Tonino
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 1 de Junio del 2017
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Capítulo 21
Entre la espada y la pared
Autora: Marambra
Mi hijo había
huido de mí, me quede en shock sin saber que hacer sintiéndome un idiota, yo
que tantas veces investigué huidas o afronte casos similares de padres que no podían
explicar cómo sus hijos se marcharon, de pronto me vi en los zapatos ajenos
viviendo la pesadilla de tantos otros, entendiendo recién que nada se puede
hacer, que te toman tan de sorpresa que no sabes en qué momento se te esfumo de
las manos el control, así estuve yo sumiéndome en el desespero de No saber ni
por dónde empezar a buscar, literalmente a Tonino se lo trago la tierra, tuve
que llamar a mi hermana y a mis hijos y contarles los sucedido con la esperanza
de que tal vez regrese sea a la casa o al hospital, pero pasaron las horas y no
había rastro de él, al final tuve que dar parte a la estación policial, y
estuve una semana… una semana entera buscando incluso en los hospitales,
pegando afiches en las estaciones de metro, de bus… incluso en los aeropuertos,
juro que ya no sabía donde más buscar, el desespero me estaba consumiendo,
hasta que finalmente una patrulla que no pertenecía a mi distrito aparco en mi
puerta resolviendo el misterio, pero juro que las luces que brillaban no eran
para darme buenas noticias... ¿a quién iba a engañar?, ¿cuántas veces en mi
años de servicio tuve que apersonarme a las casas de familiares para decirles
que sus hijos o sus esposos o esposas o sus padres fueron hallados muertos?, de
no haber estado mi hermana me hubiera derrumbado ese momento
- ¡Oh Dios!, son ellos – murmure agobiado, pensando en que estaba a punto de experimentar el más grande dolor que un padre puede sufrir… la notificación de que tu hijo ha sido hallado sin vida en algún lugar, y considerando como yo había encontrado a Tonino la primera vez que lo vi, no sé porque se me vino a la cabeza la misma imagen, de mi hijo tirado en un basurero pero muerto, lleno de hematomas, de heridas e incluso baleado o apuñalado – Tonino seguro esta muerto – susurre y mi hermana me abrazo con fuerza conteniendo el miedo que sentía al verme derrumbarme, mis hijos que también vieron las luces bajaron en tropel, pero al verme llorar se frenaron de decir algo y quedaron parados al pie de la escalera hasta que el timbre sonó tres veces, y entendí que no podía ocultarme ni negar lo sucedido así que decidí abrir
- ¿Señor Ian Küffer? – pregunto aquel hombre a quien no reconocí y era dable, eraun miembro de la policía eso si lo sabía porque bajo del carro policía, pero no trabajaba en mi unidad
- Si soy yo – respondí con el corazón en la boca que me latía a mil por hora, estaba a punto de sufrir un colapso, juro que me parecía que su voz sonaba de lejos y distorsionada y que se tardaba a propósito
- Es en relación a su hijo Antonio Küffer – me dijo y sentí las venas de mi sien saltar alborotadas y un horrible mareo, pero trate de mantenerme de pie, no podía mostrarme débil delante de mi familia, se suponía que yo era el pilar principal, ¿pero a quien mentía?, mis rodillas me estaban temblando como gelatinas, pues esa semana Moritz había confirmado mi peor pesadilla, que habían sido atacados por tres hombres adultos, no eran niños, sino adultos y que uno nombro a Tonino y le cubrió la boca y que a él a Moritz le propinaron una golpiza para que Tonino vea, no llego a oír que era lo que querían esos tipos, pero sí que la próxima vez él de los huesos rotos seria el propio Tonino, o sea que habían golpeado al pequeño para intimidar a mi hijo, con eso estaba yo que me rompía la cabeza pensando donde podría estar o lo que le pudo pasar
