Carrusel
一一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Febrero del 2018.
Etiqueta: F/f
一一一一一一一一一一一一一一一
Capítulo 6
Autora: Nicole
La profesora Helena
regresó al salón de clases junto con Kokimoto, ya dentro les anuncio a todos
sus estudiantes que tendrían varias asignaciones que hacer en casa para
entregar al día siguiente.
- Bueno como les decía niños mañana quiero que me entreguen sus cuadernos de matemática con todos los problemas vistos en clases y los quiero bien limpios y ordenados – cuando la profe terminó de explicar la tarea para hacer en casa a Jaime Palillo le entro una jaqueca de padre y señor nuestro y es que la única materia que el chico comprendía era deportes y recreo.
Jaime comenzó a
protestar para que la profesora resolviera los problemas de mate en conjunto,
es decir en el aula para que se le facilitaran las cosas, Adriano su compañero
de al lado le dijo que así nunca iba a aprender. Jaime respondió de mala forma
a su amigo y se insultó el mismo llamándose no inteligente. Helena solo lo
reprendió.
- ¡BASTA JAIME!, no se trata de eso, lo que pasa es que usted no se esfuerza lo suficiente, en vez de quejarse, busque una solución a su problema… Y mañana su cuaderno es el primero que voy a revisar y no quiero oír una sola queja. ¿Me entendió?
- Si profesora
- Bueno niños ya solo faltan veinte minutos para salir, les quería informar que mañana van a tener clase de música con la profesora Matilde, así que espero que traigan sus flautas para que practiquen algunas canciones
- ¡SI PROFESORA HELENA! – gritaron todos, sonó el timbre y todos los niños salieron corriendo, haciendo escándalo
La profesora Helena
vio a la directora que estaba a punto de partir, cuando decidió llamarla:
- Directora… Directora… Directora
- ¿Por qué tanto alboroto, señorita Helena? ¿Le ocurre algo? – responde Olivia mirándola tras los lentes
- Es que necesito hablarle sobre Cirilo – dice apurada la señorita
- ¿¿Cirilo??... ¿Qué diantres tengo yo que ver con ese niño?
- Bueno usted sabe que el niño fue castigado injustamente entonces yo quería saber si él puede regresar a la escuela, casualmente yo voy a ir a hablar con los padres para aclarar todo. ¿Qué dice la Señora?! – La directora se quedó observando a Helena unos segundos y luego añadió:
- Claro que por supuesto que no! – Lo dijo con su cara más seria
- ¿Cómo dice? – Helena se quedó perpleja por la respuesta
- Lo que escuchó, claro que por supuesto que no tengo ningún inconveniente en que Cirilo, retorne a la escuela
- Oh gracias doña Olivia, usted es un sol – Helena le dio un beso que dejo a la directora asombrada – Bueno me tengo que ir Directora, la veo mañana
- Hasta mañana Helena
Mientras un grupo de
niños hacia bulla al salir.
- ¡EY PAULO! ESPERAME
- ¡¿Que pasa japonés?! – responde el niño dándose la vuelta con flojera
- ¿Que no vas a ir a mi casa, para hacer la tarea?
- Si buena idea, Koki y cómo eres bien inteligente con los cálculos numéricos tú harás la tuya y la mía, en recompensa por haberte salvado la vida el día de hoy – le dice el sinvergüenza viendo la gran oportunidad de sacar ventaja en eso
- ¿Yo tengo que hacer tu tarea?
- Si tu… ¿quién más?
- Nunca dije que yo haría tu tarea, solo te estaba invitando a mi casa y que entre los dos nos ayudáramos, pero claro tú quieres todo fácil – responde Koki mirándolo con el ceño fruncido
- ¡No! Fácil lo tienes tú, a mí me regañaron, me castigaron y tú saliste ileso, por eso creo que merezco que quien dice ser mi amigo, me ayude esta vez – trata de convencerlo pero Kokino se inmuta – ¡Vamos que te cuesta samurái! Por favor por favor – dijo medio rogando y no es que Paulo no pudiera con las matemáticas, pero era realmente desinteresado con la escuela
- Grrrr está bien, pero solo por esta vez – dijo algo incómodo porque siempre Paulo le sacaba todo en cara – ¿sabes una cosa? aunque la profesora Helena me hubiese agarrado, igual me libro porque soy muy listo y tengo algo que tú no tienes – fue interrumpido por Paulo
- Si ya se, inteligencia samurái
- No me refiero a eso, en parte sí, pero lo que yo tengo se llama astucia y poder de convencimiento
- ¿Así? No me digas ninja
- Pues si te digo, mira por ejemplo hoy es miércoles
- ¡Yo, ya se eso! ¿Pero qué tiene que ver eso con lo que estamos hablando japonés?
