La familia
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 22 de Febrero del 2019.
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Capitulo 4
Autor: Adán
Viernes 13 de
abril de 1973
Como todas las mañanas, sobre las 8 Mónica acompaña a su
marido e hijos a la puerta despidiéndose con un beso de todos ellos, sus hijos
se iban a la escuela y Adán al trabajo.
- Amor… ¿Por qué no pides libre hoy y
descansas? – Mónica se dio cuenta
que su marido estaba muy cansado, llevaba una semana muy agitada en el trabajo
- No puedo amor… soy el jefe no debo
faltar… hoy también creo que llegare tarde – respondió Adán bostezando
- ¿Justamente hoy? Prometiste acompañarme
a la reunión con la junta de padres del colegio – le recordó Mónica
- Lo siento, lo había olvidado, pero me
será imposible salir, tedrá que ser para la próxima hoy tengo mucho trabajo
también – y se marcho
Mientras Mónica ve como Adán se marcha, se quedó pensando
en que nunca lo vio así de cansado cuando vivían en Maule aun cuando Adán llego
a ser jefe también, ojala y no se enfermara por falta de descanso se dijo
mientras empezaba su habitual mañana con cosas propias de la casa, recibiendo
la visita sorpresiva de su suegra cerca del medio día.
- Hola suegra, pase – Mónica saludó a Pamela cediéndole el paso
- Hola – respondió ella, dándole un beso en la mejilla echando un vistazo a la casa – Bonita casa no había tenido oportunidad de
visitarlos antes pero ahora me hice un tiempo – sonrió entregándole
un regalito para la casa
- Qué bueno que venga de visita
Ambas se sentaron a conversar esperando la llegada de los
niños que no tardarían en venir y como que, la primera en aparecer fue Andrea.
- ¡Abuela! – grito entusiasmada la niña
- Mi niña – Pamela se paró a su encuentro para abrazarla
- Abuela aprendí a dibujar – Andrea sonriendo
- Qué bueno mi niña, seguro dibujas muy
bonito – le dijo sonriendo a su nieta
mientras le acariciaba el cabello, volviendo a conversar con su nuera – estoy contenta de que vivan aquí, podre venir a
visitarlos y conversar sobre todo contigo, a mi hija Dulce casi no la veo, Cat trabaja y
aunque tengo un grupo de vecinas, no me gusta conversar con ellas, son un
pequeño grupo de chismosas que estás siempre averiguando la vida ajena y tu
sabes lo que pienso, lo que pasa en la familia debe quedarse en la familia – Pamela
solo sonrió, conocía de memoria esa frase
- Lo sé, y pienso lo mismo suegra y también
me alegra que podamos vernos más seguido y conversar – respondió Mónica sonriendo un poco pues le parece algo
graciosa su suegra cuando pone cara de enojada
- ¿Y cómo han estado las cosas por aquí? – Pregunta Pamela
- Bien… Adán con mucho trabajo
últimamente, Adrián, Ignacio y Pedro en el nuevo colegio acostumbrándose y las
niñas bueno, ellas no se quejan porque aun son muy pequeñas para darse cuenta –
respondió Mónica mirando a Andrea como dibuja en su
cuaderno
- Bueno ya se acostumbrarán… ¿Y Brisa? ¿Ya aprendió a caminar?
- Si ahí está ya aprendiendo… – respondió Mónica suspirando y mirando al techo, volviendo
a mirar a su suegra – suegra
necesito un consejo de madre
- ¿Y eso?
- Estoy teniendo problemas con Adrian,
ha empezado portándose mal desde que nos vinimos a Santiago, se queja de todo y
usa a veces palabras que no son adecuadas y no puedo estar siempre esperando
que Adán se haga cargo porque el pobre llega muy tarde y tan cansado que no
creo sea buena idea esperarlo con quejas
por cosas que a veces creo que yo debería resolver, y no sé qué hacer porque
últimamente los castigos que le doy no hacen efecto – se quejo al fin y al cabo su suegra siempre le dio un
buen consejo a los largo de los años
- Pues dale de nalgadas… – así de simple, a Pamela también se le cruzo la idea por la
cabeza
- He pensando en eso, pero a último
minuto me echo para atrás, yo no soy de nalguear a mi no me criaron así y pues
Adrián es mi consentido quizás por eso no lo hago… siempre se encarga Adán de
los castigos – le explico
- Pues si quieres que te obedezca,
tendrás que hacerlo aunque te cueste, sino estas perdida, es difícil al
principio pero tienes que pensar en lo que quieres para tu hijo… que sea un
niño educado o uno que solo hace lo que le da la gana y no te sientas mal, yo
tampoco fui criada así, pero cuando Adán empezó la adolescencia se volvió más
rebelde y yo termine dándole de nalgadas – le confesó con lo que Mónica se sintió mucho más segura sobre lo que tenía
que hacer
- Gracias suegra – respondió dando un bostezo involuntario
- No te veo muy bien ¿no has dormido? – pregunta Pamela algo preocupada
- Adán tiene mucho trabajo y llega muy tarde, y ayer bueno llego de madrugada y yo me quedo despierta esperándolo
- ¿Qué tal si vas a echarte una siesta?
