Hermanastros: Cap. 16; Autor Pablo

Hermanastros

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 7 de Noviembre del 2017.

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 Capitulo 16

Acorralado

Autor: Pablo

Issac:

Papá había vuelto casi al medio día, no había dormido en la casa, lo supe porque a las ocho de la mañana mi gato me despertó porque no tenía comida en el plato, así que me levanté y cuando volvía pase por el cuarto de mis papás y vi que mamá estaba durmiendo sola; regrese a mi dormitorio en silencio para no despertarla y me volví a dormir hasta las diez de la mañana que fue cuando papá nos fue a despertar; los mellizos y yo nos despertamos enseguida, pero como siempre Marco no se despertó, él tenía el sueño pesado y solo se levantó cuando papá terminó gritando.

La actitud de mi hermano me estaba cansando, por su culpa papá se enojaba a cada rato y cuando nos fuimos a desayunar vi que mamá tampoco estaba de buen humor, y me puse a pensar que era esa etapa por la cual pasan los matrimonios, había escuchado eso de que los casamientos lo arruinaban todo pero no creí que fuera tan rápido. No quería que se pelearan, apenas habían vuelto ayer de la luna de miel.

• Papi – lo llame cuando estábamos desayunando, él no estaba comiendo nada sino que movía su café haciendo círculos con la taza como hipnotizado, estaba en otro mundo – paa – le volví a decir, estaba sentado a mi lado pero no me escuchaba – ¡papá! – le dije otra vez y recién me miró, parecía cansado, como si no hubiera dormido
• ¿Sí? – me preguntó y no supe si decirle lo que estaba pensando o no – ¿qué pasa hijo? – me insistió porque no respondí
• Estaba pensando que… – no sabía como decirlo, pero era lo único que se me ocurría para pasar un buen momento y que todos estén de mejor ánimo – quería pedirte si podríamos – dije armado de valor y con las ideas ordenadas pero mi mamá me interrumpió bruscamente
• Ni se te acurra pedir permiso para el Triar Isaac – dijo y se levantó a sacar miel de la alacena – ya te dijimos que no y es NOO – ni había pensado es eso, yo solo quería hacer algo en familia y ella me atacaba de la nada

Me dio tanta rabia que iba a gritarle que no se meta, iba a gritarle lo primero que me salga pero entonces vi que tenía los ojos rojos como si hubiera llorado y me di cuenta que algo malo estaba pasando. Me mordí la lengua, literalmente me mordí hasta que me dolió con tal de no soltarle lo que estaba por decir y preferí explicarle lo que quería más tranquilo.

• No era eso – le dije y ella dejó de fruncir el ceño y levanto las cejas sorprendida – iba a decir si podíamos salir a almorzar al shopping y a comer helado así íbamos al cine después. A la película de las tres – ella me sonrió aunque tenía los ojos tristes pero al menos se animó – nos va a hacer bien despejarnos – dije para ver que decían, por si soltaban prenda… pero nada
• A mí me vendría bien salir un rato – dijo papá después de suspirar y mi mamá se acerco a abrazarlo por la espalda y se dieron un beso antes de que ella se siente de nuevo

Que se besen me desconcertó un poco, creía que estaban peleados y por eso estaban raros pero al parecer había algo mas ¿o es que mi idea les había dado ganas de reconciliarse?.

