Mi drama en pocos pasos: Cap. 13; Autora Marambra

Mi drama en pocos pasos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 14 de Noviembre del 2016. 
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Capítulo trece

La curiosidad mato al gato

pero a mí no

Autora: Marambra

• ¡He dicho que vengas aquí! – grito mi tío Petre y yo me escondí detrás de los abrigos dentro del ropero que para suerte mía estaba abierto y es que yo estaba realmente asustado, nunca antes había oído gritar así a mi tíito; ¡mentira! tampoco es así; si lo oí, el día que le grito a mamá cuando ella me pego, pero antes de eso y después de eso, nunca hasta hoy, así que aquí estamos o mejor dicho ahí estaba yo asustado… muy asustado – DIJE QUE ¡VENGAS AQUÍ! – repitió mi tío elevando la voz y yo apreté mis ojos fuertemente al cerrarlos, ocultando mi cara sobre mis rodillas, abrazando mis piernas, es que me había sentado en un rincón y trate de encogerme lo mas que podía, sintiendo un horrible nudo en mi estómago: era el miedo, no estoy acostumbrado a los gritos, papá nunca me gritaba – ¡DANIEL!, ESTOY HABLANDO CONTIGO ¡NO! CON LA PARED – esta vez grito más fuerte y yo me atreví a dar un vistazo desde donde estaba, bien escondido detrás de una gran maleta y unas colchas de invierno, además que la puerta del ropero estaba semiabierta y la luz apagada – UNO… DOOOOS – empezó a contar tío Petre y supe que Daniel estaba en serios problemas, pero es que también ¿quién iba a acercarse alegremente cuando quien te llama tiene en la mano semejante cinturón?, nadie
• Paaaapiiiii – fue lo único que dijo mi primo con la nariz tapada de mocos, porque ya estaba llorando el pobre
• ¡TRES! – anuncio mi tío antes de oír a Daniel gritar con ganas – ZZASS
• Aaauuuuu – y llevo las manos atrás imagino que para protegerse pero de nada sirvió, el tío azoto igual
• ZZASS – para ese rato me tape los oídos… es que el ruido de esa cosa de cuero es fea, y mi primo llevaba las manos de un lado a otro como escudo, solo que lo único que lograba es que se hiciera lastimar los dedos que volaban del trasero a la boca para chuparse el dolor – ¡Y!... ¿A QUIEN ESTOY HABLADO? – pregunto cada vez más irritado – HE DICHO QUE VENGAS AQUÍ – y aquella cosa volvió a circular – ZAAS
• AAAHHHHH UUU A YAAA PAAAAPPPII – grito de nuevo Daniel – YA VOOOOY AUUUU AGGGS – respondió acercándose a mi tío Petre quien le regalo un jalón en la oreja derecha… tío Petre estaba muy enojado

Yo estaba ese día en casa solo, mmm, bueno no solo, no me dejaban solo por mi edad, pero me refiero a que estaba sin mamá a mi lado, ella había llevado de nuevo a hermano al hospital… ahora que lo pienso aquella época mi pequeño hermanito paraba mas en el hospital que en casa y por ende mi madre, pero bueno yo como dije antes, yo empezaba a acostumbrarme a estar sin ella, supliendo su presencia y la de mi papi por la del tío Petre; creo que mi relación con ella andaba de mal en peor aquella época, me alejaba de ella lo mas que podía, le hablaba por  obligación  e incluso no quería que me acaricie, con el tiempo supe que mi actitud lastimaba a mamá, pero bueno hoy no hablaremos de eso, sino de lo que paso con Daniel y el tío Petre. Ese día mi tío llego de la calle, imagino que de su oficina cargando un montón de papeles a parte de su maletín con el que siempre salía.

