viernes, 10 de noviembre de 2017

Amor sin medidas: Cap. 2; Autora Egly

Amor sin medidas
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 10 de Noviembre del 2017
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Capitulo 2
La petición

Melissa recordaba con claridad ese lugar, el departamento de Armando era una pequeña unidad en el quinto piso de un edificio de varios departamentos ubicada en la zona residencial de Monterrey, le sorprendía que aún lo conservara, cuantos momentos vividos en ese lugar, como su dueño también el lugar había cambiado, la televisión a bulbos cedió su lugar a una televisión de plasma de treinta y dos pulgadas, el sofá en las que infinidad de veces hizo el amor con su amor, desapareció dejando su espacio a un conjunto de sillones pequeños e individuales, era diferente y al igual que Armando cambio para mejorar.

  • Toma asiento – escucho desde la cocina – te ofrezco algo
  • Agua, por favor

Armando se sentía con la soga al cuello, necesitaba un trago, uno fuerte, así que se sirvió un tequila doble y se lo tomo de un solo tiro, se sirvió otro y lleno un vaso con agua para Melissa, “Dios en que lio me he metido”, pensaba internamente. Cuando ella le dijo en plena calle que se iba a morir, se quedó sin respiración y lo único que pudo pronunciar fue un inteligente.

  • ¿Qué?
  • Estoy desahuciada, por eso te busque, necesito que me escuches por favor

Sabía que no podía rechazarla, pero tampoco quería hablar en un lugar donde tuviera público, así que la llevo a su departamento, ¿que más podía hacer?. En todo el camino de traslado no se dirigieron la palabra, cada uno estaba situado en sus pensamientos, Melissa parecía que respiraba mejor con una carga menos sobre sus hombros, y Armando, que aunque a medida que avanzaban se tranquilizaba, sentía un problema en manos que le complicaba su vida perfecta.

  • Aquí tienes – le dio el vaso con agua, observo que ella bebió un buen sorbo y se sentó en frente a ella – explícate por favor – le suplico cuando dejo el vaso sobre la mesita del centro
  • Salvador, es mi hijo – sonrió tímidamente – ahora tiene once años – agrego jugando con el ruedo de su cartera – cuando me entere del embarazo, tuve que dejar la escuela, conseguí trabajo como secretaria en una firma de abogados, aun trabajo allí – le informo levantando el rostro para mirarlo –  tenía que ahorrar para lo que se requería cuando llegara el bebe, el parto, ropa, en fin – hizo una pausa como queriendo llorar al recordar todo aquello – mis padres me ayudaron en lo que pudieron pero murieron dos años después de que mi hijo naciera en un accidente de auto, me quede sola...
  • ¿Por qué no me buscaste? – en ese momento se puso de pie y se ubicó en el ventanal que daba hacia la calle, no quería que sus emociones se distinguieran, desde ahí podía observar a toda la ciudad, escuchaba a Melissa sin querer mirarla; sabía que dijera lo que dijera aquella mujer, se haría cargo de Salvador, aun con la duda de si era o no su hijo no podía desamparar a un niño cuya madre él había amado y esta iba a morir, rogaba a Dios que lo amparara en la nueva vida que estaba por tomar
  • Me equivoque, fui egoísta – se culpo ella como si no le hubiera oídos – no le permití a mi hijo tener un padre… y si, puse a mi orgullo por encima de mi hijo, es un error del cual me he arrepentido durante mucho tiempo – agrego resignada, como algo que sabe que no puede cambiar – cuando me entere del embarazo seguía enojada contigo por lo que paso, estaba enojada con Clara y con el mundo en general; después cuando Chava nació me dio miedo – confeso y Armando elevo una ceja intrigado por eso – tu familia tiene dinero e influencias, pensé que me lo podían quitar y después no supe cómo decirte lo que malamente había ocultado – Armando escuchaba atentamente la información que recibía y sí, de haber tenido la oportunidad no sabía cómo habría reaccionado probablemente hubiera tratado de quitarle el niño
  • ¿Desde cuándo estas enferma?
  • Hace seis meses me detectaron leucemia, pero fue hasta hace poco que el oncólogo me informo que la batalla está perdida, no hay nada que hacer – su voz sonaba estrangulada tenía un nudo enorme en la garganta, en cualquier momento se vendría abajo – mis padres murieron hace nueve años, a Clara no la volví a ver después de que me fui de casa… creo que vive en Brasil – murmuro levantando los hombros, era claro que no le quitaba el sueño ahora – no tengo amigos ni a nadie más a quien recurrir, voy a morir y mi hijo, ¡tu hijo!, no tiene a nadie, se quedara solo – no soportaba mas y sus lágrimas se desparramaron en un torrente sin probabilidad de que terminara pronto; se puso de pie y poco a poco se fue acercando a Armando hasta que su frente toco su espalda
  • ¿Qué quieres de mí? – pregunto Armando, sabia la respuesta, solo quería confirmar, saber a ciencia cierta en que laberinto se encontraba
  • Necesito que lo tomes bajo tu tutela, que lo cuides y lo quieras, desde ahora – Armando se dio la vuelta por completo para estar frente a ella, fue cuando Melissa detecto que él también estaba llorando, la abrazo con fuerza, con necesidad, como si a través de su cuerpo pudiera quitarle algo de toda la carga que tenía encima

