La Apuesta: Microcorto 7; Autora Nicole

La apuesta

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 3 de Diciembre del 2018.

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Microcorto 7

Después de la apuesta
7ª parte

Autora: Nicole

• AU, AU, AUUUUU  YAAAAAA  POR FAVOR, POR FAVOR – Allí  estaba  Navid   sobre  la  cama,  con varios cojines  bajo su  estómago,  culo bien  en pompa recibiendo una dura zurra con la correa gruesa de cuero
• ZAS, ZAS, ZAS, ZZAAAAS…  ZAS, ZAS, ZAS, ZZAAAAS…ZAS, ZAS, ZAS, ZZAAASS…  – Sofía iba soltando los correazos en tandas de cuatro de forma implacable, los primeros en la nalga izquierda, después en la derecha y por último al  centro; el mocoso empezando,  tenía   el sentadero adolorido, pintado rojo carmesí  gracias  a  la  pela  que le dieron ayer  antes de mandarlo a la cama,  nada más enterarse Sofía que había perdido el año al encontrar restos del boletín  de notas en el patio trasero, ya que  el chiquillo las había quemado pensando que de esa forma jamás se enterarían sus papás. ¡Vaya error! La señora se encontró con Emily cuando fue a visitar a una vecina para pedirle un favor  y la niña de casualidad  estaba  allá con Mia.

Sofi amablemente le preguntó cómo le iba en el cole,  la muchacha  sin  querer comentó  que  estaba  contenta  porque  obtuvo excelentes calificaciones, que desde antes de irse de vacaciones habían entregado el reporte de notas, la mamá  la felicito, se aguantó la piedra que cargaba, se marchó a casa y comprobó por si misma que las palabras de la jovencita eran ciertas, fue por el cepillo que estaba en la ducha, luego cogió a su hijo por el pelo, y estampó aquello en las nalgas y parte de los muslos, ante la presencia de su padre que ni se metió, la doña le dio una buena calentada mientras lo cantaleteaba, y ahora el descarado e irresponsable estaba cumpliendo con el inicio de lo que sería una tunda diaria con la correa por dos semanas. Navid Correa berreaba con ganas,  moviéndose  de su posición en varias ocasiones para esquivar los fuetazos, sorbiendo sus mocos, con la cara llena de lágrimas.

• QUE TE COLOQUÉS MÁS ARRIBA – le indicó señalándole los almohadones pues el mocoso se había deslizado dejando su espalda en la parte superior y a su madre solo le interesaba castigar la piel de las nalgas, no más, a veces algún azote iba a parar en la mitad de los muslos o las pantorrillas, cuando le daban la muenda de pie, solo porque no se estaba quieto. En esta ocasión la cosa era distinta, pero igual el muchachito tenía que cooperar, y así lloriqueando, se acomodó como su progenitora quería  – Después de esto ZASS, ZAS, ZASS, ZASS  no te van ZAS, ZAS, ZAS, ZASS a quedar ZASS, ZAS, ZASS, ZAS más ganas ZAS, ZAS, ZASS, ZASS de perder el tiempo ZAS, ZAS, ZASS, ZASS – La fuetera siguió con un Navid enronquecido de tanto gritar a cada azote recibido, levantando las piernas en ocasiones medio revolviéndose;  la sensación era tal, que la comparó con una quemadura como si se estuviera sentado en una franja caliente, el jopo le escocía a rabiar, estaba seguro que no podría sentarse cómodamente por lo menos durante un mes. Por momentos metió las manos, pero las aparto inmediatamente cuando el cuero impactó el dorso de  sus manos, su madre no tendría contemplaciones como en otros casos que se las apartaba no más – ¡LEVANTE ESE RABO  CARAJO! – volvió a repetir mientras colocaba una mano en sus lumbares bajos para forzar un poco más la salida del culito  y acabar por el momento con la reprimenda
• MAMI NOOOO  MAAAS, POOOOOR DIOOOOOS, ME… MEEE… POR… PORTA… RE…  BIEEEN, SA…. SACAREEEE  BUENAAASSSS NOOOTASSSS,  NO…NO… NO… LE FAA... LE… FAALTOOO EL… EL… REESSPEEETOOO A NAAADIEEE NUUUNCAAA MAASSS,  PERO NO… NO… MEE… MEEE… PEE…PEGUÉS  MÁAAS… ME… ME… DUUEEELEEEEE BUAAAAAAAAAAA – suplicó, agitado y  temblando, pero su señora madre ni se inmutó
• ZASS, ZASS, ZASS, ZAS GRANDÍSIMO ATREVIDO ZASS, ZAS, ZASS, ZASS NO TENES ZASS, ZAS, ZAS, ZASS DERECHO  ZAS, ZAS, ZASS, ZASS  A NINGUNA INDULGENCIA ZAS, ZAS –  Todos esos marcaron el final de las nalgas, Navid sintió que le  desollaron  el sentadero
• AGS, AGS, AYAAYAYY, AGSS – Volvió a gemir inconsolable, ella lo soltó por el momento, era suficiente. Recogió sus calzoncillos que habían quedado regados en una esquina de su habitación, luego cerró la puerta, el chiquillo quedó llorando afligido en su cuarto

