Un vago, ¿sin remedio…?, ¡en serio!
¡¿Los trapos sucios se lavan en
casa?!,
De ninguna manera, no cuando se
trata del más vago de Konoha
Autora: Nicole
Habían alcanzado el hospital con Shikamaru en las espaldas de Gai-sensei y a su lado derecho su fiel discípulo Lee.
Tenten no pudo seguir acompañándolos, pues tuvo una
urgencia de último minuto y había sido informada por una de sus vecinas en
medio del camino. El maestro y Lee la despidieron, deseándole suerte en aquello
que tuviera que enfrentar, la chica les agradeció sintiéndose muy bien por
contar con el apoyo tanto de su entrenador como de su compañero de equipo,
quienes más que eso eran su segunda familia.
Gai y su pupilo entraron a la recepción del lugar, e
inmediatamente una amable enfermera salió a recibirlos.
- Buenos días, ¿en qué podemos servirles?
Maito-Gai junto a Lee con
respeto saludaron, luego solamente habló el adulto y explicó la situación de su
reciente alumno, la señorita, no demoró en atenderlos, buscando colaboración de
sus ayudantes se llevaron al Nara en camilla a una habitación para que el
doctor de turno lo examinara mientras ellos dos tomaban asiento.
Pasaron solo veinticinco
minutos hasta que recibieron respuesta.
- No se preocupé señor, el niño
está bien – dijo el doctor,
acercándose a ellos con la enfermera al lado – Se desmayó por
agotamiento físico. ¿Son ustedes shinobi de la aldea de la hoja cierto? – Ambos
asintieron – lo más probable es que no ha dormido lo suficiente,
lo mejor será que descanse un poco para que recupere energías y ya luego podrá
continuar con lo que tenga pendiente – El maestro y Lee asintieron al tiempo
que preguntaron al unísono
- ¡¿Podemos verlo?!
- Por su puesto, señorita Yoshida hágame el favor de acompañar al muchacho y a su papá…
Tanto Lee como su sensei sonrieron, no era la primera
vez que la gente los veía como si se tratara de padre e hijo, se parecían
muchísimo, y aunque en muchas otras ocasiones se detuvieron a dar las debidas
explicaciones, en esos momentos ninguno de los dos quería hacerlo, ambos
estaban más preocupados de la salud de jovencito Nara que de cualquier otra
cosa.
La joven enfermera los llevó a dónde estaba Shikamaru,
que dormía plácidamente y en lo ella se retiraba, Gai y su estudiante
predilecto se acercaron a su cama.
Como veían que el genio de Konoha no despertaba,
decidieron sentarse muy cerca de él, por sí tenía algún percance o necesitaba
algo con urgencia, ellos no demorarían un solo segundo en asistirlo.
Pero el tiempo trascurrió con el jovencito durmiendo,
llevaba ya casi dos horas y un poco más en eso, hasta que por fin despertó.
- ¿Qué estoy haciendo aquí? – fue lo primero que salió de su boca, con su típica voz
apática.
- Te desmayaste, cuando estábamos
peleando – respondió Lee y
añadió – Me quedé muy sorprendido, estuviste a punto de
atraparme con tu técnica de sombras, de la misma manera que lo hiciste con la
chica de la Arena, ¡tenemos que volver a enfrentarnos! Pero te juro ante
Gai-sensei que la próxima vez que lo hagamos, no te será tan fácil – hablaba
con su usual efusividad mientras el Nara exclamaba internamente un, ¡qué
fastidio! Solo piensa en retarme a cada momento, que no se da cuenta que estoy
muy cansado ahora como para pensar en otro combate.
