Mi drama en pocos pasos: Cap. 8; Autora Marambra

Mi drama en pocos pasos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 6 de Septiembre del 2016. 
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Capítulo ocho

El costo de Costa

Autora: Marambra

Estaba sentadito en las gradas en el patio trasero cerca de la cocina abrazando a mis rodillas, con la cara puesta sobre las mismas mirando unas pequeñas oruguitas hacer su camino una tras de la otra como un diminuto tren, pensando en mi miseria… los adultos muchas veces creen que ser niño es sinónimo eterno de sonrisa y felicidad, pero no es así… yo aun cuando no tenía una vida miserable como otros niños invisibles del mundo a los que a veces uno hace a un lado la cara porque les da asco verlos sucios o les da asco su propia pobre empatía y humanidad ante la pena ajena, también tenía mi pequeño dolor: la perdida de papá y la ausencia de mi madre, así que definitivamente no era un niño feliz, estaba triste.

• Esta insoportable – oí decir a mi abuela quejándose a mi abuelo, creí sinceramente que hablaba de Flash – hoy he ido a su escuela y no vieras la lista de quejas – dijo enfadada ella y yo pare las orejas, moviendo mi cabeza, que habría hecho ahora mi tío Flash – tienes que hablar con él, porque si hay una sola queja más, lo suspenderán dos días del colegio y yo voy a darle una paliza – amenazo mi abuela
• Esta bien Lenuta, yo hablare con él – contesto mi abuelo haciendo sonar su periódico
• Pero estoy hablando en serio – agrego ella con un tono de voz de malvadita
• Y yo también, pero yo sabré cuando hablar con él – le dijo mi abuelo un poco impaciente, supongo que era porque mi abuela parecía una cotorra hablando de lo mismo, es que como toda viejita es repetitiva y a mi abuelo en cambio no le gusta decir las cosas más de dos veces, por eso es que Flash hace las cosas rápido, porque seguro que a la tercera esta llorando

Bueno, Flash es grande pero no creo que sus problemas sean más grandes y complicados que los míos, aunque últimamente no se había estado portando tan bien que digamos, pero para ser sinceros yo tampoco… creo que el hecho de que mi madre faltara a su palabra hizo que yo me convierta en un pequeño vándalo, eso mismo y lo único a mi favor al respecto es que no me había dado cuenta de aquello hasta que fue irremediablemente tarde, yo no lo sabía, como nadie imagino… es que sinceramente creo que las personas no se dan cuenta de sus actos hasta que la realidad les golpea.

Lo que mi tío Petre dice… Regla sin excepción y se tomo su tiempo para hacerme entender lo eso que significa, todo lo que te ocurre y repercute en ti… me dijo, simplemente fluye en tu corazón y comanda tus actos; si estas feliz todo es color de rosa y tu eres todo sonrisa  y todo amor, pero si estas mal o algo malo te sucede que era mi caso que mi papá había muerto y mi mamá no volvió conmigo, yo simplemente me deje amargar y mi actitud cambio considerablemente, deje de sonreír, hablaba poco y lo poco que hablaba estaba plagado de desdén, algo así como si no les importa mis sentimientos a mi tampoco los suyos.

Y todo eso no fue solo porque mamá me engañara y no viniera ese día, sino por la espera y porque todo el mundo hablaba del recién nacido, así que los diez días de ausencia de mi madre tras el nacimiento de mi hermanito, se hizo en mi caso no largo sino eterno y más porque no pude ver a mi mamá en ningún momento, pero no fue porque alguien no me llevara a verla sino porque no permitían las visitas de menores en el área de cirugía en la que estaba confinada mi mami por una complicación en el parto… lo que tenía que ser natural se hizo artificial o algo por el estilo me explico Flash, que por cierto no entendí muy bien, porque para empezar no tengo idea de que era un parto natural y uno artificial, pero bueno, esas fueron las palabras de Grigore aquella tarde que me pillo llorando en el patio sentadito detrás de la casa del perro a causa de mi soledad.