Sofía se fue hasta la cocina por un vaso de agua. Oliver quien la vio no dijo ni jota, estaba preocupado y nervioso al escuchar a su hijo todavía chillando, pensando en abrazarlo para darle un consuelo, pero prefirió hacerlo más tarde mientras en casa de la familia Correa-Tabares el ambiente era tenso, en la residencia de los Cardona-Betancur una alegre jovencita hablaba en voz alta.

• ¡Brian Alexis como te amo! – suspiro Ariadna sentada en la silla del escritorio  de  su habitación contemplando varias fotografías de su novio – ¡¿Por qué  tenés que ser tan guache ome?! – Se lamentó ella – Tan hermoso y papito que estás – volvió a observar aquellas fotos detenidamente y no se equivocaba aquel mozo estaba bien papacito, tenía todo bien puesto en su sitio, la traía loca, pero ella tenía que darse a respetar no podía ceder siempre a los chantajes de su prometido aquello no era sano, el mocoso estaba acostumbrado a manejar a la gente a su antojo, ella tenía que abrir los ojos, su relación tormentosa e inestable con Brian Alexis, le estaba ocasionando problemas en el colegio y en casa, por lo que se dijo a si misma – Es hora de cambiar Ariadna Cardona, desde ahora sos una mujer nueva y que se prepare Brian porque lo vas a amaestrar – gritó ahora de pie,  encima de la silla mientras lanzaba las fotos al aire. Danna entró de repente a su cuarto y se asombró al verla
• ¿Qué haces vos pues? ¿Acaso te has vuelto loca? Bajá de allí inmediatamente, que te vas a quebrar la cara
• ¡Tranquila parcera! Estoy preparándome para domar a mi potro – aseguró
• ¿Qué decís? – preguntó ella desconcertada
• Que desde ahora, Brian va a marchar a mi ritmo parce… ¡Ay Juemadre…! – Casi se cae, así que bajó rápidamente para evitar un posible  accidente
• ¡Virgen Santísima! – Exclamó la mayor  dando  un  largo  suspiró –  Me vas a matar del susto – añadió
• No pasa nada nena – dijo muerta de la risa, para después cambiar de tema  – ¿Y vos para dónde vas pues con esa pinta?  ¿Nos vamos de rumba tan temprano o qué? – No pudo evitar cuestionar aquello, apenas era media mañana y su hermanita estaba para concurso de belleza
• No mamita como cree, a mi esas cosas no me gustan pues… pero es que Ryan viene a visitarme, pensándolo bien, si papá y mamá me dan permiso, tal vez  salgo pues un ratico no más, si no pues ni modo – lo último lo dijo sin mucha emoción, ya que lo más probable era que no la dejaran ir a ninguna parte
• ¡Tan bacano amiga!  Ojalá papá y mamá te permitan salir
• Gracias Ariadna, esperemos que sí
• ¿Y a qué hora viene él?
• No demora, me chateo que en veinte minutos – dijo ella mirando su reloj manilla – ¿Cómo me veo parce?
• ¡Hermosa! ¡Si vos sos una chimba hermanita!
• Tan linda – Le dio un beso y abrazo, luego bajo hasta la sala a esperar a su amor, su madre al verla le dijo que tanto ella como Carlos querían hablar con el muchacho
• Está bien mamita, no te preocupés cuando conozcás a cocinero te va a encantar su personalidad, es tan lindo…
• ¿Cocinero? ¿Está estudiando arte culinario?
• No mami, es que sus amigos lo llaman así, pero él está en el colegio todavía
• ¿Qué edad tiene?
• Dieciséis años, es Ryan Anderson Montoya, ya ha venido antes
• ¿QUEE? Lo que me faltaba,  otro problemático… ¡No pues… se me daño la familia! – Exclamó la señora con disgusto – ahí  están pintadas ustedes, Ariadna con el delincuente del Brian  y ahora vos también con ese…  Vea  Mamita, cuídese, que ese muchacho no me gusta para nada, ya escuché que anda en malos pasos
• Mamá, él no es así, creo que estás equivocada
• Pufff – hizo un sonido con la boca, para mostrar incredulidad sarcástica – Si, como no, ¡¿equivocada?! Ay mamita que la coloquen como la reina de las ingenuas pues, estás igualitica a tu hermana – se refirió a Ariadna – Por favor, todo el mundo sabe de sus enredos, ¡Ay Dios mío bendito!, es que ustedes me van a matar de la preocupación, solo falta que Emily termine con el hermano de esa lacra
• Mamá por Dios no te expresés así, Ryan es un muchacho serio, date la oportunidad de conocerlo
• No me interesa conocerlo, es más, ni verlo quiero,  le diré a tu padre que hablé con él – se fue a buscar a su marido, que no demoró en ir a la sala y conversó con el sardino quien había llegado hace unos minutos, no le gusto la pinta, ni la apariencia que mostraba aquel chico, así que cuando este amablemente invitó a  salir  a  su  hija, Carlos Mauricio decidió no darle permiso.