- Por favor, ¿se sabe algo de él? – pregunte titubeante
- Queremos que nos acompañe a la estación – me dijo y sentí un golpe en mi nuca y pensé me voy a morir sin ver el cadáver de mi hijo – encontramos a un niño con las características del suyo – y mi corazón no se paraba todavía, era como si caprichoso quisiera que yo oiga todo antes de estirar la pata – robando en una casa de las afueras – y no me intereso el nombre del barrio, de la zona ni nada mas, mi hijo estaba ¡vivo!, lo que no entendía era porque no me llamaron, porque me mandaban a un oficial o lo que es peor, porque no me lo trajeron a casa directamente, ¿qué me estaban ocultando? – y queremos que venga a constatar si es él o no – concluyo
- Pero ¿por qué? – pregunte desconfiado – si yo les he proporcionado fotos recientes, o es que mi hijo está muerto y no se animan a decirme eso – le conteste con el pánico filtrándose en mi voz y mis actos
- No señor, lo que pasa es que el chico se niega venir con usted, dice que no lo conoce y que ese no es su nombre, sin embargo todo indica que se trata de Antonio Küffer, su hijo… a no ser que el muchacho tenga un gemelo que nadie conozca – agrego y eso me alarmo y si era el hermano desaparecido de Antonio?, ese niño del que nadie sabía a ciencia cierta que paso con él
Pero
no había tiempo para especulaciones, yo no respondí a aquello y apenas concluyo
el discurso, yo salí con él en la misma patrulla camino a la estación policial,
no estaba en mi distrito pero eso no significaba que no conociera a las
personas que trabajan ahí, muchos de ellos trabajaron conmigo en mi unidad; así
que los salude lo mas brevemente posible y me dirigí a donde me indicaron y ahí
estaba él… Tonino, con una actitud más hosca que cualquier cosa, sinceramente
creí que encontraría a mi hijo lloroso o con miedo, lastimado como la primera
vez, pero no, él estaba enojado, rabioso en realidad y me miro con mala gana,
estaba vestido tal cual había ido al hospital excepto por los calzados, estaban
sin zapatos y los calcetines rotos.
- Hola Ian – me saludo el comandante, un compañero de trabajo desde que empezamos en la unidad policial
- Hola Ralf – conteste con evidente alivio en la voz pero sin ese ánimo de socializar queriendo ir directo al grano, menos mal así fue
- ¿Este muchachito es tu hijo? – me pregunto con una sonrisa en los labios apenas disimulada, el lío de mi pequeño era de orden público lo mismo que su desaparición misteriosa, así que no necesitaba contestar aquello, pero debía hacerlo por puro formulismo
- Si, es mi hijo menor Antonio Küffer – conteste pudiendo por fin tocar a mi hijo, y lo primero que hice fue poner mi mano sobre su hombro de forma posesiva
- Bueno pues, que quede constancia de que acabas de reconocer como hijo tuyo a este jovencito – lo señalo y lo fotografiaron – pero antes de que firmes tengo la obligación moral de informarte que el joven a quien reconoces como hijo y nombras como Antonio Küffer – dijo leyendo el expediente que tenía en las manos – fue pillado infraganti robando en la casa de un residente alemán, medico jubilado que se llama Klaus Berman y que por la popularidad que tu hijo a captado, decidió no presentar cargos, alegando que la necesidad de alimentarse lo llevo a cometer ese delito – dijo y yo quería morirme de vergüenza pero no porque robara en sí, que hasta yo tenía el mismo pensamiento, sino porque Tonino no mostro ningún signo de arrepentimiento, y encima porque lo que robo eran relojes, aros, joyas cuando en la mesa había comida y dinero y claro cruce la mirada con mi colega pensando en lo mismo… Tonino había vuelto a las andadas, lo que quedaba era averiguar si lo hizo por propia voluntad o fue obligado – como sabes, independientemente de los deseos del afectado, debo abrir un expediente, pero dadas las circunstancias lo voy a dejar como un mal entendido, después de todo el señor Berman recupero todo el botín intacto, así que Antonio podrá volver contigo, apenas tu y el firmen este documentos, en el cual tu lo reconoces como hijo y él te reconoce como padre
