El amor hace a una familia 2ª Temporada: Cap. 6; Autor Adan

El amor hace a una familia

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Octubre del 2017.

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Segunda temporada

Capitulo 6

Autor: Adán

Lunes 12 de julio de 1976

Ciudad de México, México

Mientras lo de Piccarda ocurría en casa de Juan, a Lucia empezaron a tocarle la puerta insistentemente y algo decía que no era nada bueno, asi que salió apurada a atender el llamado antes de que los vecinos empiecen a sacar la cabeza de curiosos, preguntándose cual de sus hijos se mandó una travesura por ahí ¿Peter o Adán?...

• Hola Lucia – Saluda Mónica, madre de John que es el mejor amigo de Adán y un poco de Peter
• Mónica… ¿Qué te trae por acá? – Pregunta Lucia viendo la seriedad de Mónica, obvio no eran buenas noticias
• Peter le pego a mi hijo – le dijo muy molesta por el incidente – lo dejo morado de los golpes – agrego mostrándole la cara del muchacho muy seria y Lucia se lleva las manos a la cara cerrando los ojos, ya estaba harta de las quejas de los vecinos respecto a esto, Peter resulto ser un poco bravucón
• Lo siento tanto, no sé qué le pasa a este niño de verdad – se disculpo mortificada – me muero de vergüenza John es buen niño con Peter y Adán – trataba de buscar palabras para calmar los ánimos de su vecina, Peter había descubierto que John fue quien fue de chismoso contándole a su madre lo que paso en el cole, la verdad ellos no se llevaban muy bien y Peter solo se juntaba con él por Adán
• No sé porque te disculpas tu… El es quien debe disculparse no es primera vez que le pega a mi hijo – y Lucia tuvo que darle razón no había mes que no se quejara de alguna maldad de Peter – realmente no sé cómo es tu hijo si Juan es tan pacifico igual que Adán – agrego Mónica y Lucia se sorprendió con aquel comentario, recordando que aquello era cierto, Peter no es su hijo biológico
• No creas, igual Juan es medio bruto – Lucia trato de justificar la actitud de Peter, pero Mónica estaba cabreada
• Mira – le dijo queriendo volver a su casa – que sea la última vez que Peter se acerca a mi hijo – amenazo – debes ponerle un alto a esto o tendré que ir a las autoridades – mordió enfadada por tener que llegar a ese extremo, Lucia y Juan no tenían la culpa pero algo había que hacer – no quiero que por causa de Peter yo prohíba a John recibir a Adán en casa y hable incluso con el director para que lo cambies de escuela, que me he enterado que reparte puñetes a todos en el recreo

Y se dio la vuelta, dándole la espalda a Lucia sin darle la oportunidad de decir algo y a Lucia no le quedo otra que cerrar la puerta y tragarse el orgullo, sintiendo el enojo sustituir la vergüenza, y con eso en mente, se fue a la cocina a agarrar una cuchara de palo había llegado la hora de llevar la charla civilizada de buenos modales a otro nivel.

• ¡Peter! – grito Lucia mientras subía las escaleras dirigiéndose al cuarto de Peter y Adán – ¿¡Donde se metió!? – le pregunto a Adán al no ver a Peter en su cuarto donde se suponía tenía que hacer las tareas
• ¿Tan temprano y ya andas gritando mamá? – la acuso Eva enojada por los gritos de su madre, no podía concentrarse en lo que estaba haciendo
• Pues tu hermano que de nuevo se metió en problemas – contesto ella enojada frunciendo el ceño mirando a Eva – ¿y tú a donde se supone que vas así vestida?  
• Si mamá, recuerda que te pedí permiso – responde Eva un poco decepcionada, al parecer Lucia se le había olvidado o bien no quería recordar que le dio permiso
• Tienes 14 no 18, ¿qué crees?, ¿qué puedes ir donde quieras con quien quieras? – le llamo la atención – Si al menos te parecieras un poco a Cinthia que no es rebelde y que ella si respeta los horarios y si avisa donde y con quien ira
• Mamá tú me diste permiso – le recordó la muchacha – y ya deja de compararme con mi hermana ¿No?

