Formando una pequeña manada
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 18 de Mayo del 2018.
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Capítulo
10
Autora:
Marambra
- Lo siento hijo, no creí que esto fuera a pasar – murmuro
Juan Carlos mortificado al ver la reacción de Joaquín cuando vio a Sebastián
semiinconsciente en aquella habitación de hospital
- Te dije que no tenía permiso – respondió
su nieto acercándose a su pequeño – esto es tu culpa
– lo acuso sin poder controlar su
enojo aun cuando se prometió no culpar a nadie menos a su abuelo, pero ver a
Sebastián aparentemente sedado, con vías por todos lados recibiendo oxigeno y
con una sonda urinaria echó por tierra sus intenciones
Juan Carlos sintió una horrible opresión en el pecho al oír a su nieto acusarlo, menos mal Luis fue al baño pero no pudo decir nada a su favor porque ese momento entraron los médicos que estaban tratando a Sebastián para hablar sobre su estado de salud; así que decidió salir de la sala para dejar a Joaquín con los profesionales, pero después de que ambos médicos salieran y Joaquín no los llamara para que vuelvan entrar, decidió regresar a casa entendiendo que su nieto ahora mismo estaba enojado con él y con justa razón, pero no era el único que estaba enfadado, él estaba muy enojado con lo que hicieron ambos muchachos estando bajo su cuidado y supervisión que empeoraba la situación.
A
causa de esto Joaquín acababa de llegar de un viaje en el primer vuelo que
encontró disponible teniendo que perderse la conferencia por la cual había
pagado un montón de dinero por asistir; él pobre hombre había hecho todo lo
posible para que alguien pueda suplirlo en su consulta no solo por tres días
sino por dos semanas, dos semanas que quería disfrutar con su hijo, Sebastián
había sacado muy buenas calificaciones en el colegio y estaba en el cuadro de
honor, por esa razón decidió premiar el esfuerzo de su hijo llevándolo de viaje
aprovechando las vacaciones invernales que coincidían con el congreso de
farmacología al que se había inscrito con casi tres meses de anticipación y que
duraría tres días; como era de esperarse, Sebas estaba muy emocionado y no dudo
en contarle sus planes a su abuelo prometiéndole traerle algún recuerdo de
Montevideo, solo que Juan Carlos había hecho desistir al chico de viajar con su
padre y lo convenció no solo a él sino a Joaquín mismo que no se lleve a
Sebastián consigo desde un inicio con el sano pretexto de que se iba a aburrir
estando encerrado en el hotel tres días y peor si lo llevaba consigo a la
conferencia, mejor él despachaba al muchacho la misma noche que Joaquín
terminaba el curso y así los dos disfrutaban sin renegar de por medio.
Obviamente
a Joaquín no le gusto mucho la idea en un inicio, pero conociendo a Sebastián
como lo conocía sabía que iba a estar esos tres días o quejándose del
aburrimiento o haría alguna de las suyas al verse solo sin control, además temía
como cualquier padre a los peligros de estar en una ciudad desconocida sin
conocimiento de las leyes o sus derechos ciudadanos, así que acepto la
propuesta de su padre con algo de duda y no era porque Joaquín no confiara en
su propio abuelo, confiaba en el ciegamente e incluso su vida porque lo había
criado cuando sus padres fallecieron, sino que estaba casi seguro de que Sebastián
se metería en algún problemas por culpa de Luis y no necesariamente junto a él
y llegar a esa suposición no fue difícil, las pasadas navidades se dio cuenta
que su sobrino podía ejercer cierta presión negativa para que Sebastián haga
cosas que normalmente no haría y su muchacho no solo no lo cuestionaba, sino
que estaba desesperado de probar su valía, quería impresiónalo a toda costa, tema
que Joaquín saco a colación noche antes de viajar con el afán de que su padre
tenga cuidado con ambos y este más pendiente.