- Tranquilo Lee, por hoy ha sido
suficiente para Shikamaru, el necesita reposo – La bestia verde de Konoha, abrió mucho los ojos, no se creía las palabras de su entrenador, ya
que para él no había descanso cuando de entrenamiento se trataba y recién
acababa de llegar el Nara a trabajar en su grupo, esperaba por lo menos salvar
el día con una buena sesión de taijutsu, mil abdominales y unas dos mil
flexiones, pero analizándolo con más calma tenía razón, el perezoso lucia muy
fatigado, pobrecito; se compadeció de él
Rock Lee, y no le quedó de
otra que acatar
las órdenes de su entrenador como siempre hacía.
- Como usted diga Gai-sensei, ¿pero ya te sientes mejor Shikamaru?
- Más o menos, gaste todo mi chackra en esa técnica, es muy agotadora, siempre me pasa lo mismo.
- En ese caso, creo que tendré
que enseñarte unos ejercicios de resistencia e incremento de la vitalidad, para
que no vuelva a ocurrirte algo así de nuevo – aseguró el maestro ante la mirada aburrida de su nuevo
alumno.
- Si Gai-sensei, estoy más que
preparado para ayudar a Shikamaru – se levantó de su lugar y apretó un puño, colocándolo al frente
entusiasmándose de nuevo, es que este chico
nunca se cansa, pensó una vez más el genio flojo viendo como su compañero no
paraba de darle ideas a su entrenador para acabar con su preciada paz.
Siguieron hablando ese par de locos unos minutos más,
hasta que finalmente Shikamaru dijo que se tenía que ir a casa, Gai y Lee se
ofrecieron a acompañarlo, y aunque el pre-adolescente no estaba de acuerdo;
poniendo como excusa que no era necesario, que no se molestaran y tal, tuvo que
ceder, vamos con tanta insistencia que ambos pusieron, era imposible no
hacerlo.
Finalmente llegaron a la residencia de los Nara, y el
jovencito quería despedirlos ahí hasta el día siguiente, pero Maito Gai quiso
saludar a los familiares de su nuevo estudiante. Shikamaru frunció el ceño
molesto, lo último que le faltaba, pero que fastidio, se dijo para sí, sin embargo,
no pudo hacer más que aceptar lo que le pidió el sensei y los tres alcanzaron
la entrada.
Yoshino lo recibió amablemente tanto a Lee como a
Maito-Gai, pero miró muy seria a su hijo, quien no quitaba ese semblante de
cansancio y no demoró en hacerse ideas en su cabeza porque no sería la primera
vez que llegaba Shikamaru con el maestro a la casa; recordando las veces que
llegó Iruka-sensei a decirle que su niño
más pasaba dormido en la clase que prestando atención a las lecciones, además de eso, las veces que le siguió la corriente a Naruto
para participar en sus bromas de mal gusto. Luego en sus inicios como Genin con
Asuma-sensei, cada semana estaba poniéndola al corriente de la negligencia,
tardanzas y mal desempeño del muchacho tanto en los entrenamientos como en las
clases teóricas, y es que él no hacía
otra cosa que dormirse en cualquier sitio, y
tenía el descaro de hacerlo en
frente de quien fuera; el
colmo de
vago y la madre de la pereza era Shikamaru Nara, y ella quien lo parió, tenía total certeza,
por lo que no podía esperar más que reclamos del señor que la visitaba,
seguramente alguna tontería había hecho ese mocoso tonto, pero en cuanto el
entrenador la pusiera al corriente de todo,
ajustaría cuentas con él. ¡Es que eres imposible, verdaderamente! ¡Ni
cambiándote de grupo tienes remedio! Exclamaba ella ante la mirada de
perplejidad de Maito-Gai y Rock Lee, ella ya sabía, o como decía el conocido
refrán, yo conozco el cebo de mi ganado.
Luego que todos se quitaron los zapatos, Yoshino los
hizo pasar y mandó a sentarse a los tres, y como era de esperarse empezó ella a
hablar, Shikamaru pensó que su madre era un caso perdido; una completa loca y
problemática, hablando más de lo que debía, ahora ese par conocían todo su
pasado al pie de la letra, ella se había encargado de sacarle todos los trapos
sucios al sol, quería que la tierra se abriera y se lo tragara, de lo
avergonzado que se sentía.