Melissa se dejó consolar, durante los seis meses que lucho contra su enfermedad no tuvo en quien apoyarse, solo en Chava, pero aún era un niño y el pobre había visto día a día como su madre se consumía poco a poco; Chava había pasado noches enteras a su lado tratando de aliviar los dolores tan desgarradores que sufría su madre después de los tratamientos, mientras ella había tenido que ajustar los gastos, tratando de sobrevivir con lo mínimo para cubrir los costos de su enfermedad y las necesidades de su niño negándole incluso pequeños caprichos que su pequeño no reclamaba, tan solo tenía once años…¡Dios mio! ONCE AÑOS y tenía tantas responsabilidades, no solo con la escuela, sino con su madre enferma. Así que ahora que tenía un hombro más fuerte en cual apoyarse lo utilizaría, necesitaba fuerzas para continuar.

  • Un momento – dijo Armando observándola con extrañeza – ¿por qué desde ahora?, ¿por qué quieres entregármelo en este momento?
  • Según el médico me queda cerca de un mes – empezó a explicar mientras tomo asiento, de pronto estaba muy cansada, mareada y eso reafirmo la razón – no quiero que me vea morir – murmuro escondiendo sus ojos vidriosos – por eso debe de estar contigo desde ahora… yo me internare en un hospital durante este tiempo que me queda – por la cara que puso Armando supo que la juzgaba, por lo que trato de argumentar su decisión aun sin saber si esta decisión era correcta – entiéndeme por favor, Salvador fue mi luz, mi todo, ¡el me salvo!... por eso su nombre – Armando sintió una puñalada en el pecho, él debió ser quien le dé su nombre – ya ha tenido que sufrir tanto, no quiero que sufra más, si me ve apagarme – confeso con voz estrangulada – si está en el momento en que muera me va a recordar de esa manera para siempre – dijo con desesperación –  deja que él se quede con lo bueno que tuvo de mí – rogo

El silencio se prolongó durante un buen rato, ella ya no tenía más que decir, la decisión era solo de él. Le dio su espacio y su tiempo para que meditara, se alejó hasta ubicarse en los sillones individuales, se recostó y espero. Hasta que no pudo más.

