Hermanastros: Cap. 5; Autor Pablo

Hermanastros

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 17 de Octubre del 2016.

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 Capitulo 5

Las pastillas de la discordia 

Autor: Pablo

Amalia:

Mi cuñada canceló el almuerzo porque Brian había tenido problemas en la colonia de vacaciones y era necesario que vaya, los hijos están primero. Así que llegué temprano a casa a ver si alcanzaba a comer con mis tres hombres, pero en casa no había nadie, así que me estaba haciendo a la idea de comer sola, cosa que detesto, cuando afuera algo llamo mi atención.

Casi pisando mis talones había llegado otro vehículo, la inconfundible limusina de Raquel, “Roky”, es la única persona con la que tengo pensamientos homicidas. Bajo taconeando por mi entrada y tiró dos besos al aire sin rosarme…

• ¿Hello my baby? – su voz era la de una maldita sirena, fingiendo dulzura, todavía no puedo entender como una madre puede ser tan… tan perra, NO perra no, las perras no abandonan a sus cachorros. La mire unos segundos preguntándome para que necesitará ahora a Marco, porque últimamente sólo aparece cuando lo quiere exhibir como trofeo ante las cámaras
• Salió pero no debe tardar – le dije y odie su mueca de fastidio – ¿Quieres pasar? – La invite apartándome de la entrada mientras me imaginaba arrancando sus teñidas extensiones

Creo que mi imaginación sirve para descargar la suficiente tensión como para no saltarle encima. Desgraciadamente es algo que no puedo y no debo hacer por mucho que se lo merezca.

A pesar de ser la ex pareja de mi futuro esposo no le tengo celos, pero cada vez que aparece sólo lastima más a Marquito, y sé que es su madre y yo no puedo interferir pero de muy buena gana le diría unas cuantas verdades y no dejaría que se acerque más. Hay mujeres que nunca debieron tener hijos.

Le ofrecí algo de beber y me contó que, como yo suponía, el jueves le iban a realizar una sesión de fotos para la revista “ser padres hoy” donde hablarían sobre adolescencia e hijos de famosos.  No sé que podría saber ella de ser madre y menos aún sobre adolescentes pero por lo menos esta vez vino y no llamó para recogerlo el día que lo necesita nada más.

• JA! – fue con total sarcasmo y yo creí que se había quedado en mi cabeza pero cuando oí mi propia voz caí en la cuenta de que lo había dicho en voz alta. Inmediatamente sentí el calor de la vergüenza en mi rostro y tras unos segundos de silencio interminable, gracias al cielo el auto de Sergio paro en la entrada – ¡AH! ¡ya llegaron! – dije y apure a abrir para recibirlos porque quería salir de esa incómoda situación

Apenas abrí la puerta Marco entró corriendo empujándome en el camino, no de mala manera sino llevado por su entusiasmo. De igual manera me molestó que sea tan brusco porque aunque sea bajo para su edad, es de mi estatura y al ser varón es más fuerte, pero el enojo me duró el tiempo que tardé en girar sobre mis talones ya que la imagen que había ante mis ojos era desgarradora.

Si bien Marco estaba feliz de momento, yo sabía cómo iba a terminar eso. Ya desde las últimas dos veces que Raquel viniera casi entre llanto Marco me había confesado el darse cuenta de que su madre sólo venía cuando tenía que llevarlo a algún compromiso pero al mismo tiempo la justificaba por el hecho de que una cantante y actriz tan famosa tenía una difícil agenda.

Sergio:

Yo sabía que este día iba a terminar mal, así que apenas nos despertamos de la siesta obligada hable con él.

