La llegada de un ángel
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 8 de Diciembre del 2018.
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Capitulo 2
Capitulo 2
Autora: Terry
Aarón ya había despertado pero Raúl no pudo darle ropa porque
Judit no había venido aún, lo que hacía que impaciente mire por la ventana
mientras se preguntaba ¿qué demonios estaba haciendo esa mujer para tardar
tanto? Así que decidió hacer algo mientras la esperaba, algo para matar sus nervios
así que al niño le había puesto la tele para que viera los dibujos mientras él
se distraía en la cocina preparando la comida, algo especial por cierto ya que su pareja regresaba
de un largo viaje y como si fuera llamado por sus pensamientos Emilio se
materializo en la puerta.
- Aaaah... cómo te encogiste Raúl – sonrió el hombre mirando al niño que estaba en la sala mientras el aludido rodó los ojos y salió a la sala donde estaba el niño y su pareja – a pero no eres tú – Raúl negó con la cabeza y se acercó a su novio a darle un pico en los labios, el niño abrió los ojos, nunca pensó que Raúl tuviera novio no se le pasó por su mente que fuera gay
- Aarón mira este es Emilio mi novio – el niño se quedó donde estaba sin moverse – ven acércate – Aarón fue a pasitos cortos, se sentía intimidado
- Hola pequeño y tú cómo te llamas – el niño se sonrojo cosa que no pasó desapercibido por ninguno de los dos adultos
- Yo me llamo Aaron – le dijo tímidamente es que conocer a gente siempre lo intimidaba
- Sabes eres un pequeño adorable – Raúl miró al cielo, cuando se enterara de cómo llegó el niño a la casa no pensaría lo mismo
- ¿Por qué no dejas a Aarón ver la tele y me ayudas con la comida?
Emilio sabía que no necesitaba ayuda, saltaba que quería hablar del niño así que lo siguió,
los dos se fueron a la cocina dejado al niño viendo la tele.
- Y esto – le dijo Emilio nada molesto, a él le gustaban los niños, es más él ya le había propuesto a Raúl adoptar uno pero Raúl dijo que necesitaba tiempo – ¿donde lo encontraste? – Raúl se rasco la nuca
- En casa – Emilio expulsó el agua que se estaba bebiendo
- ¿No me dirás que lo crió el rosal que está en el jardín? – respondió con una sonrisa burlona mientras Raúl soltaba el aire
- No precisamente, más bien lo encontré robando en la casa – Emilio abrió los ojos en grande
- Pooh, ¿no me digas que esa lindura es un ladronzuelo? – se puso a reír, la cuestión más que enojo se causaba asombro y gracia
- Sssu te puede oír – Emilio se carcajeaba imaginándose la escena
- Cuéntame todo con detalles – se sentó en la isla mientras Raúl cocinaba
- Bueno anoche cuando vine del trabajo lo vi merodear por el jardín y lo seguí sin que me viera, creí que era un niño de los vecinos buscando seguro a su perro, pero en vez de eso estaba mirando todas las ventanas haber si podía entrar, hasta que por fin encontró una abierta y quiso pasar y ahí lo cogí, después lo tuve que llevar al hospital porque se cortó y tuvieron que darle puntos pero adivina qué – Emilio hizo como pensar
- No, no lo puedo adivinar – Raúl apagó el fuego porque ya estaba la salsa que estaba haciendo
- Hace unas semanas desapareció un niño de uno de los orfanatos de la ciudad y es el… ¡se escapó! – Emilio si se puso serio en ese momento
- No me digas que estuvo en la calle todo ese tiempo
- No no… qué va, está bien alimentado y no estaba sucio pero no quiere volver a ese lugar – Emilio se frotó la cara
- Y ahora qué va a pasar con el niño – Raúl se encogió de hombros
- No lo sé yo anoche me lo traje para que descansará – Emilio abrió la boca y la volvió a cerrar
- Cómo que no sabes Raúl
Pero no le contesto porque llamaron a la puerta y se fue
abrir porque seguro que era Judit.
- Hola guapísima – Judit le entregó las bolsas – ¿no pasas?
