Amor sin medidas
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 7 de Noviembre del 2017.
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Capítulo 1
El reencuentro
Autora: Egly
Monterrey México, 2010
Cada
vez que la puerta de la cafetería del hotel Gran Palace se abría, el apuesto y
exitoso arquitecto Armando Moncada volteaba hacia ella con la esperanza de que
hiciera su entrada triunfal aquella endemoniada mujer que llevaba un retraso de
casi media hora, con lo que ¡odiaba! a la gente impuntual, su educación y sus
principio hacían que considere aquello una falta de respeto al tiempo y
disposición de los demás.
Pero
no le quedaba otra más que esperar a que apareciera la susodicha, más por la
intriga que por obligación. La curiosidad lo consumía, no tenía ni idea de que
podía decirle a su ex novia Melissa después de desaparecer casi doce años atrás,
sin siquiera dedicarle el tiempo para un adiós.
Tenía
una semana devanándose los sesos tratando de adivinar cuál sería el tema de
discusión de aquella reunión tan inesperada; cuando conoció a Melissa doce años
atrás se encontraba a punto de culminar
su carrera como arquitecto, era la niña más hermosa que había visto, tenía una
larga y abundante cabellera castaña, que se movía al son del capricho del
viento, unos grandes ojos color esmeralda y traía un vestido color azul que
resaltaba su piel blanca, la había visto en las escaleras que conducían a la
entrada de la biblioteca del Tecnológico de Monterrey, la universidad privada
más distinguida y más cara de todo México.
Desde
el momento que la vio se enamoró e hizo todo lo que tenía a su alcance para
conquistarla. ¡Dios como la amaba!, la idolatraba, durante poco menos de un año
fue su novia, la presumía a donde fuera, se sentía el tipo más afortunado del
campus, era la mejor época de su vida, hasta que un día sin más ni menos no
volvió a verla, sin razón aparente y sin explicaciones, simplemente
desapareció. Un día normal como cualquier otro fue a buscarla a casa de sus
padres porque la había invitado al cine, pero su sorpresa fue grande cuando al
tocar la puerta la madre literalmente lo corrió con una simple frase corta, que
dejaba más dudas que respuestas… aun podía recordar aquellas palabras como si
fuera ayer.
- Buenas tardes doña Sara, se encuentra Melissa
- No, ya no vive aquí, por favor retírate y no vuelvas a molestar – y sin más le cerró la puerta en las narices y por más que trato de comunicarse con ella, jamás lo logro
Con
el tiempo se resignó a no volver a verla y continúo con su vida, no iba a
dedicarle más tiempo ni energía a buscar a esa ingrata mujer; y hasta hace una
semana no volvió a pensar en ella, esa mañana de lunes se encontraba en su
oficina de trabajo realizando los bocetos para un hotel en Cabo San Lucas, un
trabajo importante que le daría renombre no solo a nivel nacional sino
internacional a su firma. Cuando el intercomunicador sonó, se dirigió a él sin
saber que esa llamada cambiaría su vida por completo en un giro de ciento
ochenta grados:
- Dime Amanda que ocurre – le pregunto a su secretaria, una mujer mayor pero eficiente
- Licenciado tiene una llamada de índole personal, es la señora Melissa Luna parece ser urgente – Armando se quedó en shock por un momento, no podía reponerse de la sorpresa, tuvo que sentarse, tenía la impresión de que caería sobre su trasero, un mal espectáculo, estuvo meditando tratando de solucionar el dilema de recibir la llamada o no, hasta que escucho a su secretaria que lo llamaba – Licenciado, ¿comunico la llamada?….
- Si Amanda, por favor comunícame
- Muy bien licenciado
¿Qué
narices querría esa mujer?, ¿para qué lo llamaba? ¿Cuándo fue la última vez que
la vio?; si ahora lo recordaba, fue un
mes antes de cumplir su primer aniversario como novios, si hasta había comprado
el anillo de compromiso.