- Me alegra que hayas
aceptado mi propuesta – le había dicho Juan Carlos
a Joaquín no hace ni 4 días antes de su viaje – podrás
concentrarte en tu curso sin temor y sin estar a cada rato pendiente del
teléfono – porque ese se
suponía iba a ser el medio para mantenerse comunicado con su hijo los tres días
que dure el curso – además Sebastián no se aburrirá para
nada, mañana llega Luis y seguro lo pasaran bien – dijo iluso el abuelo
- No, no, no… entonces no,
prefiero que Sebastián se vaya conmigo de viaje aunque se aburra por esos tres
días, además siempre puedo pedir al hotel que lo incluya en alguna caravana
turística – indico
Joaquín parándose para mirar a su hijo por la ventaba jugar solo con una pelota
en el patio, Sebastián era tímido a la hora de hacer amigos y en navidades Luis
no fue muy amable con el chico que digamos y si él no le dijo nada a Marcelo
fue por no opacar las fiestas de fin de año o parecer un padre sobre protector
como lo acuso en alguna ocasión el abuelo, pero cuando encontró a Sebastián
cabizbajo en la cocina quiso saber que ocurrió, fue cuando se quejo de que Luis
no paraba de llamarlo llorón y que el abuelo no hizo nada para defenderlo; fue
cuando decidió conversar del tema en privado y lo hizo, Juan Carlos se
sorprendió al inicio porque se olvido del tema pero luego recordó de que se
trataba y Joaquín quedo satisfecho con la explicación dada ese entonces.
- OH vamos Joaquín… ¡somos
familia!, ¿no puedes creer que Luis o Marcelo o yo mismo vamos a tratar mal a
Sebastián como me lo hiciste notar en navidades? – respondió el abuelo mirándolo fijamente
como diciendo: ¿estás dudando de mi?, pero tuvo el efecto contrario, Joaquín se
quedo callado y no porque se sienta avergonzado sino porque lo puso de mal
humor y su abuelo se dio cuenta que no le diría nada por respeto, así que se
vio casi en la obligación de forzar la charla – mira… admito que
Luis no fue muy amable, pero eso fue porque se puso celoso de que yo tenga un
nieto propio y mi atención se desvíe hacia Sebastián y no tenga mi amor en
exclusiva nada más, no es mal chico es un poco despistado… tu sabes ¡es el hijo
de Marcelo! – y Joaquín tenía
que darle en parte la razón, su sobrino confeso eso de su propia boca, no con
las mismas palabras pero unas similares – y te voy
recordando que Luis se disculpo en su momento y Sebastián lo entendió, eres tu
el que pone peros – lo acuso,
Joaquín iba a decir algo al respecto pero su abuelo no lo dejo – esta es una gran oportunidad de que se conozcan y no
estando ni tu ni Marcelo yo sabré manejar las cosas a mi manera y sabes que soy
imparcial – aseguro
llenándose la boca con aquellas palabras e hinchando su pecho de orgullo con
aquel galardón que en un 90 % era cierto, gran cosa en realidad para un hombre
y con tal argumento convenció a su nieto dejar a Sebastián con él – además solo
serán tres días Joaquín, ¿qué puede pasar en tres días? – y aunque aquellas
palabras no barrieron sus dudas no podía negar que era un buen argumento
- Está bien papá – contesto Joaquín a su abuelo sin ganas de
discutir y queriendo dar además una oportunidad a ésta oportunidad para que
Sebastián y Luis se lleven bien, total, ambos iban a compartir aula o por lo
menos colegio a lo largo de los años si antes no pasaba nada claro – voy a hablar con él y cambiare el billete del vuelo si él
lo quiere – agrego para dejar
abierta esa posibilidad
Como era de esperarse Sebastián quiso quedarse con su abuelo pese a que Luis llegaría, él también quería comenzar de nuevo con su primo, le gustaba lo popular que era, tan seguro y tan confiado de sus propias habilidades y esa innata picardía con la que se comía él mundo, cualidades que quería para sí y que al mismo tiempo le intimidaban; ambos muchachos se conocieron en casa del abuelo motivo de las navidades pasadas, era la primera vez que lo vería había oído hablar tanto de él y del tío Marcelo que para cuando llego la oportunidad, Sebas desbordaba curiosidad; con sus tíos el cariño fue inmediato sobre todo con Marcelo