Solo era el deseo de
volver a verte
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 21 de Diciembre del 2016
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Primera parte
Autora: Mary C.
Efraím
Mi nombre es Efraím tengo 16
años. Hace algún tiempo peleé con mi padre, una pelea bastante fuerte porque
termine yéndome a un internado por seis meses.
Mis
padres se divorciaron cuando yo tenía 4 años, papá tenía otra familia, incluso
otro hijo de un año para cuando ya se estaban divorciando, papá fue infiel en
su matrimonio y aunque yo no entendía muy bien todo eso lo acepte a esa edad,
aunque no el hecho de que él se fuera a vivir a otro lado, le llore
pero papá iba todos los días a verme así que la separación no fue tan difícil
como yo lo veía; en ese entonces era
como tener dos familia y que
tenía un hermanito, papá era mi héroe y a pesar de que tenía a un niño pequeño
que dependía del, siempre tenía tiempo para mí, siempre, si yo me enfermaba el
acompañaba a mamá, mis padre nunca pelearon por lo que no entendía porque se
separaron, tal vez no se querían lo suficiente era lo que yo pensada, pero ¿porque
no?... Si yo los quería tanto a los dos, también quería mucho a Daniela la
nueva esposa de mi padre, era buena conmigo y me daba dulces a escondidas, me
agradaba mucho, era todo lo que un niño podía esperar.
Con
el tiempo y cuando fui creciendo los comentarios de mis compañeros me hicieron
darme cuenta de que papá era malo, él había engañado a mamá para estar con otra
mujer y me había dejado solito, al principio trataba de no tomarle importancia
pero con los años iba entendiendo cada vez más el significado de esas palabras;
mamá era maestra en la universidad, daba clases de filosofía y letras, cuando tenía 11 años nos fuimos a vivir
lejos, tan lejos que teníamos que subir a un avión para poder ver a papá, pero
papá no se vino a vivir con nosotros, eso me hizo enojar, yo me iba las
vacaciones con papá y como estaba enojado con él empecé a demostrárselo; mamá
siempre fue muy buena algo torpe con algunas cosas pero era muy amable, aunque a veces no le tomaba mucha importancia a las cosas o
a las personas, ella nunca se volvió a casar y no era de salir muy a menudo con
hombres, a veces salía, pero era raro y
sus relaciones no duraban.
Cuando
tenía 14 años y 10 meses mamá murió en un accidente de carro y papá fue a
buscarme, no me dejo solo en ningún
momento, él y mi tío fueron los que se
hicieron cargo de todo, mamá tuvo que viajar en un ataúd en el avión, papá no
quería dejarla en aquel lugar ya que para mí sería difícil ir a verla, mamá no
tenía mucha familia, su madre también murió cuando ella era joven y solo estaba
su padre, mi abuelo con el cual mamá solían mandarse cartas, claro como no
existía los teléfonos, bueno, claro que existían pero mamá no los usaba no era
buena con nada con teclas, se había quedado estancada en una época pasada, pero
yo si tenía teléfono móvil que era con el que me comunicaba con papá.
Al
mes de la muerte de mamá y del cambio de escuela fui cambiando más mi actitud
hacia papá, me sentía ahogado, triste y enojado por todo, por la muerte de
mamá, porque papá había engañado a mamá con otra mujer, porque él tenía otra
familia, una familia feliz y porque yo nunca pude tener eso, porque yo no pude
tener una mamá y un papá que estuvieran juntos, porque yo no pude tener más
hermanitos, los tenia pero ya no los consideraba como tal, no eran hijos de mi
madre era hijos de esa mujer… la causante de que mis padres se divorciaran.
Trataba de no odiar a esa mujer pero dentro de mi yo quería que ella jamás
hubiera existido o que las cosas fueran diferentes. A los meses de irme a vivir
con papá trataba de no quedarme mucho en su casa, me salía a pasar el rato, me
iba a los centros comerciales o los parques, había veces que me salía de las clases sé que era un caos, un dolor de
cabeza para mi padre pero sentía que lo tenía bien merecido él me había
abandonado por estar con otra familia, por estar con sus otros hijos así que no
se lo dejaría para nada fácil.
Una
tarde saliendo de clases me fui con unos
chicos de la clase, no eran mis amigos o por lo menos no los consideraba como
tal, pero para pasar el rato estaban bien, toda la tarde nos la pasamos
fumando, bebiendo y pintando paredes, escondidos en una casa abandonada, pero
alguien llamo a una patrulla y a todos nos habían llevado detenidos, por ser
menores solo nos habían dado un aviso por invadir propiedad privada y grafitis,
además de que éramos menores tomando y fumando, poco a poco nuestros padres nos
fueron recogiendo, mi padre era una furia cuando llego y no dejo de regañarme
en todo momento, cuando llegamos a casa me llevo directo a mi recamara y
quitándose el cinturón me castigo, no me dio muchas veces pero si dolió.
Recuerdo
su cara toda enojada y su vos más fuerte de lo que normalmente era, pero aun
así yo me sentía más fuerte aunque dentro de mí me temblaran las piernas, pero
quería que viera mi molestia y que no me importaran sus palabras.
