viernes, 6 de octubre de 2017

Hermanastros: Cap. 13; Autor Pablo

Hermanastros
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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 6 de Octubre del 2017.
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 Capitulo 13
Dentro de una olla de presión

Autor: Pablo

Marco:

Tenía más hambre que el chavo del ocho. Casi no había desayunado cuando pasaron por mí para ir al aeropuerto a buscar a mis papás de la luna de miel y ya había pasado un hora y media del horario del almuerzo y en la casa no había ni pan duro.
Amalia había llamado a mi celular para avisar que se iban a tardar y que traían comida de paso pero lo que no dijeron es que también iban a traer a los idiotas de Renzo y Gian.

  • Holaaa – saludo mi papá de muy buen humor. No el habitual sino ese “buen humor” de cuando te tiene que pedir algo
  • ¿Qué hay de comer? – preguntó Isaac, él estaba peor que yo y eso que se había comido un frasco de pickles, un asco pero a él le gustaba
  • Traje milanesas y papás fritas – anuncio papá y eso parecía comida soborno. Conocía muy bien a papá y el hecho de que no dejará de mirarme y que Amalia no había entrado todavía me daba mala espina – Isaac ve poniendo la mesa – le dijo sin sacar la mirada de encima de mí cuando mi hermano se fue – Marco – dijo – hijo – y supe que me estaba por cagar el día – tus abuelos estaban necesitando unos días de descanso y esta semana se portaron muy bien al cuidarlos – empezó pero yo decidí aclarar una cosa
  • Solo estuve dos día con ellos papá… y no fueron los mejores – apenas dije eso él me puso mala cara pero era verdad
  • Está bien, pero cuidaron de tu hermano – me respondió en vez de reclamarme lo que había dicho. Estaba claro que algo necesitaba de mí y con tanta condescendencia parecía que me iba a pedir un riñón – y ahora ellos necesitan que yo cuide de mis hermanos – entonces entendí
  • Ooo papá… ¿Los trajiste? – recién me levanté, había estado acostado en el sofá pero tenía que verlo a los ojos, no podía creer que haga eso
  • Si – me respondió molesto por cómo le hable – y espero que te comportes por favor – supongo que su idea original era tener una charla donde él me convenza y yo acepte de buena gana.  Eso no iba a pasar
  • ¿Que YOO me comporte? – ¿no habíamos tenido está conversación ya? – ¿sabes qué? ¡es tu casa!, de todas formas vas a hacer lo que quieras así que no importa lo que yo piense – no podía decir nada en casa de los abuelos porque ahí los mellizos eran los locales pero era evidente que aquí tampoco… no grité porque no quería ganármela gratis pero me levante para ir a mi cuarto
  • No es así Marco – empezó pero se dio cuenta que me iba – hey estoy hablando. No me vas a dejar con la palabra en la boca – dijo de mala manera y yo me gire para verlo de frente

Supongo que no lo pensé bien, ¡va! obviamente no lo pensé nada, pero es que me dio rabia estar peleando porque le importe un carajo lo que yo piense y me imponga la presencia de esos idiotas... que me salió sólo.  Sentí como una explosión en mi pecho, una exposición de rabia y como una electricidad que recorrió mi cuerpo y mis manos se movieron solas formando dos perfectos fuck you y con la misma rabia me volví para ir a mi cuarto corriendo.
Solo cuando llegue me di cuenta de lo que había hecho y me entro un cagazo horrible, se me formó un vacío en el pecho y me dieron ganas de llorar, ahora seguro cobraba y ni siquiera podía enojarme por eso, la había cagado sólo.
Me pegue a la puerta para escuchar si venía pero no se oía nada. Al final no me quedo otra que acostarme, no me animaba a salir para ver la reacción de papá. Mierda! Si no traía a esos imbéciles no hubiera pasado nada.

