Carrusel: Cap. 11; Autora Nicole

Carrusel

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 2 de Abril del 2018.

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Capítulo 11

Autora: Nicole

• ¿Aló? Casa de la familia Palillo – saludo  una voz infantil
• ¿Con quién desea hablar? – respondió una voz adulta cansada
• Por favor, me puede comunicar con Jaime
• Ya se acostó. ¿Quién le buscaba para informarle?
• Soy  yo,  David  necesitaba hablar urgente con él, ¿será que lo puede despertar? – pidió muy educado y con urgencia
• Hola David, ¿Cómo va todo?
• Todo bien tío y ¿usted qué tal?
• Mucho trabajo, pero bien. En cuanto a Jaime creo que no te va a poder atender ya  que,  está profundamente dormido. Mejor hablas con él en la escuela – dijo Rafael bostezando y frotándose los ojos
• ¡Ay tío! si supiera… es un asunto muy serio, pero está bien,  no seré más insistente; mañana hablo con él en la escuela. Buenas noches
• Buenas noches niño – contesto el hombre y cerró el teléfono

En casa de la familia Mishima los padres de Kokimoto estaban tratando de llegar a un acuerdo sobre cómo debían ser los castigos para el niño, la madre se negaba rotundamente a que su hijo fuera azotado, no estaba de acuerdo con la violencia, al menos eso era lo que ella pensaba, que se trataba de violencia; mientras el padre buscaba la forma de hacerle entender a su mujer que un correctivo de aquel tipo no mataba a nadie y que era lo que precisamente el niño necesitaba  para que aprendiera a comportarse, pasaron varias horas discutiendo sobre lo mismo, hasta que al fin ambos  llegaron a la conclusión de que el chico, solo sería reprendido de esa forma en caso de hacer algo, extremadamente  grave.

• Mujer, espero que cumplas tu palabra, ya sabes que no me gusta castigar a Koki, pero a veces es necesario – dijo Mishima
• Si, ya lo sé, ahora voy a la habitación del niño para hablar con él sobre esto y haber como lo toma el pobrecito
• Melissa por favor  de pobrecito nada, como se nota que no lo conoces, pero ya te darás cuenta – le advirtió creyendo que el tiempo le daría la razón
• Por Dios Takeshi que exagerado eres, si es solo un niño travieso como cualquier otro, solo tenle un poquito  de  paciencia
• Paciencia, paciencia y más paciencia, de verdad que ya se me está agotando, mejor  ve con él y luego me informas.  ¿Te parece? – le conmino a salir de su alcoba, su  mujer tenía la capacidad de hacerle perder los estribos
• Si como quieras, al mal paso darle prisa

Contesto la mujer y se fue en dirección al cuarto de Kokimoto, llegando a la habitación encontró la puerta ajustada, entro a la misma y se acercó cuidadosamente a su hijo y comenzó a despertarlo.

• Koki, Koki, despierta amor tenemos que hablar – le dijo con calma para no asustarlo
• Nooo Melissa estoy cansado, dejémoslo para mañana – respondió el chiquillo cubriéndose con una cobija
• Pero, amor tenemos que hablar – volvió a insistir la madre
• ¿Qué?, ya dije que no, ¡Me puedes dejar en paz! – contesto algo altanero
• Muy bien Kokimoto, no pienso discutir nada más contigo, tu padre tiene razón ¡estas insoportable! me voy,  hablamos mañana temprano a la hora del desayuno – dijo Melissa y salió por la puerta, quizás su padre tenía razón pensó molesta

Finalmente amaneció y en otro lado de la ciudad estaba un niño soñando con diferentes platillos de comida, hasta que fue interrumpido.

• JAIME… JAIME… JAIME…
• Ay que pasa papá, ¿por qué me gritas?
• ¿Cómo que por qué?, ¿Que no te das cuenta la hora que es? y tú todavía aquí en pijamas, vas a volver a llegar tarde a la escuela como siempre muchacho irresponsable – lo reto levantándole las sábanas, sino no se levantaba
• ¡Ay demonios!  Yo estaba tan feliz soñando que me comía un gran pastel de chocolate y tú entras y matas toda la inspiración – refunfuño pero obedeció
• ¡Si cómo no! – contesto su padre irónico e hi un gesto con la mano amenazándolo – Inspiración te daré yo si no te apuras, que ya es demasiado tarde como para perder el tiempo de  esa manera
• Apropósito padre ¿qué hora es?
• Son más de las siete, así que muévete
• ¡Más de las siete! ¡Ay no! ¿Por qué todas las mañanas es lo mismo? – se pregunto calzando sus sandalias
• En lugar de andar quejándote, metete al baño de una vez…
• Pero, si ya no hay tiempo, lo mejor será que me quede. Total por un día que pierda no voy a reprobar el año – dijo el niño encogiéndose de hombros, al parecer se lo pensó mejor
• Eso sí que no lo voy a permitir chiquillo vago, ¡venga para acá! Plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF –  y con un movimiento rápido lo tomo por la cintura y le aplico diez fuertes palmadas encima del pantalón del pijama que tomaron por sorpresa a Jaime, quien no se esperaba esa reacción, ya que generalmente su padre, solo le retaba y amenazaba, con sonarlo, pero nunca se había atrevido, casi siempre más era el susto que se llevaba que una verdadera paliza y ahora el chico estaba con los ojos muy abiertos
• Padre ¡me has pegado! – exclamó el niño perplejo, sobándose el trasero
• ¡Si así es! Y más vale que se aliste en quince minutos, sino le daré la versión completa, no voy a permitir que se convierta en un bueno para nada, usted va a estudiar y será  un hombre de bien. ¿Le quedo claro?
• Sí señor,  claro como el agua, con permiso me voy a bañar, y camino rápidamente hasta el baño – mientras su padre se quedaba parado en la habitación y apretando la mandíbula para no reírse de la reacción de su hijo

Mientras tanto Cirilo había ido a una tienda, cerca de su casa a comprar unos bonitos claveles para entregar a la niña de sus sueños.