….
- Leo: que es lo que piensas, no, no estabas pensado, como se te ocurre hacer semejante tontería Efraím, eres menor no puedes tomar – decía casi gritando
- Efraím: solo estaba pasando el día, solo era eso, no tiene nada de malo – me defendí
- Leo: ¿cómo que no tiene nada de malo? – pregunto enfadado – te llevaron detenido por invadir propiedad privada – eso era lo que le molestaba
- Efraím: aag la casa estaba vacía
- Leo: pero tiene un dueño – solo cerré un poco los ojos ya que grito un poco más fuerte de lo que acostumbrado
Vi cómo se pasaba el cinto que ya
tenía doblado a una solo mano y sentía la brusquedad de sus movimientos cuando
me tomaba, cerré los ojos apenas me percaté de que vendría el primero que fue a
parar en todo mi trasero.
- ZASSS, ZASSSS ggrrrr ZASSSS, ZASSS, ZASSSS – siguió sin pausa – aacc déjame papá – rogué pero no me hizo caso – ZASSSS, ZASSS, ZASSSS, ZASSSS – ya grrr… déjame
- Leo: deja de compórtate como un malandrín sin educación Efraím – me grito y eso me dolió, me consideraba un malandro – que clase de educación es la te estuvieron dando los últimos años mmg – y eso me enfado, porque era como si culpara a mi difunta madre por mi actos, porque era ella la que me había educado
- ZASSS, ZASSSS – déjame – ZASSSS, ZASSS, ZASSSS – La educación que tu no me distes – ZASSSS, ZASSS – suéltame – ZASSSS, ZASSSS – déjame-
Me
dolía el trasero pero aun así no llore, mi coraje era más grande y aunque tenía
los ojos húmedos las lágrimas estaban sin recorrer aquel camino.
- Leo: vas a cambiar esa actitud – me grito de nuevo
Ese
día me dejo encerrado en el cuarto y en la mañana siguiente entro con una
maleta y metió mis cosas.
- Efraím: me vas a correr de tu casa, ¿con quien me vas a mandar? – pregunte sin querer mostrarle lo dolido que estaba
- Leo: te vas a ir a un internado – dijo y eso no me lo esperaba, era peor que me dijera que me vaya con mis tios o los vecinos – te vas a quedar unos meses – anuncio – si para cuando regreses sigues con ese comportamiento te voy a volver a mandar – me amenazo – yo ya no sé qué hacer contigo, trato de darte todo, de consentir tus caprichos, tienes tu propio cuarto, tu baño, trato de dártelo todo pero nada funciona – ¿ahora me lanzaba en cara lo que me daba?, ¿por qué no les reclamaba lo mismo a sus hijos? – no me quieres escuchar, no sirven de nada los castigos, ya no sé qué hacer así que te vas a ir al internado.
No
serbia de nada ponerme a renegar de nada funcionaria así que termine en aquel
internado, los primeros días fueron horribles pero con los días me fui
acostumbrando, no era tan mal lugar, teníamos que estar en clases muy temprano,
dejar las camas en orden, compartía recamara con otros tres chicos de la misma
edad que con el tiempo nos hicimos buenos amigos, no fue tan mala idea estar en
ese lugar. Uno de ellos estaba porque sus padres no tenían tiempo para él, otro
porque tenía una beca completa por parte del gobierno y esta cubría todo desde
alimentos que le proporcionaban el instituto, libros y uniformes, su familia no estaba bien económica
mente y el otro por que se había mandado
una con la profesora de química, vamos que se había acostado con ella, ¿qué
joven no alucina con quedar una noche con la profesora buenota del colegio? él
lo logro.
A
las dos semanas de haber llegado empezamos a llevárnosla muy bien, uno de ellos
podía conseguir cigarrillos de fuera no muy a menudo pero cuando teníamos la
oportunidad la aprovechábamos, al mes y medio de ver entrado nos salimos a la
una de la mañana, habíamos conseguido que un muchacho de fuera nos pasara una
botella de whisky a la cual solo alcanzamos a bajarle la mitad porque nos cacho
el de seguridad, se nos había olvidado revisar,
un descuido le pasa a cualquiera, pero el descuido nos costó y nos costó
caro.
El
director y dos de los profesores
estaban presentes, dándonos un largo sermón, después nos mandaron
hacer algo humillante que fue bajarnos el pantalón y recargar la mitad del
cuerpo en una mesa para darnos una paliza, claro que protestamos pero cuando
nos dijeron que era eso o la expulsión las protestas empezaron a bajar,
Sebastián no se podía permitir la expulsión no le sería fácil mantener la beca
con el expediente escolar manchado por una expulsión y a Ricardo sus padre lo
habían amenazado con un colegio militar y lo que contaban de el era para
ponerte a pensar, a Mario y a mí no nos importaba mucho pero no nos quedó de
otro que ayudar a nuestros amigos y resignarnos, los cuatro habiamos quedado en
aquella posición solo con el resguardo de la ropa interior que confieso no
servía de nada porque igual dolió mucho.
