lunes, 27 de mayo de 2019

Cardos y florecillas: Microcorto 7; Autora Nicole

Cardos y florecillas
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Mayo del 2018.
Etiquetas: M7m y M/f
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Capando clases
Septima parte
Autora: Nicole

Nota de autora: Recuerden que en la historia todavía es miércoles, aquí también recién el padre de los chicos Piedrahita está con ellos, para que no se pierdan, las reglas cambiaron, pero los sardinos parecen no haberse enterado. Bueno espero les guste. Una cosa que les quería informar, después explico cuando le toque cobrar al Brian, que es en el próximo capítulo como es que fueron descubiertos haciendo lo indebido, no quería liarme por eso no lo coloqué en el presente capi,  recuerden que manejo muchos personas y escenas, pero lo importante es no dejar cabos sueltos y darle participación a todos, por lo menos un par de líneas.

  • AUUUUU SOLTAME, ME LASTIMÁS – Chilló Mauricio, pero su padre lo apretó más fuerte mientras tenía cogido a Brian con su otra mano

Alexander estaba que echaba chispas por las orejas, con serias intenciones de despellejarles la piel de las nalgas a ese par, Brian lucía indiferente, le daba igual que hiciera su progenitor, no se dejaría cascar por nada del mundo. Mauro estaba quejándose, con harto mal genio,  pero a la vez tenso con leve dolor de estómago más bien psicológico, pues el cucho tenía un semblante muy adusto, hacía tanto tiempo que no lo había visto así desde la última fuetera con la correa de cuero italiano que se llevó no más un par de meses por volarse sin permiso a una fiestecita organizada por Jessica una de las peladas del barrio amiga de Marce y Martina, el sardino llego amanecido y borracho razones por las cuales el señor Piedrahita le dio aquel duro escarmiento; una de los peores que ha recibido el muchachito en su corta vida y ahora estaba en una situación similar esperando para ser ejecutado quien sabe con qué cosa le irían a pegar ahora. Eran pasadas las diez de la noche, Sandra seguía en casa de su amiga, no regresaría sino hasta el viernes en la mañana. Alexander tampoco pretendía llamarla, no quería preocuparla iba a enderezar a sus hijos por su cuenta, ya luego le contaría a ella, y ahí estaba él que acaba de soltar a ambos mocosos indicándoles que fueran a la pieza,  se ducharan, colocaran ropa de dormir y lo esperaran, pero ninguno se inmuto;  Brian corrió a sentarse en los sillones de la sala, cruzado de brazos y el menor se metió en la cocina. Don Alex se acercó a su primogénito y seriamente volvió a repetir lo mismo.

  • Brian Alexis me hace el favor – esperaba que esta vez acatara la orden, pero el sardino siguió en lo mismo, y para molestar más a su progenitor  encendió el televisor – Escúcheme bien señor, sí no está listo como le dije, se atiene a peores consecuencias – advirtió severo, el muchachito lo miró con harta rabia e insultó mentalmente, empecinado en no hacer caso.

Alexander  se  retiró  a la cocina a tratar con su otro hijo que encontró nervioso y lloriqueando, lo mando para la habitación señalando nuevamente lo mismo, pero Mauro se puso histérico e hizo una pataleta de niño pequeño, su padre no se lo esperaba, ya tenía catorce años, no estaba para esos shows sin sentido, por lo que el señor se sacó la correa y lo levantó del piso a punta de correazos, Brian se estremeció en su asiento, Paolita salió del cuarto de sus padres angustiada por su hermanito, trato de intervenir, pero Alexander la corto regañándola que si no regresaba dónde estaba, le iba a tocar otra tunda está vez de gratis, ella por su puesto se esfumo encerrándose en el sanitario mientras Alex arreaba a su hijo a cuero limpio hasta la pieza, tremendos berridos que salieron de la boca de ese muchacho, los vecinos se enteraron del escándalo, principalmente el Macario y la Petra quien estaba satisfecha de escuchar que finalmente el padre de esos culicagados los estaba corrigiendo como Dios manda.