Danna Lucia no lo podía creer, miró enojada a su padre, pero no le reclamó, prefirió retirarse a su cuarto y se tiró a la cama de bruces  a  llorar, no entendía por qué sus padres eran tan injustos con ella. El Chef se voló de aquella residencia, y en el camino decidió  llamar a su aliado y amigo del alma Brian Alexis para invitarlo a hacer unas vueltas. El teléfono sonó y sonó, pero el muchacho no lo contestaba, finalmente se decidió buscarlo en su casa, llegando allá, pico la puerta, le abrió una risueña muchachita.

• ¡¿Que hubo Chef?! ¿Buscabas a mi hermanito?
• Que más Paolita como estás vos pues – saludo él con un beso y un abrazo – Sí así es, buscó a Brian, lo podés llamar por fa – añadió
• Re bien parce, mi hermano no está ¿Le vas a dejar alguna razón?
• No, solo quiero saber dónde está él
• Ni idea, parece ser que, se fue enojado por ahí, a lo mejor está con los gemelos amarillos
• Jaramillo  Paola…
• Si, esos pues
• ¿Enojado decís?
• ¡Si! – aseguró frunciendo el ceño – Pero pasá, y hablamos con calma,  si querés, te sirvo un juguito o un chocolatico caliente.
• No, muchas gracias, estoy apurado.
• Relajate ome, que el apuro trae cansancio, además estoy sola, ya sabés no me gusta hablar de mi hermano frente a mamá, es que Mauro me contó…
• Enserio estoy de afán – la cortó
• Está bien pues. Ve… ¿Y  el Géminis  cómo está? – se refería a Pablo Emilio, hermano menor de Anderson
• No sé, creo que anda por Pereira ¿Por qué?
• Quería saber de él. Decile que lo extraño harto y le mando muchos, muchos besitos y un grandísimo abrazo ¡papacito divino!
• ¿Y por qué no se lo decís vos?
• Pues… es que perdí su teléfono, ¿Me lo podés pasar?
• Claro, te envió un whatsapp  – e inmediatamente le envió el contacto
• ¡Gracias! Sos un bacán – dijo ella y ambos se despidieron
• Anderson volvió a marcar y está vez alguien contesto
• ¿Aló? ¿Con quién desea hablar? – al escuchar la vos de Alexander cerró el teléfono
• Así que está  pues con su cucho, voy a hacerle la visita – se dijo así mismo, sabía que el padre de su amigo pagaba arriendo en Villa Nueva, comuna La Candelaria

Mientras tanto...

