Halloween
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Noviembre del 2018.
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Halloween de Brian
Halloween de Brian
Autora: Nicole
- Entonces que Brian nos vamos de rumba ¿o qué? – Preguntó Anderson que había venido en moto a buscar a vicioso para la fiestecita de Brujas – Está vez será en casa de los gemelos Jaramillo – el año pasado no fue porque prefirió el encuentro con Marce – A lo bien, que nos vamos de amanecida – declaró bailando imaginándose la música, él había dejado los estudios por el negocio, no así Brian – Uy hermano ni te imaginás las chimbitas que irán – añadió muy entusiasmado
- ¡¿Qué…? !Son meras mamacitas ¿o qué?
- ¡Mamacitas es poco parce! ¡Triple mamacitas todas! – aseguró Ryan
- ¿Quiénes vienen pues?
- Bueno la primera en la listica es Ariadnita – mencionó a manera de chiste
- ¡¿Queeé?! – Aquello lo tomó por sorpresa y por supuesto no le gustó para nada – ¡Mucha sucia la Ariadna! Pero esto no se va a quedar así voy a buscar a esa descarada y apenas la vea la sacó del pelo de allá – decía parándose del asiento, listo para salir
- Fresco ome, no lo dije enserio – esquizofrénico lo fulmino con la mirada y regreso a sentarse – lo insultó y le reclamó porque todavía no le decía los nombres de las nenas que iban a ir.
- Pues la Marcelita que cada año está más buena, la Jessica y la Martina son las que encabezan la lista de invitadas. Uy parce a lo bien, que esa fiesta va estar para nunca olvidar. Ah, también vienen algunas hembritas de Pereira, que son dizque como veinte llave, ¿Cuál de todas más hermosa? ¿Nos volamos de una o qué? Solo faltan un par de horas Quedamos en encontrarnos en el parque Bolívar a eso de las siete – recordó mirando su reloj manilla
- No tengo ganas de ir, no sé parce, como que no tengo muchos ánimos hoy
- ¿A vos que te pasa ome? ¿Estás enfermo? – se le acercó y le tocó la frente para cerciorarse que no tuviera fiebre
- No tengo nada llave, pero prefiero quedarme en casa
- A vos te pasa algo y no me querés contar – insistió Anderson, mirándolo serio
- No tengo plata y no le pienso pedir a mis papás – aquello era más falso que Pablo Emilio, pensó su aliado, pues acaban de coronar una vueltica hace solo una semana, algo grave le pasaba a su socio
- Pues de malas papi, vos te lo perdés – Ryan se encogió de hombros – Ve… olvidaba decirte, viene Juan Pablo Zurita, el mexicano que conocimos por internet ¿te acordás?, llegó ayer con sus familiares y tiene una prima lo más de bonita mirála – sacó una foto de la susodicha que tenía guardada en su billetera y se la pasó
- Si, ya sé quién ese man, y la primita no está mal, pero no iré así venga Karol G – le aseguró regresándole la fotico
- Pero ¿por qué? contame pues… que si es algo penoso yo no se lo digo a nadie
- Está bien pues, pero no se vaya a burlar
- Te lo prometo – hizo un juramento
- El año pasado fue la peor de todas las noches de brujas que he pasado en la hijuemadre vida. ¡Uy hermano! No sé ni por dónde comenzar…
- ¿Qué paso pues? – preguntó impaciente
- Bueno yo quería traer a Ariadna acá para que pasáramos la noche juntos, pero se negó, así que decidí invitar a Marce y pues – se le subieron los colores solo de acordarse la vergüenza que paso
- Entonces… ¿Qué sigue parce?