La
caída de aquella infernal tabla o paleta como ellos de nombraron caía a ritmo,
mientras un golpe llegada de a uno por uno a nuestros traseros por lo que
tardamos en ese lugar por lo menos una hora, el sermón y el castigo se había
llevado su tiempo… Al final todo quedo guardado entre los cuatro porque los
cuatro lloramos, unos más que otros Sebastián fue el primero en llorar y al que
parece que le hubiera dolido más que al resto después entendimos que a él no le
solían castigar así, como tampoco a
Mario que fue el segundo llorón del día,
al día siguiente teníamos el día libre por lo que se nos hiso fácil tomar el
comedor estaba abierto de 9 a 11 teníamos más tiempo para que se nos pasara el
olor eso era lo que habíamos planeado. En la mañana que me pare y me fui a dar
un baño tan solo pasar mi mano por el trasero me causo algo de dolor no era
tanto pero era muy incómodo, el trasero lo tenía rojo más de lo que mi padre me
haya dejado antes. Dos veces me habían reprendido la primera por tomar y la segundo
por fumar, eso era lo único que no me gustaba porque los castigos era frente a
los demás “delincuentes” como solían decirlo, nos castigaban a todos juntos
aunque igual queda entre nosotros.
Pase
los seis meses completo en aquel lugar y en cierta forma me sirvió para
comprender que mi padre no tenía la culpa de todo, supongo que conocer las
historias de los demás chicos funcionaba, saber que no todas las familias era
perfectas me ayudo, papá me llamaba todos los sábados pero no me iba a ver ya
que el instituto no quedaba a la vuelta de la esquina. Regresaría los días de
navideñas y año nuevo no nos daban tantos días porque era un Internado, ya estaba un poco más centrado y sin tanto
odio pero aun con algo de rencor, solo un poco, que sabía que tenía que sacar.
Sonreí un poco porque a pesar de que ya estaba más tranquilo le diría a mi
padre que quería regresar a ese lugar, no quería dejar a mis amigos, además
había un colegio de chicas muy cercas y solíamos salir a eventos, claro
estando que con la supervisión de los
maestros pero una chica me gustaba y quería regresar para poderla ver
nuevamente, además nos dábamos nuestras
escapaditas.
Papá
no iría por mí, yo tenía que subir a un camión que me llevaría a un pueblo
chico y de ahí tomar un carro de sitio que me llevaría hasta mi casa. Cuando
baje del camión me senté a espera a que el carro llegara, sabía que papá no
podía ir por mi pero eso no me tenia preocupado, no me importaba llegar solo.
El lugar era un poco desierto no había muchas casas cerca de la parada, me enfade en esperar el carro, vi mi reloj y según yo aún faltaba media hora
para que pasaran por mí, pero al parecer el tonto camión se había adelantado mucho, así que me puse a
caminar, recorriendo el lugar, era una zona con barrancas, había casas cerca y
tiendas pero todo quedaba en las partes altas de los cerros, anduve por un buen rato explorando y me pare tan
cerca de una barranquilla (barrancas o precipicios sin tanta profundidad) que
cuando sentí que la tierra se desprendió ya era tarde y caí..
- Efraím: auuuuuu carajo.
Me
pare y me sobe el trasero y me sacudí la espalda y empecé a subir, la caída no
había sido muy profunda pero si peligrosa, me revise y estaba bien. Así que me
salí como si nada y seguí esperado el transporte. Cuando paso la media hora me
pare para ir a buscar algo que comer a la tienda pero sonó un pitido de un
carro, cuando voltee vi que era mi papá.
- Leo: como estas, creciste un poco – dijo abrazándome y dándome un beso en la frente
- Efraím: no hagas eso papá
- Leo: ¿cómo estás?
- Efraím: bien, ¿porque viniste tú? – pregunte desconfiado
- Leo: porque quería verte, venir a recogerte – dijo como si aquello fuera lo más normal del mundo – ¿No querías verme?, ¿sigues enojado? – me pregunto y yo preferí cambiar de tema
- Efraím: agg ya vamos tengo hambre – le dije sin mostrar una pisca de sentimientos, aunque si me alegraba que él fuera a recogerme
Antes
de salir del pequeño pueblo pasamos a comer ya que papá tenía que conducir dos
horas para llegar a casa.
- Leo: hijo.
- Efraím: uug – hice un ruido con la boca
- Leo: quiero que hablemos – me dije mirándome fijamente, cosa que no me gustaba – hace mucho que no lo hacemos – agrego pero yo no conteste nada, seguí con mi plato – sé que estas molesto porque te mande a un internado, pero tú no me dejaste muchas opciones – que fácil decir eso
- Efraím: solo lo hiciste para librarte de mí y estar un tiempo con tu familia sin que alguien arruinara su planes – le dije sin voltear a verlo
- Leo: por supuesto que no – dijo horrorizado, pero en parte era lo que yo sentía – y me sienta mal que pienses eso – me mordí un poco los labios, no eran palabras que le quisiera decir pero la otra parte dentro de mi corazón que seguía un poco molesta con él seguía buscando la manera de hacerle sentir mal – sabes que te quiero mucho aunque lo dudes, porque eres mi hijo
- Efraím: pues poco te he importado – conteste enojado
Papá
se mordió los labios pero ya no dijo nada tenía una mirada triste y me daba
pena, solo quería que dejara de hablar por un rato para poder cerrar la bocota.