En medio de las palabras de la señora Nara, el sensei
un tanto apenado y en su cabeza preocupado por lo que había escuchado del genio
de Konoha, finalmente le dijo que solo
quería conocerla, que el muchacho había tenido un entrenamiento bastante bueno
para ser su primera vez en el grupo, pero que tuvo que llevarlo al hospital,
debido a que se había desmayado por desgaste físico tal como le explico el
médico, pero según Yoshino eso había sido un cuadro escénico para no cumplir
con sus obligaciones, porque su hijo era capaz de hacer cualquier cosa con tal
de no esforzarse en nada.
Shikamaru por unos segundos bajó la mirada al tiempo
que botaba el aire a cada palabra que salía de la boca de ambos tanto de su
madre como de Gai-sensei, seguramente este último creería todos sus argumentos,
que más podía esperar, sí él no conocía lo problemática, hablantina y ventajista
que era, reflexionaba en su lugar, observándola de reojo, torciendo levemente
la boca disgustado.
Los ruegos mentales del Nara, no se hicieron esperar;
quien ahora no paraba de rezar a Kami para que los visitantes se marcharan, que
fastidio estar en esa situación; su mamá era realmente molesta, volvía a
repetirse al momento que le escuchaba
frases tales como: no se deje engañar por él, suele ser un bribón, siempre
busca el camino más rápido y fácil para hacer las cosas o peor aún quedarse en
la inercia; bueno de cierta manera era
cierto, ¡¿pero que ganaba ella con hacerlo quedar mal frente a la persona que
tendría que aguantar durante un mes completo?!, ¡¿que acaso no tenía suficiente
con el calvario que le tocaría vivir bajo las órdenes de ese adicto al trabajo,
fanático de la puntualidad y además con un compañero con las mismas ideas en la
cabeza?!, ¡¿por qué demonios quería volver
todo más problemático
de lo que
ya era?! El cuestionamiento interno del domador de
sombras seguía su curso y la conversación, mejor dicho acusación en su contra
no cesaba con una Yoshino decidida a abrirle los ojos a Maito-Gai, que
fuera duro con él, que no lo
dejara salirse con la suya, que no se dejara convencer con sus
argumentos, que él no hablaba mucho, pero cuando lo hacía le rendía; que hasta
para eso era muy estratégico, sin olvidar lo diplomático, que también era, demasiado para su gusto; fácilmente salía ileso de una situación
complicada, no peleaba con nadie; lo
podían sermonear e incluso gritarle y era muy raro que contestara de vuelta,
sin embargo era sumamente terco cuando no quería hacer algo, nadie lo movía de
su sitió, así medía aldea se encontrara patas para arriba, todo le valía...
Cuanta apatía e indolencia demostraba,
ella lo conocía muy bien, y no era ciega, así que dijo muchas cosas más
que dejaron a Gai con la boca abierta.
- Y ya sabe, sí tiene que jalarle
las orejas al señorito aquí presente o castigarlo como corresponde cada vez que
cometa una falta, que no le tiemble la mano, tiene mi permiso para hacerlo – declaró ella convencida ante la mirada de pánico de
Shikamaru, que tragó grueso entendiendo a que se refería su estricta madre y la
verdad no estaba de acuerdo con esa repentina decisión, sin embargo como
siempre prefirió no argumentar porque sabía y no se equivocaba que se pondría
más problemática de lo que ya estaba y eso solo podía significar una cosa, sus
mejillas se tiñeron de rojo, solo de pensar en la escena, fijó la mirada en el
suelo avergonzado una vez más. La cara de sorpresa de su nuevo maestro y de
Lee, eran para retratar, vaya mamá tan radical, fue lo que pasó por la cabeza
del adolescente de cejas espesas, quien la mayor parte del tiempo solía ser muy
extrovertido, desde el primer encuentro con una persona sin importar su sexo,
edad o condición, sin embargo, en aquel momento prefirió no decir ni jota, ¡esa
mujer era intimidante, que temperamento! Y como sí ambos se leyeran la mente,
su mentor pensó igual que él, pero Gai hizo un comentario, con intensión de
ayudar un poco al pobre chico que cada vez lucía más incómodo.