Y antes de que continúen hablando llego Peter todo campante, quien sabe de dónde llevándose una sorpresa cuando entro a su cuarto y ver a su madre sobre todo armada con una cuchara de palo, mientras Eva aprovecho eso para escapar y salir con sus amigos.

• ¿Dónde andabas jovencito? – pregunto Lucia enojada colocando sus manos en las caderas sin soltar la cuchara
• Jugando en el parque mamá…con ¿Adán? – le pregunto nervioso  a ella al no ver a Adán por ningún lado, su hermano se había ido a bañar después de terminar su deberes
• Mejor me dices la verdad – y lo apunto con la cuchara
• Pero es verdad mamá, estuve solo con Adán – le aseguro muy sinvergüenza
• ¿Y porque le pegaste a John entonces? – y Peter su puso blanco de pánico – su mamá vino enojada con John diciendo que siempre le pegas y no solo eso, sino que también haces lo mismo en el colegio – le informo Lucia agarrándolo del brazo y llevándolo a la cama con ella acomodándolo en su regazo bajándole ya no mas los pantalones
• Lo siento maaaami no lo volveré a hacer – empezó a rogar Peter nervioso queriendo huir, mientras Lucia empezó a azotarlo con la cuchara de palo
• clap… clap… clap… clap… clap – empezo a estampar la cuchara en su pequeño trasero – ¡última vez que recibo quejas de ti! –siguió sonando los cucharazos –  clap… clap… clap… clap… clap
• ¡Buaaaaaaaa! – empezó a llorar Peter
• ¿¡No vez que al hacer esto también perjudicas a tu hermano!? clap… clap… clap… clap… clap – te vas a quedar sin amigos, nadie querrá estar cerca de ti o de tu hermano – le iba diciendo a medida que lo castigaba
• ¡Buaaaaaaaa lo siento mamá no lo vuelvo a hacer buaaaaaaaa! – y como era de esperar Peter empezó a prometer que no lo iba a volver a hacer ¡ja! pero bien que se divirtió pegándole a John y no es que Peter sea malo, era de los que tomaba la justicia en sus manos cuando sabía que los adultos no resolverían nada como en este caso, sus padre le habían agradecido a John ser metiche e incluso le dieron sus galletas como premio a su honestidad mientras a él papa ya lo había pegado
• ¡Ni yo ni tu padre te hemos enseñado a pelear! ¿¡Donde aprendiste eso!? – Lucia dejo a un lado la cuchara y decidió darle unos cuantos más con su mano solo para rematar, algo que no solían hacer ni Juan ni ella, pero de alguna manera tenían que conseguir que Peter cambie de actitud – plaf plaf plaf plaf plaf plaf plaf
• Yaaa maaaami, maaami perdooon lo siiiento, LO SIENTO – chillo y Lucia dio por terminada su tarea haciéndolo sentar en su regazo tras subirle la ropa
• Sé que lo sientes hijo – le limpio los ojos
• Fuuuisste mmmuyy maaala – gimoteaba entrecortadamente – me ha doliiido  muuucho – se quejo frotándose el trasero
• No soy mala hijo – dijo seria Lucia quitando las manitas de donde volaban a frotarse – esto lo hago porque quiero que aprendas que no puedes pegarle a alguien que es más chico que tú y que ni siquiera sabe defenderse como tu hermano… ni grande ni chico – corrigió por si acaso piense que podía irse de trompadas con los más grandes, Peter siempre se tomaba literal las cosas
• Pero si mi hermano necesita ayuda – le pregunto y mamá se quedo un rato callada, la verdad siempre que molestaban a Adán era Peter quien lo defendía, Adán ni siquiera sabía lo que era enojarse bueno que solo tenía 8 años recién
• Pues nos avisas a nosotros, no te vas a agarrar a trompadas con nadie, porque si lo vuelves a hacer te voy dar con el cinturón – lo amenazo, la verdad era que Lucia estaba siendo cada vez más estricta, pero imposible que llegue a ese extremo, lo dijo solo para asustarlo y parecía que surtió efecto porque Peter puso cara de espanto
• No mamá, no lo hago más – juro y con eso Lucia se dio por satisfecha, y tras besar y abrazar a Peter lo bajo de sus piernas
• Me alegra oír eso hijo, de verdad, eso me haría muy feliz – le aseguro y Peter se colgó un rato del cuello de su madre antes de soltarse – anda ve a bañarte y ponte en tus tareas que si tu padre llega y revisa tus carpetas se va a enfadar – le recordó, es que Peter estaba sentenciado, tenía que tener las tareas hechas para la llegada de su padre o por lo menos avanzado el 90 por ciento