- Hola – un susurro tímido se escuchó del otro lado del teléfono – muchas gracias Armando por recibir mi llamada
- Hola Melissa, dime que se te ofrece – su voz sonaba con indiferencia pero por dentro se moría de nervios
- Yo – dudo un poco y luego se armo de valor – necesito hablar contigo – hablo ella como cansada – pero personalmente, es un tema delicado que no podemos tratarlo por teléfono
- No tenemos nada de qué hablar – respondió Armando casi sin pensar…
Después
de casi diez minutos de insistencia y de un “por favor, por lo que vivimos
juntos y todo lo que quedó pendiente” Armando se quedó sin argumentos válidos
para poder rechazar aquella cita por lo que no le quedó otra opción que
aceptar.
Así
que ahora aquí estaba ahí una semana después, en su segundo café, decidiendo
cuantos minutos más le daría para que apareciera, llegando a la conclusión que
había sido suficiente, se estaba poniendo de pie para largarse del lugar y
volver a su oficina a trabajar, cuando la vio atrás de un mesero que la guiaba
hasta su mesa.
Cuando
estuvieron frente a frente dos pensamientos surgieron entre Armando y Melissa
Armando
se preguntó si él también se vería igual de acabado que ella, no pudo dejar de
reparar en los cambios nada sutiles que en esos casi doce años de no verse
habían surgido, era delgada pero se ocultaba la forma de su cuerpo en esos
metros de ropa marrón fea y pasada de moda, tan grande que parecía que nadaba
en ella, su cabello antes largo y sedoso, era corto y sin forma alguna parecía que un niño de cinco años lo había
cortado, su piel radiante, ahora era seca y agrietada y sus ojos… sus ojos…
esas hermosas esmeraldas antes relucientes ahora las encontró sin brillo
alguno, prácticamente sin vida, en el centro de dos círculos oscuros que
delataban el cansancio y la falta de sueño, ¡no!, definitivamente la vida no
había sido fácil para aquella mujer.
Melissa
al ver a su antiguo amor, sintió envidia y le pregunto al creador porque ella
no había podido tener la energía que irradiaba aquel hombre, el tiempo también
había hecho cambios en él, pero a diferencia de ella, la madurez había
aumentado su atractivo físico, llevaba una camisa blanca donde se reflejaban la
musculatura ejercitada, había aumentado de peso, pero en los lugares adecuados
en la cantidad adecuada, sus ojos miel a pesar del rencor que había en ellos
tenían un brillo especial que reflejaba lozanía, tenía una boca que se antojaba
e invitaba al pecado, con esa barba tipo candado se acentuaba su
atractivo, no, la vida no había sido
justa, a él le dio todo y a ella le quito todo.
- Muchas gracias – le dijo Melissa al camarero
- Le puedo servir algo
- Un café por favor – Melissa evitaba lo más que podía hacer contacto visual con Armando, tenía toda la semana planeando el encuentro, pensando cómo se presentaría ante él y que le diría, pero ahora, no encontraba como iniciar la conversación, se sentía como una tonta en medio de tanta gente que la observaba, sin querer postergar más la angustia tuvo que saludar al tipo que la escaneaba con mirada crítica – hola Armando, gracias por acceder a verme – le dijo con voz seca de los nervios – es… es muy importante que hablemos – agrego tomando asiento
- Dime, para que soy bueno, “doce años después” – la ironía brotaba por cada uno de los poros, estaba molesto, no entendía a que venía todo este circo y estaba harto de aquello – aunque pensándolo bien, realmente no hay nada que decir, disculpa pero esto es absurdo – Armando comenzó a levantarse con la intención de alejarse y dejarla con la palabra en la boca, quería terminar con el asunto, ya que no le veía el caso de la reunión, a fin de cuentas todo lo hubo entre ellos quedo en el pasado
- Por favor escucha, solo te pido eso – Melissa se puso de pie al igual que él, le tomo la mano en un intento desesperado de retenerlo, en otro momento y en otras circunstancias jamás lo hubiera contactado, menos le rogaría para que acceda, pero ahora no tenía opción, se agotaba el tiempo, solo esperaba que aquel hombre al que tanto había amado se apiadara de ella – sé que no lo merezco después de todo lo que paso, pero necesito que me escuches, solo será un momento, por favor – le rogo y al ver que la gente del local comenzaba a voltear hacia donde se encontraban y queriendo evitar una escena, Armando tomo asiento de nuevo y espero a que su compañera hiciera lo mismo. El camarero se acercó con la taza de café para Melissa, la coloco en la mesa
