El recuerdo
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 17 de Julio del 2017
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Capítulo 5
Reflejo o realidad
Autora: Chany
Si hablamos
de recuerdos, evidentemente Ricardo y yo no recordábamos lo mismo, peor ahora,
después de tantos años mis recuerdos de aquella mañana están muy confusos, tal
vez por la carga emocional del momento o porque no estaba pensando
precisamente. La cuestión es que recuerdo más el relato de Ricardo que mi
propio recuerdo, así que no puedo negar o afirmar que las cosas pasaron como él
dijo. Lo único que puedo contar con veracidad es qué palabras dijo y como
él contó la historia. Eso sí recuerdo
con claridad.
Hubo
una guerra de miradas muy dura y durante unos segundos pensé que papá cumpliría
eso de partirle la cara porque había mucha irá en su mirada, pero según sus
propias palabras “por mas cabrón que sea, no podía golpear a mi padre” por eso
en vez de desatar un guerra se acerco a mí y esperó a que Ricardo de su versión
de los hechos.
- ¿Vamos a jugar? – dijo que me preguntó cuando yo llegué a su casa, según él yo estaba muy cómodo con su presencia y eso si era verdad. Para mí sólo era el tipo que me había regalado una consola y que tenía una casa de lujo y mucha plata (dinero) al parecer
Según
él me puse cómodo e incluso bebí y comí conversando con él. Hasta aquí
estábamos de acuerdo pero según él yo empecé a hurgar en sus cosas; quizás sea
cierto, es verdad que en determinado momento él se fue a atender una llamada y
yo me quedé sólo en su sala con el juego pausado para esperarlo y mi curiosidad
me impulso a ver unas cosas alrededor, no había mucho. Libros en estantes y
algunos adornos antiguos que demostraban que en algún momento hubo una mujer
ahí porque eran muy femeninos, unos portarretratos con bebes, uno era yo y pude
distinguir a papá y Mila pero habían
tres bebés más que nunca supe quienes eran pero las fotos parecían de alguna
fiesta, probablemente algún pariente.
Había
sólo una foto de un matrimonio y dos de unos ancianos, todo eso en la misma
repisa que los libros. El resto parecía haber salido de una tienda de
electrónica, nuevo y sin adornos aunque
todo muy muy muy limpio y no es que yo haya sido un cochino pero esa sala
parecía sacada de una revista. Lo único que no estaba a la vista era el
contenido de los cajones de un mueble y si soy sincero no recuerdo cuantos abrí
ni lo que había adentro a excepción de unas carpetas que nunca supe que tenían,
pero yo había creído que eran álbumes de fotos porque cuando intente sacarlo
salieron fotos, una camioneta en mal estado, como si la hubieran chocado y
otras de una fiesta con ropa de antes.
- AUUU – grité a sentir el tirón en mi oreja y por instinto mís manos volaron a agarrar la de Ricardo para que no tire con fuerza
- ¿No te enseñaron a no tocar las cosas de los demás? – preguntó mientras me sacudía la cabeza de un lado al otro
- Auu no… Sueltemee – grité de dolor
- ¿No te enseñaron? – volvió a preguntar, parecía necesitar sacudir la mano para hablar el maldito viejo
- Ayy si me enseñaron! …Suélteme por favor!! – le pedí creyendo que me iba a sacar la oreja de la cabeza, no sólo me estaba tirando sino que me clavaba las uñas. Mi padre no hacía eso cuando me agarraba las orejas y no me tiraba tan fuerte porque según él me podía dañar el oído. Por eso si se enojaba mucho me tiraba del cabello pero tenía que estar muuuy enojado para hacer algo así y no lo haría sólo por tocar unos papeles, de eso estoy seguro
No
sé qué es lo que no debía ver, yo sigo pensando que lo que en realidad lo tenía
enojado era la llamada que atendió porque lo escuche gritar al teléfono y luego
se quiso desquitar conmigo. Según él, solo me reclamó que “esculqué sus
pertenencias” era muy rebuscado a la hora de hablar. Al final no importa porqué
fue, pero él empezó a gritarme apenas me soltó la oreja, aunque a mi padre le
dijo que sólo me regaño. Lo malo es que no me acordaba y aun no me acuerdo que
me había dicho así que no podía discutir su versión.