• Terminen de desayunar y se preparan así vamos temprano todos – dijo mamá más animada por el apoyo de mi papá, al fin el ambiente se relajaba pero entonces el idiota de Marco abrió la boca
• Prefiero quedarme en la casa – ni siquiera levantó la cabeza de su taza para hablar, siempre tenía que arruinarlo todo con su actitud
• No te hagas el importante – le dije enojado, esta vez no me iba a callar me tenia harto con sus tonterías – no tienes nada mejor que hacer así que vamos! – no sé si pretendía que le estemos rogando o qué
• ¡No estoy hablando contigo! – me respondió – y lo que yo tenga o no tenga que hacer es asunto mío – lo peor es que me lo dijo sin mirarme como si fuera un mosco pesado que no merecía la pena ni para discutir, yo solo quería que nuestros padres estén bien pero a él no le importaba nadie que no fuera el mismo… o eso es lo que creía
• ¡Eres un idiota! – le grité y le iba a decir algo mas pero mi papá interrumpió
• ¡Basta! – dijo con el ceño fruncido mirándome, lo que me enojo porque era como si me culpara de aquello
• ¡OH!  ¡claro!... cuando yo le digo algo entonces me reclamas pero él puede hacer lo que quiera – si me estaba pasando, pero ya estaba cansado de ser el puerquito de todos
• ¡Les estoy diciendo a los dos Isaac! – dijo mas enojado, pero solo me miraba a mí y eso me daba rabia
• ¡No es verdad! – si me iba a defender, esta vez no me iba a quedar callado – a él nunca le dices ¡¡nada!! – prácticamente grite y me levante de la silla, ya no quería estar ahí, yo me preocupaba por ellos y así me pagaban, me dieron ganas de llorar pero no le iba a dar el gusto a ninguno
• ¡Hey! quieto ahí – me dijo mamá como siempre nunca de mi lado – bajas los humos y terminas de desayunar o si no... – ya me iba a amenazar como siempre la traidora, la odiaba cuando hacia eso; yo no había hecho nada y se la agarraban conmigo y a Marco ni por si acaso
• TODO POR TU CULPA ¡PENDEJO DE MIERDA! – le grité y cuando le quise pegar mi papá me agarró del brazo y me sentó en mi silla
• Te estás ganando una paliza de la nada Isaac – me dijo mirándome a los ojos – no quiero renegar y mucho menos terminar castigándote así que porque mejor no nos calmamos – me sorprendió que me diga eso, realmente creí que me iba a pegar, era idiota si no aprovechaba esa oportunidad así que trate de tranquilizarme
• Yo quería que salgamos todos – le explique y mi papá sonrió y me besó la frente, eso me termino de tranquilizarme del todo, no por el beso sino porque me sorprendió que este tan raro, estaba como triste, ¿cómo era posible que Marco no lo viera?
• Ya lo sé hijo y si vamos a ir todos en familia ¿si? – dijo papá y miró a Marco directamente con aquella clara señal de advertencia de que no iba a aguantar tonterías esta vez pero Marco la empeoro como siempre
• Si es en familia entonces esos dos no van – y señaló con la cabeza a los mellizos, nunca vi antes a mi hermano actuar así, ahora que lo pienso parecía un volcán que cualquier momento iba a hacer una reacción en cadena
• ¡Ya basta! – reclamo papá enojado y yo mire fijamente a Marco, iba a hacerle señas para que la cortara y así después podía explicarle porque quería salir, pero no le importó que yo le haga señas... me miró como si yo le hubiera hecho algo malo y le respondió al papá
• Está bien, no discuto mas – uff un milagro de última hora, pero creo que fui demasiado optimista – pero no voy a ningún lado con tus “hermanos” – entrecomilló con los dedos y fue cuando Gian reacciono levantándose de la mesa para pelear con Marco
• Ni se te ocurra – le dijo papá girándose para verlo, elevando un dedo y se paró para ponerse al medio – parece que lo de ayer no quedó claro ¿no? – agrego recordándoles que les había pegado y a los dos se les puso roja la cara de vergüenza y Gian se volvió a sentar – no quiero escuchar a ninguno – advirtió enfadado – van a terminar de desayunar y se van a preparar para salir, es un orden no una pregunta – agregó cuando Marco abrió la boca para discutir y por los siguientes diez minutos no voló ni una mosca.

Creí que al fin se había terminado todo pero cuando terminamos Marco se fue al cuarto con nosotros y en vez de cambiarse se acostó en la cama.

