Covid - 19: Una amistad a prueba de balas (Los Th); Autora Marambra

Covid – 19

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 29 de Agosto del 2020. 

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Una amistad a prueba de balas

Primera parte

Autora: Marambra

•  Dadas las circunstancias que estamos atravesando en el país, nosotros como estado…

Mikel aumento el volumen de la televisión para oír la noticia de carácter urgente que se estaba difundiendo ese mismo momento respecto a la horrible pandemia que estaba haciendo tambalear a todo el mundo sin distinción alguna y que también había afectado al país y claro aumento el volumen interesado en oír las nuevas medidas que el gobierno estaba por lanzar debido a los rebrotes de la infección en toda la ciudad.

• Sobre lo mojado, llovido, esto es el colmo – murmuro para sí mismo mientras miraba su reloj, aún era muy temprano, apenas las 7 de la mañana pero él ya estaba de pie con una humeante taza de café en la mano
• Si mamá te pilla te va a tragar y no se atorara ni con tus enormes pantuflas – reprocho medio en broma y medio en serio a su padre mientras lo miraba con una ceja levantada y aguantando las ganas de reír al fijarse en su traza, Mikel estaba con si elegante bata de dormir azul con diminutos cuadros rojos típica de la gente antigua que desfasaba con las enormes pantuflas en forma de garras de oso que le había regalado Matías para el día del padre
• No tendría porque si tú no abres la boca – respondió con una sonrisa descarada, deleitándose con un gran sorbo de humeante café, últimamente un tesoro muy precisado sobre todo desde que su desleal colega le dijera a su mujer que tenía prohibido consumir café, sal y comida grasosa
• Yo no diré nada papá, aunque debería porque tu mejor que nadie sabe que  no es bueno para tu presión – le recordó Tano convenientemente a su padre sin atreverse a discutir ni contradecirlo directamente, sabía muy bien que su padre no lo estaba pasando bien con la nueva dieta y peor con la famosa pandemia
• VAAA, mi cafecito no tiene la culpa de que mi presión se suba sino tu madre que me hace renegar al no dejarme comer lo que me gusta y ese virus de mierda que me tiene preso en cuatro paredes – se quejó todo cascarrabias
• Nos tiene presos papá, ¡nos tiene presos a todos! – le recordó que no solo era él quien estaba confinado a la casa sino también él por tener una enfermedad de base lo que excluyo automáticamente de estar en el hospital y aunque en un inicio lo hizo sentir mal, con el paso del tiempo se sintió agradecido de no tener que lidiar con pacientes potencialmente portadores del virus, sobre todo tras la muerte de muchos colegas más jóvenes y rebosantes de salud
• Ni me lo recuerdes – dijo con un suspiro cerrando los ojos mientras el delicioso café inundaba sus papilas gustativas

En eso se oyó los inconfundibles pasos de Miranda acercándose a la cocina y Mikel no queriendo que su esposa lo pille con las manos en la masa, le quito la taza de leche que se estaba preparando Tano y la cambio por su café ante la atónita mirada de su hijo.