quien era primo hermano de Joaquín, quizás por el factor común que compartían con su padre… su tío Marcelo y Joaquín quedaron huérfanos en el mismo accidente automovilístico cuando ambos tenían 8 años, razón por la cual se criaron con el abuelo Juan Carlos hasta la edad de 15 años, que fue cuando sus verdaderos abuelos decidieron llevarse a Marcelo al extranjero para que concluya el colegio y siga una carrera universitaria, algo que Juan Carlos no pudo negarles porque legalmente ellos tenían la custodia total del menor y si se quedo con él, fue porque querían darle estabilidad tras el accidente y no llevarlo de un lado a otro producto de la carrera militar de Francisco hermano mayor de Juan Carlos, quien se retiro del ejercito cuando el muchacho iba a terminar el bachillerato, pero cuando su carrera concluyo Marcelo tomo el primer avión desde Alemania regresando al lado de Juan Carlos quien lo ayudo a estabilizarse y encontrar trabajo hasta que se independizo completamente, desde entonces se reunían todos los años en Navidad o en Año nuevo, aunque los últimos tres años no estuvieron juntos, primero porque Joaquín fue destinado a una localidad pequeña consiguiendo trabajo adicional en ese orfanato donde conoció y adopto a Sebastián y segundo porque Marcelo fue movido temporalmente también a otra ciudad por cuestiones laborales e iba regresar a casa con su familia en unos cuantos días más, esa era la razón porque que Juan Carlos tendría a Luis consigo hasta que sus padres se muden y quería que Sebastián y él se conozcan más a fondo, total, iban a verse más seguido y compartir incluso colegio.
Pero
sus buenas intenciones quedaron en eso, en intenciones y no era que Luis haya
tratado a Sebastián de mala manera, sino todo lo contrario, ambos chicos al
verse sin sus padres y con el espacio y libertad que les dio el abuelo tuvieron
la oportunidad de conocerse y aunque eran totalmente opuestos uno del otro
querían agradarse mutuamente; quizás Luis en un inicio por sacar ventaja de
Sebastián respecto a tener a alguien que le haga las tareas: si se
puede porque no, era su lema y Sebastián porque quería ser popular como
su primo que en menos de una semana ya había empezado a levantar masas y
arrancar suspiros de las chicas, guapo era, coqueto como el solo y tan seguro
como el sol de que al día siguiente brillaría sobre el cielo aun cubierto de
nubes y esa seguridad, sumada a su labia dulce o mordaz según convenga hizo que
conquiste no solo a las chicas sino a nada menos que un grupito selecto de
chicos del vecindario cuya popularidad no radicaba precisamente en su hermosura
sino en su habilidad con la batería y la guitarra eléctrica, y cuya amistad te abría
las puertas incluso del infierno, justo a donde fueron a parar Luis y Sebastián
desobedeciendo al abuelo.
- ¿Abuelo? – murmuro Luis incomodo con el silencio de Juan Carlos cuando por fin llegaron a la casa, y claro el abuelo estaba enojado pero más que enojado estaba preocupado por la salud de Sebastián, de no estar con Luis a cuestas se hubiera quedado en el hospital pese al enojo de Joaquín – ¿estás enojado conmigo? – le pregunto cuando entraron
- ¿Tú qué crees? – respondió Juan Carlos una vez que estuvieron dentro
- Pero no fue mi culpa abuelo – se defendió Luis colgando su chaqueta junto al abrigo de su abuelo en el perchero – yo no le dije que bebiera como loco – agrego enojándose
- Ese no es el caso Luis, yo los mande al cine– respondió Juan Carlos cerrando la puerta con llave sin que ninguno de los dos se dé cuenta de que tenían compañía – ustedes no tenían permiso para ir a ese local y menos a hacer las tonterías que han hecho – agrego
Algo que llamo poderosamente la atención de Marcelo, eran las once de la noche y Marcelo había llegado dos horas antes con ganas de darles una sorpresa a su hijo y a su padre, creyendo que Joaquín se había ido ya a Montevideo con Sebastian a pasar las vacaciones, pero al parecer el sorprendido iba a ser él y no precisamente con una notica que lo haga saltar de alegría.