Sergio:

  • Tal vez está agotada y tu también – le dije a mi padre cuando me contó que las cosas no estaban bien en su casa – está claro que tienen que hablar pero sin la presión de los chicos y cuando ustedes estén de mejor humor – no quería que sienta que ya estaban viejos para lidiar con dos adolescentes pero era evidente que los años no les estaban jugando a favor si de energía hablábamos 
  • Voy a invitarla a cenar afuera hoy y así podemos hablar tranquilos – me dijo aceptando mi idea
  • ¿Y cómo van a hacer con los chicos? – pregunté, mis hermanos eran perfectamente capaces de quedarse solos pero con lo que había pasado no creía que mi madre quiera dejarlos solos
  • Mggg – gruñó papá, parecía que recién había tenido en cuenta ese “detalle” – cualquier otro día los podría dejar solos; por un par de horas no pasa nada pero con lo de hoy… mejor dejar la cena para otro día
  • O los puedo llevar a casa conmigo – dije casi sin pensarlo y segundo después pensé en cómo se lo tomaría Marcos, pero ya había abierto la boca y a mi padre la idea le había gustado
  • Te lo agradezco hijo. Sería bueno tener un momento para nosotros y con el calor que hace los chicos me vienen pidiendo ir a tu casa para poder nadar en la piscina – con eso supe que no podía y echarme atrás, esperaba que Marco lo tomara lo mejor posible, al menos por un día

Pero las pocas ilusiones que tenia de pasar un día en paz y tal vez poder ayudar a limar las asperezas entre mis hijos y mis hermanos se fueron al garete cuando discutí con Marco y me hizo esas señas antes de correr a su cuarto.
Mi primer instinto fue ir tras él y seguro hacia algo de lo que después me iba a arrepentir. Cualquier otro día lamentablemente lo hubiera hecho sin pensarlo, pero acababa de escuchar las quejas de mis hermanos, cuando volvía a casa, sobre papá y como los castigaba, era inflexible, intolerante y no escuchaba sus demandas; y aunque sabía que mucho de lo que los mellizos decían eran exageraciones también sabía que ellos lo veían así. Entonces me puse a pensar en cómo me veían mis hijos. No había que ser un genio para saber que no era persona grata cuando los castigaba pero más allá de eso comencé a plantearme si estaba haciendo bien las cosas.
Es decir, ellos eran grandes, adolescentes, sabía que mis métodos eran más bien para niños y que debían sentir vergüenza de que los castigue así; además no estaba seguro de que sea efectivo, muchas veces los castigaba por lo mismo una y otra vez. Y en última instancia no creía hacerlo de la mejor manera; la mayoría de las veces cuando los castigaba… cuando les pegaba en realidad, lo hacía porque me habían sacado de las casillas aunque me daba vergüenza admitirlo.
Esa tarde me había hecho compararme con mi padre, él era imperturbable a la hora de castigar. Hablaba primero explicando los motivos de sus acciones y exigía de mis hermano (y de mi en mi época) un grado de autocontrol y aceptación que mis hijos no tenían. Mis hijos no aceptaban el castigo sino que yo los obligaba a ello, sólo porque me podía imponer a la fuerza y con Marco eso estaba muy cerca de acabar dado que aunque era bajo para su edad ya no era fácil para mí manejarlo. 

  • ¿Qué pasó? – me preguntó Amalia entrando a la casa, nos habíamos olvidado de la bebida y por eso me habían dejado en la entrada de la casa mientras ella llevaba a los mellizos a comprar un bidón de jugo hasta el mini mercado del barrio – ¿no salieron bien las cosas? – preguntó, se suponía que el tiempo de ventaja tenía que servir para yo preparara el terreno antes de que lleguen ellos y saltaba a la vista que no lo había logrado
  • No, no salieron bien – admití después de un suspiro y vi como los mellizos entraban directo a la cocina, ellos me habían preguntado si Marco estaba enojado con ellos y yo había cometido la estupidez de mentir. El sol no se podía tapar con un dedo y esto ya estaba llegando demasiado lejos. 

