Mi familia, mi vida: Cap. 4; Autor Mark

Mi familia, mi vida

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 28 de Mayo del 2018.

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Capítulo 4

Autor: Mark

Derek estaba en la sala de espera, habían tenido que sacarlo luego de que le gritara a la enfermera, no aguantaba ver a su hijo llorando después del segundo pinchazo que le dieron al intentar cateterizar una vena para poder medicarlo.

Después de avisarle a Danielle que Jimmy tenía fiebre y respiraba con dificultad, la pediatra y madre del niño, hizo lo que cualquier madre haría aun sin ser pediatra. Tomó la temperatura, le dio un antipirético que costó lo suyo que tomara porque el niño se rehusaba y le hizo un ciclo completo de nebulizaciones, todo sin perder la calma, mientras Derek no sabía ni a dónde caminar ni qué hacer. Pero ni la fiebre bajaba ni la respiración se normalizaba, por lo que decidieron llevarlo al hospital donde trabajaba Danielle. Su colega, amigo y pediatra del niño, que lo había tratado desde su nacimiento por las constantes infecciones, estaba de turno.

• Te necesito fuerte y calmado, Derek – Le dijo Danielle cuando salió del cubículo.
• ¿Cómo me pides que esté calmado cuando lo único que ha hecho es llorar desde que llegamos?
• Es un niño y le tiene miedo a las agujas, por eso llora – Derek quiso huir de Danielle y lo que decía, pero ella lo atajó –  ¿Crees que Harland quiere cateterizar una vena solo por el simple gusto de escucharlo llorar?
• Ya lo hemos visto antes, estará aquí una semana más o menos, agujas, mascarillas…
• Amor – Danielle tomó el rostro de Derek con ambas manos y la obligó a mirarla. En ese momento prefería ser médico que madre y pensar en las mil posibilidades y no en la misma de siempre. Tenía los ojos húmedos pero se negaba a llorar, los dos no podían venirse abajo – Te necesito fuerte, Derek. Van a pincharlo una vez más – Derek quiso desviar su rostro pero ella se mantuvo firme en su agarre – Es necesario, el medicamento se lo pondrán intramuscular, en estos momentos nosotros somos su único apoyo

Después de esas palabras Derek asintió en silencio y la siguió hasta el cubículo. Jimmy aún estaba llorando y le tendió los brazos. Él se acercó y le correspondió, le dio un beso en la frente y limpió sus lágrimas. Le dijo que debían pincharlo otra vez, lo que generó que el llanto se renovara. Danielle se acercó para explicarle al pequeño por qué debían hacerlo, en otras circunstancias Jimmy no habría llorado tanto como esa noche. Generalmente era dócil a pesar de no gustarle las agujas, pero lo habían pinchado varias veces sin éxito por lo que su médico había cambiado la vía de administración. Además, había sido castigado horas antes y aún estaba mimoso.

Mientras la enfermera preparaba la inyección, ambos padres estaban intentando convencerlo de cooperar pero Jimmy no dejaba de lloriquear.

• No papi, no quierooo, ya me pincharon – Rogaba negando con la cabeza
• Pulguita, será rápido, un pinchacito de nada
• ¡Ya me pincharoooon! – Lloro más fuerte
• Jimmy, lo hemos hablado antes, es necesario – Dijo Danielle intentando girarlo
• NO QUIEROOOO – Con dificultad lo giraron mientras la enfermera se acercaba, Danielle bajó su pijama y ropa interior, Jimmy apretaba sus nalguitas y no dejaba de rogar, Danielle le hablaba al oído intentando calmarlo. Apenas la enfermera pinchó la nalga, el niño las apretó aún más y comenzó a llorar abiertamente, Derek tuvo que sostener sus piernas para que no se moviera y pateara

La inyección duró pocos segundos, nada más sacar la aguja Derek cargó a su niño que se abrazó a él sin dejar de llorar, sobándose su nalguita, Danielle le arreglaba la ropa en el momento en el que llegaban Richard y Melinda, los padres de Derek. La abuela enseguida se acercó al niño para besarlo y acariciarlo, luego besó a su hijo en la mejilla.

• Apenas escuché tu mensaje, vinimos – Dijeron ambos sin dejar de mimar a su nieto
• ¡Gracias! – Respondió Danielle mientras Derek seguía intentando calmar a su enano
• ¿Qué ha pasado? – Preguntó Richard mirando a su hijo
• Ya no tiene asma, acaban de inyectarlo para la fiebre y estamos esperando los resultados de los análisis – Explico Danielle mientras terminaba de arreglarle ropa
• Necesito que vayan a casa – Le dijo Derek a su padre – Hardy y Axl están solos y no quiero que falten a clases Hardy está con los parciales y Axl está atrasado con algunas tareas
• No te preocupes, hijo. Nosotros nos encargaremos – respondió Richard tranquilizando a su hijo
• ¿Entonces aún no saben qué tiene? – Melinda estaba muy preocupada por su nieto, desde que escucharon el mensaje que Derek les había dejado en el celular, no había dejado de pensar en todas las veces que pasaron por lo mismo
• Lo mismo de siempre – Contesto Derek resignado
• Eso no lo sabemos, Derek. Estamos esperando…
• Por favor, Danielle – Ambos estaban perdiendo la paciencia, pero Richard los detuvo, no solo su hijo lo respetaba, sino también su nuera

Les dijo que una discusión no le hacía bien ni al niño ni a ellos y entendieron su punto. Discutir no los llevaría a nada,  finalmente Melinda decidió que era hora de ir a ver a los otros niños, así que volvió a coger su cartera y darle un beso al pequeño.