- Pero abuelo hazme caso
- No Luis, ahora mismo estoy muy enfadado con lo que hicieron,
así que mejor ve a darte un buen baño, te pones el pijama y bajas a que te de
algo de comer y luego a la cama, que mañana a primera hora hablaremos con tu
padre sobre lo que ha pasado – sentencio Juan Carlos y no porque él no
pueda resolver el asunto, que tenia carta abierta sino porque Juan Carlos tenía
un política muy particular desde que se convirtió en bisabuelo, y era que no
iba a tapar ninguna trastada de los chicos a sus padres cuando estén bajo su
cuidado
- Eso Nooo – grito Luis empezando a caminar tras de su
abuelo como un pato desesperado – abuelo por favooor – replico
- Lo siento Luis, pero tú sabes que no me gusta mentir, así que mañana cuando tu padre llame le contarás la verdad
- NO es juuuuuusto – empezó a chillar Luis cruzándose de brazos,
el gran hombre estaba ahí gimoteando como crío, si en el fondo no era más que
un mocoso
- Justo o no, eso esta decidido – contesto
el abuelo lavándose las manos en el lavaplatos para empezar a prepararle algo a
su adorado bisniesto antes de mandarlo a la cama
- Pero yo no quiero que mi papá se entere – contesto
preocupado sentándose todo chueco en la mesa y tenía buenas razones para no
querer que su padre se entere de sus andadas
Fue cuando Marcelo decidió aparecer en la cocina, ya había oído lo suficiente desde la alacena a donde se metió para dejar las provisiones que le compro a su abuelo en vista de que se quedarían en su casa unos días hasta que le entreguen su vivienda, ya que se habían atrasado con la pintura.
- ¿Enterarme de qué? – y bueno no pudo evitar hacer aquella
pregunta antes de saludar siquiera, ocasionando que tanto Juan Carlos como Luis
se peguen un susto
- ¡Demonios Marcelo! – como era de esperarse Juan Carlos fue el
primero en recuperarse de la impresión y reaccionar – ¿qué quieres?, ¿matarme de un susto?
– lo regaño
- Lo siento papá – contesto; tanto él como Joaquín solían
llamarlo papá desde chicos – es que no pude evitar oír su charla – dijo mirando a su hijo con el ceño fruncido – y tu ¿no me vas
a saludar? – agrego pero increíblemente dándole un abrazo cálido a
su abuelo y claro Juan Carlos salió a su defensa sin ser notado, le dio un leve
pellizco a Marcelo en el brazo como advertencia y Marcelo bajo el tono de voz – ven a darme un saludo como es debido – le
ordeno sin gritar y sin cara de ogro y Luis se acerco tímidamente a su padre
- Hola papá – saludo dándose un beso en la mejilla, lo
mismo que hacia Sebastián con Joaquín – voy a bañarme – anuncio
ante el escrutinio de su padre, queriendo salir huyendo de su destino, pero
Marcelo lo atajo, algo estaba escondiendo su enano, algo feo
- Siéntate – le ordeno arrastrándole la silla para que
siente mientras se acercaba con disimulo para sentirle la ropa y la boca
- Pero el abuelo me dijo que me vaya a bañar – contesto
queriendo obedecer convenientemente a su abuelo
