Mis Gemelos
Capítulo 330
De tanto tirar, hasta la liga se rompe
Autora: Marambra
- Deja
de llorar Alexander, que nadie se ha muerto y ni te he castigado todavía – hablo
papá mirando hacia atrás por el retrovisor
Alexander no
paraba de llorar en silencio desde que salieron de la comisaría, estaba
devastado con la idea de no poder estar con Pankarita, un mes era demasiado
tiempo, casi un siglo en sus emociones, se volvería loco pensaba; seguro se la
pasaría rumeando no solo su soledad como un rehén en una mazmorra, sino atormentándose
al imaginar a su doncella con un nuevo amor, no se hacía ilusiones de que su
amada pueda soportar un mes sin verlo, seguro que el estúpido de Adrián aprovecharía
la oportunidad de no solo echarlo un ojo a su chica sino quedarse con ella.
Iván
por otro lado se sentía mucho más frustrado, a diferencia de su hermano recién
se dio cuenta de que él tampoco podría pasar el rato con Ninoska o con sus
amigos y no era justo, en su fuero interior, cuanto más lo pensaba más culpa
tenía su hermano, para él todo era culpa de Alexander y de Pankarita, él no
estaría en este problema de no ser por ellos, lo malo era que no veía sus actos
como propios sino como obligados por su hermano o pequeña cuñada, un error que
iba a meterlo en serios problemas con su padre a lo largo del día.
- Todo
esto es tu culpa – siseo en un momento dado llevado por la ira,
no pudiendo controlar su mal humor, pegando un codazo a su hermano mayor
- Ouuuw
– el codazo le llego por sorpresa a Alexander
sacándolo de sus ensoñaciones y ante el dolor agudo que lo invadió, no dudo no
solo en quejarse si no en responder – ¡qué te pasa! – grito
antes de darle un tortazo en la cara a su hermano, olvidándose por completo de dónde
y con quién estaban
- Quietos…
QUIETOS – habló papá mirando por el retrovisor como
aquel par de desubicados se atacaba a codazos – ¡BASTA! – elevo la voz
sin poder hacer mucho más, pues estaban en medio de la carretera que a esa hora
estaba congestionada y con la luz en verde, pero aun así los chicos continuaron
su lucha
- AUUU
carajo, ESO DOLIÓ – grito Lex de nuevo ante el nuevo ataque de
Iván, quien no dudo en usar su mejor arma secreta… sus dientes – PAPÁ ME ESTA
MORDIEEENDO, AAAAUU
- Quejica
– protestaba Iván con la voz amortiguada, mientras
Lex lo jalaba del pelo para que no vuelva a morderlo – … LLORÓN…
- ¡DEJEN
QUE PELEAR! – la voz de papá se filtró en medio del caos, Rubén
estaba cada vez más cabreado; menos mal ya muy cerca de casa, dos giros más y
estaría en sus terrenos
- AAAHHH
AHHH… MIERDA, MI NARIZ – Iván se llevó el borde su camisa a la cara,
para limpiarse el sangrado – ESTUPIDO ME HICISTE SANGRAAAAR – y un
nuevo puñetazo voló a la cara y eso fue todo
Rubén
avanzó el largo trecho que faltaba hasta que logro salir de la carretera y entrar
al familiar camino de grava que conducía a la hacienda, por si acaso encendió
las luces para girar y frenar a un lado del camino, pero ninguno de los chicos
se percato de que papá paro la movilidad hasta que sintieron el peculiar dolor
de un jalón en las orejas.
- ¡YA
BASTA! – y
aquel grito dio paso al dolor, papá abrió la puerta y se abalanzo sobre ambos,
estampando un golpe particularmente duro sobre el trasero de ambos, pues ambos
estaban abrazados librando una salvaje batalla – PLAAFF PLAAFF
- MMMGG
pero ¡qué diablos! – dijo Alexander soltando automáticamente a su
hermano cuando se percató de la presencia de su padre sobre ellos, ni se dieron
cuenta que papá estaciono, se bajó de su asiento y abrió la puerta de su lado
para frenar la pelea que imprudentemente él y su hermano lidiaban; y al ver la
expresión molesta de su padre, giró todo el cuerpo, sentándose lo más modosito
que pudo, no quería tentar ni a su suerte ni a su padre
- ¡Mieeeerda!