- Algo más en que le pueda servir, pregunto el camarero
- No gracias, estamos bien – respondió Armando con bastante aspereza al pobre tipo
Una
vez alejado lo suficiente de ellos, evitando ser escuchado Armando volvió a
tomar la palabra:
- Melissa ¿Por qué desapareciste?, es lo único que quiero saber, ¿Por qué? – los recuerdos volvieron, Melissa sintió nuevamente el dolor inmenso, la tristeza y la desilusión que vivió en su juventud, como explicar todo lo vivido, tenía que hacerlo, pero costaba y mucho
- Cuando era tu novia vivía en mi pequeña burbuja – empezo ella a hablar suavemente, en otra oportunidad Armando se hubiera adormecido en su voz – era tan feliz – agrego con un brillo fugaz en la mirada – tenía todo lo que una mujer sueña a esa edad, era como un cuento, mis padres me amaban, estudiaba en la universidad más prestigiada del país, tenía un novio guapo, a pesar de ser de clase media y estar becada, sabía que al graduarme iba a triunfar, porque ese era mi destino – dijo con nostalgia y rabia al mismo tiempo – faltaba poco más de un mes para nuestro aniversario, y quería que fuera especial, además presentía que me pedirías que nos comprometiéramos – y fue cuando hizo contacto visual directo con él – por eso quería lucirme, estar hermosa para ti, con eso en mente fui a un centro comercial para buscar un vestido lindo y un regalo para ti – hizo una pausa trasladándose a aquel momento y la imagen en su mente era tan real que casi podía tocarlo – llegue en el coche de papá – volvió a hablar sin emoción en la voz, aun dolía pero nunca se lo haría saber – si hubiera llegado en taxi nada hubiera pasado, no pude encontrar estacionamiento cerca de la puerta así que me fui a una de las orillas, cuando me baje del coche te vi, estabas con otra mujer, en tu auto y se estaban besando, yo no podía, no quería creerlo, era irreal, no encajaba en mi mundo perfecto, pero sabía que eras tú por eso me acerque y lo confirme, estabas con Clara, precisamente con ella, ¡con mi hermana!, fue un golpe muy duro que mato toda ilusión que albergaba – concluyo sin que la voz le cambiara, sin gritar, sin llorar, realmente sin un ápice de emoción
Armando
poco a poco comenzaba a recordar ese día, en esa época era joven, inmaduro,
pero estaba enamorado y si pensaba pedirle que se casara con él, ya había
escogido un pequeño anillo de compromiso, era sencillo pero encajaba con la
personalidad de Melissa, un buen día la hermana menor de su novia se le ofreció
de tal manera que no pudo rechazar la invitación, él lo tomo como una despedida
a todas las mujeres que no fueran Melissa y acepto la oferta, ¡vaya error!, se
acostó con ella la noche anterior al día que Melissa describía, fue una noche
de mucha pasión muy diferente a los momentos dulces que pasaba con su novia, a
la mañana siguiente en un gesto de caballerosidad y como una manera de dar las
gracias la invito a almorzar, ese beso fue el último que le dio.
- Ninguno de los dos me había visto – prosiguió Melissa, ajena a los pensamientos de su acompañante – así que hui de allí, volví al auto y me escondí hasta que se fueron, me fui a casa de mis padres, de manera muy resumida les explique lo sucedido, hice una maleta y me fui de la casa, quería alejarme de todos, me sentía desesperada. Al poco tiempo me instale en los Estados Unidos, en Houston, a Clara jamás la volví a ver, ni a ti tampoco – Armando no encontraba palabras, simplemente le quitaron los argumentos para sentirse ofendido o enojado, de victima paso a ser el victimario de la historia, y para eso no tenía defensa, solo le quedaba escuchar y así lo hizo – Me inscribí de nuevo en la universidad, pero mi ánimo no mejoraba, comía poco y dormía menos, estaba deprimida, no había día en que no llorara, por supuesto hubo consecuencias, baje terriblemente de peso – dijo con una mueca de disgusto, ahora mismo estaba peor claro y no por opción – Mis padres fueron a verme, y decidieron llevarme al médico para que me ayudara, ¡gran sorpresa!... – dijo con lágrimas en los ojos, ya no pudo fingir que nada le pasaba, simplemente no podía seguir con eso – tenía cerca de tres meses de embarazo
Melissa
detuvo su relato para que el hombre que tenía enfrente asimilara la noticia,
analizaba sus gestos, se dio cuenta en el momento exacto cuando él descifro la
idea, justo cuando su cerebro le notifico que era padre. No la iba a perdonar,
no tenía perdón para lo que hizo. Dios ayúdame por favor a continuar, rogaba
internamente.
