La llegada de un ángel
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Febrero del 2020.
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Capitulo 8
Capitulo 8
Autora: Terry
- ¡Pero qué diablos! ¿Se puede saber qué pasa?
Raúl miró a Emilio para que le diera una explicación ya que
Aaron casi lo tira por resguardarse detrás de él, Emilio también lo miró
poniendo sus brazos en jarra ofendido por el enojo de Raúl.
- Pasa
que este jovencito de aquí, tiene la boca como una cloaca, y además no obedece
a nada de lo que se le dice – le
dijo con el ceño fundido ya que Aaron se había comportado muy mal y encima fue
a jugar a una zona prohibida saltándose todo lo que le dijo Emilio
- Bueno
Emilio, no hemos venido aquí a dar un espectáculo – los tres adultos se quedaron con la boca abierta por la
indiferencia de Raúl, ¿no le iba a poner límites al niño? Rosa cansada de la
actitud de su hijo intervino
- Hijo
creo que Emilio tiene razón, deja que hable con el – Aarón tiene que aprender a respetarlos y obedecer – Raúl abrió
la boca para responder a su mamá, pero fue cortado por Fernando
- Hijo
creo que tu madre tiene razón – Raúl
abrió mucho los ojos por la sorpresa, pues creía que su papá estaba de su parte
- Emilio
ya sabes dónde está la habitación de
Raúl, allí puedes hablar con Aarón – a
Rosa nunca le gustó que a sus hijos los castigará en el estudio, le parecía
demasiado frío, en su dormitorio en cambio después de un castigo podían estar
un rato consolado a sus bebés
Aarón puso un puchero cuando Emilio lo cogió de la mano,
sus abuelos y Raúl lo habían entregado en bandeja pensaba el niño, pero sin
poder hacer nada subió junto a Emilio hasta la habitación de Raúl que estaba
intacta como su dueño la había dejado antes de irse de casa, Emilio se sentó en
la cama poniendo al niño entre sus piernas
- A ver
qué te dije cuando me preguntaste que si podías salir – preguntó Emilio y Aarón agacho la cabeza pero Emilio se
la levantó por la barbilla suavemente
- Que hasta que no se fuera el sol no podía salir
- Exacto, ¿y que dije de esa zona?
- Que
en esa zona no se jugaba porque estaban los rosales del Papá de Raúl – y Emilio volvió a levantarle la cara porque otra vez la
volvió agachar
- Y
aún así no me hiciste caso y a la primera que te perdí de vista preferiste
desobedecerme – para eso Aaron hizo un
puchero ya, y Emilio ya no estaba tan decidido en castigarlo
- Es
que yo quería jugar con la pelota – se
defendió el pequeño
- Y
lo íbamos hacer cuando se fuera el sol, pero preferíste desobedecer y romper
los rosales del abuelo y es por eso que te voy a castigar – Aarón ya sabía cómo ellos castigaban porque Raúl ya lo
hizo una vez cuando se salió sin permiso de la casa
- Noooo
– y retrocedió poniendo las manitos detrás como escondiendo
el culito –
Emilio lo siento, ya no lo vuelvo hacer – agrego queriendo correr
pero sin lograrlo porque su futuro padre lo cogió casi en el aire
- Te
creo pero así lo recordarás mejor – Emilio
lo puso sin dificultad boca abajo sobre sus piernas, no era necesario quitarle
el pantalón ya que era uno corto de algodón muy fino y empezó a palmearlo – plas plas plas plas plas plas plas plas plas plas
- Nooooo
ahhh mmmmgg – se quejaba el pequeño
mientras se movia como una pequeña culebra en tanto Emilio lo reñía – no no no
- Si,
si si… a ver si así aprendes hacer caso – le dijo Emilio mientras le bajaba el pantalón a Aarón, solo el pantalón – y ahora qué
fue lo que te dijo el abuelo – pregunto pero Aarón no contestaba – mira qué