– la expresión verbal de Iván se sobrepuso a la
protesta de su hermano casi al mismo tiempo que un familiar picor invadió su
muslo, su cabeza acababa de registrar a su padre como autor de aquel picor – ¡él tiene la
culpa! – grito, queriendo justificar sus acciones, pero claro,
papá no estaba comprando aquello, estaba cansado, quería llegar a casa sin oír
gritos, además ya tendría tiempo para eso
- ¡BAJA!
– le ordenó a Iván, esperando que obedezca
estirando la liga a favor de los chicos lo más que podía, estaba enojado, pero
no quería ser cruel y castigarlos ahí a la intemperie
- ¡Pero
él tiene la culpa! – volvió a repetir Iván sin hacer atisbo de
moverse, lo que molesto más a su padre quien sin pensarlo esta vez
prácticamente lo alzo de la patilla y lo sacó de la movilidad, arrancando
gemidos y lágrimas de los ojos del muchacho, las primeras de una larga fila que
chorrearían como cataratas – auuu auuu yaaa me lastiiimas – se quejó
poniéndose rojo como un tomate
- ¡Ahora
sube y cállate, que no quiero oír ni una sola queja más de tu parte! – advirtió
papá mirándolos enojado, sobre todo a Iván que parecía que de una u otra manera
estaba buscando tres pies al gato
- Pero
es cierto, ¡me hiciste doler! – volvió a quejarse no
con humildad, si no más bien de forma casi beligerante, frotándose el área
afectada con fuerza, pero papá no quería entrar en debate y menos en la
carretera, así que como era su costumbre dio por terminada la charla con una
tácita amenaza
- Y
más te va a doler cuando lleguemos a casa, si sigues con esa actitud, ahora ¡sube
y cállate! – advirtió papá, esperando que Iván entre al
carro
- Pero
te estoy explicando – en definitiva, Iván estaba en modo mula, pensó
su padre tratando de controlar su respiración y relajarse
- He
dicho silencio Iván, no quiero oír nada más – volvió
a advertir sin gritar, a ver si así el chico entendía que esto no era una
amenaza, sino una necesidad que debía ser cumplida ya no más
- Es
que es cierto, me hiciste doler – y
como si de un infante de 4 años se tratara, parado ahí donde estaba se abrazo a
sí mismo enfurruñado; su padre miro alucinado por si actitud, creyendo sentir
como se le teñían de verde las canas en las sienes
- ¿Quieres
que te de una paliza aquí en medio de la calle?, porque lo puedo hacer – le
pregunto papá sin grado de malicia en la voz, si no con ese timbre que denota
que no estaba jugando e Iván guardo silencio mirando a su alrededor con el
rostro rojo de la vergüenza, pensando que alguien pudo oír a su padre – Iván, te estoy
hablando ¿quieres una paliza aquí? – volvió a repetir clavando
sus pupilas en los ojos de su enano
- Pero
- No,
no, no, no hay peros ni manzanas, es SI o NO, nada más, no quiero oír otra cosa
– agregó empezando a llevar las manos a la
hebilla del cinturón, lo que hizo que Iván suba al carro como un condenado
- ¡Diablos!
YAAA – la voz le sonó como de ratón ahogándose,
superado por un montón de emociones en las que predominaba la frustración, el
cansancio y la ira
- Supongo que es un NO entonces – murmuró su padre girando sobre sus talones y subió a la movilidad cuando por fin Iván se sentó en el asiento del copiloto – cambia tu actitud chichilo, estas a poquito de colmarme el vaso – agrego cuando finalmente le abrocho el cinturón de seguridad, porque a todas luces se notaba que Iván no iba a mover un dedo para colaborar más allá de guardar silencio
Tras
aquello por fin pudieron llegar a la hacienda envueltos en un completo
silencio, Alexander se había acurrucado en un ovillo en el asiento de atrás,
abrazando sus piernas tras quitarse los zapatos, mientras miraba la nada por la
ventanilla lateral, en tanto Iván se acomodó como pudo con la poca libertad que
el cinturón de seguridad le ofrecía, para darle la espalda a su padre y no vea
no solo las lágrimas que se estaban secando sobre sus mejillas producto de la
frustración que sentía, como tampoco quería que vea el enojo y la rabia que fruncían
su ceño, ni que oiga los susurrados improperios que se escapaban bajo riesgo de
una paliza, de su boca marchita por la sed y el hambre; finalmente el carro se
adentro a territorio conocido, estaban en los predios de la hacienda, poco
segundos ya para llegar a casa, lo que hizo que ambos chicos se vayan
desabrochando el cinturón de seguridad y pongan las manos a la manija de la
puerta, dispuestos a saltar aún con el auto en movimiento a riesgo de sufrir
cualquier avería, pero sus ganas de huir se frenaron cuando su padre bloqueo
las puertas desde su control y se giro para mirarlos con fría calma.
