Amor sin medidas
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 17 de Noviembre del 2017
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Capítulo 4
Reglas sobre la mesa
Autora: Egly
A
Chava le dio igual su nueva realidad, le importaba
muy poco lo que ocurriera a partir de ahora, sabía que aunque su madre no se lo
dijo claramente, que las cosas no estaban bien respecto a su enfermedad, de un
tiempo para acá sentía que ella ya no quería seguir en la lucha, su madre ya no
quería vivir, ahora que lo entrego a su padre, confirmo esa teoría. Se sentía
tan triste y tan solo, aunque estaba al lado de su padre, desde muchos años
atrás tenía la duda de que sería tener un papá, en ocasiones les tenia envidia
a sus compañeros de escuela, cuando observaba que los recogían a la salida,
jugaban con ellos en el parque, los llevaban de la mano a todos lados, él no
sabía qué era eso, solo eran mamá y el, pero mamá trabajaba durante largas
jornadas para darle lo que cualquier niño necesitaba, los días que no trabajaba
se dedicaba a la limpieza de la casa y a cocinar la comida de la semana, y el
poco tiempo que tenía disponible se dedicaba a ayudarlo con las tareas o a
descansar, pocas veces en su vida jugó con ella. Pero ahora eso tampoco importaba pensaba
mientras observaba los edificios de la ciudad, en todo el camino no dijo ni una
sola palabra, claro que su acompañante tampoco era un gran conversador, desde
antes de salir de la casa de sus abuelos difuntos no le había vuelto a dirigir
ni una mirada.
Por
fin después de casi una hora de camino entraron al estacionamiento de un
edificio enorme, Armando se dirigió hacia el espacio que le correspondía para
dejar su auto, apago el coche y se desabrocho el cinturón de seguridad, volteo
hacia su acompañante, el chico tenía su cabeza apoyada en el brazo que estaba
al lado del vidrio, se le veía tranquilo, resignado a su destino, incluso más
que él siendo el adulto en la cuestión.
- Aquí es donde vivo – le dijo en voz baja y llena de dudas – aquí viviremos, ven te mostrare – el chico no dio muestras de haber escuchado, así que se bajó del auto, se movió hasta el maletero sacando las pertenecías de su hijo, observo como Chava salía del auto y cerraba la puerta, llego hasta el, este le quito una de las mochilas.
Juntos
entraron en la recepción del edificio, Chava se detuvo de golpe cuando miro
aquella cantidad exorbitante de lujos, aquello era de película, era una
habitación con paredes recubiertas de madera, se fijó en los cortinales de las
ventanas eran muy extraños sin embargo le gustaban a cualquiera que las viera
tenían un color rosa pálido que le brindaban calidez a la habitación, en el
piso una fina alfombra recubría la
madera, los muebles eran elegantes, se veían caros, tanto así que prefirió no
tocar nada, jamás creyó que estaría en un lugar de estos, Armando lo condujo
hasta uno de los elevadores que se encontraban por ahí, entraron y marco el
número cinco, mientras subían el solamente abrazaba a su mochila, esto era
demasiado para un solo día, él no quería
estar ahí, su antigua casa aunque de
renta era un lugar sin lujos, con muebles sencillos, las paredes sin
recubrimiento, pero era bonita y sobre todo era suya.
Llegaron
al departamento sesenta y dos, Armando introdujo la llave de la puerta e
ingreso en el dando el espacio para que
Salvador hiciera lo mismo, encendió la luz, el departamento era pequeño Armando
lo tenía desde que se independizo de sus padres quince años atrás y aun lo
conservaba, este resultaba tener algunas ventajas, como el tener una
justificación para aquellas susodichas que pretendían mudarse con él, sin
embargo ahora esto se convertía en un inconveniente ya que no había espacio
suficiente para los dos.