- Lo sé, pero ahora siéntate – repitió la orden mirándolo fijamente, y no
cedió hasta que Luis se sentó y cuando lo hizo se acerco sin disimulo y empezó
a olerlo, parecía un gran sabueso – ¿has estado bebiendo verdad? – pregunto y Luis bajo la mirada – ¿papá? – murmuro dirigiendo su mirada al abuelo
- ¿Porque no vas a bañarte Luis? – indico
Juan Carlos en una sutil orden que era más para Marcelo que para el chico, Juan
Carlos quería hablar con él, quizás suavizar un poco las cosas aunque no veía
como, pero Marcelo no quiso
- No, te quedas aquí y me dices que ha pasado
- Marcelo por favor – intervino
el abuelo una vez más
- No papá, yo tengo derecho a saber si ha vuelto a beber – le
dijo mirándolo
con una ceja levantada como diciendo, no puedo creer que quieras justificarlo,
Juan Carlos sabía que una de las razones por las que Marcelo volvía a la ciudad
era para alejar a Luis de los problemas que empezaban a perseguirlo
- Tienes razón – murmuro levantando las
manos
- ¿Y bien? – y dirigió la pregunta esta vez a Luis – ¿vas a decirme
que paso? – pregunto de nuevo y Luis solo atino a morderse los labios
y mirar el suelo, uno de sus peores defectos era que no sabía mentir, eran tan
transparente en sus gestos que su padre ahora mismo podía leer la palabra
culpable en su frente – Luis… ¡mírame! – y
lo obligo a hacer contacto visual – ¿has vuelto
a beber?... ¡Sin mentir! – y el pobre de Luis se derrumbo
- Pero fueron solo dos cervezas papá yo no bebí como Sebastián
hasta caerse las gradas – y si por un momento creyó que eso lo
salvaría se equivoco
- ¡¿Co… cómo?! – pregunto Marcelo casi atorrándose cuando
proceso aquella información, mientras Luis aprovecho para ponerse detrás de su
abuelo por si acaso, aunque intuía que esta vez si se llevaría una paliza de su
padre – ¿Dónde está
Sebastián? – pregunto dándose
cuenta que el muchacho no había por ninguna parte y quería verlo
- Está en el hospital con Joaquín… – respondió
su abuelo
No tenia caso ocultar nada, tarde o temprano iba a enterarse de las cosas así que decidió contarle a su sobrino nieto lo que paso con los chicos, incluso el hecho de que Joaquín tuvo que regresar de su congreso porque Sebastián se había intoxicado con alcohol, el muchacho nunca antes había bebido y para colmo había debutado con ron pero cuando vio la cara de Marcelo desfigurarse del enojo y la preocupación se arrepintió de contarle aquello; pero Marcelo tenía mucha razón en estar enojado, Luis ya había tenido líos de este tipo en dos oportunidades en donde estuvieron viviendo y por culpa de eso lo pusieron al margen de las actividades del colegio, prácticamente lo culpaban de todo y nada, la primera vez no paso de una llamada de atención dada las atenuantes, pero la segunda vez Marcelo no fue nada blando, le había dado una buena paliza con el cepillo y perdió sus privilegios pero además lo había sentenciado que de haber una tercera la paliza seria con el cinturón, cosa que Luis tenía miedo.
