La vida no es un sueño: Cap 14; Autora Chany

La Vida  no es un sueño

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Julio del 2016

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Capitulo 14

Vuelan, vuelan, vuelan
... ¡los cometas!

Autora: Chany

• No es ¡justo! – gritó Ignacio indignado.
• Te dije que no habíamos terminado de hablar, te dejé algo que hacer, te dije que te esperaras en el rincón y no hiciste caso, todo te lo dejé pasar, pero eso – dijo apuntando hacia afuera del cuarto – eso que hiciste ahí abajo no lo voy a permitir – Ed estaba hartándose del escándalo y el crío tenía muchas cagadas de las cuales rendir cuenta para que encima siga sumando más
• Eso fue un accidente yo…
• No me quieras ver la cara – interrumpió Ed – accidente sería si se te caía pero tu arrojaste el plato en pleno berrinche
• Yo no hago berrinches – y Edgar no pudo evitar subir una ceja con total incredulidad – no es justo que me quieras… que quiera… ya me castigaste antes – siguió frustrado moviendo las manos mientras usa va un tono bastante violento
• Eso fue por escapar de la escuela, todavía tenemos que tratar el asunto de la droga y la otra porquería que te hiciste
• No era droga era sólo ¡un porro!
• Eso es droga ¡carajo! Ahora baja de ahí que tenemos que ¡hablar!
• Nooo – gritó Ignacio arrinconándose aún más sobre el escritorio, ni por casualidad  se ponía al alcance de Ed – para hablar no te hace falta eso! – dijo apuntando el cepillo que traía Ed en la mano
• Ya basta Ignacio me hiciste renegar todo el día – dijo Ed después de contar hasta un millón y suspirar – tu sólo te pusiste en esta posición ahora hay que hacerse cargo, así que ven – regañó acercándose a Nacho que ya estaba que escalaba la pared a sus espaldas con afán de poner distancia pero Ed ya se estaba cansando de tanto teatro, espero a ver si el crio se rendía pero nada – Te vas a caer mocoso ya baja
• Noo, cuando te vayas bajo
• No me voy a ir – declaró Ed ahora si podrido del jueguito de pilla pilla que había tenido todo el día así que avanzó decidido a obligar a Nacho a bajar de aquel escritorio.
• NOOOOOO…

Y el grito fue acompañado por una patada, pero no a Ed que aún estaba a dos pasos y se había mantenido a distancia creyendo que podría convencerlo de bajar por las buenas, lo que Ed no se espero al ver que Nacho lanzaba una patada era que aquel golpe que en un principio creyó que iba dirigido a él, en realidad sea para un libro que reposaba en el escritorio haciendo que este despegue catapultado para dale justo en la ingle.

• AAAAGGHHH! – un grito ahogado salió del interior de Edgar antes de caer de rodillas al suelo y Nacho se dio cuenta, la había cagado en grande, ese definitivamente no era su día

Era miércoles y la semana de Ignacio se estaba volviendo eterna, la ilusión de la salida al río lo tenía súper ansioso, ya llevaba dos semanas que se suspendía, una por que no tenían todo lo necesario y otra por lluvia así que la espera se estaba haciendo laaarga y se día en especial iba a ser extremadamente tedioso, tenía historia, educación cívica y literatura todas materias aburridísimas para alguien de números como él, así que cuando a Nadia, Leandro y Samira la novia de este último propusieron no entrar a clases e ir al shopping a él le pareció una idea excelente.

No ir a la escuela era el equivalente a navegar en aguas internacionales, todo estaba permitido, así que fueron al cine, a la sala de video juegos, a comer, y cuando y ya habían recorrido todo el centro fueron a la plaza.