- Pues que empezamos a bailar bien rico los dos, nos calentamos, llegó Mauro, pero me dijo que no diría nada a mis papás, bueno nos metimos a la pieza – hizo una pausa y continuó – Socio estaba tan concentrado en estar con ella, que no me percate de asegurar la chapa de la puerta y en medio del ajetreo aparece mi mamá y es entonces cuando… –Brian siguió contando la historia de su pasado Halloween sin omitir ningún detalle. Su llavecita no podía parar de reírse sin importarle la cara de disgusto que se estaba formado en el muchacho
- ¡¿Qué te pasa pues guevón?! – preguntó molesto apretando los puños con fuerza con la intención de reñir e ir a golpear al jovencito que no podía parar de gozarse el cuentico – Sí no te callás, te quiebro – se acercó a el chico, sacó un cuchillo del bolsillo de sus pantalones y se lo puso en el cuello
- Calmáte pues ome, no es para tanto – dijo sudando nervioso, a su amigo no le gustaba que hicieran broma de los castigos que recibía, de hecho no era fácil para él andar contando su vida familiar y menos cuando se involucraban estos asuntos tan vergonzosos – Así como te ponés, no me dan ganas de preguntarte más nada, mejor me abro del parche – se levantó con la intención de irse, pero Vicioso lo detuvo
- Lo siento llave, discúlpeme pues, es que solo recordar eso me da una verraca rabia
- Tranquilo esquizofrénico – le llamó por uno de sus alias – papi, te dejo, que Juan Pa me acabo de enviar un chat, sí cambiás de opinión, ya sabés que estaremos en el parque Bolívar a las siete de la noche
- Listo, yo le aviso pues – pensó positivo, tal vez podría pedir permiso, así evitarse problemas, a lo mejor su progenitor lo dejaba ir. Ya tenía diecisiete años, mejor portado, más experiencia en la vida
- ¡Nos pillamos pues! – se despidió y se fue a toparse con su amorcito
Brian
quedo pensativo, evaluando sus opciones, recordando viejos tiempos, las veces
que se voló sin permiso y salió ileso
y otras dónde
el resultado fue doloroso para su retaguardia, que buenas tundas se
llevó de mano de papá y mamá, pero aquello no impidió que intentara por lo
menos convencer a su cucho que acababa de entrar.
- ¡Que hubo mijo! – Saludo Alexander
- ¡Todo bien! – Exclamó el adolescente sonriente – Papi te amo mucho – murmuró luego, abrazó a su papá y le dio un pico
- Eh… Ave María pues ¡¿Qué necesita el muchachito?!
- ¿Será que puedo salir en la noche un ratico?
- ¿Para dónde piensa ir el jovencito?
- Con unos amigos a una fiesta, es a las siete, pero regreso antes de las doce ¡Lo prometo!
- ¿Cuál fiesta Brian?
- Que ya te dije que una fiesta con unos parceros, los de siempre
- Yo no conozco a “los de siempre” y sí no me dice ya mismo con quien va a ir y dónde es esa fiesta, pues no me sale – el sardino estaba molesto, ¿hasta cuando su padre lo iba a tratar como un mocoso?, ya era grande, iba a protestar, pero se mordió la lengua
- Va Anderson, y la fiesta es cerca del parque Bolivar – decir eso último lo hizo maldecir mentalmente, con esa información iba a ser más difícil conseguir el permiso, además eso le daba motivos a su padre de tenerlo vigilado así escapara, pero el sardino se mantuvo optimista
- Necesito saber los nombres del resto de los invitados y se va a ir algún adulto responsable – pero que carajos le pasaba a su padre, ni que tuviera ocho años, esto era increíble, pensaba el muchacho
- Estoy esperando señor
- Hasta el momento solo sé que van Marce, Martí, Jessica, Pablo, Carlos el hijo de Ernesto y no sé quién más, pero son pelados juiciosos ome
- Me hace el favor y me da la dirección completa dónde van a ser esa fiesta
- Pues se va a quedar esperando papi porque no tengo ni idea cual es el sitio, llegando al parque Bolívar nos organizamos, pero fresco cucho que no pasa nada
- ¿Cómo así Brian? Usted se volvió loco ¿o qué? Usted ni siquiera sabe pa dónde va, y pretende que yo le dé permiso. ¡No salís! – Alexander no iba a soltar al chico ni aunque llore, no así sin dirección
- Oiga, pero ¿por qué? Vos me prohibís a mi salir con diecisiete años y los Jaramillo desde los doce hacen lo que se les da la gana, ¡esto es el colmo pues! – subió el tono de voz, olvidándose con quien estaba tratando – Los hermanos Montoya nunca tienen que estar de guevones pidiendo un puto permiso, sus papás nunca están de metidos. ¡Estoy es mamado de lo mismo! ¿Dónde están Mauricio y Paola ahorita? A ellos si no les montas la perseguidora – Los mellizos habían salido con su madre a una fiesta en casa de una vecina de Oliver, pero de eso el chiquillo no estaba ni enterado
- Me le baja al tonito señor y modere su vocabulario – advirtió Alex – y esos son los padres de esos muchachitos, yo soy su papá y dije que no me salís y punto – Brian no quería argumentar porque sabía que era peor la cosa, así que se fue enfurruñándose hasta su pieza y cayó de bruces en la cama, maldiciendo su suerte, hasta que el teléfono sonó
- ¡¿Qué más parcero…?! ¿Bien o qué? – contestó Brian el teléfono al ver el nombre de su amigo virtual mexicano
- Super genial carnalito ¡¿Qué onda contigo vas a venir siempre a la parranda?! – preguntó Juan Pa entusiasmadísimo
- Sisas llave – aseguró, iría así tuviera que pasar por encima de su cucho, su rebeldía era más grande que él
- Bueno cabrón, acá te esperamos, me encontré con un par de viejas bien pinche mamacitas, están para chuparse los dedos carnal, ahí nos vidrios
- Listo socio, nos pillamos, estaré a las seis y cuarenta en el parque Bolívar
- Genial, no te vayas a rajar a última hora
- Claro que no, que soy un man serio
Y
así se despidieron cada cual con sus asuntos, mientras tanto en el parque Belén.
