´j –murmuro Arturo blanqueando los ojos a Lorenzo
• Él tiene la culpa – se quejo – au mierda ayayau, ayayu auu yaaa – y empezó a soplar para quitar el ardor y apretar sus mandíbulas para evitar la tentación de tocarse, eso doliendo horriblemente
• Al diablo con esto me marcho a casa tata… vos sabrás – contesto Lorenzo cabreado, ahora resulta que la culpa era suya, faltaba más…

Realmente fue mala suerte … Clara y Rubén los habían invitado a almorzar  a la hacienda a todos ellos, desgraciadamente él se había puesto mal, muy mal y todos los planes familiares se fueron al agua, Jacinto tenía fiebre alta, dolor de espalda, dolor abdominal sin razón alguna y su hermano Lorenzo afligido decido llevarlo al centro médico más cercano donde menos mal lo atendieron rápido; es que el pobre muchacho se iba en fiebre como suelen decir los abuelos de la región y no era un decir no más, Jacinto rara vez enfermaba pero cuando lo hacía era plagoso, y hoy parecía ser uno de esos grandes eventos, estaba rojo, sudoroso con  los labios marchitos, los ojos vidriosos, muy inquieto, dolorido sin encontrar una cómoda posición, cansado y muy caliente al tacto, fue cuando él médico decidió posponer la consulta del resto y atenderlo prioritariamente… y ahí empezó todo.

• Bueno por aquí no hay nada malo – decía el galeno tras hacerle abrir la boca y examinar sus amígdalas sin pillar nada fuera de lo habitual, luego le hizo quitar la camisa para revisar sus pulmones – quítate la camisa por favor – pidió y Jacinto lo miro desconfiado pese a que en la misma sala estaba su hermano mayor mirándolo enojado
• ¿Para qué? – pregunto con los dedos en los botones, pero sin hacer el intento de abrir el ojal
• Para poder examinarte los pulmones – respondió el médico tranquilo alzando el fonendoscopio y guardando la linterna en el bolsillo de su camisa y espero pacientemente que lo haga, pero Illien estaba torpe de dedos y su hermano, irritado por su falta de cooperación, porque desde que salieron de la casa estuvo con la pataleta de no ir al médico y no tenía nada decidió hacerlo por él
• Deja que yo lo hago – se quejo con el rostro más rojo de pronto de ser tratado como niño, eso era indignante
• Apure el paso entonces – respondió su hermano mordiendo las palabras y frunciendo el ceño, pero Illien no le hizo caso, no movió ni un músculo y Lorenzo siguió su camino
• He dicho que puedo hacerlo yoooo grrr que fastidioso sos Lorenzo – gimió y ya no más un dolor punzante en la patilla nació de la nada… bueno de la nada no, Lorenzo le dio jaloncito de esos que te pones negro – auuu – se quejo
• Dejá de portarte mal majadero, que me estas llenando Jacinto – contesto e Illien tuvo no mas que dejar que Lorenzo desvista su torso y el médico prosiga con lo suyo sin hacer comentario alguno
• Bien, ahora respira como si estuvieras cansado – le indico poniendo la campana fría del aparato ese sobre la piel de su espalda haciendo estremecer a Illien por la diferencia de temperatura que experimento – vaya estas con mucha fiebre
• ¿Si no?, yo también lo note caliente – agrego Lorenzo acercándose a una distancia prudente muy protector de su hermano, si algo malo tenia él quería enterarse rápido
• Si, debe estar por los 38 o 39 – contesto muy seguro experto ya con el tacto, sin dejar de auscultar los pulmones de Illien que respiraba jadeante como se lo pidieron – ahora repite treinta y tres – volvió a decir e Illien creyó que se estaba haciendo la burla
• ¿Se está burlando doctor? – pregunto jalando su camisa para vestirse siendo atajado por el médico que puso su mano en el hombro apoyando de nuevo la campana en la base de los pulmones
• No, no me estoy burlando, quiero saber si tienes flemas que solo se oyen con esa maniobra – indico y Jacinto tuvo no más que repetir treinta y tres – una vez más, una vez más una vez más – decía el doctor a cada que apoyaba el fonendo
• Treinta y tres ¿y ahora puedo vestirme? – pregunto con un claro temblor, acababa de darle un escalofrío horrible
• Espera, no seas impaciente Jacinto – le dijo el médico que lo conocía desde que era niño – sabes que aun no termine contigo – y eso es lo que temía Jacinto, solo que su recuerdo de infancia sobre cómo se examinaba a un niño, nada tenía que hacer con examinar a un adulto – me vas a decir si te duele – agrego el médico empezando a poner sus manos en la espalda recorriendo su columna, buscando ganglios en el cuello y finalmente dando tres golpes en cada región lumbar y eso si dolió