- Que hoy es el día que mi padre se mete a la cocina y hace esos apestosos vegetales al vapor con legumbres y pretende que yo me los coma
- ¿Y…?
- Que no pienso comer nada de eso porque no me gusta y ninguno de mis padres puede obligarme.
- Eso sí que me mata de la risa, ¡Que iluso eres!¡Déjate de cuentos Kokimoto! Que sé por experiencia, que por más que te resistas al final tus papás te hacen comer todo. Ningún niño se escapa ni yo, una vez lo intente hacer y me fue muy mal.
- Ríete lo que quieras, ahora que lleguemos a mi casa te vas a dar cuenta, que cuando yo quiero hacer algo lo consigo y cuando no también, como que me llamo Kokimoto Mishima.
- Ya quiero verlo…
- Claro que lo veras, oye Paulo vamos a esa tienda de enfrente a comprar unas gaseosas y unos dulces
- Si como no… lo que yo voy a ver es la paliza que te van a dar por idiota – dijo Paulo, flojito para que Koki no le escuchara, pero igual se dio cuenta
- ¿Qué dijiste?...
- Yo… nada… mejor vámonos a la tienda antes que se acaben los refrescos – Y ambos se fueron en la misma dirección
Mientras tanto la
profesora llego a casa de Cirilo y tocó la puerta varias veces hasta que fue
recibida por Paula, la madre del niño, quien le invito a pasar; ya dentro
Helena tomo asiento y se dispuso a hablar:
- Doña Paula, la razón de mi vista es para aclarar algunas cosas con usted y su esposo, sobre Cirilo
- Si profesora… yo ya sé a qué viene, pero le diré que no tiene por qué preocuparse, ya mi esposo castigo al niño por lo que hizo, realmente estoy muy apenada, si yo pudiera hacer algo, no sé – contesto la madre de Cirilo apenada con aquel asunto
- No Doña Paula, yo no vine aquí por eso. Cirilo no tiene culpa de nada; él no fue quien pinto la oficina de la directora – respondió Helena cortando a doña Paula
- ¿A no? Pero entonces ¿por qué fue expulsado?
- Antes de continuar, podría llamar a su esposo, necesito que esté presente y escuche lo que estamos hablando – no quería que piense que su madre le daba excusas a Cirilo, esas cosas eran mejor tratarlas en pareja
- Si inmediatamente lo busco – se dirigió al taller, que está en la parte de atrás de la casa donde trabajaba su esposo.
Al rato ambos se
sentaron en la sala, a escuchar lo que la profesora debía decirle.
- Bien, primero ¿cómo está Señor Rivera? – saludo el padre de Cirilo
- Muy bien gracias ¿y usted? – y ambos se sentaron
- Bien gracias, como le decía anteriormente a su esposa, estoy aquí para aclarar la situación de Cirilo
- ¿A si? ¿Qué hizo ahora ese niño?
- Señor. Cirilo no ha hecho, ni hizo nada; él es completamente inocente, se echó la culpa para ayudar a Marcelina una compañera de clases, para que esta no fuera castigada – les explico con cara de tristeza al saber que el niño tan hermoso fue castigado injustamente también en su casa por su nobleza
- ¿Y por qué el hizo eso? ¿Cómo es que no dijo nada?