• ¿Pero qué haces ahí Duncan? – me pregunto sin levantar la voz, aquel día yo me había escondido a propósito como ahora, no quería ver a nadie y peor oír a todo el mundo decir que el bebé de mamá era hermoso, que bien parecido, que era todo un ángel – vamos Bugy Bugy, que mamá se va a enojar – agrego extendiendo su mano sin querer posar sus ojos en mi rostro por no hacerme sentir incomodo por mis lágrimas supongo
• A mí que me importa – le respondí de pronto rudo, cuando él pese a no decirme nada, limpio mis lágrimas – es tu mamá no la mía – asegure haciéndome a un lado limpiándome yo la nariz, ya era humillante que me vea llorar como para que coja mis mocos en su pañuelo, así que me limpie con el ruedo de mi camiseta – mi mamá no está aquí para reñirme o decirme que esta bien o que esta mal… yo no le impooorto – solloce en contra de mi voluntad, llorando de nuevo
• ¡OOOH VAAAMOS!... Duncan, no puedes decir una cosa como esa – me dijo pasando su brazo sobre mis hombros como lo haces los grandes
• Pero es cieeerrto – me queje volviendo a mojar mi cara haciéndome a un lado, en realidad le di la espalda, es que no quería que se ría de mi como lo hacía a veces Daniel… o incluso el mismo Flash con esa sonrisa burlona que tienen los adolescentes y que supongo algún día yo mismo tendré – ella me dejo aquí con tu mamá y con tu papá y se olvido de miiiii – y no sé porque pero le solté un tremendo golpe en su panza, como si él tuviera la culpa y luego abrí mis ojos pensando que me devolvería el golpe, pero no lo hizo, solo me sostuvo las manos antes de contestar apurado
• No Duncan – me dijo mi tío sentándose a mi lado y dándome un apretón de hombros de niño grande, como muchas vi que lo hacía con Daniel o tío Petre con Flash y con Daniel pero nunca al revés por eso se que era un apretón de niño grande – tu mamá no se olvido de ti
• ¿Entonces porque no viiiino? – demande, era mi derecho… quería respuestas
• Porque el parto se complico – repitió como loro, porque ahora que lo pienso no creo que él tampoco sepa a cabalidad lo que era un parto
• ¿Qué es eso? – pregunte en toda mi inocencia limpiándome la cara con las manos un poco sucias
• Pues el nacimiento de tu hermano – me respondió muy serio y como yo no dije nada le siguió en lo suyo – tenía que nacer de forma natural pero no pudo así que operaron a tu mamá – me dijo sin reír, supongo que era un tema delicado – por eso el parto se hizo artificial – y yo seguí sin comprender
• No entiendo – le dije y Flash se metió a darme una clase magistral y para eso levanto mi camiseta y me mostro mi ombligo
• ¿Ves esto? – me dijo y apenas asentí agrego – por aquí salen los bebés – y yo me pregunte ¿cómo era posible eso?... se que los bebés son pequeños pero no diminutos y segundo pues los hombres también tendrían bebés y les crecería la barriga, pero obviamente no pude replicar porque él siguió hablando ajeno a mis pensamientos  – cuando los bebés van a nacer eso se desamarra – me dijo y yo busque la forma de imaginar aquello; ahora que lo pienso me pregunto si me vio la cara de ingenuo o de qué, pero ese rato no supe que pensar porque Flash no me dio tiempo a nada – eso es un parto normal – agrego muy serio como si fuera un profesor dando una clase magistral – pero a veces el nudo es muy fuerte y entonces el bebé no puede desatarlo y entonces hay que ayudarlo y los doctores se encargan de eso y eso es parto artificial – repitió no sé si para convencerme o convencerse a sí mismo – y las mamás están muy delicadas, les duele la barriga, no pueden moverse rápido y tienen que estar en cama con los bebés por eso no vino a verte
• Entonces se va a quedar con él – y me puse a llorar porque esa impresión me dio y le volví a dar un golpe pero esta vez en la espalda, yo no sé si mis puños no duelen nada o él era de acero porque no se quejo
• No, no se va a quedar, ella va a venir – me aseguro dándome un abrazo fuerte – pero ahora tenemos que entrar, mi papá o sea tu abuelo – me dijo agarrando mi nariz entre sus dedos sonriendo – me mando a buscarte, dice que tiene que hablar contigo de algo importante – y me extendió su mano para sujetarme, era un hecho que no se iba a ir sin mi
• ¿De qué cosa? – pregunte extrañado, agarrando su mano y dejándome llevar a donde estaba mi abuelo
• Pues no lo sé, ¿por qué no se lo preguntas? – contesto mirando a mi abuelo que supongo salió a buscarnos ya que sin querer Flash se tardo en su encargo
• Vamos adentro