• ¡Papá!
• Shuuu… tu no viste nada – respondió elevando una ceja como cuando era un crío y a Ethan no le quedó otra que mover su cabeza sin decir nada más
• ¿No estarás tomando café, verdad? – pregunto Miranda al sentir el golpe aromático en toda la cara apenas entro a la cocina y se acercó a quitarle la taza a su marido
• Pero ¿qué te pasa?… ¿estás loca?, es leche – respondió mostrándole la taza que quitar a Tano
• No estoy loca, el olor llega hasta el dormitorio – contesto ella mirándolo con sospecha
• ¿Y acaso soy el único que está aquí?, también esta Tano – Mikel no dudo en involucrar a su hijo pasándole  el problema y claro Mirando le quito la taza fijándose en el contenido
• Y tu… ¿desde cuándo tomas café? – le pregunto con el ceño fruncido por la sospecha
• ¿Desde que tengo cuatro hijo? – no supo que más decir, la situación era no solo incomoda sino ridícula
• ¿Te estás haciendo la burla? – y un golpe en su nuca fue la respuesta de su madre
• ¡Au! – se quejó, vamos que no fue una caricia – ni que no pudiera antojarme alguna vez un poco de café
• Bueno, bueno deja de fastidiarlo mujer, vienes toda alevosa sin decir siquiera Jesús – no era que Mikel saliera en defensa de Tano, sino que debía despistar a Miranda porque ante sus ojos, Ethan era capaz de confesar
• Es que pensé que…
• ¿Qué voy a dejar a mi papá tomar café?, me ofendes mamá – Tano recupero la compostura y por la paz de la familia prefirió seguir con el juego de su padre
• Es que tu padre es capaz de hacer cualquier cosa por salirse con la suya ¿y qué hago yo si se le sube la presión como la última vez? – se quejó preocupada y Mikel sintió una punzada de remordimiento
• Pero no estoy tomando café a tus espaldas hija, aunque ando muy deseado de un sorbito, pero tampoco así a escondidas
• ¿Lo prometes? – pregunto y ante el silencio de su marido agrego – es que no quiero que nada te pase – y acaricio su mejilla con amor
• No me va a pasar nada porque no estoy haciendo nada a tus espaldas – tuvo el descaro de decir pero al ver la cara de duda de su esposa y la mirada acusadora de Tano agrego – no te preocupes… y para tu tranquilidad voy a aceptar tu sugerencia de tomar café descafeinado
• Pues tendremos que ir a comprarlo esta tarde porque ya se ha terminado – respondió ella sonriendo haciendo una lista de compras mentalmente
• Pues tendremos que ir ya no más, porque desde esta mañana van a cerrar los mercados por una semana para fumigar y desinfectar – dijo Tano mirando la noticias que a esa hora difundían por la tele
• Ay no, y la comida, ¿Quién va a cocinar? – se quejó Miranda por el inconveniente
• Voy a llamar a Susana mamá y pedimos…

Tano sugirió  servicio a domicilio del esposo de una colega conocida, convenciendo a su madre que era mejor ir entre los tres para hacer las compras, considerando que los tres podían salir al mismo tiempo gracias a las terminaciones numerales de su cedulas de identidad, al final cedió a la sugerencia yendo ella y Tano al mercado central para comprar fruta verdura y carnes de todo tipo, mientras Mikel iba al supermercado con una lista interminable de cosas que iban desde productos secos a cajas y cajas de todo tipo de desinfectantes producto de su psicosis por el Covid, pero antes dejaron a Nathan al mando de los chicos, se suponía no iba a ser una  tarea difícil porque los tres hermanos menores tenían clases por línea, él mismo tenía un importante examen de embriología.

• Nathan… Nathan hijo – Ethan ingreso al dormitorio de su hijo a despertarlo para avisarle que estaban por salir y de paso recordarle que tenía examen
• Mmmggg – musito Nat aun con los ojos cerrados, noche antes había estudiado hasta tarde y estaba muy cansado
• Nathan… ¡despierta! – lo sacudió un poco y espero que los cansados ojos de su hijo se despejen, Nathan lo miro desenfocado y luego miro su reloj, aún era temprano, su examen se había suspendido para horas de la tarde, se enteró de ello gracias a los mensajes de whatsapp
• Papá es demasiado temprano – murmuro
• Son casi las ocho hijo, no es temprano, además tienes examen no te olvides – le recordó  sin poder evitar la tentación de acariciar su pelo
• El examen se suspendió papá, lo daremos estar tarde sobre las 6, así que déjame dormir un ratito por fis – rogo bostezando claramente cansado y empezando a acomodarse nuevamente sobre su almohada.
• Me alegro que se suspenda tu examen – contesto Tano pensando en lo cansado que estaba su hijo y como que cerró los ojos dormitando ya – hey no te duermas Nathan, necesito que me atiendas
• Paaaa – se quejó mirándolo con los ojos velados de sueño, procurando no dormirse
• Va a venir Susana, ¿la conoces no es cierto?
• ¿La madrastra de las madres? – y miro a su padre con la interrogante en los ojos pensando si oyó bien, Susana era una enfermera jubilada recientemente
• Si, ella misma – Tano no tenía ni idea de donde Nat sabía el apodo de aquella afamada enfermera – como sea… traerá comida hijo, le pedimos un delivery a su esposo así que dejare dinero en efectivo y una de mis tarjetas por si acaso para pagar el servicio, nosotros llegaremos imagino bastante tarde, así que almuercen temprano, pero por favor ten cuidado con lo que tocas, no te olvides lavarte…
• Las manos y limpiar los contenedores de comida antes de servir – termino por su padre – lo se papá no te preocupes
• Bueno hijo, entonces esta demás decir que tus hermanos no pueden salir, así que estas a cargo hasta que regresemos – advirtió y Nathan frunció el ceño, no le gustaba mucha esa tarea porque por lo general, sus hermanos no solían hacerle caso
• Papá tu sabes que ellos no me harán caso, así que yo paso de eso, voy a recibir la comida, asegurarme de desinfectar los empaques y ya está, no me pidas milagros con ellos – contesto muy serio y Tano se quedó callado, era cierto, de un tiempo a la fecha los chicos dejaron de considerar a Nathan como figura de autoridad y pasaban de sus sugerencias de buen comportamiento
• Está bien está bien… yo hablare con ellos, aunque no creo que haya líos porque tienen clases toda la mañana, así que no te preocupes  – respondió dándole un beso en la frente antes de salir

