Hirpitas: Cap. 1; Autora Marambra

Hirpitas

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Abril del 2017

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“Hirpitas,” es una  historia basada en los personajes secundarios de “Mis Gemelos”, y que han despertado muchos sentimientos. Viene a ser un complemento que nos ira mostrando no solo la vida de Los Rumanitos sino la infancai de Logan.

Dedico esta historia a mi entrañable amiga Eugenia, se que los adoras y es mi regalo de Navidad y cumpleaños juntos

Marambra

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Capítulo 1

Rompiendo el cascaron

Autora Marambra

• Desgraciado – mascullo Rubén haciendo una mueca de dolor dando un escupitajo de sangre a un lado del patio tronando los  huesos de su  mano sobre otros que sonaron en un crujido horroroso cuando su diestra se calco en un puñete sobre su rival
• AAAAHHHHH – grito su contrincante lanzándose con todo sobre él y se revolcaron en una pelea tupida de puñetazos y patadas sin medir consecuencias, ahí el lio era reventarse hasta decir basta y eso por lo visto no sería de inmediato – QUE TE METES, CABRON HIJO DE PUTA – grito aquel insulto empujando a Rubén contra la pared, haciendo caer trastos en un ruido intempestivo que arranco el llanto asustado de dos niños que miraban la escena con los ojos de cervatillos perdidos
• ME METO CARAJO, PORQUE NO VOY A PERMITIR QUE MALTRATES A TU HIJO, ¡YHANKU ES TU HIJO!

Repitió Rubén logrando meterle un golpe en la boca del estomago que lo dejo sin aire pero que sirvió para liberarse y el rumano cayó como un saco pesado, tirado en medio patio vomitando su alma borracho como estaba… todo un desparpajo; ya iba a pararse para continuar, pero algo los freno en seco a ambos y dejaron sus diferencias, era un llanto pero no uno cualquiera sino el de un bebé que anunciaba que acababa de ser parido sobre la frialdad del suelo, contrastando su agudo tono con los truenos que caían no muy lejos.

Eran las dos de la madrugada y Rubén apuro el paso para meter a la pobre choza a los dos niños que no dejaban de llorar en aquel huequito que encontraron para esconderse del miedo que tenían e Illie sacudió la cabeza como si acomodara sus neuronas frunciendo el ceño, dándose cuenta que la borrachera se le había pasado e igual que Rubén escupió a un lado antes de pararse del todo limpiándose la sangre que manaba de su rostro… el maldito alemán acababa de fracturarle los huesos de la cara, pero ahora eso no importaba, algo le decía que había llegado la hora de saber la verdad, de saber si el crío que acababa de parir  Narda era el suyo o era del desgraciado de Facundo o de otro cualquiera, el nombre  no importaba, sino la sangre que corría las vena del recién nacido…

• Vamos adentro – murmuro Rubén abriendo sus palmas para que el par de niños cojan su mano y le pierdan el miedo que titilaba en sus ojos grandemente abiertos – vamos a ver a su hermanito – musito, impregnando de ternura la voz, ojala el pudiera tener más hijos pensó, pero desechando ese triste lamento rápidamente, tenía que distraer a ambos niños y que mejor manera que despertando su curiosidad por el nuevo miembro de aquel hogar, después de todo  Illien Jacinto acababa de llegar al mundo, el cuarto nieto de su tata querido, Arturo López; pero los niños no querían moverse, estaban demasiado asustados mirando los movimientos de su propio padre, sobre todo Yhanku que acababa de ser la victima de sus excesos – vamos, el bebé nos espera – les dijo con una tensa sonrisa, queriendo con eso que ambos niños se calmen, se daba cuenta que los chicos estaban demasiado asustados – no va a pasar nada chichilos – les dijo con voz suave usando el mismo cariñito que solía soltarles su abuelo y que a su vez el repetía en su propio hijo, sin poder contenerse la caricia que quería darles, los nietos de Arturo solían morderle el corazón – además Clara está adentro y les trajo ¡galletas! – les dijo con emoción forzada, acordándose que al volver del súper mercado se había dejado una caja de galletas que eran de Logan, y con ese anuncio  logro que los chicos lo miren menos desconfiados – y está esperando que vayan… además su mamá también quiere verlos – agrego esperando que los chicos asimilen aquello como positivo y lo logro, ambos salieron de debajo de la mesa y se acercaron a él a paso ligero como corriendo y lo cogieron de las manos apretando fuerte, apurados y empezaron a caminar pero adelantándose a él, como si quisieran que Rubén les cuide las espaldas, y sin dejar de mirar atrás de rato en rato, seguro con el corazón arrebatado de imaginar que su padre se lance de nuevo al ataque – no va a pasar nada ¿sí? Yo estoy aquí – dijo como una promesa y con eso fue basta, después de todo ese hombre acababa de salvarlos de la paliza