• Ahora sí,  María Joaquina, aceptara ser mi amiga, estoy seguro – dijo saltando de emoción 
• Hola Cirilo, ¿cómo estás? – preguntaron Alicia  junto con Valeria y Adriano quienes se encontraron con el chico en el camino
• Estoy muy contento porque volveré a clases amigos
• Si ya me di cuenta, oye y ¿eso qué traes ahí para quién es? – hablo Alicia señalando el ramo de rosas, conteniendo un suspiro
• Este, bueno es un regalo para María Joaquina, espero le gusten
• Ay a esa antipática, nada le gusta, no debiste perder tu dinero en comprar algo para ella – dijo Valeria
• Si, Cirilo ese dinero lo podías haber ahorrado para comprar una pelota de futbol – le dijo Adriano
• Valeria y Adriano, no se metan, es mi problema si yo quiero gastar mi dinero en ella – contesto algo enojado porque hablaban mal de la chica más linda de su clase – además ustedes no entienden lo que es estar enamorado
• Ya Cirilo, está bien, pero no te enojes, más bien vámonos rápido a la escuela sino llegaremos tarde – recomendó Alicia
• Si, de acuerdo

Contestaron todos y se fueron caminando.

En casa de Kokimoto, sus padres estaban  hablando con él, quien hasta el momento  había escuchado atentamente todo lo que le decían, entre el aburrimiento, el enojo y la sorpresa, no era justo.

• Espero que hasta ahora, te haya quedado claro, esta conversación hijo – dijo su padre
• Sí, me quedo claro  ya sé,  que tienes prohibido golpearme como lo hiciste
• No Kokimoto, creo que no has entendido bien – hablo de nuevo el sr. Mishima con paciencia – no te castigare de  esa forma de nuevo, solo en caso que hagas algo muy grave y por supuesto si me faltas al respeto o desobedeces, de otra manera no lo hare – prometió – además no te he golpeado, solo te di unos azotes por mentiroso e insolente
• Ya mi amor, el niño ya entendió, ¿verdad Koki? – hablo su madre
• No me interrumpas Melissa, tengo que dejar claras algunas cosas con este chiquillo – Mishima esta vez no iba a ceder en esto, había logrado la atención de madre e hijo
• ¿Ves Melissa como se pone?, ya le dije que entendí, pero no hay caso con él – dicho esto Koki se levantó de la silla e iba por medio camino cuando su padre lo tomó del brazo y lo  detuvo
• Usted se sienta, cierra la boca y me escucha lo que tengo que decirle – anunció haciendo sentar – En primer lugar, me debes respeto a mí y a tu madre, ella es mamá no Melissa, así que no quiero oír que la vuelves a llamar por su nombre porque a la próxima no voy a hablar, voy a actuar y tú  ya sabes lo que eso significa – amenazo y la piel de Koki se puso de gallina
• Pero Takeshi, a mi me… – intervino Melissa, fue interrumpida
• Ya sé lo que vas a decir, que no te molesta que te llame así, pero no es lo correcto y déjame terminar mujer que no he acabado aún – dijo haciendo una pausa para continuar – Segundo, no quiero altanerías y contestaciones en esta casa, cuando su madre o yo le hablamos, usted quietecito y escuchando. Tercero, no más mentiras, manipulaciones, chantajes,  ni berrinchitos de niño mimado ¿entendió bien el señor? – cada que lo regañaba lo usteaba y lo miraba serio esperando que respondiera con respeto pero Kokimoto no dijo nada – He dicho, si entendió bien, responda  o  ¿es que le comieron la lengua los ratones?
• Sí señor me ha quedado claro –  dijo el niño. Mishima quien demonios te has creído, para tratarme así, pero si lo que quieres es guerra, eso tendrás, yo soy muy listo, más de lo que te imaginas, y ni tu aunque seas mi padre me vas a controlar a tu antojo, ya vas a ver. Como detesto que este mundo está lleno de reglas tan estúpidas  y todavía se atreve a decir que soy un niño mimado que hace berrinche,  pero aunque este verde de la rabia tendré que tener más cuidado por lo menos hasta que me pase el efecto de los azotes porque por lo mínimo que haga, mi pobre trasero la pagara y no puedo permitirme recibir de nuevo otro castigo como ese, término pensando
• Mi amor por qué tan calladito – pregunto la madre
• No es nada Mel, es decir mamá – dijo al darse cuenta de la severidad en el rostro de su padre – solo analizaba mi situación
• Ay, pero que niño tan inteligente tengo – dijo orgullosa
• Chao padres me tengo que ir, sino llegare tarde a la escuela
• Que te vaya bien hijo – se despidieron de él ambos progenitores