- Señor su hijo es un buen niño que tiene un corazón enorme
- Si de eso mi mujer y yo no tenemos la menor duda, sin embargo cometí un gravísimo error. ¡Por Dios que clase de padre soy! Castigue a mi hijo injustamente. Soy un idiota, me siento fatal – dijo sinceramente José, el no había querido oír a Cirilo lo que quiso contarle
- TE LO DIJE JOSÉ, PERO TU NUNCA ME ESCUCHAS, SIEMPRE ES LO QUE TU DICES Y MI PALABRA NO VALE NADA – doña Paula no pudo evitar gritar enojada
- Paula yo… yo no sabía, lo siento estas en todo tu derecho de gritarme e insultarme si quieres
- ¡Yo lo sabía! Algo me decía en mi corazón de madre que el niño era inocente – repetía Paula apretando su servilleta
- Lo siento tanto, yo le pegue a mi hijo profesora
- Oh no, usted nunca debió usar la violencia Señor Rivera…
- Si tiene toda la razón, voy a buscar a mi hijo a su recámara – no fue necesario ya que Cirilo apareció en frente de ellos
- ¡Hola profesora Helena! – se acerco a ella dando el un abrazo grande y cariñoso – ¡Como esta de bonita tanto tiempo!, ¡hola papá!, ¡hola mamá!
- Hola Cirilo, tengo buenas noticias para ti – sonrió Helena acariciando el rostro del niño – puedes volver a la escuela, ya no estás más expulsado. Ya encontramos al culpable y disculpa por no haberte podido ayudar antes – agrego seria
- ¡Siii… enserio!, ¡Qué Bien! Gracias Dios por ayudarme, yo sabía que no me fallarías – murmuro Cirilo mirando el cielo, él era muy creyente y compasivo – Y no se preocupe profesora, después de mi mamá usted es la mujer más buena del mundo.
- Hijo… yo – hablo el padre
- Si papá dime
- Hijo ven aquí – Cirilo se acercó su padre y este le dio un gran abrazo y un beso
- Hijo fui muy injusto contigo – dijo Jose mirando a los ojos arrepentido de lo que hizo – espero me perdones por lo que hice… nunca debí actuar de esa manera tan violenta – y un gran abrazo lo apretó a su pecho – Yo no quería ofenderte, ni mucho menos lastimarte para mi eres mi orgullo, yo te amo mucho hijo
- Papá no te preocupes, yo no te guardo rencor y también te amo – y le dio un beso
- Bien, ya que se solucionó este problema, yo me retiro – sonrió Helena conforme con aquello
- Espere profesora – lo retuvo Cirilo
- ¿Qué sucede Cirilo?
- ¿Y entonces? ¿Quién fue el que decoro la oficina de la profesora?
- Fue Paulo, pero ya lo castigue-
- Grrr ese Paulo, ya va a ver lo que le va a pasar por meterse con Marcelina – pensó Cirilo
- ¿Por qué la pregunta?
- No… por nada, solo curiosidad
- Bueno ahora sí, ya me voy
- Chao profesora Helena – dijeron la familia Rivera
- Hasta Pronto – contesto y se fue
Mientras en casa de
los Rivera todo se solucionaba Valeria hablaba con una de sus amigas.
- Si, Alicia como te contaba, me encanta David, pero no sé cómo decirle me da mucha pena que me aconsejas
- No lo sé Valeria en esos asuntos, la experta es la romántica Laura, lo que te puedo decir es que dejes la timidez de lado que eso no ayuda mucho.
- Ay Alicia, pero es que cuando lo veo se me llena el estómago de maripositas y luego viene la risita y después cuando le quiero confesar mi amor, no encuentro las palabras
- ¡Noooo! Pero es que tú si te complicas Valeria, solo tienes que decirle “te amo”, no sé por qué das tantas vueltas, para algo tan simple como eso.