- No Raúl, tengo que ir a comer a casa esta noche tengo guardia y Oliver también trabaja esta noche y debo llevar al niño con mi madre que no me queda nada de cerca
- Vale, gracias otra vez por hacerme este favor… dime cuánto te costó – la chica le sonrió
- Mañana… ahí tienes la cuenta – le dijo señalando una de las bolsas – Adiós Raúl una vez por ti y otra por mi – le dijo a su compañero, el le había cubierto muchas veces sus guardias cuando su hijo estaba más chico
Raúl cerró la puerta y se fue a la sala donde estaba el
niño y Emilio tupidos en una charla de dibujos animados, se notaba a leguas que
a Emilio le encantaban los niños no importaban su raza, color o condición.
- Mira Aarón ven al baño y te bañas ya te trajeron la ropa – le dijo Raúl y los tres se encaminaron al baño, Raúl saco ropa interior y un chándal no iban a salir de casa y eso era más cómodo, después le dio el gel y el champú que amablemente Judit incorporo en su compra – cuando termines bajas que vamos a comer – le ordeno y Aarón asintió con la cabeza, cuando estaban por salir para dejar al niño que se bañara, Emilio se dio la vuelta
- ¿Necesitas ayuda? – Aaron negó rápidamente y Raúl lo saco del baño
- Emilio no es un niño chiquito – Emilio miro al cielo
- ¡Oh! venga no me digas que tú a esa edad te restregabas bien la espada y dejabas bien tu cabello – Raúl abrazo a su novio por la cintura acercándose a su oído sabiendo que eso lo volvía loco
- No, pero lo podemos intimidar, para el somos unos extraños – mientras el niño se baño los dos fueron al comedor a poner la mesa
A los quince minutos más o menos bajo Aarón y por fin se
sentarían juntos a comer, Raúl le señalo donde podía sentarse pero Aarón no se
movió, así que se acerco a él para ver que pasaba y se alarmo al verlo con los
ojos aguados en lágrimas.
- ¿Qué pasa Aaron? – le preguntó Raúl cogiendo la barbilla del niño para que levantara la cara
- Es que moje las venda de la pierna – le dijo apenado y con miedo, no sabía si se iba a enfadar con él como el hombre que cuidaba el orfanato
- No pasa nada, el médico me dio unos apósitos para cambiarlos – respondió Raúl sonriéndole y sin saber porque extendió la mano agregando – ven que te lo cambio – el niño lo cogió de la mano, Emilio y Raúl se miraron se notaba que era un niño con mucha falta de cariño y segundo ese gesto también confirmaba que siendo o no un ladronzuelo, era un niño pequeño
- ¿No estás enfadado? – pregunto Aarón tímidamente mirando a Raúl a los ojos
- No ¿Porque debería de estarlo? – le pregunto y el niño se encogió de hombros
Y ambos subieron al dormitorio por hoy no interrogaría al
niño pero mañana ya hablaría con él y permanecieron en silencio mientras le
cambiaba las vendas y Emilio volvió a calentar la comida y finalmente todos
pudieron comer en un ambiente extrañamente agradable, la tarde paso rápidamente,
entre los tres estuvieron jugando a un juego de mesa con el niño que no paraba
de reír, ese día fue el más feliz de su vida desde que sus papás murieron pensó
Aarón, después de la cena vieron un poco la tele pero el niño se quedó dormido
en medio de los dos que lo llevaron a su habitación y le pusieron el pijama y
lo arroparon, Emilio y Raúl también se fueron a la cama cada cual saboreando a
su manera el extraño ambiente.
- Así dormido parece un ángel – le dijo Emilio a Raúl dando un suspiro mientras se acostaban, Raúl abrazó a su novio
- Emilio sabes una cosa? – le dijo en un momento de total sinceridad – desde que vi al niño, me siento rato… solo quiero protegerlo pero no como al resto de la población, es como si quisiera que nada le pase, creo que le he cogido cariño ¿que te parece? – Emilio después de oír aquella confesión le beso en los labios pero no con pasión sexual sino con ternura y sonriéndole contesto
- Al parecer te llegó la paternidad – y apago la luz, dejando a Raúl con sus pensamientos
Raúl sacudió la cabeza como negando aquello, seguro mañana
se perdía aquel sentimiento, además lo más posible es que lo llamaran de
servicios sociales para que entregará al niño y eso estaba bien, él no podía
ser padre, no estaba preparado pero por mucho que quiso convencerse no pudo
quitarse de la mente las palabra de su novio, ¿sería como dijo Emilio? o solo
era la novedad del momento.
me encanto el capi de veras me parece lindo terry
ResponderEliminarMe encanta este relato sigue escribiendo
ResponderEliminarBellísima historia!!
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