• Se va a enojar el papá si no te cambias rápido – le dije en cuanto se fueron los mellizos que agarraron su ropa y se fueron a cambiar al cuarto de mi papá
• No me importa – me contestó y se tapo la cara con la almohada
• No seas idiota Marco – le insistí pero se destapó la cara y me hizo gestos estúpidos para imitarme – ¿por qué tienes que arruinar las cosas cuando podemos salir bien? – le reclame enojado y le quite la almohada para que no se tape de nuevo
• ¿Arruinar las cosas yo?– me preguntó y se sentó en la cama y me quitó la almohada de nuevo – tu las arruinaste cuando se te ocurrió que saliéramos todos como si fuéramos una familia feliz – me dijo muy serio – ¡tú me querías arruinar el día como si te hubiera hecho algo! – me acuso, gritó y me empujo tan fuerte que casi me caigo y si no lo hice fue porque Marco detuvo mi caída, imagino que de caerme me hubiera hecho algo grave porque él puso una cara de susto real
• No quise arruinarte nada, ¡estúpido! – le respondí y lo empuje de vuelta pero sin agarrarlo, así que se cayó sentado en su cama – No todo tiene que girar alrededor tuyo ¿sabes? – lo acuse
• ¡NO!... ¡claro que no! – me dijo rabioso y se acostó en la cama dándome la espalda, odiaba que se ponga en modo diva – ¡Aquí! nada gira alrededor mío – terminó hecho el víctima, Marco vivía en una nube de pedos, ¡no tenía idea de lo que era la realidad!
• ¡Si lo hace! – le discutí harto, le iba a decir un par de cosas que tenia guardadas – Hay que tener cuidado para que no te enojes porque haces un escándalo de todo – empecé y lo giré para que me vea a la cara – desde que éramos amigos siempre había que hacer lo que tú querías – de pronto todo aquello que tenía atorado en la garganta fluyo como lava; hasta ese momento no me di cuenta de la rabia que le albergaba por cosas que inicialmente parecían tonterías y que ahora cobraban peso y sentido –  y ¡todo! porque Marquito estaba acostumbrado a que no le lleven la contraria – así me decía mi mamá cuando éramos chicos y yo tenía que ceder, todo para que él no haga sus berrinches, solo que ahora con la frialdad de la paz me doy cuenta que Marco no tenia responsabilidad por aquello, esas decisiones eran de los adultos, pero aun así no pude parar y continúe con mis reclamos – cuando había una cosa que queríamos los dos siempre hacían que te la diera y que yo elija otra cosa porque tú eras el mayor – eso siempre me había molestado pero como Marco era bueno conmigo trataba de no reclamar – y con lo de la epilepsia todo empeoro: “No hay que hacer enojar a Marco” “Cuidado con que no se golpee la cabeza” – y en mi rabia no pudo evitar imitar a papá cuando íbamos de aquí para allá de medico en médico para saber que le pasaba – como si te fueras a morir porque te dé un ataque – lo admito fue una crueldad y una idiotez total porque yo nunca lo vi en una crisis, así que no tenía ni idea de cómo era en realidad, pero seguí atacándolo porque tenía aganas de hacer aquello – después te pusiste de novio con esa idiota – lo sé, lo sé… eso no venia al caso, pero estaba en mi lista de rencores y no pude evitar recordarle aquello – y había que aguantarte de malas todo el día cuando te llenaba la cabeza en mi contra –eso era algo que todavía me tenia mal, esa chica era peor que Sofía y él decía a todos que me agradecía pero nunca me agradeció ni se disculpó por todo lo que me hizo – y cuando te boto por fin, había que cuidarte porque “el pobre de Marco estaba deprimido” –  decir todo aquello me estaba quebrando la voz pero a Marco no le había afectado ni un poco y eso es lo que más me dolió, le importaba un carajo lo que le decía y solo me miraba con bronca – cada vez que aparece tu mamá no me hablas y si yo no hago lo que quieres me gritas como si yo tuviera la culpa de todo lo que te pasa – eso no era tan así como lo dije, es más, me arrepentía de haber medido a su mamá en aquello – todo es para ti, para que ni una mosca te vuele cerca pero ¡ya me cansé!