- Escúchenme
los dos – les dijo mirando a ambos muchachos a los ojos,
los gemelos no tuvieron más opción que sostener la mirada enfadada de papá - ¡están castigados!,
¿saben lo que significa eso? – les pregunto y ambos se miraron
entre sí, confundidos, en casa solo había una forma de pagar los delitos graves
y siempre era una paliza, así que preguntar eso era extraño pero sobre todo muy
sospechoso – que van a subir
y cambiarse de ropa – hablo de nuevo su padre, como contestando
a su retórica pregunta, pero continuando con la orden – se van a poner ropa vieja y luego entran
a mi despacho, ¡y no quiero oír NADA, NI VOLAR A LAS MOSCAS!... ¿estamos? – volvió
a preguntar, pero los chicos se quedaron en silencio tratando de adivinar a
donde quería llegar su padre con eso de cambiarse la ropa, pero Rubén que tomo
aquella pausa como un reto volvió a jalarles la patilla con la misma fuerza de
antes, dejando claro de que esta vez, si quería una respuesta verbal que no sea
otra queja –
he dicho ¿estamos?
- Auuu
siiiii papá, siii – y como si de una sola voz se tratara, ambos
muchachos respondieron lo mismo y al mismo tiempo y fue decir eso para que su
padre no solo les soltara la patilla, si no desbloqueara las puertas para
dejarlos salir.
No
hace falta decir que sobro impulso para saltar del carro y pegar carrera hacia
la casa sin mirar atrás, asimilando recién que estaban en serios problemas y
que seguro papá los iba azotar; fue cuando otro macabro pensamiento le asaltó a
Iván… ¿y si Logan los castigaba también?, ya era muy malo saber que su abuelo
los iba a sonar apenas pongan un pie en la oficina como para que encima su
padre biológico también tome cartas en el asunto, y si eso sucedía, comprendió
con horror, que quizás su abuelo incluso le dé a Logan su bendición pues este
asunto también le incumbía; con ese fatuo razonamiento las ganas de borrarle la
sonrisita imaginaria de los labios de su gemelo lo impulsaron a darle alcance
al final de las escaleras que ambos subieron como un torbellino, para vengarse
por lo menos con un golpe en las costillas, solo que no pudo disfrutar al cien
por ciento de dicha venganza, porque sin querer sus pesadas pisadas de
elefante, habían atraído la curiosidad de Logan.
- ¡Oh
Dios!, ahora qué – Logan había estado mirando el reloj de la
cocina, con una pequeña taza de café en la mano para despejar el sueño que le
acudía, cuando el vidrio de la vitrina que reflejaba el jardín por la ventana
de la cocina, dio paso a una sombra distorsionada que se perdió de camino al
patio trasero… al sauce; fue cuando comprendió que los chicos ya estaban en casas – ¿qué mierda hicieron
estos carajos? – refunfuñó disgustado, pasando de la
preocupación de no saber donde estaban sus retoños al enojo por salirse sin
permiso y sin medir los peligros que puedan surgir
Mientras
tanto, Rubén acababa de cortar dos delgadísimas ramas de sauce, las más
flexibles y tiernas de todas, de un regular largo de apenas 60 cm, suficiente
para imprimir en el trasero de sus hijos lo que sus cerebros se negaban a
aprender, iba a sonarlos primero con la mano y luego les daría cinco trazos a
cada uno para asegurarse que no vuelvan a cometer el mismo error, bueno, por lo
menos esa fue la intención inicial; él no quería martirizarlos, solo dejar una
impresión un poco duradera y disuadirlos de volver a cometer la misma torpeza,
él sabía cuánto dolor podía causar un palito de aquellos, no solo él, si no
Logan también; por eso cuando se dio cuenta que su padre fue a arrancar dos
ramas del mismo sauce que muchas veces lo hizo llorar en su adolescencia no
dudo de que sus hijos estaban ya sentenciados, por eso se apresuró darles
alcance y tratar de averiguar que hicieron para que papá decida azotarlos con
una vara verde de sauce, solo que su presencia empeoro los conflictos que los
gemelos arrastraban desde la madrugada.
