martes, 6 de febrero de 2018

Carrusel: Cap. 4; Autora Nicole

Carrusel
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 6 de Febrero del 2018.
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Capítulo 4
Autora: Nicole

Había pasado media hora que Cirilo se encontraba llorando en silencio dentro de su cuarto, no podía creer las palabras que su padre le había dicho al terminar, ni siquiera un consuelo o abrazo, nada, salió por la puerta del cuarto del niño con una cara de decepción.
Cirilo se quedo pensando por un rato “lo siento padre, siento mucho haberte mentido, pero no podía permitir que castigaran a Marcelina, yo estoy seguro que ella no tuvo nada que ver con eso, por eso me eche la culpa sin importarme las consecuencia” luego de esto se arrodillo en el piso al lado de su cama y empezó a orar:

  • Dios por favor perdóname por lo que hice, sé que no es bueno, mentir, pero lo hice para proteger a una gran amiga, solo espero poder regresar pronto a la escuela, ayúdame no quiero que mis padres se sientan decepcionados de mi por favor y se persigno y se acostó a dormir un rato.

En la sala se encontraba su padre viendo la televisión cuando de pronto se acercó su mujer.

  • ¿Ya debes de estar contento verdad? ¿Es eso lo que querías? hacer sufrir al niño
  • Paula yo no hago sufrir a nadie, solo le di el escarmiento que él merecía, Cirilo tiene que aprender a comportarse –  contesto
  • Sí, pero no era necesario usar la violencia, sabes perfectamente que yo no tolero ese tipo de tratos
  • ¿Así? Pues entonces dile a tu hijito que se enfoque en estudiar que es lo que tiene que hacer y no nos provoque más dolores de cabeza. ¿Y sabes qué? ¡No pienso perder más mí tiempo discutiendo contigo, me voy al taller que tengo mucho trabajo! – anunció molesto pegado a la puerta de salida preparado para irse
  • Anda huye y déjame con la palabra en la boca, claro como tu siempre tienes razón, pero ¿sabes que? Esta noche no duermo contigo, prefiero dormir en el sofá
  • Perfecto que así sea –  contesto José y se fue a trabajar

Mientras tanto….

  • Oye Paulo ¿si viste lo que paso en la clase? ¡Cirilo se echo toda la culpa, pobre ahora no va a poder regresar a la escuela hasta que pasen dos semanas! – dijo sintiendo pesar por su compañero
  • Claro que lo vi, ni que estuviera ciego ¿Qué clase de preguntas son esas Kokimoto? y si se echó la culpa, problema de él, nadie lo manda a meterse donde no lo han llamado. Y pobre nada a chocolate – así le dice a Cirilo – le pasan esas cosas por querer hacerse el bueno siempre
  • Bueno es verdad, pero gracias a él no te culparon, le debes una; aunque no lo quieras reconocer
  • ¿QUEEE? ¿Acaso estás loco japonés? yo no mande a Cirilo a abrir su gran boca y además yo cuide muy bien todos los detalles, nadie se iba a dar cuenta nunca que fui yo quien lleno de grafitis la oficina de la bruja y otra cosita, te recuerdo que la broma la hicimos ambos – y como siempre quiso cuidarse las espaldas comprometiendo al resto
  • No Paulo, la idea fue tuya, tú te querías vengar de Marcelina eso fue lo que dijiste en el baño – le recordó el japonés conociendo muy bien a su compañero de travesuras
  • Si, pero tu estuviste de acuerdo, me ayudaste y ante la ley tu también llevas culpa – tenía que convencerlo como sea – pero relájate ya todo paso; él pago los platos rotos por nosotros y ya no tenemos de que preocuparnos.
  • UFFF – suspiro Kokimoto – sí, eso es cierto, bueno Paulo me voy a mi casa tengo practica de artes marciales con mi padre, tengo que entrenar muy duro para que luego me enseñe a usar la Katana
  • ¡Katana! ¿Que diablos es eso? – pregunto con el ceño fruncido, el japonés salía con cada cosa
  • Es un sable japonés de filo único curvado tradicionalmente utilizado por los samuráis y hoy en día también se puede aplicar técnicas en artes marciales como el aikido, ninjitsu etc  – explico un poco Kokimoto enredando a su amigo con tanto nombre raro
  • ¡Madre mía japonés sabes demasiado sobre eso, se oye interesante! de pronto el próximo martes vaya a tu casa para que me enseñes algunas técnicas de Kung fu, y taiciquan
  • ¿Paulo de que estás hablando?  Kung fu no es japonés, es un arte marcial chino y el nombre correcto es Wushu y no es taiciquan la pronunciación correcta es taichí… Paulo tienes que leer más antes de hablar sobre un tema – agrego molesto de que lo confunda con un chino, que locura
  • Ya no empieces con lo mismo  chopsuey,  me intereso por lo que te gusta y solo estas ahí dándotelas de sabelotodo, ya hasta te pareces a Daniel – le reclamo Paulo, Kokimoto rodo los ojos y luego dio soplido
  • Está bien lo que digas… ya me tengo que ir, sino llegare tarde y luego mi padre me va a mandar a hacer un montón de flexiones y sentadillas…. Chao – se despidió y salió disparado a su casa
  • Chao hasta pronto – se fue también a su casa

