Mis Gemelos: Cap. 255; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 1 de Enero del 2017

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Capítulo 255

Retos machistas

(Regalo de Año nuevo)

Autora: Marambra

Tirar la casa por la ventana y pegar al grito al cielo, eran dos cosas que no eran literales para Rubén, lo que nunca imagino es que ambas frases fueran de la mano y por ende las llegara a ejecutar casi al mismo tiempo, pero como todo en su vida nada podía dar por hecho.

Era fin de año había pasado casi dos meses desde que saliera del hospital, recuerde algunas cosas y otras no, pero sobre todo que tenga a sus hijos en casa, con todo eso a sus espaldas Rubén estaba convencido de que tenía tantas cosas que agradecer a la vida sobre todo en este último tramo del año que se iba de sus manos, pese a su estado de salud que se vio seriamente comprometido, su pérdida de memoria que le causo estragos emocionalmente hablando y afectó en algo su carácter, él estaba vivo y eso era un milagro que agradecer porque lo que le sucedió no fue un chiste, le había dado un AVC hemorrágico muy serio y estuvo mucho tiempo en coma con secuelas que aun arrastraba a cuestas como las lagunas mentales o el hormigueo ocasional en los dedos de los pies que cada vez menos mal eran menos.

Pero fuera de esas nimiedades como él solía llamar a todo eso que puso de cabeza su vida y a su familia, él tenía en sus manos algo que agradecer y era nada más y nada menos que el regreso de su hijo a su vida… vamos, ¿cuántos en el mundo tienen la dicha de saber que su hijo no ha muerto y está de vuelta en casa tras un largo periodo de ausencia?, no muchos, quizás solo baste una mano para contarlos a todos, es por esa razón que Rubén había decidido no solo celebrar la navidad en grande, sino prácticamente tirar la casa por la ventana e invito a los seres que mas apreciaba en su vida que eran obviamente Arturo su padre de corazón, los nietos de éste o sea Yhanku, Lorenzo y Jacinto, Miguel y su esposa como amigos desde que iniciara la hacienda, pero además había un invitado especial, Ethan Van Lauder, de no haber sido por él y por su padre Mikel que lo veía de forma privada y lo contacto con los mejores fisioterapeutas quizás ahora mismo Rubén siga en las mismas condiciones o con un pobre avance en su recuperación.

Por su parte Clara había decidido invitar también a Narda la madre de los rumanitos, es que había un detalle, Yhanku le había pedido permiso para traer a Yanina y presentarla a su padrino como novia oficial, además de pedirle que sean ambos sus padrinos de matrimonio, Yhanku estaba con planes de casarse y había una poderosa razón… Yanina estaba embarazada de 2 meses y no sabía cómo avisarle a su tata querido sobre esto, había sido realmente muy difícil para él tocar el tema y prefirió confiar en Clara, su querida madrina que más de una vez había velado por su seguridad y la de sus hermanos, a la que amaba desde que importándole bien poco los líos que su madre juraba tenían, los había sacado contra viento y marea de la vieja casucha del tata Arturo defendiéndolo de la furia de su propia madre, que apoyo su rostro lloroso sobre su blusa de seda blanca que olía tan bien sin importarle que se la manche de bosta o de mocos… Clara por su parte había oído las justificaciones dadas, disimulando una sonrisa de felicidad, después de todo un niño por llegar es siempre una bendición y un motivo para celebrar por lo grande y como era de esperar ella hizo su trabajo, fue la mensajera del recado pero no para Arturo, de eso se encargaría el mismo Yhanku, sino para Rubén, después de todo Rubén era el padrino a doble partida de Yhanku y posiblemente a triple tajada.