• Quiero un collar, hay hippies en la plaza – la novia de Leandro era medio hippie así que él le regaló un collar y Nacho hizo lo mismo con Nadia y luego entablaron conversación con los mochileros y después de pasarla bien un rato
• Probaron Mary Jane – Nacho sabía de drogas, estupefacientes, alcohol, etc. por los cursos sobre el tema que daban en la escuela y no es que no hubiera en los círculos donde se movía él, sino que ninguno de sus ex compañeros o amigos metería al hijo de un juez en esos trotes por las dudas se le vaya a soltar la lengua.
• Yo quiero probar – dijo sin pensarlo más, que tanto mal podía hacer una probadita?... Nada, literalmente no le hizo nada, no hubo ningún cambio, así que decidió probar más y otra vez. Claro que ni a Nadia ni a Samira les parecía buena idea
• Éste es duro – dijo uno al ver que Nacho “resistía” los efectos de aquellas porquerías – a ver si aguantas como macho otras cosas – y sacó un pircing que el chico había estado mirando unos minutos antes – ¿te animas?
• ¡CLARO! – ¿que no le había hecho nada? cómo No! El juicio de Ignacio no era el mismo, entre la adrenalina de lo prohibido y el porrito hicieron que aquello parezca una idea brillante.

Después un rato las cosas no estaban tan animadas, las chicas habían sido sensatas y por más que insistieron aquellos extraños tan  simpáticos ellas no quisieron probar nada. Pero los chicos eran otra cosa.

• No Leandro, eso huele MUY feo el papá se va a dar cuenta deja – Le dijo Nadia intentando nuevamente convencer a su hermano
• Pero no hace nada JAJAJAJA  no es como si me fuera a poner loco – respondió despreocupado Lea riendo como idiota
• Te cambió la cara, vamos ya no es divertido – decía la chica mientras tiraba de su hermano para irse de ese lugar, Samira había intentado y cuando Leandro se negó a levantarse se enojó y se fue – si no te levantas me voy y te arreglas sólo porque casi es hora de que papá pase por nosotros a la escuela

Con eso por fin convenció a Leandro y a Nacho que desde hace un rato estaba sentado colgadísimo tal vez pensando en la inmortalidad del cangrejo y se despidieron de los mochileros para ir a la salida del colegio y volver cada quien a su casa.

• Hola ¿cómo te fue hoy?

¿Pregunto Ed y Nacho sólo contestó con un cortante “bien”. Había algo extraño en el chico pero Edgar no sabía bien que era, sólo que tenía mucho perfume de mujer entonces  empezó a plantearse que tal vez pudiera haber algún lío de faldas sin imaginar que sólo era un intento de Nadia por quitarle el olor a marihuana, así que se preparó mentalmente para abordar el tema. La última vez había sido muy desatinado su comentario y aún peor su reacción el día que Nacho sacó el auto y no podía tapar el sol con un dedo, con un bebé de por medio Ignacio debía andar con cuidado. De pronto Ed se sorprendió a si mismo pensando en un futuro donde de Nacho se hacía cargo de Mateo y aunque el chico había dejado bien claro que esas eran sus intenciones él había evitado pensar en ello, le dolía que Nacho parecía tener más claras las cosas que él mismo.

El camino se hizo corto mientras Ed siguió pensando en la forma más conveniente de hablar sobre el tema de las chicas, hasta que un pequeño brillo llamó su atención cuando al bajar del auto, el sol impacto en Nacho haciendo que el pircing en su oreja resalte entre el cabello que intencionalmente la cubría.

