jueves, 27 de abril de 2017

Amor sin barreras: Cap. 8; Autora Marambra

Amor sin barreras
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Abril del 2017.
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Capitulo 8
Autora: Marambra

Sara acababa de llegar del trabajo apurada y malhumorada, se había olvidado que esa misma tarde tenía cita con el odontólogo y debía llevar a Angus y no se acordó de aquello hasta que la secretaria del consultorio le llamara para confirmarle la hora en que el odontólogo atendería al muchacho, pero su enfado no era por el olvido en sí, sino que Angus tenía el deber de llamar a la secretaria y confirmar la hora y luego llamar a mamá para que ella pueda coordinar con alguno de sus colegas para poder llegar a casa a tiempo, pero el muchacho se olvido de todo por completo y nunca la llamo, pero lo peor era que nunca contesto su móvil y en casa tampoco parecía haber alguien que  se digne contestar, algo que le causo curiosidad más que preocupación, Parker estaba cubriendo turnos nocturnos desde hace dos meses y esta semana tocaba descanso, y a estas horas se suponía que ya estaba en circulación en casa ayudando a Jasir con la merienda o los deberes de los muchachos, quizás habían salido en conjunto pensó, pero eso no cambiaba su humor, vamos que los móviles eran para comunicarse en casos de urgencias.

  • Vaya… estas aquí – murmuro algo molesta al ver a Parker          tumbado con Jasir en el piso ensuciándose la ropa sin pistas del maldito celular cerca
  • Hola “amor” – dijo el entrecomillando la frase como diciendo, se saluda primero – ¿qué pasa?
  • ¿Y tú móvil? – pregunto ignorando la ironía del reclamo y la pregunta, pero depositando un beso en los labios; Sara era de las que no se disculpaban a la  primera, regateaba más bien
  • Lo deje en la alcoba…perdón – agrego pensando que seguro lo estuvo llamando y se sintió culpable, porque Sara nunca hacia mal uso del teléfono, y menos en horas laborales así que si llamo fue por algo que requería atención inmediata y el se había olvidado conectar el teléfono fijo después de hacer siesta
  • ¿Y Angus? – pregunto por el chico mientras le limpiaba la boquita a Jasir que acababa de terminar de comer su merienda a tiempo de besarlo con amor, adoraba a su pequeño conejito marrón, es que Jasir no era negro, tenía un hermoso e intenso color marrón chocolate que la gente solía girarse para verlo
  • Está en la chanca

Respondió prendiendo la tele ajeno al cambio que el enojo dibujo en el rostro de su mujer, quien no pudo evitar que su voz sonara más que irritada;  pero bueno ¿qué era aquello?, se suponía que ambos habían decidido que Angus no podía ir a la cancha todos los días y menos sin vigilancia, ya que estas salidas no eran como las que tenían Dóminic y Anir, ellos iban a verdaderos entrenamientos con un adulto al mando, el entrenador, en cambio Angus salía a la cancha a su ritmo, pero si bien quedaron de acuerdo, Parker no estaba muy convencido, el chico no daba ningún motivo para negarle sus demandas, que en realidad se resumían justo a eso, a ir a la cancha y no entendía porque su  mujer quería cuartar aquello, pero Sara en su sexto sentido sentía que no era bueno que su niño este en la calle solo demasiadas horas del día, que todo podía pasar.