– sugirió Pamela
- ¿Con las mil cosas que debo hacer? – sonrió enumerando sus cosas
– tengo que planchar un cerro de ropa entre otras cosas, además hoy hay junta
de padres en el colegio – volvió a bostezar tapándose la boca
- Yo me encargo de todo eso – Pamela se quito sus anillos para empezar a hacer lo que
haga falta
- No suegra, ¿cómo usted va a hacer todo eso? esta mal usted, es mi vista
- Y eso ¿que tiene?, tu estas que te caes de sueño y a mi no me cuesta echarte una mano para que descanses y vayas en buenas condiciones a la reunión escolar
- Está bien, pero solo por esta vez ¿sí?
Mónica acepto pero solo por lo de la reunión escolar, mientras
eso ocurría Arturo el padre de Adán estaba en un café pensando y meditando y en
eso se acerca su hermano Raymundo con quien empezó a hablar sobre la fabrica,
su jubilación y su preocupación por Cat y su según él, su rebeldía por no
casarse.
- Cat me estuvo contando que siempre le discutes todo porque no forma una familia – le dijo Raymundo
- Si… bueno es que ya es hora tiene 28 años y ni siquiera novio tiene – se defendió Arturo
- Eso es problema de tu hija hermano… no
puedes obligarla ni forzarla a nada – Raymundo
frunció el ceño mientras le daba un sorbo a su café
- Solo quiero hacerle ver la importancia de la familia
- Te entiendo, pero debes entender que no
todos han nacido para el matrimonio, ¿no me ves a mi?, soy feliz tal y como
estoy, hago lo que quiero y no le doy cuentas a nadie, además hermano, Cata une
s muy joven, no la presiones – le aconsejo y Arturo le dio la razón – y como esta
Adán, supe que le pasaste la fábrica – pregunto
Raymundo cambiando de tema
- Si… ya decidí jubilarme y gracias a
eso pude hacer que Adán y su familia vuelvan a vivir a Santiago – Responde Arturo
Y así siguieron hablando un rato más, mientras Mónica
sobre las 5 de la tarde se alisto para ir a la junta de padres de familia,
dejando a los chicos al cuidado de su suegra, como era de esperarse Pamela se
quedo encantada porque tenía muchas ganas de ver a sus nietos.
- Señora Mónica – Roberto el director del colegio detuvo a Mónica antes de
entrar a la reunión
- Señor director – contesto el saludo
- ¿Podría apenas termine la junta pasar
por mi oficina? Debo hablar con usted muchas cosas – le dijo Roberto serio
- ¿Qué paso? – Mónica se preocupo ya no mas
- Hablaremos después de la junta ahí le explicare todo
Y con eso Roberto se retiro a su oficina y a Mónica no le
quedo otra que esperar que la reunió termine.
- ¿Quería verme? – pregunto Mónica entrando a la oficina y tomando asiento
- ¡Oh!, señora Mónica, pase – le invito el directo empezando ya no más – y si, quería hablar sobre su hijo Adrián – Roberto
puso sobre la mesa las calificaciones de Adrián Ignacio y Pedro – y sobre las calificaciones de sus tres hijos
- ¿Qué hizo Adrián? – pregunto Mónica preocupada
- Adrián desde que entro a clases ha
tenido mala conducta, es muy respondón con los profesores y se dedica a
molestar a los demás alumnos, incluso les ha llegado a pegar y quitarles sus
cosas y sus calificaciones dejan mucho que desear – le dijo entregándole la boleta de calificaciones de su
hijo
- Ayy no… – murmuro Mónica viendo las calificaciones, y si eran muy
malas, desde que llegaron Adrián ha estado muy rebelde y a pesar de que Mónica
lo justificaba al principio ahora no tenia explicación, porque ya habían pasado
2 meses de que se mudaron, tiempo suficiente para adaptarse
- Ignacio tampoco se salva – dijo el directo cuando Monica dejo la libreta sobre la
mesa – al parecer ha desarrollado una
especie de alianza con su hermano para molestar a los alumnos, incluso a su
hermano menor Pedro y le han llegado a pegar a él también – eso dejo
a Mónica sorprendida, Pedro era el más chico de los 3 –
dígame ¿la relación de sus hijos es buena entre ellos?
