Cardos y florecillas: Microcorto 3; Autora Nicole

Cardos y florecillas
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Agosto del 2018.

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Capando clases

Tercera parte

Autora: Nicole

Nota de Autora: Hola  espero que estén bien, bueno acá la continuación de la mini serie Cardos y Florecillas, espero les guste, conocerán un poco más  de las personalidades  tanto  de  los  personajes masculinos y femeninos, no hay diálogos en esta ocasión, leí que es bueno redactar algunas veces para que tu historia se vea fina pero no se espanten en el próximo pondré conversaciones que sé que a muchos les gusta sobre todo a mí y a mi  amiga Estrella que no sé dónde anda metida esa niña. Espero sus sugerencias y comentarios, me ayudan mucho a escribir los capítulos, pueden criticar o alabar a los personajes yo no me molesto por eso, hasta el estilo de escritura disculpen los más  sensibles  a veces mi inspiración es locajajajaja yo solo cumplo con lo que mi musa me pide jajajaja como dije abran capis dulces y otros ruditos y con esto no me refiero a las palizas solamente, ya que casi ni tengo escenas spanking me cuesta seguir esa secuencia porque tiendo a escribir mucho y me voy en diálogos porque me encanta como lo dije antes,  fuera de eso soy una obsesionada con la ortografía.¡Un abrazo!

Carmen Betancur de Cardona ya en la sala, le pidió a su hija la más pequeña que la esperara en su habitación preparada, es decir con la ropa bajada a medio muslo. La sardina seguía lloriqueando, tal vez creía que su madre a lo mejor se apiadaría de ella y no sé movía del sofá dónde estaba sentada en aquellos momentos, su novio la había aconsejado que lo mejor era hacer caso de una a los papás cuando ordenaban algo para evitar más problemas, pero Mia no quería parar bolas a lo que decía su amor, concentrada en chillar antes de tiempo,  tan nerviosa como siempre cada que metía las cuatro que ni moverse podía, su madre conto hasta cinco para ver si así la chiquilla recapacitaba, pero que va, eso parecía misión imposible 4; de manera que al no ver respuestas de parte de su mocosa, a la señora Cardona no le quedó otra opción que sacarla  de su estado de estupefacción; llevándola a su destino a punta de chancletazos ante la presencia del novio y  los cuñados.

La muchacha quería que la tierra se la tragara, Emily se voló a su pieza junto con Danna colocándose los auriculares, escuchando  música a todo volumen para no escuchar los gritos de su hermana castigada, Mauro sintió vergüenza ajena  cuando la niña pasó frente a él ruborizada mientras era arreada por su madre, quien la cantaleteaba en medio de los  azotes. Carlos Mauricio hace varios minutos en la cocina, Brian por su parte  solo rodo los ojos, desinteresado como casi siempre, lo único que realmente sintió fue cuando castigaron a su chimbita, realmente aquello lo dejo sin palabras, escucho  toda  la muenda que le fue propinada. Paola estaba muy tensa y Camilo algo preocupado por Catica, la verdad aunque solo escuchó una parte de la pela de esta última, que no fue nada agradable para sus oídos, ¡Eh Ave María a esa señora no le tiemblan las manos a la hora de corregir a sus hijas! ¡Una brusca ome! Se parece a mi mamá, pensaba Juan Camilo que resoplaba solo imaginar que su madrecita linda y hermosa se enterará todo lo que hizo en menos de veinticuatro horas, mejor que estaba de viaje, decía mentalmente meneando la cabeza de un lado para otro volviendo a suspirar, sudando intranquilo no usual en él, pero aquellos pensamientos lo ponían re angustiado.

Sofía Aurora no solía castigarlo, para ella su hijo mayor era un niño modelo, por lo menos así actuaba el mozalbete delante de ella y es que él es un joven tranquilo, casi nada lo saca de sus cabales aspecto que le beneficia  en gran medida porque como rumbero que se respeta, le  encanta salir  casi  todos los viernes, por lo que le era fácil conseguir los permisos haciendo uso de su gran capacidad de mediación logrando siempre sus objetivos, claro muchas  veces haciendo uso de mentiras, ahora no lo planeo él, sin embargo  como hicieron las florecillas con sus padres, volvió a  engañar  a Oliver;  no pudo negarse a la invitación que su Catica le había hecho hoy miércoles sin saber las consecuencias que quizás tendría que enfrentar por seguirle la corriente a su prometida; quería diversión, cambiar de rutina con ganas de trabajar con su primo en un futuro, pero contemplado si era bueno dejar o no los estudios, la cabeza le daba mil vueltas meditando las propuestas del mayor de los Piedrahita por  un  lado, y por el otro ansioso con la presente situación reflexionando el por qué se dejó llevar por los placeres momentáneos.