- Ten hermosa – dijo Ryan entregándole un ramo de flores rojas falsas que acabada de comprar minutos antes de encontrarse con ella, la mujer que se le metió hasta el fondo de su corazón
- ¡Ay, qué detalle tan divino! – Exclamó Danna contenta – Que lindo sos amor – sonrió ella, él se acercó, se sentó a su lado y comenzó a besarla
- Ryan ¿Cuándo me vas a llevar a tu oficina? Es que yo quiero saber tu porque tienes tanta plata en tan poquito tiempo – el sardino solo giró su cabeza hacia otro lado porque no quería que su amada descubriera la verdad en sus ojos
- Tanta plata puff – se levantó de la banca – mi amor no estás viendo que me toca regalarte pues un ramito de rosas de mentiras porque no me alcanza para las de verdad
- Enserio, enserio Ryan, de verdad que yo quiero ver no sé, tu otro lado, tu otra faceta, la de hombre de negocios dedicado. Porque vos dejaste los estudios para dedicarte a trabajar ¿cierto?
- No, no, mi amor que pereza yo llevarte por allá, a la oficina, con esos colegas tan aburridos que tengo, esa gente no hacen si no hablar de números, de finanzas, de economía, no, no, no ¿Pa que querés ir por alla? – dijo con una pierna encima de la banca, gesticulando con la cara y manos como era usual en él cuando mentía – No, mi amor, más bien después en una vacación, te llevo con toda esa gente, con todos mis amigos
- Bueno está bien, está bien Ryan, lo que pasa es que Ryan uno, uno no deja de escuchar rumores y, y la gente está hablando y diciendo que, que tú eres un narco
- ¿Cómo? – se hizo el sorprendido – No mi amor, si te ponés a hacer caso a todo lo que la gente comenta te vas a volver loca – ¡Eh Ave María ome, hasta dónde llega la gente con tal de dañarle la reputación a uno, es que no pueden ver que otro se supere en la vida!
- Tranquilo amor, yo confió en vos – dijo cogiéndolo de la mano – No quise hacerte sentir mal con mis preguntas y comentarios
- No pasa nada, te invito a una fiesta ¿querés venir?
- Tengo que pedir permiso
- ¿Permiso? ¿Pero por qué pues? Vos sos mayor ¿No?
- Sí, pero aún vivo con mis padres, no puedo salir y llegar así nada más como si la casa fuera un hotel
- Listo mi amor, comprendo, escribime y paso por vos, si no pues no hay problemas
- Bueno pues – dijo ella subiéndose con su novio a la moto, este la dejo en la casa y se fue después hasta la suya para alistarse
En
casa de los Piedrahita-Tabares Brian Alexis se estaba terminado de arreglar, se
puso una ropa discreta, la del Halloween la llevaba en su morral, para no
despertar sospechas, su padre sin que se diera cuenta lo siguió, el muchacho
cogió un taxi hasta el parque Bolívar, Alexander se fue en su carro, llegando
allá espero que el mocoso se bajara y vio que se topó con los vagabundos
aquellos, el Anderson con el Géminis que era el hermano menor, ninguna de las
novias estaba, Ariadna andaba por Cartagena con sus hermanas y una tía, la
única que estaba en casa era Dannita, pero a ella a pesar de sus dieciocho años
no la dejaron salir. A don Alexander ninguno de esos sardinos le inspiraban confianza también
le enojo mucho ver a las amiguitas esas, vestidas como grillas seguro
hablando vulgaridades igual que sus pares masculinos. El hombre estacionó el
carro y se aproximó a su muchacho y le llamó.