- Tú lo ves simple, porque no estás enamorada, pero – en ese momento se cortó la señal
- ¡Valeria Ferreira!¡Hasta cuando tengo que decirte que él teléfono no es un juguete! – La madre de Valeria había desconectado el cable del teléfono
- ¡Oye! ¿Cómo te atreves a cortarme la llamada? ¿Quién te has creído? – dijo la mocosa altanera
- ¿Cómo que quien me he creído? Que contestaciones son esas, soy tu madre jovencita y me debes respeto – contesto su madre jalándole del brazo
- Pu… pues tú tienes la cul – dijo cruzándose de brazos
- ¡Esto es el colmo! todavía me sigues contestando, te vas a tu habitación estas castigada una semana me oyes
- ¡NOOOO VOY A NINGUNA PARTE! – dijo zapateando sin la mínima intención de hacer caso
- Me le baja al tonito muchachita – dijo su madre seria
- CALLATE, CALLATE, ¡CALLATE LOCA! – gritó a todo pulmón
- Silencio MOCOSA INSOLENTE – Rosa estaba cada vez más alterada y es que Valeria ya le estaba sacando canas verdes – Bien, creo que es momento de enseñarte a obedecer señorita – añadió lo más calmada que pudo cogiendo a la chiquilla del brazo
- NO, NO, NO, SUELTA, SUELTA ME LASTIMAS – chillo asustada eso no se lo esperaba
- Ahora si vas a ver lo que es bueno – la madre de Valeria cogió un zapato de goma de esos que usaba para estar en casa, que pillo debajo del sofá de la sala y así cogida del brazo, la llevo a rastras hasta su cuarto, mientras la niña gritaba y trataba de librarse ya dentro de la pieza, se sentó en la cama, la puso sobre sus rodillas, le subió la falda del uniforme que aún cargaba y sin bajarle el panty, procedió a calentar el culete de la mocosa
- Usted a mí me va a respetar PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLA PLAF – cayeron siete zapatazos en el centro del trasero de la chiquilla, quien empezó a patalear y lloriquear intentando tirarse al piso, pero su madre no se lo permitió
- ¿Quién se ha creído que es para hablarme en esos términos? PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLA PLAF – siete más volvieron a caer todas en la parte baja de las nalgas haciendo que Valeria comenzara a suplicar en medio del llanto que su señora madre parara, pero Rosa hizo caso omiso y le siguió castigando la cola.
- PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLA PLAF – Mamá daba dos azotes en la nalga izquierda y dos en la derecha. Valeria empezó a llorar más fuerte
- Esto te enseñara a obedecer cuando te hablo a la primera y a respetarme PLAF PLAF PLAF PLAF – con esos últimos cuatro en donde se unen los muslos con el trasero dio por terminada la paliza. Valeria quien continuaba chillando aun, su madre la levanto, limpio su cara, le sacudió la naricita, luego la puso en sus piernas, teniendo cuidado que sus nalgas no rozaran con nada mientras la consolaba un poco
- Ya está mi amor, ya paso, ya no llore más, ya mi niña linda.
- Ay mami me… me due… le mu…cho mi colita. Yo… no se…re más gro… grosera… contigo… lo… lo… siento – prometió llorando y sobándose el trasero
- Ya está nena… relájate, ven acuéstate un rato boca abajo y luego te traigo algo de comer ¿de acuerdo? – la mamá ayudo a colocarse en la cama y la tapo con una cobija, salió y cerró la puerta del cuarto de Valeria, se fue a la cocina, mientras la niña se quedó dormida.
En otro lado de la
ciudad de Sao Paulo.
- Oye Daniel gracias por venir a mi casa, realmente necesito que me ayudes a resolver esos problemas, la cabeza se me va a reventar de tanto verlos
- Relájate Jaime es muy fácil… las matemáticas son solo práctica
- ¡Si, como no! eso lo dices tú porque eres un niño genio, pero yo soy demasiado bruto
- Ya deja de juzgarte Jaime, solo te tienes que esforzar un poco más
- Hola niños ¿cómo están? – apareció el padre de Jaime de pronto parándose frente a ellos que estaban sentados en el comedor
- Bien Padre – dijo Jaime levantando la mirada
- Bien tío – contesto Daniel sonriente
- Papá ¿dónde está mi madre?
- Ella salió, a comprar algo para comer, pero…
- ¿Queeé? no hay nada para comer aún, ¡Nooo, me estoy muriendo de hambre! – gritó desesperado
- ¡SILENCIO JAIME! – Regaño su progenitor – ¿no te da vergüenza demostrar ese tipo de comportamientos delante de tu amigo?
- Uhmmm la verdad… no padre, sabes Daniel me conoce ¿o no Daniel?
- Bueno yo… es decir, no se preocupe tío, a mí no me molesta el comportamiento de Jaime
- Está bien Daniel, yo solo le estaba advirtiendo a cierto niño sobre los modales que debe tener porque si vuelvo a oír que gritas de nuevo, voy a ser algo que no te va a gustar, ¿te quedo claro Jaime? – advirtió su padre mirándolo muy serio, no quería problemas tan temprano
- Si padre, por supuesto lo que digas – se apresuró en responder
- Una cosa más
- ¿Señor?