  • Pero ¿qué diablos te pasa Parker? – le pregunto enfadada poniendo sus manos en jarra sobre su cintura – se supone que teníamos un acuerdo y que no enviaríamos a Angus solo a la cancha todos los días – le recordó haciendo gestos con las manos en signo de frustración, vamos que no era negarle la salida completamente, le dejarían ir de vez en cuando solo pero la mas de las veces con alguien se dijo a sí misma, detalle que resulto muy curioso porque Dominic quiso ir con él y Angus se había negado, primero poniendo el pretexto que seguro Dominic se reiría de él y segundo que no siempre jugaba y que muchas veces era el aguatero del partido y que su hermano se aburriría   – vos no colaboras Parker, me saboteas… apenas me doy la vuelta ya le has dado permiso de nuevo – lo acuso como si Parker lo hubiera hecho a propósito, cosa que a Parker le molesto mucho porque ¿cómo se supone que vas a negarle a tu hijo la única cosa que te pide y que le gusta?, ¿sobre todo cuando no hizo nada malo para merecer ese castigo?, porque para Parker aquello sinceramente  era un castigo; pero su mujer no pensaba lo mismo y no era necesario preguntarle, estaba acusándolo prácticamente – …no hay tarde que llegue y encuentre a mi hijo en casa aunque sea mirando la tele o agarrando ese estúpido juego de Wi – agrego enfadada recordando todas las tardes que preguntaba por él y la respuesta era siempre la misma: está en la cancha, como si fuera un contratado de aquel maldito lugar, ni Dominic ni Anir salían todos los días, tenían días de entrenamiento que se resumía a 3 a la semana y era suficiente – ¡diablos! parece que te aburres con él que ya lo sueltas a la primera – estaba realmente enfadada
  • ¡OYE QUE TE PASA! – grito Parker enojado – ¿que querías?,  ¿que lo tenga encerrado aquí aburriéndose? – es que para él cualquier cosa que mueva a su hijo de la silla o de la cama era bien venido, si no fuera por Jasir que era muy pequeño y podia resfriarse, el se unía a las salidas de Angus a practicar algunos tiros, pero a quien quería engañar, par el era cómodo estar en casa tirado en el sofá mirando la tele cuando Jasir dormía – además no tenía nada que hacer – se defendió Parker diciendo lo primero que se le salió de la boca, porque a decir verdad ni siquiera le había preguntado si hizo la tarea, pero vamos que ¡era Angus!, el chico era medio obsesivo compulsivo con las tareas escolares, a él no había que decirle tareas primero como al resto  –quieres tener a los chicos colados a tu falda – la acuso empaquetando al resto para que no diga que solo era a Angus, aunque si, era solo a Angus a quien mama quería ver en casa al volver del trabajo
  • Eres un idiota – dijo Sara enfadada cogiendo su bolso sacando sus llaves de la movilidad
  • ¿A dónde vas? – pregunto Parker desconcertado de la actitud de Sara, por lo general hubiera dado batalla
  • Voy a salir a buscar a mi hijo – dijo decidida mirándolo feo como si le lanzara una amenaza
  • Pero que gana  de molestarlo que tienes… ¡estará jugando un rato! – elevo la voz
  • Más vale que lo pille en la cancha realmente jugando Parker porque sino a ti te voy a romper la cabeza y a él le voy a dar una paliza que se acordara toda su vida – advirtió mala como estaba – que él sabía muy bien que teníamos que ir al odontólogo – mierda pensó Parker, se habían perdido de nuevo la cita, con lo que había costado concertarla, con razón estaba mala su mujer
  • ¿Qué vas a hacer?  – quiso saber de pronto preocupado
  • Traerlo a casa y tener una seria charla con él – respondió poniéndose una chaqueta
  • NO VAYAS A AVERGONZARLO – le advirtió Parker leyendo entre líneas lo que quería decir su mujer

Pero Sara no dijo nada, salió enojada como estaba, pero su enojo no era con Angus, era con Parker, después de todo era él quien tenía una responsabilidad con el muchacho y pensando en eso se dirigió a la famosa cancha del barrio y se llevo tremenda sorpresa, ahí no  había ni alma en pena, todo estaba cerrado lo que claro le llevo a preguntarse ¿dónde estaba su hijo?, miro su reloj y se quedo largo rato tamborileando sus dedos en espera de que aparezca por algún lado, pero nada, era cerca de las 7 de la noche y estaba empezando a hacer frio, fue cuando se acerco un hombre, el guardia de seguridad del barrio.