• Papi, mamá…  me… me…  dio…  muy… muy fuerte – el sardino todavía sollozando abrazó  a su padre por la cintura.  El muchachito estaba de medio lado para que sus lastimadas nalgas no rosaran con el colchón de la cama
• Ya mi amor, no llorés más, que luego te duele la cabeza – sentado en el borde de la cama, le sobaba la espalda para tranquilizarlo
• Sí, lo… lo…  sé, pero… pero…  no… no… puedo…. Puedo…  evi… tar… lo. Mamá me… me…  quiere pe…  pegar  dos… dos…  sema… nasse… guidas – le empezó a temblar el labio inferior – Por… por fa pa… papi, hablaá con… con… ella, decile que… que… me… me…  per… perdone, me… due… duele mucho… mucho la cola, por… por…  fa pa… papito – rogó Navid ahora  apretando  la mano de su padre, en busca quizás de una palabra de aliento o esperanza, tal vez que su madre tenga un poco de piedad, el pobre niño  ni el calzoncillo podía ponerse, su mamá le pego con ganas, le prometió una paliza memorable y le estaba cumpliendo. Y aunque él  tenía un buen culo, sabía que si le daban cuero los siguientes días, la iba a pasar re mal, actualmente sus carnes lucían hinchadas y feas,  su padre no sabía qué hacer, ni siquiera tenía una crema a mano para colocarle un poco y calmar el dolor.
• Veré que puedo hacer mijo, por hoy no te preocupés, descansá  –  le dio un beso en la cabeza y salió del cuarto a esperar a su mujer que había salido a mercar
• En el apartamento de Alexander Piedrahita alguien tocó el timbre varias veces, Juan Camilo se acercó a abrir la puerta
• ¡Que más pues!... ¡¿Por qué tan perdido mi llave?! – saludo con mucha alegría
• Muy bien parce, es que andaba haciendo unas vuelticas por ahí – se abrazaron ambos
• ¿Entonces qué…?  ¿Qué te trae por acá? – preguntó el mayor de los Correa
• Ando buscando al Brian…
• Listo mi ñero,  ya te lo llamo, pero pasá… Si querés algo, allí está la nevera. ¡Servite, estás en tu casa!
• Gracias papi – se acomodó en la sala
• Llave, te buscan – le dijo Cami a su primo ya dentro de la pieza de este
• ¿Quién me necesita ahora pues? – preguntó Brian acostado boca abajo en su cama
• Cocinero parce…
• ¡¿El Chef?!
• Sisas – Aseguro Juan Ca
• Tan raro ese man acá, pensé que ya estaba en Pereira, como me dijo antes de la apuesta que viajaba hoy a las ocho y ya son más de las diez a lo mejor se patrasió – echarse para atrás en algún asunto, Brian estaba meditando en voz alta, extrañado que su amigo haya incumplido los negocios con su hermano, era sabido que Doble Cara era un pirobo hijo de puta, pero no podía creer que actuara de forma ruin con su propia sangre, por lo menos él no lo haría con Mauricio o eso era lo que pensaba en esos momentos, igual con ese farsante mejor no hacer tratos  – Ah… bueno, decile que ya voy – Vicioso se puso una pantaloneta, una camiseta, un par de tenis y salió a recibir a su aliado
• Entonces que socio… ¿Todo bien? – Saludo Brian muy emocionado de volver a ver a su amigo y hermano del alma
• ¡Sisarras ñero! – se levantó de la silla donde estaba y abrazo a su amigo. Parecía que no se hubieran visto en años, pero es que se querían mucho eran como hermanos de sangre
• ¿Qué es lo que tenés pa mí?
• Vengo a invitarte a una finca cerca de mi casa, además después de eso tengo una trabajito para vos.
• ¿A una finca? ¿Cómo así marica? – preguntó curioso
• Demonio y Santo organizaron una rumba con unas chimbitas lo más de bonitas parce y después de eso me dijeron que si vos y yo nos queríamos coronar un par de kilitos, digo yo acepte porque como está la situación toca medírsele a lo que sea hermano y como sé que vos no ponés peros a nada que involucre platica, les dije que era seguro que aceptaras el trabajo, pero que primero iba a conversar con vos porque al final sos vos  quien decidís. Entonces que papi, ¿Le entrás o qué?
• Sisas – Afirmativo – ¿Cómo es la vuelta parce?
• Ya te digo…
• ¿De qué están hablando ustedes? – preguntó un confundido Camilo
• Ah verdad que esté guevón no sabe nada sobre el negocio
• ¿Vos no me dijiste que le habías contado pues?