- Leo: ¿terminaste de comer?
- Efraím: si
- Leo: pues ya vamos – se paró y se fue a pagar la cuenta y de ahí subió al carro
Yo
solo subí sin voltear a verle, no me sentaba bien decir eso, no era la forma
con la que quería empezar las cosas con él.
(Es el primer día)
Leo
Tan
solo seis días andes de navidad Efraím
estaría devuelta, solo quería ir a recoger
a mi hijo y aunque ya había pagado para que un carro de transporte lo recogiera
y lo trajera directo a casa, a último minuto llame a la compañía y les dije que no necesitaría su servicio, subí al
carro y fui a buscar a mi hijo, tenía seis meses que no lo vea, me sentía la peor persona, la peor basura por dejarlo botado en
un lugar lejos de mí, le llamaba todos los sábados porque era las reglas del
instituto, no me contaba muchas cosas así que no sabía si estaba enojado
conmigo todavía, supongo que sí. Pero esa había sido mi última opción, era muy
chico para tenerle que ver fumando y tomando. Había sido detenido por ello y no
quería que lo siguiente fuera encontrarle drogas o que fuera preso, no era un
mal hijo solo que a veces no podía con él y su rebeldía no ayudaba en nada, las dos horas de viaje me la
pase pensando en que si estaría ahí o si se había escapado, saber si me
gritaría o solo diría esas palabras que tonto dolían por haber hecho lo que
hice, según él por deshacerme de él, Estando en el instituto (internado) no me
decía mucho aunque siempre me contestaba las llamadas. Una vez fui a verle pero
el mocosito se negó a salir y yo solo me quede parado en la puerta porque no
podía forzar las cosas, así que termine regresando a casa con un vacío.
Apenas
llegue al pueblo lo reconocí aun que estaba de espalda, no había cambiado mucho pero si se le veía un
poco más alto, él había empezado a caminar pensé que quería alejarle así que
soné la bocina del carro y el volteó a verme y se detuvo, baje lo abrace y lo
bese a lo que él solo puso una mueca como de asco… según él ya era lo
suficiente mente mayor para esas cosas y siempre rehuía a esas muestras de
afecto, me dijo que tenía hambre así que antes de ponernos en marcha lo lleve a
que comiera y quise entablar una conversación civilizada con él, pero como de
costumbre vertió palabras hirientes dudando de mis intenciones, ¡cómo dolía!,
pero no me quedaba de otra que seguir aguantando.
Cuando
llegamos a casa el solo subió a su cuarto sin mirar a nadie, yo tenía dos hijos
más y a mi esposa pero él no estaba muy contento con eso o por lo menos era lo
que dejaba ver, él vivió lejos un par de
años con su madre y cuando murió se
derrumbó el mundo para él. Mi ex-esposa vivió un tiempo cerca y yo veía
a mi hijo todos los días, era un niño animado, muy tranquilo a decir verdad,
claro que sus celos eran notorios y sus preguntas respecto a porque no vivía yo
con su madre eran constantes, cuando mi ex y mi hijo se fueron a vivir lejos
las cosas se complicaron con el comportamiento de Efraím, se iba las vacaciones
conmigo pero era más tosco cada vez, no toleraba a Daniela ni a sus hermanos
siendo que antes parecía no molestarle, sabía que tenía que ver con la
adolescencia pero cuando trataba de hablar con él huía o usaba palabras
bastante hirientes, su madre nunca fue así, ella era una buena mujer apasionada
por sus libros pero vivía encerrada en ellos y en el niño, a tal grado que
nunca tuvimos algo como pareja por lo que nuestra relación desapareció por
completo tanto que mi desespero por el amor de una mujer termino en infidelidad,
y a los cuatro años de casado le dije que ya no podía seguirle guardando
secretos, que yo estaba con otra mujer y que teníamos un hijo, creí que
pelearíamos que gritaría pero no. Su respuesta
solo fue…
- Cáterin: lo sé… lo sabía desde hace tiempo – me dijo suavemente que creí que oí mal – no te preocupes no te voy atar a mí – agrego y eso me causo alivio – pero no te voy a dejar a mi hijo comprende eso ¿sí? – esa era su condición – tú lo puedes ver siempre que quieras pero no me lo quites.
