martes, 21 de noviembre de 2017

Amor sin medidas: Cap. 5; Autora Egly

Amor sin medidas
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 21 de Noviembre del 2017
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Augusto Moncada

Características de personalidad: Hombre serio, recto, casado hace 35 años con Nicole, miembro de nacimiento de una sociedad elite,  es honesto y responsable de principios y valores, abogado penalista defensor.
Características físicas: Hombre maduro de 58 años de edad, cabello moteado entre negro y blanco, corto, piel morena, rasgos de la cara: ojos cafés, con pequeñas líneas en los bordes, boca grande y nariz grande.  Complexión grande, gruesa, es alto con aproximado de 1.85 m.

Nicole Urrutia

Características de personalidad: Mujer bondadosa, de 52 años de edad, elegante, proviene de una familia de abolengo, casada con Augusto madre de dos varones, destacada por sus actividades filántropas, desorientada en sus prioridades.
Características físicas: Mujer de 52 años, elegante, cabello teñido de rubio, corto, con piel blanca, rasgos de la cara: ojos color miel, nariz pequeña y labios medianos. Complexión delgada, estatura media  1.70 m.  

Xavier Moncada

Características de personalidad: Joven con aspiraciones de ingresar como estudiante a la facultad de derecho, con alegría contagiosa, alma pura. Hermano menor de Armando
Características físicas: Joven de dieciocho años, atractivo, cabello cortó color negro, ondulado, piel moreno claro, rasgos de cara: ojos café claro, nariz pequeña, boca grande. Complexión media, es delgado, apenas están desarrollándose un cuerpo atleta.


Lucia Moncada

Características de personalidad: Muchacha alegre, la mejor de tres hijos, aun no tiene definidas sus prioridades, solo quiere estar con Daniel el amor de su vida. 
Características físicas: Diez y siete años de edad, cuerpo delgado, sonrisa alegre, piel morena clara

Capítulo 5
La presentación
Autora: Egly
La casa de los Moncada era una mansión enorme, preciosa, Armando tenía muchos y bonitos recuerdos de él y su familia en aquella casa sobre todo de su infancia y esperaba crear el mismo ambiente para su hijo, dio un suspiro antes de estacionar y finalmente decidió que era hora de sacar a la luz la verdad; y con ese pensamiento tras ayudar a su hijo a bajar, junto con Chava ingreso por la puerta de la cocina, tenía la intención de presentar a Salvador con sus padres y hermanos, además de solicitarles que los acepten a ambos para vivir con ellos. Durante la noche anterior, en las horas de insomnio llego a la conclusión de que la opción más viable era vivir con sus padres, de esta manera no se preocuparía por quien cuidaría a Chava cuando viajara o en las horas de trabajo, además podría conservar su actual vivienda para sus encuentros amorosos a los cuales no pensaba renunciar.
Al entrar se encontró con su vieja nana, Elena, era una mujer de sesenta y cinco años, quien cuando era niño lo cuido a él y posteriormente a sus hermanos, cuando estos crecieron era tan mayor que en ningún lugar la volverían a contratar como institutriz, así que su madre le ofreció quedarse como ama de llaves, a lo que ella acepto encantada pues amaba a sus niños y quería verlos de cerca y convertidos en personas de bien.