• Pero… ¿qué?…. ¡Adentro!, quiero que vayas adentro en este instante Ignacio y ya te vas sacando esa porquería y me explicas ¿cómo es que te dejé en la escuela esta mañana sano y ahora vuelves de ella con un agujero en la oreja? – no espero mucho a que obedezca y del brazo lo llevo hasta adentro, la rabia empezó a fluir y no era tanto por aquel arito, si es que se podía llamar así a ese…ese… esa cosa que atravesaba de arriba hacia abajo la oreja del mocoso; el gran problema ahora era saber cuándo como y porque apareció aquello ahí, porque estaba seguro que no lo tenía cuando lo dejó en la escuela. Nacho no estaba del todo en sus cinco sentidos aún, así que se la puso fácil – ¿Nancy donde están mis papás? – le dijo a la niñera tratando de ser lo más amable y educado que su cabreo le permitía una vez que estuvieron adentro, dejando a Ignacio paradito en medio de la sala con el susto en el cuerpo y las rodillas una gelatina
• Salieron con Don Juan a ver la casa y dijeron que almorzaban con él – respondió la señora que cargaba a Mateo
• Por favor podrías llevar a Mateito a dar un paseo y yo te llamo para volver – a pesar de sus esfuerzos por parecer calmado las venas estaban a punto  de explotar en su frente, y eso mas la cara de culpable de Nacho le dieron a Nancy una idea de lo que estaba por pasar así que le dedico una mirada compasiva al chico y se fue – ¿quién te hizo eso?..... IGNACIO ¿quién te hizo eso en la oreja?... Exijo que me digas porque a la escuela vas a estudiar no a hacerte porquerías – reñía Ed mientras ponía los brazos en jarra, se pasaba las manos por el cabello y volvía a poner los brazos en la cadera ya sin saber que más hacer con desesperación ante el mutismo de Nacho opto por la coacción –¿Ahora tengo que decirle a Gustavo que tiene un local de perforaciones instalado en su escuela? – le preguntó esta vez sacudiéndolo un poco para que reaccione y responda – CARAJO – grito cuando lo soltó – ¿quién fue? Ignacio responde! – dijo y se acercó para sacar aquel objeto que atravesaba la oreja de su niño, pensando en que seguramente en el recreo o en alguna hora libre los mocosos se habían puesto a experimentar y ahora debía ir cuanto antes al médico rezando que no se le infecte o peor que se haya contagiado alguna enfermedad o quien sabe… cuanto más lo pensaba más desenlaces catastróficos le veía a aquello. Pero cuando levantó el cabello que cubría su oreja encontró algo más en ese lugar – NO, no, ¿¿qué MIERDA ES ESTOO?? – menos mal que no le gustaban los gritos porque casi deja sordo al muchacho al descubrir que sobre su oreja reposaba un cigarrito que como profesor de Universidad en pleno apogeo de la despenalización había visto muchas veces

El alma de Nachito salió de su cuerpo y se escondió por ahí seguramente, porque en el pecho le había quedado un vacío  terrible y el corazón le latía a mil por horas lamentándose haber sido tan idiota para olvidarse que tenía eso ahí y todos los argumentos de ataque que generalmente usaba con la intención de voltear las cosas y ser él el enojado se esfumaron.

• Yo… yo… no fume no fume… me..  me lo regalaron pero no fume lo juro – estaba mintiendo descaradamente pero Ed quería con todas sus fuerzas creer aquello total el porro era nuevo, nunca lo habían prendido y haciendo acopio de todo su autocontrol habló
• Bien… no fumaste, ¿pero de donde sacaste eso?
• Me.. .me lo regalo un chico en la escuela – no podía seguir sumando causas en su contra y ya que todavía su escapada no había salido a la luz no quiso decir nada
• Esto es algo serio de verdad, si hay un alumno que está distribuyendo drogas en la escuela Gustavo puede tener serios problemas – dijo agarrándose la cabeza aquello estaba cada vez peor, no quería a Nacho metido de nuevo en un lío en la escuela, menos en algo tan grave que pudiera necesitar intervención policial – necesito que me digas quien te lo dio antes de que hable con mi hermano
• Hee no perdon… es que la verdad… es que la verdad… no fue en la escuela – confesó en un hilito de voz con los ojos húmedos.
• ¿Cómo? – eso era una pregunta retorica, Ed había escuchado muy bien y estaba levantando más presión que una caldera a vapor – o sea que hoy no estabas en la escuela…entonces ¿DÓNDE estabas? – puntualizo las silabas y Nacho empezó a derramar unos lagrimones y decidió confesar.
• Hoy tenía materias feas y decidimos no entrar para salir por ahí
• ¿Salir por ahí? – y un jalón en la oreja perforada fue la respuesta – Pedazo de ¡IRRESPONSABLE!… ¿salir por ahí? Escapaste de la escuela para hacerte agujeros y andar aceptando drogas? ¿Te parece bien? Haa!! En qué cabeza cabe… – levantó la voz exasperado y le soltó ya no mas tres durísimas palmadas en el trasero al crío que terminó de despabilarse con el ardor que dejó la mano de Ed bajo sus pantalones del uniforme, es que si no le soltaba esas nalgadas acabaría por darle un  sopapo a  ver si se le acomodada las ideas, pero era algo que no quería hacer, luego volvió acomodar al chico que ya había empezado a gimotear, y claro, no era nada prometedor el panorama – donde y quien te perforó la oreja Nacho y quien te dio esto? – decía mientras estrujaba el cigarro en la mano.
• E… en la plaza, unos mochileros.
• ¿¿QUEE??…. MIERDA ¡¡MIERDA!!! – no se lo decía a él, sólo entró en pánico al entender la magnitud de la estupidez que acababa de hacer Nacho y de inmediato empezó a tirar de él para ir al hospital.