Rubén había oído la noticia dada por Clara con la calma de quien recibe una hermosa noticia, mientras recostado en su lecho esperaba que su esposa se meta a su lado y apague la luz, pensando en lo que iba a hacer ahora, independientemente de si el chico lo elija o no como padrino de matrimonio que fue lo que dio a entender, él tenía un aprecio inmenso por el joven y quería demostrárselo de la mejor manera, y que mejor que entregarle una parcela de tierra donde empezar a trabajar y vivir, después de todo Rubén tenía muchos terrenos colindantes a las propiedades de Arturo que no eran usadas más que como terreno de engorde y con esa idea manifestada a Clara, al día siguiente agilizo la documentación de tal manera que tenga todo listo para la noche de navidad en caso de que Arturo se oponga al matrimonio, aunque pensándolo bien, él no tenía que pedirle permiso a Arturo para regalarle o no tierras a Yhanku si este iba a tener un hijo, pensando en que tarde o temprano el joven tendría que hacerse responsable y mejor empezar con algo solido bajo los pies, pero no fue lo único que hizo, al día siguiente después de volver del abogado mando llamar a Yhanku para tener una larga y tendida charla de “hombre a hombre”… como en el pasado, algo que le arranco una sonrisa nostálgica y al mismo tiempo de felicidad, en su mente acababa de despertar el recuerdo de algo ni tenía idea estaba ahí y que bien pudo perderse en el camino como muchos de sus recuerdos…

Aquel entonces, era también vísperas de navidad y como todas las navidades desde que tenía memoria y viviera en Santa Cruz, Rubén siempre había festejado las fiesta de fin de año con Arturo, a las cuales se les fue integrando primero Narda con el pequeño Hans, después de su ruptura y su fracaso matrimonial con ella, fue con Clara y su Logan y con el paso del tiempo los nietos de Arturo, unas navidades eran en la hacienda y otras en la quinta del tata, este año coincidentemente tocaba a Rubén… aquel entonces Lorenzo había venido a casa llorando, con el corazón agitado y cansado de tanto correr, llevaba el bofe a cuestas como se suele decir de tanto apurar el trote entre tropezones y caídas; Rubén cerró los ojos como si vislumbrara tras el telón de sus párpados caer la tarde de aquel día la figura desaliñada y menuda de Lorenzo, que aquel entonces tendría unos 13 años con el pelo revuelto al viento, y la vieja camisa abierta como alas mostrando el pecho pelado, parecía un pequeño ángel travieso que más que correr por el campo sobrevolaba la hierba dejando a su paso una estela de polvo dorado y polen de las manzanillas maduras.

El vio salir a Clara al umbral y correr al encuentro del niño, algo había pasado pensó con preocupación y apretó su llegada empujando un poco las espuelas y en un suspiro estuvo al lado del muchacho apeando su caballo, Lorenzo lloraba desconsolado, tanto que el hipo le cortaba la respiración, Adelita había salido apurada también bajo el mando de Clara trayendo en sus manos una jarra de agua fresca y una toalla para refrescarle el rostro, apenas segundos después de beber como si fuera un camello que cruzara el desierto Lorenzo se apretó al pecho de Clara contando su pena,  Arturo estaba enojado en casa y le había dado una paliza a Yhanku una de esas que no pierdes de la memoria ni con Alzheimer y no solo había castigado a Yhanku, sino que los dos menores también se habían llevado una buena encima, y ahí estaba la prueba, Lorenzo tenía una franja roja en medio del muslo, Arturo había empuñado por primera vez un varillazo sobre Lorenzo por retarlo, pero no era tanta la paliza lo que le hizo que Lorenzo salga disparado, sino la amenaza de quedarse en casa y olvidarse de la navidad, ¡la muerte para un niño! claro está cuando la única oportunidad de tener un juguete en tus manos es justamente en esas fechas… ¿el lio?, Arturo había sacado de casa a una mujer que no sabían quién era y que Yanku había metido “adentro” aprovechando que su abuelo estaba en el pueblo… por lo menos esa era la versión oficial por parte de Lorenzo.

• Miii, miii taaataaa, mi taaata esta maa maa matando a mi hermaniiiito, está matando a Yhaaanku – dijo Lorenzo totalmente asustado, apretando sus brazos alrededor del cuerpo de Rubén, mojando su camisa y su vientre con la catarata de tus ojos…

Rubén solo atino a abrazarlo y interrogarlo sobre lo que había pasado, pero Lorenzo poco se dio a entender entre los sollozos y la sed que tenia, solo atino a mostrar la pierna toda magullada del varillazo e insinuó que papá Arturo estaba sonando con un palo similar a Yhanku… la sola idea de aquello hizo que el rostro de Rubén se desfigure horrorizado y ni que decir de Clara que no pudo reprimir un Jesús en los labios, así que dejando al niño al cuidado de su mujer monto la vagoneta y se salió de la casa rumbo a choza del tata, aquel entonces, realmente era una choza de madera y calaminas, un infierno de calor en el verano y una crudeza de huesos doloridos por la humedad en el invierno, algo de lo que ya Rubén estaba empezando a hacerse cargo no porque no quiera hacerlo antes, sino porque el orgullo del hombre era como para romperse la cabeza contra un muro; recordó bajar de la movilidad y oír el llanto de Yhanku, y vio a Jacinto en un rinconcito todo encogido y sucio, con la cara llena de mocos y los ojitos mas rojos que dos focos de navidad que parpadeaban con cada gotita de lágrima que se derramaba.