- No creo que sea necesario llegar a esos extremos, yo creo que…
- Créame casi siempre es
necesario cuando un muchacho no se porta de acuerdo al código shinobi – interrumpió ella con total seguridad y añadió
inmediatamente – Y con este vago es siempre necesario, yo le estoy
advirtiendo para que luego no venga aquí a reclamarme porque tape las
sinvergüencerías de este niño, no sabe lo que me cuesta disciplinarlo, y es que
el padre no me ayuda en nada, es sumamente flexible con él, además…
Cuando terminó de hablar sobre los malos hábitos de su
hijo, metiendo a su marido en el baile, les sonrió y sirvió amablemente té con
galletas caseras que ella misma había preparado con anterioridad, a Shikamaru
se le fue el hambre, y a quien no, con
semejantes denuncias, su madre era el colmo, definitivamente se había pasado y
mucho, igualita a Tsume, la madre de
Kiba, que lo hacía pasar unas verdaderas vergüenzas al pobre, cada que este no
la obedecía, ella era capaz de gritarle de todo y perseguirlo para zurrarlo
cuando escapaba inútilmente del castigo, siempre se lo sonaba con aquella
chancleta de suela de madera igual a la que su mamá usaba para corregirlo a él,
pensaba Shikamaru, recordando la vez que el Inuzuka le cayó aquella cosa un
poco más abajo del culo, vaya buena puntería tenía la señora, luego le había
dicho que la recogiera y se la entregara
para darle la versión completa, pero el bruto de Kiba hizo caso omiso, lo que
la enrabietó más y quitándose la otra, fue tras él y antes que su excompañero
pudiera procesar algo, ella lo arreó de vuelta a casa sin importarle que la
gente la viera en eso por medio camino, asegurándole que al llegar recibiría su merecido como era
debido, que problemático todo para Kiba, que aquella vez no sabía dónde meter
la cabeza de la pena que se notaba que
estaba sintiendo, el Nara lo comprendía, le
había tocado vivir algo similar en más de una ocasión cuando era pequeño
y eso lo hacía enrojecer de vergüenza y de miedo.
Shikamaru cogió una galleta y empezó a masticarla
lentamente, luego tomo un poco del té que su madre le había servido, no tenía
tantas ganas, pero no quería que se molestara, así que una vez más la había
complacido, finalmente suspiró agotado mentalmente y es que a cada rato su
cerebro no paraba de pensar y analizar cada situación que vivía, llegando a
veces a abrumarse, ya el maestro y su compañero se habían retirado y los
pensamientos en su cabeza no se calmaban.
Cayó la noche y con ella la hora de la cena, con un
Shikamaru algo más tranquilo, que tomó su comida y luego se retiró a su
habitación a reposar para después alistarse, poner el fastidioso despertador,
dormirse de inmediato y esperar el siguiente día, esperando que fuera menos
problemático que el primero. Él que siempre deseo una existencia pacífica, sin
involucrarse en nada que considerara problemático, lo cual se resumía a todo lo
que la vida le ofrecía, pero en tan solo unos días su vida había dado un giro
muy diferente al que hubiera esperado.
Amaneció, con Shikamaru ya despierto, que como siempre
lucía su semblante cansando, apático, falto de motivación y energía, sin
embargo se alistó más pronto que tarde, no quería que su madre apareciera de
forma repentina en su habitación como lo había hecho ayer; armando un completo
escándalo, además se propuso, no llegar media hora como Gai quería, eso era
mucho para él, pero llegaría a la hora
en punto, después que su madre lo hubo hecho quedar mal frente a dos ajenos a
la familia, no le quedaba de otra que evitarse nuevos problemas, porque seguramente
Maito-Gai le cogería manía, ahora que
sabía que los rumores sobre él y el resto de hombres en su clan eran más que
ciertos.