La razón de Ed se cerró en banda cuando su miedo tomó el control y su mente maquino un mundo detrás de aquel arete, impulsando dudas e ideas que aumentaban su miedo y su rabia. Quienes serían esos mochileros, donde habrían andado, que enfermedades tendrían, ¡QUE INTENCIONES TENDRÍAN!... Pero a todos esos pensamientos Nacho estaba ajeno, sólo pudiendo percibir el enojo en Edgary en respuesta comenzó a resistirse y asustarse creyendo que Ed lo estaba corriendo.

• No no no no perdón Ed no me saques, no tengo donde ir por favor perdón, perdón, te juro que no lo vuelvo a hacer

Tal vez en otra ocasión su orgullo o el miedo lo hubieran impulsado a tomar sus cosas y salir de ahí, lo estaban echando a empujones, eso era peor que lo que hicieron sus padres, pero ahora el orgullo era lo que menos importaba, y si de miedo se trataba ahora mismo tenía terror, había probado lo que se sentía no estar sólo y era algo a lo que quería aferrarse, no quería estar lejos de Mateo, de los abuelos… de Ed. Ante tal muestra de pánico Édgar recién reaccionó y aunque seguía escribiendo un guion de terror en su mente prefirió frenarse y respirar... de todas maneras no podía manejar en ese estado y Dios no quiera terminar empeorando las cosas.

• Tranquilo hijo – y ese hijo le salió sin pensar mientras dejaba de forcejear con Ignacio y lo atrapaba en un abrazo asfixiante, un abrazo que ambos necesitaban – no te estoy corriendo, sólo vamos al hospital, necesito que te vean eso – dijo separando el abrazo para limpiarle las  lágrimas y por fin pudieron ir al hospital – de acá nunca te voy a correr

En el camino Edgar llamó a Nancy y ella lo calmó diciendo que se quedaría hasta que ellos se desocupen. En el hospital el mete pata de Nacho le contó con más detalles lo ocurrido, claro que evitando las pitadas que le dio a aquel singular cigarrito. Los atendieron rápido ,por suerte no había mucha gente. Curaron la oreja que no era gran cosa y aunque Nacho aseguraba que la aguja y el pircing con el cual lo perforaron eran descartables y acababan de abrirlo, al menos en eso había tenido cuidado aunque fue gracias a Nadia que al no poder convencerlo de desistir procuro que todo sea lo más seguro posible, pero Ed era Ed así que siguió insistiendo, al final el médico terminó por darle una orden para un análisis de sangre para el día siguiente y explicándole que de todas maneras eso no le daría los resultado finales y debían volver a repetirlo en seis meses y antes de lo que el chico hubiera querido estaban de vuelta en casa.

Cuando entraron los abuelos ya estaban de vuelta, la abuela seguramente haciendo su sagrada siesta y Paul en la sala con Mateo.

• Hola – dijo efusivo el abuelo que sabía que habían salido pero no tenía idea de adónde, la niñera había sido muy discreta además que no sabía con certeza en que lio se había metido el changuito para que Ed esté tan enojado como estaba cuando llegaron – le dije a Nancy que se fuera nomas que ya nos quedábamos nosotros con Mateo espero que no te moleste – dijo acercándose y cambió su expresión de golpe al ver la cara de pena que traía Nacho, en algún lio se había metido ya su nieto
• Gracias papá, no me molesta, la verdad tarde más de lo pensado y no era justo tenerla acá
• Te ves cansado hijo, yo lo cuido un ratito más así te vas a dar un baño, ¿te parece? – le sonrió de lado mientras le frotaba el hombro con la mano, era evidente el estrés que tenía su hijo. Además así podría cotillear un poquito y sacarle alguna información a su nieto y ver si podía mediar para bajar la condena, que por la cara de culpable y la angustia de Nacho seguro era un lío bien gordo
• Si papá gracias yo mejor voy a darme un baño – aceptó pero antes de subir miró a Nacho y le dijo – preferiría que comas algo y me esperes en tu cuarto para que hablemos

