Carrusel: Cap. 12; Autora Nicole

Carrusel

一一一一一一一一一一一一一一一

Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 9 de Abril del 2018.

一一一一一一一一一一一一一一一

Capítulo 12

Autora: Nicole

Todos los chicos de la ciudad de Sao Paulo, iban corriendo en dirección a la Escuela Mundial a recibir sus respectivas clases, ya dentro de la misma se oía el escándalo causado por los pequeños, todos los días lo mismo, la directora ya no sabía qué hacer, detestaba tanto la bulla siempre se terminaba encerrando en su oficina y tomando sus medicinas para la presión arterial.

• Ay no sé cómo aguanto a aquellas pestes, llevo tantos años trabajando en esta escuela y es como si fuese la primera vez, pero es que parecen animales salvajes que escaparon del zoológico, pobres padres los compadezco ¡Uy no, está cabeza mía que se me quiere reventar! – murmuraba la directora frotando su frente

Mientras tanto en las bancas de la escuela, estaba María Joaquina sentadita, bien solita, leyendo un libro, cuando de pronto se le acerca Cirilo.

• Hola María ¿cómo estás? te he extrañado tanto
• ¿Qué quieres niño? ¿Por qué me interrumpes?, no ves que estoy ocupada – dijo pasando la página tres de un libro que estaba leyendo, ignorando a Cirilo
• Yo solo pasaba por aquí, para saludarte y entregarte esto – insistió sosteniendo en sus manos  un  ramito de claveles que había comprado y extendiéndolo para que María Joaquina lo coja, ella primero  lo miro de reojo, después  dejo el libro de lado, tomo las flores en sus manos, miró ahora al chico de pies a cabeza, después miró el ramo y seguidamente lo aventó a la basura. Cirilo miro la escena atónito – Pero María, yo pensé que te gustarían – agregó
• Pues pensaste mal, nada que venga de ti me va a gustar jamás, pero  ¿por qué rayos, será que no puedes entender algo tan simple? en vez de buscarme a mí, deberías mezclarte con los de tu raza, los otros negros apestosos iguales a ti – contesto muy enojada creyendo que nadie la oía

Pero mientras María Joaquina insultaba al chico, sentado en una escalera de la escuela, se encontraba Daniel, escuchando y observando todo.

Cirilo, no podía creer lo que sus oídos habían escuchado y por primera vez se puso rojo de  rabia, entonces le arrebato a María Joaquina el libro que estaba leyendo y le arrancó la mitad de las hojas luego lo tiró al piso y empezó a pisotearlo todo. María Joaquina pego un grito, y luego iba a darle una cachetada a Cirilo, pero este estuvo bien atento, le cogió la mano y se la detuvo.

• Suéltame… Suéltame… eres una bestia, voy a contar todo a la profesora Helena ¡Esto no se quedara así, maldito salvaje! – Cirilo la soltó, se fue corriendo y llorando al baño, mientras la niña se disponía a quejarse con la profesora

En otro lado de la escuela, dos niñas conversaban ajenas a lo sucedido.

• La verdad no he hecho la tarea Bibi, y no voy bien en matemáticas, estoy preocupada porque mi madre me advirtió que si no apruebo la materia, me va a poner un castigo bien severo.
•  ¡Ay! no sé qué decirte  Valeria,  pero ¿por qué no la hiciste si tuviste toda la tarde libre?, You are a lazy! (¡eres una floja!)
• ¡No Bibi, no es eso! – Exclamó ofendida y luego añadió – Yo iba a reunirme con las chicas en la casa de Alicia para estudiar y resolver los problemas, pero mamá me castigo sin salir  y como no entiendo los temas, pues no hice nada y ahora estoy preocupada, ya que ¡No sé, qué voy a hacer!
• Pues  lo único que puedes hacer es decirle a la profesora que te de otra oportunidad
• ¿Y si no quiere?
• Valeria do not lose anything with trying (Valeria no pierdes nada con intentarlo) – habló Bibi
• La verdad no sé – murmuro Vale resiganda
• Bueno es una decisión tuya, te dejo y piénsalo bien girl (chica) – dijo y se fue

Ay Bibi, esta como loca, esa Helena jamás me dará otra oportunidad, si se nota que yo no le caigo bien, pero tengo otra idea, pensó y se dirigió al salón.