Yoshino se sorprendió al verlo levantarse tan
temprano, pero a la vez estaba contenta que empezara bien el día, le dijo que esperaba
que siguiera cultivando el buen hábito de madrugar, Shikamaru con la cara
todavía somnolienta, pensó sobre lo aburrido que le resultaba su nueva rutina
al tiempo que jalaba su asiento y se sentaba a desayunar, pero no tenía hambre;
no estaba acostumbrado a tomar la primera comida del día tan temprano en
la mañana, había hablado con su madre sobre ese tema, que le provocaba nauseas,
que porque mejor no se lo empacaba para llevar y él se lo comía más tarde o
cuando realmente le apeteciera. Ella al principio no estaba convencida con la
repentina idea de su unigénito, creyendo que era un malacostumbrado acto, pero
acabó cediendo ante su sagacidad. Eso sí, antes le advirtió, que sí traía de
regreso o se enteraba que botaba lo que ella con tanto esmero se había
esforzado por prepararle y arreglarle para llevar, le iba a dar una buena
tunda, que estaría sin sentarse cómodamente por una buena temporada, el genio
flojo tragó saliva, porque sabía que esas amenazas no eran en vano, y terminó
respondiendo con un sí señora y partió a su compromiso.
Como no solía hacer, caminó acelerado a su destino
porque realmente su deseo por ahorrarse cualquier tipo de problemas, era lo que
lo movía, pero algo le decía que lo más seguro era que se le presentara una
situación problemática, solo por atrasarse un par de estúpidos minutos. Empezó
a contar el tiempo desde que salió de su casa hasta los minutos que le tomó
atravesar las cinco calles antes de toparse con el área de entrenamiento y…
¡Mierda, no podía dejar de pensar en cada detalle a la vez! Era comparable a
contar los movimientos que empleaba al realizar sus estrategias en combate, y
mientras se sumergía en su análisis iba ya por más de medio camino, se dio
cuenta de ello, por lo que sin perder más el tiempo pensando, corrió lo más
rápido que pudo hasta alcanzar finalmente el claro en el bosque dónde se
reunían los del equipo tres.
- Espero está vez, sí haber
cumplido con el horario establecido – decía agitado, esperando que su anterior conteo fuera
errado o que sus piernas lo hayan salvado por primera vez. Había dado una
corrida extremadamente rápida y larga, esto no le había pasado antes con
Asuma-sensei, recordó aquellas cosas que ahora le parecían privilegios y había
dejado escapar por idiota, ahora se recriminaba mentalmente al tiempo que se
quitaba su mochila dónde cargaba su desayuno y la dejaba en el suelo cerca de
un árbol.
- Dos minutos con cincuenta seis
minutos tarde, tienes suerte que Gai-sensei no ha llegado todavía – El Nara escuchó una conocida y seria voz desde arriba,
se giró al tiempo que levantaba la mirada y veía a su compañero de equipo de
pie sobre la rama de un gran árbol, apoyando una mano en el tronco del mismo.
¡Lo que me faltaba, ahora tengo quien testifique mi
tardanza! Exclamaba de nuevo para él mismo y haciéndose un cuestionamiento de
la misma manera: ¿Desde cuándo estaba ahí? ¿Acaso ese chico jamás se había
atrasado en su vida? Había escuchado que era un fanático de la puntualidad
igual que Gai-sensei, y ahora lo había pillado a él en su falta, que problema,
solo faltaba que lo acusara con el maestro, volvía a repetirse sudando
nervioso, sin embargo, otro pensamiento se le cruzo por su analítica mente, una
vez vio a su colega alcanzar el suelo: esperen un momento… ¿Qué le había pasado
al sensei, que todavía no había aparecido? ¿Estaría enfermo? ¿O lo habían
enviado a una misión de último minuto, lejos de la Aldea? Ha como era la vida
de un Shinobi, tenías que estar preparado para todo y cualquier tipo de
encuentro, pero antes de seguir gastando más energías en pensar, decidió
preguntar a su compañero.