  • ¿Puedo ayudarla en algo señora? – pregunto el uniformado sacándola momentáneamente de sus pensamientos al iluminar con la linterna, es que aquel lugar daba un poco de miedo, no estaba adecuadamente iluminado para ser una cancha pensó ella, o quizás era solo porque no estaban encendidos los faroles por alguna razón
  • A buenas noches – dijo ella sobreponiéndose al susto inicial – quiero saber a qué hora se cierra la cancha – dijo pensando ver a donde le conducía todo esto
  • La cancha está cerrada desde hace un mes por el ayuntamiento – respondió el guardia frotándose las manos por el frio que hacia – el área está en mantenimiento y remodelación  – le explico apuntando a un lado donde claramente se veía maquinaria pesada
  • ¿Y no debería estar precintada? – quiso saber al no ver ningún precinto amarillo que indique peligro, su profesión a veces marcaba sus actos sin darse cuente y esta era una de ellas
  • Al ser un área con barda no es necesario precintar todo el lugar – le dijo con naturalizad elevando los hombros como quitándole importancia – pero eso sí, todos los ingresos están clausurados, con el debido precinto encima de las cadenas, además aquí no hay nadie, nadie viene por aquí porque en todos los ingresos además está colocado un cartel que dice que la cancha estará cerrada por 3 meses a causa de las reformas – le explico iluminando un enorme cartel que ella no había visto por alguna razón
  • ¿Seguro?.. ¿no viene nadie a jugar pelota? – le pregunto pensando en su hijo, conociendo a Angus y capaz aquel era el lugar perfecto para practicar deporte o lo que sea que haga lejos de la mirada prejuiciosa de la gente, se dijo casi convencida de que por timidez quizás Angus si venia al lugar y no mentía o por eso no traía a Dominic peor a Anir
  • No señora, aquí no se queda nadie ni siquiera rogando – le aseguro – los que estamos a cargo de cuidar el lugar nos aseguramos que ninguna persona ingrese por el peligro que hay con la maquinaria – explico dándole a entender que en realidad ese era su trabajo – aunque de vez en cuando viene o venia un grupito de adolescentes pero no entran, se quedan en aquella esquina a fumar porro – apunto una esquina bajo un árbol en el que había además una larga banca de cemento –  pero desde que los amenace con llamar a la policía no han aparecido
  • ¿Y de que edades eran? – quiso saber, parando las orejas, ¿porro? pensó alarmada, ¿estaría Angus en el pleito?
  • ¿No cree que me hace demasiadas preguntas? – dijo al final el guardia de ronda desconfiado, quizás era alguien para distraer y  robar o peor querer hacer algo con los muchachos… una pervertida de esas
  • Disculpe, no me presente, soy agente de la policía – se apuro a decir Sara sacando sus credenciales de la guantera
  • ¡OH por Dios! está trabajando encubierta – dijo emocionado el joven abriendo mucho los ojos imaginando algún caso de narco o algo mas pomposo como un asesino serial
  • OH no, no – negó Sara rápidamente – vine a buscar a mi hijo Angus – murmuro sin saber porque lo nombro, después de todo no era necesario entrar en detalle
  • ¿Angus es su hijo?, ¿el chico irlandés? – pregunto confundido el hombre, vamos que ella era afroamericana y el  chico era más rubio que el sol
  • Escocés – corrigió Sara estudiándolas facciones hombre, no le gusto que frunciera el ceño y pensó que quizás era un racista de esos, pero antes de que diga nada el muchacho la saco de sus dudas
  • Pues será mejor que lo controle señora – la aconsejo muy serio, el conocía de sobra a la tropita de Paola – el grupito con el que anda no es aconsejable, los he visto un par de veces matonear al chico y obligarlo a fumar – joder, su hijo siendo víctima de acoso, que clase de madre era ella que no se había dado cuenta?, se cuestiono alarmada, ha pero era culpa de Parker, el tenía que cuidar a Angus – ahora que fuman no lo sé, pero esa tropa es una sarta de buscapleitos, cuidado y este pasando a su oficina pero no en calidad de hijo sino de preso – agrego y luego pensó que era mejor morderse la lengua –¡perdón!, ¡perdón! no debí decir eso – cerro los ojos avergonzado de su torpeza – esta  boca mía que siempre me mete en líos – murmuró tapándose la boca – mire le explico – se apuro a decir pensando en los chicos, eran chicos del barrio que el conocía desde niños, por eso dejaba que se queden para echarles el ojo y tratar de aconsejarlos – son muchachos entre los 13 y 16 años, hay una sola chica que increíblemente maneja a todos, son camorreros, mas malentretenidos que delincuentes en sí, pero que en algún momento sus actos los llevaran por mal camino, y yo creo que a su hijo le gusta la muchacha por hace lo que hace.. usted sabe está enamorado – murmuro y Sara apretó los dientes disimuladamente, enamorado le iba a dar a Angus cuando regrese
  • No, no… está bien, sonó sincero y eso se lo agradezco de verdad, tendré mas cuidado con sus salidas – lo calmo ella aunque por dentro estaba hirviendo – solo dígame una cosa más y no le quito su tiempo ¿hoy vino Angus?
  • Si, temprano, sobre el medio día, estuvo con esa chica rara a la que llaman Pau o Pao, no la conozco yo – agrego como disculpándose – se fue con ella como siempre y hasta ahora no los vi de regreso, suelen volver de donde será – sugirió despertando en Sara la sospecha – y luego suele irse cada cual por su camino, pero hoy no han regresado
  • Muchas gracias  de verdad, se lo agradezco – respondió ella despidiéndose, entregándole su tarjeta – si alguna vez necesita ayuda de la policía solo llámame, soy jefa de la unidad de patrullas. Así que cualquier cosa la hora que sea – indico ella encendiendo la movilidad
  • Pues, gracias señora, y no se preocupe, echare un ojito más seguido a Angus, es un buen chico, hasta pronto – se despidió haciéndose a un lado para que ella pueda salir a la carretera


Y Sara salió disparada e hirviendo de allá, y si Angus estaba en serios problemas, Parker estaba hasta el cuello porque iba a montarle una de película por poner a uno de sus pollitos en peligro.


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