- Siempre ha sido buena, los 3 han sido
muy únicos, por eso no me explico esto – respondió Mónica decepcionada y Roberto le entrega la boleta de Ignacio sus
calificaciones no tan buenas, pero un poco mejores que las de Adrián
- Bueno, al menos su hijo Pedro tiene las mejores calificaciones del curso y gracias a eso le otorgamos beca solo debe mantener su promedio y seguir teniendo buen comportamiento
Después de eso Mónica regreso a casa, pensando que los
chicos ya estaban en demasiados problemas, pero sin imaginar lo que le esperaba
en casa.
- ¡Ya déjenme! ¡Abuela! – Pedro salio corriendo por el patio escapando de sus
hermanos
- ¡Cállate! – Adrián se le abalanza encima cayendo ambos al suelo acorralando
finalmente con ayuda de Ignacio
- ¡Ahora te daremos una paliza por
decirle a mamá de la junta! –
Ignacio le agarro de los brazos y Adrián iba a darle puñetazos cuando se apareció
Pamela
- ¡Dejen a su hermano ya! – grito enojada al ver que Adrián e Ignacio tienen
acorralado a Pedro
- No le íbamos a hacer nada – responden ambos soltando a su hermano
- ¡Si claro vi como lo tenían! ¡Aléjense
de él que se note la distancia! – Adrián
e Ignacio se alejaron unos pasos de mala gana
- Abuela me querían pegar de nuevo – se quejo Pedro abrazando a su abuela
- ¡Los 2 a su cuarto hasta que llegue su
madre! – le dijo a Adrián e Ignacio quienes
miraron malos a su hermano – Ya no llores
Pedro no te harán nada – Pamela consoló a su nieto y lo abrazo
mientras volvían a la cocina
- Es que ellos me han estado pegado y amenazando – Pedro le confesó a su abuela entre lágrimas
- Tranquilo ya no lo volverán a hacer – Pamela le limpió la nariz –
mira voy a comprar algo que me falta para la cena, ya vengo – le
dijo sacando monedero seguida de Pedro
- Abuela por favor llévame contigo – pidió Pedro
- No puedo mi niño, debo llevar a tus
hermanas, ellas son bebés y no puedo dejarlas a cargo de ustedes – respondió Pamela yendo por Andrea y Brisa
- Prometo portarme bien – suplicó Pedro entre lágrimas
- No tardare más de 10 minutos, además tu madre debe estar por llegar
Y como que, se encontró con Mónica cerca de la tienda del
b barrio y le pone al tanto de lo que sucedió en casa.
- ¡Mónica!
- Hola suegra – Mónica levanta la vista y sea cerca a ella no muy animada
- ¿Qué pasa? ¿No te fue muy bien en la
junta? – le pregunto cargando a una de las
niñas mientras Mónica hacia lo mismo con la otra niña
- No, el directo… – y le conto todo lo que sucedió en la reunión
- Bueno Mónica, no tienes que dejar
pasar esto, el no puede estar comportándose de esa manera – le dijo refiriéndose a la actitud que Adrian había tenido
en el colegio
En eso apenas abrieron la puerta para entrar oyeron el
grito de Pedro en la planta alta.