- Para que no te quejes de comida tu madre te dejo en el microondas algo que te gusta mucho – sonrió, vamos que su hijo era glotoncito
- ¡Enserio! Voy a ver – se paró como un rayo vio la comida y exclamó – ¡mmmmmm que rico!, arroz, frijoles, plátanos, cerdo asado – Se olvidó completamente de lo que su padre le advirtió y gritó con emoción ante la mirada atónita de su padre y Daniel
- ¡Deja la bulla Jaime!
- Es que estoy, digo soy muy feliz – aseguro sonriendo de nuevo
- ¡Si, ya me di cuenta Jovencito! Pero si no te callas en este preciso instante yo hare que esa felicidad tuya se transforme en llanto cuando ponga mis manos en tu trasero ¿entendiste? –Jaime se puso rojo de la pena ante tal comentario
- Ya está bien, ya no digo más nada, uno no puede ni expresar sus emociones en esta casa – dijo moviendo la cabeza de un lado para otro – Tampoco era necesario que dijeras eso delante de Daniel – añadió ofendido, su padre se disculpó mientras Daniel mirando toda la escena, apretaba su mandíbula para no reírse de ese par
- Hijo lavas los platos cuando termines de comer – le indico Rafael
- Si padre
- Ahora si me voy al taller, tengo que reparar el carro del padre de tu compañera, ¿cómo es que se llama…? María… María… María Juana creo
- María Joaquina Señor, se llama María Joaquina – respondió Daniel
- Chao niños, quedas en tu casa Daniel
- Gracias tío
- A la orden – contesto Rafael y salió por la puerta
- Oye Daniel te serviré algo de comer
- De acuerdo, pero luego empezamos con los problemas…
- ¡Por Dios Santo, deja de pensar en eso un momento Daniel! Mejor comamos, no me gusta hablar de matemáticas en mi hora favorita – dijo metiéndose una cucharada de comida a la boc
- Ya, está bien, pero no te enojes – Jaime ahora dividió la comida para compartir con su amigo
En Casa de Kokimoto…
- ¡Ey Koki!
- ¿Si?
- ¿Puedo entrar ya? – preguntó Paulo impaciente
- ¡Nooo! Antes tienes que quitarte los zapatos
- ¿Y por qué? No están sucios
- No importa, es para alejar las malas vibraciones del exterior
- Insisto japonés, cada vez estas más loco – los niños entraron y salió a su encuentro el sr. Mishima; padre de Kokimoto
- Hola hijo… hola Paulo ¿cómo les fue en la escuela – saludo con una enorme sonrisa en el rostro
- Muy bien padre – contesto el hijo
- Bien tío… ¿y usted que tal está?
- Todo bien, con mucho trabajo – respondió invitando a los chicos a sentarse – Ah y ese milagro tu por acá, tenías rato que no venias – añadió
- Uhmmm si tiene razón, tanto tiempo – dijo ya ubicado en una silla – porque como Koki es él que va a mi casa, pero esta vez acepte nuevamente su invitación y también tenemos que hacer la tarea de mañana y entonces, decidimos ayudarnos mutuamente
- Oh me parece fantástico, bueno ahora que están aquí quiero que prueben el delicioso platillo que prepare para ustedes ¡Muy saludable! – Dijo con gran emoción
- Ohh no se moleste tío, yo… como cuando llego a casa
- No Paulo no es ninguna molestia pasa al comedor – le invitó nuevamente
- Pero luego no les alcanza – insistió Paulo
- No hay problema hice suficiente
- Padre deja en paz a Paulo sino quiere comer no lo molestes – contestó medio altanero el niño
- Kokimoto que clase de contestaciones son esas, más respeto ¿Con quién cree que está hablando?
- Lo siento padre… no lo volveré hacer, me disculpas – puso su carita de niño bueno
- Eh, bueno este… sí, sí… así está mejor – dijo algo nervioso ante el cambio de su hijo – ahora por favor los quiero a ambos a la mesa, ya les sirvo – ordeno y se fue a la cocina
- Japonés, oye Japonés – le susurro Paulo
- ¿Qué pasa Paulo? – preguntó bajito
- ¿No que te ibas a librar de comer la comida de tu papá? – Paulo también bajo el tono
- Solo espera un momento y verás – aseguró en el mismo tono de voz
- No aguanto ver la reacción del tío Mishima cuando te pongas en esas – pensó Paulo
- Paulo… Paulo ¿Por qué tan calladito?