Issac:

Nos sentamos a comer cuando vino mi mamá con Renzo y Gian. Marco no vino y yo sabía bien porque; a veces me daban ganas de darle con un palo en la cabeza a Marco, era un idiota egoísta que no le importaba nadie. Siempre me estaba molestando con que yo andaba pegado a los mellizos, que yo era su grupi y otras cosas, él no entendía que yo solo quería mantener las cosas en paz.
Ellos no eran mis favoritos para pasar el rato pero éramos familia y muchas veces él y el hijo de mi tía nos hacían sentir como agregados.  Por eso yo prefería estar con los mellizos, al menos cuando con ellos me dejaban de lado sabía que era por esa cosa rara que tienen los gemelos.

  • Marco tenía hambre – le dije a mi mamá, papá parecía en otro mundo mientras servía la comida, mamá me sonrió, como si yo le diera gracia o ternura o algo así
  • Ahora tu papá le lleva la comida al cuarto porque necesitan hablar – me respondió, Marco hubiera respondido que lo que necesitaba era pegarle pero yo preferí quedarme callado

Había visto la seña que le hizo a papá y a mí ya me habría castigado si se lo hacía, pero a Marco siempre le tenía más paciencia. No quería estar comparándome con mi hermano pero es que el papá me había pegado temprano sólo por insistir en ir a ver la competencia de triar y pegarle a Marco con un almohadón; ahora a él por mandarlo a que lo jodan no le hacía nada… no quería entrar en comparaciones pero mi papá si hacia diferencias.
Después de servir la comida papá tomó una bandeja con los platos y se fue, todos comimos en silencio, mi mamá muy interesada en lo que estaba por pasar en mi cuarto y los mellizos mirando cada quien su plato. Ese tenía toda la pinta de ser un día de mierda.

Sergio:

  • ¿Puedo pasar? – pregunté, no podía golpear la puerta porque llevaba los platos – ¿Marco? – supuse que se había dormido e hice malabares para abrir la puerta un poco; me intrigaba saber con qué me iba a encontrar – pregunté si se puede – repetí al verlo en la cama, estaba acostado de lado mirándome pero no me había respondido… al menos no parecía enojado aunque tenía los ojos rojos de haber llorado
  • Si – dijo y por un breve segundo creí que esto podía ser fácil.  Estaba decaído y muy arrepentido me dije – de todas formas ya pasaste sin que te diga nada – agregó, si no fuera por la bandeja le daba un tapa boca

Me molestaba demasiado que no sea capaz de quedarse callado y mostrar un poco de respeto o al menos sentido común, sabía que yo estaba enojado. Estaba haciendo un esfuerzo por hacer las cosas bien y él me respondía como se le daba la gana, yo había ido en calma cuando tenía todo el derecho de enojarme y él me faltaba el respeto. Faltó poco para que lo ponga en su lugar pero entonces no podría hacer lo que me había propuesto. Quería cambiarle las reglas, o poner unas mejor dicho y para eso necesitaba que él éste tranquilo y yo también. Ya había decidido que lo iba a castigar y eso no estaba a discusión pero había cosas que si necesitaba discutir.

  • Te estoy hablando bien Marco y espero que me hables de la misma forma. Ahora te vas a sentar y vamos a comer – le dije para prevenir pero él tenía que ir contra la corriente siempre
  • ¡No me estás hablando bien! Me estas mandoneando* –  ¿Cómo se supone que tenía que responder a eso?, lo ignore para acomodar su escritorio para usarlo como mesa y poder comer, al menos se había sentado

Marco tenía la capacidad de sacarme que quicio y si yo reaccionaria a sus provocaciones ya me habría desgraciado, por eso trataba de ser más paciente con él. Esperaba no estar pasándome de paciente nada mas… cuando era pequeño era más fácil y después, cuando fue todo lo de su epilepsia se convirtió en mi “niño enfermo”, tuve que ir a un psicólogo para que me lo diga; es que había empezado a tratar diferente a Marco en esa época, como si se fuera a romper y por eso él se comportaba diferente y eso se notaba sobre todo en la escuela. Claro no dudaron en hacerme saber aquello y recomendarme la consulta. Falta de límites era el “diagnóstico” y me di cuenta en estos días que estuvimos de luna de miel que otra vez estaba haciendo lo mismo.
Hacia un año y algo mas la madre de Marco había vuelto a tener contacto con él, después de que la prensa le tirara flores por tenerlo de invitado en su boda y ver que podía usarlo; antes nos había dejado tranquilos un buen tiempo. Sobre todo cuando Marco empezó con las convulsiones a los once años y ella supo que estaba enfermo pero nunca se acerco con la excusa que le dolía verlo enfermo y supongo que eso sumado a mis ganas de que mi nueva familia funcione y él se sienta incluido y no tenga celos después de que reconociera a Isaac como hijo mío, hicieron que vuelva a ponerlo en el lugar del hijo desvalido. Eso no era saludable para ninguno.