  • Mi niño – saludo dándole un fuerte abrazo, eran pocas las veces que veía a su consentido – que gusto me da verte, ¿cómo has estado Nandito? – Armando hizo una mueca al escuchar el monte que la nana Elena le puso de niño, ahora sonaba ridículo para un hombre de su tamaño
  • Hola nana – devolvió el saludo dándole un beso en la frente – estoy bien, ¿que tal te tratan por aquí?
  • Muy bien, muy bien… y este caballero que te acompaña ¿quién es? – dijo al reparar en el acompañante, Armando volteo a ver a Chava quien se había quedado rezagado a su espalda, abrió el brazo como un gesto para que se le acercara
  • Nana te presento a mi hijo, Salvador – Elena lo miro con sorpresa, pero se reservó sus opiniones pero su rostro cambio por uno de ternura cuando se giró para saludar al nuevo integrante de la familia
  • Hola Salvador, mi nombre es Elena – le extendió la mano con una sonrisa en el rostro, Chava la tomo con entusiasmo, esa señora era amable
  • ¿Nana? – Armando llamo la atención de la anciana – necesito hablar con mis padres antes de presentarles a mi hijo, ¿estarán en casa?
  • Tu padre está en su estudio, tu mama y tus hermanos no tardan en llegar, la señora fue por ellos al partido de Xavier
  • Se puede quedar contigo un ratito – pidió refiriéndose a Salvador, quería que la primera reacción de sus padres fuera en privado, Dios sabía que cuando se enojaban podían ser muy hirientes, no quería que su hijo fuera menospreciado, al menos no en presencia de Salvador
  • ¡Claro que sí!, no te preocupes, aquí tomaremos un gran helado ¿verdad? – fue una pregunta a la que no esperaban respuesta – ven, siéntate, dime de qué sabor te gusta – dijo hablándole a Chava

Armando ya había salido de ahí con camino al despacho de su padre, entre más rápido enfrente la situación más rápido terminaría con ello, estaba a medio camino cuando la puerta principal se abrió entrando por ella su madre junto a sus dos hermanos, a simple vista se veía que había sido un largo día, sus hermanos eran agotadores.

  • Chicos última advertencia una sola grosería más y voy a tomar cartas en el asunto, ¿me escucharon? – Nicole era una mujer entrada en los cincuentas, elegante, distinguida con clase y muy noble, era la clase de mujer que se le quiere con solo verla,  estaba dedicada en cuerpo y alma a su familia, era ama casa a pesar de tener una carrera universitaria
  • Tu hija comenzó – respondió Xavier, segundo hijo de Nicole, un joven apuesto de diez y ocho años de edad, ojos claros y sonrisa alegre

Nicole durante muchos años había intentado tener otro hijo después de Armando, pero no fue hasta que este cumpliera los catorce que Dios le concedió el deseo de ser madre nuevamente, lo que no esperaba es que justo un año después tuviera a su hija, había sido un accidente su concepción, pero la adoraba, era la luz de la casa, la niña de papá, Lucia o Lucí como todos la conocían, estaba por cumplir los diez y siete años, había heredado la belleza de su madre, era muy popular entre los chicos de su misma edad, lo que causaba grandes conflictos en casa.

  • No me importa, no me hagan renegar más, otra de las suyas y tendrán muchos problemas jovencitos – Armando les sonrió desde donde se encontraban y se acercó a su madre regalándole un beso en la mejilla
  • Hola mamá, ¿cómo estuvo tu mañana? – era irónica la pregunta, cualquiera que la viera se daba cuenta de que había sido una pesadilla aguantar a esos dos tiranos que no hacían otra cosa que pelear entre ellos
  • Uff estos dos me van a sacar canas verdes – respondió, saludando a su hijo con un beso en la mejilla, los dos adolescentes venían empujándose hasta ellos, Nicole les dedico una mirada de “ya estense quietos” – basta chicos, vengan a saludar
  • Hola hermanito, hace mucho que no nos visitabas, me tenías muy abandonada – reclamo Lucí después de plantarle un beso en la mejilla, con un pequeño puchero en la boca, ella era su mimada
  • Hola linda, he tenido mucho trabajo, por eso no había podido venir – respondió Armando mientras hacia una especie de ritual para saludar a su hermano el cual consistía en tomarse de la mano, acercar el torso y soltar los dedos en una especie de mariposa
  • Te quedas a comer con nosotros ¿verdad? – pregunto Nicole tomando a Armando del brazo para dirigirse a la sala de estar
  • Mamá –Armando se detuvo girándose para quedar frente a ella – necesito hablar con papá y contigo de un asunto muy importante
  • ¿Sucede algo malo? – tenía la preocupación en la mirada, su hijo rara vez estaba tan serio fuera de sus negocios
  • No… no es malo, pero si importante – respondió, no sabía cómo iban a reaccionar sus padres ante la noticia – ¿vamos al despacho de papá? – pregunto y su madre asintió con la cabeza, estaban por entrar,  cuando Nicole se dio media y se dirigió a sus hijos menores, no se había dado cuenta que lo estaban siguiendo con la intención de escuchar la conversación
  • Ustedes no fueron convocados, así que por favor, se comportan y respetan las conversaciones ajenas, se retiran a sus cuartos, y si los descubro escuchando detrás de las puertas, van a tomar turnos con mi cepillo sobre sus posaderas, ¿entendieron? – los amenazo muy seria, ya le habían hecho renegar y esta vez no se los pasaría
  • Aajaaaa – respondió Xavier retrocediendo asustado sobre sus pasos, Armando solo se rio por lo bajo negando con la cabeza, nunca aprenderían