- El
papá me va a pegar por tu culpa – murmuró Iván indignado
- Por
qué mi culpa… tu decidiste venir con nosotros – respondió Lex apurando en llegar a su dormitorio
- Pero
teníamos que volver a las tres – le recordó Iván deteniendo los pasos de su hermano
a mitad de las escaleras cogiéndolo del brazo
- Bueno,
pero no lo hicimos – Alexander
jalo el brazo logrando que Iván lo suelte, y quiso volver a correr escaleras
arriba, pero Iván le bloqueo el paso
- Es
que era un trato – insistió frustrado cortando el paso a su
hermano, el no iba a dejar esto tan fácil
- ¿Y?
– contestó Lex, desesperado, mirando a su
hermano sin poder creer que quiera discutir esto justo ahora a puertas de una
paliza, sabiendo que si no hacían lo que su padre les ordeno, corrían el riesgo
de empeorar su situación
- ¿Cómo
que “y”?, ¡era un trato! que rompiste por ella, ¡te quedaste por ella! – Iván estaba más que convencido que su
gemelo por estar de ñañas con la flaca esa, no volvieron a la hora convenida y
ahora estaban metidos en muchos líos
- ¡Ya!,
¿por qué no te volviste solo?, no
tenemos que hacer todo juntos ¿sabes?, somos gemelos no siameses – Alex
también estaba frustrado y cuando estaba acorralado, no siempre era un buen
orador, y supo que cometió un craso error cuando vio cuanto dolor provocaron
esas palabras en su hermano; él sabía que Iván tenía mucho miedo de caminar
solo en la hacienda de noche, sobre todo desde que creyó ver al loco de Harry
vigilando los predios y no le había dicho a nadie excepto a él; pero ya era
demasiado tarde para disculparse, Iván transformo su dolor y miedo en enojo y le atesto un buen codazo antes de
correr escaleras arriba para llegar a su dormitorio
- Tengo
ganas de romperte el hocico ¡imbécil! – agregó
satisfecho viendo el gesto de dolor en la cara de su hermano, olvidándose que
ya estaba a puertas del infierno como para ponerle más leña al fuego
- ¡Iván!
– grito Logan frunciendo el ceño, nada contento
con lo que acababa de ver – ¡estoy viendo lo que estás haciendo! – si
bien elevo la voz, no grito para no despertar a su madre
Logan
si bien se dirigió a las escaleras, solo había llegado al pie de ellas y no
quiso subir más para no empeorar el panorama, además quería quedarse a esperar
a que Rubén entrara, seguro su padre estaba alistando las varitas escogidas
antes de reventarles la piel del culo a los gemelos y si él podía intervenir
por otro castigo lo haría, no quería que papá azote a sus diablos con aquello
por mucho que se lo merezcan, aunque pensándolo bien, quizás uno de ellos si
necesitaba una sobadita de la buena, sobre todo por la respuesta que acababa de
darle.
- ¡”
Estoy viendo lo que estás haciendo”! – en
un impulso suicida, Iván obnubilado por el enojo no pudo evitar imitar a su
padre biológico en lo que el consideraba una inoportuna intervención, sobre
todo porque estaba defendiendo al gemelo equivocado – No le estoy haciendo nada a “tu hijito”!
– agregó Iván con
todo el veneno que pudo destilar, sorprendiendo a Logan, porque Iván casi nunca
discutía y cuando lo hacía era en el marco del respeto y la lógica a diferencia
de su volátil hermano mayor – solo voy a
romperle la jeta – murmuró entre dientes, mientras le daba la
espalda procurando dejar la imprudencia para otro momento, no quería que su
padre intervenga
- ¿Cómo?