• Nadie te obliga a estar aquí – me dijo con rabia, se movió para que lo suelte y se paró para encararme
• SI me obligan ¡IDIOTA! – le respondí, era mi familia la que tenía que aguantarlo – solo que yo no ando llorando por eso – lo confieso, lo dije porque quería lastimarlo aprovechando el momento de debilidad que tuvo porque se le habían humedecido los ojos cuando discutíamos, entonces se paso la mano por los ojos para limpiarse y me miro desde arriba haciéndose el superior, una pose… una pose, estúpido de mí, no me di cuenta
• Ese es el problema con los agregados, le das la mano y te agarran el codo – me volvió a empujar pero esta vez fue tan fuerte que llegue a mi cama por el impulso, supongo que era su manera de defenderse – por eso te llevas tan bien con ese par – me acuso
• ¿Qué pasa aquí? – dijo papá entrando de golpe, no sé qué hubiera pasado si no entraba, lo más probable es que nos hubiéramos reventado entre nosotros
• Nada papá – le dije disimulando aunque por cómo me miro se dio cuenta que no era cierto – ya me termine de cambiar, solo me faltan las zapatillas – le dije y me puse a hacerlo
• Y tú qué esperas – le dijo a Marco porque seguía en pijama
• Ya te dije que no voy a ningún lado – le respondió, ojala mi papá se enojara y le diera una paliza de verdad por idiota pensé es momento
• Y yo te dije que NO estaba en discusión – cortó mi papá y se puso a sacar ropa para que se ponga
• No voy a discutir, no voy a ir a ningún lado contigo y tus queridos hermanos – siguió, no entendía que le estaba pasando a Marco, normalmente no era tan mierda, lo juro
• Ya basta de esto Marco, te lo pido por favor – dijo papá poniendo sus dedos como rezando, estaba desesperado y se le notaba, eso me sorprendió, ¿qué estaba pasando? – vamos a hablar cuando volvamos – le dijo controlándose como nunca antes, se lo notaba enojado pero también tenso – y me vas a decir exactamente que se traen entre ustedes, quiero saber porque se llevan tan mal – dijo y le puso la ropa en las manos a Marco pero él la tiró en el piso
• Ya te dije que NO los soporto pero ¡no te importa! – lo acuso tan convincente que no sé si era cierto o perfecciono su arte de mentir, porque para mí estaba mintiendo –  Los traes y los metes en mi cuarto – Marco siempre decía lo mismo, “no me caen bien” o algo por el estilo, pero la verdad parecía que ni el sabia porque, al menos a mí nunca me había dicho
• No “soportar” – dijo papá entrecomillando la frase restándole la importancia que le daba Marco – no es un motivo Marco así que DEJA EL TEATRO y vamos de una vez – dijo papá y levanto la ropa y se la volvió a poner en las manos pero Marco no la agarro y mi papá lo miro mal pero levantó la ropa otra vez –  me quiero relajar – se quejo – quiero estar un día sin discusiones, peleas y gritos – y le entregó las cosas agarrándole las manos para obligarlo a que tome la ropa y a Marco no le quedó otra que hacer caso
• Yo también me quiero relajar – dijo Marco cuando yo estaba por salir, ya me había puesto el calzado y no quería seguir escuchándolos, creí que por fin iba a dejar sus pendejadas – así que mejor se van y yo puedo estar solo – terminó y tiro la ropa más lejos esta vez

