Una verdad inquietante 10: Cap. 10; Autora Cath Blue Red

Una verdad inquietante

Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ

Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 8 de Septiembre del 2016

Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ

Capitulo 10

La importancia de no hacer enojar a mamá

Autora: Cath Blue Red

Pasó como casi una hora antes de que subiera mamá a decirnos que los abuelos habían llegado, y claro el Joe y yo estábamos jugando como si nada

• Niños adivinen ¡que! – dijo mamá sonriendo feliz
• ¿Qué? – preguntamos inocentemente en coro, como lo habíamos ensayado minutos antes, es que no queríamos arruinar la supuesta sorpresa
• Los abuelos están aquí! – dijo mamá toda entusiasmada regalándonos una linda sonrisa
• ¿De verdad? – me hice el loco, y abriendo los ojos para que no dude de mis palabras
• Si claro y quieren verlos, bajen, bajen – dijo entusiasmada mamá
• ¿Qué abuelos? – pregunto oportunamente Joel, la verdad no sé si lo decía en serio o lo decía como parte del trama

Y pues mi madre y mi hermano se quedaron ahí conversando mientras yo salí corriendo de mi habitación y me lance en los brazos de mi abuela que era la que más cerca estaba, mi abuelo no esperó su turno sino que se sumó al abrazo y los dos me llenaron de besos, cuando nos separamos ni el Joe ni mamá habían bajado aún

• ¿Y tu hermano? – preguntó papá al ver que solo yo había bajado, estirando el cuello para mirar las gradas y ver si ya venían mi hermano y mamá
• No sé, pensé que había bajado ya – le respondí girándome
• Voy a verlos –  dijo papá dirigiéndose a las escaleras, se lo notaba impaciente, pero claro me imagine que eso era porque estaba deseando que mis abuelos conozcan a mi hermano
• Tranquilo hijo, dale su tiempo – recomendó mi abuelo sin dejar de sonreírme y entregarme una galleta – además esta con Luciana y si ella considera necesario te llamará, deja que sea ella quien resuelva la situación – agrego volviendo a sentarse en el sofá jalándome a su lado
• Supongo que tienes razón papá, dejemos que se tome su tiempo, no hay prisa – respondió papá un poco preocupado, así que la abuela lo tomo de la mano y le dijo
• Ven siéntate conmigo y cuéntame cómo va todo en tu trabajo – tratando de que papá se olvide de sus temores, como si mamá le fuera a hacer daño a su bebé. Papá iba a contestar pero justo en ese momento se escucharon pasos en el piso superior y al instante mamá y el Joe bajaron por las escaleras, mamá con una mano sobre el hombro de mi hermano para darle apoyo me imagino, se veía asustado
• Papá, mamá les presento a Joel Marcelo Vietri Suarez, su nieto – dijo mamá solemnemente sonando muy orgullosa
• Que precioso eres, te pareces tanto a tu padre a esa edad, ¿me dejas darte un abrazo mi amor? – le pidió la abuela abriendo sus brazos para recibirlo, a mi jamás me habían dicho que me parezco a mi padre creo que soy más del lado de mi madre, aunque a decir verdad tampoco me parezco mucho a ella

Joe volteó a ver a mamá como preguntando qué hacer y mamá asintió sonriéndole, entonces Joel corrió hacia la abuela y se estrechó contra su pecho, después de unos segundos el abuelo reclamo su turno

• ¿Y el abrazo del abuelo? – y el Joel se lanzó a sus brazos, al verlos juntos note que ellos si parecían familia, se notaba a leguas que el Joe tenía un increíble parecido al abuelo y por ende a mi padre, no sé por qué pero eso me molestó mucho, sentí como si yo quedara al margen, no sé si papá notó algo en mi expresión pero poso su mano sobre mi hombro y me dio un besito en la cabeza
• Únanse los cuatro hombres de la casa – dijo mamá – quiero una foto de los cuatro – luego fue el turno de los abuelos con los dos, los abuelos y yo, los abuelos y el Joe y otras ridiculeces típicas de mamá, yo estaba harto de ese show de bienvenido a la familia y lo fascinados que estaban con su nuevo nieto, así que decidí subir a mi habitación
• ¿A dónde vas cariño? – preguntó amablemente la abuela
• A mi cuarto a donde más – respondí con agresividad
• ¿Raúl hijo que te pasa? – preguntó mamá con una sonrisa incrédula, jamás había sido mal educado con los abuelos y tampoco con mamá
• Nada, déjame en paz tú también – le respondí enojado
• Cuidadito como me hablas Raúl, discúlpate con tu abuela y conmigo – reclamó mamá, yo solo la miré furioso y no abrí la boca – ¡AHORA! – dijo mamá puntuando cada sílaba, estaba enojada, pero aunque todas mis alarmas se encendieron decidí ignorarlas
• Raúl por favor obedece a tu madre, discúlpate de inmediato – intervino papá lanzándome una cuerda, como hacia cada vez que mamá se enojaba conmigo, siempre la tomaba, pero esta vez no, no me importa, no voy a disculparme, no me da la gana, que se pudran, lo miré furiosos también a él
• No importa, Marcelo, Luciana no hagan un problema de esto – dijo la abuela tratando de evitar una tragedia inminente
• No mamá – respondió mi madre – a ninguno de nuestros hijos le voy a permitir que me falte el respeto y mucho menos a ustedes – dijo mamá muy decidida – QUE ESTAS ESPERANDO RAÚL

Ese “nuestros hijos”, realmente hizo que me hierva la sangre, no que soy su único hijo?... claro ahora incluye al Joe en la ecuación.