Ed tenía un agotamiento sobrenatural y Nacho con toda la culpa por ser tan idiota y estar ocultando todavía que si había fumado decidió obedecer, dándole muy pocas posibilidades al abuelo de intervenir porque no quería hablar.

Aveces cuando metía la pata Nacho tenia la incertidumbre de si Ed lo castigaría o no, ya no se planteaba si podía o no hacerlo, estaba más que demostrado en esos meses que llevaban viviendo juntos que si podía, pero hoy no había duda alguna, se lo iban a sonar, tal vez antes su papá lo trataba mal porque se lo merecía, Ed era un buen hombre y aún así lo había logrado sacar de sus casillas. ¿Y si se volvía igual que el juez? La imaginación del chico le estaban haciendo pasar un mal momento y cuando el hombre de la casa entró al cuarto se dio cuenta del estrés que traía el otro ya que estaba sentado tenso y sudoroso mientras movía nervioso una pierna y se mordida las uñas.

• Tranquilo, te vas a lastimar los dedos – le dijo con voz más calmada mientras le apartaba los dedos de la boca y se sentaba al lado, el baño le había bajado milagrosamente como diez decibeles de enfado – bien… ya sé lo que paso, ahora quiero saber ¿por qué? Y si tu estas consciente de la gravedad de lo que hiciste
• Si y de verdad lo siento snif
• Porque lo hiciste, ¿por qué te perforaste la oreja? – le repitió la pregunta que aún no contestaba
• Yo… no se… ¿quería un aro?
• Eso no es cierto – le refutó convencido Ed y antes de que Nacho se niegue siguió – tienes la emancipación, si hubieras querido, si de verdad lo hubieras pensado podías ir a un local legal, no necesitabas autorización
• No lo pensé bien pero si lo quería – siguió aunque en realidad no era cierto, una vez pensó en hacerlo pero muchas de esas ideas adolescentes habían pasado a segundo plano cuando los problemas en la casa de sus padres habían comenzado – Igual lo siento, pero ya pasó Ed y estoy bien
• Si de verdad era todo descartable, si… estás bien pero no podemos dejar las cosas así y lo sabes, lo que hiciste fue muy grave – habló tranquilo, Ignacio estaba muy consternado como la vez que decidió sacar el coche y Ed esperaba que esta vez también se resigne al castigo porque no tenía ganas de luchar con las hormonas del chico.
• pero.. pero snif… – y Ed lo interrumpió.
• Antes de repetir la misma conversación de siempre te aclaro, sé que no soy tu papá – dijo mirándolo fijamente a los ojos y cogiendo sus hombros – pero en este tiempo que llevo de conocerte he llegado a quererte como si lo fuera – eso sonó medio raro para Nacho, pero al mismo tiempo reconfortante –   también se que estas emancipado pero sólo tienes quince años y ese papel firmado por un desconocido no me importa porque acabas de demostrarme que no te sabes cuidar sólo y esto pudo tener serias consecuencias no sólo para ti sino para los que te rodeamos y por eso voy a castigarte y a ser más duro, ¿entiendes?
• sí señor, sniifff – respondió resignado, que mas podía decir? Excepto – no va a volver a pasar – Ed se enterneció por lo pequeño que se veía el niño y lo abrazó
• Me alegra de que no quieras que vuelva a pasar pero no hace falta que me digas señor
• Está bien – Ed lo mimo unos segundos y luego separó el abrazo y maniobro a Nacho  hasta que quedó parado delante de él.
• Ahora te voy a bajar el pantalón

Ed anunció y el chico se los dejo bajar sintiendo hormigas caminarle por las paredes de su estómago, no era la primera vez que lo castigaría pero ahora se sentía mal y todo se le estaba haciendo muy lento e intenso y con el pantalón abajo Edgar lo inclino sobre el escritorio, lo que a Nacho le recordó las palizas de su padre, llevaba pensando mucho en ellos últimos días y de repente se lleno de angustia otra vez, angustia y miedo a tal punto que cuando Ed intento bajarle los interiores la docilidad del chico se termino.