podemos quedarnos toda la tarde aquí si no contestas yo no tengo prisa plaf plaf plaf – y
soltó tres manotazos
- AHHH
QUE NO FUERAS DONDE LOS ROSALES – dijo con fastidio
- Exacto y fue lo primero que hiciste plas plas plas plas
- Buaaa ya ya no lo hago más Buaaaaaa
- plas
plas plas plas plas plas y otra cosa más Aarón, tu “gran vocabulario”
– y Aarón noto de lejos el sarcasmo – te olvidas de esas horribles y malas
palabras porque por cada una de esas que digas aquí vas a estar – y Emilio
termino de quitar el pantaloncillo y levantó un poco más la pierna para que el
culo de Aarón quedará más levantado y así tener acceso a las flexuras de los
glúteos
- No NO
NO BUAAAA YA NO MÁS – grito Aarón sin
ninguna pena sabiendo lo que iba a pasar y empezó a patalear y retorcerse; Emilio
lo sujetó mejor y decidió terminar de una vez – plas plas plas plas PLAS PLAS PLAS
- BUAAAAAA
MALO ME DUEEELE – y Emilio no tuvo más
corazón para azotarlo
- Ya
ya ya terminó – le dio la vuelta y lo
abrazó en su pecho consolándolo
Mientras en la planta baja las cosa no estaban mucho
mejor, Rosa cuando Emilio y Aarón salieron por las puerta de la cocina no tardó
en decirle a su hijo que pensaba
- ¿Se
puede saber que tienes en la cabeza? – y
Raúl se le quedó mirando sorprendido – no me mires así, ¿vas hacerte cargo de ese niño?, ¿vas
a ser su papá? – Raúl abría la boca y la cerraba sin saber que decir
hasta que al final solo le dijo a su madre
- Pues
claro mamá, por eso estoy haciendo todo esto –
Rosa que no le había gustado la
escena que montó su hijo en la mesa, cogió la paleta de madera que aún estaba
en la encimera de la cocina y se la estampó as su hijo en el trasero
- Plop
- ¡Mamaaaaa!
– le dijo sorprendido retirándose de su mamá pero otro le
cayó en el lateral del muslo cuando quiso volverse
- Plop
- Auuu – Fernando
que estaba al lado le cogió el brazo a su mujer, su hijo no era un niño, necesitaba
consejos pero no de ese modo
- Ya
Rosa suficiente – le dijo Fernando
- ¿Suficiente?
- Tu hijo
ya no es un niño – le dijo mirando a
Raúl, aunque dudo cuando lo vio frotar el muslo pero siguió hablando esta vez
con su hijo –
Raúl hijo, lo que tu madre quiere decir es que si vas a ser su papá a veces no
es sólo darle todo lo que quiera y consentirlo, también es guiarlo cuando se
equivoca y castigarlo cuando lo necesita, aunque te duela hacerlo – Raúl
afirmó con la cabeza y Rosa se dio cuenta que se equivocó, por más que ella lo
veía como un niño su niño, ya había crecido convirtiendo en todo un hombre
- Iros
al salón, voy a preparar café – dijo
Rosa para borrar esa situación
Pero ya fue un poco tarde porque Emilio lo había visto
todo desde el quicio de la puerta de la cocina, él había bajado con Aron en
brazos y lo había dejado en la sala sentado en el sofá viendo dibujitos… ¡menos
mal! sino que papelón.
- Deja
rosa ya lo preparo yo – Emilio
sobresaltado a los tres que estaban en la cocina
- No hijo no hace falta
- Si
hace falta, ve y descansa en la sala – le
sonrió dándole a entender que quería quedarse a solas con Raúl
Fernando abrazó a su mujer por los hombros y la encaminó
a la sala, cuando salieron por la puerta Emilio abrazo a Raúl por el cuello, le
dio un beso en los labios luego bajó su mano sobando el culo de su novio.
- Parece
que a ti también te castigaron, ¿que hizo mi niño para que su mamá se enojara
con el? – Raúl se ruborizó hasta las orejas
y cambio de tema
- Ya
vamos a preparar el café – pero Emilio le
dio un apretón en el trasero – ¡Emilio!
- ¡Que!