• No, solo le dije que estaba trabajando con unos parceros es que ese día estábamos cerca del parque de las luces y como mi papá estaba con nosotros, no pude explicarle nada a Cami. Vos no conocés a mi cucho, en dónde me pille  con los gemelos Jaramillo, me pela, sí solo por salir con vos me monta la perseguidora – es decir lo vigila todo el tiempo porque no confía en Anderson.
• Pensé que tu padre no te controlaba… – dijo  El Chef
• Lo  hace cuando vengo para acá, pero esperáte que pronto voy a comprar mi apartamento, póngame cuidao a lo que le digo – añadió convencido – Camilo se quedó perplejo, imaginando que Brian estaba metido en algo feo, ¿de dónde iba a sacar pues el dinero para vivir solo? le entro un miedo el verraco, pero también tenía harta curiosidad por conocer de que trataba todo el tema que ese par estaban hablando
• Comprendo llave, mis padres tampoco saben lo que hago, ni siquiera se lo he contado a Danna, a mis abuelos los controlo, inventándole historias que resultan creíbles
• Vos te salvas que tus papás viajan a menudo, pero yo tengo que andarme con más cuidado – dijo con seriedad – Entonces… ¿Cuándo y a qué hora tenemos que estar en esa finca?
• Dentro de una hora papi, pero si podemos irnos ya mismo mejor ¿No tenés ningún inconveniente con eso cierto?
• No, nos vamos es de una, alistáte Camique te venís con nosotros
• ¿Pero y el permiso? – No podía creer que su primo todavía tuviera el valor de volarse de nuevo aun con el sentadero colorado y adolorido
• ¡¿Cuál permiso ome?! ¡Uno se vuela y listo! Después dentro de un mes le contamos a mi papito dónde estuvimos
• ¿Brian estás loco o qué? No conocemos ese lugar ni toda la gente que estará allá ¿Por qué mejor no esperamos a mi tío?
• ¿Qué paso primito? ¿Se me aculillo? – En realidad Camilo quería ir por curiosidad, pero una corazonada le decía que iban a terminar mal y no se refería a una paliza por parte de Alexander, era algo mucho peor, algo que podría hacerlos perder el año, es decir morirse o quedar encanados, todo le parecía demasiado rápido porque no esperar uno o dos días, definitivamente no iría, había decidido en su cabeza. ¡Monstro venga le hago una preguntica!
• Diga haber… – con que le iría a salir ahora
• ¿Usted conoce a Yape?
• ¿Cuál Yape? – preguntó inocentemente Juan Ca.
• Ya perdió por pendejo – le dijo cuando intentaba salir, pero en eso abre la puerta su padre
• Hola jovencitos – saludo amablemente  – ¿Qué tal  Anderson, cómo está?
• Muy bien señor. Aquí, que vine a visitar a su hijo
• Sí, ya veo… Brian ahora después del almuerzo, voy  a  llevar  a  mi sobrino a su casa, si querés podes acompañarme para que no te aburrás acá solo.
• Gracias cucho, pero no, yo me tengo que ir – dijo serio
• Ah, pues no se preocupe mijo, yo lo llevo con su mamá después de su primo, me alegro que haya recapacitado y no postergue más las cosas
• No papá, no voy con mi mamá, me voy a casa del profesor Gutiérrez a estudiar matemáticas, nos va muy mal en esa materia y es importante que practiquemos para pasar cuando regresemos a clases,  quiero hacerme responsable de mi vida y eso incluye el colegio
• Comprendo Brian y me alegra que estés aplicando la información que escuchaste esta mañana – su papá estaba orgulloso de su cambió de actitud al parecer el discurso que le dio en la mañana surtió efecto en él – pero usted no puede  irse  para  cualquier lado sin permiso, además recuerde que está castigado
• Bueno… pero es que estamos de vacaciones
• Puede ser Navidad, pero usted tiene papá y a mí no me pasan por encima
• Si, don Alexander tiene toda la razón ¡Qué pena! – mencionó Ryan
• Papito pues… como es un asunto del colegio, yo no pensé que le tuviera que pedir permiso, ¡Perdóneme! ¿Será que puedo ir? – Era raro en Brian hacer eso, sin embargo viviendo con su padre no tenía muchas opciones
• Bueno… alístese pues, pero yo lo llevo – aquello no le gusto para nada, Alexander se fue a acostarse un rato y dejo a los chicos solos
• Lo vi mal llave, su papi no puede ir para allá
• Si, lo sé…
• Entonces vuélese mijo
• Brian recapacitá – sugirió Juan Ca.
• Tengo una idea parce y  hay algo que me puede servir de  ayuda – una maquiavélica sonrisa se dibujó en su rostro
• Socio, vengo en media hora, si no estás listo cuando regrese, me voy solo
• Listo llave, nos pillamos – se despidió Brian de su colega