Ahora si esperaba que mi papá le pegue, se lo merecía por idiota y además porque yo estaba enojado por lo que me había dicho y quería desquitarme y no podía.

• SOLO UN CARAJO – explotó mi papá y yo quise apurarme a salir del cuarto pero Marco me había ganado y papá lo freno en la puerta donde se pararon a pelear – Si yo digo que VAS CON NOSOTROS entonces VAS CON NOSOTROS... ES UNA ORDEN! – le dijo agarrándolo del brazo para que no se vaya – ahora vas a levantar esa ropa y te las vas a poner ¡MIERDA!

Entonces empezaron a forcejear. Mi papá tratando de que Marco se agache a recoger la ropa y Marco tratando de que lo suelten, las cosas estaban empezando a salirse de control.

• ¡LEVANTA LA ROPA MARCO! – gritó enojado mi papá
• NO VOY A LEVANTAR ¡UNA MIERDA!... ¡NO VOY A IR! – gritó mas fuerte Marco y yo me asusté, parecía que se estaban por pelear como dos desconocidos y entonces sucedio
• LEVANTA LA ROPA PLAFFF – papá le había pegado en la cara a Marco, no en la boca como cuando decíamos malas palabras sino que le dio una cachetada con toda la mano dejándole los dedos dibujados
• ¿Que son esos gritos? – pregunto mi madre alarmada por los gritos y claro por la cachetada – ¡se escucha hasta afuera! – mi mamá se asomo por la puerta que había quedado abierta y se quedo mirando a mi padre

Me arrepentí de haber querido que le peguen a Marco, yo quería que mi papá le pegue como siempre, no que le dé en la cara.

• Ya estoy harto de ti… No te importa una mierda lo que me pase – Marco rompió el silencio sin gritar, cuando dejo de sobarse la cara, mi papá seguía respirando fuerte
• ¡No me vengas con esas mierdas! – era claro que mi padre estaba perdiendo el control – estás haciendo UN BERRINCHE cuando ya estas demasiado grande para estas tonterías – pensé que mi papá se iba a disculpar con Marcos porque él siempre decía que no había que pegar en la cara
• NO ES UN BERRINCHE – se defendió Marco al borde las lágrimas – Lo que pasa es que estas encaprichado con que vaya con ustedes y yo no voy a ir – le respondió Marco apretando los dientes y yo aproveché para salir del cuarto
• VAS A IR aunque te tenga que llevar ARRASTRADO – definitivo mi padre exploto – SOY TU PADRE – grito como si necesitara aclarar aquello y luego se calló como... como si estuviera haciendo un esfuerzo por controlarse – y SI me importa tu opinión pero NO VOY A CEDER A TUS CAPRICHOS – agrego cuando yo salía

Hasta Marco sabia que cuando el papá se ponía cavernícola no era bueno discutir. Ya era un record que no se haya quitado todavía el cinturón, pero tenía el presentimiento que en cualquier momento las cosas se iban a ir a la mierda.

• Me tienes harto – dijo Marco y salió detrás de mí caminando enojado haciendo sonar el parquet
• Pues lástima porque no te queda otra opción – le gritó papa desde nuestro cuarto, y yo me apure a llegar a la habitación de mis papas para que no se peleen cerca mío y adentro estaban Gian y Renzo que estaban espiando lo que pasaba con cara de espanto
• ¡SI ME QUEDA! – gritó Marco cuando los dos se frenaron frente a frente en el pasillo – Si me obligas a ir con ustedes apenas vengamos hago mis maletas y ME VOY CON MI MADRE – amenazó y yo me asusté; aunque me diga agregado él era mi hermano, lo sé, lo sé… yo quería que mi papá le pegue por llamarme así, pero no quería que Marco se fuera y mi familia se rompa, ¿por qué tenía que ser ¡tan egoísta!?
• Ni creas que te lo voy a permitir – papá hablo entre dientes y empezó a tironear a Marco hacia el living – y aquí se termina esta PLAF PLAF estupidez PLAF PLAF PLAF si no te quieres cambiar PLAF PLAF PLAF vas a ir así PLAF  EN PIJAMA PLAF PLAFF PLAFF ¡CHICOS NOS VAMOS!

Mi papá estaba fuera de sí, nunca lo había visto tan enojado por eso cuando nos llamó, los mellizos y yo salimos de inmediato. Marco trataba que papá lo suelte pero no podía, parecía que de verdad lo iba a sacar así a la calle.

• SUÉLTAME…  SUÉLTAME… SUÉLTAME – Marco forcejeaba – NO VOY A IR – chillo y logro soltarse y salió corriendo a nuestro cuarto, estaba avergonzado lo sé porque miro a los mellizos con pánico, creo que mi padre acababa de darle un nuevo motivo para odiar a “sus tíos! – ME VOY CON MI MADRE – grito
• NO VAS A PONER UN PIE FUERA DE ESTA CASA ¿ME ESCUCHAS? YO TENGO TU CUSTODIA Y – grito mi padre prácticamente vomitando las palabras al ver que Marco no le dio ni la hora – MARCO TE ESTOY HABLANDO… ¡MIERDA! ¡¡¡MARCOOO!!!