- Brian Alexis ¿Quién te dio permiso para salirte de la casa? – dijo Alexander en tono serio
- Yo decidí salir, tengo derecho a ir a esa fiesta, vos no podés estar siempre arruinándome la vida – encaró a su padre
- Vení inmediatamente – le pidió moderando su voz, a ver si el chico recapacitaba
- Yo con vos no voy a ninguna parte
- Sera mejor que hagas casi cuate, tu jefe está molesto – recomendó Juan Pablo
- Me importa un culo lo que él diga, yo de acá no me muevo
- Estas bien pinche loco carnal, como se te ocurre decirle eso a tu jefe, me cae que te van a dar una chinga que ni mi lupita te va a salvar – mencionó el chamaco dando a entender a Brian que se lo iban a chingar, pero que terquedad de muchachito que no cedía
- Brian última vez que te lo repito o venís por las buenas o no respondo de mí
- Eh… qué pereza con este tipo ome! – vociferó rodando los ojos – Que no tenés pues nada mejor que decir, ya dejá tú cantaleta y haceme un gran favor, metéte en el coco lo siguiente: Me importa poco lo que vos digás, tus advertencias de mierdas te las podés meter por el culo, soy mayor y hago lo que se me da la gana – el sardino se salió de control, su padre no perdió el tiempo, más sí la paciencia, se quitó la correa, y sin importarle los presentes lo cogió del brazo, sujetándolo con fuerza con una mano y con la otra le soltó unos buenos correazos
- ¡ZAASSSSSS! – ese llego directo al muslo izquierdo, Brian se quejó un poco, aquel cuero se ensaño con su piel – ¡ZAAAAASSSSSS! – Sonó otro en la pantorrilla desnuda con más fuerza que el anterior
- ¡AUUUUUUUUUUUUU! – Ese sí le acelero las palpitaciones en el corazón y con la mano que tenía libre, corrió a frotarse inmediatamente, sin importarle que lo estuvieran observando.
- ¡Haga caso, que le estoy hablando! ¡ZAAAAAAAAAAASSS! ¡ZAAAAAAAAASSS! – dos más besaron las gruesas piernas del mocoso, quien intento brincarse los azotes sin mucho éxito – ¡ZAAAAS! ZAAAAASSS!
- ¡AGGGG! ¡MAL… !¡GO…! – Se mordió los labios para no soltar sus acostumbradas palabrotas
Eso
sí que hubiera empeorado su situación, y es que aquellos últimos ardieron lo suyo; claro cayeron en el mismo sitió que los dos
anteriores, el peladito empezó mentalmente a proferir los peores
insultos y sin poder evitarlo una obscenidad se le escapo, su padre se
cansó de esa mala actitud y arrastras lo condujo hasta el auto sin despedirse
de nadie.
- Pobre cuate, la buena cueriza que van a terminar de darle apenas llegue a su casa – declaró con pesar el extranjero
- Qué pecaoome!Ehhh… Brian como que no piensa, como se le ocurre contestarle así a su cucho – habló Cocinerito
- Eso le pasa por guevón, pa que se pone a dar papaya – Pablo Emilio sabía por boca de Brian que había informado antes a su padre que se reunirían en ese parque – Imagináte pues que nosotros le contemos al John Jairo en lo que estamos metidos, no la chimba… por más que te amenacen, se tiene que ser muy imbécil para vomitar todo a los cuchos, no marica, en los papás no se puede confiar son muy gonorreas, más bien, uno se tiene que dar a respetar – agrego el adolescente tomándose un traguito de licor, su hermano mayor solo se reía, el pequeño Montoya los tenía bien puestos
- Bueno ya que, vámonos a celebrar nosotros, que no vine hasta Colombia para que nos viéramos las caras
- No mames primito, yo tampoco, vamos a echarnos unos traguitos de aguardiente antioqueño – dijo Sarita
- Pobre mi Brian, pero el año pasado le fue peor – habló Marce
- ¿Vos por qué decís eso pues? – Martí no puedo evitar preguntar
- Si marica… Contanos – Jessica también estaba curiosa por saber
- Ay, tan chismosas, no les voy a decir nada…
Y
sello sus labios, no iba a decir nada comprometedor, mientras Alexander había
llegado a casa junto con su sardino, y le tocó vivir la segunda guerra mundial,
pues el mocoso no se quería bajar del carro,
sentado en la parte de atrás, el chico se resistía, pero su padre aún podía con él, así que lo bajo a
la fuerza mientras lo encaminaba.
