La familia
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 25 de Junio del 2019.
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Capitulo 8
Autor: Adán
- No puede ser… No puedo creer que mi
padre haya caído tan bajo – respondió
Adán frunciendo el ceño
- ¿Enserio me crees? – preguntó Maggie
- Si… Bueno ¿Ahí está la prueba no?, además,
mi padre ha hecho sufrir mucho a mi madre en el pasado – Adán se quedó pensando, decepcionado de su padre al que
siempre vio con admiración
Bueno en realidad sus primeros 10 años veía en su abuelo
materno el padre de Pamela como su figura paterna; él se encargaba de
corregirlo y guiarlo en muchas cosas, en cuanto a su padre si bien tenía un
trabajo estable, se emborrachaba llegando a altas horas de la noche y en
algunas ocasiones después de días y al parecer tenía amoríos por ahí.
- El también hizo sufrir mucho a mi
mamá… estuvieron como 8 o 9 años juntos, pero puedo dar fe que fueron muy
tormentosos – comento Maggie con
algo de amargura
- ¿Qué tal si vamos a una pastelería de
por aquí cerca y tomamos un café?, así hablamos de ese tema – le propuso Adán
Maggie aceptó la invitación y ambos se enfrascaron en una
profunda charla que les permitió conocerse en realidad y conocer algunos
aspectos de la vida de su padre, perdiendo
la noción sin darse cuenta que se hizo de noche; ya sobre las 9:30
apurados por volver a sus hogares intercambiaron números de teléfono y se despidieron con la promesa de estar en
contacto.
Mientras en casa Mónica estaba muy preocupada porque su
marido no llegaba, preguntándose que puso haberlo retrasado tanto, sin saber a
quién llamar incluso estuvo pensando en salir a la calle y esperarlo en la
esquina una vez que se acostaran los niños, menos cuando eso sucedio escuchó la
puerta principal abrirse, era Adán que llegaba a casa.
- A las horas que llegas amor ¿Qué ha
pasado? – le pregunto Mónica acercándose a
Adán para darle un beso
- Paso algo que desearía nunca haberme
enterado – le respondió Adán todo
serio dejando las llaves y colgando su abrigo
- ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? – Mónica por el tono de voz de su marido supo que era algo
serio
- Hay cosas de mi infancia que no te he
contado sobre mi padre… – le dijo mirándola
un poco triste – él nunca fue buen padre, en
realidad nos trataba mal cuando éramos niños trataba mal a mi mamá y le faltaba
el respeto… Y hoy me enteré que tuvo una vida paralela, incluso tuvo otra hija
con otra mujer
- No lo puedo creer amor… – murmuró Mónica sorprendida mientras le toma la mano a su
marido, ella quería a sus suegros y los respetada, conocía la fama del carácter
de Arturo, pero nunca se imaginó que maltratara a su suegra habría pensado de
el y tampoco que su suegra porque siempre que estuvieron juntos siempre fue
respetuoso con ella y con cualquier mujer que estuviera cerca, además Pamela nunca se quejó de su marido a ella, que bien podía porque ambas
realmente crearon una buena relación incluso antes de casarse con Adán – ¿estás seguro de que esa señora te está diciendo
la verdad? Igual puede ser que quiere sacarte plata no se
- Ojalá fuera eso, pero hasta me mostro
fotos de mi padre joven… – respondió Adán
suspirando
- ¿Y puedo saber que hizo que tu padre cambiara?
Y Adán suspira y le cuenta a Mónica inevitablemente
recordando eso…
Era mediados de 1949 Arturo como siempre tenía días sin
aparecerse por casa, eran aproximadamente las 10:30 de la noche Pamela acostaba
a sus hijos y los besaba en la frente…
- ¿Y
papá? – preguntó Adán mientras Pamela lo tapaba
- Trabajando…
– Pamela mintió nuevamente
No quería que sus hijos se enteraran la clase de mal
padre que tenían, por suerte los niños no habían presenciado ninguna de sus
fuertes peleas, Pamela había cuidado ese detalle lo mejor que pudo y pensando
en eso se fue a dormir, levantándose sobresaltada por un ruido sin duda su
marido Arturo que llegaba nuevamente borracho y de mal humor.
- ¿¡Otra
vez a estas horas y borracho!? – Pamela se atrevió a desafiarlo
- ¡Y a ti que te importa! – Arturo dió un portazo, venia borracho con una botella de
alcohol en la mano
- ¿¡Que
no te da vergüenza que los niños te vean así!? ¡Estas siendo un mal ejemplo
para ellos! – respondió
Pamela con un grito, para este punto Adán ya había despertado y fue a ver lo
que pasaba no sin antes dejar encerradas a sus hermanas para que no se despertaran
Arturo y Pamela empezaron a forcejear ya que Pamela
quería quitarle la botella, Arturo la empujó y le dio un botellazo en toda la
cara cayendo inconsciente y sangrando.
- ¡Mamá!