  • Vamos a comer en paz por favor – le dije tratando de usar el tono más amable que me fue posible
  • ¿Qué?  ¿ahora me vas a tener encerrado aquí para que esos anden por la casa como si fueran dueños?
  • Marco mi paciencia tiene un límite así que baja el tono y no inventes. Yo no te encerré aquí, viniste por propia voluntad. Y no me olvido porque lo hiciste – agregue y le acerqué el plato, tal vez con la boca llena dejaba de meterse en problemas, quería que habláramos de una buena vez; que me pueda decir que pasaba con mis hermanos para saber si podíamos arreglar las cosas, ese era el otro tema pendiente en el que había pensado durante el viaje; quedó patente que las cosas eran más graves de lo que creía
  • Se me fue el hambre – me dijo mirándome con rabia – ya sabes dónde te puedes meter la comida! – y empujó en plato para volver a acostarse, pero lo hizo tan fuerte que el plato empujó el vaso que había llevado y mi propio plato derramando papas y jugo sobre mí.

Sé que no era su intención mojarme y ensuciarme, que yo era el adulto, que me había propuesto mantener la calma. Pero uno tiene un límite, no sólo había tirado las cosas sino que me había mandado a metérmelas en el culo usando otras palabraa. No iba a dejar que mi hijo me trate como se le diera la gana, que me faltara el respeto de esa forma cuando estábamos en esa situación porque me había faltado en respeto antes.

  • ¡MIERDA MARCO! – grité enojado, le iba a quitar las ganas de tratarme así, se había tirado en la cama sin importarle lo que había hecho pero cuando me enoje dejo de ignorarme y se levantó de la cama – ¿Te parece bien comportarte así? – le pregunté tomándolo del brazo – a mi no me puedes hacer eso, ni a mí a nadie carajo. ¡No tienes dos años! – le iba a dar una paliza y en cuanto se dio cuenta de que me estaba por quitar en cinto empezó a forcejear para que lo suelte
  • ¡NO PAPÁ ESPERA ESPERAAA! – gritó haciendo fuerza para alejarse de mi
  • ¿Esperar que Marco? ¿Qué me sigas tratando para la mierda? – me miró asustado, ahora el malo era yo – te dije que estabas llegando al límite y no te importó – reclamé y tire de él para acomodarlo y cuando le estaba por dar un cintarazo abrieron la puerta
  • ¡Sergioo! – era Gian – es el papá te habla por teléfono – me dijo y se metió entre Marco y yo empujándome para darme su celular
  • No Gian – aparte la mano que me había puesto en el pecho para separarme de Marco – ahora no puedo, dile a papá que lo llamo más tarde – dije y lo saque del medio
  • NOO el papá dice que es urgente – dijo metiéndose al medio de nuevo, Tuve la impresión de que era mentira pero no me podía arriesgar, después de todo las cosas no había quedado bien en la casa de mis padres y podían necesitar algo
  • Está bien dame – y extendí la mano para que me entregue el teléfono – Marco me esperas acá y más vale que te comas tu comida – le advertí antes de salir a buscar un lugar para atender la llamada en paz
  • ¿Hola hola? – decía mi padre del otro lado
  • Si papá ¿qué pasa? – pregunté
  • ¿Qué pasa ahí?... ¿Qué son esos gritos? – se lo sentía preocupado
  • Estoy renegando con Marco – no quería entrar en detalles para que no se sintiera mal por mandar a los mellizos conmigo – no es nada grave – le aseguré pero a la vez quería terminar rápido con esa llamada – ¿qué necesitabas?
  • ¿Yo? Gian me dijo que querías hablar conmigo – me respondió 