• No, por favor… ASÍ NOOO – y se levanto cubriéndose con la remera del colegio la pelvis ya que su ropa estaba ya en los tobillos. Ed creyó que el cambio era porque había visto el cepillo de la ducha que llevaba hasta ese momento guardado y acababa de sacar
• Te advertí que iba a ser más duro y así va a ser, no alarguemos las cosas
• Entiendo pero snif… es que no quiero estar en el escritorio –  dijo bajando la cabeza.

Ed estaba algo perdido había decidido hacerlo de esa forma porque creyó que sería más cómodo, él de adolescente odiaba que su papá lo ponga en su regazo como a un niño pero si su mocoso lo prefería así él no tenía problema así que sin decir nada lo acercó y se sentó tumbado a Ignacio en su regazo, suponiendo erradamente que ahí terminarían los preámbulos pero antes de que Ed pudiera reaccionar Ignacio se levantó como si Ed quemara, acababa de ver ante su rostro el cinturón de Ed listo y acomodado en la cama para ser usado y lo tiró al suelo de un manotazo y se subió el bóxer que aún seguían en sus tobillos dejando el pantalón en el camino y salió del cuarto como alma que lleva el diablo. A Edgar le costó asimilar lo que había pasado, Nacho si alegaba y reclamaba, en fin lo que cualquier chico ante un castigo, pero era la primera vez que salía corriendo como si de una criaturita se tratara y cuando quiso salir detrás de él piso la hebilla del cinturón lastimándose el pie, esa era una de las ocasiones donde se arrepentía de su costumbre de no usar calzados en casa.

Cuando se compuso del dolor salió en busca de Nacho, conociendo su maña decidió mirar hacia afuera pero la puerta estaba con llave, manías de su padre que ahora agradecía, de todas maneras era poco probable que hubiera salido semi desnudo ¿no? y siguió recorriendo la casa que estaba demasiado silenciosa y cuando se asomó a la sala que estaba adosada a la habitación de invitados lo vio.

Nacho estaba de pie abrazado al abuelo con una mano mientras con la otra se cubría la cara, en un inútil intento de esconder el llanto, llanto que su cuerpo acompañaba con respiraciones entrecortadas y el vaivén frenético  de sus hombros.