– interrogo Logan con el ceño fruncido
- Que
me voy a cambiar de ropa – respondió terminando de subir las gradas,
dándose cuenta que Lex se había escabullido por culpa de Logan
Menos
mal Logan convencido o no por la respuesta de su hijo, no termino de subir las
gradas y salió al patio con la férrea idea de evitar que su padre use las
varitas de sauce, e Iván fiel a su plan fue tras su hermano queriendo concluir
la pelea que Logan interrumpió, así que tras ingresar a su dormitorio para
dejar a un lado su móvil y quitarse los calzados, ingreso al dormitorio de Lex,
renovando su enojo cuando vio su traza; Alexander que no quiso entrar en el
juego sucio de su hermano y aun cuando dolió el golpe en las costillas, por
primera vez no respondió al ataque y se escabullo a su dormitorio, más
angustiado por la extraña orden de Rubén que por el desafortunado reclamo de su
gemelo, y consciente de su pecado, decidió obedecer a su abuelo, por lo que se
quitó la sudorosa ropa que llevaba, quedándose en calzoncillos, tirando a un
lado sus calzados y sus medias, estirando a gusto los pequeños dedos de sus
pies, mientras sentía el frescor del frio piso bajo sus plantas, buscando una
de las tantas poleras viejas que aún guardaba para alguna tareas relacionadas
con el potrero.
En
eso estaba, a medio vestirse con las piernas y pies desnudos, buscando un
cómodo pantalón corto para tareas al aire libre, algo en su mente le decía que
seguro su padre los mandaría a limpiar las caballerizas, así que quería estar
lo más cómodo posible cuando un tremendo golpe en la espalda le hizo soltar los
pantalones, y antes de que se dé cuenta, otro golpe le cayó en la boca haciendo
que se muerda el labio y sangre por la fuerza del impacto, ante esto, enojado
ya, le devolvió los golpes a su hermano, empujándolo con fuerza haciendo que
caiga de espaldas menos mal sobre la cama, antes de empezar a repartir puñete
tras puñete y para ello se había prácticamente sentado sobre el abdomen de su
hermano, inmovilizándolo a su antojo, dejando poco margen para que se defienda,
pero para mala suerte suya fue así como los pillo Rubén.
- Pero
¿qué DEMONIOS te pasa? – Rubén apuro sus pasos hacia el parcito que
peleaba, poniéndolos a ambos de pie, procurando que no vuelvan a golpearse, por
lo menos unos segundos mientras el decidía que hacer, si golpearles el trasero
con la mano primero, o ir directo a huasqueada
- EL
TIENE LA CULPA – grito Iván decidido a arruinarle el día a su
hermano, limpiándose la sangre de la boca con el dorso de la mano
- NO
ME IMPORTA de quien fue la culpa, ambos están en el mismo bote – les aseguró
zarandeando a ambos dejando ambas ramitas al pie de la cama sin que ninguno de
los muchachos preste atención al detalle
- Pero
a mi SI, ¡fue su idea mentirte y mentir a Logan! – y
Lex vio rojo…
Rubén
le había contado a Logan sin guardase detalles lo que hicieron los chicos esa
madrugada y fue tajante sobre su futuro inmediato, les iba a dar una paliza a
ambos y a mandarlos a limpiar los potreros, así que Logan aunque hubiese
querido no hubiera podido interceder por los muchachos, peor ahora con la
trifulca que estaban montando, así que prefirió dirigirse a la cocina y
preparar algo para que desayunaran los chicos, pensando primero que eso lo
distraería de los gritos que pronto surgirían, sobre todo si papá llevaba
adelante su promesa: romper la vara en el trasero de los chicos, y segundo
porque seguro sus hijos estaban con hambre y necesitaban comer adecuadamente
antes de ir a los potreros a limpiar, en eso estaba cuando su madre entro a la
cocina con la cara lavada y un par aspirinas en la mano, acababa de despertarse
con el griterío de los chicos, es que papá empezó con la paliza.