Y
así lo hicimos, pero antes de irme a casa con mi hermana y mis otros dos hijos
que vinieron con ella a recogerme, hable un momento a solas con mi colega sobre
lo sucedido y ambos teníamos la misma impresión y que había que estar atentos y
vigilar a Tonino más de cerca que tal vez podamos atrapar a esa red mediante su
persona, con eso en mente, volvimos a casa apenas Laura llego a la estación;
como era de suponer, la presencia de mis hijos y el maternal sentimiento de
Laura que apenas vio a Tonino lo lleno de besos, abrazos y mimos, hizo que
prácticamente yo no pueda cruzar palabra alguna con él al respecto, pero no me
quitaba la idea de la cabeza, iba a hablar con él en cuanto lleguemos a nuestro
hogar apenas se dé la oportunidad, no necesite pedirle a Tonino que suba a
bañarse que ya corrió escaleras arriba con dirección a su alcoba cuando estacionamos
la movilidad, eso me alivio y dio tiempo a poner a mi hermana en constancia de
lo que había sucedido….
- Ve a llamar a tu hermano para cenar – le dije a Oliver después de un tiempo prudente, cosa que hizo de inmediato, volviendo con Tonino al que se lo veía menos tenso, parecía que el agua caliente y la ropa limpia quitaron capas de enojo de encima y confiaba que un buen plato de comida le quite el mal humor restante e ilumine su cerebro para mantener una charla seria
La
cena transcurrió más o menos normal, Tonino se limito al mínimo de participar
en hablar y todos preferimos evitar hacer preguntas directas relacionadas o no
con su aventura, lo que permitió si bien no disfrutar como se espera de la
cena, terminarla sin mayor contratiempo, después de eso deje que los tres
muchachos hagan lo que quieran, era viernes y al día siguiente no había cole,
pero yo tenía que llamar al Sr. Müller para informarle que Tonino estaba en
casa, y me entretuve con su conversación al intercambiar impresiones además de
informarme de algunas cosas que parecían sospechosas y que él prefirió no nombrar
a la policía sin antes mencionármelo.
Hasta
eso, se hizo las 9 de la noche y considere oportuno enviar a Tonino a la cama,
total seguro estaba cansado y yo quería conversar con él.
- Tonino – lo llame acercándome a la puerta de la sala, irrumpiendo en el juego que mis hijos disfrutaba – Tonino te estoy hablando – repetí porque él solo se quedo mirándome un momento, y era claro que no quería hablar conmigo, pero fue Oliver quien lo insto a contestar
- Anda Tonino, te está hablando el papá
- ¿Si papá? – primero… ese papá me dolió el corazón, el siempre me llamaba papi y segundo se notaba que le costó llamarme de esa manera, pero no se lo tome en cuenta, tenia cosas más importantes que tratar
- Sube a tu alcoba, es hora de dormir – indique y su cara se descompuso
- Pero paaa – abogo Oliver – estamos jugaaando – se quejo tratando de convencerme
- Si papi, es temprano – agrego Anja queriendo sumarse al apoyo
- Lo sé, pero Tonino lleva días durmiendo en la calle y querrá acostarse en su cama, además yo necesito conversar con él un momento – agregue y la sala se quedo en silencio – vamos Tonino es hora – le dije y me di la vuelta para ir a tomar agua, pero mi hijo no se movió, así que decidí llevármelo de aquel lugar – Antonio creo haberte dado una orden – agregue – que esperas, ¡muévete!