– grito asustado Adán al ver a su madre en el suelo y su
padre al darse cuenta salió corriendo de la casa
Por suerte estaban los padres de Pamela que la llevaron a
un hospital donde la atendieron; Arturo no se apareció hasta meses después
prometiendo que iba a cambiar y Pamela tuvo que perdonarlo presionada por la
familia y los amigos, en esa época separarse era mal visto en la sociedad, y si
bien Arturo cambió, nada cambiaria los 10 años previos que hizo daño.
- Joder… No puedo seguir recordando – Adán tenía aun nudo en la garganta, recordar aquello hizo
que las lágrimas se le salieran y se le quebró la voz
- Entiendo amor – Mónica también estaba realmente sorprendida nunca pensó
eso de su suegro – ¿Quieres comer algo?
- No, solo me daré un baño y me acostare
Y a Mónica no le quedó otra que aceptar con resinación
aquello, pensando en que justo le había preparado su comida favorita y le había
guardado una gran porción teniendo el plato listo y una nunca faltante copa de
vino que solo tomaba para acompañar el almuerzo, en fin, metió el plato al
microondas y también se va a preparó para dormir aunque no tenía mucho sueño
pero al día siguiente tendrían una jornada muy agitada ya que irían a la casa
de los abuelos, tenían una comida con ellos.
- ¿Aún no te arreglas amor? – Mónica frunció el ceño al ver a Adán tendido en la cama,
leyendo el periódico, era cerca del mediodía
- He decidido que no iré – respondió Adán todo serio sin dejar de ver el periódico
- Pero siempre quedamos para cada último fin de semana del mes almorzar con toda la familia desde que nos vinimos
- Vayan ustedes, no quiero ver a mi
padre ahora… ahí inventas una excusa no se… – Adán cerró el periódico antes de darle un beso de
disculpa
- Está bien pero algún día de estos
tendrás que hablar con tu padre ¿Sí? – le
advirtió Mónica dándole a entender que no le gustaría que su suegro y su marido
pelearan
- Eso lo haré cuando tenga que hacerlo
Respondió y justo cuando se despedían, tocaron la puerta
y Adán se apresuró a abrir no queriendo tener los ojos inquisidores de su
esposa sobre él.
- ¿Chris?... ¡cuánto tiempo! – Adán saludó de un apretón de manos a Chris un amigo de la
infancia
- Te dije que vendría apenas estuviera
en Chile, he llegado ayer luego de un viaje de negocios y vacaciones a Estados
Unidos… – Respondió Chris con un apretón de
manos, Chris es un empresario inversionista con empresas en el extranjero como
Estados Unidos, México, España, etc, hace 2 meses cuando Adán y su familia
llegaron a la ciudad Adán lo llamo para avisarle y Chris prometió venir en cuanto
se desocupara un poco y Adán pensaba que su regreso sería un buen momento para
ayudarlo a sacar adelante su fabrica
- Pues un gusto verte, ya conoces a
Mónica – sonrío viendo que Mónica se acercaba para saludar
- Hola Mónica no te veía desde la boda –
Chris le devolvió
la sonrisa a Mónica a manera de saludo
- Lo mismo digo ¡vaya!... cuanto has cambiado
- Tú también
- Bueno los dejo se me hace tarde – se despidió Mónica entrando a terminar de cambiar a los
chicos
Mientras Adán y Chris de entre las muchas cosas que
empiezan a hablar tocan el tema de los negocios y Adán aprovecha a contarle
todos los cambios que quiere hacer, entusiasmando a Chris a tal punto que
deciden ir a ver la fábrica.
Mientras Mónica decide que sería mejor no ir por ahora a
casa de sus suegros y salir a comer con los chicos y su marido a otra parte así
que llamo a sus suegros para cancelar la
cita, respondiendo Cat su cuñada.
- Halo – era Cat con una voz de pocos amigos
- ¿Cat? ¿Estás bien? – Mónica se desvió un poco del tema al escuchar la voz de
Cat
- Si… Lo mismo de todos los días – y Mónica supuso que discutió con Arturo
- Bueno tranquila – la consoló tras oír sus quejas un momento – te llamaba para decir que no podremos ir a
almorzar, Adán salió con un amigo que llego recién y pues se complicaron las
cosas – Mónica no revelo que su marido no estaba muy entusiasmado
con ir a su casa
- ¿Podría ir para allá? necesito hablar con alguien
- Claro ven…
Contestó Mónica y apenas colgó se oyó
el llanto de uno de los chicos.