Mientras tanto en la cafetería de las escuela dos pequeños estaban tomando helados y riéndose a carcajadas.

  • David qué bueno que me invitaste porque en casa mi mamá no me deja usar el teléfono, siempre se molesta y me manda a mi cuarto de castigo – le conto de mala gana
  • Pero Valeria es que tú también, te la pasas horas y horas colgada hablando con medio mundo, por eso es que tu madre se enoja. Deberías aprovechar más el tiempo en leer un libro por ejemplo – es que el tampoco entendía como podía hablar y hablar y hablar como sin o hubiera mañana
  • No empieces David, si solo hablo contigo, y bueno… también con Laurita, Carmen y a veces con la ridícula de María Joaquina – y frunció la nariz como si M. J. fuera un bicho asqueroso
  • Ves lo que digo
  • Ay no me regañes tú también, ya suficiente tengo con Helena, con mi mamá, la directora, pensé que éramos amigos
  • Y lo somos… yo solo te estaba dando un consejo, no te enojes – se disculpo besando su mano
  • Bueno está bien, ¿no quieres ir a mi casa un ratito? – pregunto la niña
  • Me gustaría, pero tengo que ir a la sinagoga con mis papás, no puedo hoy lo siento, pero en otra ocasión si – se disculpo, es que su padre tenía que ir a hablar con el rabino
  • No te preocupes, entiendo; entonces nos vemos mañana, que estés bien
  • Gracias Valeria
  • No gracias a ti por invitarme el helado, chao
  • No es nada amiga… te cuidas y saludos a tu mamá – y David se fue en dirección a la parada de buses

En otro lado de la ciudad de Sao Paulo Carmen conversaba con su madre.

  • Tu padre acaba de perder el empleo, no nos alcanza somos cuatro los que vivimos en esta casa, espero que entiendas lo que te voy a decir – Carmen se quedo escuchando atentamente a su madre – esta semana no llevaras merienda a la escuela. Solo comerás el desayuno aquí en casa, hija sé que será difícil acostumbrarte los primeros días, pero luego no lo notaras, tengo que usar el poco dinero que tengo para comprar la leche de tu hermanito y otras cosas, ¿tienes algo que decir al respecto? – le pregunto con pena, era horrible tener que sacrificar su recreo por el bien de otros, pero los otros eran mas chicos y sin leche no sobrevivirían
  • No madre, entiendo, por mi no se preocupe… yo no necesito comer meriendas puedo aguantar perfectamente hasta llegar a casa, no moriré de hambre por eso – contesto, pero en el fondo se sentía muy mal
  • Me alegro que lo hayas tomado de esa forma – respondió su madre aliviada abrazando a su niña antes de que vaya a cambiarse la ropa – Hija…
  • ¿Señora?
  • Me ayudas a lavar toda esta ropa que esta acá, la de tu hermanito, yo voy a salir a comprar algo para comer más tarde – le pidió mirando la hora, no le alcanzaría el tiempo
  • Si descuida mamá  yo me encargo
  • Gracias hija eres un sol
  • A la orden madre

Mientras en el hogar de Carmen sucedía eso, en casa de los Medsen estaba María Joaquina con sus amigas como siempre alardeando de todo y nada sin preocupación alguna  más que del vestido que tenia que estrenar.