• Auuuu eso dolioo – dijo dando un brinco de la camilla
• Interesante – comento el doctor
• ¿Qué es doctor? – pregunto Lorenzo frunciendo el ceño mientras el viejo medico de turno lo miraba, desde que tenía memoria sobre los tres hermanos Lorenzo y Yhanku fueron muy protectores con el menor y siempre fruncían el ceño igual que el viejo Arturo y se puso a pensar que seguramente el anciano era así en sus años mozos
• Todavía no lo sé, ya lo averiguaremos, pero parece una infección urinaria, cosa rara te diré
• Por qué rara – dijo Illien oponiendo resistencia, el médico  por fuerza de costumbre había ayudado a Illien a tumbarse a la camilla sin decir nada con el afán de examinar su abdomen
• Porque eres joven y eres varón, rara vez un hombre joven tiene este tipo de problemas – respondió – ahora afloja tu cintura – le pido al muchacho queriendo que se desabroche el pantalón y se baje un poco la cintura; Illien solo se quito la hebilla y no quería desabotonar nada – no Jacinto, quiero que te desabotones y bajes un poco el pantalón
• Pero ¿para qué? – eso de baja un poco el pantalón no le gustaba tantito
• Haz lo que te dice Jacinto, no pongas pegas por favor, si solo va a examinarte – si claro como no era él quien estaba en la camilla hay que apurarlo, como sea lo hizo y fue cuando el médico apretó ciertos puntos que todo se complico
• AUUUUU DUEEELE – chillo y le dio un manotazo al médico
• ¿Qué pasa doctor? – quiso saber Lorenzo
• No puedo decirte con seguridad, necesito que se haga un examen de sangre, de orina y de heces fecales ahora mismo y una ecografía abdominal – indico – no has comido nada verdad? – le pregunto a Illien
• No, no comí nada… perooo
• Mira no voy a mentirte, en ese lugar hay tres posibles cosas, una apendicitis que no sería raro, pero que recién estaría empezando, una infección urinaria que iría de la mano con el dolor de tu espalda o un inicio de salmonella, pero tú no reportas diarreas – explico el médico llenando las ordenes de laboratorio y la eco de abdomen
• No, no tengo diarrea, solo me dio arcadas, más bien estoy estreñido – confeso sin dale mayor importancia con un nuevo estremecimiento que hizo que el médico haga una mueca
• ¿Y cuántos días ya? – pregunto e Illien bajo la cabeza
• Cinco días – respondió incomodo, a él no le gustaba hablar de aquel tema
• ¿CINCO DÍAS? – contestaron el médico y Lorenzo al mismo tiempo, solo que el que grito fue su hermano
• Yaaa no es para tanto, no grites – Illien miro a su hermano como queriendo darle un golpe por exagerado
• Pues si es para tanto jovencito – respondió el médico –  esa si no me equivoco es la razón de tu fiebre y el dolor de abdomen y espalda – le explico – y dime una cosa, ¿no tienes ganas de entrar al baño? – le pregunto e Illien experimento un rubor horroroso, él era muy pudoroso con esas cosas y era la razón por la que no le gustaba ir al médico pues hacían incomodas preguntas
• No, no me dieron ganas por eso no entre al baño, sino yo hubiera ido al servicio – respondió
• Bueno, como sea, necesito este laboratorio – y le extendió a Lorenzo dos hojas – ve al fondo y entrega esto a la enfermera – y un papel con copia  rosa fue colocado en su mano, eran las ordenes de laboratorio – y a la enfermera de gafete verde le das esto, ella le va a pinchar a Illien para su fiebre, está ardiendo
• NO, yo no quiero que me pinchen – Illien no quería saber nada de eso, pero para eso su hermano lo cogió del cuello y lo saco venteando del lugar
• Tú te callas, son ordenes del médico, ahora camina – le dijo a Illien pasándole la camisa para que se vista, que para eso se había subido ya los pantalones
• Pero escuchaaame
• Enseguida venimos doctor – respondió Lorenzo, ignorando a Jacinto cogiéndolo de la nuca y haciéndolo caminar por delante
• No quiero que me pinchen y no quiero hacerme laboratorios – iba diciendo Illien
• Camina y deja de molestar chicharra, ya eres grande

Después del tiempo de rigor, ambos tenían el resultado en las manos y se dirigieron al consultorio, el médico leyó los informes y se descarto una apendicitis, el problema fue que la ecografía sugería un enema de limpieza.