Él no acostumbraba a embriagarse, pero se descontroló ocasionando que su agradable  personalidad se transformará. La señora Tabares jamás sospecharía lo bribón que podía resultar su hijito porque quien más se metía en enredos era el del medio que ahorita  estaba en Cali con Charlie Iván con permiso de nadie.  pues  el trío de adolescentes tenían a Oliver de títere, conseguían manipularlo a su antojo de forma agresiva algunas veces y otras de manera sutil tal como lo hacía el Camilo que era un experto en diplomacia y manejo de emociones por eso era difícil pillarlo en sus falacias.

El señor Cardona regresó nuevamente a la sala, después de  haberse  tomado  varios vasos de agua con  la  intención de relajarse para así  poder conversar  de  forma civilizada  con esos muchachos;  no iba a permitir que siguieran corrompiendo a sus flores porque si  de  algo  tenían  plena   seguridad   tanto él como su mujer, era que la mayoría de los líos en los que se metían sus hijas  era por causa de esos mocosos endemoniados, porque es que parecía que el mismísimo  Satanás   se apoderaba de ellos  para  que realizaran actos tan indeseables. Es que solo verles la pinta que traían, como se expresaban y los extravagantes cortes de cabello que sus progenitores les permitían llevar. Todo lo mencionado no hablaba muy bien de esos pelados, para la  familia Cardona - Betancur la apariencia era muy importante, no quería a unas niñas mal habladas, ni mucho menos  con comportamientos propios de los delincuentes. Fueran hijos míos esos descarados  no se sentaban con gusto un mes de la fuetera que les daría, hablaba el señor en su mente entendiendo porque Dios no le dio hijos varones, ya que  aunque la Paola andaba pasadita de copas algo arrecha con el gemelo aquel, ponerla en su sitio no iba a ser problema si fuera su hija pues él tenía cinco adolescentes con distintas personalidades para lidiar, ya sabía muy bien cómo hacerlas llorar cuando se portaban mal, pero no tenía experiencia  en  tratar con un hijo varón, seguro hubiera sido menos consentidor y más rudo por todo lo que escuchó de algún vecino cuando le decían lo rebelde que resultaban los chicos en la adolescencia, pero los Piedrahita y los Correa se pasaban hasta de los comentarios…  tampoco sus hijas  eran santas, pero esos chicos tenían un largo historial de acontecimientos, por lo que  lo mejor era advertirles las cosas por la buena  porque a la mala Cardona podría resultar peligroso, lo importante era mantenerlos al margen, así que mientras Carmen estrellaba la chancla de cabuya  en  el  centro  y  ambos  lados de  culo de la  pequeña  revoltosa; quien no hacía sino disculparse, prometiendo ser muy  juiciosa para que la soltaran y es que el inicio de la tunda fue contundente  alrededor de quince  azotes seguidos en tandas de cinco.

Don Carlos tenía una larga charla con los cuatro muchachos, de forma calmada en un principio y luego alterándose un poco casi perdiendo la  poca  paciencia que le quedaba  cada  que  Brian  Alexis lo interrumpía  y contradecía en casi todo lo que trataba de explicar, Cardona no paraba de repetirle; momento muchachito que no he terminado….  y el jovencito que no, que eso no fue así… que  es mentira, que todos le tienen tirria, que él a Ariadna siempre la ha respetado, que no le inventen falsos, que echarse los chorros una vez al año, no tenía nada de malo, que porque tanto show  por unas bobadas… de todo se justificaba. Y es que Carlos Mauricio les pego una regañada a los cuatro, pero los retos más fuertes se los llevaron los más grandes pues solo recordar a la atrevida de Ariadna Sofía sentada en las piernas de ese muchacho tan lascivo mientras él se aprovechaba del estado de ella y la situación, eso, y la escena de Catalina con el otro morboso, aún le hacían echar chispitas por las orejas, pero el señor pudo controlarse y no matar al par de desvergonzados hablando en sentido figurado por supuesto. Carlos Mauricio siguió con su sermón aun sabiendo que el primogénito de Alexander no lo iba a dejar terminar, es que ese sardino tenía muy malos modos, como se notaba que le faltaba mucha verbena de parte de los papás. Sus hermanos y primo le pidieron el favor que guardara silencio pero ese chico no entendía razones, era como un potro mal domado. Tenía que ganarlas todas, ya sea a los golpes o bien verbalmente. De modo que el cucho  se cansó de perder tiempo discutiendo con el susodicho  y  tomó medidas serías, le informo a los  sardinos que iría al taller de Alexander Alexis  a contar todo lo sucedido.