- ¡BUAAAAAAAA! – se escuchó el chillido de Andrea –
Mamá mis hermanos son malos – Andrea cuando ve que Mónica se acerca se
quejó a penas la vio
- ¿Qué le están haciendo a su hermana? –
Mónica se apuró a revisar a su hija por si acaso
- Nada mamá, es solo que ella quiere ir
con nosotros y no la dejamos – se
defendió Ignacio
- No les cuesta nada llevar a su
hermanita a la plaza un rato y cuidarla mientras juegan – Mónica se enojó
- Pero mamá, vamos a jugar a la pelota
con unos amigos – alegó Adrián
- ¿Y qué? No los perjudicará si la
llevan un rato – sugirió mirándolos con
el ceño fruncido cuando ambos fruncieron la nariz, lo que llevo a la siguiente
fase – o la llevan o los 2 castigados a
su cuarto ¿Qué eligen? –Mónica puso sus manos en jarra
- Está bien la llevamos – respondió Ignacio a regañadientes y se van con Andrea a
la plaza
- ¿Y tú Pedro no vas con ellos? – Mónica miró extrañada a uno de sus hijos sentado en la
entrada
- No… Si se meten en problemas yo no
seré cómplice – le respondió Pedro y
Mónica se sentó a su lado por instinto
- Cuando vivíamos en Maule ustedes eran
más unidos, jugaban juntos ¿Por qué ahora no? – quiso saber, porque esto no era de ahora, era desde que
llegaron
- Nada… Solo no quiero jugar con ellos –
contestó Pedro
- Bueno ya, pero no es sano que un niño
como tú este encerrado en casa ¿por qué no vas a ver a un amigo? ¿o a la plaza
a jugar solo? Así de paso los vigilas y ves que cuiden a Andrea – sugirió mamá abrazándolo
- Está bien mamá…
Mónica lo despidió con una sonrisa quedándose con Brisa y
ordenar un poco, total en cualquier momento vendría su cuñada a conversar,
mientras tanto Chris y Adán estaban en la fábrica revisando el espacio físico y
hablando a grandes rasgos de los cambios que quería hacer Adán.
Mónica apenas tuvo tiempo para recoger el cuarto de los
chicos cuando Cat llamo a su puerta y se enfrascaron en una tupida charla sobre
los problemas que tenía Cat con su padre pensando en que su suegro no solo iba
a pelear con Cat sino con Adán, pero no le podía contar eso a su cuñada, así
que cambio de tema rápidamente y se enfocó en Aurelio.
- Ayer fui a cenar con Aurelio – respondió Cat
- Oh que bien ¿Y cómo estuvo eso? – Mónica sinceramente se alegró por ella pensando en que
Aurelio y Cat podrán reavivar el romance de adolescentes
- Pues bien estuvimos hablando mucho de
nuestras vidas y todo – sonrió Cat
- Oye una pregunta sin que te enojes
¿Aun sientes algo por él? – Mónica
era curiosa de naturaleza
- Ayy… Pues es que lo de nosotros fue cuando teníamos 14 años… un noviazgo de niños y además creo que no fuimos así novios formalmente…
Y siguieron hablando de otras cosas más, en tanto Chris y
Adán terminaban de recorrer la fábrica con un montón de nuevas ideas en la
cabeza.
- Bueno yo remodelaría todo, hay partes
llenas de polvo, la pintura desteñida y yo diría que algunas cañerías se
oxidaron… Yo podría ayudarte, pero tendríamos que hacer grandes movimientos
aquí – murmuro Chris saliendo de la
fabrica
- Está bien… ¿y cuando lo podríamos
poner en marcha? – quiso saber Adán
- En cuanto se pueda, déjame revisar mi
agenda y te llamare cuando tenga el tiempo adecuado de por lo menos una tarde
entera para sentarnos y revisar punto por punto – le dijo mirando su reloj
– y sobre los trabajadores ¿por qué no pones a prueba su disposición para
trabajar? Así vez quien se queda y quien no – le sugirió
- Buena idea – sonrió Adán
Tras eso se despidieron con un apretón de manos quedándose
Adán en la fábrica a revisar algunas otras cosas más, mientras en la plaza los
niños acababan de jugar, los tres hermanos habían jugado como antaño juntos de
nuevo y juntos celebraban su victoria.
- Hemos ganado como buen equipo de
hermanos que somos – sonrió Adrián mirando su reloj mientras sus dos
hermanos le daban la razón con una enorme sonrisa dibujada en los labios – pero, debemos volver a casa, mamá ya debe tener
listo el almuerzo – agrego frotando su estómago pensando en que
seguro mamá cocino algo rico por ser fin de semana y todos estuvieron de
acuerdo
- Oigan ¿Y Andrea? – pregunto Ignacio mirando a los alrededores…
- ¡OH mierda!
Murmuro Adrián girándose en círculo sin poder ubicar a su
hermana mientras el pánico se apoderaba de él y de sus hermanos…
Ese "padre" me saca de mis casillas, me carga eso de la imagen del "que diran" pq a las huinchas, yo lo hubiese demandado.
ResponderEliminarCon respecto a lo de los pekes, se viene un pequeño y a la vez gran problema uff
Uffff, espero que Andrea aparezca prontito prontito, porque sino tres culitos pagaran el descuido, jajajajaj
ResponderEliminarUn besote Adán.
Marambra