• Nosotros nos encargaremos de los niños en casa, pero por favor, nos mantienen al tanto de lo que diga el médico

Luego de despedirse, los abuelos se dirigieron a casa de la pareja, Danielle llamó a casa para que Hardy estuviera pendiente de la llegada de sus abuelos, el chico se emocionó al principio creyendo que eran sus abuelos maternos, pero luego cuando supo que eran sus abuelos paternos cambió a una actitud hostil, Richard era muy estricto y al chico no le caía bien cuando estaba en casa al mando. Pero no  tuvo más opción que aceptar lo que sus padres había decidido.

La cara del Hardy no pasó desapercibida para sus abuelos, pero Melinda fue muy astuta y lo dejó pasar para no crear más conflicto entre su esposo y su nieto.

• Hola cielo ¿Cómo estás? – Saludó con un beso en la mejilla –  ¿Dónde está Axl?
• Bien – Respondió Hardy más dormido que despierto – El enano se quedó dormido en el sofá.
• ¡Pobrecito! – Melinda fue hasta donde estaba el pequeño mientras Richard se quedó atrás mirando al chico, que no pudo sostenerle la mirada y la bajó

Antes de que pudiera decir algo, Richard fue abordado por el más pequeño de la casa.

• ¡Abuelo! – Axl lo abrazó con gran entusiasmo, completamente diferente a Hardy – ¿Se van a quedar?
• Vinimos a cuidarlos mientras sus padres están con su hermano en el hospital, tienen que prepararse para la escuela – Dijo tras devolver el abrazo mirando la hora
• Yo no quiero ir a la escuela – Dijo Axl en un tono que no le gustó para nada al hombre y separándose para poder mirarlo a los ojos – Quiero ir al hospital a ver a Jimmy
• Axl, cariño, ya tu papá nos dijo que estabas atrasado con algunas tareas – Hablo Melinda buscando que el niño cediera
• ¡Eso es mentira! – Gritó – Yo quiero ir a ver a Jimmy y lo voy a ver – Continuó gritando para que quedara claro su punto, pero los mayores no estaban dispuestos a dejarse manipular por un chiquillo malcriado, y fue su abuelo quien le puso un alto a la situación
• ¡Carajo! PLAF PLAF PLAF Usted aquí no le grita a nadie, que es el más pequeño – Richard le dio tres nalgadas bien fuertes que hicieron que gritara aún más, el dolor del castigo del día anterior y el sentimiento de no saber cómo estaba su hermano le arrancaron un llanto muy sentido, buscó consuelo en su abuela, que no dudó en abrazarlo, pero Hardy se había ofuscado con la actitud del hombre y también se alteró
• ¡No le pegues! – Le gritó a Richard pero casi enseguida se arrepintió aunque se mantuvo firme el hombre iba a responderle de la misma forma como le había respondido al pequeño Axl. Pero Melinda, que todavía abrazaba a Axl, intervino para que no se caldearan más los ánimos
• Hardy, cielo, ve a prepararte para la escuela, enseguida haré el desayuno – Hardy no dejaba de mirar a su abuelo, había logrado sostenerle la mirada después de gritarle y no quería perder esa gran ventaja
• ¿Acaso no escuchaste a tu abuela? – No quiso tentar a su suerte, las nalgadas que había recibido Axl no serían nada comparadas con las que le daría a él si se ponía en la misma actitud que su hermanito.

Subió las escaleras sin decir nada y Melinda separándose un poco de Axl le dijo lo mismo, pero el pequeño se empeñaba en visitar a su hermano en el hospital.

• Si Jimmy no ha regresado cuando salgas de clases, prometo que iremos a visitarlo – Le dijo tomándole el rostro con sus manos – Ahora ve a prepararte para ir a la escuela y bajas a desayunar con tu hermano – El niño obedeció no muy convencido

Mientras la abuela Melinda preparaba waffles con sirope de chocolate para consentir a sus nietos, el mayor de ellos se vestía con unos jeans y una camiseta deportiva. Axl, que intuía lo que desayunaría, estuvo listo mucho antes que cualquier otro día y llegó a la habitación de su hermano, estaba listo para la escuela.