- Bueno esta será nuestra casa hasta que encuentre un lugar mejor, siéntete cómodo aquí – estaba nervioso, Chava lo noto, su voz era temblorosa, chillona, no era el único en la ecuación
- Gracias señor, no daré molestias, se lo prometo
- No pensé que fueras a causarlas, y no me llames señor, es muy formal, que tal si me llamas Armando con el tiempo veremos cómo funciona – se dirigió a la cocina abriendo el refrigerador en el camino – que se te antoja de cenar – él tenía hambre, desde el desayuno no había probado bocado, además le gustaba cocinar, de esta manera se ocuparía el tiempo que restara de la noche antes de dormir
- No tengo ganas de comer – dijo distraído en la decoración del departamento – discúlpeme pero no creo que pueda llamarlo por su nombre
- Muy bien, es tu decisión – suspiro, esto sería más complicado de lo que espero, ese niño no intentaría aligerar el ambiente
- ¿Puedo retirarme a dormir?, desde muy temprano estamos de pie – ¡vaya! y donde lo ubicaría en el departamento solo había una cama y no había espacio para otra, por esa noche tendría que improvisar
- Acompáñame – le dijo, caminaron pocos metros hasta que entraron en una pequeña habitación, la única recamara del lugar, encendió la luz – aquí dormirás por esta noche – Chava la observo con interés, en ella había un ambiente masculino muy marcado, tenía una cama central con sobrecama azul rey, almohadones grandes a tono con el resto de la habitación, todo en ella decía que aquella casa era de un hombre soltero
- ¿Y usted donde dormirá? – le pregunto realmente incordiado, no quería perturbar la vida de ese hombre, que al final de cuentas no tenía la culpa de nada
- No te preocupes por eso, tu ponte cómodo por favor – le dijo saliendo de la habitación y antes de cerrar la puerta se despidió – que descanses Salvador, hasta mañana – salió de ahí sin darle tiempo de que contestara
Chava
dejo sus cosas en el piso, se sentó en la orilla de la cama a meditar, no solo
su vida cambio, también la de aquel hombre, él tenía una vida libre de
responsabilidades, sin ataduras de ningún tipo, así lo demostraba aquel lugar,
allí no había ni una pisca de feminismo, nada de objetos cursis, ni colores
chillantes, todo era varonil, ese hombre tenía un estilo de vida y el llego a
modificar eso, no se sentía a gusto con esa sensación.
Por
otro lado, Armando se ubicó en el sillón más grande de su sala, no era lo más
cómodo en lo que había dormido pero por hoy, en vista de la situación, estaba
bien, apago las lucen del lugar y se recostó, Dios que día, estaba cansado y
aun así no creía que lograra conciliar el sueño, no mientras Salvador estuviera
del otro lado de la puerta llorando como lo escuchaba en este momento, se
sentía impotente, no sabía cómo podía ayudarlo, ¡por favor!... en su vida había cuidado a un niño, bueno
estaba Xavier y Luci sus hermanos menores, pero cuando ellos nacieron ya
contaba con mas de catorce años, todo un adolescente con las hormonas
disparadas y la rebeldía a flor de piel, nunca le dio la gana contribuir a su
cuidado, ni sus padres lo obligaron a ello, por lo que ahora tenía tremendo lio
en las manos, no sabía nada de niños, menos de adolescentes, su hijo estaba a
punto de serlo y él tendría que ayudarlo a pasar por esa etapa, a guiarlo para
ser un hombre de bien.
Durante
largas horas escucho al niño llorar, no fue hasta cerca de las cuatro de la
mañana que se calmaron las lágrimas, intuía que el sueño lo había vencido, en
esas horas de insomnio no fueron improductivas, orientaba sus pensamientos en
ordenar su vida para este nuevo giro.
Eran
muchas las cosas las que tenía que definir, para empezar donde viviría porque
en ese lugar no cabrían, es la única vez que dormiré en un sillón… pensó
molesto por la incomodidad a la que estaba sometido, o compraba un lugar nuevo
o se mudaba con sus padres, ambas opciones tenía inconvenientes, irse a vivir
con sus padres sería lo más cómodo, pero sacrificaría su libertad algo que no
le entusiasmaba para nada. Pero si compraba un departamento tendría que buscar
a alguien que cuidaría a su hijo mientras él trabajaba, sus jornadas eran de
más de ocho horas diarias, también viajaba para atender ciertos proyectos, algo
que también tendría que ajustar para poder disponer de tiempo para convivir con
él y ayudarlo con la escuela, aquí otra cuestión que arreglar, había que
inscribirlo a una escuela, ¿Cuál?. Eran muchas cosas las que tenía que
organizar. Por eso en esa mañana cuando despertó supo que tendría un día muy
largo por delante y con pendientes para ocuparse durante largas horas.
Se
levantó en silencio tratando de no despertar al chiquillo, se ducho
rápidamente, se vistió con ropa informal e hizo el desayuno, cuando la mesa
estuvo servida había pasado más de una hora, era lo más que podía dejar dormir
al chiquillo, había muchas cosas por hacer ese día, tendría que apresurarse
para terminar con todo. Fue hasta su cuarto, Chava había dormido por encima de
las cobijas afortunadamente estaban a mediados de junio la temperatura era de
todo menos fría, todavía con la ropa que vestía el día anterior, solo se había
quitado los zapatos se encontraban al pie de la cama. Se sentó, puso una de sus
manos en la cabeza de Salvador, hablo despacio y en voz baja para evitar
asustarlo.