Mauro se estremeció en su asiento al escuchar  las  palabras  del segurísimo, Paola empezó a gimotear cual niña de cinco años,  Brian solo se encogió de hombros,  sin evitar murmurar entre  dientes:  ¡Mucho sapo me salió  el marica este! pero cuando el suegro le preguntó que había mascullado, este cambio la frase por: la culpa la tiene Mauro por marica, nada más terminar la oración su hermanito lo fulminó con la mirada, como carajos se atrevía a insultarlo por gusto y le respondió llamándolo gonorrea. Carlos frunció el ceño al escuchar el lenguaje de esos malcriados mientras Camilo imploraba mentalmente que a su querido tío no se le ocurriera corregirlo solo porque Oliver era un blandengue, y lo cierto era que tenía derecho de jalarle las orejas y darle sus correazos si se portaba mal. El mocoso recordó una conversación que tuvo  su  abuelo con tío Alex semanas atrás; la misma hizo que sudara frio en aquellos momentos, mientras cada chico reaccionaba.

Carmen seguía calentando  la cola de la más pequeña de la casa  que se retorcía en su regazo, pataleando, chillando con el panty en los tobillos pues el pantaloncillo corto que traía voló hasta un extremo de la pieza cuando agitó sus pies con gran velocidad moviéndose como culebrilla tratando inútilmente de huir, suplicando a su madre que parara el castigo. La cucha no le hizo caso y terminó los  diez  que  faltaban con la alpargata, la peladita apretó el culito con cada uno,  volviendo a berrear, tenía ambos cachetes hinchados y rojísimos. Después de aquellos veinticinco bien dados la puso de pie, la sardina no dudo en darse una buena sobada mientras daba salticos en círculos gimoteando, su madre le dijo que le iba a castigar con la varita corta y que solo serían diez por ser la primera vez, que después volvía a reincidir en lo mismo, le tocarían por lo menos entre veinte o treinta  sin derecho a reclamar. Mia Valentina se echo a temblar, saber que su madre le iba marcar el pompis con esa cosa era terrible, así que ante el llamado de su progenitora las piernas le temblaron, Carmen Elizabeth  sin perder el tiempo la tomo de la cintura dejando las nalgas  a su vista y repartió  diez pausados, pero certeros azotes que le dejaron en la unión de los glúteos con los muslos algunas líneas horizontales como recuerdo; era claro que  eso  duraría por lo menos una semana, para suerte de la peladita no llego a sangrar ninguna, eso sí, al igual que sus hermanas mayores  no pudo evitar gritar afligida a cada varazo recibido.

La señora la ubico en una esquina de la habitación y le explico por qué  cogió una varita más pequeña para corregir sus faltas, que no  porque tuviera trece años había sido más flexible con ella, la razón siempre fue que a pesar de seguirle el juego al par de descaradas, se dio a respetar y no probó licor, sus faltas aparte de ser cómplice, fue mentir y capar clases, lo justo era que cobrara una buena azotaina que la hiciera  razonar  por lo menos un tiempo;  quizás  un  mes,  ahora era indudable  que  Mia se lo pensaría  dos veces antes de hacerle caso a sus hermanas las plaguitas, quienes por mencionar que su amorcito Mauricio Alexander estaría en la farra, ella se comprometió, estaba tragada de ese chiquillo desde el primer día que Ariadna se lo presento en una reunión familiar cuando ella tenía nueve tiernos años y el diez, manteniendo su noviazgo a escondidas hasta  que  fueron pillados dándose picos  en  el  parque Bolívar; don Carlos se la arrebató a Mauro, metiéndola a la camioneta conduciendo en dirección a la residencia, ese sábado  nada más llegar, la coqueta sardina se tuvo que aguantar un  regaño de padre y señor mío además de  unas buenas nalgadas por altanera; llegó gritando que ella ya tenía trece años con dos  meses, que  no era una pequeñita para que le prohibirán tener novio, que no fueran metidos entre otras cosas… aquel acontecimiento siempre lo recordaba cada vez que Mauro tenía que ver en sus saliditas, sino fuera por querer verlo a cada rato, tal vez no se metería en hartas camisas de once varas, pero amor es amor y todo lo soporta, ambos harían hasta lo impensable  por estar juntos así sus sentaderos pagaran las consecuencias de sus locuras de adolescentes.

Carmen dejó a la nena con sus pensamientos  cara a la pared para que  cumpliera  el tiempo  correspondiente, luego se dirigió hasta el cuarto de Catica y sacó una falda de su armario, luego fue al de su tercera hija e hizo lo mismo, después llamó a la muchacha del servicio, se las entrego y  pidió que se las llevara a las niñas además que les informara que esperen a su padre en penitencia.