  • YAAAA, YAAA, DEJÁME…. DEJÁME – Grito a todo pulmón el peladito, intentando correrse, pero era inútil su cucho lo zarandeaba como quería 
  • Quieto carajo, ni se te ocurra moverte – anunció liberándolo por fin, y salió del cuarto, Mauro empezó a sobarse desesperadamente las piernas y la nalga izquierda que fue donde se marcaron los cuerazos, y es que el pobre mocoso al igual que Brian andaban en pantaloneta de tela delgada que no ofrecía mucha protección, bueno tampoco la iba a necesitar, la paliza iba a ser a calzón quitao como era lo tradicional cuando eran hechos graves. Alexander se puso el cinto en los pantalones nuevamente y fue hasta a su habitación, luego abrió el armario de par en par y saco una vara larga y flexible, mientras la sostenía en sus manos empezó a recordar todo lo que había hablado con la madre de esas chicas
  • Usted no puede permitir que esos muchachos le falten el respeto de esa manera, ¡No señor!, tiene que actuar y ya – dijo Carmen muy seria y agregó – Mire no es que yo quiera entrometerme en la educación de sus hijos, pero me parece que ustedes han sido muy permisivos con ellos. ¡Dios mío Bendito! Cómo es posible que tres mocosos que no llegan ni a dieciocho años se comporten como… – se contuvo de decir lo que realmente quería, pero con su lenguaje corporal lo dio a entender muy bien – de esa manera tan reprobable y bochornosa
  • Comprendo lo que me dice doña Carmen, yo soy el responsable de todo lo que ha pasado, pero le aseguro que esto lo voy a solucionar, mis hijos no volverán a portarse de esta manera tan irresponsable – dijo convencido Alexander
  • Sí, es lo mejor que puede hacer y no es por mis hijas, ellas ya recibieron su castigo, además nadie las obligó a ir, también sé que Catalina estuvo muy involucrada desde el principio y sus hermanas la siguieron – hablo Carlos y añadió – pero le digo esto porque sus hijos han actuado igual de mal que las nuestras, además son unos niños todavía y está a tiempo de corregirlos como es debido y no me mire así, es necesario que lo haga, haga pues uso de la correa o la vara; en estos casos es inevitable, póngale cuidao pues; castigue bien duro el sentadero de esos muchachos; ellos se lo van a agradecer después, pero sí usted no lo hace, los condena llevándolos por el camino de la perdición
  • Mi marido tiene razón pues a lo que le decimos, está es una situación seria
  • Sí, no se preocupe, me ocuparé de disciplinarlos a los tres, y hablaré con mi hermano para que corrija a mi sobrino, ya que considero que es a él que le corresponde esta vez – anunció el señor Piedrahita y ambos padres quedaron tranquilos con esa decisión, pero también sugirieron que era importante que alejaran a sus hijos de los gemelos Jaramillo, que habían escuchado cosas no muy gratas de ese par, Alex asintió porque era más que claro que después de escarmentar a sus hijos, no les permitiría tener contacto con ese par de delincuentes
  • Hasta aquí llego mi complacencia con estos mocosos, les voy a dar una pela que no van a olvidar en su vida – aseguró en voz alta volviendo al presente

Y se fue directo a la pieza que compartían sus hijos, encontrando a Mauro acostado en la cama, con la espada pegada al colchón, solo verlo ahí lo enojó harto, que mala actitud mostraba ese chiquillo, estaba igual o peor que el primogénito, ni siquiera se había metido a la ducha, que niños tan desobedientes tenía, pero a partir de hoy las cosas iban a cambiar,  le comunicó que se levantara e inclinara en el viejo escritorio para estudiar que tenían en la pieza, pero el adolescente se negó rotundamente ya había parado de llorar, solo sollozaba y hablaba entrecortado, Mauricio estaba en plan berrinche; ese era su mecanismo de defensa, más cuando sabía que no tenía argumentos, era siempre la última estrategia, no le importaba comportarse como un crío de parvulario a sus catorce; lo único que quería era salvar su retaguardia de la fuetera que se aproximaba, cosa imposible, Alexander no lo iba a dejar salir ileso está vez, eran muchas faltas gordas  y como no estaba para perder el tiempo tiro de él con fuerza para hacerlo levantar, pero el peladito no se la puso fácil, así que Alex descargó tres varazos en la espinilla derecha, que le hicieron estremecerse en su sitio, pegando un grito desgarrador, sobándose desesperadamente.