  • ¿Qué has decidido? – a él la pregunta le pareció ridícula, no tenía opciones, pero tampoco tenía idea de cómo comenzar con la transición
  • ¿Salvador que opina de todo esto? – pregunto en lugar de dar una respuesta, aun de pie frente al ventanal, evitando así que sus facciones revelaran sus emociones
  • Él solo sabe la mitad – suspiro – desconoce que estoy desahuciada, cree que me internare para un tratamiento, sabe quién eres y sabe a medias la razón por la que hasta ahora no te conoce, no está de acuerdo, tiene miedo, pero obedecerá a mis decisiones, está en la ciudad, así lo hicimos por si aceptabas su tutela – Armando se dio media vuelta y se acercó a ella, le tomo las manos y la miro a los ojos,  lo que iba a decirle tal vez no le gustaría, pero ella tenía que entender que el también necesitaba seguridad
  • Melissa, antes de aceptar la tutela de Salvador necesito garantías – ella no entendió a que se refería y así se lo hizo saber con la mirada de extrañeza que le dedico – en primer lugar – se explicó – necesito que nos hagamos una prueba de ADN, pero no te preocupes sean cuales sean los resultados estará a mi lado y lo apoyare en el momento que tu faltes, si los resultados de los estudios indican que efectivamente es mi hijo, Salvador tomara mi apellido bajo todas las de la ley – ella suspiro con resignación, sabía perfectamente quien era el padre de su hijo y a él se lo confirmaría un laboratorio, no le sorprendió la petición, al final de cuentas que tanto podías confiar en la palabra de una persona que desapareció sin decir absolutamente nada, sin ni una explicación coherente a su actitud
  • De acuerdo – dijo Melissa – pero – sintió un nudo en la garganta que le impedía respirar e inevitablemente volvió a llorar, esto era lo más difícil que tendría que hacer en toda su vida – necesito que mi hijo viva desde hoy contigo, yo, yo no lo volveré a ver después, no quiero que me visite, ni que me hable, a partir de hoy será completamente tuyo
  • Disculpa – no entendía la petición tan descabellada – porque me pides esto, él va a querer verte, saber de ti, ¿por qué quieres alejarlo de esa forma? 
  • Porque él se tiene que acostumbrar a su nueva vida y esta es la mejor manera, así dolerá menos – Armando le asintió, no podía decir mucho al respecto
  • ¿A dónde iras tú?, ¿vas a buscar otro médico, otra opinión? – pregunto esperanzado de que ella siguiera luchando, de que intentara sobrevivir, de poder ayudar con algo 
  • No yo ya llegue al final, solo esperare a que llegue – se puso de pie y camino por la estancia – me voy a internar en un asilo en Houston, estaré asistida hasta el final, y me darán los medicamentos que me ayuden a soportar todo lo que venga en el camino – se acercó de nuevo al lugar que había dejado, pero no se sentó sino se incoó a los pies de su ex amor – hay algo más, necesito que te hagas cargo de mi cuerpo cuando muera, llegado el momento si tú lo permites, te lo notificaran para que se lo hagas saber a Salvador y después déjame al lado de mis padres, ¿lo puedes hacer?


Como respuesta solo recibió un asistimiento acompañado por un par de lágrimas, Melissa por fin pudo descansar, después de tanta angustia con la idea de morir y dejar a su hijo desamparado, le dedico una pequeña plegaria en agradecimiento al señor internamente y  a partir de ese momento se entregó a él sin miedo alguno, podía morir en paz,  en cualquier momento, ya que tenía la certeza de que su hijo iba a estar seguro y que con el tiempo llegaría a amara su padre tanto como a ella, sin medidas. 


7 comentarios:

  1. Me encanta la intensidad de la historia. Me gusta mucho y no dije nada de Armando la vez pasada xq no se me ocurrio peeo vi que le tiraron unos palos al hombre. Yo mas bien se los tiraria a ella, una infidelidad ni se compara con escondee un hijo peeo bueno... ahira dice que tenia miedo. Creo que pensaste tan bien las cosas que uno no se puede enojar con nadie jaja

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  2. Que bueno que aceptó quedarse con el niño!!
    uufff ella si se vio muy egoísta!! Pero que pena que vaya a morir y ya no tenga solución a su enfermedad!!
    Armando me agradó y se vio muy generoso!!

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  3. Oh que pena lo de la mamá, pero mas pena da el niño, a ver como se adapta con su padre.
    Ginebra

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  4. Hola chicas muchas gracias por sus comentarios estoy muy motivada y les prometo que intentare que se aproxime a la calidad de sus historias

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  5. Me encanto el capítulo, me da mucha pena pensar que el pequeño se quedara sin mamá dentro de poco solo espero que Armando pueda llenar el vacio que dejar Melissa en la vida del niño.

    Erina

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  6. Hay Dios el miedo vaya que mueve muchas cosas tan solo espero que esté pequeño este mejor con su padre y que este le haga sentir esa seguridad que en otros lados no se puede encontrar vivir con miedo es lo peor....

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  7. Me gusta la historia aunque hasta aquí va muy mal todo T.T es triste saber y ver enfermedades separar familias
    Mary

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