Entraron al estudio personal de Don Augusto Moncada, un abogado legista, hombre que a pesar de sus cincuenta y ocho años su piel estaba sin arrugas, aunque el cabello moteado entre negro y blanco le daba un aire elegante y sofisticado. Tenía una tonalidad morena en la piel, característica heredada a sus tres hijos. Cuando este los escucho llegar levanto la vista de los papeles que leía, sonriéndole a su mujer e hijo, no se esperaba su visita.

  • ¿A qué hora llegaron? – estaba detrás de su gran escritorio de caoba pura, se levantó y se acercó a su mujer para darle un pequeño piquito en la boca, a pesar de sus treinta y cinco años de matrimonio aun la amaba, no era un amor apasionado sin medidas de juventud, sino era un amor maduro, que se forjo a lo largo de los años, a través de las dificultades donde se fortaleció el vínculo de unión, eran uno solo
  • Hace un momento apenas – contesto devolviendo el saludo – me tope en la entrada a Armando, quiere hablar con nosotros – sonrió y Augusto frunció el cejo ante aquella afirmación, alzo la vista en dirección a Armando, era raro que su hijo quiera conversar con ellos
  • Hijo – lo abrazo dándole un par de palmadas en la espalda – ¿sucede algo?

Para Armando aquello era volver el tiempo atrás, esa misma pregunta era la que su padre lanzaba a la hora de ajustar las cuentas por alguna diablura que hiciera, en esta ocasión era mucho más que una travesura de un niño, sus padres se sentaron en un pequeño sofá expectantes, mientras a él le sudaban las manos, el estómago le dolía, los nervios lo estaban consumiendo.
Estaba caminando de un lugar a otro tratando de encontrar las palabras adecuadas para dar aquella noticia, no se le paso por la cabeza sentarse y hablar de trivialidades como una visita común y luego soltar la bomba, pero él no hizo eso nunca y nunca lo haría y eso lo sabían sus padres por lo que estaban esperando una respuesta, pero Armando tenía dificultades para encontrar las palabras, seguro que a sus padres no les iba ser gracia que se haya comprometido a hacerse cargo de Salvador sin tener total certeza de ser su padre.

  • ¿Tan grave es? – pregunto su padre en un  momento dado, él y Nicole lo observan caminar y se voltearon a ver el uno al otro con una interrogante en la cara, su hijo estaba preocupado, por eso prefirió preguntar y Armando se detuvo a la mitad de la camina, pasándose la mano por la nuca y la cara
  • No es grave pero si importante – repitió la misma respuesta dada a su madre – pero si…  me va a cambiar la vida
  • ¿Te vas a casar? – pregunto Nicole emocionada
  • ¡Claro que no! – su madre de un tiempo para acá tenía la firme convicción de verlo con la soga en el cuello, pero él era un ave libre
  • ¿Estás enfermo? – fue el turno de Augusto
  • No, estoy bien, muy bien de hecho – y ambos esperaron varios minutos para que empezara su relato, pero este solo seguía caminando
  • Es un problema financiero, legal – Nicole se empezaba a preocupar de verdad, en un momento empezaría a comerse las uñas 
  • No, todo anda bien, seguimos siendo la firma más fuerte en el estado – respondió pero siguió andando en círculos, de vez en cuando se pasaba la mano por los ojos, se detenía, abría la boca pero nada, no decía nada y seguía caminando y siguió haciendo lo mismo cinco minutos después, desesperando a Auguto
  • ¿Te quieres sentar de una vez y decirnos que te pasa? – ordeno medio gritando, esto empezaba a ser extraño