Ante esa imagen no dudo ni un instante en invadir el interior de la vivienda y lo que vio ahí le partió el corazón… Arturo estaba llorando parado a un lado, aun con una ramita de sauce en la mano…

• ¡Tata! – interrumpió la escena y Arturo levanto la vista velada y no dijo nada, solo tenía una mueca de dolor dibujada en la cara, una mueca de dolor similar a la de Yhanku que no dejaba de sollozar; hasta ese momento se había quedado mirando en estado de shock a Yhanku que estaba acurrucado en un rinconcito de aquel cuarto, con los pantalones en los tobillos y tres horribles franjazos en las piernas, iguales a las que en su momento Rubén regalara a Iván cuando descubrió sus andadas con Raquel  – tata – volvió a decir con voz suave acercándose a ambos, era claro que necesitaban un puente… Yhanku apenas lo vio, levanto la vista con el rostro todo mojado y la boca mordida y sin importarle como estaba, ni su pudor ni su vergüenza corrió hacia Rubén abrazándolo con todas sus fuerzas renovando su llanto y eso fue como un puñal en el corazón de su tata quien acababa de darse cuenta de lo que había pasado, de cómo estaba Yhanku y como estaba él – papá Arturo – dijo con un tono de voz más tranquilo – ¿por qué no me deja un ratito con el Yuyo? – sugirió pero Arturo abrió la boca sin saber que decir parpadeando como si recién lo reconociera – Jacintito está afuera asustado – agrego – ande más bien, no vaya a ser que su chichilo pique el trote como lo hizo Lorenzo – le aviso, le daba la impresión que no tenía idea de lo que había hecho el mediano de sus chicos – está en casa con Clara…. por eso vine de inmediato – dijo dando a entender que así fue como se entero del lio, pero sin dejar de abrazar a Yhanku y frotar su espalda mientras murmuraba suavemente en su oído un… – no pasa nada  chichilo, no pasa nada – menos mal Arturo le hizo caso, pero antes de salir se acerco a Yhanku y quiso abrazarlo, pero el muchacho lo rechazo con enojo a lo que Arturo respondió
• Vos sabés que te ganaste esta huasca – tras aquello se giro sobre sus pasos y fue en busca del menor de los niños, Jacinto estaba por cumplir 8 años y Yhanku se apretó con mayor ahincó a Rubén
• Ya hijo, ya paso – seguía diciendo Rubén, frotando la espalda y acariciando sus mejillas, depositando algunos besos sobre su frente y no hizo otra cosa hasta que Yhanku dio el siguiente paso que fue tratar de cubrir su media desnudez, gesto que fue captado por Rubén quien no queriendo avergonzar más de lo necesario lo ayudo con aquel menester – ¿ahora me vas a contar que paso? – pregunto una vez que estuvo vestido, para eso Rubén se había sentado en una vieja silla de hierro forjado y jalo a Yhanku sobre su regazo, pocas veces tenían un contacto tan íntimo y tan físico como el de ahora donde Rubén suplía el papel del padre o del abuelo… como en este caso y Yhanku en un infantil gesto apoyo su cabeza en uno de los hombros de Rubén y coloco sus manos a manera de abrazo y entre sollozos aun pequeños le conto lo que había pasado..