• Bueno Jacinto tenemos los resultados, tomen asiento – declaro y ambos hicieron lo mismo
• ¿Qué es lo que tiene? – pregunto Lorenzo, mirando a Illien que se tocaba la espalda, la fiebre se había controlado con el inyectable
• Tiene una fuerte infección urinaria a raíz del estreñimiento, que se confirma con la ecografía – dijo mostrándoles las fotos hechas de la eco que para Illien y Lorenzo eran manchas sin sentido – es más el ecografista sugiere que si la clínica descarta una apendicitis, se podría hacer un enema evacuante – y fue decir eso para que Illien salte como un cangrejo, a él nadie le metía nada por ahí abajo ni en nombre de la salud, ni en nombre de nadie ¡que carajos!
• YO no me estoy haciendo nada de eso – murmuro parándose rebotado de la silla siendo atrapado por Lorenzo cuya habilidad para coger el brazo de su hermano e impedir que salga disparado de la consulta, sorprendió al médico  que mentalmente lo comparo con un jaguar que juega con su presa antes de comérselo, y no fue un decir, porque lo que hizo Lorenzo minutos después despejo esa duda
• Tú te callás pujilla, deja de catarrear – amonesto su hermano frunciendo el ceño y apretando su muñeca – y sentáte, que el doctor no ha terminado aun de leer los resultados – agrego y obligo a Illien a obedecer, quien se sentó a regañadientes, al menor no le gustaba que su hermano lo trate como un crío, bueno no como a un crío al que hay que retear de todo y nada, lo que inconscientemente le hizo pensar en la actitud de Yhanku que a diferencia de Lorenzo, lo trataba con bastante indulgencia cuando se ponía malito, ese era el trato de crío que quería recibir, todo mimo – que eso tan feo de estar moviéndose como gusano – le reñía mientras el galeno se puso cómodo mirando la dinámica fraterna – prosiga doctor – dijo Lorenzo una vez que Illien se sentó enfurruñado cruzado de brazos mirando abajo, eso de tener un esclavista en vez de hermano era grave
• Bien como les decía – prosiguió el doctor mirándolos de uno a otro disimulando una sonrisa – tu examen de sangre está bien Jacinto – le dijo sacándose los lentes y limpiando sus cristales – tus defensas están un poco elevadas porque  la infección esta activa… que además se correlaciona con el examen físico y se confirmada con el examen de orina – indico mostrándole a Illien unos números y símbolos sin sentido y el miro atento por mirar, si el doctor decía eso era porque seguro eso era lo que tenia, ¿que podía objetar?, además si pudiera seguro que el cascarrabias de Lorenzo no lo dejaba – aquí en esta otra prueba – agrego cambiando la hoja mostrando otro montón de numeritos – se descarta un cuadro de salmonella que estuviera incubando, y pues no se pudo pedir un examen parasitológico y descartar bichitos – dijo para que entiendan como hacía con el resto de sus pacientes
• Pero yo creo que eso no es necesario – dijo Lorenzo e Illien pensó lo mismo, el no necesitaba esas cosas que le  daban a los niños, además eso le recordó un episodio de niñez, ahora  vergonzoso que prefería dormirlo en su mente, solo que su hermano dio el sablazo – usted dele no más pá los bichos doctor, que seguringo tiene todo un zoológico ahí dentro, que como lo ve, este salvaje se mete todo a la  boca sin lavar – e Illien de poder hubiera cometido fratricidio con los ojos tras la mirada asesina que le dedico
• Mentiroso – dijo enfadado sin poder hacer nada, detalle que hizo gozar a Lorenzo, y era visible hasta para un ciego, porque mientras Illien se puso tenso, rojo y con los brazos cruzados, Lorenzo estaba relajado sobre la silla de la consulta rezumando confianza hasta por los poros, con los pulgares metidos en los bolsillos laterales del pantalón, como un modelo acostumbrado al flash de las cámaras
• Bueno, esto es lo que haremos – agrego el médico garabateando el recetario y estampando una impresionante firma sobre él – esto de aquí – dijo apuntando el primer inciso – son 4 inyecciones… colocaran dos juntas como dosis de ataque ahora mismo y las otras son sueltas cada 24 horas por dos días más – y la cara que puso Illien fue para los paparazzi
• Yo no quiero inyecciones – reclamo, es que no era justo acaban de pincharlo y querían volver a hacerlo de nuevo y dos días más?, ese médico estaba loco, el no iba a dejar que le dejen el trasero como un cernidor