• No pá ¡si entendí! dijiste que con eso no me ibas a pegar no te pases – al menos ahora Si estaba enterado porque era el castigo y me estaba escuchando
• No me paso Marco pero se suponía que te ibas a portar bien y no lo hiciste, al contrario, deliberadamente pones tu salud y tu vida en riesgo. ¿Estás consciente de eso? – yo estaba tratando de mantener la calma, pero esto no era un juego
• No seas exagerado papá, no fue para tanto – en ese momento mi sangre volvió a hervir como cuando supe lo que hizo
• ¿Que no fue para tanto? – no podía creer que minimice esto – mocoso inconsciente Y SI TE PASABA DONDE NO TE VEAMOS, EN LA DUCHA O EN UNA ESCALERA? O SI TE GOLPEABAS LA CABEZA AL CAER? – me di cuenta de que yo gritaba y no quería que las cosas se salgan de control así que traté de calmarme respirando profundo y que por fin acepte su error ayudó bastante
• Está bien... si fue para tanto – dijo de repente modosito – perdón no lo había pensado así, pero ya entendí y me voy a hacer cargo yo
• Ah no, el que se va a hacer cargo ahora soy yo, dame las pastillas – le dije tendiendo la mano que no tenía en cinto
• Noooo, SON MÍAS – me grito, entiendo que no quiera ceder, pero yo tampoco… ya cometí ese error hace dos años cuando Amalia como amiga que era entonces me convenció de que él era grande con sus 14 recién cumplidos y así terminaron las cosas
• Bueno se terminó la diplomacia – corte y lo tomé del brazo para quitarle la caja, mientras lo recostaba sobre el escritorio haciendo presión en su espalda 

En esta parte hay que tener cuidado porque hasta que no le cae el primer chirlo no se convence de dejar de pelear y es capaz de morder dar puños y patadas y su boca se convierte en alcantarilla. Después de todos los intentos de cortar esa reacción en otras oportunidades me convencí de que no lo va a dominar nunca. En una época pensé que tal vez eran ataques de pánico o algo de eso, pero el psicológico que lo vio me dijo que simplemente algunas personas no reaccionan bien cuando se asustan o se enojan y que si bien podían trabajar en eso en realidad mientras no afecte su vida no era necesario. Aunque si cuestionó mis métodos y en ese entonces Marco tenia doce o trece años, imagino que con mayor razón los desaprobaría ahora.

Eso de ser padre soltero durante unos años, hizo que yo viaje de teoría en teoría, de libro en libro y de consejo en consejo, asustado de estar haciendo todo mal y cada vez que algo me parecía bueno para aplicarlo surgía otra cosa que lo contradecía y yo estaba perdido entre tantos conocimientos y experimentos, frustrándome porque no era tan fácil como me decían y mi hijo estaba cada vez mas lejos mío y cada vez mas fuera de control.

Al final mande a todos los sabios al retrete rescatando lo poco que creía esencial. Comunicación y amor era lo que necesitaba que haya entre mi hijo y yo. Con eso aprenderíamos a sobrellevar las cosas y tal vez termine siendo un buen padre. En fin por ahora resolví prevenir sus “berrinches” y no lo hago esperar para no alargar las cosas innecesariamente. Deje el cinturón porque en realidad solo me lo había sacado para asustarlo un poco aunque suene mal.

• PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – le había quitado el pantalón cuando se durmió así que no tenía mucha protección – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – le si mas fuerte porque no quería dedicar mi tiempo a esto cuando teníamos mucho que hablar pero tampoco podía ser blando, no con esto – PLAF PLAF PLAF – ahora es cuando empieza con su acto de hombría, no sé porque cree que debe demostrar algo a alguien, es un castigo y él es mi niño, claro que voy a entender si llora y ya se lo dije pero es terco como una mula, lo único que puedo hacer es cuidar sus modos porque a veces se muerde el labio o aguanta la respiración y eso no es bueno – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
• Auu… – se quejó despacio dejándome ver que al menos no se estaba mordiendo
• PLAF PLAF PLAF PLAF PLAFPLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – es inútil hablar, ahora sé que no escucha pero creo que eso lo vuelve peor para mi
• Ayshh – se quejo de nuevo y comenzó a revolverse así que apresura las cosas
• PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAFPLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – le di esas más rápido y sin pausa y note como se tensaba

Recién entonces repare en que no había revisado el estado de su trasero, eso suele darme un idea de colmo de duro estaba siendo aunque por el dolor de mi mano ya era suficiente y luego lo confirme cuando vi que sobre  el escritorio caían unas lágrimas, entonces pare, después de todo ya es consciente de que lo que hizo estuvo mal, gracias a que esa bruja y…. yo también promovimos que pase lo inevitable al ponerlo nervioso.