  • SWICH Te estoy diciendo que te parés SWICH, hacé caso cuando te hablo SWICH, SWICH – repitió repartiendo dos en el mismo sitio y los otros en la pierna izquierda
  • AU, AUU, AUUUUUUU, NO MÁS, NO MÁS, YA VOY, YA VOY – se paró mientras volvía a sobarse ambas piernas dónde inmediatamente se formaron los moretones, pensó que a lo mejor en  un par de días no podría usar pantaloneta, también paso por su cabeza porque mejor  no se colocó blue jeans, pero quizás eso lo hubiera lastimado peor, de repente recordó lo ingenuo que era, ya Brian le había explicado todo una y otra vez y terminó embarrándola, en medio de sus reflexiones se apresuró a colocarse dónde le ordenaron, su padre lo mando a quitarse la ropa, sí la paliza era a cola pelada. Lo que había hecho no era solo una pilatuna común y corriente, era un delito que pudo haberle echado a perder el año (preso, o  perder  la vida) tenía que aprender la lección,  así tocara por la mala. Alexander se lo prometió él mismo, a los consuegros y  a  sus sardinos  que  iba  a  dar  un  escarmiento  severo.  Mauro por su parte no estaba de acuerdo, no quería ser corregido con aquella cosa, era horrible, la última vez pasaron semanas para que la piel de las nalgas volviera a su color original
  • ¡Así no papi, así no, juró por mi vida que no vuelvo a mentir, ni intentar robar a nadie, pero no me pegué sin la ropa papito no, no, no por favor! – empezó a rogar con las manos  juntas  como solía hacer siempre que el castigo era con correa o vara, más cuando sabía que no llevaría protección alguna,  pero su cucho no le paro bolas y cansado de la desobediencia de Mauricio Alexander, terminó entre forcejeos de sacarle todo, dejándolo solo con la camiseta puesta. Le colocó un par de chanclas para evitar que le diera gripa, después lo ubicó donde quería y sin más miramientos inició con el castigo.
  • SWICH, swich, swich – marcó de manera pausada, pero áspera los primeros en el mero centro de la cola, Mauro sacudió todo su cuerpo, había iniciado con mucha intensidad SWICH, SWICH, SWICH – la siguiente tanda cruzaron en forma de equis, ardiendo como el diablo y eso que no iba ni por la mitad de la tunda.
  • AGS, AGS, AGS, AGHHHHHHHH, AGHHHHHHH, AGHH – Soltó varios alaridos e involuntariamente llevó las manos para proteger su sentadero, a Brian se le aceleró el corazón al escuchar aquello y Paolita nerviosa no se atrevía a salir del baño
  • Apartá esas manos – Mauricio quería obedecer, pero el dolor no lo dejaba tenía la impresión que no iba a aguantar – SWICH Te dije, SWICH que saqués SWICH las manos – y esos tres varazos besaron los dorsos de ambas, el niño no paraba de lamentarse, pero las apartó, si no lo hacía podría lastimárselas seriamente – Levanta las nalgas SWICH, SWICH, SWICH – dijo al tiempo que soltaba tres en la unión del culo con los muslos, Mauro se medió agachó intentando esquivar nuevamente, su progenitor lo enderezó, volviéndolo a sujetar sobre el escritorio y retándolo – Que levante las nalgas señor  SWICH, SWICH, SWICH… o es que yo hablo en chino, levante pues esas nalgas ¡CARAJO!  SWICH, SWICH, SWICH… SWICH, SWICH, SWICH – seis se calaron con fuerza considerable, las tres primeras otra vez en las flexuras, las siguientes en el cachete izquierdo y el resto en el derecho, Mauro intento contenerse, pero se le escapo otro gemido e intento salirse de allí, agitándose sin mucho éxito Quieto pues SWICH  lo tenía bien cogido, podría hacer lo que quisiera, que cobraría la azotaina completica, sí o sí, no habían más opciones, así pues con el culito un poco más levantado dos  más  cayeron en los pliegues – más vale que colaborés por las buenas SWICH – añadió porque el sardino no se rendía, su padre pensó que era demasiado testarudo,  ¿para que luchar ya? Se preguntaba mentalmente, eso solo empeoraba más las cosas, aquellas dos seguidas zumbaron  en el mismo sitio que ya mostraba algunas líneas y puntitos rojos a punto de estallar, alrededor de eso lucia hinchado con los típicos verdugones que iban apareciendo.
  • AGS, AGS, AGS, MMMMMGG, ME… ME DUELEE, NO MÁS, NO MÁS, TE LO SU… SUPLICO – Era lo único que sabía repetir ronco ya de tanto chillar, moviendo con dificultad su cadera hacia adelante mientras azotaba ambos pies contra el piso, aquello era terrible, sentía demasiado ardor, como si le estuvieran quemando la piel, en una ocasión intento tirarse al suelo para terminar con el castigo pero su papá al ver sus intenciones, lo agarró con más fuerza y se acercó con él a la cama, lo puso en sus rodillas y empezó a nalguearlo, el mocoso terminó berreando como una completa magdalena.