Dijo mi abuelo cogiendo mi mano y llevándome a su estudio, cerrando la puerta una vez que estuvimos dentro, yo me quede parado porque era la primera vez que entraba ahí estando él y de alguna forma me dio un poco de miedo, todo lo que había ahí era para grandes, básicamente libros, libros, libros y más libros, además de periódicos, lápices, lapiceras y material de trabajo y lo que hizo más espeluznante eso fue que mi abuelo no me decía nada, permaneció callado un buen rato, y yo ya empecé a impacientarme porque una cosa es sabida, odio los lugares cerrados

• Bueno Duncan – dijo mi abuelo muy serio, parecía enfadado – hoy tu abuela ha ido al colegio – vaya novedad, en verdad era una novedad, los único que iban a mi escuela eran mi papá y mi mamá, así que eso me extraño
• ¿Para qué? – le pregunte no por molestarlo sino por saber pero creo que mi abuelo lo tomo no del lado amable
• ¿Cómo que para qué? – me dijo enfadado jalándome la oreja
• Auuuchhh – me queje y retrocedí, porque para ese entonces mi abuelo me había conducido hasta un enorme sofá donde se sentó y me dejo a mi parado frente suyo para que sus ojos contacten con los míos, cosa que no me gustaba para nada
• Porque tu señorita llamo a la casa preguntando por tu mamá ya que quería hablar con ella urgentemente – y ahí estaba la respuesta, la llamada era para mi mamá no para mi abuela – y nos aviso que te dejaron una nota para ella, una nota de queja por tu comportamiento – yo no sé con qué cara le habré visto, no entendía muy bien todas las palabras, solo que estaba enfadado – lo que hiciste ayer con el chicle fue el colmo – agrego y yo me acorde del incidente – y encima de eso golpear a tu compañerito – si, como no, Costa… toda una dulzura

Ayer en la mañana me puse a jugar en horas de clases con unos carritos que eran de Flash y que lleve sin su permiso y mi señorita me castigó con las manos arriba y parado sobre un pie por 6 minutos y no conforme con eso me decomiso los carritos… claro que cuando la señorita no miraba yo saltaba sobre mi otro pie para no cansarme, pero Costa se estaba riendo de mi todo el tiempo y cuando se lo quise decir a la señorita, ella no me hizo caso y dijo que era de mala educación chivarse, eso me enfado mucho y cuando la profesara salió a la puerta, le tire la almohadilla llena de tiza a la cara de Costa porque no dejaba de llamarme llorón, por culpa de eso la señorita no me dejo salir al recreo y tuve que quedarme a su lado a ver como el resto jugaba en el patio, la única cosa que me dejo hacer era comer mi merienda, así que aproveche y saque mi super chicle sabor a morango y estuve masticándolo hasta formar una masa blandita de color morado, esperando que el recreo se acabe y vengarme de Costa cuando regrese, cosa que no tardo mucho porque apenas se sentó en su lugar, que era delante de mi banco, cuando menos se lo esperaba, pegue el chicle en su cabeza moviendo mis dedos para que se prenda bien y cuando él se dio cuenta, se quejo a la profesora y como yo me negué a decirle porque lo hice, pues todos me acusaron, me llevo a la dirección junto a Costa para solucionar el asunto… mala idea.