Y por primera vez desde que llegaran se percato en el triste escenario que acompaño el nacimiento del pequeño Jacinto… Narda estaba en el suelo tan pálida como una cera, en una charco de sangre con apenas aliento para mirar a su recién nacido, delirando en fiebre; se había resfriado y el resfrío mas el bulto de ropa que cargo a sus espaldas volviendo del río, arrastrando la voluminosa petaca pese a la que aun falta dos meses para dar a luz y arreando a dos niños pequeños de 5 y 7 años que dependían totalmente de ella hizo que se rompa la fuente antes de tiempo y el parto se adelante estando sola con sus dos hijos.

Despreciada por su marido, envuelta en un sinfín de peleas de pareja, pero orgullosa como era procuro hacerse cargo por si sola pero al final al darse cuenta que esto no iba a calmar sino que aumentaba, no supo a quien pedir ayuda ni como ir a la posta más cercana por la lluvia que empezó a caer y se tiro al piso sobre una vieja estera, mas por dolor que por necesidad, algo no andaba bien y no pudo pararse porque las contracciones uterinas iban en aumento partiendo sus caderas en un dolor indescriptible tratando de expulsar al fruto de su vientre, al final traspirando y asustada acudió a la única persona que tenía cerca suyo, su segundo hijo Yhanku que a sus tiernos 7 años, se le estaba acabando la inocencia.

• Yhanku… Yhanku – murmuro en un hilo de voz, tratando de controlar el temblor de su mandíbula inferior producto del dolor y de la fiebre despertando a su hijo de su sueño, era media noche y los dos pequeños dormían juntos en una misma cama
• Mmmm – inicialmente Yhanku se giro y abrió sus ojitos para volver a cerrarlos inocente volviendo a dormir, ajeno al dolor y el apuro de su madre
• Yhanku hijo – volvió a decir Narda, sacudiéndolo con más fuerza, logrando que el niño se despierte del todo y la mire extrañado, con los ojos enrojecidos y dibuje en la boquita un puchero lastimero porque lo despertaban cuando su cansancio era tan grande y no se había hartado de dormir, total, todo el día estuvo correteando entre juegos y mandados de un lado a otro, además  había ayudado a su madre a lavar la ropa, a cuidar a su hermanito, a lavar los platos, a cuidar a las gallinas y un sinfín de tareas que su abuelito le había encargado antes de viajar a Portachuelo – Yhanku por favor – dijo en un hilo de voz con la boca complemente seca
• Mamita – susurro Yhanku de pronto tensándose ante el gemido de su madre, él solía lidiar días si y días no con su mal humor, su poca paciencia, sus enfados según él no justificados, incluso en ocasiones había llegado a tenerle un poco de miedo, pero nunca le había visto llorar ni quejarse, ni cuando se agarraba a trompadas con su padre; por tanto no entendía que le pasaba, su corta edad no le permitía darse cuenta del peligro que su madre corría, pero intuía en su corazón que ahora no era bueno hacer renegar a mamá
• Ve a buscar a tu padre – le dijo haciendo muecas de dolor y respirando entrecortadamente para relajar las contracciones – debe estar en la casa de Lila – murmuro sin darse cuenta de lo que le estaba pidiendo a su hijo, vamos que era un niño de 7 años al que quería mandar al burdel del pueblo, pero Yhanku ajeno a la distancia, al peligro de salir a esa hora, al lugar al que quería enviarlo su madre puso un impedimento que no tenía nada que ver con ninguno de esos obstáculos, sino con el miedo que le tenía a su padre
• Pero maaaa… yo no quiero – dijo frunciendo el ceño, no por enojo sino por miedo – AAAAAHHHHH AUUUU – grito de pronto despertando a Lorenzo, su madre acababa de lastimarlo, pero no porque lo golpeara o pellizcara, sino porque casi le rompe los deditos de la mano al apretarlo en su afán de controlar el dolor del que fue presa, asustando a su otro niño, Lorenzo se paró de golpe y metió los dedos la boca al ver a Yhanku llorar, creyendo que su madre lo había pegado – maaaa auuuu auuuu – jalo su manito frotando sus deditos
• Ve a llamarlo hijo, ve a llamar a tu paaa – pidió nuevamente Narda temblando, y respirando mal, cogiéndose el vientre que cada vez dolía más
• No está mamita, mi papito no está – contesto Lorenzo desviando la mirada de su madre a la cama de sus padres sin entender porque su madre estaba en el suelo en vez de estar en su cama – la cama está vacía – agrego y se bajo rápidamente para ayudarla a levantarse para que se acueste como ella hacía con ellos, pero Narda se encogió de dolor gritando desesperada, asustando a ambos niños
• AYYYY QUE DOOOLOR… ME MUEEERO, ME MUERO – repetía y Yhanku se paro como un rayo, asociando esa palabra con la explicación que le dio su abuelito del porque sus pollitos no habían despertado y de porque los estaba metiendo debajo de la tierra, ese año había entendido el significado de la muerte, como algo de alguien que se iba pero no sabía dónde y que jamás volvía y que además se volvían en algo feo, es que de curioso había desenterrado a los pollitos muertos y descubrió que en su lugar había un montón de huesitos – ve a buscar a doña Jesusa – musito como ultimo recurso