• Bueno caballerete – me dijo como siempre apretando mi nariz aun con mocos con una gran sonrisa pese al cansancio – ¿qué tal tu día laboral? – me pregunto como si yo fuera un adulto; eso era algo que yo adoraba de mi tío Petre, porque me preguntaba mis cosas con genuino interés, no como el resto de los adultos que creen que porque uno es un niño, no tiene nada serio que contar – ¿todo en orden? – me dijo alzando mi mochila del pasillo, esa era señal de que debía seguirlo a nuestra guarida
• Bien colega – le respondí terminando de comer mi galleta
• Eso es bueno, entonces ¿listo para el trabajo? – me pregunto como de costumbre  y tras elevar mi pulgar, nos fuimos a dejar las cosas en el escritorio y yo ya estaba sentándome a sacar mis cuadernos para mostrarle mi trabajo, porque ojo cuando los dos entrabamos ahí no hacíamos tareas… trabajábamos y yo era lo que quisiera… un bombero dando el último informe del incendio del parque, un policía que investigaba quien volvió muda a la H; un brillante artista dando los últimos toques a su obra maestra… ahora que lo pienso tío Petre me tendió una trampa para que haga mis deberes escolares sin pelear, jajaj es que me hacía sentir grande y útil – pero antes, las manos – dijo como todas las tardes que hacíamos los deberes agarrando mis manos mostrándomelas, auuggg, estaban asquerosas – tienes que lavarte las manos antes de comer Duncan, te vas a enfermar del estómago y luego van a querer pincharte – me dijo como siempre soltando la clásica amenaza del la jeringa en el trasero
• Nooouuu – le respondí dejándome llevar al baño, donde me puso sobre el banquito que tenían para lustrarse los calzados y superviso como me lavaba las manos mientras él también hacia lo mismo, ahora que lo pienso mi tío fue la persona que realmente me enseño las cosas importantes de la vida, los pequeños detalles, después de eso nos sentamos los dos en completo silencio a trabajar, él en sus balances y yo en mi tarea de arte, tenía que dibujar a la persona más importante de mi vida en este momento y adivinen a quien dibuje?... si, acertaron a mi tío Petre
• ¿Qué tal todo? – me dijo después de casi una hora – fácil o arduo tu trabajo – me dijo con la seriedad de siempre, caray, tío Petre sabia como hacerse sentir importante… aun lo hace
• ¿Arduo? – repetí con el ceño fruncido – ¿qué es eso tío? – no dude en preguntar porque con él mis preguntas, mis interminables porque no eran un fastidio, eran investigación
• Arduo significa… – empezó a explicarme, solo que no termino de hacerlo porque ese momento llamaron a su teléfono privado y yo volví a mi cosas – ¿has terminado todo Duncan? – me pregunto mi tío mirando su reloj y cerrando su computador tras terminar de hablar con quien seria
• No, todavía – le respondí
• Bueno – dijo él, cogiéndome la barbilla – haremos una cosa tú y yo caballerete – y yo deje a un lado mis crayones de colores – nos vamos a tomar un descanso de una hora, y luego regresamos aquí a terminar los deberes ¿te parece? – murmuro
• No son deberes – le dije, reclamándole la importancia de nuestra labor
• Perdón, nuestro trabajo – rectifico él, realmente era un mago; con él como dije mis tareas no eran tareas, eran trabajos importantes, yo era importante al hacerlo, con él nunca puse pegas para hacer nada, todo era divertido – yo voy a salir un rato, así que puedes ir a jugar y haremos todo cuando termine el asuntito que tengo que tratar ¿te parece colega? – y yo contento le di él sí.

No sé cuánto tiempo paso en realidad, si fue una hora o más, lo único que sé es que mi primo entro como un rayo a la vivienda, dando tumbos por los tropezones que se daba en su apuro y tras suyo mi tío Petre con cara de pocos amigos.

• ¿Tío ya volviste para hacer el trabajo? – le pregunte acercándome a él saltando como un conejo
• Si y no colega – respondió mi tío… ahora que lo pienso, tío Petre sabía controlar muy bien sus emociones, si estaba enojado con alguien solo manifestaba su descontento con esa persona, nunca con el resto, cosa que yo aprendí recién a darme cuenta – primero voy a tratar un asunto con tu primo Daniel y luego nos pondremos en las investigaciones – me dijo con una media sonrisa – ahora ve a jugar pero no subas al segundo piso todavía

Advirtió y aunque mi intención nunca fue ser fisgón, termine siendo testigo de la paliza que tío Petre le dio a Daniel, pero como dije no fui yo, fue mi necesidad de entrar al baño… desde que el tío Petre saliera de casa que dicho sea de paso fue para recoger a mi primo de no sé donde, yo me había estado aguantando de orinar y justo cuando él me prohibió subir es que mi vejiga pidió darme una vuelta por el baño, así que subí lo más rápido que pude aprovechando que mi tío entro a nuestra guarida y buscaba en los cajones, yo de ser otro el momento me hubiera quedado a ver que hacía, pero algo en los gestos de mi tío y de mi primo me dijo que no lo haga además que quería hacer pis y fue por eso que entre al baño del segundo piso… y vi a mi tío subir las escaleras con un cinturón en la mano… uno que nunca vi en la cintura de ningún varón adulto de la casa y entonces lo supe: mi tío iba a castigar a Daniel… estaba pensando en eso cuando ya no mas Daniel vino corriendo y se metió al baño donde estaba yo.