- ¡Te
estoy preguntando!, que ¡DEMONIOS te pasa! – repitió
papá, enojado por la escena que se dibujaba frente a sus ojos, pero Lex colmado
por las acusaciones de Iván y frustrado por la interrupción mordió a su padre para
que lo suelte, andes de atestarle un puñete en la cara a Iván rompiéndole el
labio, haciéndolo sangrar y eso fue suficiente para papá, quien tras
recuperarse de la sorpresiva mordida, cogió una de las delgadas varas, mientras
con la otra mano cogió ambas muñecas con firmeza observando que su chichilo sí
había obedecido, lo que facilito las cosas pues solo quedaba obligar a Lex a
pararse mientras le bajaba la ropa interior antes de atestarle los tres
primeros golpes tan cerca en tiempo como en terreno que como una mala picadura
ardió a mitad del trasero dejando tres delgadísimas líneas de fuego de un rojo
furioso que seguro coronarían con un feo verdugón, haciendo chillar a Lex de
inmediato –
SHUWIPH SHUWIPH SHUWIPH
- AAAAHHH PAPÁAA – grito
desesperado, se había olvidado de la dolorosa mordida que podía dar esa maldita
vara de sauce que recién registraron Alexander e Iván al raíz del golpe uno y del
grito el otro
– El empezó EL EMPEZÓ, el empezó – se defendió Alexander
procurando soltarse del férreo agarre de su abuelo, repitiendo aquella frase
como un mantra mientras su pobre trasero sufría las consecuencias de sus actos,
su padre no iba a entrar en ningún diálogo democrático, iba a ejercer la total
tiranía en este caso
- SHUWIPH No me INTERESA shuwiph
quien empezó, shuwiph tú no puedes shuwiph
y shuwiph
NO SHUWIPH DEBES SHUWIPH GOLPEAR SHUWIPH A TU HERMANO… te lo he dicho cientos de veces – tras
esas palabras papá dio por terminada la charla y opto por la acción, se había
prometido que esta iba a ser una paliza a toda regla y así sería, así que
empezó a azotar no solo las nalgas sino también las piernas a Alexander con la
fuerza suficiente para dejar por todos lados pequeñas marcas rojas que arderían
todo el día, muy distintas a las que aplico en el trasero que durarían por lo menos el fin de semana y quien
sabe dos o tres moretes – shuwiph shuwiph shuwiph shuwiph shuwiph shuwiph SHUWIPH SHUWIPH
SHUWIPH
- MMMMGGG
aaagg yaaa PAPA, YAAA, auu auu ggghhh
ayy auuu auuu yaaa YAAA AAAHHH – el
asalto de aquella delgada ramita era tan impredecible que no solo Lex estaba
estresado sino Iván también, tratando de adivinar donde aplicaría su padre el
siguiente trallazo o lo que es peor, ¿cuánto más azotaría a su hermano?; mientras Alexander ajeno a
todo excepto al dolor que sentía, solo lloraba dando brincos de un lado a otro
procurando esconder el trasero esquivando malamente los azotes, pues papá
golpeaba aleatoriamente al medio a un lado, más arriba o más abajo de las
nalgas en los pliegues que unían su trasero a las piernas, sobre todo cuando en
su intento por esconder la grupa, se paraba de puntillas mientras que
paradójicamente sus caderas jalaban hacia abajo como si se estuviera sentando,
mejorando sin querer la curvatura de las nalgas para el siguiente azote
Finalmente
Alexander superado por el dolor, rojo, ronco de tanto llorar, sudoroso y
cubierto de mocos, saliva y lágrimas dejo de querer justificarse o dar
explicaciones y solo se entregó al llanto en medio de hipos, gritos, brincos,
jaloneos y balbuceos ininteligible, fue cuando su padre considero que ya tenía
suficiente, las piernas de Lex lucían delgadas rojeces y finos relieves en algunos lugares que papá
azotó con un poco más de brío o que cayeron dos golpes en el mismo lugar, el
caso es que dejo de castigarlo, pero no le soltó las manos para que no se
rasque y lastime más de la cuenta, lo mantuvo sujeto esperando que su llanto amaine
un poco antes de hablar.
