Solitarios. Cap. Único: La iniciación; Autora Marambra

Solitarios

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 13 de Abril del 2017.

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La iniciación

Capitulo único 

Autora: Marambra

El enorme reloj de pared de la estación de trenes de Bruxeles Midi, la estación de trenes más grande de Bruselas marcaba exactamente las 5 de la tarde, vaya cálculo preciso, se dijo a sí mismo muy contento de su brillante travesía, estaba justo a tiempo para coger holgadamente la línea de metro ligero de la estación de Gare du Midi, a pocos metros de donde estaba ahora con una pesada mochila en el hombro rumbo a La Bolsa de Bruselas en el centro de la ciudad, que le quedaba a escasos pasos de la escuela: su destino final, con un amplio margen de 5 minutos antes de que toque la campana que anunciaba el final de la jornada escolar y poder esperar a Pierre en la cafetería de la esquina, sacar una copia a la tarea del día en la librería más cercana para no perjudicarse en su avance de materias y llegar a casa como si nada hubiera pasado, tomar un relajante baño, un buen tazón de chocolate helado antes de la cena y…. finalmente a la hora de dormir cobrar la apuesta… ¡oh! ya estaba saboreando ese momento con una sonrisa perezosa en la boca que hizo que dibuje una mueca coqueta mostrando su perfecta dentadura a todos los transeúntes que como él llegaban a su destino.

¡AH! que sublime sería verle la cara a su hermano menor Daniel  en el justo momento en que tenga que vomitar los 20 euros que estaban en juego y que él se los ganó limpiamente, pensó apretando el billete de tren que constataba su aventura; pero aquel sublime momento comparado únicamente con el reciente descubierto placer de jugar con su pene y llegar a un orgasmo debajo de sus sábanas mirando una sucia revista con chicas sin sostén, de pronto se convirtió en una pesadilla cuando sintió sobre su hombro la enorme mano de su padre atajando su avance a la puerta del tranvía.

Norman se quedó más blanco que un papel, parecía que le hubiesen maquillado estilo Wednesday Addams, la hija ojerosa de Morticia y no era para menos, con todos los cálculos estilo Einstein que hizo, era casi imposible que alguien descubra lo que había hecho, sin embargo allá estaba su padre parado atajando su huida con solo un simple movimiento, y ni siquiera eso, sino poner su palma sobre su hombro, ¿pero cómo diablos pudo ser posible?, hasta que echo un ojo sobre el judas, la cara de su hermano lo decía todo...

• Lo siento – fue lo único que se oyó murmurar a Daniel como un eco lejano en sus oídos en medio de tan sepulcral silencio y aplastante quietud, sensaciones que de pronto habían invadido a Norman; lo que hace el estrés obviamente, porque ni la estación estaba vacía y peor silenciosa, definitivamente era el shock
• ¿Lo sientes? – musito enojado de pronto Norman, murmurando entre los dientes fulminando con la mirada al pobre de Daniel que para ese momento ya estaba con los ojos rojos y todo compungido por lo que había pasado y desesperado de poder tener un momento a solas con su hermano y explicarle que aquello no era su culpa – traidor – se oyó entre los dientes pero antes de que pueda decir algo más, de su boca se le escapó un grito que hubiera jurado llamó la atención incluso de las palomas que habitaban en el techo del metro – AUUU – chillo, horrorizado de chocar su mirada con un millón curiosos ojos que se clavaron en su cara sabiendo exactamente lo que había pasado, su padre acababa de darle un señor jalón de orejas, Pablo definitivamente estaba para pocas pulgas
• Sube – fue lo único que le dijo papá apenas lograron salir de la estación de Midi camino a la movilidad, abriéndole la puerta de los asientos traseros
• Papá yo – intento explicar algo, estudiar sus posibilidades, quizás saber cuál iba a ser su castigo… cosa tonta en realidad porque aquello era una crónica de muerte anunciada con luces de neón, su padre iba a darle una paliza, ¿qué más iba a ser?
• NO quiero oír ni una sola palabra Norman – dijo alzando su palma en señal de stop – ni de ti – lo apunto enojado – y tampoco de ti – agregó fulminando con los ojos a Daniel

Y a ambos muchachos no les quedó más opción que sentarse en silencio y perderse en sus lúgubres pensamientos, que contrastaban con aquel precioso día primaveral que parecía florecer en las plazas y jardines de la ciudad, en circunstancias normales aquel pequeño viaje hubiese sido motivo de alegría y de compartir tiempo de calidad como familia, ya que Pablo solía aprovechar esos pequeños ratos lejos de la casa o la escuela en un escenario totalmente distinto al hogar o el cole para hablar de las cosas que realmente importaban en la vida.