• ¿Adónde vas? – Preguntó al ver que Hardy estaba atando sus zapatillas y no llevaba el uniforme de la escuela
• Voy al hospital a ver a Jimmy
• Pero la abuela dijo que nos llevaría al terminar la escuela
• Tal vez para entonces ya hayan regresado – Hardy caminaba por la habitación buscando algunas cosas que meter en su mochila – O tal vez Jimmy haya muerto – Quería asustar a su hermanito, lo dijo sin emoción alguna, como si no le importara, logrando el efecto deseado
• Axl abrió mucho los ojos. ¿Se puede morir?
• Claro que se puede morir, todos nos podemos morir – Le respondió riendo
• El abuelo no te dejará ir – Entendió que su hermano solo quería molestarlo y eso lo enojó
• Me iré solo y tú me vas a ayudar. Les dirás que me fui a la escuela, no es la primera que vez que me voy solo
• Estás molestándome, no voy a ayudarte – Comenzó a decir mientras esquivaba los manotazos que le daba Hardy a manera de juego pero que dolían lo suyo
• Sí, vas a ayudarme – Le dijo muy serio y detuvo su juego bruscamente, necesitaba convencer a su hermano de que lo ayudara pero Axl no caía en sobornos tan fácilmente como Jimmy
• Al abuelo no le gustan las mentiras, me castigaría – Se quejó, Hardy usó su ventaja de hermano mayor para lograr que Axl lo obedeciera, no solo le dijo que mintiera, y así meterse en problemas con su abuelo, sino que también lo amenazó
• Mira, enano – Dijo muy cerca de su rostro – Tú vas a decirle a los abuelos que me fui a la escuela solo, o sino, te rompo el brazo – El chico recordó la vez que le rompió el brazo derecho sin intención alguna, aunque en esa oportunidad lo usó a su favor, claro que posteriormente recibió la primera gran paliza por parte de Derek. Axl por su parte también recordó el incidente y abrió sus ojos mirándolo con mucho miedo – ¿Entendiste? – El niño asintió sin objetar nada – Ahora, ve a entretenerlos en la cocina mientras salgo de la casa

Axl llegó a la cocina un poco cabizbajo, pero sus abuelos pensaron que era por Jimmy, Melinda le sirvió el desayuno e intentó hacerlo hablar un poco, el chico generalmente era comunicativo, adoraba a sus abuelos tanto como ellos a él pero esa mañana sus pensamientos estaban en sus hermanos, uno por estar en el hospital y el otro por querer mandarlo a él al hospital. Cuando Richard le preguntó por Hardy con mucha timidez respondió que se había ido solo a la escuela. En algunas ocasiones el mayor de los Hayes evitaba que sus padres lo llevaran a la escuela para que sus amigos no lo molestaran, aunque el pequeño sabía que todas esas veces era porque estaba enojado por un castigo previo.

Al momento de dejarlo en la escuela, Axl continuaba con sus pensamientos, Melinda lo atajó antes de entrar, había algo en la actitud del niño que no le gustaba y quiso saber.

• ¿Cariño, qué te pasa? Te dije que al salir de la escuela iremos a ver a tu hermanito – Le recordó pensando que era por eso
• Sí, lo sé – Se mordió el labio inferior pensando si debía decirle a su abuela lo que había pasado, él no había hecho nada malo pero se sentía como si hubiera cometido el peor de los crímenes
• ¿Qué te ocurre, Ax? – Melinda se puso a su altura para mirarlo a los ojos y notó que los tenía húmedos, Axl se abrazó a su abuela y comenzó a llorar, la mujer no sabía qué pasaba y cuando quiso separarse un poco del pequeño este no se soltó, por el contrario se aferró aún más al abrazo.

La maestra de los niños se acercó al ver la escena, Melinda le explicó la situación que había en casa, entendió y le permitió regresar y entregar sus tareas al día siguiente. Pero Axl no se separaba de Melinda y no dejaba de llorar, Richard bajó del auto cuando vio que su mujer regresaba con el niño.

• ¿Qué ocurre? – Estaba preocupado, se sentía mal, pensaba que quizás el castigo había sido muy fuerte. Melinda negó con la cabeza, no entendía qué le pasaba a su nieto para que reaccionara así
• No quiero que el abuelo me pegue, snif – Fue lo único que dijo, Richard y Melinda se miraron sin entender
• ¿Por qué crees que Richard va a pegarte?
• Porque les mentí, snif, snif, Hardy no vino a la escuela, snif, fue al hospital a ver a Jimmy, snif, snif – Los abuelos se miraron una vez más, Richard comenzaba a enfadarse, Melinda quería saber porqué les había mentido y justo cuando iba a preguntar, Axl continuó – Snif, yo no quería mentir, pero Hardy me dijo que si no lo ayudaba me rompería el brazo, snif, snif
• ¿Hardy te dijo eso? – Melinda estaba sorprendida por esa afirmación más cuando Axl asintió lentamente
• No te preocupes, hijo, que no es a ti a quien voy a castigar – Richard limpió las lágrimas del pequeño y calmó su miedo al castigo y a la amenaza del mayor.

Los tres subieron al auto y cuando Richard sacó su celular para hablar con su hijo, Melinda se lo quitó y fue quien habló con Danielle.

La bestia tenía que calmarse.