- Salvador, Salvador despierta – movía su mano acariciando los rublos negros de su cabeza – es hora de levantarse, hay muchas cosas que hacer – el niño abrió lentamente sus ojos hinchados del llanto, estaba desconcertado, no recordaba nada, poco a poco supo de donde conocía a ese hombre, nuevamente los ojitos se le llenaron de lágrimas
- No, no, no – Armando dijo cuando vio que estaba a punto de llorar –no más lagrimas las de anoche fueron suficientes, si – le limpio las dos gotas que escaparon – vamos arréglate que vamos a salir
- A donde – pregunto Chava incorporándose de la cama
- Vamos a ver dónde vivir, en este lugar no hay espacio suficiente y luego a buscarte una escuela, así que alístate por favor, el desayuno está listo – dijo saliendo de la habitación
Con
lo que Armando no contaba fue que Chava también estuvo ocupando la noche
anterior, pero a diferencia de su padre él no pensaba en organizar el desastre
si no hacerlo más complicado, durante sus divagaciones de cómo fue que estaba
en la situación como aquella, llego a la conclusión de que ese hombre tenía la
culpa de tener que separarse de su mamá, si él se hubiera hecho cargo de ellos
cuando era un niño, su madre estaría con él a pesar de la enfermedad, pero no,
este hombre se desentendió de él como de un cachorro que se abandona porque
nadie lo quiere, así que ideo la forma de volver con su mamá, para ello tenía
que hacerle la vida miserable a ese hombre para lograr que se arrepintiera de
tenerlo ahí. Ahora tenía un plan, por ello lo primero que tendría que hacer era
no obedecer a nada de lo que se le pidiera, así que ignorando la orden se volvió
a acostar y se durmió a pierna suelta sin pena ni remordimiento.
Armando
se tomó todo el tiempo del mundo para comer, medito cada bocado saboreándolo
con amor, como le gustaba cocinar, mientras ello le dio espacio a Chava para
estar listo, pero después de casi cuarenta y cinco minutos de esperar y sin
escuchar un solo ruido que proviniera del cuarto, fue a buscarlo de nuevo,
cuando lo encontró dormido se enojó mucho, odiaba que lo hicieran esperar, su
tiempo valía dinero, cada minuto desperdiciado era dinero que no ganaba, le
dieron ganas de agarrar un balde de agua fría y echárselo encima, pero se
conformó con gritar.
- ¿PERO QUÉ TE PASA SALVADOR? – grito a todo pulmón, enojado como un perro rabioso, pero Chava ni siquiera se inmuto, abrió los ojos cuando escucho los gritos, pero simplemente se dio media vuelta y lo ignoro, Armando lo tomo como un desafío, como todo hombre de negocios le encantaban los desafíos – ¡te pedí que te alistaras! – le quito la manta que lo cubría – plass,plass, plass – tres fuertes nalgadas llegaron al centro del trasero
- Auuu ¡qué te pasa! – eso lo tomo por sorpresa, ok aquello no le gustaba, mamá podía nalguearlo, era su mamá y eso era lo que hacían las mamás, pero él no era nadie y se lo dejaría bien claro. Se puso frente a él, mirándolo con odio, por primera vez desde que lo conoció pudo verlo a los ojos,… ¡usted no es nadie para pegarme!,… sus gritos se escuchaban hasta el departamento de enfrente, estaba tan furioso que sentía la piel roja de la rabia que se cargaba en ese momento – ¡no somos NADA!, así que DÉJEME EN PAZ, no quiero ir a ningún lado – estaba por darle la espalda para dejarlo con la palabra en la boca, pero Armando fue más rápido, le daría una lección y de las buenas, lo jalo del brazo para tener mejor acceso
- No te estoy preguntando si quieres o no, no es opcional, plass, plass, plass, plass, plass – nuevamente su mano soltó unos buenos azotes, este niño necesitaba modales
- AUUU... ay ya suéltame, auu, aaaay ya déjame, no puede hacer esto, NO TIENE DERECHO – sintió como era arrastrado hasta la cama a punta de nalgadas, su padre se sentó en ella y lo jalo hacia sus piernas, el chico cayo boca abajo, sus piernas fueron inmovilizadas presas entre las de su padre, una mano fuerte se apoyaba en su espalda impidiéndole levantarse
Su
estómago se encogió y por acto reflejo apretó el culito con fuerza, hacía mucho