• Vos te callás que contigo no va el asunto – dijo Lorenzo sin darse cuenta que si, era asunto de su hermano – vos solo acatás lo que se te dice nada más – recomendó como si fuera su abuelo, su hermano se estaba tomando demasiado en serio su papel de acompañante – que más doctor – pregunto interesado mirando la receta
• Esto de aquí son tabletas que se sumaran a la acción de los inyectables por 7 días más, debe tomarlas cada doce horas yo puse 8 y 8 – apunto el horario – ¿te parece bien esa hora Jacinto o quieres más tarde? – le pregunto, total la receta era del muchacho e Illien levanto los hombros en desdén lo que le valió un golpe en la cabeza
• ¡Contesta! Puéj, no seas sapo – dijo Lorenzo frunciendo el entrecejo dando un golpeteo en la nuca
• Auchh ¡ooooye! – se quejo frotándose la cabeza mirando de reojo a su hermano mayor, no sabía que alzar los hombros era de mala educación
• Siga usté doctor – dijo Lorenzo como si nada hubiera pasado mientras el doctor disfrutaba dentro suyo de aquel ejemplar que tenía delante en el buen sentido de la palabra, no había duda que Arturo había criado muy bien a los muchachos, con valores de respeto muy profundos y tenia curiosidad por ver a Yhanku, hacia mucho que no sabía nada del mayor de los chicos y que tenía un carácter dominante desde temprana edad y quería saber si se veía igual a Lorenzo en modos y molde
• Sigamos entonces – dijo con una sonrisa conciliadora que a Illien le supo a veneno, esa sonrisa lejos de las verdaderas intenciones del doctor que era aligerar el ambiente, para Illien era una burla flagrante, era dar cuerda a Lorenzo en sus tonterías, gggrrr – estas de aquí – apunto un nuevo inciso de la receta expedida – es para el dolor y la inflamación y deberá tomarla tres veces al día, un comprimido cada ocho horas por 3 días mientras duran los inyectables, cuando le pongan el ultimo pinchón me lo traes – dijo usando la jerga de la gente… aunque pinchón iba más con los niños…  buaaa e Illien quería morir, eso era el colmo, porque además tuvo el descaro de decir “me lo traes” en vez de decir regresas, eso era un abuso de confianza, la próxima aun si estuviera muriendo no le diría nada a Lorenzo, antes muerto, dolorido febril que ir de la mano de Renzo al doctor, no señor – porque quiero examinarlo de nuevo para ver cómo va la inflamación de sus riñones
• Claro doctor, yo lo traigo o en su defecto Yhanku – genial, lo relegaron a calidad de bulto que no suena ni truena – ¿alguna recomendación más? – pregunto Lorenzo sinceramente interesado
• Si una última cosa – que desgracia, maldecía Illien ahora con que mierda le saldrían
• En vista a que lleva 5 días estreñido – ¡ohh por favor! pensaba Illien con ganas de gritar: ¡hooolaaa! estoy vivo; ¿que acaso no se daban cuenta que no era transparente?, se supone que el enfermo era él no Lorenzo, que había decidido hacerlo a un lado y discutir sus cosas con ese fantoche, pues bien si así era, el que se haga pinchar, que tome sus pastillas y hagan lo que quieran dijo empezando a calentarse más y más – y esta infección en los riñones es producto de aquello, así que es necesario que él entre al baño – joder él no era un crio y se iban a enterar
• ¡Suficiente!, yo me marcho – se paro sorprendiendo a Lorenzo y al médico interrumpiendo su tupida explicación  
• ¿De qué estás hablando? – quiso saber Lorenzo haciendo caer los papeles del escritorio del médico, básicamente los análisis de Illien
• Pues que el doctorcito puede curarte todos los chichiu que tengas, y puedes hacerte poner las inyecciones que quiera, que yo aquí no toco pito – dijo enfadado y el médico se dio cuenta de su error, había subestimado la atención del muchacho y se concentro en contestar al hermano mayor, no había actuado nada bien, el debió decirle al hermano mayor que las indicaciones eran para Illien, es más no debió permitir que entre a la consulta con él
• ¡Oye no seas malcriado! – lo amonesto Lorenzo parándose como un rayo para detener a su hermano, pero fue demasiado tarde, Illien acababa de salir de la consulta – lo siento doctor, no sé qué bicho le pico a mi hermano – agrego cogiendo su sombrero y el doctor de mente ágil respondió con una sonrisa
• Fue mi error y tu hermano tiene razón, es mayor de edad y yo lo he tratado como un niño al darte las explicaciones de su receta – dijo el galeno