Brian en la sala de la casa tragó saliva, apago el televisor y se fue a la cocina por un vaso con agua, pensando que quizás por su culpa su hermanito estaba recibiendo severa paliza, pues en esta ocasión le aconsejo cosas malucas que los metieron en un grave lio, pero también maldijo la estupidez de su hermano que se dejó coger tan fácil por ese tipo.

  • ¡Vida hijueputa ome! – vocifero pateando la nevera con fuerza – y encima esos cuchos de mierda tan sapos – añadió acordándose no solo como fueron pillados por la policía sino también de los suegros mientras su padre repartía rígidas palmadas en la cola de su hermano
  • Así que  PLAS, PLAS, PLAS el niñito  PLAS, PLAS, PLAS estaba enfermito PLAS, PLAS, PLAS con dolor de estómago y fiebre PLAS, PLAS, PLAS   ¿cierto? ¿Le pareció muy bonito capar clases eh? PLAS, PLAS, PLAS ¡GRANDÍSIMO MENTIROSO! PLAS, PLAS, PLAS ¡DESCARADO! PLAS, PLAS, PLAS  ¡IRRESPONSABLE!  ¡DESHONESTO!  PLAS, PLAS, PLAS  ¡VOY A PARTIRTE LAS NALGAS HASTA QUE SE ME CANSE EL BRAZO!  PLAS, PLAS, PLAS ¡PARA QUE NUNCA MÁS EN LA VIDA,   PLAS, PLAS, PLAS,  SE TE PASE POR LA CABEZA VOLVER A ENGAÑARNOS DE ESA MANERA, SINVERGUENZA!  PLAS, PLAS, PLAS
  • AY AYYY AYYYAUUUAAUBUAAAAAAA, PER… PERDÓN, PERDÓN, NO, NO, LO VOLVERÉ A HACEER, LO, LO PRO… PRO… PROMETO – La pela culminó con un Mauro con la cara llena de lagrimones, jipiando como un nene chiquitico, con el traste completamente rojo escarlata amoratado con marcas  en los glúteos y los pliegues,  Alex espero a que se calmara, era otra de las pocas veces que castigaba tan duro a su hijo menor, pero se la merecía debido a los errores cometidos, cuando el llanto se convirtió en sollozos lo ayudo a incorporarse, lo colocó de espaldas en la esquina indicándole que no se moviera, ni se tocara; no porque quería que siguiera sufriendo, pero hacerlo acrecentaba más el dolor, era buen conocedor de aquello, pues a él le dieron juete del bueno  en sus tiempos. Alexander Alexis cerró la puerta y salió del cuarto con la vara en mano
  • ¡BRIAN ALEXIS! – Nada más escuchar sus dos nombres juntos, le entro el miedo al verraco, pero sí tenía que esconderlo lo haría