- ¿Y qué le sucedió a Gai-sensei, que todavía no ha llegado?
- No lo sé, pero debe tener una
razón de peso porque en todo el tiempo que llevo entrenando y trabajando a su
lado, jamás ha llegado tarde – declaró Lee y
Shikamaru arqueó ambas cejas, haciendo un gesto de incredulidad con la boca.
- Bueno siempre hay una primera
vez para todo ¿no? – comentar eso y
Rock Lee lo miró de forma severa – digo, me refiero que a lo mejor
tuvo algún inconveniente…, tal vez…
- De ninguna manera, sí así
hubiera sido nos hubiera informado con anterioridad, Gai-sensei es muy
responsable – Lo defendió
como siempre y Shikamaru prefirió cambiar el tema.
- Sí, si te entiendo, por cierto ¿qué le pasó a Tenten, que tampoco ha llegado?
- Está enferma
- Debe estar muy grave para no haber
venido – comentó el
Nara.
- Pues eso fue lo que me dijo,
que no se podía ni levantar de la cama – Shikamaru abrió mucho los ojos, quería saber más, pero
no era del tipo de andar de preguntón, aunque no tuvo ni que intentarlo, Lee
había hecho una pausa y acabó soltando lo que en realidad tenía la experta en
invocación y manejo de armas – ya sabes tiene esa cosa que les
viene a las mujeres todos los meses y les dura entre tres y cinco días –El vago
se pasó la mano por la cara por un momento y dijo.
- No seas tonto, no está enferma,
solo están con la menstruación, que fastidio cuando les baja esa sangre, no hay
quien las aguante, un ejemplo claro mi madre, que se pone más problemática de
lo que realmente es – Ahora fue el
turno de la bestia verde de Konoha quedarse boquiabierto – debe ser muy
problemático ser una chica, gracias le doy a Kami, que me hizo hombre.
Ambos chicos siguieron conversando un rato, hasta que
Lee se le ocurrió la maravillosa idea de entrenar un poco de taijutsu hasta que
Gai llegara, él tenía que aprovechar el tiempo en algo productivo, ese era el
pensamiento que siempre sostenía aquel muchacho, pero no le pasaba lo mismo al
perezoso del Nara, a quien le pareció tediosa la propuesta de su colega, sin
embargo tuvo que complacerlo porque Lee
era Lee y sí no sudaba la gota gorda iba a seguir insistiendo todo el día y eso
sería muy desgastante para cualquiera, principalmente para un Nara.
Empezaron a luchar, como siempre Rock Lee le ponía
mente corazón y vigor al asunto, demasiado para gusto de un chico tan
desmotivado como Shikamaru, que solo deseaba convertirse en una nube para
simplemente flotar y no hacer nada, no quería esforzarse, él solo quería ser arrastrado por el viento, que
aburrido y que fastidio tener que defenderse de los precipitados ataques de su
intenso compañero, quien en lugar de tener dos piernas y dos brazos parecía que
tenía miles de ambos pares de extremidades.