Armando
estaba mudo, pero a medida que asimilaba la información su rabia hervía, ahora
se daba cuenta de las intenciones de esta mujer, quería endosarle a un bebe de
más de diez años, seguramente con la intención de que se lo mantuviera, bien
quería dinero de él jamás, nunca se lo daría.
- ¿Cómo te atreves?, ¡¡desapareces así sin más y después de doce años vienes a decirme que tengo un hijo!! – se dio cuenta que estaba gritando pero no le importo – ¡ESTÁS LOCA!
Se
levantó con tanta fuerza y con tanta prisa que la silla cayó al suelo, tiro un
par de billetes sobre la mesa y salió rápidamente del local, dejando a una
mujer llorando siendo el objetivo de las miradas de más de veinte personas que
se encontraban en ese momento.
Al
llegar a la calle no encontró a donde ir, estaba tan sorprendido, tan impactado
que todo pensamiento coherente de que hacer se le escapó de las manos, tenía
que estar mintiendo, ¡no podía ser verdad!, todo lo que dijo era un invento de
una mujer que necesitaba dinero, sí, ¡eso era!, se aferró a esa idea con uñas y
dientes. En eso la sintió salir del restaurant a su espalda, sabía que era
ella. Una mano se posó sobre su hombro, de reojo vio a Melissa con la cara
cubierta de lágrimas la siguiente frase que pronuncio lo noqueo por completo:
- Armando voy a morir…
Hooooooo!!! Esto esta zuculentoo espero que actualices seguido porque esta historia es prometedora. Un gran inicio que ya me dejo con ganas de mas.
ResponderEliminarBienvenida al Blog EGLY, agradecida por tu confianza con este proyecto tuyo, como Chany opino que es muy prometedor, e intrigante.Y no tepreocupes Chany que las actualizaciones son seguidas
ResponderEliminarMarambra
Me mató el final, me duele y hasta imaginé toda la escena, Escribes muy profesionalmente. Me ENCANTÓ
ResponderEliminarGrace
Amé este primer capítulo! Espero más y más. Me da pena Armando que se haya perdido toda la infancia de su hijo pero creo que has jugado muy bien con el asunto de porque desaparece la chica. Como que no dejas lugar a reclamos jaja. Bienvenida!!!
ResponderEliminarQue bien historia nueva!!!
ResponderEliminarMe moleste mucho con Armando, se siente victima cuando él fue el infiel y con la hermana! Y lo peor es que piense que lo unico que Melissa busca ahora es dinero grrr...
Te quedo muy bueno este primer capítulo, ya quiero leer el proximo.
Erina
Oh nuevo niño, nueva escritora que lindo, una nueva historia por la cual sufrir.
ResponderEliminarPero desde ya el Armando no da buena espina, ya empezo con eso de que lo buscan por dinero. Solo espero que no quiera que su hijo ya no mas teja un lazo con el de buenas a primera, aunque me parece que el obstaculo sera él, ya esta pensando que no es su niño.
Espero leer hoy el segundo capitulo, Buenvenida al club Egly
Olivia
Bienvenida al blog Egly!!!
ResponderEliminarWaooo ya quiero saber como se desarrolla tu historia!!
Y me alegró ese comentario de Marambra de que será continua jajaja
Wow wow wow!!!! Está historia promete y de veras!!!!??
ResponderEliminarQue drástico T.T capitulo
ResponderEliminarMary