Mi familia, mi vida: Cap. 3; Autor Mark

Mi familia, mi vida

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 14 de Mayo del 2018.

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Capítulo 3

Autor: Mark

Los “mellizos”  estaban sentados en el sofá frente a Danielle, ella estaba de pie con los dedos, medio y pulgar, apretando sus ojos.

• Lo preguntaré una vez más y esta vez quiero la verdad – Les dijo muy seria cuando volvió a mirarlos – ¿Quién fue?
• Yo no fui – Respondió Axl
• Yo tampoco –  Secundó Jimmy
• Está bien, como no quieren decirme quién fue, tendré que castigarlos a los dos – Las quejas no se hicieron esperar por parte de los pequeños. El primero, como siempre, fue Axl
• Pero no es justo, mamá ¡Yo no fui!
• Yo tampoco – Se quejó Jimmy interrumpiendo la queja de su hermano – Ese viejo nos acusa solo porque sí – Axl asintió
• El señor Morris no los acusa solo porque sí – Replicó su madre, intentando no perder la paciencia – Dijo que había sido el chico rubio
• No somos los únicos rubios de la calle – Se defendió con lo que podía – Hay muchos
• Sí, pero los únicos que viven al lado del señor Morris, son ustedes… Última vez ¿Quién fue?
• Yo no fui
• Yo tampoco – Repitieron sus líneas
• Ustedes lo quisieron así – Nuevamente las quejas y lloriqueos se escucharon pero Danielle no podía dejarlo pasar

Danielle había salido dejando a cargo a Hardy. No era la primera vez que lo hacía pero sí la primera vez desde que el jovencito estuviera entusiasmado con Luna, la chica de su curso y la que sus padres no aprobaban, y con la que se entretuvo chateando por Whats App, descuidando así a sus hermanos y lo que hacían.

Tenía que ir al hospital, uno de sus pequeños pacientes no estaba respondiendo al tratamiento como esperaba y ella junto a otro colega era quienes llevaban el caso.

Cuando llegó a casa se encontró con su vecino, el señor Morris, un viudo de 70 años. “Cascarrabias” según los chicos, que no hacía más que pelear por todo lo que sus vecinos hacían, sin importar si eran adultos o niños. El viejo la abordó enseguida, por lo que ella intuyó que algo había pasado en su ausencia.

• Mire lo que hicieron sus gemelos – Gritó el hombre a medida que se acercaba a ella, señalando la ventana de su casa
• No son gemelos – Y no tuvo tiempo de continuar porque el hombre la interrumpió
• Como sea, han roto mi ventana
• ¿Está seguro que fueron ellos? – Preguntó al tiempo que miraba el desastre ocasionado
• Claro que estoy seguro, el rubio lo hizo
• Los dos son rubios – Explicó Danielle como si el hombre no los conociera
• Mire – El viejo le mostró la pelota de béisbol que había encontrado en su sala. Al verla, Danielle no tuvo dudas, era la pelota de Axl. La misma que le había regalado Frank, el hermano de Derek, el año anterior en su cumpleaños y que él mismo se había encargado de ponerle su nombre para que nadie la tomara sin permiso – La encontré en la sala de mi casa… Esos delincuentes que tiene por hijos...
• Mis hijos no son unos delincuentes – Danielle quiso saltarle a la yugular por hablar así de sus hijos. La fiera que lleva una madre por dentro cuando se meten con sus cachorros afloró en ella – Mida sus palabras, señor Morris, porque no voy a permitirle que se exprese así de mis hijos
• Debería darles una buena paliza para que aprendan – Hizo un gesto con la mano y se alejó de la mujer mientras continuaba murmurando – Los padres de ahora no saben criar a los muchachos, por eso todos son unos delincuentes

Danielle estaba furiosa, tanto con el viejo como con sus hijos, especialmente con Axl, a quien culpaba mentalmente de haber roto la ventana solo por ser el dueño de la pelota.

Entró en la casa y vio a los dos niños mirando la televisión. Del mayor no había rastros.

• ¿Reconoces esto? – Le preguntó directamente a Axl. El niño miró la pelota pero no respondió, cruzó una mirada sospechosa con su hermano, que a Danielle no le pasó desapercibida –  Ya sé que los dos estaban juntos… ¿Quién fue?
• Yo no fui –  Dijo Axl
• Yo tampoco –  Dijo Jimmy

Y allí empezó todo.

Entre gritos, quejas y lloriqueos Danielle logró agarrar a Axl por el brazo, el niño había querido salir corriendo y subir las escaleras para refugiarse en su habitación, se tiró en el suelo resistiéndose al castigo, lloraba y gritaba que lo soltara, entendió que su madre no estaba jugando cuando dijo que los castigaría a ambos.