- Que
estamos en casa de mis padres – Emilio
volvió a besar a Raúl y se puso a
preparar el café
Raúl mientras tanto le preparó a Aarón un Colacao, aunque
no sabía aún la situación le daba pena que Emilio lo hubiera castigado y supuso
que el niño estaría muy afectado, no sabía como pero de alguna manera, total a
él le paso cuando niño y no se equivocó, Aarón permaneció muy callado y después
de tomar su colacao fingió dormir estando sentado en la mesa, Raúl lo cargó en
brazos y lo llevó a la hamaca que había en el porche del jardín sentando al
niño en sus piernas.
- Ya
no estés triste – le dijo acariciando su
mejilla, Aarón escondió la cara en el hueco de hombro de Raúl avergonzado
- Emilio
está enfadado conmigo – le dijo
abrazándose al cuello del mayor mientras este le hacía caricias
- No
creo que siga enfadado contigo, apuesto a que se le ha pasado – le dijo y Aarón lo miro dudando y Raúl aprovecho para
recomendarle
– para otra vez ya te portas bien ¿bueno?, ahora vamos adentro – sugirió
pero Aarón se negó
- El
abuelo también estará enojado, le rompí sus rosales – Raúl soltó una carcajada haciendo que Aarón arrugue el
entrecejo
- No
te rías – le dijo con un puchero
- Cariño me río, porque el abuelo no está enfadado contigo
- Cómo
lo sabes – Raúl se puso serio
recordando cuando él tenía doce años y fue a ese lado a jugar con la pelota y
en un descuido rompió los rosales de su padre
- Porque
si estuviera molesto lo sabrías, te lo aseguro cuando yo era chico los rompí
con la pelota – aquel entonces, estaba
jugando con Miguel – no fue mi intención pero patee la pelota con la mala
suerte que rompí varios de ellos
Fernando que había salido a ver qué hacían al oír aquello
sintió una punzada el corazón, aquella vez se equivocó con su pequeño, se dejó
llevar por la ira y aún ahora tenía peso de conciencia, así que se agachó y le
dejó un beso en la cabeza.
- Un castigo que no te merecías, hijo esa vez me equivoqué, fue la primera vez que lo utilice contigo y ni siquiera fue ninguna falta grave, fue una chiquillada…
- ¿Que
paso? – le dijo Aron moría de curiosidad
Ese día le había pasado más o menos como Aarón, Fernando
y Rosa no dejaron a Raúl salir al patio porque pegaba mucho el sol, pero Raúl
desesperado por jugar se fue a esa parte de jardín que según él no se veía
desde ninguna ventana, cogió su balón y chutando contra una pared con tan mala
suerte que esa vez le dio con mucha fuerza y rebotó en la pared y se fue
directo a los rosales rompiendo algunos de ellos, en ese momento llegaba
Fernando que había salido a buscarle al no ver a su hijo dentro y cuando vio
los rosales rotos se puso rojo de furia, camino hasta el cogiéndolo del brazo,
le dio un tirón a la bermuda que llevaba y empezó a darle nalgadas sin cesar.