• ¿Por qué hiciste esto Duncan? – me pregunto la directora lo mismo que mi abuelo, solo que yo no iba a contestar
• Porque es un llorón – dijo de nuevo Costa y la sangre me hirvió por dentro y este o no la señorita de por medio le metí un puñete en la barriga, como le di a Flash
• Ahora quien es el llorón

Le dije enojado aun con los puños en alto cuando Costa se puso a llorar, la señorita dijo que los dos estábamos castigados por molestar en clases, solo que a mí la directora me envió una nota para mi mamá, una nota que no iba a darle porque estaba ocupada con el bebé y esta mañana cuando la señorita me pidió la nota firmada yo le dije que mi mamá no estaba en casa porque estaba en el hospital ocupada con su nuevo hijo, de verdad le dije eso porque era eso lo que estaba pasando, ella se olvido de mi por el nuevo bebé.

• Es eso cierto Duncan – me pregunto mirando la nota sin firmar
• SI, es cierto, si quiere puede llamar a casa, no hay nadie – conteste desafiante
• ¿Y dónde estás viviendo? – me pregunto
• En casa de mis abuelos – respondí pero sin entrar en detalles

Lo que nunca iba a imaginar, era que por alguna extraña razón sabían que yo estaba emparentado con Flash y con Daniel y la metiche de la secretaria se fijo en la ficha de ellos y no dudaron en llamar a casa y hablar con mi abuela que ni corta ni perezosa se vino a averiguar mi vida e irse con el chisme a mi abuelo.

• ¿Tienes algo que decir al respecto? – me pregunto, y si, tenía muchas cosas que decir sobre eso, lo que no tenía claro era si era buena idea manifestar o no mis pensamientos en voz alta… luego supe que no hay que decir nada a los grandes
• Si – conteste con bastante actitud porque me cruce de brazos y fruncí mi ceño como lo hacia mi papá cuando quería que yo haga algo contra de mi voluntad… como comer las espinacas – que tu abuela es una metiche – le dije, y no… no me estoy equivocando, no sé porque razón pero yo a Lenuta no le registraba como abuela mía hasta mucho tiempo después, pero mucho, mucho, mucho tiempo después y eso fue todo, mi abuelo me coloco sobre sus rodillas y me dio la PALIZA de mi vida…. si, se que exagero un poco, para mi todas las palizas fueran LAS palizas de mi vida, puede que suene redundante pero ahora que me doy cuenta las palizas  de mi vida, siempre fueron mis palizas
• Esas faltas de respeto a tus mayores no te voy a tolerar – chillo mi abuelo tumbándome sobre su regazo agarrándome como si fuera una marioneta y bajándome el pantalón y mi pequeño calzoncillo hasta casi los tobillos, ¡una vergüenza!
• PERO EEEES CIEEERTO – grite a medio pulmón – LA NOTA ERA PARA MI MAMÁAA, NO PARA EEEELLA – eso no podía negarlo nadie, la nota decía Señora Carmiña no Señora Lenuta
• Todavía contestón – reprocho mi abuelo muy debajo de mi tono pero acompaño la frase con un buen manotazo que juro que resonó en toda la biblioteca – PLAAAF – y listo inauguro mi tarde de llanto – plaf plaf plaf PLAF plaf PLAF PLAF
• Buaaaa auuuu – contra toda mi voluntad me puse a llora desde un inicio y no por llorón precisamente, sino porque realmente dolía, creo que mi abuelito esta vez si me estaba pegando con todas sus ganas
• PLAF plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF 
• AUUUUU EHHHH MAAAA – empecé a llamar a mamá, pero claro que iba a venir estaba ocupada con su nuevo hijo
• plaf plaf PLAF PLAF  plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf plaf – mi abuelo siguió en lo suyo aplicándose limpiamente sobre mi, poniendo a prueba la calidad de mis pulmones y de mis cuerdas bucales y no lo defraude… grite encima de mi propia capacidad, pero esta vez llame a papá, quizás ahora me podía escuchar desde donde este… bajo tierra
• AAHHHH AHHH AUUUUU AYYY PAAAAPIIII, PAAAAPIIIII PAAAPI BUAAAA – y creo que eso hizo que mi abuelo me suelte y me quiera abrazar, pero yo le hice a un lado, no quería nada de él ni de nadie y me acurruque en un rinconcito abrazando mis rodillas sin siquiera subirme la ropa debajo de una mesa gigante que había pegada a dos paredes llena de fotos y adornos familiares, si mi abuelo quería que salta, tenía que sacarme él de ahí
• Ya Duncan ya paso – me dijo alzando el mantel agachándose, no mcuho claro por su ciática – sal de ahí hijo – me dijo con voz suave extendiendo su mano para que la coja, huevo, no iba a salir de ahí nunca
• NOOO, no soy tu hijo – llore – mi papá se a muerto y mi mamá me a dejado soliiiito BUAAAAAA – llore peor, aplastando mi cara en mis rodillas.