• ¡Fuera de aquí! – me dijo enojado apretando los puños con la intención de darme un puñetazo, menos mal me vio soltar la cadena, supongo que si hubiera sido otro momento el hubiera gritado en voz alta y quizás me hubiera sacado a empujones del baño, no lo hizo por su padre, los pasos de tío Petre se perdieron en el pasillo camino al dormitorio de Daniel
• DANIEL – grito mi tío y sin pensarlo dos veces yo salí corriendo de allá sin los zapatos pues los perdí en la carrea, creo que el hecho de ver a mi tío con el cinto en la mano y segundo que me advirtiera quedarme en la planta baja, hizo que me dé miedo desobedecerlo y como no podía bajar sin ser visto por él, me metí en el cuarto de mi tío sin saber qué hacer, estaba acorralado – DANIEL ¿DONDE ESTAS?

Grito mi tío y fue cuando vi el ropero abierto y sin pensarlo dos veces me metí en el escondiéndome detrás la maleta haciéndome un nudo, cerrando los ojos fuertemente…

• ¿Dónde tenias que ir? – pregunto mi tío a mi primo que no dejaba de llorar sobándose la pierna, me imagino que su padre le dio uno que otro cinturonazo más, aunque no oí nada, no me había dado cuenta hasta ese momento que ambos estaban en la alcoba, a escasos metros de mi escondite – Daniel, ¿donde tenías que ir? – volvió a preguntar tío Petre sentándose en la cama, poniendo el cinturón a un lado, cogiendo ya no más la hebilla del pantalón de mi primo, ¡qué horror!, mi tío estaba desvistiendo a Daniel. Es que para eso el pobre de Daniel estaba al alcance de mi tio
• No paaapi, deja que te expliiiique – chillo, ya con la cara mojada y la nariz brillando, imagino por el moco; metiendo las manos, tratando de sujetar el pantalón, pero dos manotazos de mi tío en sus manos fueron suficientes para que se quede quieto
• ¿Dónde tenias que ir? – volvió a preguntar mi tío, bajando de un tirón el pantalón de Daniel dejándolo con solo el calzoncillo amarillo
• Paaaapiiii – respondió Daniel sin hacer el mínimo intento de contestar
• PLAF PLAF PLAF – sonaron sus muslos – ¿Dónde tenias que ir? – volvió a repetir sin perder la calma y Daniel imagino que resignado contesto
• Al coleeeegio agsjj agsjss – gemía y mi tío lo volcó sobre su piernas y fue recién que le saco el calzoncillo, yo trague saliva sintiendo un nudo en el estómago
• ¡Exacto! – dijo mi tío atrapando una de las manos de Daniel en la espalda, acomodándolo mejor – te mande al colegio porque me pediste permiso para eso – y el tío Petre cogió el cinturón apoyándolas sobre las nalgas de mi primo que sobresalían un poco ya que mi tío lo empujo hacia adelante, cosa que Daniel puso su mano libre en el suelo y sus piernas quedaron atrapadas bajo la pierna de mi tío, imagino que era para que Daniel no patee – NO zass zass zass – y juro, vi volar el cinto haciendo un horrible ruido al caer sobre el trasero de Daniel
• Auuuuuuu auuuu – grito Daniel volviéndose rojo como quedaron las franjas que dejo mi tío en la piel
• NO PARA IR zass zass ZAS – continuo tío Petre azotando casi al mismo tiempo que hablaba
• AAUUUU PAAAAAPPPPIII – y a mi pobre primo no le quedo otra que chillar
• PINTAR zass ZAS ZAS – vaya, eso fue lo que hizo entonces, ¿para eso serian los aerosoles que saco del cobertizo del abuelo?, me pregunte pensando en las latas que vi en su mochila al medio día
• NOOOO UUUU AYY Y YAAA PAAAPIII – gritaba él tratando de soltarse y seguro porque le dolía, es que la mano atrapada en la espalda, arañaba el aire con los dedos desesperado
• LAS PAREDES zzas zass ZAS ZAS ZASS – y esas cayeron en las flexuras, y si se preguntan porque lo sé, porque el trasero de mi primo estaba justo al frente del ropero
• BUAAAA, BAUUUAA YAAA PPPAAAPI DUEEELE – lloro Daniel con todo el dolor de su popito imagino