Definitivo las cosas se pusieron negras, fueras de control ambos se estaban gritando y nosotros no sabíamos que hacer si entrar o permanecer afuera, pero nuestra duda se disipo cuando mi madre apareció por la puerta principal, ella se había ido al patio trasero a cerrar las rejas mientras estábamos cambiándonos por lo que no se entero de mucho hasta que oyó a mi padre y hermano gritarse.

• ¡Ya basta! ¿Qué te pasa? – le dijo mi madre enfadada interponiéndose en su camino
• ¿Qué me pasa? – la imito irritado – ¿Que no ves como se porta? 
• Si veo – respondió mi mamá para nada chiquita – pero TAMBIÉN te veo a ti… ¡Estas descontrolado!
• El me descontrola – se defendió
• ¡NO!...  tú estás mal por otro asunto y no estás manejando bien las cosas – le regaño – entiendo que no te sientas bien pero vas a tener que separar las cosas
• Esto no tiene nada que ver con lo otro – dijo mi padre tratando de no gritar – Mira, no voy a permitir ¡que haga lo que quiere! – y trato de esquivar a mamá para ir a mi cuarto pero ella no lo dejó

Yo solo quería arreglar las cosas y se había arruinado todo por culpa de Marco, lo odiaba, definitivamente era un mal hermano y un mal hijo y por su culpa mis papás se estaban peleando como nunca y lo que menos quería era que se peleen. Me estaban asustando de verdad... Maldito Marco, ¡lo tenía todo! y se quejaba y ahora por su culpa todos estaban enojados; yo era el agregado de su familia y cuando se separen iba a perder a otro papá para volver a ser solo mi mamá y yo seguro.

• No voy a permitir que por no bajarte de tu pedestal trates así a MI hijo – encima ella lo defendía, en ese momento tuve ganas de contarle lo que me había dicho SU precioso hijo, pero estaba muy cagado de espanto como para meterme en su pelea – No sé si estas ciego o solo idiota… ¡pero Marco no está bien! y lo vas a terminar espantando si no te sacas las anteojeras y ves un poco más allá de tu nariz – mi mamá también estaba nerviosa, se le notaba porque su voz se ponía mas chillona y movía la cabeza como gallina
• Ya hablé con él y no me da una explicación coherente de porque está así – eso era verdad, el idiota de Marco se hacia el misterioso y había que estar detrás suyo rogándole
• En vez de preocuparte por la coherencia deberías hacer un cambio y fijarte como se está sintiendo – le soltó mi mamá y parecía haber ganado la pelea
• ¡Lo intente!... – dijo papá más calmado pero mamá ya se había montado al caballo
• Pues no lo suficiente – lo acuso, quizás tenía razón
• Si lo hice
• ¿Sabes qué? Se terminó – dijo mamá con esa voz de mando que pocas veces usa – de aquí en adelante ¡me encargo yo! – le dijo y se giró para ir a mi cuarto
• Será cuando yo termine de arreglar las cosas con él porque ¡no voy a permitir que me amenace con irse de casa! – y papá se fue detrás de ella hasta el pasillo, pero mi mamá lo freno y le puso el dedo en el pecho
• No Sergio, no vas a terminar una mierda porque tengas la custodia ¿y sabes porque? – le pregunto con una ceja levantada – porque él tiene dieciséis años y para un juez, con eso es suficientes para decidir con quién vivir y con quien no, y no voy a perder un hijo porque tu estés mas encaprichado en salirte con la tuya comportándote peor que un adolescente… esto no es un juego de poder – yo quede alucinando cuando mi mamá dijo mierda porque ella nunca decía malas palabras y sin darme cuanta me fui metiendo en el pasillo para ver. No podía creer que se griten así – si no te puedes comportar como adulto y tener dos dedos de frente al menos no vas a empeorar las cosas, así que ¡mejor te vas al cine con los chicos a ver si salir te oxigena el cerebro!
• Te estás pasando, no me puedes hablar así, soy tu esposo no una criatura – le dijo mi papá mas enojado y Gian me saco del pasillo haciéndome señas de que no me acerque a mis padres y que vaya con ellos
• ¡Pues no parece! – escuche a mamá decir pero ya no podía ver qué pasaba – y si sigues aquí o se te ocurre ponerle un dedo encima a Marco eso de ser mi esposo te va a durar MUY POCO   – entonces si me asuste
• No se puede hablar contigo – dijo mi padre rindiéndose finalmente – mejor me voy porque si no puedo ser yo el que quiera que esto dure poco

Entonces papá salió sacándonos a los mellizos y a mí por delante. Ya no quería ir a ningún lado pero no me animaba a decir nada.