No
hubo odio, ni rencor, ni gritos, ella ya sabía todo lo que pasaba, por ello no
tuve problemas, el problema fue más bien con mis padres porque ni a ellos les
había dicho lo que pasaba y por obvias las razones yo era el malo, lo sabía,
pero Cáterin dijo que la culpa no era solo mía y que ella también tenía que
ver, aun así la cosas estuvieron tensas con mis padres por algún tiempo pero
poco a poco fueron aceptando a Daniela que no tenía la culpa de todo mis
enredos y la integraron a la familia. Daniela no vivía en la misma ciudad por
lo que se podría decir que era la infidelidad de ir a trabajar fuera, así la
conocí un día que tuve que salir por negocios, no usaba la argolla de
matrimonio y miradas pasaron a otra cosa, yo tenía que volver a verla,
simplemente me enamore y mi relación con Cáterin termino.
Tuve
la oportunidad de estar con Efraím y verle todos los días pero ya no vivía con
ellos me había salido de la casa, cosa que no comprendía mi hijo y lo hiciera
llorar muchísimo pero poco a poco se fue acostumbrando, no a estar lejos de mi
porque todos los días lo veía, pero si a no compartir tanto como antes, poco a
poco lo fui incluyendo en mi otra relación, como era pequeño no me costó tanto,
le gustaba ir a ver a su hermanito y jugar con él, pero también era algo celoso
y posesivo, pero no era posesivo conmigo cuando estábamos con Tomy sino al
contrario, para Efraím Tomy era su propiedad alguien con quien jugar aunque aún
fuera pequeño. Por lo que no entiendo su
comportamiento hoy en día, con Marco no fue tan celoso porque era mucho más
chiquito que él.
Cuando
su madre se lo llevo lejos fue cuando su cambio fue más brusco y a veces no
paraba con esa boca y sus palabras. Cuando su madre murió hubo un rato de
quietud y después se vino el caos, empezó a tomar, a fumar a salir todo el día
de casa… un día tomo mi cartera completa y nos hizo creer que se había gastado
todo el dinero y que había roto las tarjetas de crédito y mis identificaciones,
el confeso su fechoría y lo agarre y a rastras me lo lleve a su cuarto donde le
castigue con el cinto y tan solo una semana después pude encontrar mi
cartera escondida en sus cosas.
…
- Efraím: que haces en mi cuarto – me pregunto con su brusquedad de siempre
- Leo: ¿por que me dijiste que te gastaste el dinero y que rompiste mis tarjetas? – le pregunte mostrándole mis cosas
- Efraím: mmm ¿y donde estaban? – prefirió responder
- Leo: ¿tú la escondiste? – quise saber
- Efraím: mmm si, pero no recordaba donde – me respondió mirándole a los ojos
- Leo: ¿y por qué no me dijiste eso? – yo no lo entendía, porque mentir de esa manera?, ¿acaso quería una paliza? – la reprimenda hubiera quedado solo en una pequeña reteada, ¿por qué hacer todo esto? – le dije cogiéndole de la mano
- Efraím: porque me caes mal y quería fastidiarte el día – eso fue como una patada en mi estómago
- Leo: pero… ¿por que? porque haces esto? – Efraím no me contesto solo se acostó en su cama sin darme la cara – no me ignores – le dije y le solté una solo palmada en el trasero – PASSSSS
- Efraím: ayyy no hagas eso – me dijo con el ceño fruncido
- Leo: tu no me ignores y no te comportes como un niño malcriado, ya no está tu mamá para malcriarte, compórtate ¡ya! – no debí decir aquello, ahora que lo pienso lo herí
- Efraím: lárgate de mi cuarto
- Leo: ¿Cómo? – pregunte enojado, yo no soy un muchachito, soy su padre
- Efraím: ¡LARGATE! – grito parándose enojado, ese día termine reprendiéndole otra vez
A
veces peleamos de la nada y no sé cómo sería ahora, pero ya estábamos en casa,
tenía seis meses sin verle y se veía más calmado, más tranquilo aunque su boca
seguía con el mismo veneno.
Efraím
Cuando
llegamos a su casa subí a lo que era mi recamara y me encerré por un muy buen
rato, faltaban pocos días para navidad y toda la familia de papá estaría en
esas fechas, papá tenía dos hermanos mayores Ulises y Paco a sus padres y
sobrinos, que eran con los que pasaríamos
la navidad, además de tener dos hijos más y a su esposa, en cambio yo no
tenía a nadie y eso me molestaba, así que para evitar malos pensamientos prepare
todas mis cosas para darme un baño,
cuando algún toco mi puerta.
- Efraím: ¿quién? – pregunte molesto
- Tomy: Efraím, puedo hablar contigo – era el hijo mayor de mi padre en su segundo matrimonio, el hijo de la infidelidad
- Efraím: no, esfúmate – respondí, no tenia ganas de hacer vida social con el
- Tomy: es que… es que papá me va a matar… shhff – y eso último ya lo escuche más bajito
- Efraím: aagggg – abrí la puerta – ¿qué quieres? – pregunte con brusquedad y Tomy se quedo en la puerta – pasa, pero que sea rápido – advertí, no quería saber nada de sus dramas.
Tomy
se sentó en mi cama viendo todo a su alrededor, ellos no entraban a mi cuarto,
el único que lo hacía era papá y a rara vez Daniela.
- Efraím: anda que no tengo todo el día
- Tomy: eemmmgg, es que
- Efraím: es que, qué?