Tras eso mi tío lo hizo parar y lo abrazo largo rato besándolo y acariciando su espalda, hablándole cosas en su oído porque yo no logre saber que le decía, solo podía ver a mi primo llorar parado escondiendo su cara en el pecho de su papá apretando su abrazo en la espalda mientras aun tenía sus calzones bajados, supongo que su papá lo estaba consolando e irremediablemente recordé las palabras de mi tío, que todo papá ama  a su hijo pese a las cosas malas que hacía y no ir cole y pintar las paredes, eran dos cosas malas que ningún niño bueno debería hacer, pensé ese momento.

• Ya hijo, ya paso – le oí a mi tío – ya no llores, ya se acabo… por eso no hay que ir donde NO se debe, ¿has visto? Yo me entero de todo y no necesito preguntar – agrego y era cierto, el estaba trabajando conmigo cuando recibió esa llamada
• Pero paaapi – musito Daniel limpiándose los mocos, recién animado a mirarlo de frente
• No Daniel, no hay excusas – le decía mi tío a Daniel cogiéndole del mentón – tu pediste permiso para ir al cole a hacer una tarea de arte, nunca me dijiste que irías a pintar grafitis con tus amigos en las paredes de los vecinos – siguió hablando cambiando un poco la voz, supongo que aun estaba enojado
• Pero no era aquí en el baaaarrio – gimoteo él
• Ni aquí ni en ningún otro lugar, la gente merece respeto con sus paredes y mientras ellos no te autoricen pintar tu no vas a ni a mirar cosas ajenas – dijo mi tío enojado, pero al ver las lágrimas que Daniel seguía derramando supongo que se hablando el corazón – bueno ya… basta de llorar, todo está perdonado – le dijo – ahora ve, ve a ducharte y te pones en sus tareas – y yo pare las orejas, Daniel hacía tareas, no trabajaba como yo y el tío

Y claro Daniel se marcho tras subirse la ropa y yo tenía que quedarme solo un minutito mas, el tiempo suficiente para ir a la habitación de mamá, además él tío Petre ya estaba por salir y seguro llevaría el cinturón para guardarlo en la guarida, así que yo debía aprovechar eso, pero justo cuando estaba por salir… SUFRÍ UN ACCIDENTE.

• AAAACHHHIUUUUU – me vino un horrible estornudo que seguro lo oyeron hasta la plaza, me quería morir del susto porque los pasos de mi tío volvieron en si y abrió la puerta del ropero de par en par ¡QUE SUSTO!, si hubiera sido Daniel, me metía un golpe por fisgón
• ¿Y tú? – dijo mi tío Petre sacándome de mi escondite, claro, fue demasiado obvio hasta para él – ¿no te dije que te quedaras en el patio? – me pregunto y me regalo un solo cinturonazo en el trasero
• Zas – cayo esa cosa y yo di un salto de canguro abriendo ya la boca para gritar, pero aquello no me hizo nada porque mí tío jamás imprimió la fuerza con la que se veía venir, supongo que al final freno su mano
• AAAGGG – grite sin embargo del puro susto, queriendo llorar de miedo, mientras mi tío Petre me alzo por los aires sonriendo
• ¿No sabías que el gato murió por curioso? – me pregunto y yo moví mi cabeza negando con un puchero en la boca – pues caballerete, si no quiere ser el segundo en estar sobre mis rodillas, mejor se apura en hacer los deberes – dijo esta vez pero sin dejar de hacerme cosquillas haciendo que yo también empiece a reir
• No son deberes – reclame en medio de la risa
• A si, tiene razón, su trabajo – y me bajo al suelo – ahora ve a lavarte las manos, que yo voy a guardar esto en la guarida – me guiño un ojo – que tengo la impresión que ahora que ya te conoce, querrás dejar su marca en tu trasero

Me amenazo y yo puse mis manos atrás protegiéndome mientras corría por el pasillo apurado oyendo la risa de mi tío perderse en el aire.

Mi tío Petre tenía razón, su cinturón quería conocerme más de cerca, solo que el pobre tuvo que esperar a que yo cumpla 12 años, si, justo el mes pasado, pero esa es otra historia…