• No mamá, por favor, buuuuuaaaaa suéltame, suéltame, por favor, yo no fui, yo no fui, mami buuuuuaaaa –  Danielle pensaba que Jimmy diría la verdad de lo que había pasado, si Axl era inocente, esperaba que Jimmy lo confesara y viceversa. Si Jimmy era inocente, esperaba que Axl aceptara el castigo como debía ser

Hardy salió de su burbuja de amor para enterarse qué pasaba pero mientras bajaba las escaleras vio a su hermanito arrastrándose en el suelo y entendió que no era un buen momento para aparecer, no quería salir salpicado. Subió rápido las escaleras y entró en su habitación, se preguntaba qué había hecho Axl para que su madre lo castigara en medio del salón y si esa travesura no terminaría pasándole factura a él también. Mientras el menor de los chicos continuaba llorando forcejeando con su madre.

• No mamiiiiii buuuuaaaa, por favor no me pegueeeees buuuuaaaa yo no fuiiiii
• Entonces, dime ¿Quién fue? –  A pesar de que la pregunta estaba dirigida a Axl, ella miraba a Jimmy que solo lloraba en silencio sabiendo que él sería el próximo –   ¿Jimmy?
• Yo no fui snif snif
• Está bien –  Puso mayor fuerza para lograr poner a Axl sobre sus rodillas y bajarle el pantalón deportivo, que era como siempre estaba en casa para mayor comodidad, sin pensar que era peor para su pobre trasero en ocasiones como esa
• Noooo, nooooo buuuuaaaaa mamiiiii nooooo buuuuaaaaaa yo no fuiiiii
• PLAF
• AAAAAYYYYY –  Se escuchó la primera nalgada y el posterior grito del niño, como si lo estuvieran matando. Y a esas le siguieron otras más
• PLAF PLAF PLAF
• buuuuaaaaa ya mamiiiii yaaaaaa
• PLAF PLAF PLAF PLAF La próxima vez PLAF que yo pregunte PLAF qué ha pasado PLAF quiero que me digan la verdad PLAF – Danielle terminó el castigo del pequeño. No acostumbraba a darle más de doce nalgadas, una por cada año. Pensaba que de esa manera tal vez los chicos entendían mejor el castigo, sus errores y consecuencias. Además su hermana era psicóloga y era el consejo que le había dado hacía mucho tiempo. Axl estuvo un rato más sobre sus rodillas, llorando. Habían sido pocas nalgadas comparadas con las que le daba su padre, pero Danielle era más severa la mayoría de las veces, sus castigos eran fuertes desde el comienzo. Esperó a que se calmara un poco antes de levantarlo y mientras le subía el bóxer y el pantalón quiso hablar con él –  ¿Aprendiste la lección? –   Preguntó sin cambiar su tono de voz, lo que le hizo pensar a Axl que continuaba enojada
• Yo snif no fuiiiii snif –  Danielle no podía entender cómo sus hijos eran tan testarudos, ninguno daba su brazo a torcer, pero no sería ella quien cediera.

Cuando terminó de subir la ropa del niño lo encaminó a su habitación sin siquiera darle un abrazo o consolarlo, Axl estaba muy sentido por ello, porque desde su perspectiva su madre estaba siendo muy injusta con él. Subió las escaleras aun sollozando y cabizbajo, y en cierto modo agradeció no estar presente para presenciar el castigo de su hermano, ya tenía bastante con su trasero rojo y dolorido.

• Jimmy, ven aquí –  Dijo muy firme cuando le tocó el turno al otro retoño
• Snif mami noooo. Yo no fui, yo no fui snif
• Axl no fue y tú tampoco, pero ustedes eran los únicos que estaban allí y la pelota apareció en la sala del señor Morris por arte de magia –  Recordó mientras agarraba de la mano al niño
• Nooooo buuuuaaaa yo no fuiiiiii –   Comenzó a llorar abiertamente
• Ya eso lo he escuchado hasta el cansancio hoy –  Las cosas con Jimmy fueron relativamente más fáciles, el niño no se tiró en el suelo ni puso tanta resistencia como Axl, sin embargo no dejaba de quejarse ni lloriquear mientras desabrochaba sus pantalones y los bajaba junto a la ropa interior
• Nooooo, mami buuuuaaaaa no me pegueeees, yo no fui
• No fuiste tú y no fue Axl, tengo otro hijo rubio y no me he dado cuenta –  El tono que usó fue duro al momento de ponerlo sobre sus rodillas
• Yo no fuiiiii buuuuuaaaaa –  Por instinto el pequeño apretó sus nalguitas e intentó cubrirse el trasero con las manos pero Danielle lo detuvo segundos antes y comenzó la paliza, arrancándole gritos y llanto
• PLAF PLAF PLAF
• AAAAAYYYYY ay ay ay ayyyyyy buuuuaaaaaa ya mamiiiii yaaaaaa buuuuuaaa
• Apenas estoy comenzando PLAF y te digo PLAF lo mismo que PLAF a tu hermano PLAF PLAF PLAF
• Ya mamiiii me dueleeeee
• Cuando pregunto algo quiero que me respondan con la verdad PLAF PLAF PLAF –  Danielle había sido muy severa con ambos niños, les había dado la misma cantidad de azotes y con la misma fuerza, pocos pero suficiente para dejar los traseros rojos que era lo que buscaba, que la lección calara en los chiquillos –  ¿Aprendiste la lección? –  Preguntó aún muy seria mientras lo levantaba, a Jimmy esa seriedad le hizo saber que su madre aún estaba muy enojada
• Me du… snif duele snif
• Eso te enseñará a pensar en las consecuencias de tus actos –  Las duras palabras de su madre hicieron que dos lágrimas corrieran por sus mejillas pero Danielle no se enteró del dolor que acababa de provocarle al pequeño. Subió su ropa antes de continuar –  Ve a la habitación con tu hermano –  Jimmy quería y necesitaba un abrazo, eran muy pocas las veces que su madre aun después del castigo continuaba enojada con él y, precisamente, esta era una de esas veces