- No es nada, solo estaba pensando en la tarea
- Ya relájate, yo hago eso en menos de lo que canta un águila – le prometió palmeándole el hombro derecho
- ¡¿Qué te pasa ninja?!¡Las águilas no cantan, son los gallos – le corrigió inmediatamente
- ¡Está bien, tú ganas! – Mientras hablaban llego Mishima con dos platos hondos repletos de vegetales al vapor y legumbres. Los niños se quedaron mirando y pusieron cara de circunstancia
- Bien, esto está muy saludable y delicioso y no hay tiempo que perder comencemos – Mishima empezó a comer mientras los pequeños le observaban… en eso Kokimoto decidió iniciar su plan utilizando su arma mortal, que hasta ahora le había funcionado muy bien, el famoso dolor de barriga
- Ayyyyy papá ayyyyyyy que doloooor – empezó a quejarse cogiéndose el estómago
- ¿Qué te ocurre hijo? – inmediatamente su padre se preocupo
- No sé, me acaba de dar un terrible dolor de barriga, ayyy me duele ayyyyyy es horrible – dijo ahora levantándose del asiento y casi arrodillándose – Lo mismo que paso en la escuela ayyyyyyyyy mi barriga ayyyyyyyy… no aguanto – añadió haciendo más real su show
- Pero hijo, desde cuando estas con eso ¿por qué no me habías dicho? Ven aquí – le llamo – necesito saber dónde es que te duele – el chico se acercó y su padre comenzó a tocarlo en el estómago
- Ayyyyyyyyyyyy es un dolor tan profundo padre, que no te imaginas… ayyyyyyyy… creo que voy a vomitar, con permiso... voy al baño – anunció y salió corriendo – Paulo se quedó pasmado en su silla
- Oye Paulo ¿tú sabes lo que le pasa a Kokimoto? – pregunto al compañero de su hijo, pero Paulo estaba asustado de que se sepa la verdad y a el mas lo comprometan – Paulo… Paulo… Paulo… ¿me estás escuchando?
- Ahhh si señor… esto sí, bueno… yo… la verdad…pues
- ¡Ya déjalo!... mejor voy al baño a ver qué le pasa – se fue caminando en dirección al sanitario que encontró cerrado
- Toc toc – toco la puerta – Kokimoto abre necesito saber que te ocurre
- Ayyyy padre, ya vomite – había tirado de la cadena, para engañar a su padre – ya luego se me pasa, solo comí algo en la escuela que me cayó mal
- No, nada de eso, tengo que saber que ocurre contigo, ese dolor puede ser apendicitis – dijo preocupado, es que venía siendo muchas veces de lo mismo y por ahí si precioso hijo se enfermaba gravemente
- Noooo padre para nada, regresa a tu trabajo solo necesito reposo
- Kokimoto Mishima abre esa puerta en este instante, antes de que pierda la paciencia
- Está bien, no te enojes – el chico abrió la puerta
- Hijo ven aquí, no estoy enojado, solo preocupado – Koki se acercó y su padre empezó a tocar su estómago por todos lados – ¿Te duele ahí? – preguntó el papá
- No más abajo – dijo tratando de hacer gestos de dolor pero no exagerados
- Acá entonces
- No tampoco
- En esta esquina
- Menos
- Bueno ¿dónde es que te duele exactamente? – Ya el sr. Mishima desesperado – si no me dices no te puedo ayudar – agregó calmándose
Hay ese Japonés se
está metiendo en un gran problema, no quiero ni ver, el día en que se le caiga
el teatrito, pero lo entiendo en mi vida había comido algo tan repugnante como
los vegetales al vapor del papá de Kokimoto… ¡Qué asco! pensó Paulo mientras
los esperaba en al comedor sin saber qué hacer con la comida, si esconderla en
su mochila o tirarla de nuevo al a olla.
- Papá ya se me está pasando, me puedo acostar un rato, por favor – rogo su hijo – veras no es dolor en un solo lugar, se mueve pero ahora está pasando – le dice para quitar la cara de pena de su padre – puedo acostarme? – repitió
- Claro hijo, ve a tu cuarto. Voy a llamar tu mamá para que te prepare un té, a lo mejor solo es inflamación, veremos cómo sigues, si es necesario te llevo yo mismo al médico – Kokimoto al oír la palabra médico le entró el pánico
- Noooo
- ¿Cómo qué no?