Pero aunque esta era una gran oportunidad para ahondar en lo que Pablo ya sabía, prefirió no decir nada considerando que no había excusa alguna para justificar las acciones de Norman… excepto la edad, Norman acababa de cumplir 15 años una semana atrás justamente, y desde que cambiara de dígito no hacía otra cosa que proclamar su independencia, tanto así que presionó de tal manera a su padre y su madre para sacar de su habitación a Daniel, es que a esta edad, ni Pablo ni su esposa podían negar que la diferencia de edad contaba hasta con las migas, y era ese milagro de la naturaleza que hacía patente todos los detalles que separaban a un niño de 12 años de un jovencito de 15, cobrando importancia de pronto la necesidad de tener su propio espacio vital, pero así como él había cedido ante demandas justas, no podía pasar por alto una falta como esta, sobre todo porque estaba en juego no solo su rendimiento escolar, sino el ejemplo que su hermano menor podía tomar de esto, así que duela a quien le duela, Pablo tenía que dejar un precedente en ambos.

• Suban inmediatamente a mi alcoba

Indico y ambos muchachos subieron entre tropezones y miradas asustadas al dormitorio de sus padres, cosa que puso a Norman con los nervios de punta, algo en su corazón le decía que ahora sí llegó la hora y no se equivocó, Pablo ingreso a la misma portando en la mano un viejo y horrible cinturón, papá iba a darles a ambos una tunda con aquello por primera vez en sus cortas vidas, sobre todo con un récord para el pobre Daniel que apenas tenía doce años; imagen que claro hizo que no pueda contener un sonoro sollozo haciendo que Norman se gire para mirarlo sintiendo en su pecho una punzada de remordimiento, por su culpa su hermanito estaba metido en un gran lío.

• Daniel ven acá – lo llamó Pablo, iba a ir primero con él por ser el menor y porque tenía en mente hacerle sentir culpable a Norman y Daniel no pudo con sus ojos, ahora si lloraba abiertamente de miedo
• Nooo paaaapiii – rogó bajito escondiéndose detrás de Norman
• He dicho que vengas aquí – dijo Pablo sin necesidad de gritar, tenía que conseguir que sus dos hijos obedezcan pese al temor, pero si gritaba ambos, sobre todo Daniel podría entrar en estado de pánico y no era lo que quería
• No papiiiito por favooor – volvió a rogar
• No Daniel, sabes que lo que hiciste estuvo muy mal – agregó y atrapó al niño por el brazo y lo llevó hasta la cama, donde se sentó con las piernas abiertas colocando a su hijo entre ellas para acorralarlo, a medida que iba bajándole el pantalón, tenía que apurarse en esto porque podría jurar que podía oír el desbocado corazón de su hijo galopar, golpeando su pecho
• Por favor papiiito, por favooor – volvió a suplicar cuando su padre lo puso sobre sus rodillas bajándole de un solo tirón el gracioso calzoncillo estampado de Bob esponja, lo que hizo que a Norman lo invada una vena valiente y confiese su pecado
• ¡ESPERA PAPÁ!, espera por favor – digo animándose a atajar la mano de su padre antes de que coja el cinturón – el no tiene la culpa – digo con los ojos cargados de lágrimas – fui yo quien se faltó al colegio para irme a Amsterdam a ver la feria de Comics – confeso y Pablo se dio de golpes en la cabeza, Norman le había rogado que lo lleve a la misma feria cuando hubo una convención de artistas gráficos en Bruselas, pero su trabajo, su cansancio y su flojera además, hicieron que cancele la cita a última hora frustrando al muchacho, quien amenazó con irse solo apenas haya otro evento similar, amenaza que Pablo no tomó en cuenta, imaginando qué para cuando eso suceda ya no le gusten los comics, pero se olvidó que recién empezaba a gustaba aquello, así que no era raro imaginar que Norman quiera ir sin él, pero no tan lejos, vamos hombre que se había ido a Holanda – mi hermano no tiene la culpa de nada – lloro compungido – él solo…
• El solo mintió por ti en el colegio – dijo y Norman se puso blanco como un papel – ¿sabes la tremenda sorpresa y disgusto que viví al llegar al colegio buscándote para pedirte que a la salida del cole te vayas con tu hermano a casa de tus abuelos para acompañar a la yaya, porque tu madre tenía que ir al hospital con tu abuelo y enterarme que tu hermano había pedido permiso para ti a nombre nuestro? – y en eso se resumía el misterio de cómo su padre se enteró de sus andadas
• Lo siiiiento papá yo no pensé que algo maaalo iba a pasaaar – agregó ahora sí llorando por juzgar a Daniel y encima llamarlo traidor – pero por favooor, no pegues a Daniel, no lo castigues – dijo limpiándose los mocos con el dorso de su ropa escolar, podía aparentar ser grande, pero en el fondo era todavía un niño
• No jovencito, ÉL HA MENTIDO – sentenció subiendo la camisa de Daniel sobre su espalda para tener mejor vista de la pista de aterrizaje
• PERO A MENTIDO POR MIIII – quería a toda costa evitar aquello
• Exactamente Norman, POR TI – gritó enfadado papá por lo que tenía que hacer obligado
• PERO ENTONCES PORQUE QUIERES PEGAAARLE PAPAAA – lo cuestiono totalmente enojado
• Porque Daniel tienen que entender que una Mentira es una Mentira, y que las mentiras se castigan – y con eso empezó a castigar al pobre de su hermano – plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – y una lluvia de nalgadas cayó sobre su piel ardiendo todo
• Buaaaaa auuuu AUU AYYY PAAAPI, PAAAPI dueele  – lloró Daniel su alma, apretando la pierna de su padre a dúo con su hermano –  POR FAVOOOR PAPIIITO, POR FAVOOOR PAPIIITO NO LO VUELVO A AYYYY AUUU A HACER
• SI mi hijo NO LO VUELVES A HACER – aseguro Pablo muy serio, alzando el temido cinturón ante la vista de Norman, estampando 3 chirlos duros que dejaron su huella en un fondo rojo ya trabajado – zaas zas ZAAS
• BUAAAAAAAA AGGGG AGGGG – derramó su corazón con sus lágrimas y pellizco a su padre sin poder evitarlo en un intento sobrehumano de no meter su  manito atrás, consciente de que había hecho mal al mentir en el colegio – peeerrrdooon papiiito, perdooon nunca más – juro abrazando a su padre apenas lo puso en pie pese a que acababa de castigarlo
• Tiempo en la esquina Daniel, ya sabes sin meter la mano – dijo seriamente con el corazón apretado, porque aun cuando quería solo consolarlo no podía, tenía que atender otro asunto importante, su primogénito: Norman – Pantalones fuera hijo, creo que puedes hacerlo solo verdad?, después de todo ya sabes coger un tren internacional – dijo y a Norman aun cuando el miedo le comía la panza, tuvo que desvestirse por sí solo, sintiendo un horrible rubor en el rostro, consciente de su cuerpo, de su desnudez ante su padre y hermano – inclínate sobre la cama, aquí