Lo levanté y lo abrace contra mi pecho y no me apartó, así que lo lleve a la cama conmigo, sabía que aun estaba cansado pero teníamos que hablar. Habían pasado cosas queda tal vez yo pude evitar desde que llego su madre pero de sólo verla me daba rabia y cuando entre a la casa temprano y va vi me puse a la defensiva.

• Marco a tu cuarto… después de que hablemos de lo que pasó hoy la puedes atender – le dije al verlo abrazado a ella cuando llegamos a casa
• Nooo… yo me quedo acá. Ya te quitaste las ganas de ¡¡pegarme!!
• ¿Te pego? – le preguntó Raquel mirándome como si estuviera loco o hubiera desatado la tercera guerra mundial
• Y lo hizo delante de gente – agrego Marco, se comporta malcriado cuando está Raquel, que busque hacernos discutir, es una artimaña para salirse con la suya, sólo que en ese momento no estaba pensando las cosas
• No es cierto – le dije – esperé a que no haya nadie aunque tú no hayas sido capaz de esperar a estar sólo para hacer semejante berrinche. Ahora arriba que necesito que hablemos – no lo iba a castigar de nuevo, sólo necesitaba arreglar las cosas no quiero que lo lastime pero desgraciadamente no puedo impedir que le duela la relación con su madre. Lo único que puedo hacer es estar ahí para él y si está enojado sé por experiencia que es más difícil
• ¿Lo golpeaste?... ¡ANIMAL! – ¿acaso me estaba recriminando? le di unas palmadas, ella lo abandona y el malo soy yo... Esta mujer no tenía idea de lo que era criar un hijo
• Sólo le di unas nalgadas porque estaban comportándose como animales – aclare con calma y luego mire fijo a mi hijo – y Marco, no había nadie viendo no mientas
• SI HABÍA Y ESO NO TE LO VOY A PERDONAR – me dijo lo mejor dicho me gritó – te odio –  susurro entre dientes y la verdad no sé si quería que lo escuche o no, si estaba enojado y creía sentirlo o lo dijo para herirme, pero aunque me repetí a mí mismo, desde el momento en que oí aquello de que no era cierto, la verdad es que me afectó – Vamos mamá, no quiero estar acá – le dijo al final a su mamá y ella como siempre le siguió el tren
• Claro mi vida vamos
• ¿Dónde vas a estar Raquel?, sabes que me tienes que decir para llevarlo – la frené
• YAAA! deja a mi mamá en paz – grito Marco y parecía que iba a seguir pero se calló, de repente, en cámara lenta, una película que ya había visto muchas veces se repitió para frustración mía y me sentí tan impotente y aunque reaccione por la fuerza de la costumbre sabía que no llegaba a tiempo de frenar la caída
• ¡¡HAAAA! ¿QUÉ LE PASA? – grito Raquel, gracias a Amalia por responder porque yo estaba a punto de mandarla a la mierda
• Es una convulsión. Por la epilepsia – respondí apretando los dientes, yo sólo sostenía a mi hijo, a pesar de ser sólo unos segundos, se convierte en una eternidad y lo peor es el sentimiento de impotencia, lo puse de costado y esperé a que pase, cuando por fin se relajaban sus músculos lo alce y lo lleve a su cuarto, agradeciendo que todavía puedo
• Yo me tengo que ir lo siento – dijo Raquel y salió de la casa

Claro era de suponerse, cuando las cosas se ponen difíciles ella corre en dirección contraria, pero de Raquel ya nada me sorprende así que no me tomé el trabajo de mirar siquiera, solo me preocupaba mi hijo… nadie más.

Y como siempre, mi pequeño queda agotado después de un ataque así que me acosté junto a él dejando mi brazo como su almohada para poder mimarlo a gusto.