- ¡Ayuda! – grita Pedro siendo nuevamente acorralado por sus hermanos
- ¡Lo primero que les digo! ¡Dejen a su
hermano ahora mismo! – ordeno Pamela apareciéndose enojada en el
cuarto
- ¡Abuela! – Pedro logró escapar de sus hermanos y se abrazó a Pamela
- ¡Ambos están en serios problemas! – declaro Mónica dando unos pasos para acercarse a sus
hijos
- ¿Y qué harás? – pregunto Adrián como burlándose de su madre
- Ya para Adrián… Nos meteremos en problemas
– murmuró Ignacio reaccionando un poco
- Saliste bien niñita Ignacio… Sabía que
no serias un buen cómplice… – y
Adrián empujó a Ignacio
- ¡Yo nunca quise golpear a nadie menos
a Pedro! – le grito vendiéndolo sin
querer y claro Adrián le metió un puñetazo
- ¿¡Pero tú quien te has creído!? – Pamela ya tuvo suficiente y agarró a Adrián de la oreja
tirándosela
- ¡Suéltame! ¡Tú no eres mi madre! – Adrián chilló de dolor procurando soltarse
- ¡Afortunadamente no soy tú madre
porque si fueras mi hijo te daría una paliza hasta dejarte bien rojo ese
trasero tuyo por grosero y por si fuera poco con tú abuelo te iría mucho peor!
– declaro Pamela enojada refiriéndose a Arturo, Arturo era
10 veces peor que Adán ya que Adán al ser el único varón Arturo era muy duro
con el no solo le daba nalgadas si no correazos o varillazos
Mónica prefirió no interferir, además no sabía cómo y
decidió ir a ver la cena, en eso ve que llega Adán.
- Hola amor al final me desocupe antes –
Adán la saludo con una –
¿Y cómo te fue con los niños?
- Pues… – Mónica prefirió enseñarle las boletas de calificaciones y
Adán al verlas no se pone muy feliz
- ¿Para esto me he quedado trabajando
hasta la madrugada esta última semana? – Adán tira las boletas a la mesa de mala gana y enojado
– ¿Para que los niños vengan con estás calificaciones?
- Y no solo eso… me entere por el
director que Adrián e Ignacio le pegan a Pedro y ahorita los vi en eso – Adán se frotó la cara enojado, lo único que le faltaba
enterarse que sus hijos se peleen entre si, en eso Ignacio entra a la sala pero
al ver a su padre prefiere retirarse,
pero Adán lo agarra
- Alto jovencito usted y yo tenemos mucho que hablar
- Papá lo siento no lo volveré a hacer –
Ignacio sabía a qué se refería su padre por eso hace esa
promesa, asustado
- No es que no lo volverás a hacer ¡es
que lo hiciste! – respondió Adán enojado
- Adrián también lo hizo – si iba a morir, no lo haría solo
- Pues vamos con el
Y lo empujo con dirección al dormitorio de su otro hijo,
donde ve a Pamela volver a jalar la oreja de Adrian.
- ¡Ya déjame me haces daño!
- ¿Qué pasa aquí? – pregunto Adán sobresaltando a su hijo
- Pasa que este niño es un grosero, le
falto el respeto a su madre y sin mencionar que trató de pegarme para liberarse
cuando lo único que estoy haciendo es reduciéndolo porque no contento con todo
eso le pego a sus hermanos y no estoy haciendo nada que no se merezca – contestó Pamela enojada soltando a Adrián para dejarlo
con su padre
- ¿Así que te gusta andar pegándole a la
gente? – pregunto enojado – adivina que me gusta a mi – agrego,
ya había escuchado suficiente y sobre todo que Adrián trato de pegarle a Pamela
lo que le enojo a Adán para él, su madre era intocable
- Papá lo siento – A Adrián por fin bajándosele los humos
- Ya no hay disculpa que valga y tu
abuela tiene todo el derecho a jalarte de las orejas que es incluso menos de lo
que te mereces – declaro Adán empujando
a Ignacio a la cama y ambos chicos miraron
a su padre – Gracias mamá
- De nada hijo… – con eso Pamela se retira del cuarto viendo donde se fue
Pedro
- Bueno Adrián aún no me has respondido… adivina que me gusta a mi
Y cerró la puerta con llave, estaría ahí un largo rato al
parecer y fue cuando los niños tragaron saliva.
Me gusto mucho este capitulo Adán, y estoy en espera de lo que hará el papá y de saber si Mónica se animara a tomar las riendas de la disciplina de sus hijos.
ResponderEliminarEsto se pone interesante, los chicos están desatados como cabras, seguro por el cambio de ciudad y todo esto, pero al parecer están muy zafados como para que la mamá se plantee castigarlos.
ResponderEliminarOjala no pase mucho tiempo para que eso suceda (jeje que malvada soy) pero mientras tanto tenemos que esperar ver que pasa con papá, solo espero que no tengamos que esperar mucho porque me muero de curiosidad, además sera el primer castigo de esta historia.
Un gran saludo Adán.
Ginebra