- Termina
de vestirte, lávate la cara y vete de inmediato al potrero y te quedas en la
oficina hasta que yo llegue – le ordeno entregándole
les llaves de su oficina – ¿has entendido? – le pregunto, pero
Alexander solo hipaba desconsolado, perdido en su dolor, sabía que se merecía
una paliza, pero no pensó que usara aquella maldita vara – Alexander ¿has
entendido? – volvió a preguntar papá, subiéndole él la ropa
interior, agarrando de nuevo sus manos a la altura de su pecho, obligando a que
Lex haga contacto visual con él – ¿has entendido? – volvió a replica
buscando sus ojos pues Lex miraba el suelo perdido en sus pensamientos – Alexander, te
estoy hablando – replico cogiendo esta vez su mentón
- Aagg
aggg eeel eeel tuvo laaa cuuulpa, él tuvo la cuuuulpa, yo me estaba
vistiiiendo, agg aggg – murmuro volviendo a llorar amargamente
Fue
cuando Rubén decidió dejar de lado esa parte autoritaria que a veces era
caprichosa y testaruda, dejando florecer su empatía y dar consuelo a su enano,
después de todo se había llevado una monumental paliza.
- Lo
sé hijo, lo sé, sé que estabas haciendo lo que te ordené – contesto
más sosegado, abrazándolo con fuerza ahora que Lex se había acomodado la ropa – pero también
te ordené que NO VUELVAS a golpear a tu hermano
- Pero el me golpeo primeeeeeeeero
- Y por eso se va a llevar la misma paliza que te has ganado tu
Le
respondió con la misma determinación de siempre, fiel a su lema de cumplir sus
promesas, sea en tiempo de gozo o adversidad, solo que Ivancito no iba a
esperar que papi consuele a su gemelo para tomar el nefasto futuro de su
trasero en sus manos y hacer desaparecer aquel demoniaco palo del infierno, no
señor, él ya había corrido a su dormitorio, lanzando las dos varas por la
ventana, presto a huir y esconderse donde sea, pero sin poder lograrlo, Logan
el metiche de su padre le estaba bloqueando el camino...
- A
donde crees que vas tú, ¿ja? – pregunto Logan,
sujetándole del brazo sospechando sus intenciones, después de todo solo había
oído llorar a Alexander
- Para
que quieres saber – contesto Iván malhumorado, mirando feo a su
padre al torcerle los ojos, pues la falta de sueño, el estrés sobre su futuro,
el hambre que tenía y la frustración de no haber podido pelear a gusto con su
gemelo habían opacado su lógica y lo hacían actuar y hablar irracionalmente, si
no ni en sueños hubiera dado semejante contestación y Logan lo sabía, pero eso
no significaba que le celebre la gracia
- ¿Cómo?
– La voz de Logan se enduro lo mismo que su
mirada e Iván se dio cuenta de ello de inmediato, así que decidió jugar la
carta del condenado compungido
- Lo
siento, estoy muy cansado – agrego y Logan se quedó callado mirándolo
fijamente más de lo esperado sin hacer el menor intento de moverse de donde
estaba, poniendo nervioso a su hijo, quien buscaba disimuladamente la
oportunidad de zafar de este inconveniente – en serio papá, lo siento, tengo sueño no
te miento – agrego esperando que su padre muerda el anzuelo
- Entonces
¿por qué no estás en tu cama durmiendo? – le
pregunto pasando el brazo por detrás de su hijo cogiéndolo del cuello con
firmeza pero sin ser torpe, quitándole el celular, y obligándolo a caminar con
él al dormitorio de Lex a donde entraron sin tocar pues la puerta estaba aún
abierta –
¿papá? – murmuro Logan con el niño en sus manos, echando
un vistazo a vuelo de pájaro sobre los daños inmediatos que lucía Alexander de
la cintura para abajo – aquí, tu fugitivo – agrego, entregando a
su hijo menor sin arrepentimientos cuando su padre dejo de abrazar a Lex
- Sucio
TRAIDOR – chillo Iván mirándolo feo y susurrando un
montón de improperios, tratando de soltarse, pero sin éxito
- ¡Iván!
