Desobediencias navideñas
Corto Navideño No 1
Los
Th
Autora:
Marambra
- No Matías, no me vas a ir a la cancha, mejor no me hagas renegar – advirtió
Ethan llevando los cubiertos a la mesa, en cambio Maty caminaba tras suyo imitando
sus actos de manera automática, mientras exponía sus argumentos con el afán de
ganar la simpatía de su padre y conseguir el permiso tan largamente anhelado
- Pero paaaapi, es el final del campeonato – declaro
apelando al espíritu deportivo de su padre
- A mi que me importa, no vas y punto – Tano
empezaba a enojarse cada vez más, pero parecía que Matías no se daba cuenta de
ello, así que siguió caminando tras su padre absorto en lo suyo, destilando su
emoción por el partido final del campeonato departamental
- Es que, si Guabirá gana, se corona campeón – y la
cara de su padre se puso morado del enojo por lo que su abuelo decidió
intervenir antes de que Tano reaccione de mala manera, es que Matías estaba
todo el día agarrado sea del móvil o pegado a la tele so pretexto de partidos
de la liga y no movía un dedo por sus obligaciones domesticas
- ¿Y si pierde? – pregunto Mikel para distraer
al muchacho y sacarlo del ojo del huracán que empezaba a ser su padre
- No va a perder abuelo, ¿qué dices!, si con un empate tiene la copa en
la mano – se notaba que estaba al día con todo lo
referente al ámbito deportivo – prácticamente es un partido de
pura formalidad
- Entonces no tiene caso que vayas a un partido que sabes que es “pura
formalidad”, eso no tiene nada de emocionante – respondió
su padre queriendo dejar zanjado el tema
- ¿Cómo que no es emocionante papá?, si mi equipito va a jugar con
Blooming, ¿te imaginas eso? ¡Con Blooming!, por eso quiero ir papá, no puedo
perderme este partido – el entusiasmo que destilaba Matías era digno
de admiración, pensó su abuelo moviendo la cabeza, porque a mal palo se
asomaba, su padre el único entusiasmo que mostro por el futbol fue cuando fue
arquero en el colegio, luego se desvinculo totalmente del deporte, por lo que Tano
no se ablando en lo más mínimo
- Pues pena hijito, porque no vas a ir, gana que estas gastando energía
en un sueño imposible, sobre todo cuando tienes un montón de tareas que no te
ha dado la gana de hacer – Tano había dejado de hacer
lo que tenia entre manos para darse la vuelta y mirar de frente a Matías
mientras recitaba aquel precepto, el hombre estaba muy decidido
- Pero paaaa, ¡va a jugar con Blooming! – insistió
Matías casi gimoteando ajeno al enojo del su padre, como si su papá estuviera
despotricando de puro gusto
- Ni aunque jugara con el Real Madrid o tuviera a Messi como capitán del
equipo, ¡he dicho que no vas y ya está!, deja de molestar – y
con eso dejo supuestamente zanjado el tema
- ¿En serio? – pregunto por primera vez
Matías como si recién se diera por enterado de la negativa de su padre – porque yo estoy hablando en serio papá, quiero ir a ese partido
- ¿Me estoy riendo? – respondió Tano – o estoy con un disfraz de payaso, ¡claro que estoy hablando en
serio! No vas y punto – recalco enérgico
- ¡Pues yo también estoy hablando en serio! – contesto
mirando a su padre fijamente casi como un reto, pero finalmente cruzándose de
brazos en el pecho, antesala de un berrinche en toda regla, lo que al final fue – voy a ir a este partido, AUNQUE TE ENOJES – grito con fuerza,
llamando la atención de su abuela
- NO, NO VAS A IR – aseguro su padre,
abalanzándose sobre él para jalarle el pelo que ahora lucia largo y alborotado
- AAAHHH
- Plaf PLAF PLAF – y
sin querer tres manotazos volaron a un lado del muslo mientras Maty esquivaba
lo mejor que podía, sorteando la mejor oportunidad para huir, menos mal su
abuela intervino
- Eyyy ey eeyy, ¡basta!, a que viene tanto grito – quiso
saber y miro de soslayo a Matías, dándole la oportunidad de quejarse, total,
eran vísperas de la navidad
- Es que él es un injusto, mamá; no me quiere dar permiso para salir – y
como era de suponer Matías se quejo lo que le convenía
- ¿Y porque no le dices a donde quieres ir? – interrumpió
Tano impaciente como siempre
- Porque quiero saber si le dirás la verdad o exagerarás como siempre,
¡metiche! – y apenas se dio cuenta de lo que acababa de decir,
Matías corrió como un cervatillo asustado, escaleras arriba para encerrase en
su habitación por si acaso
- ¡Matías! – chillo
su padre enfadado, empezando a seguir sus pasos
- Gracias
a Dios, Miranda lo atajó, cogiéndolo del brazo y regalándole una sonrisa
zalamera, cosa que surtió efecto sobre su hijo, que si bien ya no estaba
gritando, no dejaba de estar serio.