Y como lo sostuvo, hablo con los chicos recalcando que no podían salir de casa, que habían solicitado un servicio de delivery porque la abuela no cocinaría, que almuercen juntos y que no molesten a Nathan que se había trasnochado estudiando para un examen que daría al terminar la tarde.

• Chicos es hora de levantarse – Tano abrió las ventanas y recorrió las cortinas con el afán de que despierten, ya estaban a menos de una hora de que cada uno de ellos este sentado siguiendo sus clases virtuales
• Un ratito más papi – murmuró Matías haciéndose una bola debajo de las sábanas, mientras Uther simplemente se tapó la cabeza con la almohada, ambos habían dormido juntos en la sala de juegos que Tano habilito para sus hijos equipado con una tele y sofás cama por si recibían visitas, normalmente solo la usaban para ver películas los fine de semana, pero con la reciente epidemia se volvió el segundo dormitorio de los chicos, especialmente de Uther y Matías, mientras Nathan prácticamente estaba todo el día con su abuelo repasando temas de la universidad y él andaba con Lothar mirando tutoriales de matemáticas o química básica para hacer sus deberes escolares
• No, es tarde ya y nadie los va a despertar, estoy saliendo con tus abuelos y regresaremos quien sabe a que hora
• ¿Y quién va a cocinar? – la idea de quedarse sin comida hizo que Matías salte de la cama, últimamente andaba con un apetito voraz para satisfacción de su padre, atrás quedaron los días de quedarse con él en la mesa hasta que termine sus verduras
• Buenos días hijo – saludo Ethan quitándole las manos de los ojos para que no se restregué como lo venía haciendo
• Buenos días papá – bostezo Maty repitiendo su pregunta – ¿Quién va a cocinar si están todos saliendo?
• Nadie, he pedido un servicio de delivery
• Guaaauu papi, te luciste, no te habrás olvidado de mi pizza con triple queso y peperoni – aseguro Uther
• No voy a pedir pizza para almorzar Uther, pero les pedí bife chorizo con ensalada de betarraga cocida, papas fritas y arroz con queso por si acaso – si papá se había lucido en su pedido – ahora levántense y apúrense, tienen clases y no quiero nuevas quejas – les advirtió porque la maestra de literatura se quejó de que ambos Uther y Maty no estaban presentando a tiempo sus deberes
• ¿Lothar y Nathan – quiso saber Uther – ¿ya están despiertos? – y Tano frunció el ceño, Uther venia de un tiempo a la fecha fijándose todo lo que hacían Nat o Lot para fastidiarlos
• Nathan está durmiendo y espero que no lo despierten porque anoche se trasnochó estudiando – le advirtió
• Uy que delicadito, su bebé está haciendo chisito – se burlo y Tano sin querer sonrió por las muecas que puso en la cara
• Ya Uther, no te hagas la burla, pero en serio deja a tu hermano dormir un poco, tiene examen esta tarde y se acostó sobre las 5 de la madrugada – le conto y era cierto, Nathan estaba cansadísimo
• ¿Y si no se despierta cuando la comida llegue? – pregunto Matías preocupado – tu sabes que cuando Nat se duerme, se duerme de un tirón 8 horas
• Si eso pasa, ustedes reciben la comida, he dejado dinero sobre mi velador y mi tarjeta de crédito por si acaso, quizás el delivery no reciba efectivo – contesto pensando que muchas empresas habían optado por el pago por tarjeta