Después de aguantar sus gritos fue cuando me
cansé y le grité que deje de hablarme de esa forma porque no era mi padre y
según él yo intente darle con el joystick en la cara; eso puedo afirmar que no
es verdad, solo quería tirarlo porque estaba enojado.
- ¡Yo soy tu padre!... el que no es tu padre es el maricón de Ernesto – me gritó cuando le dije que él no era mi padre y casualmente cuando contó su versión se olvidado de decir la palabra que uso para referirse a papá, pero me hizo acordar las palabras exactas que había dicho aquella mañana
- Mentiraa – respondí en ese momento pensando en que era una manera muy tonta de hacerme enojar decir semejante idiotez
- No es mentira, el que te mintió todo este tiempo es Ernesto –dijo esa vez agarrándome el brazo con demasiada fuerza haciéndome doler – el té alejo de mi con mentiras y fue por su culpa que no pude estar cerca de ustedes – en ese momento ya no parecía mentira, pero fui un necio, mi corazón me gritaba que no podía confiar en ese hombre que acababa de conocer, él no era mi padre y aunque me estuviera diciendo la verdad, Ernesto era quien llevaba conmigo toda una vida
- ¡Suélteme! Por favor – le pedí, quería irme pero además me estaba lastimando el brazo – me tengo que ir a mi casa – casi rogué porque estaba asustado y tenerlo tan cerca no ayudaba en nada. Me había metido en la casa de un loco.
Recuerdo
que empecé a pensar que podía pasarme cualquier cosa y haber visto la película
“caníbales” el día anterior en casa de mi amigo no ayudó en nada, a los trece
uno puede llegar a pensar cosas muy locas.
- Esta es tu casa – dijo sin soltarme mostrando con la mano libre todo a nuestro alrededor – todo lo que hay aquí es tuyo y si te quedas puedo contarte como fueron las cosas en realidad – me ofreció pero ya no creía que él me diría la verdad… su verdad – tengo fotos de tu madre – me dijo y empecé a dudar. Siempre había soñado con ver su rostro. Necesita saber quién era y porque no estaba a mi lado – tengo una en la que ella te escribió un mensaje – término y yo deje de resistir para mirarlo atento
Entonces
me soltó seguro se dio cuenta que yo no iría a ningún lado después de escuchar
su oferta. Camino hasta el mismo cajón que yo había revisado y sacó un foto y
me la dio.
La
miré con ansias, recuerdo pensar que al verla sabría toda la verdad, que
aquella fotografía completaría mi historia y sacaría mis dudas pero solo agregó
más incertidumbre. Era una foto vieja aunque no tanto, en ella había una
familia y no había dudas, el chico de la foto junto a Ricardo era mi padre,
papá tenía diecisiete años en la foto según mis cálculos pero se veía mucho más
chico que las fotos que teníamos en casa de solo un año y medio después cuando
con dieciocho me hizo bautizar. Estaba también Mila, era una niña muy delgada
aunque se veía saludable, la adultez le había hecho bien porque aunque se
notaba que era la misma persona, de niña era muy fea. Pero nada de eso vi en un
principio, lo primero que mis ojos buscaron fue a la mujer en el centro de la
fotografía. Era una mujer hermosa y no dude ni por un segundo que era mi madre,
mi parecido con ella explicaba porque me parecía más a Mila que al que creía
que era mi padre. Tenía una panza enorme que se notaba a través del vestido
floreado que llevaba, pensé que se veía como una persona muy alegre con aquella
ropa y su sonrisa era natural y contagiosa, casi parecía iluminar el cuadro.
Entonces
Ricardo tomó la fotografía haciendo que la girara y pude ver en el dorso unas
palabras con una letra desastrosa “Johnny te esperamos con ansias, en tan sólo
unos días te voy a tener en mis brazos para llenarte de besos. Ya quiero verte.