- Anda, no se lo tomes en cuenta, tampoco fue tan malcriado, solo te
dijo metiche, ¿cuántas veces me has dicho lo mismo? – agrego
tratando de apaciguar a su hijo, pero consiguiendo todo lo contrario
- ¿Lo estas defendiendo? – respondió dándose la
vuelta, volviendo a entrar a la cocina – además ni siquiera sabes lo que
quiera hacer
- ¿Y qué quiere hacer que tanto te enoja?
- Ir al estadio a ver el partido final de la liga departamental – respondió
Mikel, ahorrándole a Tano las explicaciones
- ¿Y eso es tan malo? – abogo la abuela – ¿como otras veces lo mandas?
- No es eso mamá, lo que pasa es que el famoso partido es el mismo 24 en la tarde noche, ¿Qué te parece?
- ¡Ah no, no, no, no!, el 24 nadie sale, es noche buena y hay un montón
de cosas que hacer – y Tano se sintió aliviado
Había
conseguido la reacción que esperaba de su madre, y de paso una sentencia para
todos sus hijos, porque el asunto era que, si él daba permiso a uno de los
chicos para salir el mismo 24, el resto exigiría el mismo derecho, algo que se
vislumbraba como un caos en toda regla.
Pero
Matías estaba decidido, iría al partido de futbol pase lo que pase, ya había
comprado su entrada que le costo un ojo de la cara y no iba a desperdiciarlo,
además de eso, de no querer perder un monto tan alto de dinero, iría con
Milenka, la chica de sus sueños, por fin iba a tener la oportunidad de
declararle su amor; con eso resuelto en su corazón, decidió actuar lo más
normal posible y no volvió a mencionar el tema a su padre para despistarlo,
pero tampoco cometió el error de decirle nada a sus hermanos, sobre todo a
Uther quien tenia fama de ser boca suelta no por mala intención sino por
despiste.
La
semana paso sin más incidentes y Matías logro su objetivo, papá bajo la guardia
paulatinamente hasta sacarlo completamente de su radar gracias a su buen
comportamiento, mientras tramaba su mejor movimiento para llevar a cabo su plan
en algún momento de la tarde, para lo cual había alistado en una pequeña mochila
su polera del equipo de sus amores, además de su entrada, su DNI, y todas las
monedas que tenía en sus bolsillos que apenas alcanzaba para un viaje en bus y
uno en taxi, lo que lo obligo a cambiar su itinerario, tendría que salir mucho más
antes de casa y tomar el bus que lo dejaba a cuadras de su destino y guardar el
resto del dinero para regresar en taxi a tiempo para la cena, sabía que su
padre estaría muy ocupado con los preparativos de la comida navideña pues
tendrían visitas y eso era favorable a su plan.
Y con eso en mente apenas su padre y abuelo salieron al aeropuerto, Matías se cambió el pantalón y los calzados, un par de tenis muy cómodos por si tenía que correr y una polera blanca de algodón debajo de la sucia polera que llevaba encima solo para despistar a posibles mirones… solo que no conto con la agudeza de su hermano.