- Mierda! ¡mierda!, ¡MIERDA! – dijo Marcelo mientras se frotaba la cara
como no queriendo creer lo que acababa de contarle su abuelo – los líos que voy a tener con Joaquín – murmuro pensando en que su primo iba a
reclamarle por esto, porque hasta ahora todo lo que sabía él, era que Sebastián
era un huevo que Joaquín cuidaba con esmero bajo su ala, pero Luis creyó que su
padre le iría a reclamar a su tío culpando quizás a Sebastián
- El no tiene la culpa papá, yo obligue a Sebas a irnos al concierto en vez del cine y pues había cerveza y él bebió a lo tonto y…
- No quiero oír una sola palabra al respecto Luis, ¡Ve a tu habitación! – le
ordeno Marcelo cada vez más enojado – que
enseguida estoy contigo
- No Paaapi – Luis empezó a gimotear, sabía muy bien lo
que eso significaba, pero Marcelo no iba a ceder, era hombre de palabra como
Juan Carlos y como Joaquín
- He dicho que subas – repitió la orden, quería que su hijo
obedezca y tener unos minutos para decidir que hacer, pero Luis no tenía
intención de moverse así que se puso a contar, una técnica que casi siempre
lograba persuadir al chiquillo – Uno – dijo
mirando al muchacho, aun así Luis permaneció escondido tras su abuelo
- Sube hijo, no empeores las cosas – aconsejo
su abuelo tratando de sacarlo de donde estaba
- Noooo me va a peeegaaar – negaba con la cabeza llorando ya
- ¡Sube!, no seas caprichoso – continúo Marcelo cada vez más impaciente
- Nooo – repetía escondiéndose
- Anda por favor – rogo el abuelo tratando de ponerlo bajo su
brazo a manera de apoyo y consuelo, pero ¿a quien quería engañar?, nadie en su
sano juicio quería ser entregado al verdugo
- Noooo quieeero
- Hijo no seas caprichoso – murmuro de nuevo el
abuelo
- Pero no quieeeero
- ¡He dicho que subas Luis no empeores las cosas – dijo
Marcelo a manera de advertencia
- Nooo, por favoooor
- ¡Sube! – repitió su padre
mordiéndose la lengua
- No
- ¡Sube!
- ¡Noooo!
- ¡SUFICIENTE! – Marcelo estaba harto, se quito el cinturón
y jalo a Luis del brazo bruscamente y le trono tres cintazos duros en las
piernas – zas zas zas
- NOOO, NOOO – lloro Luis frotándose las piernas
- ¡¿Vas a subir?! – pregunto su padre zarandeándolo dándole una
chance
- NOOO – contesto cargado de ira, de pronto que su
abuelo vea que lo castigaba lo lleno de enojo, pero su padre no estaba para
contemplaciones
- zas zas zas – y
tres más sonaron a gusto y Luis entendió que papá no estaba para perlas, aun
así se hizo el quite, pero Marcelo fue más rápido y lo jalo de las muñecas,
empezando a maniobrar en la bragueta – muy bien, no
quieres subir aquí te quedas, pero igual te voy a castigar –
sentencio enojado
- NOOO PAPA, NOOOO NOOOO – Luis no hacía otra cosa que gritar a medida
que su padre empezó a desvestirlo mientras Luis forcejaba, tirándose al piso,
pero Marcelo lo hizo parar y lo sujeto con el pantalón medio caído entre su
cadera y su brazo sonándolo de lleno en el trasero
- zas zas zaz
- Buaaaa VOY A SUBIIIR VOY A SUBIIIR – grito
agarrando como sea el ruedo de su pantalón para que papá no termine de
desvestirlo ahí delante de su abuelo,
¡qué vergüenza! pensaba
- ¡MARCELO! – grito Juan Carlos, quizás eso, o quizás ver
al chico agarrar su ropa hizo que Marcelo pare
- ¡Camina! – ordeno tras ponerlo de pie y entre
tropezones y ligerezas Luis corrió despavorido llorando a su alcoba, muerto de
vergüenza, tanto así que no quería mirar a su abuelo, menos mal no estaba
Sebastián ni el tío Joaquín o sus hermanos menores, hubiera caído fulminado de
pudor
- Con calma hijo – lo retuvo Juan Carlos al ver a Marcelo con
la vena de la frente exaltada
- Lo voy a castigar papá, no lo voy a matar – respondió
respirando superficialmente, de un tiempo a fecha hacer que Luis lo obedezca
terminaba siendo una batalla – es mi hijo – agrego y se marcho dejándolo en la cocina
Juan Carlos solo atino a sentarse en la mesa del pequeño comedor de su cocina dándole un gran sorbo de agua, sintiéndose fatal, debió hacer caso a Joaquín e ir con ellos al cine, no soltarlos, pero ¿quién iba a adivinar que todo terminaría tan mal?, pero de pronto sus pensamientos fueros interrumpidos cuando ya no mas se oyó el nuevo griterío de Luis en su alcoba.
