El amor hace a una familia
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Octubre del 2017.
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Segunda temporada
Capitulo
7
Autor:
Adán
Mientras Juan llegaba a casa con galletas para sus
hijos más pequeños, Lucia preparaba la cena, una cena especial de bienvenida,
después de todo su madre iba a venir a pasar unos días con ellos imaginando que
seguro ya estaba en camino, pero Piccarda aun no había logrado salir de casa
pues Antonio le retuvo en el último momento queriendo averiguar quién esa aquel
hombre al que su madre echó de casa pero que impidió él, le dé un puñetazo.
- ¿Quién ese hombre ¿mamá? – le pregunto Antonio a su madre, extrañado por su reacción – llevo más de 10 minutos acá y aun no me has dicho quién es y porque te buscaba… ¿por que hablaba de volver? – eso le llamaba la atención poderosamente, el tipo había tratado a su madre con una familiaridad aplastante – y lo más importante ¿por qué no dejaste que lo ponga en su lugar? – y Piccarda trago saliva, tratando de ordenar sus ideas y salir librada
- ¿Cómo voy a dejar que le pegues a un adulto mayor? – le pregunto frunciendo el ceño – eso no se hace
- ¿Es eso o hay algo más? – Antonio estaba dudando un poco de su madre así que no pudo evitar ser suspicaz
- Voy a perder mi bus y será tu culpa – y eso confirmo sus sospechas, su madre quería cambiar el tema
- ¡OH! por favor mamá, no me quieras tomar el pelo, estas ocultando algo y ¡algo grande! – la acuso Antonio
- Pero es cierto perderé el bus
- Como si no pudieras tomar otro – respondió su hijo y al ver que no conseguía nada agrego – pero no importa, adelante, puedes ir a tomar el bus, pero llamare a Lucia y le contare lo sucedido – y Piccarda abrió los ojos como un niño pescado en una travesura y su hijo lo sabía así que pico un poco más – tú decides, ¿a la buena o a la mala?
- Está bien Antonio – contesto resignada Piccarda dejando sus maletas de lado – voy a decirte la verdad y espero que lo tomes como el adulto que eres – dijo por si acaso, conociendo lo impulsivo que a veces era – pero no le dirás nada a tus hermanas yo me encargare de contárselos – bueno, pensó ella, no tenía más opción, además ya era hora de que sepan la verdad – El… es tu verdadero padre y de tus hermanas – agrego dejando a Antonio sin palabras, continuando con su relato – yo tenía 16 casi 17 años cuando hicimos un viaje a Francia, ahí lo conocí, Pedro que así se llama era militar – y Antonio trato de concentrase en las palabras de su madre, es que para ese momento Piccarda cambio el semblante – su familia no estuvo de acuerdo, pero aun así nos casamos por el año 1934, casi cuando iba a empezar la guerra – agrego volando en sus recuerdos…– al año siguiente naciste tu, fue cuando estallo la guerra pero pese a sus constantes ausencia debido a su trabajo, tratamos de mantener el ritmo familiar, y pues… nacieron sus hermanas y se su ponía que él debía licenciarse y volver a casa para el 41 – agrego refiriéndose al año del 1941 – sus superiores le habían comunicado que pronto retornaría junto a un contingente que ya había cumplido con su deber – sonrió con tristeza recordando la carta que recibió aquella época, contando los días para que eso suceda, era cuestión de unos días más porque se iba a terminar su misión – el me escribió contándome eso y prometiéndome que cuando terminara la guerra dejaría su carrera militar y vendría con nosotros, pero en vez de eso al mes de aquello me llego una carta informándome que había muerto en acción – y Antonio trato de imaginarse a su madre con tres niños pequeños en un país extraño y viuda tan temprano… tan joven – y ahora me entero que estuvo 5 años como rehén en una prisión en Polonia y que fue liberado vino a buscarme pero vio que ya había rehecho mi vida y pues él hizo su familia también – termino de contar y fue cuando empezó a derrumbarse imaginando que distinta hubiera sido su vida de no casarse con Juan José – debí esperar… debí esperar – murmuro y Antonio la abrazo con amor, entendiendo a lo que se refería, su madre había rehecho su vida pero vivió un calvario en realidad
Piccarda
había conocido a Juan José al año justo de su supuesta viudez y él hombre
empezó a frecuentarla y enamorarla, entendiendo que solo la alcanzaría si se
casaba, y no le quedo más remedio que fingir que le agradaban sus niños,
sacando a la luz lo bestia que era una vez que se caso con ella, fue cuando empezó
a pegarla y maltratar a los niños y no aportaba nada en la casa, es mas vivía
de ella, además que era un alcohólico empedernido.