Patadas y puñetazos con toda la potencia posible iban y venían. ¡Rayos porque
se tenía que tomar todo tan enserio! Exclamaba esquivando lo mejor que podía,
tomando la distancia más cómoda para él,
sí como no, mejor dicho huyendo
como un cobarde en lugar de hacerle frente y atacar como Lee le estaba gritando
que hiciera, porque el chico de cejas pobladas esperaba que sus oponentes
estuvieran a su más alto nivel aunque se tratara de una práctica o
entrenamiento básico porque él todo lo
veía como un reto en la vida a afrontar que siempre lo fortalecía; él ganaba o
aprendía sus lecciones y sabía que Shikamaru era un genio nato y podía
demostrar mucho más de lo que estaba haciendo, pero su falta de espíritu y
voluntad para el combate lo hacían tropezar, así que como buen camarada que ya
se consideraba de él, lo ayudaría a mejorar, se lo prometió al momento que hizo
que el vago se estremeciera en su sitio cuando un torbellino de patadas
amenazaron con herirlo seriamente, Lee lo notó y bajo su intensidad, a lo mejor
se estaba saliendo de control, recordó los consejos de Gai-sensei que siempre
apuntaba en su libreta; que cada persona era diferente, le brindó la mano a
Shikamaru para ayudarlo a ponerse de pie, que aceptó otra vez agitado, muy
agitado; vaya malas condiciones presentaba, de verdad era una vergüenza que
siendo un chunnin, no pudiera siquiera con una práctica, se recriminó para sí
mientras se sentaba en un tronco cortado al lado de Lee, que no demoró en
hacerle algunas preguntas sobre lo que había escuchado de boca de su madre,
realmente estaba curioso por escuchar el punto de vista del Nara, ya que esa
señora no lo dejó siquiera defenderse, el flojo cínicamente admitió que la
mayoría de lo hablado era cierto, haciendo énfasis en que todo el mundo shinobi
le parecía un completo fastidio, que se había hecho ninja pensando que a lo
mejor podía encontrarse con algo entretenido, pero hasta hora todo seguía su
curso igual, sin embargo también le
aclaró que en algunas cosas su madre había exagerado.
Lee no juzgo a su compañero por lo que había dicho
aunque no compartía sus ideas, eran polos opuestos, eso era más que notable no
solo a simple vista, aun así trató de
entenderlo, Shikamaru era una persona muy interesante, tal vez
pensaba de esa manera porque no
había encontrado aún su propósito en la vida, pero cuando lo encontrara
nadie lo pararía, se convertiría en un espléndido ninja, Lee estaba
completamente seguro de eso, ya que talento tenía y de sobra, solo tenía que tener una meta clara y con un
poco de esfuerzo estaría listo para afrontar cualquier reto que la vida le
presentara, de nuevo se auto aseguraba Rock Lee.
Y lo felicitó por no contradecir a su madre en ningún
momento, eso hablaba muy bien de él porque se notaba lo respetuoso que era con
ella, lo que no sabía el energético muchacho, era que Shikamaru actuaba así
porque no tenía más opciones, Yoshino siempre decidía, mandaba y él y su padre
obedecían y hacían como ella decía, sino a atenerse a las consecuencias. El
Nara quiso guardarse lo último para él, para que comentarlo, sí Lee ni era
psicólogo ni psiquiatra para resolver sus problemas familiares, mejor participó
de la amena conversación haciendo ahora él las preguntas, no fueron tantas, de
hecho solo fue una, el genio no solía indagar mucho en los temas
personales de la gente, pero ese algo lo tenía muy intrigado; quería saber cómo
fue que se recuperó tan pronto de las lesiones, él lo había visto en una cama
cuando junto a Naruto tuvieron que intervenir para que Gaara no atentara contra
su vida, de no ser por Gai-sensei, ese chico no estuviera hablando con él.
Rock Lee le explicó que le había tomado mucho esfuerzo
y sacrificio recuperar su condición,
los doctores no le
dieron ni un aliciente, le habían dicho que iba a quedar lisiado de por
vida, incluso hasta la quinta en el inicio de su difícil situación fue pesimista sobre sus resultados, pero él
hizo odios sordos a todos los negativos,
y se propuso levantarse aun contra todo pronóstico, recibiendo siempre
el apoyo de Gai-sensei, quien siempre estuvo ahí para él junto a sus amigos Sakura, Naruto, Tenten y Neji, quienes lo visitaron varias veces en el hospital,
igual que Maito Gai, le dieron ánimos,
pero él no podía evitar guardar un aprecio especial por su mentor que más que eso era un amigo muy valioso para
él, estuvo a su lado en todo momento y
detalles como esos por muy simples que sean, no se olvidan.