- NO papá, no papá… por favor, NOOO – chillaba
luchando de nuevo por su ropa, Marcelo había entrado tras suyo pisándole los
talones prácticamente y Luis se había tirado sobre su cama queriendo llegar al
otro lado, pero Marcelo lo agarro y Luis cayó de espaldas sobre el colchón, y
su padre entendiendo que no iba a colaborar y queriendo terminar con aquello,
lo jalo de las piernas y volvió al cierre del pantalón con el afán de
desvestirlo, pero Luis pataleaba, gritaba y ¡mamita! que no quería soltar sus
pantalones aun cuando su padre repartía manotazos en los muslos y las manos
- ¡Suelta!... ¡Suelta! Plaf plaf ¡suelta! PLAF
- NOO, nooo
- ¡HE DICHO QUE SUELTES! – grito – PLAF PLAF PLAF
- NOOO NOO – y se giro en un afán de
gatear sobre la cama, mala idea su padre logro quitarle el pantalón y termino
agarrando la liga de su ropa interior bajándola de un tirón, dejando el blanco
trasero de su hijo al aire – NOOO PAPA, NOOO…
NO ASÍ, ASÍ NO QUIERO – rogaba
tratando de cubrirse con la manos, pero Marcelo no contesto, lo jalo de una
pierna y como pudo lo acomodo sobre la cama, atrapando sus piernas y su espalda
además de bloquearle las manos y sin más miramiento cogió el cinturón y le dio
lo que le prometió, quince cintazos… uno por año de vida
- NO zas MÁS zas DESOBEDECER ZAZ
- Noo papá nooo AUUU ayyy – gritaba aplastando la cara en la cama
- NO zas MÁS ZAS MENTIR zaz – y papá calco una vez más el cinturón en el
mismo lugar
- BUaaa yaaa, yaaa YAA auuu – y Luis se quejo apretando el trasero
- NO ZAS MÁS ZAS HACER TONTERIAS ZAZ
- Dueele DUEEEELE AUUU AUU – se quejo ladeando la cara y forcejeando por
soltarse, estaba traspirando ya
- NO ZAS MÁS ZAS BEBER, ZAZ
- Promeeeesa no lo hago
maaas pero yaa yaaa – juraba pero papá siguió con el curso del
castigo, le dolía hacer aquello, pero era hombre de palabra
- NO ZAS MÁS ZA NO MÁS ZAZ – y
con eso termino todo
- BUAAAAA – lloro Luis apenas su padre lo soltó,
llevando las manos al trasero magullado sintiendo su piel caliente y esponjosa
Y Marcelo
aturdido y enojado consigo mismo tiró el cinturón a un lado de la cama como si
le quemara y salió de la alcoba como un descocido, chocando de frente con
Joaquín y con Juan Carlos y no necesito preguntar si había oído o no lo que
paso en la habitación porque la cara de su primo lo decía todo.
- Yo… lo siento, siento que mi hijo meta en problemas al tuyo
– se
disculpo torpemente, mortificado en realidad por todo lo que acababa de suceder
- No te preocupes por eso, que no culpo a Luis de nada,
Sebastián es muy capaz de meterse en líos solo – respondió llegando a esa conclusión ese
mismo rato, olvidándose por completo la idea de reclamarle algo a su primo, no
había nada que reclamar
Mientras tanto el abuelo entro a la alcoba de Luis encontrándolo hecho un ovillo deshecho sobre la cama, todo sudoroso y con la cara cubierta de mocos aun con el trasero desnudo, lo mínimo que le quedaba era resguardar su dignidad, pensó; así que acercándose sin hacer ruido le cubrió la desnudes y Luis lloro más fuerte.