Le indico Pablo pensando en terminar de una vez, colocando una pila de almohadas en el borde para que apoye el bajo vientre y eleve la grupa, mientras Norman a paso de tortuga terminó de quitarse la ropa pensando que esta era una prueba de fuego, algo así como un rito de iniciación de cara a futuro con el resto de sus castigos, ya no sería papá quien lo desvista como lo hizo con Daniel y hasta hace poco con él, sino que ahora se esperaba afronte como todo un hombrecito la consecuencia de sus actos, pero ¡diablos! qué difícil era esto y sin querer por primera vez en su vida le puso especial atención a la sensación que experimentó su piel al deslizar sus vaqueros por sus caderas, pero lo peor fue quitarse la ropa interior, un extraño calor iba y venía a su cara quemando incluso sus orejas, no quiso elevar la vista y mirar a papá por nada del mundo en cuanto sus blancos calzoncillos se unieron al pantalón a nivel de sus tobillos, antes moría de vergüenza pero se sintió peor cuando una traicionera e involuntaria erección se hizo presente, y se apuro a tumbarse sobre las almohadas tratando de esconderse, si su padre se dio cuenta de ello no comento nada, porque aquello no era otra cosa que una reacción visceral previa al dolor, y cuando por fin estuvo inclinado, Pablo empezó...

• Esto va a doler hijo – anuncio – pero espero que aprendas que si toca ir al cole, es ir al cole no a otra parte – aconsejo doblando ya el cinturón en la mano – pero sobre todo, para que no enseñes cosas malas a tu hermano menor, porque él, Norman te tiene de ejemplo y aun te ve como si fueras su héroe – y esas palabras desarmaron completamente a Norman que se puso a llorar sentidamente incluso antes de que el cinturón lo llegue a tocar
• Lo siento mucho papá – agrego
• Yo igual hijo, yo igual – y empezó – ZAAAZ – ese fue el peor de todos y podría jurarlo sobre una biblia ardiendo, el resto simplemente quemó como una mala cosa que no quisiera volver repetir en su vida, pero algo le decía que esto solo era el inicio de una nueva era – zzas zass ZAS ZAS zasss ….
• Buaaaaa YAAA PAPAA, lo siiiento, lo SIEEENTO AUUUU AUUUU…

Demás está decir que tras aquello, Pablo abrazo a sus hijos y los consoló como nunca, reflexionando con ellos sobre lo que estuvo mal, oyendo como siempre un sinfín de promesas de portarse bien… algo que solía ocurrir por tiempo limitado, después de todos, sus hijos, no eran extraterrestres, eran niños de carne y hueso como otro cualquiera que apenas borraban la huella de un viejo azote se tramitan otro ya no más, para no perder la costumbre.

Daniel 

Norman