- ¿A dónde estas yendo? – la voz de Nathan
sobresalto de tal manera a Maty que el pobre pego un brinco como liebre
asustada mientras se giraba para mirar a su hermano mayor
- Voy a ver el partido – no tenía sentido mentir
pensó – compre las entradas y tengo todo lo demás en una
mochila, voy a ir en bus y volver en taxi – agrego todo desafiante
esperando la censura
- Mmm – murmuro Nathan saboreando un poco de su
helado
- ¿Le dirás al papá? – su intención había sido
sonar amenazante, pero aquella pregunta sonó más bien a suplica, quizás fue eso
o la repentina admiración que nació en Nathan que prefirió guardarse el secreto
- No, yo no, pero tu deberías – aconsejo,
terminando de beber su helado, pero al ver la cara de consternación de su
hermano se apuró a agregar – no te digo que ahora, sino que
en algún momento
- Pero yo no quiero decirle, el no me va a dejar salir y se va a enojar y el abuelo y la abuela me dirán que estoy arruinando la fiesta de navidad
- Cierto, pero si esto se descubre, que así será, porque tú sabes que a
Tano nada se le pasa – contesto y Matías pensó en
lo raro que sonaba que Nathan nombre a su padre por su apodo, pero luego
recordó la torcida historia que le conto Uther sobre el nacimiento de Nat – yo no te he visto, ni se nada de tus planes, porque no quiero que me
acusen falsamente de ser tu cómplice y ser castigado junto a ti, porque papá
seguro te da con el simbadito – y Maty trago saliva, pero el coraje
volvió en su ayuda
- No importa, sé que valdrá la pena – respondió
En eso apareció Uther y Lothar, todo sonrisas y buen humor.
- ¿Qué cosa valdrá la pena? – quiso saber Uther y
Nathan prefirió guardar silencio; como prometió, de su boca no iba a salir ni
pio y eso hizo que Matías sea desafiante
- Estoy yendo al partido de esta tarde – respondió
ajustando su mochila, pero nadie le creyó
- Jajjjjsss jaaasjj – se rieron a coro Uther y
Lothar
- Si flaco, nos guardas campito – dijo
Lothar y se dieron la vuelta corriendo al piso superior, increíblemente sin
creerle una sola palabra
- Bueno, eso todo – suspiro Matías – me voy Nathan, sino no podré tomar el bus
- Yo no te he visto, no te estoy oyendo, no se nada, pero si te aconsejo que salgas de una vez si es esa tu intención, porque la abuela ya debe estar de regreso del supermercado así que, buena suerte…
Con eso se giró, dándole la espalda, dejo al muchacho parado en el pasillo sin saber que pensar, incluso generándole la duda de si era buena decisión ir al partido, lo que hizo que al final llame a su padre contándole sobre lo que estaba haciendo y no se preocupe tanto, digamos una cortesía de su parte.
- Hola papá – había empezado y ese papá
hizo parar las alarmas de Tano, pero siguiendo el silencioso consejo de Mikel
se contuvo de cuestionarlo
- Hola Maty, ¿necesitas que te compre algo? – pregunto
en cambio
- No, no… nada
- ¿Entonces? – pincho lo justo, lo que
arranco un suspiro hondo de Matías que a todas luces era para tomar coraje
- Perdón por lo que voy a decirte papá, pero estoy yendo al Tahuichi, es el partido final del campeonato y mi equipo va a ganar, así que…
- Así que tomaste la decisión de desobedecerme, bueno pues sabrás lo que haces y sabrás atenerte a las consecuencias – y colgó, lo que derivo en una pelea con su padre, Mikel censuro su actitud porque al final no se entero con quienes estaba, a qué hora volvería o si necesitaría que lo recojan, detalles que en ese momento no pensó Tano
Matías
se quedó parado en medio del camino sin saber si regresar a casa o seguir con
sus planes, porque tenía que reconocer que despertó el enojo de su padre, pero
al final la llamada de Milenka inclino la balanza y salió disparado calle abajo
hasta la parada del bus, rezando para no encontrarse con su abuela o su padre
en el camino, pensando en lo maravillosa que seria su tarde, su equipo se
coronaria campeón y la chica de sus sueños seguro aceptaría su propuesta de
amor, con esos pensamientos altruistas se lanzó al éxito sin imaginar que todo
seria un gran fiasco, al final su equipo perdió por penales, lo que claro
alargo el partido mas de los 90 minutos reglamentarios, la noche cayo pronto
sobre la ciudad, su chica no llego a ser su chica porque ella se apareció al
partido de la mano y en grandes amores con otro muchacho compañero del colegio
un grado mayor a ellos y para finalizar la guinda del pastel se largo a llover
a cantaros y no había ni un solo taxi que lo quiera llevar por quince pesos a
casa.
Mientras que en casa Tano hacia todo lo posible por disimular su enfado primero y su preocupación después, porque ya habían pasado más de dos horas de terminar el partido y Matías no había por ninguna parte y no contestaba sus llamadas, bueno ni las de su abuelo, lo que definitivamente los alarmo y decidió ir a buscarlo.