Y Yhanku salió disparado sin calzados ni nada encima que lo proteja, ni él ni ella estaban para detalles o cuidados, él impulsado por el miedo ante esa palabra y ella por el dolor que la aquejaba, así que solo corrió hasta donde su corazón lo empujaba sin mirar nada ni sentir menos, sus pies pisaron de todo desde barro hasta espinas, pero en su apuro y su temor porque algo le pase a su madre supero el natural miedo que le tenía a la oscuridad, quizás porque a lo lejos se vislumbraba la lámpara de gas de Jesusa en el patio y corrió en esa dirección, no sintió ni dolor, ni frio, ni oyó como antes los ruidos peculiares de la noche que solían atemorizarlo sobre todo si estaba solo, solo oía su corazón y la voz de su madre retumbando en su cabeza que hacían difícil llegar a la meta, que tremendamente larga se le hizo la distancia que separaba la parcela de su abuelo con la vecina, pero no se detuvo ni cuando se pego aquel tropezón que lo lanzo de bruces sobre el barro lastimando sus rodillas, aun así se paro sin llorar, es que lo único que quería era que alguien le ayude con su madre y así en medio de todo llego hasta la puerta de la vecina; Jesusa era una mujer viuda con 4 hijos ya mayores, el menor de todos tenía 15 años y estaba en el patio alistando arreos para el siguiente día.