  • ¡Hola Bibi!¡Hola Laura!... ¡qué bueno que vinieron a mi casa!, les voy a enseñar algo, vean – entonces María Joaquina abrió el armario y les enseño varios vestidos bastante bonitos
  • My goodness María Joaquina! – Dios Mio María Joaquina –  Where did you bought those dresses so beautiful? – Dónde compraste esos vestidos tan hermosos?  Dijo Bibien un perfecto inglés
  • Mi padre me los trajo de Italia son muy costosos
  • Italia ay Italia es tan romántico, como me gustaría casarme con un lindo italiano de ojos verdes  – suspiro Laura
  •  Italian boys are so hand some! – ¡Los chicos italianos son muy guapos! exclamó emocionada Bibi
  • ¿Quieren probarse algunos de mis vestidos chicas? – interrumpió María Joquina como siempre presumiendo su ropa
  • ¡Si claro! – dijeron ambas

En lo que se colocaban los vestidos entro la sirvienta de la casa y trajo unos sándwiches con refrescos.

  • Niñas les traje algo de comer – dijo mientras colocaba todo en una mesita que había en la habitación de la niña Medsen
  • Gracias señora – contestaron las chicas al momento que cada una cogía algo
  • Ay que delicia de sándwiches de jamón, de queso, de pavo mmmm se me hace agua la boca, pero no sé por cual decidirme – dijo Laura quien ya se había terminado el primero e iba a escoger otro, sus amigas continuaban probándose los vestidos, ella sin pensárselo dos veces,  cogió cinco sándwiches y se los comió en un dos por tres ante la mirada atónita de las otras niñas
  • ¡Por Dios Laura, eres una salvaje comiendo! – exclamó la más refinada de todas
  • Déjala María Joaquina que no ves que tenía hambre – la defendió Bibi
  • En mi vida vi un comportamiento tan inaceptable como ese en una dama – continuó regañando María J.
  • Es que es quee…mm estoooy mmm… en periodo de crecimen….to… hablaba la niña con la boca todavía llena
  • Laura traga primero y luego hablas ¿estamos?  ¡Qué falta de educación! – contesto M. J. haciendo feas caras de asco
  • Enough Maria! – ¡Basta María Joaquina! – leave her alone –  ¡Ya déjala en paz! La defendió Bibi
  • Está bien pues, pero tampoco me grites, ¡Que fastidio! Mejor  vamos  a seguir  con nuestra pasarela de moda
  • De acuerdo – dijeron todas y continuaron

Por otro lado… Paulo acababa de llegar a casa, encontró la puerta ajustada y subió a su habitación sin hacer ruido, ya en la habitación cerró la puerta de la misma y empezó a pensar en voz alta.

  • ¡Mierda! maldito chocolate, siempre se tiene que entrometer en todo, estaba a un milésimo de joderle la vida a la idiota de Marcelina, ¡Qué suerte tiene!, pero ni creas que te vas a escapar metida, ya encontraré luego otra cosa para vengarme de ti –  en lo que hablaba procedió a quitarse el uniforme que cargaba aventando la camisa, el pantalón, corbata, zapatos y medias de un lado para otro y se coloco ropa casual que el usaba bastante una camiseta negra con una calavera, unos pantalones, tenis y una bandana que solía usar para cubrir su cabeza  luego de cambiarse bajo a la mesa del comedor a tomarse un jugo con una galleta y seguidamente se sentó en la sala a ver televisión hasta que se quedo dormido

La madre de Paulo que estaba en su cuarto organizando algunas cosas, salió en dirección hasta la habitación de su hijo y lo encontró todo tirado; el uniforme de la escuela en una esquina, el pantalón en la otra,  la camisa blanca que usaba y la corbata guindando en la lámpara de la mesita de noche y como si no fuera suficiente los zapatos sucios encima de la cama con las medias. Todo era un verdadero desastre de pronto se le ocurrió coger el uniforme de su hijo y entregárselo a la sirvienta para que lo lavara, en lo que lo cogió sintió un olorcito a pintura y se quedó pensando.