- Voy a salir a
buscar a Maty, papá – interrumpió Tano todo serio,
llamando la atención de los presentes; estaban empezando a llegar los invitados
que no eran más que el tío abuelo Fabio, hermano de Miranda y su único nieto de
la edad de Nathan, Mauricio
- ¿Sucedió algo
Tano? – pregunto Miranda, ella se había dado cuenta
del estado de nervios de Tano desde hace una hora y supuso que algo ocurrió con
Matías porque no lo vio en ninguna parte
- Si mamá,
Matías se fue al partido de futbol sin mi permiso y no ha regresado hasta
ahora, no me responde las llamadas ni me lee los mensajes y estoy empezando a
asustarme – declaro con un nudo en la garganta
- ¡¿Se fue al
partido?!... ¡QUÉ JODIDO! – grito Uther, atónito – se ha lucido
el cab… – iba a decir cabrón, pero su padre cortó antes de nada
- ¡Uther! – elevo
la voz para llamando su atención
- ¿Qué hice? – pregunto todo inocente
- ¿Y me vas a preguntar?
- Pero…
- Mejor muévete Tano, o dame las llaves – intervino
oportunamente Mikel
En eso una luz brillante ilumino el jardín, alguien acababa de llegar, era Matías que bajaba de la movilidad de un vecino, quien lo encontró deambulando en la calle en pleno aguacero tratando de hacer parar un taxi.
- Don Mikel, doña Miranda, Tano – saludo
el hombre, contemporáneo a Ethan – encontré a su pollo en el
camino – dijo para aligerar el ambiente, mientras Matías se escondía
de su padre, a todos saltaba a la vista que el chico estaba en serios problemas
y para colmo de Maty, salieron al encuentro el tío abuelo y Mauricio quienes
estaban dando instrucciones de cómo llegar a casa a sus extraviadas primas, dos
abuelas más viejas que Matusalén que justo se aparecieron en el umbral a tiempo
para oír a Tano
- Agradece y despídete Maty y sube a darte un baño – ordeno
Mikel, pero Tano lo cogió en el camino
- Gracias Lucho, en serio ya estaba por ir a buscarlo, se salió sin mi
permiso – agrego dándose la vuelta y llevando a Mati a
su dormitorio
Pero antes paso por la cocina bien decorada de la abuela y saco el maldito simbadito del último cajón, donde rebusco un poco entre los trastos viejos o de poco uso que tenía Miranda ahí dentro.
- Paaaaapi – gimoteo Matías cuando vio el
tranzado en la mano de su padre
- Te dije que asumirías las consecuencias
- Pero es navidaaaad – lloro en un impulso por
ablandar a su padre de corazón duro
- ¡Corrección!, es noche buena y haz de cuenta que papá Noel no vendrá para ti, pero si lo hará Krampus
Y
con eso dicho llevo a Matías a su dormitorio cogido del brazo, mientras lo
azotaba en el camino por querer escapar de nuevo, no había necesidad de
quitarle la ropa, el delgado pantalón mojado no protegía nada, es más,
aumentaba el dolor de los azotes.
- Zaas Zaas Zaas ZAAAS zAaaS
- AUUU paaaaa
Y la
puerta se cerró detrás de ellos, pero sin impedir que el llanto, el grito y los
azotes se filtren hasta donde estaban los invitados que miraron la escena como
surrealista…
Uy pobre Maty todo le salió mal!!
ResponderEliminarQue mal que su equipo perdiera porque la tenían fácil pero bueno en un partido de fútbol todo puede pasar y cuando se van a penales es una moneda al aire!!
Ese Maty bien lindo es desobediente pero no pudo con la culpa y confesó todito!!
Ay le pegaron con el trenzadito pobre Maty ni porque era la semana de navidad 🙁💔..
Que genial que regresaras amiga!! 🙃💕
Que emoción leer de nuevo a los Th gracias
ResponderEliminarNo me gustó nada este episodio y estoy muy enojada contigo Marambra como es que en primer lugar no dejan ir a Maty a ver su juego y sí, se fue por su cuenta, pero todo le sale mal, haces que su equipo pierda al menos dale algo de consuelo que su equipo se lleve el triunfo o por lo menos que la mocosa le pare bolas, pero no puede salirle todo mal.
ResponderEliminarBueno ya te reclame, ahora feliz Navidad y Feliz Año!🌲🍾🍷