Tarde unos segundos en darme cuenta de las intenciones de mi hermano, estaba tratando de evitar que castigue a Marco; me sorprendió esa actitud y no me molestó porque por un momento pensé que aquello podía servir como el inicio de algo bueno, la oportunidad perfecta para arreglar las cosas pero mi ilusión duro hasta que escuche gritos y golpes.

  • ¡Gian y Marcos se están peleando! – gritó Isaac


*Si bien no está mandonear en el DRAE, sí aparece en el Diccionario de americanismos (2010) como forma popular propia de México, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay y Argentina; mientras que en Uruguay es una forma espontánea. Mandonear significa ‘mandar sobre alguien con exceso de autoridad’.
Aportó este dato porque aquí es tan común la palabra que me sorprendió cuando Word me la marcaba como mal escrita dándome la opción de “mangonear” cuyo significado es similar por el uso pero tiene orígenes y un significado real muy diferente, además de ser una palabra que aquí no se usa.

Cosillas que uno descubre por escribir jaja.

6 comentarios:

  1. Chany, este es un capitulo que sabes que?, he renegado, he protestado, despotricado porque juuuuuuusto lo has cortado donde no debías, de haber estado en Argentina te hubiera obligado a seguir escribiendo anoche mismo, jajaja asi me has dejado con las ganas de leer mal, con la piel de gallina MALVADA.

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  2. Pero que mala eres como es posible que lo dejes asi... No me caen bien esos gemelos yo tambien he detestado gente y no me gusta que me los pongan enfrente T.T asi que lo entiendo y mucho. Pero tambien se paso poquito el chico :S uuups
    MAryc

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  3. Pues yo no estoy de acuerdo que marcó le hiciera eso a su papá pero tampoco me gusta que quiera obligarlo a que se lleve bien con los mellizos si con el tiempo la relación mejora bien y si no pues no veo bien que lo obligues por la culpa de ellos en la casa de los abuelos lo paso mal Sergio está entre la espada y la pared pero la prioridad siempre es de un hijo , luego no te quejes que lo dejamos en suspenso cuando lo aprendí de ti
    Un beso amiga

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  4. Tengo sentimientos encontrados porque por un lado entiendo a Marco es molesto cuando alguien que no es de tu agrado invade tu casa y encima de eso es uno el que tiene que adaptarse para no incomodar a la visita, y por el otro lado entiendo a Sergio pues no es facil estar al medio de dos personas a quienes quieres mucho pero que lastimosamente no se quieren dar ni el saludo.
    Al final me quede preocupada por Isaac que siente que Sergio quiere mas a Marcos por ser su hijo.

    Espero que actualices pronto porque lo dejaste en suspenso y ya quiero saber que pasara.

    Erina

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  5. Chany....

    Estoy muy molesta con Sergio, porque insiste en que su hijo se tenga que llevar de rositas con sus hermanos?, parece que les da mas importancia a los mellizos y subestima los sentimiento de Marco, no me parece justo.
    No es bueno querer imponer a alguien la presencia de otro menos que quieran que actuen como si nada pasara, los adolescentes no pueden fingir como los adultos, no pueden negar sus emociones y lo único que esta logrando es abrir una brecha entre el y su hijo.
    Espero que Sergio reflexione de verdad y sus abuelos traten de hacer las paces y se lleven pronto a los chicos resolviendo las diferencias de ambos.

    Olivia

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  6. jajajaja que #%V()$ para contestarle así a su papá jajaja ese Marco es genial!!
    Oye Chany esta bien que no he leído pero como dejas así la historia!!
    Te voy a estar shingando para que te apures!!
    Yo también estoy enojada con Marco por andar imponiendo a la familia eso no se hace!!
    Y el otro pequeño que mal que se sienta así como para andarse comparando con su hermano!!

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