• Vete al infierno – le dije entre dientes y más enojado aún, mientras le daba la espalda para subir a mi habitación, pero no tan bajo como yo creía, porque de inmediato escuché a los tres adultos decir en coro
• ¡RAUL!
• ¡SUFICIENTE! – dijo mamá muy decida que para ese instante ya tenía su cinturón de cuero en la mano derecha y de inmediato me tomo fuertemente por el brazo me giró y así como estaba estrelló esa maldita cosa como quince veces contra mi pantalón del pijama que no ofrecía ni la más mínima protección porque con cada golpe podía sentir mi piel en ronchándose – ZASSS ZASSS ZASSSS ZASSSS ZASSS
• AUUUU AYAYAYAYAY NOOOO NOOOO MAMIIII NOOOOO – no pude aguantar ni el primero, mamá me había castigado dos o tres veces en mi vida y ya no lo recordaba,  pero ahora ahí estaba dando brincos mientras me retorcía tratando de esquivar al menos uno o de conseguir que me soltara pero no pude lograr ni lo uno ni lo otro, metí la mamo pero eso a ella poco le importó y sentí la correa morder mi mano así que la saque de inmediato y me la metí a la boca, mientras ella seguía en lo suyo
• ZASSS ZASS ZASSS ZASSSZASSS
• YAAAA NOOOO YAAAAA NOOO MAMIIIII NOOOOO YAAAA
• ZASSS ZASS ZASSS ZASSSZASSS
• PERDON MAMIIIII NOOOO YAAA NOOOO AAAYAYAYAYAYYYYY

Pensé que continuaría y metí la mano para protegerme, pero papá la abrazó por detrás y sujetó su mano.

• Ya mi amor cálmate ¿si? Cálmate chiquita te puede hacer daño, lo puedes lastimar – decía papá con mucho cariño en su voz mientras que yo estaba llorando en la mitad de la sala, abrazado al abuelo que no sé en qué momento se puso a mi lado y me abrazo protectoramente, fue terrible, nunca pensé que mamá podía castigarme así, pega más fuerte que papá, eso sí que no me lo esperaba
• SUÉLTAME MARCELO ESTE MOCOSO VA A APRENDER A NO FALTARME EL RESPETO EN SU VIDA – y furiosa se zafo del agarre de papá se acercó a mí con la intención de sacarme de los brazos del abuelo, yo estaba muy muy asustado, el abuelo me puso detrás de ella y abrazo a mamá, mientras tanto yo corrí a los brazos de mi papá que se acercó rápidamente hacia mí y me refugié entre sus brazos
• SOY TU MADRE CARAJO, TU MADRE, Y A MI ME RESPETAS – gritó
• Ya Luciana, ya,  lo castigaste, es suficiente hija, basta, cálmate – dijo el abuelo imprimiendo autoridad en sus palabras, mientras la mantenía abrazada
• Espero que les haya quedado claro a los dos – dijo mamá mirándonos furiosa al Joe y a mí
• Peroooo…. – respondió Joel muy asustado desde el regazo de la abuela
• Pero nada, si cualquiera de ustedes comete el error de faltarme el respeto o a mis padres esto es lo que tendrán, no esperare a que su padre llegue, me encargaré de cualquiera de ustedes yo misma – amenazó mamá aun desde los brazos del abuelo
• Pero yo no hice nada Luciaaanaa – protestó el Joe muy asustado, mientras yo seguía llorando, abrazado a papá
• Si bebé no hiciste nada – le dijo mamá dando un fuerte suspiro y acercándose hasta él ara darle un beso en la frente
• Luciana hijita ya cálmate cariño, ya castigaste a Raulito, él ya sabe que no  puede comportarse así, seguro no vuelve a pasar – dijo conciliadoramente la abuela, pasando cariñosamente una mano por la mejilla izquierda de mamá
• ¿Puedo soltarte ya mi princesita? – le preguntó juguetonamente el abuelo
• Si papi ya estoy tranquila – respondió mamá dándole un beso en la mejilla al abuelo

Papá seguía abrazándome protectoramente, alzó mi mentón y me vio directo a los ojos, no dijo ni una sola palabra pero sabía que es lo que debía hacer, así que aspiré hondo y tratando de controlar mis sollozos, pero sin alejarme mucho de papá me disculpé

• AA… Abue….Abuelita perdón por haber sido grosero contigo, perdóname por favor – la abueli le dio un beso en la frente al Joe y él se pasó a los brazos del abuelo, de inmediato me recibió en sus brazos y me lleno de besos, estaba perdonado
• Ma… Mamita perdón nunca más volveré a faltarte el respeto, nunca más… lo prometo – le pedí aun sollozante desde los brazos de mi abuelita, y mamá me miró con el cariño de siempre, abrió los brazos y me aferré a ella, mientras seguía pidiéndole perdón
• Ya mi niño tranquilo, por supuesto que te perdono, si algo pasó para que te pusieras así por favor dinos, tú no eres así y seguro algo te enfureció pero no sé qué así que de eso vamos a conversar más tarde bueno? – dijo ella intuitiva
• Si mami – no podía decir otra cosa, además no quería decir nada delante del Joe, el no tuvo la culpa de nada, son solo solo…..ay está bien lo reconozco son celos….malditos celos, debo aprender a controlarlos porque de lo contrario me voy a meter en muchos líos
• Muy bien no más lágrimas, hoy es un día de fiesta los papás están con nosotros y vamos a hacer una sopa de verduras
• ¿Podemos pedir pizza? – pidió el abuelo con cara de angustia y todos nos reímos.