• Bueno sin llorar que nadie se ha muerto, algo debiste hacer pare que te castigue – y Paul hecho una mirada furtiva a la cama donde su esposa se despertaba – tu papá
• Si-ii snif, pero no quiero – respondió mientras usaba la camisa del uniforme como pañuelo
• Yo puedo hablar con él,  pero la decisión final es suya – le hablaba con voz pausada meciéndolo sobre su propio eje – hay cosas en las que no me puedo meter una vez que están decididas, por eso quería que hablemos antes – siguió recordándole cuando Ed se estaba bañando y Nacho se negó a decirle que había pasado
• Pero… es que… joooo – se quejó al final, no encontraba argumentos válidos sin tener que decirle a su abuelo que había hecho
• Vamos que fue lo que hiciste para que Ed se enojó así? – le preguntó y en ese momento tanto Ed como la abuela pararon la oreja
• Me puse un arete en la oreja – susurro esperando que el abuelo se enoje, pero la explosión vino de otro lado y hacia quien no  imaginaba.
• ¿CÓMO? – inquirió la abuela y de inmediato bajo la voz al ver a Mateo dormido a su lado – ¿se enojó por eso? – volvió a preguntar y Nacho asintió mientras ella se levantaba de la cama – es el colmo de la hipocresía si se enoja por eso…. Ha pero ahora me va a escuchar – anunció declarándose defensora de su nieto
• EPA!... alto mujer que no escuchamos la historia completa, que aquí huele a que no está todo dicho ¿o si? – pregunto Paul, mirando al adolescente que ya empezaba a cantar victoria antes de tiempo
• Pero como lo va a castigar cuando él hizo lo mismo cuando era chico – dijo ella indignada y Nacho abrió los ojos, aquello se estaba poniendo interesante, tal vez debía hablar con la abuela para averiguar más sobre el pasado de Ed, algo le podría ser útil
• El tenia dieciocho años, y aún así me pidió permiso – le refuto y luego miro al chico para agregar – Y este no creo que sea el mismo caso ¿no? – y nacho recordó que estaba en problemas.
• Buenooo… he no pedí permiso, pero yo estoy – emancipado iba a decir pero el destino no quiso
• Pero nada – se oyó en la puerta –  a no ser que quieras que nos sentemos y ahí le cuentas bien a los abuelos todo lo que hiciste hoy – Edgar acababa de interrumpió desde el quicio de la puerta, por argumentar Ignacio casi habla de la emancipación frente a su madre
• No… no quiero, pero ya entendí no lo vuelvo a hacer – le respondió colocándose estratégicamente tras la abuela.
• Bueno vamos entonces que todavía tenemos cosas que arreglar
• No… abuela me quiere pagaaaar
• Ay Chacho no fue tan grave, no me le pegues – intervino Luci, es que ver a su nieto ahí en calzones tan flaco y mimoso hacían florecer a la mamá gallina que llevaba dentro
• No mamá, si fue grave, se escapó de la escuela y hizo poner el pircing con unos mochileros en vez de en un local y también hizo otras cosas que prefiero no contar. Agradezco la preocupación pero ya tome la decisión – tenía que dejarlo claro – y no voy a cambiarla – Ed adoraba a su madre y a la relación que tenía con el mocoso, pero la casa de sus padres estaba casi lista y pronto estarían de nuevo solos, sino ponía los límites luego se arrepentiría – vamos Nacho – dijo entrando a la habitación para llevárselo y Nacho empezó a esquivarlo poniendo a la abuela de escudo – no estoy jugando no te conviene que me enoje – advirtió Ed que ya estaba bastante enojado pero no había hecho mucho esfuerzo en alcanzarlo, quería que Nacho obedezca y salga por las buenas
• Bueno se terminó, te portaste mal ahora a asumir las consecuencias como hombrecito carajo que ya no estás en edad para estas cosas – Zanjó el abuelo, mientras agarraba a Ignacio del brazo y se lo entregaba a Ed

Paul se había cansado de la escena y admirado de la paciencia y poca determinación de su hijo, parecía que el también estaba buscando alargar las cosas, sin poder evitar compararlo con él mismo en su rol de padre diciendo para sus adentros que si sus hijos se le llegaban a escapar no hubiera repetido dos veces que vuelvan a aceptar su castigo los tomaba de la oreja y los ponía en su sitio con unas buenas palmadas en el poto, que tanta espera ni que ochos cuartos. Edgar notó la molestia en su padre que en un principio estaba dispuesto a intervenir por Nacho y pensó para si mismo que tal vez el tenia tantas ganas como Nacho de que su padre intervenga, lo que le tocaba no era tarea fácil ni grata y aún no terminaba de entenderla nueva actitud de Ignacio.

• Vamos – fue lo único que dijo y salió del cuarto tirando del brazo del chico y dos pasos antes de las escaleras Nacho salió del asombro por la traición del abuelo
• NOOOO… NO VOY A DEJAR QUE ME PEGUES… SUELTA SUELTA – gritaba mientras se ponía en peso muerto para no subir
• YA BASTA! TE ESTAS PASANDO MOCOSO PLAF PLAF – sonaron dos palmetazos sobre los bóxers para que se pare y camine
• NOO AUU NO no por favor ya no lo vuelvo a hacer ya no
• Ya basta Ignacio estas acabando con mi paciencia, si no te hago subir bajo el cinturón y te doy acá en la sala – dijo sin poder hacer más “grafica” la amenaza por que el cinturón había quedado arriba, a ver si con eso cortaba el berrinche.
• NOOO con el cinto noo – y en vez de obedecer se resistió más.
• YA! Ya está bueno mocoso – dijo Ed cansado y le soltó el brazo liberándolo por dos segundos antes de tomarlo de la patilla.
• AUUU AY DUELE duele – comenzó a quejarse sin que le quedé más remedio que dejarse llevar o acabar sin patilla.
• Yo no sé qué carajos te paso ahora pero no voy a aguantar esos berrinches así como fuiste “valiente” – dijo en tono irónico – para salir de la escuela y hacer tonterías ahora valiente aceptas las consecuencias. PLAF