En eso ingreso Mikel listo para salir, Miranda ya estaba en la movilidad bien protegida con lentes de seguridad y barbijos de alta gama, además de un lote de guantes, alcohol en gel y toallas desechables.

• Estas listo Tano, te estamos esperando se nos hace tarde – le recalco mirado su reloj – tu madre está impaciente
• Si, ya estoy listo – Ethan miro su reloj y su padre tenía razón, tenían que apurarse – solo despertare a Lothar – murmuro recordando que su hijo menor tenía que entregar tareas en lo que iba la mañana
• Lothar ya está en el comedor desayunando, nos vemos más tarde chicos – les anuncio
• Hola abu – saludo Uther estirándose con todas sus ganas
• Buenos días abuelito – sonrió Matias, era el único que lo llamaba así – ¿tu vendrás para almorzar con nosotros?
• Hola flojonazos – los saludo besando sus frentes respondiendo de inmediato a su pregunta – si logro hacer todo quizás almorcemos juntos, ahora nos vemos chicos, se van a portar bien
• Adiós y apúrense – se despidió Tano

Y con eso ambos por fin salieron de casa, Mikel se llevó la movilidad de Tano dejando a su hijo la camioneta para poder cargar todos los canastos que seguro estaba, traería Miranda. Las cosas salieron según lo previsto, Mikel logro retirar dinero en efectivo de uno de los cajeros del supermercado por si acaso e hizo todas las compras que le indico Miranda, aumentando algunas cosas de su propia cosecha, en tanto Tano y su madre contentos con su propia mañana se dirigían al frial para comprar carne huevos y leche cuando una llamada de un número desconocido capto su atención y contesto pensando que quizás se tratase de un paciente.

• Si, ¿buenas tardes? – saludo mientras abría la puerta de la camioneta para que su madre ingrese mirando su reloj, era pasado el medio día
• ¿El doctor Ethan Van Lauder?
• Si, el mismo
• Buenas tardes, doctor le habla el Capitán Taboada de la unidad de transito – y Tano pensó que algo le paso a su padre
• ¿Sucedió algo con mi padre? – pregunto con la voz tensa, haciéndose a un lado para que Miranda no se entere nada todavía
• No señor, no es por una persona mayor nuestra llamada, sino por dos jovenes que dicen ser hijos suyos, ambos están en nuestras instalaciones, han sido detenidos por conducir sin un permiso establecido por la alcaldía, así que debe apersonarse para pagar la multa o caso contrario ambos pasaran un mes detenidos en el cuartel general – Tano estuvo tentado de aceptar que sus hijos se queden encerrados en el cuartel para escarmentar
• Puedo saber el nombre de mis hijos – pregunto enojado pensando que se trataba de Uther y Matías solo ellos eran capaces de hacer algo así
• No lo sé señor, se niegan a mostrar sus identificaciones, por eso necesitamos que se apersone a nuestras instalaciones para reconocerlos, pagar la multa que asciende a 600 bs y firmar un formulario para recoger la movilidad dentro de una semana – y Tano quiso quitarse un huevo
• ¿Una semana?
• Si señor
• Y si no me presento ¿qué sucede?
• Los jóvenes quedan detenidos en el cuartel general para cumplir trabajos sociales y la movilidad queda decomisada hasta nuevo aviso

Tras algunas unas breves palabras más que sirvieron para informarse sobre las consecuencias de esta imprudencia y donde y cuanto cancelar, le contó a su madre lo sucedido mientras se tragaba la bilis que parecía rebalsarle por la boca, prometiéndose a sí mismo que apenas ponga las manos encima de ese par les daría un soberano escarmiento.