  • Es tan extraño, será que Paulo ya empezó las clases de artes plásticas, siempre son en la segunda semana y apenas van dos días – murmuro suavemente, pero no se quedaría con la duda le preguntaría o era eso o algo tramaba su hijo  – ¡Paulo!... ¡Paulo ven aquí en este instante! – grito la madre, pero el niño no la escucho ya que estaba dormido con el televisor encendido. Marcelina se paró de golpe de su cama al escuchar a su madre y fue a seguirla sin que esta se diera cuenta. Lilian se apresuró, y fue hasta la sala y encontró a Paulo vestido con ropa de salir y durmiendo con una pierna encaramada en el brazo del sofá y la otra abajo, ella se acerca, apaga el televisor – Paulo párate de allí que tengo que hablar contigo – el muchachito se voltio y siguió durmiendo Paulo te estoy hablando – Lilian lo zarandeo tan fuerte hasta que este reaccionó
  • ¿Qué sucede madre?, ¿Por qué interrumpe mi hora de descanso? – dijo frotándose los ojos mientras se acomodaba en el sofá
  • Tengo que hablar contigo
  • Si dime ¿En qué te puedo ayudar?
  • ¿Por qué manchaste el uniforme con spray?
  • ¿Qué yo qué? ¿De que estás hablando? No entiendo –  cuestionó haciéndose el sorprendido
  • De esto, mira los pequeños residuos de pintura que tiene en el cuello ¡exijo una explicación! – exclamó sosteniendo la camisa y mostrándosela nuevamente para que no le quedaran dudas
  • Ah mamá es que se me olvidó decirte que la profesora nueva decidió que iniciáramos la clase de artes plásticas desde la primera semana. Ya sabes profesora nueva, cambian las cosas – mientras Paulo hablaba Marcelina estaba escondida en una esquina oyéndolo todo y pensando “nunca pensé que mi hermano sería capaz de hacerme algo así, querer que me castiguen, pero ¿por qué? Si yo lo quiero tanto” y una lágrima corrió por sus mejillas
  • No sabía hijo, bueno discúlpame por despertarte; voy a colocar esta camisa en la lavandería para que la chica que limpia la ponga en remojo y se le quite el olor; una cosa más: ¿Qué haces tan arreglado y dormido?, ve a cambiarte y ponte ropa de casa y de paso organizas tu cuarto que es un completo desastre
  • Pero mamá…
  • Nada de peros, vas pero ya. Yo voy a salir tengo asuntos que atender.  Marcelina está dormida  así que,  te comportas y no hagas ruido – entonces la mamá de Paulo dejo la camisa en una cubeta que había en la cocina y luego volvió a la sala y al  ver al  mayor de sus hijos aun sin moverse, le ordenó con mucha autoridad – Que espera, vaya a su cuarto a ordenar, que sea para hoy no para mañana
  • Está bien – y Paulo se fue a hacer lo que su madre le dijo

En lo que la mamá de Paulo salió y este se fue a su habitación… Marcelina se fue caminando hasta la cocina y vio el cubo donde estaba la camisa, la cogió y la metió en una bolsa y se fue a su habitación cuidadosamente.

  • Lo siento hermano, te quiero mucho pero no puedo dejar que se cometa una injusticia con Cirilo, él es un buen amigo y compañero. Mañana mismo habló con la profesora Helena y le cuento todo…



3 comentarios:

  1. Adore a astucia de Marcelina, no se fue con su madre a contarle sus sospechas, sino que le mostrara ala maestra y me gusta mucho que Pablo tenga que pedir disculpas al respecto y claro pagar por sus maldades, y que el padre de Cirilo bueno rectifique sus actos.
    Y claro que le cauga una buena a ese malmandado de Pablo.
    Marambra

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  2. Oye Nicole, que mejorada está la serie ahora, estuve leyendo todo desde el principio y me gusta esta nueva edición, mi personaje favorito es Kokimoto si que me hace reír con sus comentarios y salidas graciosas, muero por saber lo que le espera a Pablo. Un abrazo.

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  3. grrrr con lo que me caen mal los traidores y si son mujeres más!!!
    Y está ya va de chillona con la maestra luego luego se ve que no hay lealtad con los suyos!!
    Yo nunca traicioné ni traicionaría a un hermano mío o un primo que fue con los que me crie!!
    Ya me cae más mal esa consentida de Marcelina ya estoy esperando que le toque cobrar a ella porque lo voy a disfrutar por traidora!!

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