tiempo que no recibía una buena paliza, casi tres años, la última fue cuando
descubrió la identidad del hombre, ahora estaba a punto de recibir una, trato
de cubrirse la retaguardia con una de sus manos, lo cual resulto imposible ya
que Armando rápidamente las sujeto a su espalda, estaba perdido
- Te gustan las cosas por la vía difícil ¿verdad?, plass, plass, plass – dijo soltándole tres manazos, quería poner las reglas sobre la mesa, en este caso sobre el trasero de su hijo, él no era el pelele del mocoso, por lo que no iba a tolerar este comportamiento – plass, plass, plass – soltó otros tres, la ropa le proporcionaba protección pero aun así empezaba a sentir picazón en el área, Chava estaba decidido a no llorar, ni se quejaría, no le daría el gusto – plass, plass, plass plass, plass, plass,
- Mmmj, mmm, mmmm – solo se escuchaban quejidos ahogados, cada vez era más difícil aguantar la paliza sin gritar abiertamente, conforme aquel grandulón repartía azotes sobre sus posaderas estas aumentaban de temperatura, dolía y mucho – auuu – ese último estuvo fuerte, sin más empezó a sentir como era despojado de sus prendas, … ¡qué vergüenza! pensó, estaba consciente de que se buscó el castigo al retar así a aquel hombre, pero estar con el trasero al aire fue más de lo que podía soportar, esto era demasiado, a este tipo ni siquiera lo conocía como para que lo viera en ese estado, quiso incorporarse, taparse, pero la mano en su espalda se lo impedía, jalo su cuerpo hacia atrás pero rápidamente fue acomodado de nuevo
- Haaa no, ni lo intentes, pediste esto a gritos – y sin más reanudo su tarea – plass, plass, plass, jamás me vuelvas a gritar, escucho perfectamente no hay necesidad de ello, ¿me entendiste?, plasss – cada vez que daba una orden lanzaba un azote al centro del trasero para enfatizar la petición
- Mmm – no hubo más respuesta, el chico no podía articular palabra
- Plass, ¿entendiste? – Volvió a preguntar, soltando otro azote para obligar la respuesta, a estas alturas Chava lloraba abiertamente,
- Ayyyy, si si entendí – las lágrimas descendían quemando la piel, estaba más enojado que antes, se sentía humillado, avergonzado, con las energías agotadas, lo único que quería es que esa tortura terminara de una vez
- Muy bien, plass, plass, plass, cuando te ordene algo me obedecerás inmediatamente, me entendiste, plass – Armando ahora tenía toda la atención del niño, ahora si se pondrían de acuerdo en quien mandaba y quien obedecía
- Au, ha, si si,…
- Plass, sí que
- Si entendí
- Plass, plass, plass, lo quieras o no, soy alguien para ti, tu padre, así que me vas a respetar como tal, me entendiste, plasss – aclarar que cual era su rol en la vida de Salvador era lo más importante que quería que el chico entendiera, era su padre y lo tendría que ver como tal
- Si, entendí – después de una pausa larga, lo liberaron, una vez de pie se puso su ropa rápidamente, y se fue hasta el otro lado de la cama, se recostó sobre ella a terminar de llorar su pena ,todo rastro de rebeldía se esfumo, por ahora ya no quería más problemas….
- Levántate inmediatamente, alístate y baja a desayunar, te doy quince minutos – salió de la habitación sin decir ni una sola palabra de consuelo, dejando a Chava llorando y sobándose el trasero, su mamá lo castigaba, pero siempre lo perdonaba, ahora no estaba ella para decirle que todo estaba bien. Eso lo ponía más triste
- Maldición, maldición, maldición, lo odio, hijo de puta, lo odio – con toda esa retahíla de palabrotas, termino de alistarse y se dispuso a salir para la cocina, olía delicioso, mmm, que hambre tenia, en la mesa estaba un plato con unos huevos revueltos con jamón, un vaso con jugo de naranja y pan tostado con mermelada, unos manjares para él quien tenía muchas horas sin probar bocado
- Siéntate a comer – su mal humor no pasaba, este huerco (niño) le había hecho pasar una de las buenas – voy a encender el auto, tienes diez minutos para estar listo, enseguida subo por ti, estamos – pregunto con voz fuerte – respóndeme, ¿estamos?