• MI MAMA SE ESTA MURIENDO, MI MAMA SE ESTA MURIENDO  MI MAMA, MI MAMA AAGGGG GGGGAAAA – gritaba sin darse cuenta en qué momento empezó a gritar o si salió así desde su casa y Pascual se apuro a salir a su encuentro, en realidad a abrir el portón, reconociendo la voz del pequeño
• MAMAAAAAA, MAMA ALGO LE PASA A DOÑA NARDITA – chillo el muchacho alertando a su madre que salió en camisón alarmada
• HUA CHICHILO – grito a su modo y abrazo al niño que lloraba, Pascual lo había alzado y el pequeño se colgó a su cuello llorando
• Mi mamita se está muriendo, esta con sangre – y Jesusa se puso en apuro, adivinando lo que podía ser y lo que eso implicaba, todos sabían que estaba embarazada y que el niño nacería a finales de enero y estábamos a finales de noviembre, pero al parecer se adelanto el parto, o quizás era otra cosa pensó con mala sospecha, después de todo no era secreto que ella y el marido se agarraban a golpes
• ¿Y tu pa donde anda?... el rumano – dijo ella empezando a ponerse un impermeable y sacar la ropa mojada del niño y ponerle una polera de Pascual
• No sé, se fue a la cantina y no ha vuelto desde que peleara con mi mamá – dijo Yhanku agachando la cabeza – yo tengo la culpa, yo hice renegar a mi papá – empezó a sollozar, recordando lo que paso después de venir del río… el rumano le había pedido que lustre sus botas pero él se olvido de aquello por jugar con Lorenzo y empezó a reñirle y decirle cosas feas que Narda oyó y empezó la pelea, al final Illien padre opto por salir de casa tirando el portón, dejando a Narda encendida del enojo con dos niños que lloraban del susto vivido
• Cuando no ese jumechi de mierda, seguro esta puteando en la casa de Lila – dijo Pascual enfadado y Yhanku frunció el ceño, su  mama le dijo que vaya ahí
•  Mi mamá dijo que vaya ahí a buscar a papá, ¡tengo que ir! – y se apuro a que lo soltaran – mi mamá está con sangre – se puso de nuevo a llorar
• Shu shuu calma chichilo, calma ¿sí? – dijo Jesusa – tu y yo iremos a ver a mamá y tu Pascual – dijo mirando a su hijo –  ve a la casa de don Rubén y dile que la Narda está enferma y que no hay nadie en casa – le ordeno, es que así como se sabía que Narda y su marido se trompeaban, también sabían que Rubén era su ex y aún cuando su actual esposa y Narda no se llevaban bien, ninguno dejo de auxiliarla a ella o a los niños y peor a Don Arturo

Y fue decir eso para Pascual salga disparado en caballo hasta la hacienda de Rubén y apenas se puso en el portón empezó a tocar la campana de emergencias, cada casa tenía una y solo se tocaba cuando algo grave había pasado, un accidente por ejemplo, y Rubén y Clara salieron alarmados poniéndose ya no mas las botas, seguro algo paso con la tormenta

• ÑA CLARITA…. ÑA CLARITA LA NARDA SE MUERE – grito a todo pulmón – ESTA DE PAAARTO – grito tan fuerte que Clara lo oyó desde su ventana mientras su marido bajabas las escaleras y se apuro a vestirse y despertar a doña Rosa, la abuela de Adelita que era matrona y que menos mal se quedo en la hacienda a causa de la lluvia
• ¿QUE SUCEDE? – contesto Rubén, un Rubén joven de unos 33 años, poniéndose rápidamente un impermeable, algo realmente malo tuvo que pasar para que a semejante hora y con ese temporal acuda aquel muchacho desde tan lejos – ¿QUE PASO? PASCUAL – volvió a gritar caminando a su encuentro
• Ña Nardita está muy mal, Yhanku vino a buscar ayuda, dice que se está desangrando – le aviso limpiándose la cara de la lluvia que caía
• ¿Y el rumano? – pregunto por el marido de su ex, casi sin querer oír la respuesta, algo le decía que era mejor no saber, desde que Narda se embarazara del tercer bebé, las cosas entre los dos iban cada día más a la deriva
• Esta chupando en la cantina – respondió enojado, Pascual al ser vecino veía más de cerca lo que pasaba en casa de Arturo cuando el abuelo no estaba – y don Arturito no está, no ha llegado de Portachuelo todavía – agrego adelantándose a que le pregunte por el abuelo de los niños
• ¡AY Señor!, ¡Señor! – respondió Rubén mirando el cielo, como diciendo ¿Dios porque  haces esto? – bueno, ve a dejar el caballo ahí atrás donde dejo los míos y te apuras en venir iremos en la camioneta

Le ordeno dejando que avance el poco trecho que faltaba mientras él iba a poner sobre aviso a Clara para que lo acompañara, quizás había que llevar a Narda al hospital del pueblo y alguien tenía que ver a los niños y solo no podría y se dio la vuelta a buscar lo que necesitaba, un par grande de linternas y dos lámparas de gas, pensando que por ahí y no había tiempo de llegar al hospital o de que tenga alguien que quedarse con los niños, adivinando que estaban a oscuras, conociendo al rumano seguro le importo un carajo lo de la instalación de la luz, y el no podía meterse mientras el rumano lo siga viendo como a su peor enemigo, un mal entendido que arrastraban desde mucho antes del nacimiento de Yhanku, en realidad ese era el kit de la cuestión, Illien Tominovich padre no creía que su primogénito fuera suyo sino del “maldito alemán! como solía llamarlo despectivamente.