– amonesto Rubén frunciendo el ceño – ya estás en
demasiados problemas como para montar un numerito más, a no ser que quieras que
te azote mientras sujetas un jabón en la boca – lo amenazo e
Iván se cruzó de brazos enfurruñado desviando la mirada a un lado, no quería
ver a ninguno de los que ahí estaban y
menos hablar pero Rubén no iba a quedarse conforme con
solo el silencio – ahora discúlpate
– le exigió enfadado, pero Iván no pudo controlar su mal genio ni su capricho
- No
quiero, no me voy a disculpar – contesto mordiendo las
palabras, consciente de que a esas alturas estaba jugando con fuego
- Te
he dado una orden Iván, no me provoques – Rubén
no iba a dar su brazo a torcer, testarudo como el nieto acepto las pulsetas
verbales, pero fue Logan que prefirió cortar por lo sano aquel desafío
- No
hace falta papá, mañana lo hará – contesto
en cambio Logan, con voz suave, decidiendo que no iba a interferir, pero
aquellas palabras al oído de su hijo no sonaron inocentes, todo lo contrario,
eran un flagrante reto y las emociones de Iván se desbordaron sin control
- VETE
A LA MIERDA – chillo Iván cubriendo de inmediato su boca con
las manos, mirando con pánico a su padre y a su abuelo, acababa de darse cuenta
de que cruzo el límite y tras veinte largos segundos de suspenso y de silencio,
quiso huir, pero tanto su padre como su abuelo lo emboscaron – perdón,
perdón, perdón lo siento, lo sieeento – empezó a balbucear
mientras que Rubén lo cogió del cuello y prácticamente lo saco como a un muñeco
camino al dormitorio principal, es que para lo que tenía pensado necesitaba
mucho espacio, era hora de cortar las tonterías del muchacho, es que las cosas
con Iván empezaban a salirse de la raya
- Y
más lo vas a sentir – respondió papá con el ceño fruncido antes de
cruzar el umbral de su habitación, a pocos pasos del dormitorio de Lex,
oyéndose ya no más un griterío apenas se cerró la puerta
- NO NO NO NO PAPA, NOOOOO AAAHHHH LO SIEEENTO
Y todavía
no había ido al potrero…
Pobre Alexander, se llevó la peor parte y el que más estuvo molestando fue Iván, pero algo me dice que el que ríe último ríe mejor.
ResponderEliminarActualiza pronto Marambra.
Yo amo a los gemelos fue la historia por la que estoy aún en este blog, ahora siento un cariño inmenso por Iván porque me recuerda a mi cuando era más joven, necesito que Logan tome acción, que haga algo Marambra logan me cae malisimo, siento que tira la piedra y esconde la mano, actualizada por favor jajajaja un abrazo querida amo tú historia ❤️
ResponderEliminarHola guapa, tengo una gran duda, como quieres que Logan entre en acción, que le quite a Rubén el derecho a ser padre? y el tome las riendas en su totalidad sobre la vida de los gemelos? o de plano desaparezca y deje a todos en paz.
EliminarPorque, yo no lo tengo claro todavia, jajajaja
Marambra
Nooooooo como me dejan así de colgada de la historia, gracias por seguir escribiendo y revuvir el blog
ResponderEliminarHola Bonita, que bueno leerte y aun te gusten los gemelos, si, estoy en el proceso de terminar lo que deje en suspenso.
ResponderEliminarY bueno, hare todo lo posible para que las publicaciones sean fluidas y con un ritmo más constante.
Gracias por tus palabras
Marambra
Los capítulos estuvieron maravillosos. Me gusta la relación que tiene Logan con los chicos y me dió risa cuando entrego a Iván, el pobre no lo vio venir.
ResponderEliminarGracias por retomar :)
👏🏻
ResponderEliminarJaneBrasil
ResponderEliminarPobre Ivan, não sei b o porque, mas Logan, não me agrada muito. Ele me parece egoista, Mas os gemios merecem felicidade. E com o avô eles encotram um pouco de alegria.
ResponderEliminarOlá aqui Jane Brasil novamente. Espero que volte logo a publicar suas histórias. Gostaria de ver Ivan feliz, em um capítulo ele merece.
ResponderEliminarTambém não gosto muito de Logan,nem de sua esposa eles parecem não fazer bem aos gêmeos. Mas sei que a história é tua , e só minha humilde opinião. Parabéns pela excelente escritora que você é.