• Esto no debería pasar – dijo Amalia entrando al cuarto

La verdad es que con el susto no pensé en nada pero ella tenía razón, busco en el cajón de la mesita de noche y entre unas cajas de condones que no sabía que mi hijo tenía y que para ella fueron convenientemente invisibles, encontró lo que buscaba. Las tabletas de anticonvulsivos estaban marcadas con los días así que supimos que llevaba más de una semana sin tomarlas. Sentí que me hervía la sangre, sabía que él estaba escuchando todo, sólo que estaba muy débil y cansado para protestar así que sólo lo abrace, debí darme cuenta, su humor es un terrible farol que anuncia sus ataques, se pone infantil y hace berrinches, normalmente es más de la agresividad que de las pataletas, pero me confié y no lo vi, pensando en eso nos dormimos.

Isaac:

Me costó calmarme después del ataque que le dio a Marco, es horrible, creo que sólo se me fue el susto cuando lo vi durmiendo con papá, yo aproveché la calma de la casa y también me fui a dormir a la cama de mis papás y me desperté como tres horas después con las quejas de Marco, mi papá le pegó por lo de las pastillas, yo le dije que era estúpido hacer eso cuando me di cuenta, pero según él ya no las necesitaba. Igual no me parece que le pegue, pobre ya demasiado tubo con la convulsión.

Cuando ya no había ruidos me fui a nuestro cuarto, tenía que cambiarme de ropa, estaba todo sudado y no tenía ganas de bañarme. Cuando entre estaban en cama otra vez casi en la misma posición que cuando dormían sólo que mi pá lo estaba consolando y estaban hablando de Raquel así que me cambie rápido para salir de nuevo pero cuando termine mi papá me levanto al estilo bolsa de papas y me tiró en la cama de Marco y él se tiró al medio. Y así estuvimos hablando hasta que volvió mi mamá de… no sé ni donde se fue... a una semana de la boda anda para todos lados.

• A lavarse los dientes y a dormir – dijo mi mamá después de cenar, eran las diez y era sábado, esto de estar castigados es un bodrio – Marco toma las pastillas acá donde te veamos y después vas – frenó cuando ya estábamos saliendo de la cocina y Marco se volvió
• ¿Ahora me van a vigilar? – preguntó no sé si fingiendo o indignado en serio – es demasiado… ¡¡si las voy a tomar!!

A veces me sorprende su insistencia en causas perdidas y que parece menor que yo. Me fui a la cama antes de que me salpique y detrás de mí llegó él, por lo menos hoy supo cuándo rendirse.

• No tengo sueño – me dijo, la verdad que yo tampoco, dormimos toda la tarde y ahora estábamos encerrados sin tele ni nada
• Podíamos esperar a que se acuesten y salir a dar una vuelta – sugerí
• No, cada vez que se te ocurre una idea terminamos mal y tu mamá y el pá creen que yo soy la mala influencia – me dijo tirándose de espaldas a la cama
• Jaja mi mamá sabe lo que soy, no estábamos viviendo en la misma ciudad cuando me llevó a la escuela militarizada porque me expulsaron de la anterior – comente… la verdad es que si creen que es mala influencia pero me lleva dos años es lo lógico ¿no?
• Igual no voy a salir… todavía me duele la que me lleve hoy, no quiero otra – dijo triste
• Que ¡cagón! – dije tratando de cambiar su estado de ánimo pero no funciono, Marcos estaba mal supongo – Ok no salimos pero me voy a morir de aburrimiento

Al final esperamos a que se duerman y sacamos el cable de alimentación de la tele de la sala que va en el nuestro y nos pusimos a jugar con la consola sin volumen.

Amalia:

Eran las cuatro de la mañana, en una semana a esta hora se supone que voy a estar casada y bailando en la fiesta y todavía me faltan un montón de cosas por hacer, me desperté porque estaba soñando que cuando cortaba el pastel estallaba así que salí por un vaso de agua para volver a dormir. Bajo la puerta del cuarto de los chicos se veía luz así que me acerqué y me di cuenta de que estaban jugando así que abrí.

• ¿No se supone que están castigados los dos?...