- No esté… es decir, no es necesario ir al médico por un simple dolor de barriga – dice todo serio y espectante
- ¡Simple! pero si te estabas muriendo de dolor ¡¿y tú lo llamas simple?!
- Bueno padre, yo solo decía… que el médico es en casos muy muy, pero muy graves y yo no estoy grave, sino estaría con fiebre – le dice llevando la mano de su padre a su frente
- Comprendo hijo, por eso te digo, solo si te vuelve a repetir el dolor, te llevo ¿Estás de acuerdo?
- Si Padre lo que digas – dijo acostándose en su cama
- Así me gusta hijo, bien obediente – sonrió su padre – Bueno mi pequeño samurái, me voy a trabajar – añadió revolviéndole los cabellos – Paulo quedas en tu casa – le dijo al amigo de su hijo – Koki pronto viene tu mamá, se comportan y nada de hacer escándalos que a los vecinos nos les gusta – recomendó por si acaso, ya que conociendo al par de pillos cada que se juntaban tramaban alguna pilatuna (travesura) – nada de hacer esfuerzo físico, aquí está mi teléfono, si te vuelve a dar el dolor, no dudes en llamar – fue lo último que dijo antes de despedirse
- Si Padre, hare lo que dices, que tengas buena tardes
- Chao niños – se fue caminado hasta la sala, y cerró la puerta. Koki se paró de golpe de la cama y cuando vio que su padre se alejaba empezó a brincar, gritar y reírse por toda la sala; mientras Paulo se quedaba sorprendido por todo lo que acababa de presenciar
- ¡HURRA!… ¡HURRA!… ¡HURRA!… SE FUE, SE FUE, SE FUE, SE FUE, SE FUE. JAAAAAAJA Cayó redondito JAJAJA JAJAJAJAJA
- ¡Japonés compórtate!
- JAJAJAJA Paulo es que no aguanto JAJAJAJAJAJAJAJA solo JAJAJAJAJAJA de JAJAJAJAJAJA recordaar JAJAJAJAJAJA laa caara de JAJAJA preocupación de mi papá JAJA – ya a estas alturas a Koki se le salían las lágrimas de tanta risa
- ¡JAPONÉS ESCUCHA! YA ESTUVO BUENO, LOS VECINOS SE PUEDEN QUEJAR.
- Es que JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA es de lo más JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA gracioso y más cuando mi padre dijo: Kokimoto Mishima abre la puerta en este instante, antes de que pierda la paciencia, casi me orino de la risa JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, pero apreetee mi mandiiibu JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA laaa JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA – y como si tuviera una manivela empezó a reír con más fuerza y gritar su hazaña
- Japonés tu padre viene – Después de Paulo haber dicho eso, Kokimoto quedo derechito
- ¿Dónde?... ¿Dónde?... ¿Dónde?... ¿Dónde?... ¿Dónde?...
- Detrás de ti
- AHHHHHHH no puede ser AHHHHHH ahora si estoy muerto AHHHHH – Ahora era Paulo quien reía, al ver a Kokimoto más preocupado buscando a su padre por toda la sala, con una cara de haber visto una película de terror
- JAJAJAJA Japonés tu cara fue de risa JAJAJAJAJA JAJAJAJAJA relájate te estaba JAJAJAJAJAJAJAJA haciendo una bromita JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
- Paulo… no vuelvas hacer bromas pesadas, casi me da un paro cardiaco – respondió tocándose el pecho
- JAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA – Paulo seguía riendo
- Ya deja de reírte ¡Payaso! – le grito molesto
- Oigan ustedes – Una voz se escucho era de la vecina de al lado – si no dejan de armar escándalo voy a llamar a la policía, ¿me oyeron? – Ambos niños se callaron y se fueron a su habitación
- Oye Japonés eres un genio, ¡Felicidades! esa estuvo realmente buena ¡mierda! ¡Qué inteligencia! – Exclamó sorprendidísimo
- Ves te lo dije, siempre consigo lo que quiero, pero tengo hambre, que te parece si vas a la cocina y traes dos vasos con hielo para tomarnos las gaseosas con lo demás.