- Tomy: falsifique la firma de papá por un reporte, pero el maestro quiere asegurarse de que todos los padres están enterados y que no solo firmara sin leerlo y va hablar con ellos entrando de regreso a clases – me explico
- Efraím: jajaja que tal – dije sarcástico, el hijo modelo cayendo en picada, porque a veces me comparaban con él – ¿y por lo menos te ha salido la firma?
- Tomy: mmggg
- Efraím: anda solo déjame verla – Tomy tomo un papel e hizo la firma de papá – ufufff – silbé – mocoso te has dado tu tiempo para practicarla – es que era tan parecida que fácil pasaba por la firma real – te doy un 10 – sonreí y le entregue el papel
- Tomy: no quiero un 10, si papá se entera ¿qué voy a hacer?
- Efraím: no seas llorón, ¿y qué vas hacer? Pues a aguantar como los hombre, o ¿qué? ¿no eres uno? – yo no soy de consolar y menos al medio enemigo, a mí nadie me consuela
- Tomy: shhhfff soy hombre muerto
- Efraím: eres un lio – respondí enfadado – aaggg mira te voy ayudar pero solo esta vez, eso sí, te dan una paliza por el reporte o te dan dos por el reporte y por la firma cual quieres?
- Tomy: eso no es alentador…
- Efraím: es lo que hay, así que escoge
- Tomy: el reporte
- Efraím: bien
Tome
unas hojas de mi escritorio me salí del cuarto y fui a donde estaba mi padre.
- Efraím: ¿se puede?
- Leo: ¡adelante! ¿qué paso? – se veía sorprendió, debe ser porque nunca lo busco
- Efraím: necesito que me firmes los papeles del instituto para escanearlos y mandarlos y que llames para confirmar que los has firmado tú – aún no se hacia el corte de clases por lo que tenía que ir a recoger mis papeles
- Leo: bien – dijo tomándolos y poniéndose a leerlos solo le deje que leyera las primeras hojas
- Efraím: vamos solo fírmalos para poder mandarlos ya – le dije enfadado
- Leo: tengo que leerlos o me escondes algo! – eso me dio rabia, siempre pensando mal de mi
- Efraím: no, pero te los resumo, estas son por las notas y avances, estas son actividades extra-curriculares, estas por deportes – le dije mostrándole las hojas – y estas para que estés enterado de que me metieron dos palizas por tomar alcohol y fumar – le dijo como si no pasara naranjas – no te preocupes solo fueron dos palizas las que me dieron – agrego al verle la cara – los maestros creen que uno va a ir con el chisme a sus padres y acusar a la escuela de maltrato como si a los padres les importaran un pepino sus hijos – no tuve que decir más papá firmo todos los espacios donde ponían el espacio para la firma ni siquiera se puso a leer
- Leo: toma – me entrego las hojas un poco incomodo – y no es que no me importe mi hijo, eso entiéndelo de una vez, me importas, te amo mucho porque eres mi hijo – dijo con firmeza – eres mi primer hijo, mi primogénito, a la primera personita que tuve en brazos – vamos lo decia como si lo sintiera de verdad – me importas, me importa lo que te pase o lo que te sucede, pero creo que al que no le importa nada es a ti
- Efraím: ya me retiro – dije, no quería entrar en terreno pantanoso, todo lo referente a sus sentimientos a mi me tenia confundido y no quería pelear
Llegue
a mi cuarto y aún estaba Tomy en mi cama.
- Tomy: yy
- Efraím: tendrás que esperar hasta la tarde… ahora salte de mí cuarto – lo eche, no tenía ganas de oír dramas ajenos, suficiente con los mios
- Tomy: mmm
Tome
mi ropa y me metí a bañar puse la tina casi llena hasta el tope, me quede por
un buen rato pensando en las palabras de papá, quería decirle que si me
importaba, que no quería hacerle daño con mis palabra, que sabía que no la
había cagado él y que el único que lo
había hecho era yo con mi actitud, quería decirle que le quería, que tenía
miedo y que me sentía abandonado, que mamá nunca hablo mal de él, para ponerme en su contra, sobre todo eso ya algunas veces se les había escapado a él o
su familia decir que tal vez mamá hablara cosas de nosotros cuando vivamos
lejos y por eso mi comportamiento hacia ellos había cambiado tanto, quería que supiera que eran solo mis miedos y
mi desespero por tener también una familia como él la había conseguido, pero me
daba vergüenza tan solo pensar en eso.
Había
aclarado mis ideas estando en el internado, sabía que papá no tenía la culpa,
ni su familia, que la separación era porque mamá no era apegada a muchas cosas
y papá fue una de esas cosas, tampoco culpaba a mamá… nunca la culpe a ella
porque finalmente yo me quede con ella y hoy me daba cuenta que tampoco lo
tenía que hacer con papá, ni con nadie más, pensando en todo eso prendí una pequeña bocinita de música en el baño y me
quede dormido, por una extraña razón me
sentía tan tranquilo, tan liviano por reconocer algunas cosas.