Estaba dispuesto a encarar a su progenitor, él no era Mauricio, con el las cosas eran diferentes, ya estaba acostumbrado a hacer lo que se venía en gana y lo seguiría haciendo o al menos eso era lo que pensaba, mientras el papá se acercaba a tratar con su incorregible hijo mayor, Mia era consolada por su padre que llegó en el momento preciso para calmarla, de todas sus hijas la más peque, era la más nerviosa muchas veces incapaz de controlar sus emociones por ello se le hacía tan difícil mentir, terminaba confesando todo solo con sus gestos.

  • Papi yo no quiero que castiguen a Mauro, él es un buen niño, por favor hablá con don Alex, que no le pegué – hablo desesperada
  • Mi amor, yo no puedo hacer eso, tu amigo se portó mal y si su padre decide corregirlo pues yo no me puedo meter en eso  Le explicó, llamando a Mauro amigo de su hija cuando en realidad era su novio, pero Carlos pensaba que su chiquita no estaba para estar en una relación amorosa por eso para él seguían siendo solo amigos
  • Pero ustedes tienen la culpa si a Mauricio lo pelan porque ustedes hablaron con ese señor y contaron todo – ella estaba enterada de la situación, pero de cualquier manera, su noviecito ya había sido escarmentado de forma que no había vuelta de hoja
  • No señor, nosotros no somos culpables de nada, hicimos lo correcto y ya este tema se cierra acá, ese niñito se portó muy mal, por tanto  que asuma las consecuencias de sus actos – manifestó ya molesto con la actitud de la sardina que estaba empecinada en defender al mocoso…
  • Pero no es justo – siguió ella, su progenitor movió la cabeza todavía incomodo, y siguieron argumentando

Mientras en casa de Los Correa-Tabares el ambiente seguía tenso, por un lado Camilo dormía bocabajo en su pieza,  Oliver estaba marcando al teléfono de su esposa para ponerla al corriente, pero al parecer para suerte del mozabelte estaba apagado mientras en casa de Marcela, Abdiel Jaramillo había venido por su carro que había prestado al Brian, nada más irse, paso algo que Marce no se esperaba llego su padre como sargento de Guerra, los vecinos le informaron del escándalo, que si su hija era muy recochera, que había invitado a eso vagabundos, que respetara que nadie tenía que soportar semejantes inmoralidades, que eran unos viciosos, cínicos, imprudentes entre otras cosas, el señor no terminó de escuchar lo que le decía aquella vecina, ya que le dio una piedra; es decir una rabia muy grande que se sacó la correa de una, camino directo a su residencia, al  llegar  empezó a llamar a su hijita que estaba en la cocina, nada más observar toda la casa desorganizada, el vidrio de la ventana de la sala quebrado sumado a los comentarios escuchados antes, solo tenía en mente una cosa, quemarle la cola a esa vagabunda, sí porque en eso se había convertido esa culicagada en una vaga sin ofició, pero ya le enseñaría él.  Marcela al verlo le entro  harto miedo, es que ser cogida desprevenida no se lo esperaba, juraba que llegaría el fin de semana, así que lo único que se le ocurrió fue ponerse  grosera, expresándoles frases como por ejemplo: que no se metiera, que no jodiera, que ella hacía lo que le daba la gana, situación que el señor no paso por alto, en dos zancadas la acorraló, la chica trató de huir, pero papá anulo sus esfuerzo y sin más empezó a soltarle unos buenos fuetazos con el cuero en el pompis y los muslos, la peladita daba brinquitos metiendo las manos para salvar las zonas que estaban siendo aporreadas, pero su padre no daba tregua.