- ¡Soltame hijueputa, soltame! – gritaba a todo pulmón, intentando inútilmente liberarse de la presa de su papá
- Te vas a calmar – dijo liberándolo por fin
- NO, NO ME CALMO, SOS UN PIROBO HIJUEPUTA.
- PLAFF – sonó una fuerte palmada en la boca de chico – No te permito que me faltés al respeto culicagado, ahora pasá a mi habitación y esperáme allá que voy en unos minutos
- No quiero – dijo con los ojos aguados, sobándose la boca la mano derecha
- Brian si te llevo yo, te va a ir peor – el muchacho decidió obedecer
Alexander
fue a prepararse un té para calmarse cuando de pronto llegó Mauricio.
- Hola papi, que más – corrió a abrazar a su padre
- Bien mijo ¿Cómo te fue? – le dio un beso
- Bien…
- ¿Sandra y la niña? – Preguntó preocupado al verlo llegar solo, pensó que a lo mejor a su reinita y precisita pudo haberles pasado algo
- Se quedaron un ratico más, me vine en taxi porque me aburrí. ¿Qué te pasa pa?
- ¡Qué bueno es escuchar eso mijo! – exclamó tranquilo – estoy un poco digamos enojado
- Sí, se te nota y harto. ¿Qué te paso pues?
- Tu hermano se portó mal y tengo que castigarlo
- ¿De nuevo?
- Si mijo, otra vez
- Papi me voy a duchar y a dormir
- Está bien… descansa – se despidió y fue a su recámara
Llegando
allá se encontró a su hijo con lágrimas en los ojos.
- Papi perdóname, yo no quise ofenderte, yo solo quería distraerme un ratico no más, perdón no me pegués – le suplico al ver que su padre traía la correa doblada en dos, Alexander suspiro, se lo pensó varias veces y decidió que le daba la paliza con otra cosa – ¡Vaya tráigame la alpargata, hágame el favor!
- Pero pa…
- Le hablé pues, si no obedece, lo incendió a correa
- Es que yo…
- Cuento hasta tres y voy en dos – el chiquillo salió apurado y trajo lo que su padre pidió
- Venga para acá – le llamo al verlo entrar con la alpargata en la mano derecha, el adolescente se acercó a su padre, que ya estaba sentado en una silla. Alexander lo tomó del brazo y lo colocó de frente a él, lo primero que hizo fue desabrocharle la correa, luego soltó el botón, bajo la cremallera, en un abrir y cerrar de ojos las bermudas fueron a parar a las rodillas, Brian se sintió degradado al nivel de un crío de kínder, su padre rápidamente lo puso en su regazo – Voy a asegurarme que tus nalgas queden más rojas que los tomates que están en la cocina – anunció quitándole la alpargata de la mano y despojándolo de la única protección que tenía el muchachito en esos momentos
- NO PAPI, ASÍ NOO, ASÍ NOOO – Se apuró a meter las manos, pensando que eso podría ayudarlo, él no quería que papá lo castigará de esa manera, la suela de cabuya en la cola pelada dolía horrores
- ¡Una pela bien dada, siempre es a cola pelada! – anunció apartándole ambas manos – Quiero que mantengás tus manos retiradas por favor, si no lo hacés; por cada vez que interrumpás, empezamos desde cero, así que vos sabés lo que mejor te conviene – agregó, Brian acepto las condiciones y su padre comenzó con el correctivo – PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF, PLAF – diez con fuerza considerable cayeron en las flexuras, aquello lo hizo chillar
- AUU, AUUA, UAAAAA PAPÁ YA.