No era nada del otro mundo, nada más que un niño de 15 años con las hormonas caldeando la sangre a mil por hora, que no midió la magnitud del problema en el que se metía… Yhanku era un mozalbete bien parecido, trabajador como el mejor y a tan pronta edad; enamorado de la misma niña desde que tuviera memoria y que se había peleado con la que ahora sería su esposa en un arrebato sin sentido comprometiendo su honor y su valía y que en un reto a su hombría había cometido la estupidez más grande que un mocoso de su edad puede cometer y todo por las palabras de Yanina…

• Nos sos un hombre, no sos más que un velatacu mamón – le había dicho Yanina y luego le había hecho saltar los mocos con un revés de esos que hacen historia

Yanina había llegado de Chochí y como costumbre los amantes se encontraron de furtiva manera, los besos castos dieron paso libre a las caricias que poco a poco subieron de tono debajo de los mangales que había en la casa de Arturo, una pequeña y tibia mano se deslizo por debajo de la raída polera empezó a jugar con los masculinos pezones encendiendo de a poco a Yhanku que fue apretando el beso, atreviéndose a meter su tibia lengua en la boca sabor a caramelo de su compañera, mordisqueando los labios primero como pequeños piquetes que causaban cosquillas, subiendo la apuesta a mordiscos más firmes que lejos de enojar a la moza,  acelero su respuesta dejando de actuar como niña y queriendo dar rienda suelta la mujer que aun dormía dentro de ella… algo se había apoderado de Yanina, algo más allá de su comprensión y su experiencia que por instinto sabía solo podía ser saciada en manos de Yhankiu … era la pasión, la excitación y la necesidad de sentirse nada, así que empezó a buscar la manera de liberar aquella tensión que ni siquiera sabía tenía en el corazón, solo sabía que quería las manos de Yhanku tocando su piel pero no sobre la ropa sino dejando sobre sus poros su tacto, su sudor, su saliva, su semen y la imagen de aquella vieja revista para adultos se apodero de su mente, ella quería ser la protagonista, esa mujer desnuda sobre un lecho o sobre la hierba con un hombre cubriendo su cuerpo posando sus caderas sobre la suya y en un desliz, en un arrebato de principiante llevo las manos sobre los pantalones de Yhanku entrando debajo de su bragueta sobresaltando al muchacho que asustado no dudo de empujarla lejos de si, sintiéndose de pronto cohibido y violado, nadie le había tocado ahí abajo desde que aprendiera a bañarse solo y menos una mujer… que horror y fue cuando Yanina, excitada como estaba se enojo y le soltó aquella fresca sumando otra más hiriente…

• Te doy mi cabeza que tu picha no se para porque sos un maricón…

Y lo más digna que pudo, con el orgullo herido de ser rechazada y sin entender bien la magnitud de lo que hizo, Yanina se paro arreglando sus ropas, que aparte de tener la falda suspendida a medio muslo no había nada fuera de lugar a diferencia de Yhanku que estaba con la polera tirada a un lado, el cinto del pantalón lejos y la bragueta abierta dejando entre ver la sombra sedosa de su pubis adolescente, pero increíblemente con la excitación aun latiendo sangre en su miembro; de haber estado solo Yhanku se metía al cuartucho que desde hace un mes su abuelo independizara entendiendo que el chico necesitaba desfogarse de las urgencias de su edad, desgraciadamente aquello no pudo ser posible porque Jacinto se metía a su cama con él ya que aun no tenia puerta, la única  habitación con ella y una chapa aparte de la puerta principal era la del tata Arturo.

• Yo no soy NINGÚN maricón – chillo Yhanku recuperándose de la impresión arreglando sus ropas para recomponer su dignidad
• Eso está por verse – se defendió Yanina
• ¿A si?, ¿y como pensás que lo te lo voy a demostrar pequeña pucarara? – respondió Yhanku cada vez más picado
• Haciendo lo que hacen los hombres – contesto – pero como vos… cartucho, tenés miedo dormir conmigo, te voy a ayudar – agrego encendida, ninguno de los dos sabia a que carajos se estaban metiendo y qué diablos se les había apoderado del cuerpo, de la lengua  y de su voluntad; lo único que entendían ambos es que esto no podía quedarse así, obviamente Yanina hablaba al caldeado momento de la excitación que en un rato se pasaría, en cambio Yhanku tenía el orgullo herido lo que era muy diferente, esto no se iría así nada más, nadie dudaba de su hombría… eran digamos sus primeros pinitos machistas
• ¿A si? Y se puede saber que hará la gran señorita pá que un maricón como yo le haga tragar sus palabras? – pregunto cada vez más enfadado y ella se dejo llevar por el reto lo mismo que Yhanku; ahora, seguro un diablo estaba rondando suelto por ahí, porque sino ¿de qué manera se explicaba que Yanina haya hecho lo que hizo y peor, que Yhanku acepte?, sea lo que fuera, Yanina le dio el número de teléfono arrancado de un trozo de periódico, era el número de una mujer que aceptaba citas por teléfono
• ¿Qué es esto? – quiso saber Yhanku
• Una cita… si sos tan hombrecito como decís ser, la llamás auringa mismo y en mi delante y aprendés de ella como tirar a una mujer – flor de boca la de Yanina en un momento tan caldeado como ese; Arturo bien lo decía cuando la ocasión se presentaba… nada como la cizaña de una mujer para hacer decir Jesús al diablo