- A la orden socio – Paulo fue y sirvió en dos vasos los refrescos con lo otro y los puso en una bandeja, luego regreso al cuarto de Kokimoto y se pusieron a comer
- Ey samurái tengo que reconocer que te luciste, ni yo lo hubiera hecho mejor.
- Si, luego te enseño otras formas que utilizo para manejar a mis papás – le dijo presumiendo – oye termina rápido con eso, hay que votar todo a la basura… mi madre no demora.
- Relájate Koki, si manipulaste a tu padre, las madres son mucho más fáciles de manejar. Lo digo por experiencia propia.
- ¿Y cómo es que tu mamá te pego el otro día eh? – le recordó haciendo que Paulo se ponga rojo de pena
- Eso fue… eh… eso fue por culpa de la idiota de Marcelina – acusó a su hermana como siempre
- Si Marcelina es bien soplona – comento dándole algo de apoyo – De todas formas dame – le quito la basura de las manos y la metió en una bolsa luego en su mochila de la escuela y después se fue a la sala recogió los platos de la mesa y aventó la comida de su padre en el tinaco de la basura
- Listo – dijo limpiándose las manos – ni por la puta como esa mierda, estoy seguro que ni los antiguos samuráis comían esa porquería de vegetales al vapor. ¡Qué tontería! comer algo que a uno no le gusta, solo porque es saludable – añadió negando con la cabeza
- Genial Japonés ¡oye una pregunta! – dijo Paulo que estaba parado en una esquina observando todo con detenimiento
- ¿Qué sucede Paulo?
- ¿Quién diablos te enseño a decir groserías?
- Ah te refieres a eso que dije, pues te diré Paulo son cosas que uno aprende en el transcurso de la vida
- Como diría Laura es tan anti romántico
- Si ella diría eso – dijo riendo
- Y la profesora Helena piensa que eres tan inocente – dijo Paulo con un poquito de envidia
- Yo siempre me he portado bien con ella – se defendió
- ¡si claro, cómo no! – Paulo rodo los ojos ante el comentario de su mejor amigo – bueno Koki yo ya me voy, sino mi mamá me arma una bronca si llego tarde
- Está bien amigo, otro día vienes
- Recuerda hacer mi tarea samurái
- ¡Dale!
- Chao – Finalmente se despidió y se fue
Este cap fue una sorpresa, me gusto que la mamá se haga respetar, jejej, en cuanto a Kokimoto, quiero ya leer cuando su padre descubra sus mentiras, ajajja auqnue si la sopa es como dicen tan horrible, creo que merece un indulto.
ResponderEliminarMarambra
bueno la chiquilla se paso de maleducada y se lo merecía.
ResponderEliminarPero quiero saber si los papas de Jaime sabran loq eu hizo su hijo, no es justo que se quede sin castigo.
Y Kokimoto me hizo reir mucho, a ver hasta cuando le dura el teatro.
Y para cuando Sakura?
GINEBRA
No es Jaime el q hizo la maldad, es Paulo. Hubo un error de edición en el capi anterior.
EliminarNicole, fue un capitulo divertido de verdad, crei que solo los chicos serian castigados, pero veo que no es asi, y bueno no seria justo ni para los chicos de tu historia ni para nosotros.
ResponderEliminarPero me sumo, quiero que Jaime pague por lo que hizo y por querer hacer maldades a su hermana, eso no se hace, y Koki, quiero leer como termina su teatro, quizás no sea un castigo pero si puede ser que lo lleven al medico.
Olivia
Las chicas también merecen ser castigadas aveces pues igual son traviesas, la que diga que nunca se las dieron o por lo menos un regaño en su etapa de niña es una mentirosa jajaja, la verdad amo la variedad, tengo que hacerlo para no aburrirme por eso vez que mi estilo como dicen algunos y algunas que leen es peculiar jajaja, pero bueno me alegro que les guste ya que mis personajes no siempre son tan queridos jajajaja, pero así es esto, estoy abierta a todas las opiniones pues eso ayuda mucho a seguir.
EliminarKokimoto esta jugando con fuego, cuando su padre se entere le ira muy pero muy mal.
ResponderEliminarErina
jajajajaja pobre niña jajajaja bueno la verdad no se lo merecía por contestarle así a su mamá
ResponderEliminarEse par de Paulo y Koki me caen rebien jajajaja
Pero la tonta de Marcelina me cae muy mal por chismosa!! Odio a la gente traidora