Te amo. Mamá” no decía mucho pero a la vez confirmaba todo y ponía mi vida de
cabeza. No pude evitar llorar y aunque en ese momento confirme que mi padre me
había mentido toda la vida paradójicamente lo que más necesitaba era estar al
lado suyo.
- Te lo dije – murmuró después de unos minutos en los que yo leía una y otra vez aquellas palabras
- ¿Qué pasó en ella? – me animé a preguntar, no sabía si podía confiar en él pero parecía ser el único dispuesto a darme respuestas
- Falleció cuando naciste – dijo molesto y casi intento disculparme pensando en que mi vida había costado la suya, me sentí muy mal de repente pero él me interrumpió – ella no servía para tener hijos
No
podía creer aquellas palabras, estaba insultando a mi madre y de alguna manera
a mí. La gente no se mete con tu mamá cuando saben que no tienes una, lo único
que sabía de mi madre era que estaba muerta y ese había sido un tabú toda mi
vida, era algo por lo que me trataban diferente muchas veces, como cuando en la
escuela los niños se insultaban usando las madres de los demás a mí nunca me
decían nada, por eso me sentó muy mal escuchar que dijera eso de ella.
- Supo tener tres – le discutí en defensa de mi madre, mis hermanos y de mi
- Un maricón, una traidora y a ti que no tuvo la fuerza ni para parirte – fue innecesario que dijera aquello, había insultado con la misma palabra a mi padre y había insultado a mi tía o hermana o lo que sea pero además yo sabía que mi madre había muerto pero no sabía cómo y enterarme así era difícil, me sentía un asesino y me sentía sólo, no pude evitar repasar las la tras detrás de la fotografía “te voy a tener en mis brazos para llenarte de besos” y pensar en que tal vez no había podido hacerlo me desgarró la garganta y el pecho
¿Como
pretendía que no tire el mando después de aquello?, yo no quería darle en la
cabeza pero tampoco a su mega televisor. Cuando me di cuenta de que lo había
roto y él se quitó el cinturón yo salí corriendo.
Todo
lo que siguió en mis recuerdos sólo fue una carrera desesperante, pero según él
yo iba rompiendo cosas en su casa a propósito, nunca le dijo a mi padre como
fue la conversación porque se limito a los hechos según su conveniencia e
incluso le mostró fotos a mi papá de cómo había quedado la casa y aunque si era
un desastre no es como si yo hubiera tenido muchas opciones, un tipo de uno
ochenta y cinco me perseguía con un cinturón y cara de loco y yo apenas estaba
alcanzando el metro cincuenta y tres y tenía mucho miedo.
Lo
único que puedo admitir de su relato es que los golpes de las piernas me los
hice al tropezar y el terrible moretón que tenía en las costillas fue porque
corrí mirando hacia atrás y me di con la baranda de la escalera. Pero igual
pienso que fue culpa suya.
- Vamos a hablar – como creía que yo me iba a frenar a conversar, es más yo ni sabía que me estaba gritando. Estaba preocupado en salvar mi vida
Según
su versión de los hechos me “castigo” porque rompí las cosas y casi caigo por
las escaleras. Según yo el tipo estaba loco y se desquitó conmigo. Sea como sea
en su versión prácticamente había ido a destruir sus cosas a propósito después
de que él tan amablemente me abrió las puertas de su casa para hablar conmigo.
Pero no contaba con que a mi padre le importaba un carajo lo que yo había hecho
y que tan malo era, al menos delante de él, porque le importaba más que Ricardo
no esté cerca de mí.