Amalia:

Ni siquiera recordaba lo que había dicho o que me había dicho Sergio, solo sé que salió por la puerta y a mí me llevo un buen rato salir de la sorpresa por la pelea que habíamos tenido. Después de no sé cuánto tiempo me fui a la cocina a tomar agua y cuando agarré el vaso me di cuenta que las manos me temblaban de los nervios, esperaba que Sergio estuviera mejor porque el tenia que conducir y estaba con los chicos.

Después de respirar un poco me di cuenta de que podía mandarle un mensaje a Isaac así que le pregunte como estaba.

• Bien mami t staba x escribir binimos a comer y el pa dic k tes atenta q mando delivery a la ksa k en media hs llega – me quede más tranquila aunque tuve que leer despacio para entender al igual que cada vez que Isaac me mandaba un mensaje. Entre las abreviaciones y las faltas ortográficas eran como jeroglíficos para mi – Dic k vams a ver una pli y dspues a la ksa

Aquello me dejó más tranquila, le pedí que se porte bien y pensé en que haría a continuación. Había dicho que me iba a ocupar de Marco así que tenía que hablar con él antes de que todos regresen, necesitaban calmarlo.

Cuando entré el cuarto estaba en penumbras , habían cerrado las persianas de madera y eso permitía distinguir solo formas a pesar del sol que había afuera, así que prendí la luz sin saber con qué ánimos me esperaba Marco. Pensé que podía estar enojado o triste o que se durmió, pero cuándo prendí la luz ni siquiera presté atención a su rostro porque lo que más me impacto fue la cantidad de sangre que había en las sabanas.

Lo que sentí en ese momento fue indescriptible, creo que lo que más cerca esta de definirlo es pánico, ¡sentí pánico!. Ver a mi hijo lleno de sangre y no saber qué había pasado, con que se había lastimado y de donde salía la sangre fue lo peor que me había pasado en la vida.

• ¡¿Que paso?! – grite y me obligue a tranquilizarme – ¿qué paso Marco?… ¡¿qué hiciste?!
• Yo…  – fue lo único que murmuro como apagándose lo que me asusto muchísimo
• ¿Dónde? – le pregunté sin poder articular mas palabras y él entendió a que me refería
• La mano – dijo solamente y me extendió la mano

Por un momento pensé en contra de mi voluntad en que Marco se había cortado las muñecas en un intento de algo que no me animaba a formular. No podía siquiera pensar en esa palabra, ¡me aterraba!, me aterraba sobre manera, ¿Cómo pudimos dejar que las cosas se salgan así de control?, me pregunte pensando en Sergio, pero no tenía  tiempo para pensar en eso, tenía que pensar en Marco, en que hacer, así que lo arrastré al baño y mire las cortadas que tenia. Solo una era profunda justo entre los nudillos del dedo índice y mayor, también tenía pequeños cortes en la palma. No podía imaginarme con que pudo lastimarse de esa manera pero tampoco me sentía capaz de preguntarle nada en ese momento porque tenía miedo de escuchar algo que no podría manejar.

Le lavé las heridas y sequé con gasas del botiquín hasta que el más profundo dejó de sangrar mientras Marco se dejaba curar sin oponerse, ni quejarse y de no ser por los lagrimones que le rodaban por la cara habría jurado que estaba tratando con un muñeco. No sabía si ir al hospital o llamar Sergio, no sabía qué hacer, solo le envolví la mano y lo abracé sabiendo que no iba a ser capaz de soltarlo, al menos no en las siguientes horas.

• ¿Qué paso? – le dije y él se puso a llorar como un niño

Esto estaba peor de lo que imaginaba…