- Ayy mamá – murmuro Antonio – mi viejita linda – la mimo como siempre – ¿se lo contaras a mis hermanas? – le preguntó
- No lo sé hijo – respondió sinceramente, no sabía si merecía o no la pena, aunque quizás era hora de sacar la verdad a la luz, después de todo Pedro no tuvo mejores opciones que ella, no fue error de ninguno sino el destino – tendría que buscar el momento adecuado – agrego pensando en sus hijas sobre todo en Ana – con Lucía no tendré inconveniente, pero con Ana no sé como tocar el tema, está pasando por problemas matrimoniales como sabes…
- Bueno mamá, no hay que darle más vueltas al asunto, Ana es adulta y no tiene nada que juzgarte – la animo – ni a ti ni a ese señor – agrego refiriéndose a Pedro, sabiéndole de pronto raro llamarlo padre – ahora vamos, te voy a dejar en la estación de buses – agrego sacando sus maletas
- No hijo, no tengo ganas de ir, llévame mas bien al blanco necesito hacer unos depósitos, ya iré mañana con tu hermana – le dice a su hijo, llamando a Lucia para cancelar el viaje para el día siguiente
Y así
lo hizo, llevo a su madre al banco pero a su regreso se encontró con algo muy
inusual, su esposa Claudia estaba abrazando a su sobrina Matilde, la hija de Ana,
la niña estaba llorando.
- ¿Qué paso? – pregunto apenas entro a la hacienda
- Tu cuñado – respondió Claudia en un susurro sin dejar de abrazar a la pequeña – volvió a golpear a Ana, según Matilde el vino borracho y vio la paliza que le puso – dijo molesta con eso – no tiene mucho que paso – y vio a Antonio ponerse rojo de furia, queriendo disimular su enfado llevándose las manos a la cara – ¿me dirás que paso allá adentro con tu mamá? – le pregunto a su marido, refiriéndose a Piccarda
- Después Claudia – corto Antonio procurando sonar normal y no asustar a su sobrinita que aun gemía – encárgate de Matilde ¿si?... primero me voy a ocupar de un asunto
Y
sin flojera se lanzo a la hacienda de Ana Benjamin su esposo perdió su empleo
hace poco y desde entonces se emborrachaba haciendo de Ana la depositaria de
sus frustraciones y Matilde su hija que no alcanzaba ni los 5 años veía todo
eso.
- ¿¡DONDE ESTÁ!? – grito Antonio entrando a la fuerza buscando a Benjamín asustando a Ana
- ¡Por favor Antonio cálmate! – lo atajo – él no sabía lo que hacía ESTABA BORRACHO… yo lo hice enojar – empezó a justificarlo, la misma cantaleta de siempre – por favor no le hagas nada – rogo casi llorando, con tenía el labio morado y el ojo entintado, lo que enfado a su hermano
- ¿Por qué MIERDA no eres como Lucia? – le grito sujetándola del brazo su zarandeándola un poco, es que esta pasividad suya lo enloquecía – DATE A RESPETAR POR DIOS – agrego Antonio aunque no la podía culpar del todo, Piccarda también tenía responsabilidad al aguantar el maltrato
- Por favor hermano enserio yo lo provoque – empezó a llorar Ana
- Y aunque así fuera no tiene derecho a pegarte – al final la abrazo consolándola, pero ahora más que nunca decidido – ahora va a ver – murmuro soltándola y yendo a la puerta
- ¡NOOOO! – Ana siguió a Antonio mientras éste va a su auto
- ¡Fabricio acompáñame! – le ordeno a uno de los empleado – Enrique ¡detén a mi hermana hasta que yo regrese!
Y
las órdenes se obedecieron, pero Ana no iba a quedarse quieta, empezó a
forcejear.
- ¡SUÉLTAME NO TIENES DERECHO A AGARRARME!
- Señora por favor – suplico Enrique un poco torpe – solo obedezco órdenes – pero finalmente la suelta y Ana entra corriendo llorando a su casa
Mientras
Antonio conduce por el campo buscando a Benjamín protestando y cada vez más
decidido en darle un escarmiento a su cuñado, en tanto Fabricio miraba por la
ventana para localizarlo.
- Jefe ¿No es ese de ahí? – alerta Fabricio al ver a Benjamín y Antonio frena y ve al hombre
- Si es el – responde Antonio bajando del auto, como si no supiera que estaba de nuevo en un bar emborrachándose más, piensa para sí mismo – ¡Maldito borracho golpeador de mujeres ¡te lo advertí la última vez!