- Si tenias un problema con él tenías que decírmelo no golpearlo – cortó mi padre y yo me alegré por su respuesta – no tenias que hacer nada cerca de mi hijo! – le reclamó
- ¡Claro que puedo estar cerca! – Ricardo frunció el ceño y todo rastro del víctima de vandalismo se fue. Tenía la misma cara de cuando me perseguía – ¡es mi hijo! y sabes perfectamente que ya se venció el plazo. Quise hacer las cosas por las buenas pero cuando intente hablar contigo te negaste – lo acusó – el tiempo ya pasó y cómo ya comprobé que no lo estás criando bien y además viven en una pocilga – dijo con desprecio y amenazó a mi padre descaradamente – te voy a quitar la custodia
Por
eso digo que aquel fue el peor día de mi vida, jamás había sentido tanto miedo,
acababa de darme cuenta que por mas grande que pretendía ser a los trece años,
no era más que un niño que sentía desamparado ante la idea de estar lejos de
papá. No es como si ahora fuera diferente, de hecho ahora soy más consiente de
cuanto lo necesito, pero a los trece cada vez que me negaba un permiso o nos peleábamos
por cualquier cosa solía creer que no lo necesitaba e incluso admito haber creído
que estaría mejor sin él. Después de ese día jamás volví a pensar lo mismo.
- NOOOOO – grité, no había abierto la boca y al parecer se habían olvidado de mi – usted no me va a separar de mi papá – ambos voltearon a verme y fue cuando me di cuenta que Milena se había encerrado en el baño, yo estaba solo en ese momento y aunque quise sonar firme la verdad estuve muy lejos de lograrlo
- Tú no sabes lo que Ernesto hizo, ni lo que es pero cuando lo sepas vas a venir conmigo – me respondió Ricardo
No
entendía nada y como no sabía cómo habían pasado las cosas tampoco podía estar
seguro. Tal vez de verdad mi padre/hermano era el malo, tal vez me había robado
pero no podía creer de un momento a ese tipo después de ver una muestra de su
cariño cuando mi papá al que yo conocía, se rompía el lomo por mi… él no podía ser un
hombre malo, como quería que Ricardo creyera…no podía ser así. Lo único que me
quedaba era preguntar, necesitaba saber toda la historia, ¡mi historia!...
- Papá – dije mirando a Ernesto, era él a quien consideraba mi padre – quiero saber la verdad – y decir aquello me costó un mundo. Aún quedaba la posibilidad de que la verdad no sea lo que yo quería escuchar. Entonces Ricardo quiso hablar y yo lo interrumpí – ¡dije papá! – corte y él sorprendentemente se calló
Papá
sonrió triunfal unos segundos, creo que ni él mismo se dio cuenta de su propio
gesto antes de enseriarse para hablar conmigo.
Chany no puedes dejarnos así estás jugando con nuestra salud jaajjj en serio ojalá se sepa toda la verdad creo que Ricardo deja mucho que decir cuando habla así de su difunta esposa y de sus dos hijos mayores que iba a cambiar con el pequeño ....pero quiero saber ya así que ya le mandes a Marambra el próximo
ResponderEliminarUn besote
Muy lindo el capitulo me a encantado aun que es muy corto y me gustaria que fuera mas largo, ya quiero saber que es lo que va a pasar. Que ese padre de bueno no tiene nada y el hermano/ padre es... hasta el momento un encanto, no se la verdad aun de estos problemas, pero solo uno la lleva de ganar.
ResponderEliminarMary
Ricardo es un hombre horrible como pudo decir eso de su esposa y de sus hijos... ya quiero saber la verdad!!!
ResponderEliminarErina
Estoy re curiosa, ese tipejo es de lo mas bajo, de lo mas ruin, y lo peor, torcer las cosas a su favor y querer hacer creer que el chico se gano todo eso, es para patearlo.
ResponderEliminarEn fin... pero el niño supo poner en su lugar al famoso, al llamar a su hermano, mi padre, eso me gusto taaanto.
UN abrazo Chany, estoy feliz con tu relato
Marambra
Ese Ricardo se ganó ni desprecio es un ser humano deplorable mira que hablar así de alguien que le parió tres hijos. Pobre niño
ResponderEliminarEste capi deja muchas intrigas y así no se vale
ResponderEliminarLo bueno que ya esta el siguiente jajaja
Pero me intriga mucho la historia!!
Claro como todo lo que tu escribes!!
mas te vale que este no sea el ultimo capitulo que escribiste porq en verdad me dejaste intrigada
ResponderEliminar