Armando tomo asiento en el sillón que quedaba de frente a sus padres, no había hecho un plan sobre ese encuentro, tenía que considerar que su familia también era familia de su hijo, pero ahora que tenía que poner las cartas sobre la mesa se sentía como un adolescente que se fue a la fiesta sin gorrito y después de la fiesta recibía un detallito.

  • ¿No serás gay verdad? – pregunto Augusto, se empezaba a quedar sin ideas de que le pudiera estar pasando a su hijo
  • ¡Papá esto es importante! déjate de bromas quieres – caray no había sido una broma, pensaba Augusto
  • ¿Entonces me puedes decir qué demonios te pasa?, nos estas asustando? – ya estaba bueno de tanto rodeo
  • Es que no sé por dónde empezar – y por fin se centro y se recostó sobre el respaldo del sofá inclinando la cabeza hacia arriba
  • Pues por el principio – empujo su padre – anda dinos qué problema tienes – Armando respiro profundamente para darse valor
  • Muy bien, por el principio – murmuro antes de atacar – ¿recuerdan a Melissa?
  • ¿Melissa? – pregunto su madre
  • Si, fue mi novia durante un tiempo cuando estaba estudiando – durante unos segundos ambos padres hicieron un esfuerzo por recordar a aquella chica
  • Si, vagamente pero la recuerdo, ¿Qué pasa con ella? – Nicole más que recordar a la mujer, recordaba en la forma en que su hijo sufrió cuando esa relación termino
  • Bueno hace unos días me busco – volvió a guardar silencio
  • ¿Y? –  Augusto estaba por darle un par de cocos en la cabeza de su hijo a ver si así se acomodaban las ideas
  • Es que ella y yo tuvimos un hijo – por fin, ya estaba, ya lo había dicho, soltó todo el aire contenido, ahora solo quedaba que sus padres conocieran a Salvador
  • ¿Qué dices? – ups a su padre no quedo tan claro como él esperaba
  • Melissa y yo tenemos un hijo, un niño – ¿que parte no era clara?
  • A ver espera, ¿cuántos años tiene?, ¿es un recién nacido?... y ¿por qué no nos enteramos hasta ahora? – vaya a su madre tampoco le quedo tan claro
  • Tiene once años – demasiado feo, esto estaba resultando demasiado feo
  • ¡Explícate de una vez!, ¡¿cómo es posible que tengas un hijo de once años que no conocemos?! – Augusto ahora si estaba gritando, si Armando seguía soltando información en abonos le iba a provocar un infarto
  • Muy bien, muy bien por favor no te exaltes, yo tampoco sabía que tenía un hijo – les respondió – hace una semana Melissa se comunicó conmigo, estaba embarazada de tres meses cuando se fue, pero hasta después se enteró – les empezó a explicar cómo fue que se entero de su hijo – Por diferentes circunstancias decidió no decírmelo, ella tuvo a mi hijo, lo crio y lo mantuvo sola desde el principio – si mejor no entrar en detalles

Augusto ya estaba de pie, esto era más de lo que había esperado, necesitaba tranquilizarse; fue hacia una repisa donde guardaba licores, sirvió tres copas de brandy, le acerco una a su mujer y otra a su hijo, volvió a sentarse para escuchar toda la historia, el no se creía que no paso algo y ella por capricho decida aquello, sería muy tonto o muy oportunista.