- Hasta PLAF, PLAF, PLAAAF cuando PLAF, PLAF, PLAAF tengo PLAF, PLAF, PLAAAAF repetir PLAF, PLAF, PLAAAF lo mismo PLAF, PLAF, PLAAAF – le daba tres en una nalga, luego tres en la otra, siendo el último el más certero, el pobre Brian se movía como culebrilla en las piernas de su progenitor
- AU, AUU, AUUUUUAABUUAAAAAAAAAA – Berreó con cada uno de ellos
- PLAAF, PLAAF, PLAAF, PLAAF, PLAAF, PLAAF, PLAAF, PLAAAF, PLAAF, PLAAF – le calo diez sin hacer ninguna pausa en mero centro del sentadero, Brian comenzó a suplicar en medio del llanto a su padre que parará, parecía que la bendita suela esa, lo estuviera desollando vivo
- AY YAA AY YAAA
- PLAF, PLAF, PLAF… PLAF, PLAF, PLAF – las seis últimas volvieron a marcarse en el final de la cola, Brian pataleo y chillo, pero al final recibió la pela completica, su cucho le dejo las nalgas calientes y adoloridas
- Venga mijo, ya pasó – Alexander le sobo la espalda y los cabellos que estaban húmedos causa del movimiento que dio cuando lo estaba castigando
- Me… me… due… duele mucho – dijo jipiando todavía
- ¿Si ve lo que le pasa por desobediente y malcriado?
- Lo siento papito, no lo… no lo… vuelvo a hacer… a hacer más pu… pues
- Bueno eso espero, que si no, no te vas a poder sentar en lo que reste del año.
- No por fa, no digás eso.
- Estás castigado sin salidas por un mes – Brian iba a protestar, pero se calló sabía que se lo merecía
- A dormir pues, que mañana tenés colegio – le terminó de sacar la ropa, lo puso de pie y ayudo a acostarse, tal vez hoy tocaba dormir en la sala, no iba a despertar a su niño cuando llegara Sandy, el muchacho casi siempre quedaba rendido después de una muenda
Y
así vivió de nuevo la noche de brujas Brian Alexis Piedrahita Tabares, parece
ser que está fecha solo trae problemas para su retaguardia, a la mañana
siguiente su madre preparó el desayuno, hubo que levantar al mayor de sus hijos
con grúa, pero bueno al final se alisto y se encaminó al colegio con sus
hermanitos.
Al
sentarse en las sillas del salón de clases trató de disimular el dolorcito, más
no pudo y varios de sus compañero incluyendo Marce se dieron cuenta.
- Quiubo pues papito – saludo ella contenta acercándose mucho a él
- ¡Que más Marce! – saludo moviéndose en el asiento
- ¿Tu papi te dio muy duro bebe? – aquel comentario hizo que Brian se le pusiera las mejillas rojo escarlata de la pena tan verraca que sentía
- Sí algo, pero ya no me duele tanto como anoche – dijo sin poder sostenerle la mirada
- Uy pobrecito mi amor, sí querés podés venir a mi casa y te pongo pomada en esa cola tan sexy que tenés papacito divino – dijo ella besándole la boca, que bueno que Ariadna iba a otro colegio si no, mata a esa atrevida
- No te preocupés pues, así estoy bien – aseguro sonrojado
- ¡Chao tarrao! – se despidió pellizcándole un cachete y se ubicó en su puesto, el sardino salió de clases porque le sonó el celular
- Aló
- ¡Quiubole mi cuatachon! ¡¿Cómo te terminó de ir con tu jefazo?! Vieras que nos quedamos rete preocupados guey, no mames tu papá es bien mala onda como te va a pegar así en público, eso no está bien, pero tú también te pasaste de lanza, así que no puedo estar departe de ninguno de los dos, digamos pues que estoy en una posición neutral, je, je, je.
- No me fue muy bien, cuando llegué a casa mi papá me castigo muy fuerte, ya le pedí disculpas ome, mi cucho es un bacán, cuando no está enojado.
- Así que te fue como en feria, eso lo sospeche desde un principio – que parce tan cansón con el tema, pensó el Brian al otro lado del teléfono – Yo que te quería invitar a mi casa, bueno dónde me estoy quedando para que platicáramos y que conozcas a mi familia, por cierto le encantaste un chingo a mi prima ¡Le moviste el tapete carnalito! No para de hablar de ti, que si estás bien guapo, que sí hablas bien chido, yo dizque no mames, si no más dice groserías este guey – Juan Pablo soltó una carcajada
- ¿Enserio, ella dijo todo eso de mi?