Derek llegó tarde como casi todos los días, encontró a Danielle sentada en la cama leyendo una de sus novelas, la saludó con un largo beso, y mientras se cambiaba de ropa preguntó por los chicos, aunque no tenía que hacerlo, el viejo Morris también lo había abordado al llegar y de igual manera se había quejado del comportamiento de los niños. Danielle le dio su versión de los hechos, le contó que había tenido que castigarlos a ambos y que como siempre Axl había dado guerra.

• ¿Y quién fue? –  Preguntó al terminar de escuchar a su mujer
• No sé, ninguno de los dos quiso hablar
• ¿Los castigaste a los dos por el mismo delito? –  Derek estaba sorprendido
• Por favor, Derek, no me vengas con tu rol de policía –  Refutó molesta
• No es lo mismo ser el autor del delito que ser el cómplice
• ¿Adónde vas? –  Preguntó Danielle cuando lo vio acercarse a la puerta
• Voy a averiguar qué fue lo que paso
• Deben estar dormidos, es tarde
• Entonces voy a darles el beso de buenas noches –  Antes de ir a la habitación de sus pequeños, pasó por la de su hijo mayor y lo encontró escribiendo en su laptop. El chico cerró rápidamente la conversación para que Derek no se diera cuenta que hablaba con Luna –   ¿Aún despierto?
• Tarea –  Mintió el adolescente sin una pizca de remordimiento, Derek asintió en silencio, no se comía el cuento pero no diría nada, luego de unos segundos que a Hardy le parecieron eternos dijo
• ¡Apágala! –  Hardy no perdió tiempo y obedeció, después de la tarde de sus hermanos no quería tantear su suerte –   ¿Qué pasó con tus hermanos? –   Quería informarse lo mejor posible antes de ir a interrogar a sus dos trúhanes, su vena de policía siempre estaba presente aun con los suyos
• Mamá los castigo muy fuerte y creo que fue por mi culpa – Eso disparó sus alarmas, se sentó en la cama para hablar con más calma
•  ¿Por qué? –  Preguntó finalmente instando a Hardy a continuar
• Es que… mamá tuvo que salir al hospital y me dejó a cargo, pero en un descuido mío ellos rompieron la ventana del viejo Morris...
• El señor Morris –  Lo corrigió, no permitiría que sus hijos irrespetaran a ninguna persona mayor, ni siquiera a ese hombre que todos odiaban en el vecindario
• Está bien, el señor Morris… Si yo hubiera estado más pendiente, eso no hubiera pasado y mamá no los hubiera castigado
• Entonces ¿Estás diciendo que mereces un castigo como ellos?
• ¡No! –  Se apuró en responder el adolescente, lo último que quería era que lo castigaran como a sus hermanos, su madre había sido muy dura con ellos – No, lo que digo es que...
• ¿Qué estabas haciendo mientras eso pasaba? – Hardy se debatió entre decir la verdad o mentir
• Estaba estudiando –  Finalmente mintió –  Estamos con los parciales y estaba leyendo un capítulo para el examen de literatura de mañana –  A Derek todo le supo a mentiras pero no se lo hizo saber, solo asintió, esta vez lo dejaría pasar, quería averiguar qué había pasado con los más pequeños, ya tendría tiempo de lidiar con el mayor y sus notas
• ¡Ya duérmete, es tarde! –  Le dio un beso en la frente –   Buenas noches –  Y se dirigió a la puerta
• Buenas noches, pa

Cuando entró en la habitación de los más pequeños, los encontró dormidos, se acercó para darles un beso y vio al menor de ellos con medio cuerpo fuera de la cama. No entendía cómo Axl podía estar en esa posición y dormir plácidamente, lo acomodó en la cama, el niño murmuró algo que él no entendió y lo arropó. Recordó cuando el chico llegó a casa y lo cohibido que era, nada que ver con el pequeño diablillo que tenía ahora, eso lo hizo sonreír. Le dio un beso en la frente y acarició su mejilla.

Fue hasta la cama de Jimmy para arroparlo mejor, al acercarse le pareció que el pequeño temblaba y creyó que era por el frío pero la ventana estaba cerrada. Notó además la respiración agitada y cuando tocó su frente se dio cuenta que tenía mucha fiebre. Hacía mucho que Jimmy no se enfermaba y por eso no pudo evitar la angustia que crecía dentro de su pecho. Corrió a avisarle a Danielle, ella sabría qué hacer, era quien siempre mantenía la calma cuando él se venía abajo y ver a uno de sus cachorros enfermo siempre lo asustaba.