Y
no me retire esta vez, espere a que se levante del sofá… no estaba enojado sino
intrigado, necesitaba saber que había hecho en esa semana, donde estuvo, con
quienes y la única persona que podía contestar todo aquello era Tonino, así que
tarde o temprano me haría con las respuestas y él lo sabía así que decidió
obedecer y ambos nos dirigimos a su alcoba, él por delante y yo tras suyo sin
hablar, pero lo podía observar, estaba nervioso, irritado…
- Sabes que no necesitas hacer lo que hiciste ¿verdad? – murmure mientras sacaba un pijama limpio y abrigado para que duerma mientras él se desvestía ayudándolo con la casaca, no iba a dejar que se vista solo, no iba a negarme el placer de hacer aquello, ayudarlo como tantas veces haciéndome sentir útil y a él niño
- Hacer qué – pregunto sin mirarme, me estaba rehuyendo la mirada como lo venía haciendo desde que lo saque de la comisaría, signo inequívoco de que estaba avergonzado
- Alzar cosas ajenas sin permiso de la gente – respondí evitando usar la palabra “robar” para que Tonino no se sienta tan mal o juzgado, pero diga como lo diga no se podía dorar la píldora y tanto él como yo lo sabíamos
- Lo hice porque tenía necesidad de hacerlo – me respondió cruzándose de brazos, él quería acostarse ya pero no por cansancio sino para huir de mi y de mi criterio, pero yo no lo deje, lo obligue a permanecer sentado a mi lado mientras le ponía un par de medias abrigadas, sus pies estaban demasiado fríos
- Mírame Tonino – le ordene cogiéndole el mentón – no mientas – le advertí seriamente – sabes bien que no tenias necesidad de aquello
- Tú que sabes vejete tonto – murmuro entre dientes muy bajito pero no tanto como para no escucharlo
- Pues este vejete tonto nació de noche pero no anoche precisamente Tonino y mientras tu estas de ida yo he vuelto mil veces – le conteste dejando patente que no estaba sordo y que había oído perfectamente el mini insulto, y como era de esperar él paso de la palidez normal de su rostro a la rubicundez encendida como si tuviera fiebre – además tu y yo sabemos que tenías dinero en el bolsillo – agregue sacando el sobre manila del bolsillo trasero de mi pantalón, un sobre que me habían entregado en la comisaria como “pertenencias del acusado” – un monto que yo no recuerdo haber puesto en tus manos – dije a propósito, sacando un billete de 50 euros nuevito de paquete poniéndolo a la altura de sus ojos como exigiendo una explicación y Tonino se avergonzó peor quiso desviar los ojos pero yo lo tenia del mentón y como no pudo girar la cabeza bajo la mirada – así que no me mientas guapete – le advertí de nuevo
- NO MIEEENTO – grito sulfúrico, estaba al borde de todo, tenso por muchas cosas imagino, incluido el que le iba a decir yo
- ¿Entonces porque no simplemente usaste este dinero para tomar un taxi y regresar a casa?, cosa que podías hacer incluso sin dinero – agregue para que sepa que no iba a convencerme con artimañas, muchas veces lo había hecho él o sus hermanos, quedarse sin dinero y volver a casa e un taxi para que yo pagara el monto, además que siempre había dinero en un jarrón para esa eventualidad – o si tenias hambre porque no compraste comida con esto – volví a batir el billete en el aire – o llamaste por teléfono sino a mí a tu tía Laura, a tus hermano o finalmente a Hanna, sabes que ella te podía ayudar – agregue porque Tonino se sabía de memoria el numero de la visitadora social, después de todo tras la adopción ella había sido un pilar fundamental para devolverle a Antonio la paz mental, y se convirtió a la larga en su amiga y solía llamarla los fines de semana para conversar con aquella dama