• Ya estamos listas – declaro Clara tras suyo dándole un tremendo susto a su marido – tengo todo aquí – dijo mostrándole un maletín con todo el instrumental esterilizado, aquella mañana habían ido al hospital del pueblo para recoger equipos estériles con doña Rosa, la matrona, a quien Clara ocasionalmente ayudaba en partos domiciliarios, un trabajo que hacían en conjunto con la posta del pueblo en medio de una campaña que denominaron parto humanitario, pero además llevaba la ropita que con tanta ilusión comprara para el bebé y que Narda había rechazado, pero igual lo llevaría, era su derecho, total la estaban haciendo despertar a semejante hora – ya llame a mi médico por si acaso – añadió, eso era rutina, llamaban al hospital para que tengan sea la sala de parto lista o el quirófano
• Vamos entonces – respondió Rubén con el rostro tenso, ya no vivía con Narda, el amor que un día le tuvo se desvaneció en el tiempo y enterró las heridas, pero no podía cortar el hilo con ella, y aun cuando cada cual hizo su vida y tenias sus propios hijos, increíblemente los hijos de Narda lo conmovían, quizás era su ilusión de tener más hijos, el quería una casa llena de niños jugando en el patio, risas y gritos infantiles pero solo tenía a su pequeño Logan de 12 años pronto a cumplir los 13

Y emprendieron carrera saltando baches para llegar pronto, menos mal los caminos de arena hacían fácil transitar con la lluvia y no derrapar llegando relativamente en un tiempo record, pero no llegaron al auxilio, por lo menos no Rubén, sino a la pelea… el rumano estaba pegando a Yhanku, algo que hizo que a Rubén le hierva el coraje y no dudo en cogerlo del cuello y estamparlo en la pared…

Illien había llegado a la casa dando tumbos, ebrio como estaba 10 minutos antes que ellos y se encontró con Narda en el suelo gritando de dolor y a doña Jesusa en su casa lo que lo sorprendió y enojo al mismo tiempo, porque si algo había que le molestaba a ese hombre eran las apariencias, no quería que nadie se meta con lo que él consideraba sus asuntos, así que de boca para afuera fingía que él y su mujer llevaban una buena relación, cosa que estaba lejos de ser verdad; todo el mundo sabía que el tipo iba de cama en cama en la casa de Lila y no se molestaba en disimular aquello sobre todo cuando Arturo estaba en Warnes, era como si le restregara a la cara que no tenia moral para reclamarle nada, y todo eso no era más que el fruto de la siembra de Narda.

Despechada por el rechazo de Rubén, Narda había hecho todo por separarse de su marido, más cuando se entero que estaba embarazada de Yhanku usando aquel pretexto como arma, segura de que Illien padre la dejaría apenas se entere porque estaba convencida de que su marido estaría picado por la duda, pero se llevó tremenda sorpresa cuando el rumano no quiso firmar ningún papel, esa había sido su venganza…

• Si piensas por un segundo que voy a darte el divorcio para que corras a los brazos del maldito alemán estas muy equivocada – le había dicho con una calma que no sentía – no voy a dejarte pero tampoco estarás conmigo pero eso si, ese bastardo no es mío – anuncio yéndose nada menos que a la casa de Lila

Pero Narda lejos de amilanarse, se armo de tremendo valor y fue cuando le puso la vuelta a vista y paciencia de todos y cuando Illien le reclamo ella le dejo en claro que había sido él quien grito que no estaría con ella, así que no había compromiso de parte de los dos, algo así como “me haces la vida un infierno y yo le pongo más leña al fuego”, finalmente ambos decidieron darse una oportunidad  y en el ínterin nació Lorenzo, quien fue el depositario de todo el amor que Illien padre era capaz de dar y que por la estupidez de su madre se le fue negado a Yhanku y pronto a Jacinto.