Terminó el discurso coronándolo con aquella nalgada para apurar el paso y entre sollozos al fin logró llevarlo a la habitación. Sin más resistencia puso a Ignacio de pie frente a él hasta que se calmó y dejó de sobarse la patilla. Entonces lo tomó y lo acomodo sobre sus piernas despojándolo de la ropa interior casi al mismo tiempo.

• Va a doler pero espero que eso haga que no se vuelva a repetir – dijo mostrando el cepillo intentando evitar sorpresas y que Nacho vuelva a armarla – solo voy a usar esto – le confirmo después de meditarlo, era la segunda vez que Nacho reaccionaba con tal temor al cinturón y él no lo había usado nunca. Ya más calmado Nacho igual grito al sentir el primer – ¡PLACK! – que sonó
• AAyyyyy – desde ese momento se propuso firmemente ser un santo y lo de probar el porro se lo llevaría a la tumba y nunca pensaría si quiera en volver a hacerlo
• ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! 
• Yaaaaaaa aaaaaauuuuauuuuu snif snif
• Que sea la ÚLTIMA VEZ que te escapas de la escuela – advirtió Ed calcando de nuevo el cepillo
• ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! 
• Ayyyauuuuuu yaaaaaa no lo haré de nuevo yaaaa
• Eso Era algo que ya habíamos hablado  – riño Ed
• ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK! ¡PLACK!
• AUUU fuuuuuu yaaa – y  Ed lo levantó de su regazo.

Nacho quedó confundido, ¿tanto escándalo para eso? No es que quisiera más, si había dolido lo suyo pero creyó que Ed le dejaría mínimo el culo rayado cuando vio el cinturón y después de que Ed desistió de usarlo se imagino que estaría aún buen rato allí y casi se siente aliviado pero Ed tenía otros planes. No le iba a dar con el cinturón, pero esta sería una lección que no iba a olvidar.

• Todavía no – frenó Ed los intentos de Ignacio por subirse la ropa – Todavía no terminamos – y antes de que Nacho suelte  lo que sea que iba a decir  cuando  abrió la boca Ed lo tomó de brazo y lo sentó en la silla frente al escritorio  – vas a escribir en dos hojas: no debo escapar de la escuela 
• ¿Qué?  No soy un ni…
• Y cuando acabes – siguió como si no lo oyera – te vas a poner mirando a la pared hasta que yo venga, todavía nos queda tratar eso de poner en riesgo la salud..
• No seas exge…
• Y PONER EN RIESGO – hablo  más fuerte para que no lo interrumpa – tu vida yendo a cualquier lado a que te perforen y también queda pendiente hablar sobre aceptar drogas –  y nacho iba a protestar de nuevo pero Ed lo corto antes de empezar con un manotazo en el escritorio – y más vale que  No armes lio ni digas una palabra  porque estoy a tiempo  de arrepentirme y usar esto – le dijo recogiendo el cinturón que seguía en el suelo – vengo en  media hora – anunció y salió del cuarto pensando en si debía almorzar o esperar a la cena, total ya eran casi las seis, y el crujir de sus estómago lo convenció  de ir a  ver que había quedado en la heladera

En el cuarto Ignacio se quedo desnudo de la cintura para abajo sentado frente a las dos hojas rayadas que le dejo Ed, tal vez escribir esa idiotez no era tan malo, pero no pensaba quedarse en pelotas y mucho menos esperar en la esquina. Así  que tomó  sus boxers y se los puso de nuevo, miro detenidamente las hojas y después de un bufido tomó las mismas y las arrugo con odio,  él no era un crío se dijo y se tiró en la cama, Ed se podía ir a la mierda.

Craso error.

 ¡Muy feliz día de la amistad!