María Joaquina entró al salón de clases y empezó a lloriquear y hacer drama, con el libro hecho pedazos en sus manos, comenzó a mentir y a decir a la profesora que Cirilo la había golpeado y jalado del cabello, hasta llego a inventar que el niño le había echado un escupitajo en la cara.

• María Joaquina cálmate, hablare con Cirilo, te prometo que esto no va a quedar así, pero antes quiero saber ¿por qué él reacciono así? – le  pregunto  la profesora Helena
• Porque es un salvaje, ese niño no conoce la palabra educación profesora, ay me siento tan humillada – dijo con lágrimas de cocodrilo
• Voy a hablar con él enseguida, mientras tú te quedas ahí quietecita, ¿de acuerdo?
• Si  profesora Helena – respondió la niña

La profesora salió en busca de Cirilo, cuando en medio camino  se  tropezó con Daniel.

• Ay Daniel, lo siento ¿te lastime?
• No, estoy muy bien, no se preocupe
• Oye Daniel ¿Has visto a Cirilo? – pregunto la señorita
• Si profe,  se fue corriendo y llorando hasta el baño
• Y ¿eso por qué?
• Profesora sucede que María Joaquina ofendió a Cirilo y pues este cogió un libro que estaba leyendo en aquel momento,  se lo destrozo y pisoteo todo, después ella se puso a gritar como loca e intento pegarle, pero él se lo impidió – le conto todo sin cambiar nada de lo que vio – yo sé que María Joaquina fue a quejarse con usted, pero le juro profesora que mi amigo no tuvo la culpa de nada, él solo se defendió, porque ya  está cansado de ser humillado por ella, no lo castigue por favor – le pidió  Daniel con cara de pena
• Espera Daniel, es cierto todo lo que dices, pero te ha faltado contar el resto de la historia, según ella, él le golpeo y escupió a la cara y sabes muy bien que ese tipo de comportamientos no están bien vistos en esta escuela – respondió la profesora suspirando, tenia un buen lio entre manos
• Si claro que lo sé  profesora, pero le digo  todo eso  que ella dijo es mentira, créame es un gran embuste solo  para perjudicar a Cirilo ya que, lo detesta y sin razón – hablo Daniel hundiéndose de hombros, si la profe dudaba nada podía hacer por Cirilo
•  Ay Daniel, no sé a quién creerle – Helena estaba con las manos atadas
• A mi profesora – suplico Daniel mirándolo con esperanza – yo no miento y lo vi todo con mis propios ojos, no castigue a Cirilo se lo pido por favor – rogo el niño muy serio preocupado de su amigo, era injusto
• Mira Daniel no te preocupes, ve por Cirilo y dile que lo espero en el salón de profesores, yo hablaré con él ¿de acuerdo?
• Si como usted ordene

Daniel  fue  a los baños de los varones y encontró al chico de tez oscura llorando tristemente en un rincón, sentado;  con la cabeza puesta en sus rodillas, hasta que se le acercó Daniel y se dispuso a hablar con él.

• Hola Cirilo, ven acá amigo, no más lágrimas si – Daniel lo abrazo tiernamente y le consoló justo como haría un padre cuando su hijo tiene problemas, pero en este caso  las palabras de alivio se las decía uno de sus mejores amigos

Cuando Cirilo se calmó un poco y el llanto se convirtió en sollozos, su compañero de clases, le informo que la profesora tenía que hablar con él sobre el asunto con María Joaquina. Cirilo  salió del baño en dirección a la sala de profesores y cuando llego encontró la puerta medio abierta, por lo dijo buenos días y entró a conversar con la profesora sobre el asunto ocurrido, él conto las razones por las cuales  actúo  así  con  su compañera, mientras Helena escuchaba atentamente  todo. Cuando Cirilo terminó de hablar,  la educadora le dijo que tendría una plática con María Joaquina al culminar las clases del día después de dicho eso mando a al niño a la clase de música.