- Maldito metiche ¡metete en tu vida! – responde Benjamín tirando la botella de alcohol mirando de frente a Antonio, mientras todos miran lo que está a punto de ocurrir
- Mis hermanas son mi vida al igual que mi esposa y mis sobrinos y mi madre – le dice Antonio acercándose a su cuñado
- Si quieres pelear pues aquí nos agarramos – retó a su cuñado levantando los puños – ven, ven y te voy a hacer llorar como a tu hermana – tuvo el atrevimiento de decir cobarde
- No es necesario que me provoques si ya tenía intención de partirte la cara – respondió Antonio
Y
se lanza sobre Benjamín y se empiezan a pegar llevándose el pleito a la calle,
uno de los amigos de Benjamín se quiso meter, pero Fabricio estaba ahí por si
acaso y dejo que las cosas no sean disparejas, ese asunto además era entre
Benjo y Antonio.
- ¡Ana detente no hagas nada! – gritó de pronto Claudia la mujer de Antonio, quien no tuvo más remedio que seguir a Ana que como loca, había venido en defensa de su marido
- ¡Déjalo por favor! – Ana se tiro sobre su marido, cubriendo a Benjamín que estaba en el suelo, acababa de darle una buena paliza
- ¡PARA QUE APRENDA A RESPETAR A UNA MUJER! – y Antonio le pego una última patada en las piernas de Benjo y Claudia lo abrazo para calmarlo
- ¡Tú eres el verdadero SALVAJE! – chillo Ana – arreglas las cosas a puños!
- ¡Igual que el vago cojudo de tu marido! – le responde Antonio y después voltea a ver a la gente – ¿¡Y USTEDES QUE!? ¡Vayan a conseguirse un trabajo hagan algo útil por este país VAGOS DE MIERDA! – y Claudia queda con la boca abierta, nunca escucho a su marido hablar así
- ¿Subirán o qué? – dijo finalmente Antonio mirando a su mujer y su hermana, había dado por terminado aquel asunto
- NO IRÉ CONTIGO SALVAJE – Ana estaba acalorada con este asunto – llevare a mi esposo al hospital – agrega, ayudando a su esposo a caminar
- No seré yo quien te acompañe Ana, te doy mi apoyo por mi sobrina pero en este caso no – le dice Claudia yéndose con su marido
Casi
al caer la noche, Piccarda se anima a hablar con Ana, había pensando seriamente
en el asunto y decidió que cuando antes su hijos sepan la verdad, menos
probabilidades de problemas con ellos, así que se fue caminando a la hacienda
de su hija.
- Ana necesito hablar contigo – le dijo Piccarda apenas Ana abrió la puerta, decidida antes de que el coraje la abandone y Ana pensó que eso por lo de Benjamín
- ¿Antonio te conto verdad? – le pregunta Ana mirando a Piccarda enojada con su hermana alertando a su madre
- ¿Contarme qué? – responde y es cuando se percata de los moretones en la cara de su hija, no se había fijado en ellas por la poca luz del pasillo, pero ahora era diferente – No me digas que Benjamin te hizo esto de nuevo – murmuro cogiendo el rostro de su hija en las manos
- Eso es asunto nuestro mamá – respondió Ana ofendida y Piccarda capta la indirecta
- Sé que no tengo derecho a meterme en tu vida y no lo hare tampoco ahora porque eres adulta, pero creo sinceramente que esto tiene que parar de alguna manera, no es posible que te dejes maltratar así sabiendo tan bien como sufrí yo y como sufrieron ustedes en manos de mi marido – le recordó y eso llamo la atención de su hija
- De papá dirás – corrigió Ana frunciendo el ceño
- No hija, ese hombre no es tu padre…
Y
Ana miro a su madre como si le hubiera salido otra cabeza.
Ana esta con ese lema de "más me pega, más me quiere", ufff, muy comun en aquellas épocas, es terrible ver ese tipo de realidad desde la comodidad del presente, pero era muy común entonces.
ResponderEliminarVeremos que pasa ahora.
Marambra
Este capitulo me dio tanta bronca. La violencia no se paga con violencia pero me alegro que le hayan partido la cara a Benjamin.
ResponderEliminarEspero que todo salga bien cuando Ana sepa la verdad de su padre. Se esta poniendo interesante la cosa
Ah como me da cosa ver que las mujeres sean así y prefieran que les estén pegando pero con marido uuff ay no que horror
ResponderEliminarPues a ver como toman la noticia todos!!
mm pues después de todo es su papá y por como contaron la historia todo fue culpa del destino que les hizo una mala jugada!!
Mmmm tema muy sensible, violencia de genero, antes muy comun ahora un horror, pero me alegra de que le de su merecido Antonio a Benjamin, pero me dio enojo que la tal Ana sea tan burra como para soportar ese trato, menos mal es ficción aunque aun ahora hay mujeres tan permisivas.
ResponderEliminarA ver como lo toman las hijas, no creo qeu tengan que enojarse, su padre no hizo nada malo ni su madre, además son adultos.
Ginebra
Un poco tonta la Ana, pero en esa época el concepto de amor de pareja y amor propio no eran nítidos, si que toca ver que pasa.
ResponderEliminarOlivia