  • Bueno hijo continua, cuáles son esas circunstancias y ¿dónde está tu hijo? – pregunto acercándose la copa a la boca, tomo solo un pequeño sorbo, Armando no quería tocar ese tema, eran aguas turbias
  • Es una historia muy larga, y – y fue interrumpido, Augusto no se conformaría con menos de lo que pedía
  • No te preocupes tengo mucho tiempo – cruzo una pierna sobre la otra y se recargo sobre el respaldo
  • Le fui infiel papá – esa era una buena razón, pero no suficiente como para alejar a un hijo de su padre – con la hermana menor, ella nos vio besarnos… – ok, pensó Augusto… ahora lo entendía mejor
  • ¡Pero ¿qué dices?! – Nicole se puso de pie gritando, estaba espantada, impactada y también muy enojada, a cada palabra que Armando decía ella se enojaba más, pero ¿quién era ese hombre?, jamás se le ocurriría que Armando se comportara de esa manera
  • Mamaá – suspiro, su madre ya lo había juzgado, le incomodaba ese interrogatorio, se sentía sucio; si había obrado mal, lo reconocía, pero ya había pagado su culpa – era joven e inmaduro, en ese entonces creía que podía estar con cualquier mujer que me gustara, no estaba bien, pero así fue
  • Tranquilízate mujer – Augusto no quería un ataque de histeria de su mujer en este momento, Nicole era de miras cortas, y normas muy estrictas para esos temas – está bien, entiendo que no te perdonara y te castigo con tu supuesto hijo – si supuesto, él necesitaba las pruebas – pero ¿por qué te busco ahora?
  • Melissa está enferma, por eso me busco, quiere que me haga cargo del niño – esto era una verdad a medias, intencionalmente había cambiado un poco la historia, quería sondear el ambiente antes de abrir la caja de pandora por completo

Augusto tenía un lema regente en su vida, primero lo primero, para después continuar, si no se comenzaba por el principio no se tenía una ruta, ni objetivos definidos; la causa de que se desviaran de ellos y decidió ayudar a su hijo afrontar esta situación tan inesperada.

  • ¿Y tú qué piensas hacer? – pregunto, más para saber que terreno pisaba, que por curiosidad
  • Hacerme cargo de mi hijo – pues ¿qué más podía hacer?, ¿dejarlo a la buena de Dios?... pues no
  • ¿Estás seguro que es tu hijo? – la pregunta salió de Nicole, una vez hecha se arrepintió enormemente, pues Armando le dedico una mirada de puro dolor – es que hijo, es tan extraño todo esto que no sé, ¿cómo sabes que no te está mintiendo?
  • Hay parecido entre los dos, las fechas coinciden, si mama es mi hijo, pero también hare pruebas de ADN porque lo voy a reconocer – Augusto respiro nuevamente con tranquilidad, eso era lo que necesitaba escuchar, una prueba
  • Ok, ok, y ahora ¿en qué consiste el trato con esa mujer? – Nicole no estaba de acuerdo con todo ello, no puede llegar a trastornar la vida de los demás sin ninguna consecuencia
  • Melissa está muy enferma, desahuciada, no puedo negarme a cuidarlo…  si no lo  hago lo llevaran a un hogar de menores

Armando se puso de pie dirigiéndose a uno de los ventanales de la habitación, se recargo sobre el marco dirigiendo su mirada hacia el impresionante jardín de su madre, estaba tan agotado, el día anterior había requerido de mucho esfuerzo, en la noche no pudo dormir y ahora estaba dando las últimas gotas de energía en ese interrogatorio, sus padres notaron la angustia y el cansancio que cargaba sobre sus hombros, su hijo necesitaba de su ayuda, Augusto tomo la mano de Nicole dándole un pequeño apretón pidiéndole secretamente que lo apoyara en su decisión, camino hasta ponerse al lado de su hijo, le puso una mano en el hombro y le hablo…

  • Hijo te vamos a apoyar en lo que decidas, cuentas con nosotros en todo momento

Armando se abrazó a su padre con fuerza, por fin sentía que no estaba solo en esta nueva aventura, su madre espero turno para poder abrazarlo y cuando lo hizo su miedo se fue, ahora sabía que todo estaría bien…



8 comentarios:

  1. Nuevos personajes!! Esto va pintando muy bien, de pronto chava tiene toda una familia creo que va a ser abrumador para él. Hay que ver como reacciona con cada uno.