Leo
Se
empezaba hacer tarde y Efraím se había metido a bañar, pero ya buen rato de
aquello, se que puso la tina pues oí el
agua correr así que subí a hablarle.
- Leo: Efraím hijo, ya es tarde, aun no terminas – le pregunte mirando la hora, pero no me contesto, quizás no me oyó – Efraím contéstame – pedí tras un tiempo prudente de esperar oír algún ruido pero nada, eso me extraño – hijo estas bien… ¿Efraím?
- Daniela: ¿pasa algo? – pregunto ella extrañada
- Leo: no me contesta – respondí algo asustado – … hijo ¡abre la puerta! por favor, ¡Hijo! – empecé a elevar la voz desesperado tocando la puerta del baño que estaba dentro de su cuarto cerrada por dentro
Pase
un buen rato con lo mismo, tocando y girando la manivela, pero nada, no recibía
ninguna respuesta solo podía escuchar un poco de música así que toque con
fuerza pensando que quizás por eso no me oía, y aun así no se oia otra cosa, fue
cuando empecé a golpear la puerta con todas mis fuerza, tratando incluso de
tirarla, para eso Daniela había salido también a buscar la llave trayendo
consigo una cajita con distintas llaves las cual estuvimos probando pero
ninguna daba, eso me decía que él la había sacado de la caja, seguí golpeando
la puerta hasta que decidí ir por un maro (o martillo pesado) y me puse a darle
a la chapa hasta que logre destrozarla por completo haciendo que la puerta de
madera se cuarteara pero sin llegar a
romperse por completo una vez logre pasar
vi la tina y lo vi, lo vi, tenía los ojos entre abiertos, me quede inmóvil
por segundos sin comprender si estaba jugando o lo que veía era cierto…. él se
veía pálido debajo del agua, no sé como corrí y lo tome en mis brazos, lo saque
de debajo del agua con mi corazón a mil por hora.
- Leo: ¿Por qué?, ¿Por qué?, Hijo, hijo, Efraím, que hiciste – pensé lo peor, que se había suicidado –… hijo, hijo, estas bien… Efraím ¿pero qué haces? – empezó a moverse, estaba despertando
- Efraím: durmiendo un rato – me contesto
Efraím
Después
de una hora de que entrara a bañarme me despertó mi padre que me abrazaba.
- Leo: Efraím, ¿pero qué haces? – me pregunto sacudiéndome, estaba enojado y no sabía porque
- Efraím: durmiendo un rato – dije adormilado, sin darle mucha importancia a lo que decía, yo no veía lo malo, hasta que me percate donde y como estaba – ¿pero qué haces aquí? – salte ahora si enfadado y avergonzado por que estaba desnudo
- Leo: tengo más de media hora llamándote y tú ni contestaste, tuve que forzar la maldita puerta y verte bajo el agua – respondió con rabia
- Efraím: exageras estoy bien, solo me quede dormido – repetí tratando de entrar a la tina de nuevo – ya salte… además rompiste mi puerta – trate de separarme de él
- Leo: no me importa la maldita puerta, te pudiste ahogar, estabas bajo el agua – dijo mirándome como si fuera un extraño
- Efraím: exageras, ahora por favor sal
- Leo: ¿te desmayaste? – pregunto
- Efraím: ni idea, ahora SAL
- Leo: llevas más de una hora aquí metido así que salte tu de una vez – respondió jalándome del brazo – me diste un susto de muerte, así que te quiero fuera
- Efraím: no he terminado de bañarme – forcejee, yo no iba a hacer su voluntad por un susto suyo
- Leo: no me importa – respondió, mi padre estaba exaltado, no era enojo o no tanto, me tomo de la mano jalándome y haciéndome parar
- Efraím: noo déjame – tironee en sentido contrario
- Leo: te quiero fuera de esa tina – y apenas salí de la bañera papá me giro y me soltó tres palmadas fuertes – PASSSS, PASSSS, PASSSSS
- Efraim: pero que mierda – murmure dentro de mi boca – aiii, auuuu que haces, ¡déjame ya!
Tome
la toalla apenas logrando taparme, ¿porque hacia eso?, me sobe el trasero me
había pegado fuerte, vi que la esposa de mi padre salía del cuarto… eso me dio
vergüenza porque no sabía si me había visto desnudo, me hizo enojar mucho.
- Leo: ¿qué hacías? tratabas de matarte? – eso me sorprendió
- Efraím: ¿estás loco? – le dije enojado
Estaba
muy molesto pero mi enojo no superaba al de mi padre por lo que trate de
tranquilizarme y el hizo lo mismo, apretaba los puños y se dio la vuelta
sentándose en la silla de mi escritorio, podía escuchar su respiración bastante
agitada y vi como recargo la cabeza en la mesa, me tranquilice por completo
comprendiendo que no era enojo lo que tenía,
era frustración, miedo, pero no dije nada para aliviar el miedo de esa
persona, solo me le quede viendo mientras acomodaba la toalla en mi cintura.