En esa clase todo era un completo desorden, la profesora Matilde, no podía más con tanto alboroto, los niños siempre se las arreglaban para sacarla de quicio todos los años era lo mismo y este no sería la excepción. Y así estaban todos armando tremendo desorden, Valeria sonando un par de panderetas y trepada arriba de una silla cantando, por otro lado David, Koki y Adriano haciendo toquecitos con una pelota de futbol, Jaime, Alicia y Bibi, peleándose el piano que había en el aula de clases, Carmen conversando con Laura, Paulo empujando a Cirilo para que tropezara con unas botellas plásticas de agua que habían en el medio de la sala, hasta Daniel, el niño modelo estaba en la diversión, pues agarro una guitarra de no se sabe dónde y empezó a tocarla sentado en el suelo, la única que no estaba participando era María Joaquina que estaba cruzada de brazos y con un dedo acariciaba su cabello y miraba al resto de sus compañeros con gesto de desaprobación… y la profesora esa no sabía dónde meterse, quería salir huyendo, hasta que por fin  culmino la hora y los niños se fueron a recibir las clases de las otras asignaturas historia, geografía, ciencias etc. hasta que sonó el timbre del recreo lo que Valeria aprovecho para revisar las bolsas de sus compañeros y poder coger el cuaderno de alguno y copiar los problemas de la tarea de matemática, y así lo hizo empezó a registrar cada una de las maletas, excepto la de Jaime, ya que sabía perfectamente, que era el más bruto de la clase y si copiaba de su cuaderno seguro se sacaba un gran cero, por eso se le prendió el foco y pensó en Daniel, si como no,  el niño más brillante de la clase, la sacaría de apuros y fue en ese preciso instante que cogió el cuaderno del chico  lo puso en el pupitre de la profesora y empezó a pasar todos los ejercicios a su cuaderno, termino y dio un suspiro, ella pensaba que nadie la estaba viendo, pero Paulo había entrado al salón cuidadosamente cuando en lo que tenía que estar era en el aseo de la escuela, no de entrometido, pero que más se podía esperar de Paulo Guerra, es que ni castigado estaba quietoy la toco por la espalda haciendo que esta se asustara mucho e hiciera derramar un frasco de tinta china negra que para desgracia de ella estaba al lado del cuaderno de Daniel y por supuesto le cayó parte del líquido, haciendo que el mismo quedara completamente manchado.

• ¡Ay no! – Exclamo preocupada Valeria – ¿ves lo que me hiciste hacer?
• ¿Yo? ese no es mi problema, nadie te manda a andar de tramposa y copiar la tarea de otros, quiero ver la cara de Daniel cuando se entere lo que le hiciste a su cuaderno, con lo cuidadoso que es él cuando se trata de este tipo de asuntos, ¡pobre de ti niña! No quiero estar en tu pellejo, me voy ¡Enserio! no quiero estar en tu funeral – Paulo salió a su compromiso y  Valeria puso el cuaderno de su compañero en su mochila, luego corrió y se fue a lavar la mano que traía manchada, David la vio y le llamó
• Oye Vale espera,  ¿qué pasa?¿Por qué corres?, todavía ni ha sonado el timbre –  dijo él tras ella
• David ocurrió algo terrible, y me siento muy mal
• ¿Qué paso? cuenta de una vez – dijo sacudiéndole el brazo
• Es que el cuaderno de Daniel…  David el cuaderno de Daniel…. Este…  ¡Ay no se!
• Valeria Ferreira, me vas a decir que le paso al cuaderno de Daniel en este preciso instante, en vez de andar dando vueltas con la lengua – contesto desesperado del nerviosismo de su amiga
• Es que yo lo tome sin permiso para copiar la tarea, que no tuve tiempo de hacer y allí cuando estaba en eso, de pronto llega Paulo y me asusta y yo sin querer dejo caer una tinta negra encima del mismo – le conto ya con lagrimas en los ojos, esto era terrible
• Mmmh ya veo, ¡Ay Valeria siempre metida en problemas! bueno, no te preocupes, solo es cuestión de buscar una solución, después de todo fue un accidente – En lo que hablaba David sonó el timbre
• Vamos Valeria – Dijo el niño jalándola del brazo
• Es que… es que  tengo miedo que me castiguen
• Ven de una vez – dijo jalándola del brazo, solo que esta vez más fuerte – Mis padres dicen que hay que ser responsables de nuestros actos desde pequeños
• Si tienes razón – ambos entraron a la clase