- Pues claro guey, te estoy diciendo la neta
- ¡Qué chimba parce! Socio una pregunta…
- Mande…
- ¿Hasta qué día estarán ustedes en Medellin?
- Bueno, hasta el mediodía, en la tardecita nos vamos, mi jefe tiene que atender sus negocios en México. Me escribes si vas a venir, ya te mando la dirección por Whatssap
- Listo listo, yo le aviso
- Hasta pronto – ambos terminaron la conversacion y en un momento Esquiofrenico recibió el mensaje en su movil, Juan Pablo se estaba quedando en casa de una señora cerca de su casa solo a una cuadra
- Tocará pedirle permiso al cucho – dijo en voz alta – Juemadre olvidé que estoy castigado, ¿y si me vuelo? – se preguntó así mismo, pero luego sus recuerdos lo volvieron a frenar – Mejor pido el permiso, a lo bien que no es tan difícil convencer al papá, nooooooo la chimba, pero si ese cucho mío es más cansón. Eh, Ave María ¿Qué hago pues?
- ¿Piedrahita que está usted haciendo fuera del salón? – Le gritó la profesora de matemáticas saliendo al pasillo – desde hace media hora que comenzamos la clase, por eso usted no aprende nada, sus notas son penosas ¿En que está pensando eh? – el joven no dijo nada, solo entro y tomo asiento al terminar la clase la señorita le entregó un boletín con sus calificaciones, diciéndole que tenía que traerlo firmando por alguno de sus padres
Al
sostener aquello en sus manos un sudor frio recorrió todo su cuerpo y exclamó
con miedo.
- ¡Ay marica yo perdí hasta el descanso! ¡Ay ya valí mierda! – dijo achurrando el reporte de evaluaciones
Me dio pena que pasara en púbico pero se lo merecía por machista por decir que sacaría a la chica por los pelos si estaba en la fiesta jajajaja sigue pronto
ResponderEliminarTerry
Bueno, Brian parece que tendra una larga historia que contar a sus hijos cuando los tenga, j ajajajj
ResponderEliminarMarambra
Gracias chicas por los comentarios, la verdad el Brian es un personaje especial, peculiar pero no tan excéntrico como Navid o psicópata como Pablo el hermano de Anderson jajajaja, se que a lo mejor cae mal por ser machista, pero que puedo hacer así es él jajajaja. Ya sabrán más del muchacho. Me encanta que comenten así me dan ideas, estoy abierta a que opinen sobre que les gustaría leer en algún episodio, cada chico tendrá su participación aunque sea una línea para que los conozcan también, ellos son parte importante en la vida de las niñas, ahorita he estado inspirada con Navid y Brian jajajaja. Saludos nenas.
ResponderEliminarPobre Brian, ni celebro nada y encima no solo le pegan en la calle, también en la casa, pero bueno fue muy grosero también, cuando tu papá dice que no vas, a uno le toca obedecer, sin importar la edad que tengas, lo digo por experiencia, que así sea mayor en Colombia si vives bajo el mismo techo que tus padres pues se hace lo que ellos digan. Me gustó mucho el relato y que bueno que Alexander no se la deja montar de su hijo.
ResponderEliminarY parecia que el papá era menos severo que la señora pero creo que esta vez el Brian se lo pensara mejor.
ResponderEliminarOlivia
Jajajajaja pero parece que escucho hablar a mis amigos con ese Pablo...
ResponderEliminarY me dio penita el Brian pero si se pasó de grosero y pues ni modo le dieron una muy buena chinga...
Espero seguir encontrando más capis tuyos amiga!!
Si, se paso de grosero y se salvo que su padre es bastante tolerante con él y le perdonó la correa en las nalgas, que se la merecía aunque la algargata tampoco es como si no doliera jajaja. Que bueno que te haya gustado mi personaje mexicano, amo como hablan, en realidad quería poner, en lugar de me cae que ni mi Lupita te va a salvar. Me cae que ya valiste madres, eso hubiera estado genial, pero usaré esa frase para después.
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