- Shuuu hijo, ya paso – murmuro el abuelo sentándose tras suyo y
acariciando sus cabellos
- Mip mip mip paa papá nisff niisf – gimoteaba
entrecortadamente acurrucando como estaba, asustando en realidad, era la
primera vez que papá le pegaba con el cinturón y la experiencia fue horrible
para él – esta enooo
enojaaa enajado conmi…go – se
quejo mirando la pared velada del llanto, sin darse cuenta que su padre acababa
de entrar instado por Joaquín, solo sintió que su abuelo se movía pero no quiso
girarse, estaba demasiado avergonzado para mirarlo a la cara
- Si Luis, estoy enojado pero no contigo – dijo
papá abrazándolo y obligándolo a mirarlo, en realidad incorporándolo de la cama
– sino con las cosas malas que haces
- Paaaapi – y Luis se abrazo a su padre como en mucho
tiempo no lo hacía, prácticamente desde que entro a la adolescencia – solo fueron
- No me digas que solo eran dos cervezas o un trago Luis, de
verdad me enoja – dijo Marcelo aun tenso –
no quiero que bebas y punto, eres… eres un chico, eres menor de edad… eres un
bebé… MI BEBÉ
- Yaaa buaaa – lloro Luis con más ganas, no le gustaba que
su padre lo regañe, lo hacía sentir inmaduro y chiquito, todo lo contrario a la
imagen que se forzaba en forjar para el resto
Pobre Luis, se hizo dar mas de las que se merecía por caprichoso.
ResponderEliminarQue bueno saber que Sebastian tiene familia y con este primo suyo sera mas divertido todo, aunque solo tambien se mete en problemas.
Es lindo leer de nuevo a este chico, me alegra que actualizaras de él Marambra.
Sofía
Bueno se echan de menos todas tus historias pero esta estaba muy perdida y me sorprendió ver que la avisas actualizado porque no puedo decir que no me guste alguna todas tienen algo especial aunque yo la que primero leí fue de los gemelos.
ResponderEliminarPues si le salió familia a Sebastián para no dejar de meterse en problemas y quiero saber cómo está Sebastián ya que estaba en el hospital y espero que se recupere pronto y que juaquin no cometa los mismos errores que cuando lo del colegio
Ohoh, nuevo niño, nuevas trasvesuras, jjj
ResponderEliminarQUe bueno que Sebastian tenga familia y un primo de su edad, eso sera interesante.
Pobres muchachos todo lo que les paso por irse a una fiesta en lugar de ir al cine, Luis se llevo una buena por parte de su padre y la que le espera a Sebas cuando salga del hospital.
ResponderEliminarErina
Pobrecito Luis...total solo fueron dos cervezas...bueno quien lo manda, ya estaba advertido. Ahora les toca afrontar la situacion a Joaquin y a Sebastian, espero que no le vaya taaaan mal
ResponderEliminarGenial que actualizaras amiga, esta historia simplemente me encanta
Cath
Que bien, Sebastian ya no estará solo en sus travesuras, que bueno que tenga familia con quien compartir, aunque su inicio parece que no fue muy bueno.
ResponderEliminarPobre de Luis... sus dos cervezas le han costado caro.
La que le espera a Sebastian, me da penita porque como que siempre son muy estrictos con los castigos para este chico y siempre es porque alguien tiene que ver, que el chico solo hasta el momento no se a metido en problemas siempre tiene que ver un segundo y un tercero en todo eso, que pena espero que Joaquin razone un poco y no sea estricto con el.
ResponderEliminarMary
Que bueno que retomaste esta historia. Se extrañaba a Sabastian.. aunque igual sos mala porque nos lo devolviste enfermo. Imagino que no lo van a castigar despues de que tiene que estar todo enchufado en el hospital?
ResponderEliminarTambien imagino que ahora que el primo esta con ellos habra mas hictorias que contar verdad? Jaja