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  2. Luna me robo las palabras. Me encanta lo bien que se viene desarrollando la trama.

    Chany

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  3. No me ha gustado mucho la reacción de los abuelos, parece que no lo quisieran conocer o dudaran de sus lazos, una pena pero spongo que es el recelo normal de toda familia cuando te aparece un nieto o sobrino o hijo grande, no es la novedad de un bebe que siempre te roba el corazón.
    Solo espero que sepan hacer sentir en casa a Chava porque vaya cambio que dio su vida, de tener solo a su madre ahora con toda una tropa.
    Me gusto mucho esta tu historia Egly, espero actualices pronto y tan seguido como lo vienes haciendo
    Olivia

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  4. Que dificil para el niño, un cambio tan fuera de control y ni siquiera parece tener el derecho de comportarse rebelde, mostrar su ira, estar enojado y ahora solo queda acatar lo que su padre disponga.
    Me hubiera gustado que los abuelos saltasen de alegría, pero creo que están reprimidos por la duda natural en estos casos, los años hacen a las personas desconfiadas y cautas en sus emociones, y tengo fe de que se llevaran tan bien cuando las dudas desaparezcan que se sientan arrepentidos de no haber festejado desde un inicio su llegada, que aunque le hacen una cena y todo, el pobrecillo no se siente cómodo, se da cuenta que estan forazados, ojala que no tarden mucho las pruebas y demas porque esa desconfianza y la muerte de la madre puede separar caminos en vez de unirlos.
    Un abrazo Egly, me gusta mucho tu relato.
    Por favor no te olvides revisar tu correo que ya te envié el relato de intercambio que te toca escribir.
    Marambra

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  5. U.U pobre Chava tantos cambios en tan poco tiempo!!
    Ojalá pronto lo acepten porque necesita una familia!!
    Y estar protegido para lo que se le viene!!
    Ese papá como que le quedó chico porque vamos no es un adolescente para que no sepa como tratar al chico!!

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  6. Acabo de leer todos los comentarios entre que pensaba que decirte y me encontré con que me pasa un poquito lo que a cada uno de los que me antecedieron pero no coincido en todo tampoco.

    Haber, lo primordial que siento coincide con algo que dijo Marambra: "Que dificil para el niño, un cambio tan fuera de control y ni siquiera parece tener el derecho de comportarse rebelde, mostrar su ira, estar enojado y ahora solo queda acatar lo que su padre disponga"
    Esto ya viene desde el capítulo anterior en que el padre hizo aguas por todos lados con un Chava en una situación de tal vulnerabilidad e indefensión que me preocupa y mucho.

    También coincido con Estrella en... bueno, en todo, especialmente en sus deseos!

    Con quien me reservo la opinión es con los abuelos. Si bien, siendo honesta, no me agradaron mucho por sus formas en general, creo que van a tener que demostrar de que están hechos más adelante: cuando conozcan a Chava, como adultos que son, espero que pongan sus sentimientos por delante de los propios, aún si se ven forzados a fingir una alegría que entendería que no sientan de forma espontanea, y con el avance de la relación espero que amen profundamente ese niño porque lo necesita demasiado.

    Sea como sea ya me tienes atenta esperando tus actualizaciones ¡Gracias!

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  7. Ay por Dios... ¿fui yo quien puso "HABER" en lugar de "A VER"?
    Si me busca alguien voy a estar recluida en el rincón de la vergüenza por esa bestialidad...

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  8. Armando cada vez me cae peor, hasta ahora no a hecho el menor intento por conocer a su hijo, solo lo llevo con sus padres por comodidad para que él pueda continuar con su vida y sus "amorios" como si nada pasara... pobre Chava.

    Erina

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