Shikamaru escuchaba atento la historia de su nuevo
compañero, quien cada día
iba a realizar sus esfuerzos poniendo su cuerpo al límite en las
madrugadas y en las noches de igual manera, las enfermeras intervinieron en
muchas ocasiones, pero el buscó la manera de despistarlas y seguir adelante,
con fe férrea, fuerza de voluntad inquebrantable y un esfuerzo casi sobrehumano
pudo sobreponerse, pero le aseguró al genio de Konoha que su cuerpo todavía no
estaba del todo recuperado, el Nara se quedó boquiabierto ante tal declaración.
Sí, sin estar del todo sano era capaz de realizar un taijutsu casi perfecto
como sería al tope de su nivel, ¡este chico era impresionante! Exclamó
internamente al tiempo que una leve sonrisa se dibujó en su rostro y sentía un
poco de ímpetu en su corazón, solo un poco, pero que le hizo poner la piel de
gallina, quizás dentro de esa alma apática, había algo de fuego para moverse
hacia delante con referencia a las expectativas que tenían otros sobre él y por
qué no, quizás en un futuro; un poco lejano quizás, de él mismo.
N/A: Esto se puso problemático, pero bueno
Shikamaru se lo busca, quien lo manda de vago jajaja, igual pobrecito, Yoshino
lo hace pasar cada vergüenza, pero les juro que no es intencional XD… Tengo
algunas ideas para que hagan este grupo de ninjas del equipo tres con el Nara,
pero tardaré un poco porque como he dicho ya no soy solo diálogos como antes,
me he metido de lleno en la narración o bueno al menos eso creo porque hasta
pienso que así me hago entender mejor, ya que, aunque conozco bien estos
personajes puede que a veces en medio de las conversaciones se me vaya un Ooc y
a mí me encanta mantener la esencia de ellos la mayor parte del tiempo.
Por otra parte, iba alargar más este capi,
pero definitivamente me volvía un ocho, sí lo hacía y quería publicar sí o sí,
sin más me quedo feliz que me dejen algún comentario para saber si les gustó el
capi, y nos leemos muy pronto, besitos.
Pobre Shikamuru, ha tenido la desgracia de tener una madre tan exigente que ni siquiera cree que se desmayo, jajajjaj.
ResponderEliminarMuchas gracias Nicole por tus historias, en serio ando un poco dispersa pero cuando veo que algo enviaste me pongo las pilas.
Sí su mamá anda siempre encima de él jajaja.
EliminarMe alegro que te guste nena, y gracias a ti por publicar. Saludos!
Diario me meto para ver si hay alguna actualización en las historias y nahh, me volveré vieja en la esperanza! 🤣🤣🤣
ResponderEliminarEste blog ya está abandonado, la autora decepciono a todos tantas escritoras buenas q tiene y no publica ��������
Eliminar😭😭😭😭
ResponderEliminarPuedes ir al de Terry alla estan continuando las historias la mayoría.
Eliminarhttps://rinconcitodeamistad.blogspot.com/?m=1
Gracias! 😊
ResponderEliminarJajajaja no inventes amiga todas las mujeres de tus historias me caen mal por exageradas y locas!!
ResponderEliminarMenos las florecillas porque ellas entiendo que así son y me agradan mucho jajaja
Pero es que pobre chico vago que vergüenza le hizo pasar su mamá y es que eso no se vale como puede ser tan metiche y no importarle la dignidad de su hijo!!
Ojalá algún día el vago ya no sea tan vago jajaja
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSí, la mamá de Shikamaru es la tipica mamá exagerada y de mal genio de algunos, o como la describe él la más problemática de todas jajaja
ResponderEliminarQue genial que te gusten las flores y sí, lo de ellas es cultural jajaja.
Y tienes toda la razón Yoshino se pasó avergonzando a su hijo cuanto pudo XD.
Esperemos que el vago mejore. Un abrazo y como siempre gracias por leer.