• Que mayor ni que ocho cuartos, si fuera mayor no se portara así haciendo una pataleta por nada, hubiera prestado atención y seria él quien preguntara – respondió Lorenzo
• Pero no le diste opción – y aquello fue suficiente para que Lorenzo se calle, porque era cierto, pero no para que deje de estar enojado – bueno a lo que iba – dijo el médico – tu hermano necesita un enema de retención para ablandar por dentro…
• ¿Un enema? – pregunto Lorenzo alucinado, vamos que habían cosas más modernas para enviar a una persona al baño, este médico era demasiado anticuado, y juzgando por su aspecto seguro tenia encima de 60 y no quería desprenderse de los métodos tradicionales, que él sin ir al doctor fue a una farmacia hacía dos meses atrás por un cuadro similar y le dieron unas gomitas sabor a fruta que le sentaron muy bien – ¿y no puede tomar acaso un laxante? – pregunto extrañado – porque desde ya le diré que Illien no querrá saber de esto, creerá que lo estoy fastidiando y con lo chiflete que es, hasta jurara a mi padre que yo se lo pedí solo por molestarlo – le explico al doctor, pero el buen hombre elimino sus dudas
• No podemos porque los laxantes harán que su intestino se mueva muy rápido y en las condiciones que esta, eso hará que se rompa el esfínter – y eso sonó horroroso, no quería ni imaginar cómo sería aquello ni cuanto dolería – en cambio el enema es para lubricar por dentro y entre al baño con suavidad – en resumen el doctor lo único que quería era que el culito de Illien quede indemne – así que aquí te doy las instrucciones – y le paso una hoja – es un enema de un litro que debe entrar en media hora – y Lorenzo alzo una ceja incrédulo, en ¿media hora?... pobre Jacinto, la que le esperaba a su hermano – mira tú dale esta hoja la enfermera y ella sabrá lo que hacer – dijo ante la cara que puso el muchacho, incomodo
• ¿No se puede poner en casa? – pregunto, seguro que Illien hacia un escándalo antes de dejarse meter cualquier cosa por el poto y segundo que en casa era más privado, además de ponerse las cosas muy difíciles su abuelo podía hacer aquello o Yhanku o el mismo Illien… porque lo que es él: no
• No, porque hay que poner a goteo y la enfermera controlara eso – genial
• Bueno doctor – dijo Lorenzo resignado – si eso es lo que hay que hacer – dijo rascando su frente en signo de incredulidad – veré como lo hacemos, porque conociendo al grillo será jodido

Y tras un apretón de manos y la promesa de recodar a Illien volver a la consulta de control en tres días, Lorenzo salió del consultorio de emergencia buscando al menor de la casa, rogando de que no se haya ido al rancho porque eso significaría dos cosas, que papá lo ratearía a él por no cuidar de la hirpa y que o bien Arturo o bien Yhanku se harían cargo y traerían al muchacho a la fuerza para hacerse el bendito enema y le pongan la inyección, así que espero pillarlo, tener una charla informativa y prometerle que nadie, excepto él sabría de este desagradable evento, vamos que si él estuviera en su lugar lo que menos querría seria que todos en casa se enteren que iban a lavarla la panza con una manguerita enchufada el trasero, que horror.

Así que camino de arriba abajo sin éxito y ya cansado de lo mismo se fue a la enfermería para que le expliquen cómo preparar el enema, y la señora una mujer bastante amable y mayor… que incluso podría ser madre de ellos, con toda la paciencia del mundo le explico que había que hacer y le prestó un recipiente de lavativas esterilizado, anotando en una receta el numero de cánula que necesitaba para Illien, vaya pensó no sabía ni que esas cosas venían numeradas, y con eso en la mano entro a la farmacia apurado, no vaya a ser que todo el mundo piense que ese horripilante artefacto era para él y cuando estuvo por volver pillo a Illien en la cafetería, no se había ido por dos razones, no tenía dinero suficiente para un taxi y segundo no tenia llaves de la casa, el estaba agarrando su llavero, bueno pues, el destino tomo las riendas, era la mano del misterio que hace las cosas complicadas las que estaba en juego y que ahora mismo tiro los dados a favor de Lorenzo

• Vamos, camina – le dijo cogiendo del codo a Illien empujándolo ya no mas por la entrada al hospital

El era Lorenzo Tominovich López y como todo en su vida, no iba a  dejar pasar la ocasión, porque tenía un lema grabado en el alma como un tatuaje a fuego: “De esta a la otra… no hay”, como decía su tata adorado, su Arturo.