- Leo: creí, creí que estabas muerto
- Efraím: estoy bien, solo me quede dormido
- Leo: no parecías dormido, estabas bajo el agua, creía que habías muerto – me dijo con el rostro asustado – no me contestabas, estuve media hora tocando hasta que logre romper la chapa de la puerta – y giro la cabeza mostrándome lo que hizo – nunca me habías hecho eso, siempre me contestas aunque sea una tontería pero contestas – reclamaba – esta vez no lo hiciste – su voz estaba quebrada, realmente había dolor en sus palabras respire un poco y camine hacia él, le abrace, no era algo que hiciera, de hecho era raro que yo hiciera eso, pero le abrace
- Efraím: estoy bien papá, tranquilo – mi padre se quedó un rato con la cabeza pegada al escritorio pero se paró y me abrazo dando un beso en la mejilla – no hagas eso – dije mientras me limpiaba la mejilla
- Leo: anda vístete es tarde te puede hacer daño
- Efraím: ya voy
Papá
salió del cuarto, ya no me termine de bañar, me cambie y salí al
comedor, faltaba poco para que oscureciera pero Daniela siempre serbia la
comida a esas hora y era porque era más o menos la hora en que papá llegada de
trabajar.
- Daniela: ¿estás bien?
- Efraím: si.
Daniela
solo sirvió la comida y todos nos sentamos a comer, una vez terminamos cada uno
se fue retirando, con lo que había pasado en el baño olvide la hoja de Tomy y
fui a llevársela a papá que estaba por entrar a su cuarto.
- Efraím: papá
- Leo: si?
- Efraím: tu hijo dejo papeles en mi cuarto dile que ya no entre, se mezclo con los míos y lo has firmado
- Leo: oo está bien, ya le diré que no entre, gracias por traérmela
- Efraím: si, si de nada buenas noches
- Leo: buenas noches – me jalo del brazo y me dio un beso en la frente
- Efraím: aagg no hagas eso.
- Leo: no te vas a morir, anda a dormir PASSSS
- Efraím: oye agg
Daniela
se portaba muy bien conmigo aunque yo no siempre era bueno con ella, más temprano se había sentado a tratar de
hablar conmigo pero la esquivé como siempre lo más que podía y terminaba
encerrándome en mi recamara, la noche fue algo ruidosa parecía que papá leyó
la hoja de Tomas con el reporte y fue a su recamara, pude escuchar cómo
le reprendían solo arrugue la nariz por aquel sonido tan peculiar, eran
palmadas pero como se escuchaban no eran precisamente sobre el pantalón, sé que
papá no había sido muy duro con el castigo, nunca lo fue conmigo que la cagaba
más a menudo supongo que por una tontería tampoco lo haría.
Llego
la hora de dormir, ya era tarde me acosté a dormir pero tuve bastantes sueños
extraños y cuando desperté en la mañana me sentía extraño como si algo estuviera
pasando y de lo que no era capaz de entender, algo estaba mal pero no sabía qué.
(Fin del Primer día)
Efraím
Querida Mary...
ResponderEliminarUna vez mas me has sorprendido, y me dejas intrigada, por lo visto te encanta el lado espiritual de la vida y las personas, algo que mágicamente nos atrapa, de todas tus historias, esta me conmueve muchísimo y estoy deseando leer mas.
Un abrazo
Estoy totalmente de acuerdo con Marambra nos has vuelto a atrapar con una nueva historia!!
ResponderEliminarPobre chico ha sufrido mucho con todos los cambios y el divorcio de sus padres... Y luego se le muere la Mamá pues con eso su mundo se vino abajo...
Ojalá pronto mejoren su relación y que le brinden todo el cariño que necesita!!
Muy linda historia Mary
Hola Mary me ha encantado este primer capitulo de tu historia, muy bueno, déjame felicitarte eres muy buena escritora, tu historia me cautivo, me mantuvo interesada desde el principio hasta el final. Espero que la continúes pronto!! Saludos!!
ResponderEliminarAtte. Kate96
Sólo eran mis ganas de volver a verte ? Aquí hay algo raro y tu imaginación me acostumbro a que nunca esta todo dicho.
ResponderEliminarPor lo pronto el capi me gustó lo qe esta a primera vista me gusta pero se que hay algo más que no sabemos aún
Haciendo una pequeña aclaración... e puesto un dato mal upss... soy 3 días para navidad contando desde que salio Efraim del internado :) sino después no se va a entender donde quedaron los demás dias jeje.
ResponderEliminarChicas gracias por sus comentarios espero disfruten la historia... y que no me maten porque aun no termino el final pero ya estoy en eso :S
Me encanto que será lo que no estaba normal , no tardes mucho que nos as dejado intrigadas
ResponderEliminarPobre chico muchas emociones para ser tan joven. Necesita de mucho amor. Una historia muy conmovedora
ResponderEliminarPobre a pasado por muchas... para ser tan joven... escribís bien amiga!!! la mamá se le murió que triste ahora necesita de un padre los varones siempre necesitamos de un papá que nos aconseje y nos guie con amor hay cosas que solo se hablan entre hombres. Saludos.
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