Y Yhanku sin decir palabra alguna cogió el trozo de papel y ambos sin pensarlo dos veces caminaron a pleno sol hasta el teléfono público más cercano, sin mirarse, sin hablar, sin tocar el tema y sin pensar en ello ni en las consecuencias, al parecer todo estaba dicho; y cuando llegaron, Yanina pago la llamada con monedas y Yhanku sin saber cómo concertó una cita para  dentro de media hora en su casa, ¿dónde más?, el no tenía dinero para un hotel y menos para él acudir donde ella, es más ni siquiera se pararon a pensar en la tarifa de aquella cita, solo que querían desquitarse una el rechazo y él otro la duda sobre su hombría… en fin, ambos estaban con la cabeza caliente del enojo y de la rabia y apenas cruzaron palabras cuando la fulana apareció, limitándose a insultarse con la mirada que parecía relampaguear en sus cuencas… era su primera pelea de pareja.

Todo lo que sucedió después fue una nebulosa para Yhanku, Yanina se había marchado herida porque su supuesto novio no rechazo a aquella mujer como a ella, en cambio la encamino al interior de la precaria vivienda y una vez dentro, Yhanku metió a esa desconocida a su cuarto sin pensar en otra cosa que demostrarle a su novia lo que él valía, no sabía cómo pero se lo haría saber, desconocía el mecanismo casi como todo el mundo a esa edad, y su limitado conocimiento se limitaba a los rumores de sus pares más bravucones; mientras todo eso ocurría, ninguno de los dos se puso a pensar en nada mas ni en lo que pueda suceder después o ser remotamente descubiertos, no tenían una cuartada ni nada por el estilo por si eso pasara, pero así como el destino les puso una zancadilla a los dos, también enderezo el camino después de una curva pronunciada y Lila la dama grande del pueblo cuando vio que una de sus chicas salía a servicio fuera de sus paredes, quiso saber quien llamo como era su costumbre no solo por no perder de vista al clientes, sino por seguridad de sus trabajadoras ya que salir siempre era un riesgo que prefería evitar y se sorprendió cuando la dirección de Arturo salió a relucir, lo malo es que no pensó en que Aturo pidiera una mujer, que bien podía, total era adulto viudo y sin compromiso alguno; y no pensó en él como una posibilidad porque acababa de tomarse una copa de coñac con el susodicho porque la cortejaba a ella, así que no dudo en salir a buscarlo hasta donde Arturo estaba que no era lejos, había ido a comprar ropa para sus nietos y eso era a dos pasos de donde Lila estaba y ni corta ni perezosa le comento lo que acababa de descubrir y pues a él le faltaron pies para llegar a casa.

Y encontró a Yanina en la puerta llorando arrepentida, quien disculpándose le conto lo sucedido a medias y luego de eso se marcho a su casa, para eso Arturo había ido a buscar el rebenque, pero se lo pensó mejor y fue a cortar una ramita de sauce para enderezar a su nieto a varillazo limpio, pero en el camino se llevo a los dos menores por delante por su lealtad a malhechor, Yhanku había hecho una sola pausa en el camino a la perdición, y fue recomendar a los niños que por nada del mundo entren a la vivienda ni dejen entrar a nadie hasta que él salga, los había hecho jurar en nombre de la navidad, amenazándolos con quitarles sus regalos o contarle a Papa Noel la última fechoría… obviamente esta era más una amenaza para Jacinto que para Lorenzo, y para suerte suya hizo efecto, ambos habían enfrentado al abuelo a capa y espada, de Yanina no había que temer, total la mocosa se marcho con propio pie a su casa dolida por lo que acababa de pasar y arrepentida por ser ella quien insto a eso a Yhanku, nunca se le paso por la cabeza que al pobrecito le fuera a ir de feria.

Pero había que ser Arturo y estar en sus zapatos para hacer lo que hizo aquella víspera de navidad.