- Plaf plas plas plas plas Cuántas veces te he dicho que no puedes jugar aquí plas plas plas plas
- Papiiii – le dijo a punto de llorar porque esa vez le estaba dando
muy fuerte
- Nada de papi, mira lo que hiciste con las
plantas pero ahora te voy enseñar yo a ser obediente – y se
llevó la mano derecha a la cintura desabrochando el cinturón, Raúl ver aquel
acto se puso nervioso y empezó a gritar desesperado y alertando a Rosa al salir
- Nooooooo nooooooo no papaaaaa no lo vuelvo
hacer – pero
Fernando ya había doblado el cinturón cogiéndolo por la hebilla y sin que a
Rosa le diera tiempo a detener a su marido descargo el cinturón en el trasero
de su hijo
- zas
- Papiiii duele duele – le decía frotándose con la mano que tenía libre donde le
había dado lo el cinturón
- Raul quita la mano
- Buaaaaa shih jjss no papi ya no lo hago más
– pero Fernando
dejó caer el segundo más abajo
- ZAS – Raúl
grito porque ese había dolido mucho más ya que ese cayó en las flexuras de los
glúteos
- BUAAAAA
- ESTAS LOCO – Rosa prácticamente grito cogiendo el brazo de su marido
quitándole el cinturón de la mano, en ese descuido que Fernando soltó el brazo
de Raúl y salió corriendo a su habitación
- Se lo he dicho un millón de veces y nunca hace
caso, mira lo que ha hecho con los rosales – contesto aun muy enojado mirando dos ramas rotas
- Pues ojalá que se te sequen todos – Fernando abrió los ojos por la sorpresa – ¿pero no te das cuenta de lo que has hecho?, tu hijo tiene
doce años y le pegaste con el cinturón por una travesura inocente – Fernando
se quedó callado dándose cuenta que su mujer tenía razón
Rosa dejó a su marido en el jardín y fue a ver a su hijo,
encontrándose con un Raúl en la cama boca abajo llorando desconsoladamente
- Hijo – se sentó en la cama acariciando su
cabello – ya paso mi amor, ¿te duele?
– pregunto y Raúl se abrazó a su mamá,
quería sentirse confortado – ya cariño no
llores – le decía limpiando sus lágrimas
con los pulgares
- Papá está muy enfadado ya no me quiere – contesto
entre sollozos con el corazón apretado, en eso Fernando había llegado a la
habitación, se había dado cuenta del error que había cometido, su niño solo
hizo una travesura inocente como había dicho su esposa, Fernando pasó y se
sentó en la cama sacó a Raúl de los brazos de su madre para abrazarlo él
- Cariño, ¿cómo piensas que no te quiero?, yo te amo a ti y a tus hermanos… ¡me moriría! si os pasará algo
- Pero tú – y
se apretó al pecho de su papá más fuerte y empezó a llorar muy sentidamente, no
podía hablar, se había llevado un susto muy grande
- Yo me equivoqué, cariño, perdóname no tuve
que reaccionar así – Raúl no dijo nada pero no sé despegó del
abrazo de su papá – creo que esta tarde la vamos a pasar
bien nosotros dos nada más – murmuro
y lo llevo al baño donde le lavo la cara de las lágrimas secas que tenía, luego
cogió sus llaves para irse con Raúl pero su hijo mediano salió en busca de su
padre
- Papá esta tarde dijiste que íbamos a lo de
la autoescuela – le dijo ya que vio que
salía con su hermanito, su papá le había dicho que lo inscribirá en la
autoescuela para sacarse el carnet de conducir
- Si cariño, pero me surgió una emergencia, pero
mañana te prometo que iremos – y
salió por la puerta para que su hijo le reclamará, Rosa que bajaba por las
escaleras y vio que su hijo se molestó intervino
- Álvaro cariño, no te enfades si quieres yo te acompaño
- Pero papá me lo prometió – contesto disgustado por el nuevo aplazamiento de aquello
- Si mi vida, pero creo que tú papá se siente
demasiado culpable para despegarse de tu hermano en toda la tarde – contesto mirando a su marido mirar al menor dentro de la
movilidad
- Le pegó – Álvaro frunció el ceño mirando a su padre, solo podía ser
eso
- Sí, y con el cinturón, pero ni una palabra a tu hermanito de acuerdo
- Esta bien mamá, ¿pero que hizo el enano tan malo como para una paliza con el cinturón?
- Nada, por eso tú papá se siente culpable, y no fue una paliza fueron dos y flojitos…
Claro padre e hijo se perdieron en el recuerdo de aquel
amargo momento y se quedaron callados con la mirada perdida, lo que claro dejo
a Aarón con la interrogante picándole por dentro.
- ¿Y que
paso? – le pregunto Aarón sin poder más
con la intriga
- Nada
de tu incumbencia mocoso – le dijo Fernando
dejando al niño con la duda pero revolviéndole el pelo con cariño…
Me gusta mucho tu historia
ResponderEliminarCathBlueRed
Gracias
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