- PORQUE NO ME DIO LA GANA OKEY – chillo todo sulfúrico quitando su rostro de mis manos y arrebatándome el billete de los dedos – NO TE METAS EN MIS ASUNTOS MALDITO POLI DE MIERDA – y fue suficiente, yo no iba a tolerar aquello, le iba a dar una paliza por irrespetuoso y no es que haya tenido intención de aquello, total estuvo toda una semana lejos de mí corriendo peligros, pero por los informes policiales sabía que no tenia lesiones de ninguna naturaleza, apenas lo atraparon y considerando mi denuncia de desaparecido habían tenido la precaución de hacerle un reconocimiento forense descartando incluso una agresión sexual, así que yo sabía que estaba bien… por lo menos físicamente, ya emocionalmente el tiempo me lo diría
- ME METO CARAJO – grite atrapando su cintura al vuelo, que él apenas se dio cuenta de lo que acababa de decir quiso huir de nuevo – ME METO PORQUE ERES MI HIJO, PEQUEÑO MALCRIADO – agregue forzándolo a tumbarse sobre mi regazo y bajándole el pijama hasta las rodillas, teniendo a vista su pequeño culito que apretó de puro instinto mientras gritaba
- NOOO PAPÁ, PERDÓN, PERDOOON – repetía haciendo todo lo posible por soltarse
- ¿QUE TE HAS CREÍDO TU? – grite ajustando sus caderas fuertemente porque Tonino había colocado sus manos sobre mis rodillas con la intención de incorporarse, pero yo moví uno de mis pies empujando los suyos afuera haciendo que resbale sobre mis rodillas nuevamente – ¿QUE VAS A VENIR AQUÍ A HACERTE EL GALLITO DESPUÉS DE DESAPARECER TODA UNA SEMANA? – y cruce mi pierna sobre sus rodillas evitando así que se mueva o patee – ENTRANDO A LAS CASAS A ROBAR SIN NECESIDAD – recalque y fue cuando solté el primer manotazo de todos, le di tan fuerte que juro resonó como un cohete, dejando toda mi palma calcada roja sobre su trasero – PPPLAAFFF
- AAAAAAHHHH PAAAPAAAAA – chillo ya no mas, pero yo apenas había empezado
- Y HUIR DE CASA plaf plaf plaf PLAF PLAF DESPUÉS DE plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf PORTARTE COMO UN BELLACO plaf plaf PLAF PALF PLAF plaf plaf CON MORITZ – le recordé y ya no dije mas, deje que mi mano hable por mi – PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF
- AAAY AYYY auu yaaa papaaa yaaa
- Plaf plaf plaf PLAF PALF PLAF PLAF
- LOOO SIEEENTO, LO SIEEENTO AAGGGG
Repitió
un buen rato y decidí que era suficiente, lo puse de pie y lo abrace recién
como quise hacerlo desde que huyo de mi lado, y pensé que quizás hubiera sido
mejor haberle dado un palmetazo en el trasero aquella tarde y cortar el
berrinche pese a los miramientos de la gente, que tener que haber hecho lo que
acababa de hacer, darle una paliza y hacerlo llorar como lo estaba haciendo,
todo ahogado con hipo y los hombros subiendo y bajando desordenadamente como el
ritmo dispar de su respiración y sus quejas; Tonino estaba rojo con los ojos
hinchados y la nariz cubierta de mocos, sudoroso y los gemidos no dejaban de
salir de su boca, pero ese llanto no era solo por la paliza, también era el
hecho de la culpa que cargaba encima.