Ya dentro la profesora pregunto por la asignación y luego pidió todos los cuadernos, cada niño se lo entrego, y cuando Daniel fue a buscar el de él y lo abrió donde estaban los problemas, puso cara de terror al ver el estado en que estaba.

• Profesora, yo no deje mi cuaderno en estas condiciones, alguien tuvo la osadía de registrar mi mochila y hacer esto a propósito, por lo que exijo que el culpable se presente y de la cara ahora mismo – hablo enojado Daniel
• Calma Daniel, todo se va a solucionar – la profesora Helena sabía que Daniel no mentía, él era un chico muy inteligente y ordenado con sus cosas, siempre cumplía con todos los deberes, nunca tuvo un problema con ningún profesor y las cualidades más importantes que tenía eran la honestidad y la solidaridad con sus compañeros, pero cuando tenía que ser justo lo era, por eso estaba pidiendo explicaciones
• Niños y niñas ¿quién de ustedes se atrevió a hacer esto? – dijo señalando el cuaderno mientras Paulo levanto la mano
• Haber Paulo dime
• Profesora no es que yo sea chismoso y quiera perjudicar a alguno de mis compañeros de clase, pero yo vi a Valeria metida en el salón de clase en la hora del recreo – y bien que quería ver la cara de Valeria contrita
• Gracias Paulo. Valeria de pie
• Profesora yo –  la niña se levantó nerviosa
• ¿Fuiste tú la autora de esta travesura?
• Profesora yo la verdad – En lo que hablaba la niña alguien se paró
• Profesora, Valeria no tiene nada que ver en esto, ella solo fue al salón por qué yo la mande a buscar mi merienda, que había olvidado y como estaba ocupado conversado con la chica que asea la escuela le pedí el favor, ella no hizo nada, yo fui quien cogió el cuaderno de Daniel, para copiar los problemas, ya que no los hice, es todo culpa mía, si hay alguien que castigar es solo a mí – dijo el niño
• David, no puedo creer esto que acabas de decir, sé que eres muy buen estudiante, pero tengo que tratarte igual que el resto ya que,  en este salón nadie tiene corona, así que dame tu agenda inmediatamente, llevaras una advertencia a casa y tendrás que traerla firmada por alguno de tus padres y en esta asignación tienes cero por copiar, sabes que no está permitido y espero que no se repita sino iras a la dirección y la sanción será peor. ¿Te quedo claro? –  
• Si profesora – y el niño le dio la agenda y la profesora lo miró severamente, luego anotó todo lo acontecido.

El pobre David tenía cara de nerviosismo y angustia mezclada, quería salir huyendo de aquel salón, todos sus compañeros lo miraban serios y enojados, ¿cómo podía hacerle eso a Daniel?, un chico tan bueno que no se metía con nadie eran los pensamientos de todos sus amigos, y si las miradas mataran seguro que a esta altura el chico estaría en el otro mundo.