No sé cuanto tiempo estuve así ahí metido bajo la mesa llorando, supongo que fueron muchos minutos, lo único que sé es que mi tío Petre recorrió la mesa y me alzo de ahí… ¡una vergüenza! cargándome como si fuera un bebé con los calzones como bandera en uno de mis pies, yo solo sé que pegue mi cara a su pecho porque no quería ver a nadie… menos a mis abuelos y me llego al piso de arriba y me baño sin decirme nada, me vistió siempre con una sonrisa y una caricias y me acostó en la cama.

• Ya, durme un rato ratoncito – me dijo – estas de mal humor y es mejor dormir cuando uno esta enojado – beso mi frente, y cerro la puerta, pero al rato entro mi tío Flash a escondidas supongo y se metió a la cama a mi lado y me abrazo por detrás como lo hacia mi papá y empezó a hablarme bajito – 
• Mira BUgy Bugye – me dijo acariciando mi espalda – yo se que ese chico… Costa se rio de ti, pero no se hacen esas cosas en la escuela, menos delante de la señorita y tampoco se miente – agrego y yo tuve que quedarme callado, no tenia caso decir nada al respecto – ¿acaso tu papá te enseño eso? – me pregunto y una punzada de remordimiento salto mi corazón, mi papá no estaría contento y seguro me daría unas buenas nalgadas, pensé – yo sé que no – agrego mi tío – Borja estaría enojado, pero ahora él no está aquí con nosotros y no volverá nunca, pero eso no quiere decir que puedas portarte mal en la escuela o en otro lado, porque ahora hasta que tu mamá regrese del hospital, los abuelos estan a cargo de ti, y eso significa que a veces te pondrán en su rodilla – dijo con calma y aquello no me gusto mucho que digamos, pero bueno, era lo que había – tú tienes que portarte bien porque ahora tu mamá esta enfermita y aunque ya regresara a casa con el bebé, ella no podrá hacerse cargo de todo porque tu hermanito es aún muy pequeñito y necesita que lo atendamos y cuidemos mucho, así que todos vamos a ayudarla y nos repartiremos las tareas – bueno eso hizo que me sienta miserable – la tuya es estudiar y portarte bien en el colegio y en la casa, que también es mi tarea y la tarea de Daniel – eso no era novedad, papá siempre decía que hacer caso a los mayores era mi única tarea – la de los abuelos es vigilar que lo hagas bien y yo siempre que puede te tapare las espaldas, pero también ayudarte así que planearemos juntos una forma de vengarnos de ese llorón de Costa

Y ese momento supe que mi tío favorito encima, encima de mi tío Petre, era Flash, porque no vieras como nos vengamos de Costa, el llorón y lo mejor, nadie sospecho de mi.