- ¿Porque no me llamaste Tonino? – le pregunte en voz baja sujetando sus manos a los lados para que no se frote, aun no era tiempo, pero era tiempo de obtener respuestas, ahora que estaba quebrado era el momento de hacerme con la verdad, él no iba a mentirme pensé muy seguro, pero tampoco iba a decir nada, ni blanco ni negro y de eso recién ahora me doy cuenta, y el tiempo me hizo ver con más claridad que Tonino las situaciones de estrés no afloja su lengua, sino la ata – ¿Dónde has estado? – quise saber y Tonino se puso a llorar de nuevo mirándome con lástima, creí que no iba a decirme nada pero me sorprendió… no contesto todo lo que le pregunte, pero me dijo algo que era para tomar muy en cuenta
- Necesitaba rooobar – confeso y se abrazo a mí, apretando mi cuello fuertemente, estaba muy sentido y eso me alarmo
- No hijo, no necesitas hacer eso – le asegure con voz suave, sin gritar para que no se asuste y ver si obtenía alguna respuesta más – me tienes a mí, a papá – recalque sacudiéndolo un poco como para que se dé cuenta de que yo estaba con él – yo te voy a dar todo lo que necesitas y te voy a proteger – le prometí mirándolo fijamente y cogiendo su nuca con cariño tras separarlo suavemente de mi pecho para que lo pueda mirar – pero tienes que confiar en mí, ¿entiendes? – le dije buscando sus ojos y aunque me había prometido no mencionar el tema, quizás era bueno que sepa que yo iba a ir contra todos sin excepción si lo ponían en riesgo – ¿alguien te está presionando? Necesito saber para tomar cartas en el asunto – pero Tonino se reservo el derecho de contestar aquello y su silencio desgraciadamente lo metió en muchos problemas a futuro, ojala lo hubiera sabido – Tonino hijo – pinche un poco mas – ¿alguien te obligo a robar?, ¿a entrar a esa casa?... ¿alguien te esta intimidando?
- No papá – contesto y ese papá me dolió el corazón, era como si alguien le obligaba a cortar el cariño que imprimía el papi que siempre usaba para dirigirse a mi – nadie me obligo nada, nadie, nadie naaadie nadie – empezó a musitar en medio del llanto y se tiro nuevamente a mi cuello abrazándome, y escondiéndose de mi, en mi, en mi pecho – ya no quiero hablar del tema por favor – me rogo llorando de nuevo y decidí parar, no tenia corazón para seguir presionando, entendiendo que era mi obligación buscar respuestas en otro lado
- Ya mi niño, ya – respondí cargándolo
Y
solo atine a acunarlo en mi regazo, acariciando su espalda mientras él seguía sollozando,
no nos dijimos nada más después de eso pese que yo quería respuestas, pero
sabiendo que si lo presionaba sería peor así que nos quedamos callados, cada
uno sumido en sus propios pensamientos, él no lo sé, hasta ahora ignoro que
pensaba porque nunca se lo pregunte… pero yo, yo estaba rompiéndome la cabeza y jurando y poniendo
mis manos al fuego de que esto tenía que ver con esa maldita red de
traficantes, y no me había equivocado, los desgraciados habían vuelto y estaban
de nuevo al acecho tras los pasos de mi hijo…
Mi hijo estaba entre la espada y la pared.
Oh Marambra que dura la situación que tuvieron que pasar ojalá los cojan proto
ResponderEliminarMarambrita, hace mucho que no sabiamos de Tonino y ahora lo traes de regreso con tanto misterio, me ha gustado mucho la actualización, estoy intrigada por saber que va a pasar ahora y lo que es más, que haran Tonino y MOritz juntos.
ResponderEliminarUn abrazo
SOfi
Pobrecito si que se gano el titulo de papa de Tonino a pulso
ResponderEliminarLinda historia amiga
Ian realmente lo ama como si fuera su hijo, que complicado y triste para el personaje.
ResponderEliminarRecién entre a este blog de casualidad, por recomendaciones de un amigo, es la segunda histora que leo y me parece muy real.
Felicitaciones.
Augusto
Menos mal que eran dos capis xq si terminaba en el anterior moría de impaciencia.
ResponderEliminarCunta presión y problemas paea un niño tan chico obligado a perder su inocencia. Yo también estoy anciosa por que todo se solucione
Demasiada presión para tan pequeño, pero sin duda su padre estará a su lado.
ResponderEliminarEs muy triste todo lo que Tonino tuvo que vivir antes de poder ser feliz con su familia.
ResponderEliminarMe muero por saber que más sucedera.
Erina
Uuuff cuantas cosas pasan...
ResponderEliminarY estoy de acuerdo debió cortar el berrinche y así se evita toda la semana de angustia...