Y como era de esperarse Peter salió disparado con dirección de su dormitorio donde pillo a su hermano leyendo un comic de Pato Donald.

• ¿Mamá te pego? – le pregunto Adán inocentemente mirando los ojos rojos de su hermano
• ¿Tú qué crees? – le respondió Peter recostándose en la cama
• Mmm y fue por pelear? – quiso saber Adán
• No, fue vengarme de John – le dijo dirigiendo su mirada a Adán curioso por sus reacciones, John era el mejor amigo de Adán en el cole, sin embargo su hermano lo sorprendió
• Quiero que me enseñes a pelear como tú – le dijo Adán sonriendo
• No, mamá me mata si lo hago – le aseguro
• Ohhh ya pues, no le voy a decir nada – rogo Adán tras suyo mientras Peter abrió su ropero para sacar una muda limpia de ropa
• Porque quieres que te enseñe – quiso saber
• Porque quiero ser como tu – le contesto con ese brillo inigualable de admiración y reverencia, para Adán su hermano era lo máximo y quería  claro ser como él, y poder acompañar a papá al gimnasio y también participar del taekwondo como Peter, es que Juan lo había inscrito a esa disciplina para que libere un poco la energía acumulada que tenía encima y ver si un poco de disciplina en artes marciales le enseñaba a controlar sus impulsos de meterse en problemas, y no había llevado a Adán todavía porque le faltaba edad
• Hermano no basta con saber pelear solamente también hay que tener fuerza y rapidez a la hora de dar puñetazos y son meses de entrenamiento diario y duro – repitió como un loro lo que le decía uno de los entrenadores de boxeo a un grupo de adolescentes, que nada tenía que hacer con las instrucciones de su maestro de artes marciales – anda prueba – agrega – lánzame un puño – le pide poniéndose en guardia y claro Adán le lanzo su mejor mini puñete que Peter atrapo sin ningún problema y se lo pone en la espalda – ¿Vez? Eres lento
• GUAUUUU – grita Adán emocionado, le salían chispas por los ojos y Peter hincho el pecho como un pavo pese al ardor en el trasero – ¿Me entrenas?, por fa, por fa, por fa, di que siii – rogaba  
• Está bien, está bien… Pero en secreto que mamá no quiere que vuelva a pelear y si me descubre enseñándote a ti me mata – prometió solemne, si algo aprendió de Juan era a que dar la palabra era lo más grande que un hombre podía dar a alguien, que ni la plata tenía ese valor

Y Adán salto sobre su hermano cayendo ambos en la cama reventando las risas infantiles que llenaban y alegraban la casa y que endulzaron los oídos de Juan que acababa de llegar del trabajo.

• ¡¿QUIÉN QUIERE GALLETAS?! – grito desde las escaleras sobresaltando a ambos chicos
• PAPAAA – grito Adán saltando como un conejo
• ¡Mierda mi tarea! – murmuro Peter mientras Adán se tapo la boca como si el hubiera dicho aquella palabrota – ni una sola palabra sino, no te entreno – amenazo
• Palabra de honor, no diré nada – prometió
• ¿Qué es lo que no dirás? – pregunto Juan frunciendo el ceño mirando al par de diablillos que tenía como hijos

Y Peter apretó el trasero…