- Estamos – respondió con la mirada en el piso en un susurro apenas audible
Armando
salió del departamento contando hasta el cien, pidiéndole al Señor paciencia
para tratar con un niño que pronto seria adolescente, el cual, por lo visto
pretendía volverlo loco. Mientras encendía el coche y daba tiempo a que Chava
comiera, trato de tranquilizarse, no tenía caso durar enojado el resto del día
solo se lo complicaría, por lo que respiro profundamente y se recordó
mentalmente las razones por las que ahorcar a su hijo era una mala idea. Una
vez que se tranquilizó lo suficiente, subió al departamento, cuando llego Chava
ya había terminado de comer y se había lavado los dientes.
- ¿Listo?....
Tras
un asentimiento como respuesta, salieron rumbo a la zona residencial de
Monterrey.
Estos dos vas a pasar un duro proceso de asimilacion y acomodacion! Se ve que el hombre es de pocas pulgas y tiene cero tacto pero no hay que crucificarlo todavia, el pobre no tiene idea de lo que esta haciendo y se noto clarisimo cuando no tenia idea de que hacer cuando el chico estaba llorando solo en la noche. Y Chava no se la pone facil tampoco pero bueno, quien se la pondria facil a un completo desconocido q ahora va a ser tu padre. Espeto que la torpe intervencion de Armando le haya quitado esa idea de la cabeza porque si sigue queriendo artar al hombre va a terminar artando su trasero tambien.
ResponderEliminarMuy buen capi
Estoy indignadisima!! Como se le ocurre pegarle así? Y sin un día de conocerlo! Espero que salvador le haga la vida más que imposible. Se lo merece, por mano larga! Ojala salvador se plante y lo haga renegar mucho mucho mucho jaja
ResponderEliminarOpino lo mismo, Salvador tiene que hacerle la vida a cuadritos a ese grandísimo, ni medio día de conocerlo y el desconsiderado lo maja, corazón de roca, pegar así sin crear un vinculo de confianza, en vez de respeto le tendra miedo y eso no es bueno para ninguno, además no penso que el chico pueda estar sufriendo por su madre, llevnado una cruz tan grande y tan pesada sin poder compartir sus temores, con esto quien se animaría a contarle nada, yo no lo haría le tiraría al hielo total
ResponderEliminarArmando estas (señal de muerte) CUIK conmigo.
He dicho...
Marambra
(Pd. ayer no se porque no se publico mi comentario, que raro)
Hola gracias por sus comentarios me da gusto que sigan la historia no se preocupen habra muchas sorpresas tanto para armando como para chava y habra muchas travesuras que reprender y mucho que aprender ojala les siga gustando como hasta ahora
ResponderEliminarEGLY guapa abre tu correo por favor, todos queremos comunicarnos contigo y no podemos, se que deseas participar en el sorteo de fin de año, por eso necesito que abras tu correo y me respondas cuanto antes
ResponderEliminarMarambra
Hola Egly aber si esta vez se queda mi comentario ,ante todo bienvenida se nota que está historia la as pensado mucho en cómo sería cada uno de tus personajes me da penita del niño por culpa de el egoísmo de los papas está pasando una mala situación de tristeza por perder antes de tiempo a su mamá y irse de un día para otro con una persona que al fin de cuentas es un extraño para el y ya de la nada lo castigo le hace falta tener bastante más paciencia y ternura pero supongo que será con el paso del tiempo
ResponderEliminarEstoy muy molesta con Armando, apenas se conocieron y ya exige respeto y obediencia, por favor eso se gana no se exige.
ResponderEliminarVio a Salvador como si fuera un negocio, no deberia tratarlo de esa manera, deberia ser mas paciente con el niño, es obvio que el peque esta asustado y no sabe como manejar la situación.
Erina
Armando creo que se paso un poquito, debió portarse mas comprensivo, pero creo que al pobre de Salvador no le ha tocado un papa muy paciente que digamos, veremos como se reivindica luego.
ResponderEliminarme gusta tu relato
Ginebra
Armando muy mal!!
ResponderEliminarVeré como continua la historia porque ahora estoy muy enojada con ese papá incomprensivo!!
Uff sin comentarios concuerdo al 100% con chany en todo espero seguir leyendo y encontrar más capítulos
ResponderEliminarVa dejando muy bien marcadas sus reglar y sus peticiones pero no creo que al chico le guste eso jeje
ResponderEliminarMary