  • ZAS, ZAS, ZAAAAS Cuantas veces le hemos dicho que respete la casa ZAASS, ZASSS, ZAAAASS Gran atrevida, descarada, inconsciente  ZAAASSS
  • AUUU, AUUUUUUUUUU NOOOOOOO SOLTAME, SOLTAME MALPARIO… – Chillo insultado e intentando liberarse, pero el cucho la tenía bien sujeta, por la cintura, de modo que las nalgas quedaban a su vista,  le subió la faldita que cargaba puesta, bajo los calzoncitos con diseños de corazones un poquito más debajo del inicio de los muslos  y sin temblarle el brazo le zurro bien duro el trasero hasta dejárselo completamente incendiado, Marcelita pataleaba llorando como una niñita, pidiendo disculpas y jurando que más nunca faltaría a clases, ni organizaría semejante alboroto tan penoso, ni sería grosera algo difícil que ocurriera, pero al menos con aquella advertencia, se mantendría derechita por un par de semanas, cuando terminó de pelarla como se merecía puso el panty en su sitio y le acomodó la faldita, la envolvió en un cálido abrazo, le dio un beso en la frente. Finalmente le advirtió que estaba castigada un mes completo sin salidas. La sardina refunfuño azotando los pies contra el piso, entre tanto con una mano se sobaba el rabo con insistencia, su padre, le dijo que cortará el berrinche de una, que agradeciera que no se la pelaba por una semana como realmente se merecía, que en vez de estar renegando, se preparará cuando llegara su madre que seguramente no iba a estar contenta con su comportamiento
  • Ah y otra cosita señorita, quiero está casa organizada, bien puede empezar a hacer oficio – le indicó él

Marcela iba a decir una grosería, pero se contuvo, su cola no estaba para una repasada, por lo que decidió comenzar a limpiar.




5 comentarios:

  1. Pues necesitas explicar como se llego a esto, porque me quede con la intriga, jajajaj y si, fue intenso... pero es tu estilo y les gusta así a tus lectores, jajajaja
    Un abrazo guapa y gracias por tu colaboración.

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    1. Me olvide mi nombre... Marambra, es que no se que paso que se ccmbio mi nombre de Abril a travesuras, jajajaj un besote

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  2. Hola, soy yo de nuevo, me ha reeeencantado todos los capis, me tome el tiempo en esta semana de leer los que me faltaban y reeleí los primeros, amo tu forma tan cruda de escribir, muchos dirán que los personajes son agresivos o que los castigos son muy duros, pero vamos estos muchachos no son unos santos y las chicas tampoco. Mauro se la tenía bien ganada porque no solo mintió, jugo con su salud haciendo creer que estaba enfermo, falto a clases y meterse con el hermano a robar, espero que le revienten el culo al Brian, que le den juete del bueno como dicen en Colombia, me alegro leer que castigaron a la sangrona ofrecidita de Marcela. Ojalá la mamá la repase, disculpa que me exprese así del personaje, pero no me gusta las viejas fáciles.
    Los castigos en las nalgas al contrario de lo que muchos piensan son muy efectivos, se recuerdan por toda la vida. Y aunque queden morados marcas o lo que sea, se borran con el tiempo además lo mejor para hacer a un mocoso entender son esos tipos de castigo porque la humillación y el dolor los hace reflexionar. Y todo el que la hace la paga jajajajaja.

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  3. Amiga me encanta encontar capis tuyos!!!
    Ya era hora que les tocara a todos,.. Digo las flores se portan mal pero les dan una corregida que no entiendo como se siguen portado mal
    Jajaja esos señores se pasaron por acusar a los chicos pero es que bueno también ya era hora que le abrieron los ojos a Alexander y les dieran su castigo a sus hijos!!
    Y que bueno que le tocó a Marcela pero fue muy leve así que espero que la mamá también se la castigue por todo el desmadre que hizo!!
    Y voy a seguir leyendo que quiero encontrar más capis tuyos amiga!!

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